inteligencia emocional, VALORES Y COMPETENCIAS
Mentiras, verdades y puntos de vista (I Parte)
¿Por qué mentimos las personas? No creo poder dar una respuesta a esta cuestión, pero si me gustaría reflexionar sobre este tema. Un tema sobre el que probablemente todos habremos pensado en algún momento. Mentir es tan cotidiano que de algún modo nos afecta a todos y repercute en nuestras relaciones con los demás. ¿Qué diferencia hay entre un secreto, una mentira y ocultar la verdad?
Las relaciones humanas son complejas y la confianza, el delicado tejido que las mantiene, puede deshilacharse fácilmente ante la mentira. ¿A qué llamamos mentira? La mentira tiene que ver con la intención de mentir, de ocultar la verdad. Las mentiras actúan como mecanismo de defensa y pueden ser desde una negación de la realidad a una evasión momentánea. Cuando no sabemos o no podemos afrontar la verdad, mentimos. Hay mentiras que surgen del corazón y mentiras que salen de nuestra mente.
Recuerdo la primera mentira de la que soy consciente. Tenía unos siete años cuando descubrí quien eran los Reyes Magos. Oía rumores en la escuela, pero no quería que fueran verdad. Le pregunté con la boca pequeña a mi madre y lo desmintió. Momentáneamente me tranquilicé, pero la sombra de la duda había echado raíces. Finalmente, una tarde, en mi habitación, le dije a mi madre que quería hablar con ella. Le conté que en clase todas decían que los reyes eran los padres y que me trataban de tonta por decir lo contrario (fue mi primera mentira). A mi madre no le quedó otra alternativa, y me confirmó la verdad: los reyes somos los padres. Recuerdo que las dos nos abrazamos y lloramos. Ella lloró la pérdida de mi inocencia, yo lloré porque en el fondo no quería que fuera verdad.
Decimos amar la verdad ¿pero estamos dispuestos a ver el mundo como es? ¿Realmente queremos saber siempre la verdad? ¿Estamos dispuestos a pagar el precio?
Mentimos mayormente por miedo, pero también podemos mentir por ignorancia, por amor o por maldad. Mentimos para liberarnos de nuestras responsabilidades y para justificar imperfecciones. Mentimos para agradar, ser validados y amados. También mentimos por omisión.
Mentimos porque no estamos preparados para aceptar la verdad. Hasta que no lo decimos es como si no fuera realmente cierto. Pensamos: “cuando lo formule en voz alta, cuando lo escriba, definitivamente será verdad”, no habrá marcha atrás. Dejaré de tener poder sobre lo que ha pasado, ya no lo controlaré. Sin darnos cuenta de que cuando nos atrevemos por fin a explicar la verdad, no sólo no perdemos poder sobre la realidad sino que nos liberamos. Decir la verdad es doloroso pero liberador. No es que hayamos perdido el control sobre la situación dolorosa, lo que realmente ocurre es que deja de pesarnos, de dominarnos a nosotros. Por ese motivo algunas veces mentimos, para crear el paréntesis de tiempo que necesitamos para asumir la verdad y sus consecuencias.
Mentimos para protegernos de las consecuencias que deberemos afrontar al decir la verdad. Miedo al castigo, miedo a dejar de ser amados, miedo al dolor. A veces mentimos por los demás, por vergüenza, para no hacer el ridículo, por miedo a reconocer que nos hemos equivocado.
La mentira es tan cotidiana, abarca tantas áreas de nuestra vida que ya no le damos esta categoría. Y nos decimos: ¡Hay mentiras y mentiras! Las que yo digo son inofensivas, me quito un par de años, no digo todo lo que como, miro hacia el otro lado para no deprimirme, tampoco hace falta que se lo cuente todo, todo el mundo dice que gana más de lo que realmente gana, miento con ciertas medidas de mi cuerpo, miento diciendo que he estado toda la tarde preocupado, miento cuando digo que no importa…mentiras aparentemente “inofensivas” e “inocentes” y realmente “evitables”, mentiras que no hacen daño a nadie…a nadie más que a mi. Las repetimos tantas veces que llegamos a creernos que son verdad.
Mentimos para proteger a las personas que amamos: “Creí que te protegería ocultándote la verdad”, el miedo nos impulsa a proteger a quien amamos, subestimando su capacidad para afrontar la verdad. Cuando tomamos la decisión de proteger al otro ocultando la verdad ¿de qué nos estamos protegiendo nosotros mismos? Del miedo a no poder soportar el dolor del otro, del miedo a ser nosotros los transmisores de esa verdad y cómo eso puede repercutir en la relación, etc. ¿De qué te estás protegiendo tú cuando mientes para proteger a las personas que amas?
A veces mentimos por ellos, por las personas que amamos, para que no queden mal, nos importa la opinión que los demás puedan tener de las personas que amamos. Lo que a nosotros nos parece vulgar, insuficiente, ridículo, no es la imagen que los demás están viendo, somos nosotros los que nos avergonzamos de ellos y creemos que la imagen que ellos puedan proyectar también habla de nosotros. Mentimos para ofrecer una “mejor” imagen de ellos, La mentira estaba justificada, hemos hecho lo que debíamos: ¡Lo hemos hecho por amor! Ahí reside la profunda mentira. En el hecho de no afrontar que lo hemos hecho por nosotros. Somos nosotros los que no aceptamos en su totalidad a la persona que amamos, somos nosotros quienes vemos el defecto del otro, quienes valoramos que no es perfecto y que no será aceptado por la gente. Ahí reside el tercer nivel de mentira: ¡El autoengaño! En el fondo soy yo que no me acepto a mi mismo y en el defecto del otro me reconozco. Con la mentira pretendo que nadie descubra que no soy perfecto y por tanto indigno de recibir amor. En el fondo, tapando el defecto del otro, estoy evitando afrontar mi falta de autoestima.
¿Qué modelo familiar hemos tenido? ¿Cómo se abordaban las mentiras? ¿Nuestros padres mentían? El modelo familiar que hemos vivido puede influir en nuestras decisiones y en nuestra valoración de las mentiras. ¿Qué modelo somos para nuestros hijos? ¿Qué modelo somos para nuestros colaboradores? ¿Qué modelo somos para nuestros clientes?
En algunas ocasiones mentimos por ocultar un secreto. Creemos que debemos mantener en secreto ciertas cosas, porque son íntimas, porque no le interesan a nadie, porque estamos protegiendo a alguien, por no traicionar la confianza que se depositó en nosotros. Por negligencia, cobardía, impotencia o egoísmo permitimos que ciertos secretos no salgan a la luz. Puede incluso que no mintamos pero permitimos que se cometan injusticias sabiendo que alguien está sufriendo y nos desentendemos: No es cosa mía. Eludimos nuestra responsabilidad para no meternos en problemas. Aquel compañero al que su jefe está maltratando. Aquella niña de la que sospechamos están abusando. Aquella amiga de la que sabemos que su marido la está engañando, etc.…¿Qué hemos de hacer en esos casos? Dependerá de la consciencia de cada cual mantener el secreto o actuar para que emerja la verdad.
Seguro que a todos nos han mentido. Hay mentiras que disculpamos, que perdonamos, pero hay mentiras por las que aun podemos guardar rencor. ¿Qué mentira es la que más me ha afectado a lo largo de mi vida? ¿De quien procedía? ¿Cómo supe la verdad? Hay mentiras que tienen un peso más grande porque, descubrimos la verdad por otros medios. A la mente me viene un poema que aprendí de jovencita y que me impacto enormemente:
Rima XLII de Gustavo Adolfo Bécquer
Cuando me lo contaron sentí el frío
de una hoja de acero en las entrañas;
me apoyé contra el muro, y un instante
la conciencia perdí de dónde estaba.
Cayó sobre mi espíritu la noche,
en ira y en piedad se anegó el alma.
¡Y entonces comprendí por qué se llora,
y entonces comprendí por qué se mata!
Pasó la nube de dolor…. Con pena
logré balbucear breves palabras…
¿Quién me dio la noticia?… Un fiel amigo…
Me hacía un gran favor… Le di las gracias.
¿Qué mentira te está pesando en estos momentos? Puede que en estos momentos de tu vida estés ocultando ciertas verdades y el hecho de no abrirte y contar la verdad te esté afectando la salud, tengas ansiedad o te sientas deprimido. ¿Qué necesitas para poder liberarte de este peso?
Hermínia Gomà
7 febrero 2011
167 Comments
Carlos González
Es curiosa la mentira desde diferentes perspectivas, como lo son sus motivaciones y consecuencias en las relaciones sociales. Así como el planteamiento de la complejidad de la mentira y cuestionar la diferencia entre ocultar la verdad, guardar un secreto y mentir con intención. Me parece importante reflexionar sobre las diversas razones por las cuales las personas recurren a la mentira, desde el miedo hasta el deseo de proteger a los seres queridos. La mentira puede ser una forma de evitar enfrentar la verdad y las consecuencias que conlleva, lo que desemboca en sentimientos de culpa en muchas ocasiones. Siempre pensamos que una pequeña mentira no tiene importancia, que no cambia nada, pero para sostener esa mentira acabamos construyendo una realidad ficticia, no hay vuelta atrás.
Herminia Gomà Quintillà
Excelente reflexión Carlos
Enara Sinfreu
Molts cops mentim perquè no som capaços d’afrontar la veritat, estic segur que tothom quan ha mentit no ha pensat en les conseqüències que et pot portar. A vegades inclús pensem que és una mentida tan “petita” que no tindrà conseqüències, però molts cops per tapar aquesta mentida “petita”, ho encobrim amb una més gran i així contínuament fins que t’adones que no hi ha volta enrere. Quan menteixes pots sentir un munt d’emocions diferents, jo per exemple sento culpa, i inclús por. En canvi quan et menteixen sents uns altres tipus d’emocions, depèn de la mentida i de la persona que te la digui, però jo acostumo a sentir dolor, un dolor que posteriorment deriva en desconfiança.
Herminia Gomà Quintillà
Excel·lent síntesi de l’article! Gràcies per aportar-li valor amb el teu comentari.
LAURA CANOVAS
Las mentiras forman parte de nuestro día a día. Es interesante como muchas veces nos tomamos las mentiras de los otros como traición y falta de confianza, pero cuando somos nosotros las que lo decimos siempre hay una justificación.
Entonces, ¿qué nos pesa? Yo creo que es la propia culpa y que nosotros nos castigamos por ello en vez de tomárnoslo como un aprendizaje y sobre todo para una reflexión. Entonces, yo personalmente, considero que para quitarnos ese peso de encima lo que hay que hacer es perdonarnos y reflexionar.
Herminia Gomà Quintillà
Excelente síntesis del artículo! Gracias por aportarle valor con tu comentario.
Cristina Albó Vilà
Penso que al final lo important és estar amb pau amb un mateix i considero que tothom té certes veritats que només sap la mateixa persona i que, a lo millor, no sent necessari compartir per poder avançar i també és lícit, sempre i quant no provoqui un conflicte intern.
Herminia Gomà Quintillà
Excel·lent síntesi de l’article! Gràcies per aportar-li valor amb el teu comentari.
Ana Prados Herrero
Este interesante texto sobre mentiras y verdades me hace pensar un montón, especialmente porque estoy estudiando para ser psicóloga. Veo cómo la mentira puede ser como una especie de mecanismo de defensa, a veces por miedo, otras por amor, y a veces, por maldad. La parte de la primera mentira consciente me hace sentir la fragilidad de la inocencia y cómo inevitablemente la perdemos. Como futura psicóloga, siento la responsabilidad ética de construir confianza y lidiar con las mentiras como obstáculos para el bienestar emocional. La conexión que hace entre mentir y engañarnos a nosotros mismos me hace pensar en lo importante que es aceptarnos tal como somos.
Herminia Gomà Quintillà
Excelente síntesis del artículo! Gracias por aportarle valor con tu comentario.
Clàudia
Creo que no hay nada que me guste menos que la mentira, aunque entiendo que es algo esencial para el día a día. Cuando mentimos a alguien para “protegerlo” lo primero que se piensa es por falta de confianza hacia el porqué no podrá afrontar la verdad, aunque creo que detrás de una mentira hay muchos motivos que no sabemos y no podemos juzgar. Creo que mentir es una forma de afrontamiento en situaciones negativas o estresante, igual que luchar, para así, poder tener más tiempo para pensar y reflexionar sobre ello y actuar para solucionarlo. Por otro lado, yo siempre pienso que se pilla antes a un mentiroso que, a un cojo, por ese motivo, creo que siempre es mejor decir la verdad, ya que como bien dices, es liberador.
Herminia Gomà Quintillà
Excelente síntesis del artículo! Gracias por aportarle valor con tu comentario.
Clàudia
Creo que no hay nada que me guste menos que la mentira, aunque entiendo que es algo esencial para el día a día. Cuando mentimos a alguien para “protegerlo” lo primero que se piensa es por falta de confianza hacia el porqué no podrá afrontar la verdad, aunque creo que detrás de una mentira hay muchos motivos que no sabemos y no podemos juzgar. Creo que mentir es una forma de afrontamiento en situaciones negativas o estresante, igual que luchar, para así, poder tener más tiempo para pensar y reflexionar sobre ello y actuar para solucionarlo. Por otro lado, yo siempre pienso que se pilla antes a un mentiroso que, a un cojo, por ese motivo, creo que siempre es mejor decir la verdad, ya que como bien dices, es liberador.
Herminia Gomà Quintillà
Excelente síntesis del artículo! Gracias por aportarle valor con tu comentario.
Marta
Muchas veces me he llegado a plantear si prefiero saber la verdad a pesar de que eso conlleve malestar y dolor, o si preferiría vivir en una mentira preservando mi bienestar y felicidad. Creo que esta elección está muy vinculada a los valores personales de cada uno. Además, en mi opinión, no existe la verdad absoluta, se distorsiona según la perspectiva de cada persona. Leyendo el artículo, me he acordado de una canción de Xavibo que menciona las expresiones “una mentira con buena intención” y “que no es menos mentira cuando no te enteras”. La mentira no siempre está ligada con intenciones maliciosas, a menudo proviene del afán de proteger al otro e intentar amortiguar daños. En algunos casos, una mentira tampoco se basa en presentar una realidad distorsionada de los hechos, sino en ocultarlos, pero no por ello deja de ser una mentira, aunque el otro no se entere.
Herminia Gomà Quintillà
Gracias Marta por tu comentario, te felicito por tus reflexiones.
Cristina
Mi modelo familiar ha marcado claramente mi relación con la mentira. Yo misma decidí romper con ella a una determinada edad (no recuerdo cuál) y recuerdo enfrentarme a mi madre y preguntarle: «-¿si es una mentira piadosa porqué la dices? Una mentira no puede ser buena». Me inculcaron que había que proteger, agradar, mejor no enfrentarse verbalmente a las personas, mejor pasar desapercibida, mejor proteger a los clientes antes que se vayan a la competencia; la mentira abordaba todo nuestro círculo vital. Así he vivido durante muchos años, escindiendo mis miedos y ocultando mis verdades, mis emociones.
En mi actualidad siento que trabajando el autoconocimiento, mi autoestima y mis emociones, mis miedos se disipan y se gestionan mejor; tanto es así que hay mucho menos lugar para la mentira. Así es lo mismo con mis amistades, el tener fuertemente arraigados mis valores (la confianza), soy mucho menos permisiva en aceptar cualquier gesto que esconda el no decir la verdad que merezco.
Joana
Quant era petita vaig entrar a classe dient a tots elsmeus companys que els reis eren els pares i que havíem estat enganyats! No vaig rebre la resposta esperada per part dels meus companys…en aquell moment pensava que les mentides es reduien a ser aixo » una cosa dolenta, que no es fa». Res es tan simple, i com bé menciones la mentida amaga molts cops pors profundes i inseguretats, es difrassa moltes vegades de bondat o de suavitzador. També em fa reflexionar molt el tema de no fer res i mirar a un altre costat, molt cops pensem que aixo ens protegeix o que no ens hem de posar en problemes que no ens afecten directament, em recorda al poema de Martin Niemöller, que crec que be al cas en aquestes questions.
Quan els nazis van venir a buscar els comunistes,
vaig guardar silenci,
perquè jo no era comunista,
Quan van empresonar els socialdemòcrates,
vaig guardar silenci,
perquè jo no era socialdemòcrata,
Quan van venir a buscar els sindicalistes,
no vaig protestar,
perquè jo no era sindicalista,
Quan van venir a buscar els jueus,
no vaig protestar,
perquè jo no era jueu,
Quan van venir a buscar-me,
no hi havia ningú més que pogués protestar.
Estrella Azagra
Qué acertado el artículo, ya que plantea las diversas motivaciones detrás de nuestras mentiras donde el miedo es una de las razones principales debido al temor a las consecuencias, al castigo, al rechazo o al dolor que puede generar la verdad. Lo que más me ha gustado es el planteamiento de «mentimos porque no estamos preparados para aceptar la verdad», de manera inmediata. Cada persona tiene sus tiempos a la hora de integrar según qué suceso. En lugar de ello, recurremos a la mentira como una forma de crear un «paréntesis de tiempo» en el cual podemos asumir y procesar la verdad antes de afrontar sus consecuencias.
Al mentir, nos damos un espacio para procesar la información, racionalizar nuestras acciones o prepararnos emocionalmente para lo que vendrá. Pero hay que tener en cuenta que aunque la mentira pueda brindar un alivio temporal, a largo plazo puede generar complicaciones y consecuencias negativas. La verdad eventualmente sale a la luz, y cuando eso pasa puede haber una ruptura de confianza, resentimiento o daño emocional.
Aleix Concernau
Em sembla un article molt interessant i que ha pogut portar reflexions en mi que potser mai m’havia plantejat. M’emporto com, en la línia del que hem pogut anar aprenent a l’Institut Gomà, el focus el posa en un mateix, per tal de donar resposta a totes aquelles situacions que poden portar a la mentida, en els «para qué» de cada una d’elles i tot el que pot haver-hi darrere. Perquè les mentides que no fan mal a ningú… en el fons m’estan fent mal a mi, les mentides que pretenen protegir a un estimat, en el fons em protegeixen a mi, les mentides que salven d’una mala passada, en el fons m’estan salvant a mi d’una mala passada… i així amb tantes situacions diferents on la mentida pot aparèixer. Espero que em pugui ajudar en un futur quan em trobi en situacions on menteixi o vulgui mentir, per veure què hi ha en mi que em porti a la mentida, i sobretot per fer-me bé, deixar de protegir-me, i afrontar la salvació encarant la realitat.
Marta F
Considero que darrere de la mentira sol haver-hi un judici, un judici que ens fem nosaltres sobre què pensarà l’altre segurament. És important acceptar que tots diem mentides, i quan les diguem fer la reflexió de per a què ho diem. Sobretot per aquelles mentires relacionades amb l’autoenganyament. Aquestes són les que fan més mal. I clar, si podem enrredar als altres perquè no ens hauriem d’enrredar a nosaltres mateixos? Les excuses, no deixen de ser una mentida que ens fem a nosaltres mateixos segurament per autoestima, inseguretats… és important detectar-les i analitzar la nessecitat de dir la mentida, ja que segurament aquesta mentida no deixarà de ser un símptoma sobre algo quelcom més profund.
Aida Prat
Aquest article m’ha resultat interessant i sobretot entendre que hi ha darrere d’una mentida. Cal tenir en compte que la persona no només està mentint a una altra persona sinó que també s’està mentint a si mateixa. Mentir està lligat a la por, la por que amaga el que «creiem que passaria» si diguéssim la veritat. Moltes vegades, la por és més mental que no pas real i el que succeeix al dir la veritat, sempre pot ser una oportunitat per créixer.
Aina Borrell
Podríem dir que m’enduc com percebem les mentides com a aliades quan realment ens estan limitant. Per exemple, a vegades mentim perquè no estem preparats per acceptar la veritat, perquè encara necessitem controlar allò que ha passat. Quan realment explicar la veritat ens permetrà alliberar-nos de la situació i deixar de controlar-la. Ressaltar com altra vegada, estem acostumats a agafar el control davant de situacions que ens fan por, creient que així esdevindran millor, quan realment no és així. També m’ha cridat l’atenció l’exemple de les mentides «inofensives» que diem quotidianament, que d’entrada creiem que no fan mal a ningú, quan realment ens estan fent mal a nosaltres mateixos.
Finalment, m’enduc la següent reflexió pel que fa a la convicció social que diem tenir tots d’estimar la veritat: «¿pero estamos dispuestos a ver el mundo como es? ¿Realmente queremos saber siempre la verdad? ¿Estamos dispuestos a pagar el precio?».
David Noé
Gràcies Hermínia per les teves paraules. Ja des del segon paràgraf, la metàfora d’apreciar la confiança com el teixit que aixopluga i arropa les relacions humanes m’ha encisat. Què són les mentides sinó una espècie de pegat o ‘parche’, que fa la funció d’emmascarar el forat que s’ha fet en la tela? Quin regal poder comprendre que el gran motor que ens impulsa a col·locar aquestes ‘tirites’ és la por, la por a punxar-nos amb l’agulla amb que cosiríem de nou la confiança, com si d’alguna manera, el fet d’apartar la vista del forat, de no veure’l, ens fes oblidar-lo, i ens allunyés de la por, del dolor que imaginem, ja que de fet, potser consent de nou, no ens arribaríem a punxar. I no només això, sinó que mentir també ens allunya, per tant, de recosir, de tornar a gaudir de la totalitat de la confiança, de l’aixopluc i el refugi que ara és, d’alguna mena, superficial. Confiem en que som capaços i capaces de recosir junts i juntes els forats que apareixen a vegades, simplement de gaudir de les relacions, amb el temps, o d’estirar-les, i confiem també en que l’altre serà també capaç de cosir.
Guilllem Llort
Me ha gustado mucho como se plantea de manera muy interesante el tema de la mentira y sus diversas motivaciones. También como se destaca que la mentira puede afectar nuestras relaciones y la importancia de la confianza en ellas. Lo más interesante del artículo, por eso me ha parecido la reflexión sobre los diferentes tipos de mentiras, desde las que surgen por miedo hasta las que se basan en el amor o la maldad.
Personalmente, pienso que el artículo es introspectivo y estimulante. Aborda un tema universal y nos invita a reflexionar sobre nuestras propias acciones y actitudes hacia la verdad. Gracias por la lectura.
Gal·la
Me parece muy interesante este tema, Herminia. Personalmente, me considero una persona a la que le cuesta mentir. Cuando miento, experimento una profunda empatía por la otra persona, sintiendo un malestar interno al pensar que está depositando su confianza en mis palabras, que en ese momento ha decidido creer, y ¿por qué no iba a hacerlo? Tal y como dices, las mentiras no hacen daño a nadie, a nadie más que a mí. En mi opinión, me gusta imaginar la mentira como una mochila llena de piedras, siendo la más pesada la que lleva escrita la palabra «culpa».
Desde el otro punto de vista, no suelo ser una persona desconfiada hacia los demás. Por lo general, tiendo a creer en los discursos de las personas, aunque otros puedan dudar de su veracidad. Me pregunto entonces, ¿de quién es la responsabilidad de que te mientan? ¿Qué dice eso de esa persona en particular?
Sofía
Muy interesante Herminia leer estas líneas sobre la mentira. Respaldo tus palabras sobre que la mentira nace del miedo. Miedo a las consecuencias, miedo a afrontar la realidad, miedo a no saber gestionarlo. No estamos preparados para aceptar, como bien dices. Sin embargo es algo con lo que no conecto. Mentir me oprime, me atormenta y me genera ansiedad. Hace tiempo decidí tomar el camino de la verdad, me libera. Soy fiel a mi misma cuando expreso mi verdad. He aceptado que la verdad muchas veces duele, pero es un riesgo que prefiero correr antes que quedarme las cosas dentro. Creo que la verdad es una acto de amor hacia uno mismo, de fidelidad, nos priorizamos al ser sinceros ya que aceptamos con ello que no somos perfectos y confiamos en que de alguna manera podremos hacer frente a las consecuencias por muy negativas que estas puedan parecer.
Mario
Hola, Herminia. Muy profunda esta reflexión sobre la mentira en la que podemos ver el “para qué” de este mecanismo que nos protege de muchas maneras, pero que también nos daña a nosotros y a nuestro entorno. Una de las funciones de la mentira que ha sido un tanto reveladora para mí es la de mentir para crear el paréntesis de tiempo que necesitamos para asumir la verdad y sus consecuencias. Me ha hecho gracia acordarme de varios momentos en los que estoy integrando la información, pero ya estoy dando una respuesta al mismo tiempo. Como tú dices, hay muchos motivos que subyacen finalmente en nosotros y están íntimamente relacionados con el miedo. Gracias por compartir la vivencia con tu madre sobre una mentira que acabó por aclarar otra. Teniendo en cuenta todo lo que has hablado en este artículo, me llevo, en primer lugar, la correlación entre verdad y liberación. Y en segundo lugar, también me llevo la importancia de entender y apreciar la mentira de nuestros seres queridos, la cual nos da mucha información si trabajamos nuestra empatía con ellos y con nosotros mismos.
Ariadna
I si li donem la volta? Preferim, a vegades, ser mentits? Diuen que en la ignorància es viu més feliç. Hem de ser sempre sinceres tot i que la persona a la qual va dirigida la veritat, no està preparada per a sentir-la?
Es diu que la veritat és un valor fonamental, base de la confiança mútua i de les relacions interpersonals en general. Jo sempre he defensat que preferia saber sempre la veritat tot i ser crua. Però, si no hi tinc res a fer, res a canviar, conèixer una veritat dolorosa els guanys superen les pèrdues?
Es diu que la confiança s’ha de guanyar, i no sempre és fàcil i ràpid, però perdre-la a través de mentides sí. Es troba, doncs, en les nostres mans ser sinceres amb la resta i amb nosaltres mateixes, construir vincles saludables i tenir present que la nostra veritat no és l’única.
Irene Lacal
És important indagar en les nostres diferents perspectives i subjectivitats, així com considerar les dels nostres pacients. Cada persona porta amb si una història única i una forma particular de veure el món. Reconèixer i respectar aquestes diferències és definitivament fonamental per a establir una relació terapèutica sòlida i empàtica.
En el meu treball com a terapeuta, m’esforço per crear un espai segur i lliure de judici, donant l’oportunitat al pacient d’explorar les seves creences i percepcions, i com aquestes influeixen en el seu benestar emocional i la seva manera de relacionar-se amb els altres. Reconec que el meu paper no és jutjar ni imposar la meva pròpia visió de la veritat, sinó més aviat facilitar un procés d’autoexploració i autenticitat per a cada individu.
A mesura que continuo aprenent i creixent en el meu camí com a terapeuta, estic compromès a honrar i respectar les perspectives úniques dels meus clients mentre els brindo el suport necessari per al seu benestar emocional.
Amanda Martín
La mentira puede ser desencadenada por tantos factores que es difícil resumirlos. Lo que me ha resultado más interesante de este artículo y creo que todos debemos reflexionar sobre ello para conocernos mejor, es sobre nuestro modelo familiar en cuanto a las mentiras. Es posible que analizando eso, podamos encontrarle sentido a nuestro patrón de mentiras y para qué las llevamos a cabo. Y también, creo que uno de los usos de las mentiras que he visto mucho en mi alrededor, es el uso que se les da para no aceptar la realidad, porque si decimos la verdad es cuando somos consciente de ella y se hace nuestra realidad, aunque en verdad, ya era una realidad, solo que no queríamos verlo.
Aleix T.
Me estoy dando cuenta de que la mayoría de cosas que yo creía que hacíamos para cubrir las espaldas a alguien, en el fondo lo estamos haciendo para cubrirnos las espaldas a nosotros mismos. Con eso quiero decir que mentir es un acto que realizamos con la finalidad, muchas veces, de querer evitar que alguien conozca una información incómoda, desagradable, pero ¿hasta qué punto lo hacemos realmente por esto y no para evitarnos a nosotros mismos experimentar unas consecuencias indeseadas? No estoy en posición para decir cuando la gente puede o no puede mentir, pero sí que creo que plantearnos esta pregunta cuando ocultamos una verdad nos puede ayudar a ser más sinceros con nosotros mismos.
Reflexionar sobre la mentira es siempre una cuestión muy compleja. Todo el mundo miente, esto es un hecho, todos somos seres humanos. Así que no creo que se puedan escribir unas normas sobre cuándo está bien o cuándo está mal mentir. Exigirnos no mentir nunca jamás me parece una pretensión poco realista. Mentimos para mantener el equilibrio, para que no se desestabilice la balanza, pero hemos de ser muy cuidadosos con esto. Hay veces que mentimos deliberadamente, hay veces que ocultamos porciones de información pequeñas e irrelevantes, hay veces que no mentimos pero que cierta información la transmitimos pasando por ella «de puntillas», y por otra parte, hay información que la enfatizamos y nos recreamos en detalles. Hay veces que estamos hablando con una persona que acabamos de conocer, hay veces que hablamos con nuestros padres, pareja, nuestros niños pequeños o incluso con nuestro jefe. En todas y cada una de esas variables van a influir para que actuemos de una manera o de otra. La decisión es de cada uno. Eso sí, hagámonos responsables siempre de la decisión que tomemos y asumamos las consecuencias.
Sheila Segura
Un artículo extraordinario que he necesitado leer varias veces por lo potente que me resulta. Me ha dejado pensando en la pregunta sobre qué diferencia hay entre secreto, mentira y ocultar la verdad. Gracias por este gran gran artículo el cual invita a reflexionar.
Muy buenos también, los comentarios del resto de compañeros.
IOLANDA BERENGUER
Este artículo me ha hecho reflexionar sobretodo sobre el «autoengaño». Todas esas mentiras que nos contamos a nosotros mismos, a veces de manera inconsciente; otras veces, un poco conscientemente… Pero las tenemos tan interiorizadas que es difícil librarse de ellas.
Con el autoconocimiento al que vamos llegando gracias al Coaching Teleológico, podemos conseguir quitarnos la venda de los ojos y eso es un gran paso para poder empezar a actuar de otra manera y ver las cosas desde nuevas perspectivas.
Núria Hernández Collet
Al leer éste artículo me ha hecho reflexionar que la mentira es como un escudo que pensamos que nos va a proteger y sin embargo lo que hace es que nos impide avanzar.
El miedo a exponernos tal como somos hace que nos escondamos en la mentira pensando que es un refugio pero lo que hace es consumirnos y limitarnos.
Sinceramente creo que la verdad nos hace libres!
Gemma Morán
La lectura del artículo me ha hecho pensar que hay tantos tipos de mentiras como gente para contarlas y gente para interpretarlas.
Cada mentira depende mucho de cómo estés tú en ese momento y del miedo que te empuja a mentir, pero también de la persona que la «sufra», de qué miedo le despierte a esa otra persona.
Lo que hace que las consecuencias de las mentiras se multipliquen en función de qué ha movido al emisor y cómo lo ha recibido el receptor.
Esto hace que el control que se pretende tener sobre las consecuencias de decir la verdad se diluya en tantas posibilidades, que es muy difícil que la consecuencia sea la que esperamos conseguir, o tenga parecido con el para qué mentimos.
Herminia Gomà Quintillà
Gracias Gemma, totalmente de acuerdo con lo de que hay muchos puntos de vista para interpretarlas.
Raquel Villarreal
Me resulta muy interesante que un abanico de posibilidades tan grande en cuanto a la mentira converja en un solo punto… el miedo.
Al final todo aquello que hacemos y que va en contra de la verdad acaba teniendo su origen en el miedo a que no nos quieran, a qué no nos acepten… ya sea por lo que pensarán, por lo que pasará o incluso por lo que uno mismo pensará.
Con todo el despliegue de posibilidades que nos expone Herminia se me viene a la cabeza la idea de que la mentira es el pegamento que mantiene unidas las piezas de nuestra coraza ante el mundo y ante nosotros mismos. Que ser conscientes de ello nos da la posibilidad de empezar a dejar de utilizarlo, porque después de todo, ¿para qué la queremos ?
Herminia Gomà Quintillà
Gracias Raquel por compartir tu comentario y reflexiones personales.
Aloma Alenyà
Hola Hermínia, gràcies altre cop per les teves paraules. Aquest article m’ha fet pensar en un recurs que es va fer servir en una de les classes del master de coaching, en la que aquest pes que comentes el vam fer físic amb el pes d’una ampolla. Materialitzar aquest pes, veure on el sentim, veure on el volem moure, descobrir si ens fa por deixar-lo anar, per a què el conservem… Totes aquestes preguntes ajudaran a difuminar més la mentida sobre la que ens aferrem per no acceptar la realitat. Podria haver-hi alguna relació entre aquesta mentida i la hipòtesi del client que no hem de comprar?
Un paràgraf que m’ha ressonat molt és el que diu que mentim per protegir les persones que estimem. En realitat, però, ens estem protegint a nosaltres mateixos d’alguna altra cosa. De què ens estem protegint? Què ens fa pensar que val més ocultar la veritat que afrontar-la? Per la meva experiència, després de viure el rol de mentidera i el rol d’haver descobert una veritat que m’havien ocultat, entenc perquè a vegades necessitem temps per reflexionar i ocultar la mentida, però també entenc com de contraproduent és això per una mateixa (per tot el pes que carrega), per l’altra persona i per la nostra relació.
Adriana Rubí
Em sembla molt interessant plantejar-nos el «per què mentim?», crec que és quelcom que tenim molt integrat en el nostre dia a dia el fet de dir mentides. Aquest article posa de manifest un munt de motius pels quals les persones de vegades mentim que mai m’havia parat a pensar.
Crec que una de les justificacions sobre la mentida que sempre m’ha cridat més l’atenció és el típic «ho faig per tu» «ho he fet per amor», és a dir, quan decidir dir una mentida per tal de «protegir» a l’altre. Tenint en compte que la mentida és, generalment, un acte egoista on el propòsit és protegir-te a tu mateixa d’unes conseqüències nocives, no hi té cabuda aquí el «ho he fet per tu», ja que, com diu l’article aquestes mentides serveixen o bé per no afrontar realitats o per tapar la pròpia falta d’autoestima.
Altre cop, dir que m’ha semblat molt interessant aquest article.
Alicia A.
Me ha parecido un artículo realmente interesante. Es increíble todas las causas y las justificaciones que las personas hacemos al mentir…por amor, por ignorancia, pero sobre todo por miedo. Creo que la mentira y el miedo van de la mano, el miedo acompaña a la mentira. Y ha sido muy interesante leer cómo no es simplemente el miedo a las consecuencias de la verdad, sino que nosotros mismos somos los que no estamos aceptando nuestra realidad. Por tanto, cuando decimos mentir por proteger al otro, lo que realmente hacemos es proteger nuestros defectos, autoengañarnos. Porque no es tanto que no aceptemos al otro, sino que no nos aceptamos a nosotros mismos; y es más sencillo mentir que enfrentarnos a nuestra propia falta de autoestima y confianza.
Me quedo con las preguntas: ¿Qué mentira te está pesando en estos momentos? ¿Qué necesitas para poder liberarte de este peso?
Judit
Este artículo me ha hecho reflexionar mucho sobre aspectos que no me había planteado. Como dice el texto, decimos amar la verdad, pero personalmente no considero que esté dispuesta a querer pagar el precio que de saber siempre la verdad.
Decir la verdad es doloroso pero liberador, que gran verdad. A veces nos cuesta mucho decir la verdad, porque nos preocupa la imagen que podemos proyectar de nosotros mismos, o bien porque pensamos en el dolor de la persona que recibirá esa verdad, pero de alguna forma siempre vuelve a nosotros. Porque cuando aparece el miedo a no poder soportar el dolor de la otra persona o el miedo a que eso afecte a la relación que tenemos, ese miedo es nuestro. Podemos decir que no decimos la verdad por los demás, pero en realidad también lo hacemos por nosotros.
Cuando decimos una mentira sobre nosotros mismos, muchas veces no nos damos cuenta de la repercusión que eso tiene. Nos estamos diciendo que la verdad de nosotros no está bien y consecuentemente, nos estamos diciendo que nos debemos ocultar porque hay algo de nosotros que no está bien.
Por último, destacaría las preguntas que se plantean al final del artículo ¿Qué mentira es la que más me ha afectado a lo largo de mi vida? ¿De quién procedía? ¿Cómo supe la verdad? Y cómo estás pueden tener un peso muy distinto en función de la manera en que descubrimos la verdad y quien nos la comunica.
Laia Llobet
Mentir es un acto egoísta según mi punto de vista. Egoísta en el sentido que miento para obtener un beneficio, porque la verdad no me lo dará. El problema está justamente y bien como menciona Hermínia, que la mentira pesa. Es una carga mental que se va acumulando. Al final, cuando decidimos decir la verdad, esta nos duele porque hay que afrontar una nueva realidad diferente a la que yo me había construido, pero podemos respirar porque ya no hace falta pretender.
Soy partidaria de decir la verdad, pero a veces, mentir puede salvarte. Como siempre, ni todo es negro, ni todo es blanco, así que quien ha mentido no es mala persona y quien nunca ha mentido, nunca se ha puesto en algun problema. Yo creo que en el tema de las mentiras es muy importante hacer el cuestionamiento teológico y preguntarse “para qué estoy mintiendo?”.
Fatima Z.
Hay mentiras que pesan sobre mí, aquellas que intento tragarme yo misma, incapaz de aceptar ciertas cosas o de verlas como son en realidad. Ciertamente, tienen un efecto negativo en mí, pero evito confrontarlas en un intento de protegerme a mi misma del dolor que me pueden generar, obviamente es contraproducente y no tiene mucho sentido, pero por el momento prefiero no pensar en ellas y en seguir en adelante. Quizás me miento a mi misma otra vez, creyendo que más adelante ya las cuestionaré, pero por ahora prefiero centrarme en otras cosas que me dañan más. Quizás no es la mejor decisión, pero por el momento cumple una función; permitirme avanzar.
Hanna
Siempre he pensado que mentimos porque tenemos miedo a la verdad y/o a sus consecuencias. Creo que al mentir por ignorancia ya no habría intención (si no sabemos, no podemos estar decidiendo mentir), por amor… normalmente de nuevo incluye miedo. Miedo a las consecuencias de la verdad: ¿Cómo se lo tomará la otra persona? ¿Qué supondrá si sabe esto? El tema de mentir por maldad no lo había pensado, pero ¿cómo negarlo?.
De nuevo en mentir para liberarnos de nuestras responsabilidades veo miedo, miedo de tomarlas, y en mentir para justificar imperfecciones miedo a aceptarlas o corregirlas. Para agradar… miedo al rechazo.
Otra cosa que me ha recordado Hermínia al hablar del poder liberador de la verdad, es que a veces no sabemos qué hacer o qué decir, y ¿porqué no simplemente la verdad?. Intentamos taparla o eludirla cuando ella también es un camino, probablemente el más coherente con nosotros y el que nos hará sentir más tranquilos.
Por último y en mi opinión, sí creo que hay veces en las que ocultar la verdad no es algo malo. Si contarlo va a hacer más daño que ocultarlo, y por ocultarlo no hay consecuencias negativas… optaría por ocultarlo. Contar algo innecesario podría caer en sincericidio dicho coloquialmente. Por poner un ejemplo, si tenemos pareja y nos escribe nuestro ex, si para nosotros no ha significado nada, ocultarlo podria ser la mejor opción porque tal vez nuestra pareja malinterpreta o se preocupa.
No había caído en que el autoengaño es otra forma de mentir, en este caso no hay sincericidio que valga, autoengañarse creo que en ningún caso es la mejor opción…
Helena
Realmente, el tema de la mentira opino que es un aspecto que engloba muchas áreas de nuestra vida. A través de este artículo he sido consciente que muchas veces mentimos para protegernos. Con este artículo he reflexionado en diversos aspectos de mi vida, concretamente en uno. El hecho es que recientemente me mintieron y me hicieron daño. Y tal cual describió el poema, el dolor y la rabia se apoderaron de mi, ahora mismo veo que parte de la mentira de esa persona era para protegerse a ella misma, en el fondo de una manera egoísta. Es raro, pero eso me hace liberarme de la rabia, me doy cuenta que esa persona tiene que trabajar sus cosas y que ya no es responsabilidad mía.
Por otro lado, me gustaría comentar como muchas otras veces los otros no nos mienten, sino nos mentimos nosotros mismos. Aquí el ego tiene un papel estrella, creo que la mentira nos ayuda a no querer salir de nuestra zona de confort, nos protege y sobre todo, nos protege del dolor. En el fondo el ego quiere lo mejor para nosotros, quiere sobrevivir, pero sin querer esto nos consume. Sin embargo, a veces, creo que la mentira (de protegernos) es incluso necesaria, ya que a veces tenemos que caminar un poco más por el camino de la vida para ver, quizás aún no estemos preparados y necesitamos seguir en esa burbujita.
Iris Mulero
Recordo de petita, a la ESO, perguntar-me moltes vegades el per què la gent mentia, quina necessitat tenien de fer-ho, però m’ho preguntava de verita, esperant una resposta, perquè era una cosa que no arribava a entendre. Poc a poc ho he anat entenen cada vegada més, i és que com diu l’article, no hi ha una resposta a aquest «per què?», he anat aprenent que hi ha molts rerefons, pot ser per protecció d’un mateix o dels altres, pot ser per ignorància, pot arribar a ser amb maldat que són els que fan més ràbia, fins i tot pot ser inconscientment, per una malaltia mental, pot ser per moltíssimes coses, la qüestió és com pot arribar a afectar algunes mentides en la vida de les persones, tant les que la diuen com les que se les creuen.
Ivan
Creo que todos mentimos constantemente, fingimos estar bien en el trabajo o fingimos que nos encanta el trabajo cuando quizás ese día lo odiemos a más no poder. Fingimos que algo nos hace la misma ilusión que a nuestro ser querido para que este siga en su realidad feliz, aunque sea momentánea. Considero que hay mentiras como estas, que el otro sabe, pero también sabe que le estas mintiendo porque te importa su opinión y su felicidad. Decir la verdad es duro y todas las mentiras se acaban sabiendo, pero como disfrutaba la navidad antes de que me dijeran que Santa eran los padres, no tenía precio. Mis padres se molestaban en poner los regalos sin que nos enterásemos, no sabías que había dentro, podía ser cualquier cosa. Ahora esa magia no existe, nos dan los regalos en mano, envueltos, pero ya sabes que es.
Joan Salmerón
Em quedo amb la idea de que mentim per no acceptar aquella realitat que no volem que sigui real, que no ens creiem perquè aquesta pot fer mal. Però lo curiós, és que al mateix temps demanem, o inclús exigim, saber la veritat als altres. Com l’exemple dels reis mags que explica l’Hermínia.
És cert que tots hem mentit alguna vegada ja sigui perquè no sabíem com afrontar una situació, per vergonya, o com a mecanisme de defensa; però fer servir aquesta excusa per sentir-nos bé amb nosaltres mateixos, amb alguna mentida que haguem dit, és fer-ho per rebaixar el malestar d’una dissonància cognitiva, ja que la solució directa sempre és dir la veritat directament.
Lidia Z.
Lo que no se nombra no existe, por eso mentimos. La verdad a veces puede suponer un dolor demasiado alto o unas consecuencias para las que no estamos preparados o que no queremos asumir. Y parece que funciona, que se evitan los conflictos o los problemas ocultando información y mintiendo, pero no es así. Por eso creo que el trabajo de honestidad con uno mismo se traduce en sinceridad hacia el resto y es un acto, bajo mi punto de vista, muy valiente.
Es interesante reflexionar sobre qué supone la mentira en nosotros mismos y en los demás, qué nos está llevando a mentir, qué queremos evitar, a qué le tenemos miedo y de dónde viene este, qué estamos justificando… El origen, las causas y el significado que le otorgamos.
Ruth
L’engany té varies funcions. Moltes vegades ens costa acceptar la realitat i preferim mentir, perquè així pot ser te menys certesa. I pot ser no en som ni conscients, ni ho fem amb mala fe, però mentim. M’ha agradat molt la conclusió de que, que tot resideix en l’autoengany, ja que no ens parem a pensar que quan mentim, realment el que intentem fer és protegir-nos a nosaltres mateixes.
Tot això em ressona molt, ja que moltes vegades m’he auto-enganyat (en relacions sobre tot) de manera inconscient per protegir-me del dolor que em produiria la realitat, o per no voler acceptar-la. Tot i així, aquesta manera de “protegir-me”, acaba fent més mal, ja que et mentalitzes amb una idea i al final és errònia.
Aquest article pot ser una eina molt útil per ajudar a la gent a prendre consciència de l’engany (al menys per mi ha estat molt útil), les funcions, i així poder fer un repàs de què és veritat i què és mentida en cadascuna de les pròpies vides.
Alba Alcaraz
Este artículo me ha removido especialmente. Una de las situaciones que más daño me han generado fue causada por una mentira, por esa ocultación de la verdad para protegerme, cuando esa parte de realidad también me pertenecía y podía estar en mi mano tomar una decisión. Gracias al artículo puedo comprender mejor la relación entre mentira y miedo, entre lo difícil de aceptar las consecuencias de tomar ciertas decisiones.
Me doy cuenta de que aquellas veces en las que yo mentí fue en realidad porque no me sentía preparada para aceptar lo que venía después y me estaba protegiendo autoengañandome y engañando también al resto. Una vez supe detectar esto y actuar siguiendo mi conciencia, haciéndome cargo de mis decisiones y responsabilizandome de ellas sentí que me vaciaba por dentro y me liberaba. Suelo ver como las mentiras se utilizan como medio de protección para uno mismo, como el periodo de tiempo que cada uno necesita para aceptar lo que vendrá cuando se sepa la verdad y lo que realmente genera en nosotros el tiempo que la llevamos dentro es una carga.
Elena Charle
La mentira creo que es una mala forma de llevar las cosas, porque al final la mentira siempre sale a la luz. También existen mentiras «buenas» que lo haces por el bien de la otra persona, para no hacerle daño. pero creo que hacemos mas daño mintiendo que realmente comunicarle la verdad a la personas. Al final también influye la manera que lo comunicamos.
Belen Granell
Este artículo me ha parecido realmente interesante. El comentario que haré hoy me gustaría basar mi reflexión en uno de los apartados del artículo de Herminia, exactamente el cual se centra en la mentira piadosa.
Hace no mucho la use, pensando que protegería a una persona muy cercana a mi. Detrás de esto, lo único que estaba haciendo era protegerme a mí misma. Me protegía del daño que me causaría hacerle daño a un ser querido.
Me considero una persona que quiere muy bien a los suyos y lo da absolutamente todo por ellos. Cuando los veo sufrir, yo también sufro. Dicho esto, causarle daño a alguien que quiero me causa un dolor muy grande, es por eso que me sostenía en la “mentira piadosa”. Pero en el momento que la dejas ir, aunque hagas daño, de un modo u otro, te sientes liberado. Sacando un peso de encima para poder seguir hacia delante.
Paula Martínez
Que tema tan complejo el de la mentira. En mi caso tengo sensaciones encontradas con las mentiras. Por un lado, cuando me mienten siento que una parte de mi es incapaz de volver a confiar en la persona que me ha mentido, pero por otro, hay muchas veces que cuando me entero de la verdad me hubiera gustado quedarme a vivir un poco más de tiempo en la mentira.
La conclusión que saco es que, en cierta medida, las mentiras son una especie de «efecto ibuprofeno» que utilizamos para que las cosas que no sabemos gestionar nos resulten más llevaderas en ese momento. A veces, el hacerle daño al otro nos causa tal conflicto interno que decidimos posponerlo para otro momento. Pero también nos mentimos a nosotros mismos, porque la mentira no va a hacer que el otro no sufra, simplemente va a hacer que ese dolor tenga que esperar.
Lo que más claro tengo es que la mentira más dolorosa es la mentira que nos hacemos a nosotros mismos, esas mentiras nos encierran en una «cárcel emocional» de la que luego nos puede dar mucho miedo salir.
Eva Palleiro
Gran reflexión sobre la mentira. Mi pregunta es es innato mentir? los niños pequeños mienten para conseguir atención, cariño, regalos… Nadie les enseña cómo, pero son buenos en manipulación y mentira, siempre desde el amor infantil. Que luego si no se corrige se convertirán en estrategias del adulto para conseguir eso mismo, pues no sabrá de que otro modo hacerlo.
Nos encanta la verdad, todo el mundo quiere saberla o eso decimos…¿pero quien es 100% verdadero en su vida? Con todas las capas de condicionamientos que llevamos, que refuerza mas la sociedad? Hay miles de alegorías a la mentira. Nos gusta escuchar música sobre mentiras, ver redes sociales con vidas de mentira, relaciones de mentira, netflix de mentira….no sé. Somos dualidad. Sin mentira no hay verdad y viceversa.
Iris caballero
Mha semblat super interessant la reflexio: de vegades mentim pq pensem que la veritat li fara massa mal a la persona i aixi per protegirla. Pero realment a qui estem protegint som a nosaltres mateixes. Sovint mentim per no poder soportar el dolor de laltra, pq aixo ens provoca dolor a nosaltres.
Quan mantenim una relacio sexoafectiva o li diem jo tambe t’estimo, perque ens fa pena fer mal a l’altra. Sabem que la veritat la destrossara, i per tant a nosaltres, sentintnos responsables i culpables del seu dolor. Perque si en un altre context se li pogues preguntar a l’altra persona que preferiria, segurament elegiria saber la veritat, i a partir d’aquest punt decidir ella que fer amb aixo. Qui vol viure en un mon fictici? Tu decideixes quina pastilla oferir.
MARTA GIMENO
Todos mentimos, no solo a los demás sino a nosotros mismos. Yo la primera. Por miedo a mil cosas que creo no poder gestionar y busco mis excusas o justificaciones para no sentirme mal, pero las mentiras pesan.
Este año que creia que ya habia identificado mis autoengaños, me he pillado con mentiras en temas laborales y personales. Seguro que han habido más mentiras en mi vida que me habré dicho o habré dicho a otros de forma automática consciente o inconscientemente.
Decidí hace mucho tiempo, hacer lo máximo posible por pillarme y ver a que respondía, para que uso esa mentira, cual es el miedo que hay detrás, como puedo hacerle frente y así decirme y decir la verdad. En ello sigo.
También me han mentido pero procuro entender que tiene que ver con quien lo hace y cuando no lo encajo bien pues en mi mano está procurar entender que ha ocurrido y tomar decisiones para actuar en consecuencia si lo considero necesario. Al final se trata de responsabilidad personal.
«Quien siembra verdad, cosecha confianza»
No se dónde leí esta frase, pero tiene mucho que ver con la forma en la que procuro actuar. No siempre fue así porque cuando era muy joven por encajar mentía constantemente, no recuerdo momentos mas infelices que cuando actuaba como quien no era.
Quizás de ahí mi curiosidad por el autoconocimiento y el liderazgo personal.
Decir la verdad me genera más confianza conmigo misma y con mi entorno.
Me he dado cuenta con los años, que eran más grandes los miedos que proyectaba que lo que ocurre en realidad cuando eliges decir la verdad de como te sientes, de como opinas o de que eliges hacer las cosas, eso si siempre desde mi sentimiento opinión o elección.
Seguro que queda mucho camino o incluso puede que en ocasiones elija mentir, pero para mi decir la verdad es mucho más liberador y merece la pena.
Gracias por estas reflexiones tan poderosas, Herminia!
Karina
Resulta muy interesante reflexionar acerca de la mentira. La tenemos tan interiorizada que no nos paramos a analizar la causa y el para qué, más profundo, de cada mentira que decimos. Mucho menos la relacionamos con la relación que tenemos con nosotros mismos, cuando es la causa primera. De qué nos escondemos, qué priorizamos, qué nos da miedo. Muchas de estas respuestas podrían verse reflejadas en las mentiras u omisión de verdades que solemos hacer. Un buen ejercicio para terminar el año: observar qué mentiras digo, qué verdades omito… seguro que son más de las que me imagino.
Mireia Fabregas
No decir la verdad o mentir de alguna manera nos quita libertad y paz interior. Seguramente, como bien se explica, habrá muchos motivos diferentes para no decir la verdad, y muchas veces nos acabamos engañando a nosotros mismos con estos motivos en forma de excusa. Cuando oculto una verdad, también oculto algo de mí, y es algo que puede limitarnos o hacernos sentir la falta de coherencia interna. Me parece muy interesante la reflexión de ¿por qué mentimos u ocultamos la verdad? Cuando es para evitar que alguien sufra ¿no estamos infravalorando a esta persona o evitando nuestro dolor si sabemos que la mentira va a herir a alguien? ¿Qué esconde de nosotros lo que ocultamos? Por otra parte ¿Cuantas veces evitamos la verdad para no sufrir? Incluso siendo casi consciente de ello, elegimos no girar la mirada hacia allí.
Las pequeñas mentiras forman parte de nuestra rutina. Este artículo nos recuerda revisar nuestras mentiras, qué elegimos ocular y que no, y cómo repercute esto en nuestras relaciones y nuestro bienestar.
Laura Baraza
Que poderoso tema y que forma tan profunda de hablar de el, no tengo claro que pensar o sentir sobre este tema, siempre he pensado que a veces no decir toda la verdad es necesario, y me justificaba con esta excusa, la mentira procede del miedo sin duda en muchas ocasiones. Siendo madre he visto en los ojos de mis hijos inocentes por su edad decir «mentiras» y me ha causado ternura en la mayor parte de los casos, como padres sabemos la verdad y lo que dicen casi siempre es por miedo a no llegar a nuestras expectativas o la necesidad de complacernos, esta forma de entender las mentiras me hizo tener compasión por las que yo he realizado o recibido, ahora están en la edad que me miran sabiendo que los Reyes somos nosotros, pero que ni ellos ni yo queremos enfrentarnos a ese momento de verdad, no estoy prepara para dejar ir esa inocencia que ya se que no está, ha pasado demasiado rápido, y enfrentarme a ello me causa una tristeza que no quiero afrontar, y ahi esta el miedo de nuevo, miedo a que ya no nos miren con esos ojos de ilusión, que les decepcione la mentira de estos años, miedo a que no me quieran si saben la verdad, supongo que la base de toda mentira, perder el amor del otro si te muestras con toda la verdad.
Miguel Velásquez Molina
Buenas tardes, quiero mencionar que este artículo me ha impactado mucho, no tenía conocimiento ni sospecha de que básicamente las personas mentimos por miedo, comprendo que es el miedo a quedar, de alguna manera expuestos, lo que nos hace mentir. Puedo ver de que es muy amplia la cantidad de situaciones o casos en los cuales se puede mentir, lo cual me genera mucha sorpresa, no imaginaba que pudiese ser tanto. Puedo recordar algunas ocasiones en las cuales pude enterarme de que me estaban mintiendo, tanto en mi trabajo como en mi vida personal, y la verdad que eso me causaba muchas molestias, sentía enojo e impotencia, no obstante en la actualidad eso ha mejorado bastante, creo que hoy el día cuando me mienten entiendo que la otra persona lo hace por protegerse, por no quedar expuesta, y ya no me causa las molestias que me ocasionaba antiguamente.
Creo que si tuviera algo que estuviera ocultando, necesitaría mucho coraje para poder expresarlo y enfrentar la situación, sea cual sea.
Saludos.
VICTORIA
La Mentira, que gran tema en mi vida. Leyendo el libro «La princesa que creía en los cuentos de hadas» Marcia Grad, cuando Victoria, que así se llama la protagonista, entra en el país de la realidad, descubrí que mi vida hasta ese momento había sido una gran mentira. En ese momento fuí consciente de que había estado interpretándo el gran papel de mi vida fingiendo ser una persona que no era. Todo a mi alrededor habían sido mentiras, mi vida entera había sido una mentira para ser lo que se esperaba de mi, lo que «debía ser». A partir de ese momento decidí dos cosas, empezar a mostrar quién era realmente y que se habían acabado para mi las mentiras. Las propias, que eran muchas y las ajenas, siempre que fuera posible. Y con el paso del tiempo, detecté que ese pasado me había regalado un don muy especial. Cuando alguien dice una mentira, casi siempre la intuyo, mi cuerpo me manda un aviso, lo que no quiere decir que sepa cual es la verdad. La verdad siempre está dentro de cada uno y cada uno es responsable de descubrirla.
Así que ya sabes…no me mientas 😉
TANIT BURJACHS CASAMOR
Me ha impactado enormemente la elucubración de que, detrás de mentir (aparentemente) por alguien, hay otro grado de mentira escondida, y és que también nos mentimos a nosotros mismos, porque no somos capaces de aceptar ciertos aspectos de nuestra vida. Es muy muy muy interesante y potente
Con esta información voy a “sentir” la mentira de otra manera muy distinta, más desde la compasión, que desde el enfado, porque entiendo que esa persona no puede/sabe hacerlo de otra manera.
Andrea
«Decir la verdad es doloroso pero liberador».
Empezare con esta frase ya que creo que es la base de todo lo que quiero expresar después de haber leído este artículo. Al final para mi la mentira es la peor forma de auto engaño y de no sincerarse con uno mismo. Es cuando caemos en el error, como bien indica el texto, de creernos todo eso que decimos y al final cada vez nos alejamos más de nuestra esencia sea por no herir a los demás, sea por pensar que así no sufriremos tanto al ocultar ciertas obviedades, y al final esto nos vuelve a cada uno de nosotros de forma negativa y nos va alejando de esa genuinidad que habita en cada uno de nosotros.
Cuando somos niños es precioso porque no filtramos, no caemos en estas trampas constantes de evitar ciertas situaciones por la simple razón de creernos que eso nos va a proteger y a su vez va a proteger a las personas de tu alrededor. Vemos que es otra forma de alejarse de nuestras realidades, y es cuando comprendes esto, cuando ves con claridad que la única manera de estar consciente y conectada contigo misma es llevándolo todo con la mayor honestidad posible, ya que al final eso es lo que te lleva a ser tu mismo y a aceptarlo.
Begoña Forteza Casas
La mentira ha estado presente en mi vida de diversas maneras, ha sido un recurso que he utilizado para salir de situaciones o para no afrontarlas, para no hacer un daño que he creído innecesario; también me han mentido y el descubrirlo me ha causado sufrimiento. Como tantos otros niños la de los Reyes Magos fue la primera mentira que descubrí causándome decepción y tristeza, luego vinieron otras relacionadas con el amor y el desamor, la envidia, la inseguridad, la sobreprotección … al final lo que más duele de no saber la verdad desde el primer momento es que la confianza en uno mismo y en los demás se resquebraja y convierte las relaciones en vinculos frágiles y superficiales. Gracias a la lectura del artículo también he reflexionado sobre mis mecanismos internos para justificar mentiras y cómo estas eran integradas con naturalidad y casi sin casi darme cuenta por una mera cuestión de supervivencia. Luego llegaron a mi vida personas auténticas que no vivian desde la mentira, personas que me reflejaban mi necesidad de coherencia; también llegó una etapa de profundo autoconocimiento y la comprensión de que evitar la verdad sólo hace que ésta se acabe desvelando de forma más dolorosa, dejando una estela de rencor en el que la recibe y malestar interior en el que miente. La verdad va unida a la valentía, a la autoestima, al saber que no mentir nos convierte en personas sólidas y auténticas que se muestran tal y como son, sin dobleces. La mentira, por muy aceptada que esté,sólo conduce al conflicto y a la falta de claridad, a perdernos en quién no somos para salvar una falsa apariencia.
CELIA
Reconozco que he mentido…muchas veces…
Sobre todo por miedo y por vergüenza, para justificarme, para ocultarme, para evitar las consecuencias, para evitar el rechazo…
Pero resumiendo… Por Ignorante!! creo que la necesidad de mentir para ocultar mis miserias o calmar mis miedos es directamente proporcional al estado de mi autoestima y por lo tanto del conocimiento y la confianza que tengo en mi misma, quizás por eso me reconozco ahora más honesta y más auténtica…
En el aprendizaje de sostener mis emociones y las de los demás el espacio para las mentiras es mucho más pequeño.
Rosa Garcia
» ¡Para mí la verdad es importante, así que no me digas mentiras, aunque me duela, dime la verdad!». Esta frase se la repetía a toda aquella persona que empezaba a importarme. Quería dejar claro que la mentira no me gusta. Vivirla tanto tiempo en mi infancia y durante la juventud me hizo odiarla profundamente. Así que tal y como me gusta que actúen hacia mí es como actúo hacía los demás, con la verdad por delante. ¡Pero que jarra de agua fría me cayó el día que descubrí que me había estado autoengañando tanto tiempo precisamente a mí misma! Y ahí está la paradoja. La mentira tiene la habilidad de disfrazarse en falsas verdades y a la inversa. Así que «Quién esté libre de pecado, que tire la primera piedra…»
Laura Neira
Gracias Herminia, me ha encantado el artículo!
«Decir la verdad es doloroso pero liberador». Yo, además, le añadiría «escucharla». Escuchar la verdad y poder sostenerla, a veces es difícil, duele, pero solo al atrevernos a reconocerla, se genera la posibilidad de poder cambiarla. Porque seamos sinceros, una verdad positiva, buena y que desborda felicidad a raudales, es compartida. Son las otras, las que nos generan tristeza, vergüenza, miedo o culpa, las que son ocultadas. No creo que con mala intención, más bien como cuando los niños pequeñitos, para esconderse, se ponen las manitas delante de la cara. Como ellos mismos no se ven, entienden que han desaparecido del plano. Pero no, siguen ahí, entreveladas, esperando a ser liberadas
Armando Sosa
Realmente existe un aspecto muy adulto en hacernos cargo de aquello que nos interpela de la realidad, es un ejercicio diario de madurez.
» Hasta que no lo decimos, lo expresamos, es como si no fuera realmente cierto»
Mentimos para aferrarnos a esa ilusión de control y poder sobre la historia que me cuento a mi mismo y a los demás sobre lo que ha sucedido o está sucediendo.
Gracias Herminia por este abordaje analítico tan fresco de este hábito, de este mecanismo de defensa, que es ocultar la verdad, negar la realidad, a nosotros mismos y a los demás.
Ana Bernés
¡Gran artículo! Me ha invitado a reflexionar sobre la tipología de mentiras, sean sobre mí misma o alguien amado, ya que todas hablan de nosotros mismos. Uno de mis recuerdos más antiguos está relacionado concretamente con el hecho de mentir, y fue la primera mentira que recuerdo haber dicho, tendría unos cuatro o cinco años, y lo recuerdo por las consecuencias que tuvo (la lección de mi padre sobre las mentiras).
Sin duda, un artículo sobre el que seguir reflexionando, ¿para qué miento? ¿qué tengo miedo de afrontar? ¿estoy preparada para afrontar la verdad? ¿a pagar el precio? Hay mentiras que no hacen daño a nadie… a nadie más que a mi.
¡Gracias Hermínia!
Judith Molinos
Este artículo me ha hecho reflexionar sobre mis propias mentiras. Me he dado cuenta que en las ocasiones en las que he creido necesario mentir, he puesto la excusa de que son mentiras piadosas, dejando de lado así toda mi responsabilidad. Sin embargo, veo que más que mentiras piadosas, eran mentiras que decía por no ser capaz de aceptar y afrontar la verdad, o por no creer capaces a otras personas de asimilar lo que les tenía que decir.
Me ha chocado leer ciertas cosas en este artículo ya que nunca le habia dado importancia a este tema. Siempre lo he evitado inconscientemente pensando que no tenía explicación alguna.
Sara Cano
Confieso lo mucho que me ha impresionado leer sobre la mentira y su globalidad. Me ha hecho conectar con el enojo que siento y la rabia o frustración que me produce cuando detecto una mentira. No entendía porque la gente lo hacía, y lo sentia injusto juzgandolo únicamente como maldad e incluso cobardía. Pero leyendo el artículo entiendo que va más allá. Tomo conciencia de que , muchas veces, las mentiras son la única forma que tenemos de actuar ante el miedo. Nunca lo había relacionado, y tomar conciencia de ello me hace sentir compasión. Compasión por el otro y por mi misma. Ya que yo también he mentido y me miento, como mecanismo de protección, por no saberlo hacer mejor, por no poder hacerlo mejor en ese momento. Y eso no lo justifica, pues al final, como dice el post, mentir al otro es en ultima instancia un engaño hacia uno mismo. Es esa estrategia inconsciente «para crear el paréntesis de tiempo que necesitamos para asumir la verdad y sus consecuencias». En definitiva, tomo conciencia de la relación que conecta la mentira con la no aceptación de la realidad. Como digo, de forma muchas veces incosciente por no ser capaces de afrontar el miedo y el dolor que esconde. Y solo de nosotros depende conformarnos con gestionar la realidad a través de esa ignorancia, aceptando que esa es la manera de vivirla y procesarla, cargando con ese malestar que pretendemos obviar pero nos quema por dentro. Y digo esto, porque he vivido alguna vez el proceso liberador de cuestionarme y expresar que es lo que en realidad estaba ocultando cuando mentía, al otro o a mí misma, y lo doloroso que ha supuesto para mi esa toma de conciencia. Doloroso pero transcendental en el autoconocimiento y en cómo me presento ante la vida, permitiendome trabajar en ello.
Al final, como todo, se trata de aprendizajes a través de la experiencia, y de nuestra capacidad de responsabilidad.
Maria F
Me ha parecido un artículo muy interesante, sobre todo los tipos de mentiras y el para qué de estas. Me quedo con la frase “cuando tomamos la decisión de proteger al otro ocultando la verdad, ¿de qué nos estamos protegiendo nosotros mismos?”. Me ha hecho pensar en que hay una necesidad de controlar como nos afectará la decisión del otro si contamos la verdad. Es una forma de poner el foco en el exterior, de controlar al otro en vez de nuestras emociones y sentimientos. Nos justificamos con el otro mientras nos autoengañamos, porque en el fondo sabemos que lo hacemos egoistamente para nosotros.
Noelia Mora
Detrás de una mentira, la persona que miente se está mintiendo a sí misma, mientras que en relación al otro, lo que verdaderamente está haciendo, más allá de decirle algo que no es cierto, es no confiar en sus capacidades para afrontar la verdad que se está eligiendo ocultar. Por tanto, al otro no le estamos depositando nuestra confianza, pero es nosotros mismos a quienes realmente nos estamos mintiendo.
Nuestras mentiras nos hablan de aquello que no es cómo querríamos y, por tanto: nos ofrecen la oportunidad de cambiar y aprender.
Paula Enrich
Cuánto he aprendido con este post!! Podría resumir todo lo aprendido en esta frase que ha mencionado Herminia: «Mentimos mayormente por miedo, pero también podemos mentir por ignorancia, por amor o por maldad. Mentimos para liberarnos de nuestras responsabilidades y para justificar imperfecciones. Mentimos para agradar, ser validados y amados. También mentimos por omisión».
Este post me ha otorgado un punto de vista totalmente de las mentiras, ya que he podido realizar una comprensión más profunda sobre ellas. Asociamos las mentiras a algo desagradable, a algo negativo, también muchas veces a deslealtad, todos vivimos las mentiras de una forma determinada pero la gran mayoría, como algo negativo. En este post, hemos observado que la mentira también se da por amor, para proteger o para protegernos. Esta comprensión más profunda nos puede ayudar a no solo comprender que hay detrás de una mentira, sino que, identificar por que estamos mintiendo nosotros.
Paula Lucas García
He mentido, varias y repetidas veces y además, actuales. He mentido por miedo, siempre he pensado que era un miedo hacia alguien, pero era un miedo construido en mi cabeza pero, por si acaso he mentido así evitava que pasará. Llega un momento donde parece que las mentiras formen parte de uno mismo y se entra en una dualidad moral de si eres buena o mala persona por mentir. Al final, se miente como escudo, para protegerse y no creo que eso defina a nadie como persona. Al ir a terapia estoy cambiando eso por supuesto! Es solo una reflexión.
Recuerdo la primera vez que me dijeron: he mentido para no hacerte más daño. Creo que ha sido uno de los dolores más profundos de mi vida. Sentí que esa persona se había tomado la libertad de ocultarme una verdad que me pertenecía y, por lo tanto, me había coartado la libertad de elegir mi vida ante todas las situaciones. Esa persona, no mintió para no hacerme daño, mintió porqué temia que yo eligiera con toda libertad y eso la excluyera de mi vida.
Al principio todo era rabia hasta que comprendí que todos tenemos miedo, no digo que este bien lo que hice pero puedo empatizar con ese miedo.
A través del trabajo personal y la autoconsciencia las mentiras pasan a dejar de ser útiles porqué no necesitamos protegernos de nada si creemos en nosotras mismas.
Ana Linares Rueda
Primero de todo doy las gracias a Hermínia por este artículo y darnos la oportunidad de cuestionarnos y reflexionar por actos cotidianos y permitirnos entender.
Primero de todo, el cuestionar qué diferencia hay entre un secreto, mentira y ocultar la verdad me he dado cuenta que el objetivo final es el mismo aunque el mecanismo para llegar a este es diferente. Me ha sorprendido darme cuenta de eso, ya que socialmente e incluso personalmente, un acto está más justificado o menos castigado que otro acto, es decir, ¿hasta qué punto esta aceptación social sobre un acto u otro es una forma de ocultarnos la verdad a nosotras mismas para protegernos?
Sobrevaloramos una verdad pensando que siempre es positiva, pero como bien se dice, hay situaciones o momentos donde expresar esta verdad es doloroso y tal vez, no estamos preparadas para aceptar esa realidad que estamos evitando y nos protege a nosotras mismas de nuestras emociones y pensamientos y a su vez, del miedo de que los demás juzguen esa situación. Por otro lado, también es curioso escuchar tantas veces en películas, series o vida cotidiana el “Creí que te protegía ocultándote la verdad / No quería hacerte daño”. A veces suponemos lo que necesitan otras personas, nos responsabilizamos de sus necesidades, pero ¿hasta qué punto nos estamos protegiendo escudándonos en “proteger al otro”?
Finalmente, me quedo con la pregunta de ¿de qué te estás protegiendo tú cuando mientes para proteger a las personas que amas?
Ana Sánchez
Considero a mi familia sincera, compartimos nuestra opinión aun que algunas veces pueda doler. Me gusta serlo y que lo sean conmigo, no me gusta que me mientan y una persona muy cercana algunas veces lo hace y pierdo un poco la confianza que he depositado en ella. Como en el artículo, hay personas que dicen que mienten en pequeñas cosas y no le dan importancia, pero para mí, si mientes en algo pequeño, me es difícil confiar en que si pasa algo importante me lo cuente. Prefiero una amarga verdad que una bella mentira, porque como el dicho, se pilla antes a un mentiroso que a un cojo y al final la verdad sale a la luz. Lo que más me duele no es el contenido de la mentira, sino el sentimiento de traición que me surge, lo gestiono empatizando con el porqué lo ha hecho y sus razones.
Recuerdo en el instituto observar como entre amistades se mentían y como me mentían sobre su vida personal, como por ejemplo una compañera mía decía que tenía un perro y nos contaba historias con él, y luego descubrimos que era mentira. Todos en algún momento nos hemos autoengañado, tomar consciencia de ello y aceptarlo no es una tarea sencilla en muchos casos.
Gonzalo Camprecios Gari
Creo que este articulo embarca de una forma muy completa que es lo que nos mueve a mentir. Nos da miedo descubrir la verdad porque duele, y nos cuesta asimilarla y reconocerla. La mentira es la capa que esconde el miedo, y la verdad es el amor que se filtra por las rendijas de la mentira. Al final la verdad acaba saliendo de una forma u otra.
Gracias Herminia!
Júlia Sala Caballeria
M’ha semblat un article molt interessant, sobretot perquè m’ha fet reflexionar sobre el concepte de mentida en general, però també sobre els diferents tipus de mentida que existeixen específicament.
Com deia Mahatma Gandhi » Más vale ser vencido diciendo la verdad, que triunfar por la mentira». Aquesta frase m’agradaria relacionar-la sobretot amb el concepte d’acceptació. En moltes ocasions, quan mentim és perquè d’alguna manera no estem acceptant la mateixa realitat. Per això és tan important preguntar-se el que no estem acceptant, ja sigui la crítica de les altres persones, per protegir a les persones que estimem, per no voler afrontar la realitat, entre d’altres.
Josefina de la Fuente
Que buen artículo! Me quedo con la importancia de ser conscientes de para qué mentimos. Que es lo que no queremos afrontar, y si la mentira es la solución que zanja el tema o solo lo pospone. Erradicar la mentira es difícil, pero es importante no perder de vista la finalidad, para no acabar tomando la mentira como si fuese la realidad.
Luis Prior
Utilizando el poema de Neruda, «confieso que he mentido». Confieso que he mentido y sigo mintiendo; por miedo, por amor, por vergüenza, por falta de autoestima, … Es un reflejo de mi estado de conciencia. Igual que a veces me enfado por nimiedades o me angustio por tonterías. Espero que cada vez pueda mentir menos.
Albert Carrasco
Tal como apunta el artículo y según el análisis que hago de las mentiras que cuento y me cuento. Veo claramente que en ellas hay MIEDO. A no decirme la verdad, a no ser capaz de decirle la verdad a alguien por la supuesta recepción del mensaje (dolor o ira) o a proyectar mi miedo al rechazo si la digo.
Todos mentimos o hemos mentido alguna vez, me parece importante pararse a escuchar tus propias mentiras y analizar su razón de ser. Probablemente unas eran innecesarias y otras transformadas en verdad nos liberarían.
En cuanto a la razón principal por lo que cuesta tanto dejar de mentir en un tema concreto, es porque necesitamos ese paréntesis temporal para conocernos preparados para digerir la nueva verdad con algo más de fundamento.
En definitiva me parece una gran publicación que confronta algo tan abstracto y rutinario como la verdad o la mentira.
Muchas gracias.
Aida
Este post me ha hecho reflexionar mucho sobre un tema del que poco se habla, quizás porque esté muy normalizado mentir y desde la ignorancia no nos paramos a reflexionar en profundidad qué miedo hay detrás de esa necesidad de no querer aceptar la realidad. Sin duda a partir de ahora reflexionaré cuando ante mi se presente el impulso de mentir.
Mercè
¡Madre mía! nunca había visto la mentira en toda su globalidad y es inmensa, lo puede invadir casi todo.
Pienso que la mentira en cualquiera de sus versiones y funciones solo te aleja de la realidad, una realidad para la que no estás preparado. La palabra fundamental en todo esto es la CONFIANZA, confianza en uno mismo, confianza en los demás y confianza en la vida.
Entiendo que volvemos al mismo sitio de siempre; autoconocimiento.
Xavier Civit
La mentida, tema apassionant, és un món.
Poc a comentar i molt a treballar-me.
Em quedo amb unes quantes reflexions quan dic o em diuen mentides :
Quan les dic jo, faig mal ? Em faig mal ? vull fer mal ? què busco ? què pretenc ?………
Quan me les diuen i les descobreixo al moment o més endavant, Em fan mal ? com m’afecten ? les comprenc ? les accepto ?……….
M’encanta l’article.
Carles Peiró
¿Se puede vivir sin mentir? En una sociedad en la que constantemente estamos interactuando, en la que el éxito adopta una connotación básicamente capitalista y consumista, donde exite una evidente falta de valores y la integridad brilla por su ausencia…….. NO
Vanessa Jordan
Hermínia con este artículo nos invita a hacernos muchas preguntas para indagar en un gran tema que es la mentira. A todos nos mienten y todos mentimos, las razones son muy diversas y tienen un origen común: el miedo. Antes de juzgar aprendamos a profundizar en para que mentimos, para que mentimos y para que nos miente el otro. El peso de una mentira es muy grande, decir la verdad nos libera de ese gran peso pero es un proceso que no siempre es fácil. Un buen acompañamiento nos ayudará a trabajar en nuestra autoestima y liberarnos del miedo a vivir en la verdad.
Jennifer Monterroso
De todo lo leído, y en referencia a la pregunta sobre la familia, en los últimos años me he dado cuenta de que la mentira -sobre todo por omisión- siempre ha estado presente en mi familia como forma de proteger. Sin embargo, yo lo he vivido, y así lo he compartido, no creo que sea tanto a modo de protección hacia el prójimo sino por la falta de recursos para hacer frente a lo que la verdad traía consigo, por lo que se ha mantenido ese viejo dicho de «si no lo digo no existe».
Personalmente, y también al haber tomado conciencia de lo que la falta de verdad produce, me siento más cómoda abordando las situaciones desde la honestidad y huyendo de la mentira, dado que en muchas ocasiones es como un saco de arena que se va arrastrando y que además, cuando quieres vaciarlo, pesa aun mucho más dado que contiene nueva información que la mente ha ido construyendo por el camino.
Sandra Bofill
Muchísimas gracias Herminia por este artículo… Me ha hecho tomar consciencia de la carga que supone la mentira y que repercusiones puede tener en nosotros… Con lo cual, lo mismo para el cliente. Me ha ayudado a comprender desde donde nos movemos para mentir, lo que no he acabado de comprender, son las mentiras que pueden salir del corazón… De la mente por supuesto, pero del corazón??? Me encantará que me lo aclares… Y comparto lo que la verdad, a veces puede ser dolorosa pero siempre, siempre, liberadora… Mil graciassss! 🙂
Beni
La mentira es todo un mundo. De siempre se tiene consciencia de que hay personas que ocultan la verdad. Hay mentiros@s compulsiv@s. Es porque no pueden asumir la verdad, o por puro divertimento? Generalmente a medida que pasa el tiempo, sabes quien es aquella persona, en la que puedes confiar, que te dice la verdad.
Las mentiras piadosas, para proteger al que se quiere, a veces acaban mal, cuando sale todo a la luz. En el fondo no sabes si te estás protegiendo a ti o al otro. Como dice un refrán “ las mentiras tienen las patas cortas” . Según el texto, mentimos por miedo, por ignorancia, por amor, o por maldad, para liberarnos de nuestras responsabilidades y justificar imperfecciones. Mentimos porque no estamos preparados para aceptar la verdad. Con la edad se aprende a decir las cosas como se ven, no se si será la verdad, pero es tu verdad.
Mar Canovas
Creo que es inevitable mentir en algún momento de nuestra vida. Creo que lo importante es desde qué punto interno mentimos y con qué finalidad. Creo que si hacemos una mentira pequeña y liviana para evitar un mal menor, como en el caso de decir algo para no herir los sentimientos de otra persona, realmente no resulta tan perjudicial. Creo que las mentiras se vuelven realmente algo tóxico cuando se genera una dependencia a estas y una persona no es capaz de afrontar la verdad nunca. Tanto para sí misma como para los demás. Eso refleja una falta de responsabilidad frente a uno mismo y una falta de compromiso con los demás y la vida.
Sara Elizabeth Olivares Puelles
El testigo falso no quedará sin castigo,
Y el que habla mentiras perecerá.
proverbios 19:9
Como vemos las mentiras siempre han estados mal vistas, como algo que merece ser castigado. Sin embargo solemos mentir muchas veces y nos excusamos. Las peores mentiras son las que nos decimos a nosotros mismos, estas nos impiden aceptar la realidad y poco a poco transformamos nuestra realidad en una mentira y eso nos ciega.
Maria Mercedes Aparicio Romero
Son muchas las razones por las que mentimos, falta de confianza en nosotros, falta de confianza en el otro, miedo, vergüenza, hábitos… la mentira forma parte de nuestras vidas, bien porque nos mienten, bien porque mentimos.
Me cuesta formarme una opinión clara sobre este tema, nos han educado en que mentir es malo al tiempo que se disculpan (y a veces se defienden) las “mentiras piadosas”. A veces incluso se miente porque sí, sin una razón clara. En cualquier caso es un tema sobre el que he reflexionado mucho porque cada vez que me encuentro con una mentira me pregunto ¿Qué hubiese pasado si se hubiese dicho la verdad?
Adriana Jiménez
Es ironico que queramos siempre saber la verdad aun por muy dolorosa que sea, pero en el fondo queremos creer en esa mentira. Nos da terror una verdad, porque esta puede doler.
Todos hemos mentido algunaz vez ya sea porque nos sabiamos como afrontar la verdar, hemos mentido por verguenza y hemosutilizado esa mentira como mecanismo de defensa para protegernos al menos en algun momento. Pero pocas veces nos hemos preguntado el porque de la mentira. ¿Que necesidad tenemos de mentir? ¿mentimos por los otros o para protegernos a nosotros? ,¿que nos aporta la mentira?. Este articulo me ha dado muhco que pensar.
drwiygni
A veces he deseado saber «mentir» o «ocultar». En mi caso, soy una persona demasiado transparente que tiene la verdad escrita en la cara. No sé mentir y si lo hago, me siento muy mal y acabo por decir la verdad en 5 minutos. Pero también es verdad que defiendo la verdad y odio la hipocresía; por eso a veces me he metido en problemas, por ser honesta y clara — Esta la imagen que tengo de mí misma a primeras….»Soy transparente y honesta». Pero si analizo con más profundidad en esa versión de mí misma de «honesta», me doy cuenta de que en algunos aspectos lo he dejado de ser, mayoritariamente por pereza. Normalmente valoro cuan importante es para mí ese asunto como para defender y luchar para que se sepa la verdad. Algunas veces porque sé verdades de terceras personas y aquello no me influye directamente a mí; la responsabilidad no recae en mí al cien por cien, y por ello, decido ser estratega y simplificar. Por ejemplo, unos amigos de mi novio. Él le ha sido infiel muchas veces y yo no sé si ella lo sabe. Nunca me he planteado decirle y si soy sincera, aquella relación no me importa la suficiente como para defender la verdad. Tengo claro que no es mi responsabilidad porque no he creado un lazo efectivo con ninguno de los dos como para que realmente que importe y que con ello, quiera que se sepa la verdad. Normalmente necesito decirla cuando me importa aquello de lo que hablo, cuando me está «tocando la fibra». Este ejemplo clarifica que mi honestidad es una honestidad «parcial».
Si por ejemplo, pasara lo mismo pero con dos amigos míos de toda la vida, analizaría la situación, analizaría qué pasa, etc. pero seguramente acabaría por promover la transparencia. ¿Por qué? Porqué me importaría lo suficiente como para asumir los riesgos inherentes en las consecuencias. Si no acabo por decir la verdad, es porque en realidad, los afectados no me importan tanto. Pongamos otro ejemplo. Últimamente he descubierto que la pareja de mi padre a quien siempre he querido y he admirado, no es tan «buena» como parece. A veces lleva a cabo tácticas manipulativas que me afectan indirectamente. La verdad es que me ha decepcionado y la mentira es que nunca se lo he dicho; le he ocultado mi verdad. El no decir la verdad, muchas veces me ha causado ansiedad porque estaba reprimiendo mi necesidad de ser «Libre» en la relación y poder actuar congruentemente con lo que siento. Pero, en este caso, el riesgo supera los beneficios. Cuando hablo de riesgo me refiero al drama que se puede dar debido a decir lo que pienso y siento. En esto me refiero que sé que hay situaciones y personas con las que es mejor sincerarse y otras no; con algunas se puede llegar a esa profundidad y con otras, no. Mi experiencia pasada me dice que en este caso, las pérdidas van a ser superiores. De qué hablo exactamente? De cómo le puede afectar esto a mi padre; de lo mucho que le puede sorprender y del daño que le puede hacer. Nos ama a las dos y quiere que haya harmonía en casa. En consecuencia, mi afecto está más arraigado a mi padre y me importa más nuestra relación que la que tengo con su pareja.
En relación al ejemplo expuesto; «el miedo nos impulsa a proteger a quien amamos, subestimando su capacidad para afrontar la verdad». Sé que mi padre podría afrontar la verdad, pero prefiero que no la sepa. Aquí me remonto a mis definiciones: secreto (para mí tiene relación con mentiras que no afectan a terceras personas; normalmente se da con uno mismo para que nadie lo sepa o con otro para no ser juzgados); mentira (hay una tercera persona implicada y actuo de forma injusta al no brindarle la verdad); ocultar la verdad (forma bonita de pintar una mentira). «Mentimos mayormente por miedo, pero también podemos mentir por ignorancia, por amor o por maldad»; siento que en mi caso no estoy diciendo la verdad por amor, pero también por miedo y en parte, también, para agradar (quiero que mi padre me acepte).
Vemos, que las razones detrás de una mentira son mucho más profundas de lo que parece (…) «En el fondo soy yo que no me acepto a mi mismo y en el defecto del otro me reconozco». Si analizo lo que no acepto de mí misma en ciertos momentos, es la falsedad o la hipocresía para caer bien. Y esta es una de las conductas en cuestión que más me enervan de ella. Clave del autoengaño. No lo acepto de mí y rechisto de ti. «En el fondo, tapando el defecto del otro, estoy evitando afrontar mi falta de autoestima». Puede que realmente, no únicamente diga la verdad por mi padre, sino porque no quiero aceptar aquello de mí y por ello, evito enfrentarme a ello.
¿Qué modelo familiar hemos tenido? ¿Cómo se abordaban las mentiras? ¿Nuestros padres mentían? La verdad es que no me acuerdo. No recuerdo pensar que mis padres fuesen mentirosos. Puede que en el caso de mi madre, a veces fuese hipócrita y falsa con ciertas personas; esto me desquiciaba cuando era pequeña. Esa mentira me disgustaba. En contraposición mi padre siempre ha parecido mostrarse transparente y no lo he visto actuar en exceso. «El modelo familiar que hemos vivido puede influir en nuestras decisiones y en nuestra valoración de las mentiras» Puede que la respuesta sea que no aceptaba aquello en mi madre, que lo aprendiste y que no lo aceptara de mí («Mentimos para liberarnos de nuestras responsabilidades y para justificar imperfecciones») y… que ahora tampoco lo acepte en otras personas
Puede que aún esté en ese paréntesis de tiempo, asumiendo la verdad y las consecuencias. Asumir lo que no me gusta de ti que también vive en mí. Todo un tema.
Gracias por el artículo, considero de suma importancia reflexionar sobre las mentiras y las verdades y qué hay detrás de ellas.
Adriana
El contenido de este post me ha despertado un gran interés, considero que se nombran conceptos muy destacables y relevantes. Una de las primeras cuestiones que francamente me parece increíble es la siguiente: ¿realmente queremos saber siempre la verdad? Esta pregunta me ha permitido reflexionar mucho sobre el tema en cuestión. Creo que a veces decidimos aceptar la mentira para ser felices, para autoengañarnos y no asumir la realidad que estamos viviendo. ¿Realmente es lo que queremos? Es una pregunta que no sabría responder, no sé hasta qué punto queremos llegar a saber la verdad o no, a veces es mucho más sencillo conformarse con aquello que queremos oír y seguir adelante pero esto también implica vivir en una mentira, en un mundo que no forma parte de la realidad. El concepto de mentira me apasiona, considero que lo que he podido leer en este articulo es impresionante y a la vez muy complejo, algo difícil de entender en ti mismo y en los demás. Otro tema a remarcar está relacionado con la construcción de la mentira a partir de la educación recibida. Me he puesto a pensar y verdaderamente la familia condiciona en cómo vemos la mentira, es algo que te construye como persona e influye en tus futuras decisiones y valoración sobre esta.
Marina Romero Llovet
Este artículo me ha hecho reflexionar sobre las mentiras que he estado contando durante mi vida y por qué. Todas tienen un hilo común: la inseguridad. Siempre que he mentido o he ocultado una verdad ha sido por miedo: por miedo a tener que gestionar los sentimientos y emociones que la verdad me puede traer. Por miedo a que la verdad me pueda doler, entristecer. Asimismo, todas estas mentiras tienen un segundo hilo conector: la ansiedad y el malestar que me han provocado posteriormente. Entonces me pregunto: ¿Me valieron la pena? La verdad es que no. La verdad es que al final, la única cosa que me permitió liberarme del enorme peso de la mentira, fue la verdad.
Gemma R
Nunca me había planteado de esta forma tan extensa qué hay detrás de las mentiras. No decir la verdad no se tiene que limitar solo a el miedo de las posibles consecuencias, sino que puede haber muchos otros motivos detrás, tal i como se explica en este artículo. El parar a reflexionar el por qué hemos dicho x mentira es algo que no acostumbramos a hacer y que nos podría ayudar a identificar algunas de nuestras creencias respecto estas.
Una de las partes que más me ha hecho reflexionar es la siguiente: ‘’Mentimos para proteger a las personas que amamos. Cuando tomamos la decisión de proteger al otro ocultando la verdad ¿de qué nos estamos protegiendo nosotros mismos? Del miedo a no poder soportar el dolor del otro, del miedo a ser nosotros los transmisores de esa verdad y cómo eso puede repercutir en la relación, etc. ¿De qué te estás protegiendo tú cuando mientes para proteger a las personas que amas?’’
Júlia Bartra Pallarès
Les mentides són completament camaleòniques, poden adoptar totes les formes possibles. Però sempre tenen el mateix origen, la por. I igual que tenen mil formes, poden estar dirigides a qualsevol persona i també a un mateix.
I sempre es duen a terme per distorsionar la realitat i aportar una versió diferent. Por a les conseqüències, por a què pensaran, por a la por. I sí, com diu l’article les tenim tan normalitzades, que ens hem inventat el que es diu: «mentides piadoses». Això no existeix, la mentida per un mateix i per la persona mentida normalment farà dolor i generar desconfiança.
Per tant, el fet que una persona tingui molta tendència a mentir quan es troba en situacions complexes, mostra un baix nivell de maduresa i segurament d’autoestima. Ja que, les persones amb baixa autoestima, pateixen una baixa confiança amb ella mateixa, per tant, és comprensible que la persona no es vegi amb la capacitat d’explicar la realitat.
La veritat pot ser cruel i difícil però correspon a la realitat i sempre serà la millor resposta, sempre. I com també expressa l’article, també serà alliberador per la persona que està «carregant» amb el pes d’aquesta veritat.
Mònica Sagnier
Me doy cuenta que pocas veces he reflexionado sobre el acto de mentir…Agradezco este artículo puesto que me ha ayudado a profundizar sobre la cuestión. Me ha parecido muy interesante reflexionar sobre los motivos por los cuales se produce la mentira. Estas reflexiones nos serán muy útiles a los/las futuros/as psicólogos, puesto que es un asunto muy común en la vida de todos/as, sea de una manera o otra. Como se nos explica aquí, hay distintos tipos de mentira, algunas más intencionadas, otras menos, pero no dejan de ser engaños.
También me gustaría destacar el que Herminia llama “el tercer nivel de la mentira”, el autoengaño. Un análisis muy potente que nos permite hacer una revisión del cómo nos posicionamos nosotros al lado de los demás y cuáles podrían ser nuestras proyecciones. Por último, hacer referencia al final del artículo: nos deja una ejercicio (o así me lo tomo yo) de introspección muy útil ¡Gracias!
Júlia Jané
Este tema es realmente importante y de gran peso reflexivo. Las mentiras están inherentes en el ser humano, ya sean con intenciones positivas o negativas. Creo que siempre se debe ir con la verdad por delante, siendo empático y responsable al expresarla. Aún así, creo que hay situaciones donde se puede omitir la verdad, si esta no tiene ningún peso o si resulta irrelevante para ambas partes. Desde mi parecer, normalmente mentir es un acto muy egoísta que provoca que la persona a la que se le está mintiendo no sea realmente libre en sus decisiones, ya que realmente le falta parte de la información y por lo tanto, no actúa con toda la verdad encima de la mesa. También opino que no es solo negativo para la persona a la que se le miente, sino que también para la persona que lo hace, ya que supone un sobreesfuerzo añadido tener que gestionar mentiras.
Finalmente me gustaría decir que siempre que fuese posible, se tendría que optar por la veracidad, ya que de esta manera también estaremos siendo justos con nosotros mismos y con los demás.
Marc Ventosa
Desde que tengo uso de razón siempre he respaldado el uso de la verdad, por muy dolorosa que sea, pero siempre transmitida desde la asertividad. Las mentiras son signos de inmadurez, de no aceptación. Las mentiras, desde mi punto de vista, es un tipo de manipulación (puede ser más o menos grave) ya que uno decide que va a saber más que el otro y puede usar eso a su favor. Por otro lado, las reacciones de enfado o ira cuando se descubre una mentira también creo que es un signo infantil, ya que la reacción madura debería ser la de sentir lástima por la persona que se ha visto obligada a mentir por no asumir la realidad. La mentira es un juego sucio y todos hemos jugado alguna vez a eso, hay que aceptarlo. La verdad, en cambio, es confianza, aceptación y autoestima.
Blanca Torre
El tema tratado en este artículo es un tema que sin duda he reflexionado mucho. Las mentiras me provocan miedo cuando vienen de los demás pero ciertamente es también importante preguntarse qué provoca que nosotros mismos digamos mentiras, u ocultemos cosas. Para mi es lo mismo. Creo que la gente que se quiere realmente es transparente entre ella, aunque a veces soltar una verdad sea más duro que ocultar o mentir. A la larga es sin duda mucho más provechoso y saludable en una relación de cualquier tipo.
Anna Sanz
Vivimos en un mundo en el que la mentira es algo muy común, ya sean pequeñas e inofensivas mentiras a otras más importantes, pero desde pequeños ya nos acompañan. Este artículo me ha hecho reflexionar mucho, sobre todo la historia que se cuenta de los reyes magos, porque me ha hecho recordar que cuando yo era pequeña y unas niñas mayores de mi cole me dijeron que los reyes eran los padres, yo les dije que eso no podía ser porque yo les había visto una vez en el balcón de mi casa. Mentí porque no quería creerme la verdad. Y es que aún de adultos, muchas veces mentimos o nos mentimos a nosotros mismos por no hacer frente a la realidad o por no querer verla o aceptarla. Creo que es importante ser conscientes de ello para poder ir cambiándolo, ya que aunque casi todos digamos que odiamos las mentiras y que preferimos la verdad, en la práctica muchas veces no es así.
Agata Tresserra
Poder enfocar el articulo des del “yo” me ha hecho reflexionar muchísimo.
Muchas veces mentimos por miedo a afrontar la verdad o para no hacer daño a alguien que queremos… me ha gustado darme cuenta de que de este modo solo hacemos que subestimar al otro.
De este articulo me llevo la toma de conciencia que detrás de la mentira hay un miedo a aceptar la realidad.
Sara Zapata
Los motivos que nos impulsan a mentir nos muestra mucho más del hecho que queremos ocultar o cambiar. Leer este artículo me permitio reflexionar muchas situaciones vividas y darme cuenta del por qué de algunos comportamientos.
Janna
Crec que es diu que preferim estimar la veritat perquè està socialment ben reconegut dir-ho, però que poques vegades ningú la vol saber. Crec que es recorre a la mentida com si es posés un pegat a la veritat, procurant oblidar el que realment hi ha assota. A vegades aquesta es repeteix tant que te l’acabes creient com si fos real, però hi ha un punt que la pilota es pot fer tant gran que és insostenible; llavors la realitat apareix amb molta més força de la que tenia en un principi.
Com a primer impuls es pot recorrer a posar aquest pegat perquè sembla més fàcil i menys dur emocionalment, no caldrà que pateixis les conseqüències en aquell moment. Però si s’utilitza aquest recurs com a mecanisme de defensa en totes les situacions, quan arribi una vegada que no es pugui evitar la realitat no es sabrà gestionar emocionalment.
He gaudit molt aquest article ja que és una realitat que vivim entre mentides i cal reflexionar sobre la manera en que actuem, les situacions de les que ens responsabilitzem i aquelles que evitem.
Irene Loureiro
La mentira está en todas partes, y desde el autoengaño no queremos verla y reconocer la verdad que nos duele. La mentira está en la sociedad tan arraigada que vivimos con ella y la «toleramos» porque lo hace todo el mundo.
Las más difíciles de afrontar son las que nos hacemos a nosotros mismos ya que no queremos dejar de mentirnos para seguir con nuestras justificaciones para no hacer o afrontar lo que es correcto y real.
Cristina Gual
La mentira está muy normalizada a todos los niveles y parece que la aceptemos como parte de la naturaleza humana. La disección de la mentira que compartes en este post me va a resultar SUPER-ÚTIL, porque yo soy de las personas que le resto importancia a la mentira en sí y le saco lo que hasta ahora pensaba que era un «beneficio». Antes de leer este post creía que detectar una mentira me daba el beneficio de «tener la foto» del emisor y en base a esa «foto» la relación con el emisor ha tomado una u otra dimensión.
Después de este post me pregunto qué soy ¿MIOPE en mayúscula o Autoengañada?. No indagar o no ir más allá de la propia mentira para descubrir el miedo que hay detrás en qué categoría me pone?. AHORA después de este post puedo concluir con certeza es una forma de autoengaño que he practicado sin darme cuenta.
Gracias por acompañarme a esa toma de consciencia: Miedo a no soportar el dolor del otr@ SUBESTIMÁNDOL@, miedo a no afrontar mi no aceptación para mantener fictíciamente mi frágil e inestable AUTOESTIMA. Este post es un EXCEPCIONAL punto de partida hacia un cambio de perspectiva. «Se’m gira» molta feina 😉
Olimpia Castro Viu
Me ha encantado leer este comentario. Leyéndolo, he reflexionado y he podido observar como yo misma y los círculos en los que me muevo la mayoría de los ejemplos que Hermínia cita ocurren bastante a menudo, tan habitualmente, quizás, que los hemos normalizado.
En contestación a la pregunta de si queremos saber siempre la verdad, supongo que la respuesta es «depende». Depende del momento, la situación y de la persona, sobre todo de la persona, a mi parecer. Yo, por ejemplo, prefiero la verdad antes que la mentira, el engaño o los secretos. Me gustan las personas transparentes porque me transmiten confianza. Sin embargo, es cierto que saber la verdad en todo contexto duele y que saberla exige responsabilizarse de las consecuencias de ello, ya que al descubrir una verdad hasta el momento encubierta nuestro estado emocional y mental cambiará y como personas adultas tenemos que saber cómo gestionar estos cambios para que no pagar nuestro desequilibrio con personas ajenas a la cuestión.
Realmente, pienso que mentir no es fácil, que es una estrategia que requiere planificación, análisis y confianza en uno/a mismo/a o en la coartada que se monte.
Por último, me quedo con la frase de: “Por ese motivo algunas veces mentimos, para crear el paréntesis de tiempo que necesitamos para asumir la verdad y sus consecuencias”. Es curioso como lo primero que nos (me) sale es el juicio frente a la persona que miente, pero si desplego la empatía y logro ver el motivo de porqué ha decidido mentir, podría ser yo perfectamente la que en otra circunstancia no me vea capaz de afrontar la verdad y haga lo mismo: mentir.
Eva Esteve Hereida
Cuanta razón tiene este articulo, mentimos muchísimas veces por barias escusas, pero no nos paramos a pensar que lo hacemos. Y le quitamos importancia .
Todos tus artículos como siempre me hacen pensar .
Gracias Herminia
Cristina García
Buenos días,
Ufff!!! Ha sido muy duro leer este post. La parte de la familia me ha afectado profundamente. No voy a mentir al respeto. Detesto la mentira, aun y ser cómplice de ella a veces. Mí entorno familiar de niña y no tan niña se basó en la mentira, y claro la mentira oculta el miedo, la falta de autoestima, la manipulación, el culpabilizar y la falta de referentes paternos claros. Duro. Muy cierto.
Para mí hay dos tipos de mentiras terribles: la que actúa con maldad (maquiavélica) y la que actúa para ocultar nuestra propia vergüenza (“Lo que a nosotros nos parece vulgar, insuficiente, ridículo, no es la imagen que los demás están viendo, somos nosotros los que nos avergonzamos de ellos y creemos que la imagen que ellos puedan proyectar también habla de nosotros. Mentimos para ofrecer una “mejor” imagen de ellos, “)
Yo procuro no mentir por exactamente lo que comenta el post, la libertad. Recuerdo siendo niña mentir de haber hecho una buena trastada a una compi. La tensión de aguantar la mentira fue terrible, y la liberación al descubrirse la verdad fue reveladora.
Intento no mentir y me esfuerzo en enseñar a mis hijos a no mentir. Siempre les digo “jamás se debe mentir, hemos de afrontar la realidad y las consecuencias de nuestros actos. la mentira es insostenible pues requiere de otra y otra para sobrevivir”. Procuro ser un modelo muy distinto al que recibí.
Cuando uno miente mucho ya no es fiable, los demás ya no saben a qué persona se están dirigiendo. ¿Cómo entonces se puede ser una madre fiable?¿Una amiga de verdad?¿Una colega de trabajo con quién desarrollarse y crecer?
El verso precioso. Recibir una verdad grande, dolorosa de boca de una gran amistad, des del amor, es realmente de agradecer.
Gracias por compartir.
Nuria
Simplemente brillante…
Reflexionaba estos días atrás sobre todo lo escrito.. Y sobre la verdad primera que se esconde bajo la mentira.. Que es el miedo al rechazo.. Miedo a no ser suficiente.. O quizás a ser abandonado por «no ser todo lo perfecto que debería ser». Podemos creer en ocasiones que estos miedos no tienen que ver con nosotros, pero lo cierto es que ese miedo vive en mi y me afecta si intento salvar a quien tengo delante, de él.. No quiero verte sufrir por que eso me dolería.. Pero me dolería a mi..
Por todo ello, ni la verdad, ni la mentira, permiten matices..
Gracias, gracias, gracias 💗
Ana Luna
Wow!!! Jamás me había planteado ni la mitad de las cuestiones que salen a reducir en este artículo. Voy a prestar muchísima atención. He viajado a un sinfín de momentos a lo largo de mi vida, algunos lejanos y otros aquí bien cerquita.
Tantas son las excusas que nos decimos para mentir, incluso las excusas que otros han usado para tapar nuestras propias verdades.
Mil gracias!!!
LAURA
La honestidad es uno de los valores humanos más importantes para mí. Con lo que me cuesta mucho aceptar o descubrir que alguien me ha mentido. Con este articulo entiendo mejor los motivos/razones que nos llevan a mentir siendo así capaz de perdonar o ser más comprensiva si me veo afectada por una mentira a mi alrededor.
He sentido el gran peso que supone cargar con una mentira y lo liberador que es decir la verdad, así pues, defiendo firmemente ser honesto (para los demás pero sobretodo para uno mismo).
Marta Mòdol
Porto una estona rumiant amb la frase «hi ha mentides que sorgeixen del cor i mentides que surten de la nostra ment». Potent. Em ve la paraula supervivència emocional. Al final, si penso en les mentides que he dit (i m’he dit) al llarg de la meva vida, han set per sobreviure emocionalment al dolor que comporta la no acceptació de la veritat. Perquè realment el que «ens fa mal» no és la veritat en sí, sinò que no acceptem la veritat. Volem les coses a la nostra manera, no com son. I això comporta una lluita constant contra la realitat que és el que ens provoca dolor. Per això és tan alliberadora la veritat. Perquè en quan la diem, d’alguna manera ja l’estem acceptant (que no vol dir que ens agradi). I el sol fet d’acceptar-la ja comporta no haver de lluitar contra ella.
D’altra banda trobo molt interessant canviar el focus cap a nosaltres mateixos cada vegada que creiem estar ocultant alguna cosa a una altra persona «per no fer-li mal». Aquest fet ja està empetitint d’alguna manera a l’altra persona (cosa que minvaria la seva autoestima) i a sobre, ens estem col·locant nosaltres en una posició superior (totalment egoica i gens humil). I com bé comentes a l’article, realment altra vegada qui realment no suportaria les conseqüències de la veritat tornem a esser nosaltres mateixos.
Zaida HC
Me ha hecho reflexionar porque me perturba y enfada mucho que la gente mienta, y considero que siempre digo la verdad. Sin embargo, a veces, me pregunto si soy honesta conmigo misma; si me digo la verdad de lo que siento, lo que quiero, etc. Tal vez yo misma me miento, y por eso tengo tan poca confianza en mí, y desconfío tanto de quien me hace lo mismo; de quien me oculta la verdad.
Cristina Varela
Cuando tenía 13 años, una profesora me pilló mintiendo, ella había confiado en mi y yo le había fallado, en ese momento decidí no volver a mentir nunca más. Por desgracia no cumplí mi promesa, pero creo que me alejó bastante de mentir de manera natural, cada vez que miento me cuestiono, me disculpo, me justifico. Me pregunto si realmente era necesario, pero si creo que realmente he conseguido no mentirme de manera consciente.
Creo que la honestidad, la palabra de uno mismo, son valores perdidos, echo de menos a más personas como “John Nieve” en la vida real. Me doy cuenta que hemos perdido el valor de la verdad, ya no importa decir la verdad, vemos discursos políticos que mienten a sabiendas, que utilizan datos a su interés que tergiversan palabras de otros y así vamos aceptando que la mentira se instaure en nosotros sin ni siquiera removernos…
Gracias por este post que me lleva de nuevo a plantearme la manera de vivir con mas honestidad.
Aina
Desgraciadamente, vivimos en una sociedad donde de alguna manera hemos acabado normalizando y aceptando que sucedan este tipo de situacions y de alguna manera hemos acabando validando esta manera de relacionarnos los unos con los otros.
Llevando este artículo en el terreno profesional, considero que es importantísimo y fundamental poder crear y mantener relaciones con nuestros pacientes donde la verdad siempre sea la protagonista. Fomentar este tipo de relaciones será positivo tanto para el proceso, como para nosotros mismos y para ellos. Crear relaciones sin miedos, sin jucios, sin menterias y medias verdades, crear relaciones donde la aceptación y el respeto participen me parece clave para poder realizar grandes procesos. La forma en que nosotros nos relacionemos y el tipo de relación que construyamos será un modelo que tanto nosotros como ellos podremos trasladar a nuestras relaciones más personales.
Gran artículo y una reflexión muy inspiradora, ¡Gracias!
Verónica Rebollero
Verdaderamente en nuestra educación no nos enseñan a mentir, pero curiosamente es algo que aprendemos innatamente y utilizamos a la perfección en sus diferentes modalidades como mecanismo de defensa que nos acompaña a lo largo de nuestra vida. Realmente como ejercicio de autoconocimiento quiero tomar conciencia de no caer en la mentira ni en el autoengaño, para poder llegar a ser mi «yo» en toda su esencia.
Pauline Damman
Que complicado es lo de la mentira! Lo hacemos de manera natural ya desde pequeñ@s. Lo he visto pasar también con mi hija, sin ambiar la cara además. Pues el instinto de como sobrevivir en un grupo debe jugar un rol importante. No me gusta la mentira donde otra persona sale claramente perjudicado o donde un@ se quiere posicionar por encima de otro. Quizas necesitaríamos diferentes palabras para la palabra mentira, porque hay diferentes usos que estamos dando. Y efectivamente tal y como se plantea en el articulo: ¿estamos preparad@s para oir toda la verdad? ¿Es realmente lo mejor en determinadas circunstancias?
Cristina Moreno
Guau !! El tema de la mentira me ha hecho reflexionar sobre lo instaurada que está en nuestras vidas. Yo misma, he clasificado las mentiras en «necesarias», «sociales» y «mentiras de verdad» de las que hacen daño. Y es curioso porque todas son mentiras sin más, algunas las hemos integrado más y otras las hemos demonizado, yo por lo menos.
Me quedo con la idea de que detrás de cada mentira hay miedo, sólo miedo y así poder ser más tolerante conmigo misma y con la persona que miente.
carlos oliva
Pues si. Todos mentimos. a todos nos mienten. Incluso a veces, nos gustan las mentiras.
Se miente por necesidad, por miedo, por defensa, por autodefensa. Para engañar, para entretener, para sobrevivir.
Con esto no defiendo que mentir deba ser un «modus vivendi» pero hay veces que es necesario.
Y sabiendo que convivimos con la mentira, sabemos la verdad.
Cristèle SOUYRI
¿Qué modelo familiar hemos tenido? pues la verdad que de cara al exterior se me enseño a que mentir, engañar no estaba bien…en el sentido primario. Pero nunca se me enseñó el no mentirse a uno mismo, no engañarse a uno mismo (esto requiere auto conocimiento!). Al leer este articulo hace resaltar que durante muchos años creí que todo iba bien pero me estaba mintiendo a mi misma. Entonces doy las gracias a mi familia por los valores que me han transmitido y me doy las gracias a mi por haber ido mas allá de eso y descubrir que esos valores primero los he de aplicar a mi misma para ser coherente y autentica.
Karina
Lo cierto, la verdad es que para que una mentira se convierta en verdad solo la tenemos que repetir unas cuantas veces. Y así recuerdo cuando era adolescente que me inventé un novio ficticio para que mis amigas me dejaran de preguntar por un novio pasado, que no lograba olvidar y que cada vez que me lo recordaban, dolía y así mentí, con tanta verdad, que hoy lo recuerdo como si hubiese pasado. Entonces nuestro cerebro, que no reconoce lo real de lo imaginario, puede convertir una mentira en verdad y almacenarse en nuestra memoria. Gracias
Esther
Después de leer este articulo he recordado cual fue mi primera mentira y la que más me marco…entiendo que se pueden decir por muchos motivos y ahora se que ninguno sera mejor que la verdad. No me gustan las mentiras, con esto no quiere decir que no haya mentido en algún momento dado como he comentado, intento que esa palabra no forme parte de mi.
Anna Vicén Renner
Así es, mentimos. No hay día donde no me fije en la mentira, sea en la mía, sea en la de otros. La tengo integrada, convivo con ella, de manera educada, soy tolerante, sé que detrás siempre se esconde algo que podemos indagar. Ayer escuché a mi hijo de 5 años, por primera vez, decir una mentira. Me impactó. Sentí algo de pena. Estaba contando a un niño, que acababa de conocer, que había ganado una copa jugando a tenis. El otro niño se quedó impactado. Mi hijo ni juega a tenis ni ha ganado una copa. De hecho no quiere jugar a tenis porque dice que es muy difícil. Verle mentir para impresionar a un niño me dejó sin palabras. Luego traté de conversar con él, cuando ya se había ido el otro pequeño. ¿Y qué ocurrió? Pues me dijo a mi otra mentira, dijo que no, que le estaba haciendo broma al niño y que luego le dijo la verdad.
Sin decirle nada a mi hijo, sin decirle que sabía que me estaba mintiendo, le dije que si un día quería aprender a jugar a tenis, yo le enseñaría.
Gracias por el post, Hermínia.
Irene Gutiérrez Coranti
La verdad es un tema del que poco se habla… «las mentiras» y muy curioso en el que debemos indagar más.
Creo que todos los días nos mentimos en disfraces camuflados con las llamadas creencias. Una creencia no deja de ser una mentira que nos autolimita ya sea a nosotros mismos o que condiciona a tu alrededor cuando subestimas a alguien.
Me ha parecido muy curioso que al leer lo de los reyes magos, automáticamente he vuelto a ese mismo momento en el que mi madre también lloró cuando supe quién eran verdaderamente y yo descubrí que los adultos ocultaban grandes cosas. Aunque ahora que he comentado el verbo -ocultar- creo que me quedo principalmente del artículo con la reflexión de ¿Qué diferencia hay entre un secreto, una mentira y ocultar la verdad?
Creo que la mayoría de nosotros nos mentimos y muchas veces ocultamos nuestras propias verdades y las emociones tarde o temprano salen a decirnos la verdadera verdad.
Davinia García Martinez
La mentira como síntoma de miedo y la verdad como camino a la liberación.
La sinceridad a mi parecer es siempre uno de los valores más preciados por las personas.
A la pregunta: ¿Cuál es el valor que consideras más importante en una persona?
La respuesta más recurrente es : La sinceridad
Pero me parece interesante la parte de la reflexión de Herminia donde pregunta: ¿Estamos dispuestos a pagar el precio de saber la verdad?
Mi conclusión personal es que prefiero la verdad aunque duela.
Carlos Bisbal Sanz
Las mentiras son un gran tema ya que no todo el mundo las entiende de la misma manera y en verdad como dice el artículo muchos nos debemos mentir a nosotros mismos (autoengaño).
Importante identificar las mentiras que decimos y sobre todo el real porqué de esas mentiras. Eso nos llevará a ver dentro de nosotros qué herida está tocando esa situación en la que decidimos mentir.
Armando Sosa
Mark Twain o Samuel Clemens fue quien dijo una vez: «una de las ventajas de decir la verdad es que no tienes que recordar lo que dijiste.» A nivel mental puedo entender que la mentira es un atajo inmediatista. Pero tuve que pasar por varios fiascos y papelones en mi vida para realmente integrar esta verdad. Fue el dolor posterior, el de perder, defraudar la confianza de la otra persona, más aún cuando he mentido a personas a quienes amo y me ha salido el tiro por la culata. «La mentira tiene patas cortas» es otra frase que realmente aplica en mi relación con la verdad. La mentira se comporta como una hidra mitológica. Apenas cortas una cabeza, crece otra. Decir(me) la verdad, y ser consecuente con ella es un acto de madurez. A mayor madurez, mayor la consciencia sobre la naturaleza insostenible de la mentira. Reconozco que desde niño y adolescente la mayoría de las veces que he recurrido a la mentira conmigo mismo y con los demás ha sido porque aparentaba una opción menos dolorosa, menos amarga, más rápida para salir del apuro. Sin embargo, las consecuencias a la larga terminaron demostrándome que si quiero vivir tranquilo sin tener que cuidarme las espaldas o estresandome por recordar lo que dije, y por sobre todo, elevar mi autoridad y respeto conmigo mismo, la verdad es siempre la mejor política. La persona adulta es la que decide decir la verdad porque ha experimentado en su vida las dolorosas consecuencias de caer en la falacia que contiene el estribillo de la canción «Mentiroso» de Ricardo Arjona: «una mentira que te haga feliz, vale más que una verdad que te amargue la vida». Este es un pensamiento adolescente.
Christian Zermeño Gallegos
No pretendo entrar en discusión sobre si las mentiras son buenas o son malas…. en ocasiones incluso mentimos sin darnos cuenta, en realidad si una mentira es que la otra persona no escucha lo que quiere saber, entonces es una mentira y bajo éste contexto mentimos todo el tiempo, porque lo que yo siento, veo, escucho, es solo eso, mi punto de vista y nadie tiene la posibilidad de vivirlo de la misma manera, parecido tal vez, pero de la misma manera imposible. La mentira, la responsabilidad de la mentira, no parte únicamente o responsabiliza únicamente al que la expresa «llamémoslo mentiroso», sino también al que la escucha, que como bien dice el artículo, a veces no estamos preparados para escuchar la verdad y las mentiras que más nos duelen o afectan son aquellas que nos hacemos a nosotros mismos. Nuestras creencias, son verdades experimentadas por otras personas, no por nosotros, en ese sentido, estamos mintiendo al afirmar una verdad que nosotros no hemos vivido, que a nosotros no nos consta, que no es nuestra verdad. Miles de matices que me llevan pensar la verdad no es otra cosa que lo que yo decido que lo sea y esta decisión la puedo cambiar tantas veces quiera, tal vez esto me haga un mentiroso, tal vez la única diferencia es que yo soy consciente que lo soy, pero elijo ser visto así a ojos de los demás, que mentirme conscientemente a mi mismo.
Elizabeth Acevedo
Estoy en una gran reflexión en estos momentos. Este artículo me ha causado mucho interés, ya que nunca había leído nada sobre la mentira.
Vale la pena hacer conciencia de esto y hacerse las preguntas que formulas durante el escrito. Jamás en mi vida había ligado la mentira con el miedo y ahora que lo leo y reflexiono, es impresionante el poder que tiene en nosotros o en los demás una mentira. Y como todo viene de no aceptar una realidad y hacerla distinta, pensando que es mejor para todos cuando realmente es mejor para ti creerlo…… Como lo dije al principio, una gran, gran reflexión sobre un tema normalmente no tocado por nadie. Una vez mas, gracias Herminia por este gran articulo y por darnos esta gran lección.
Mar López
Utilizamos las mentiras para protegernos a nosotros mismos o para protegernos del daño que la verdad puede causar a los demás, es una manera de evitar la realidad incluso hay personas que acaban creyendo sus propias mentiras. Considero que el precio de la mentira es muy alto pues se paga con culpa y con la pérdida de confianza en uno mismo y en los demás, y su función es el auto-engaño, con lo que tarde o temprano la realidad vuelve siempre a colocar-nos ante la necesidad de aceptar-la, de ser honestos y poder estar en paz.
patricia.delgado.p
Precioso poema. Me ha gustado mucho, expresa de forma exacta las sensaciones por las que he podido pasar en circunstancias en las que supe la verdad, ese frío de inicio, esa rabia ligada a la traición, ese vacío de la pérdida de la mentira, esa fase de recuperación, de aceptación, en la que comprendes cuál era la realidad y todo se va recolocando.
He podido experimentar grandes mentiras, como espectadora y también como víctima. Cuando era espectadora, de mi propia mentira o de la de otros, necesité decir la verdad cuando el sentimiento de culpa me sobrepasaba. «No puedo ocultar esto más, me resulta muy doloroso». Como valor, probablemente la justicia, pienso que todos deberíamos saber la verdad, aún cuando duele. Me pregunto como coach si seré capaz de aceptar mentiras dolorosas de mis coachees, como por ejemplo, infidelidades, sin juzgarles. Algo sobre lo que trabajar de mí misma…
David Lucas
Me resulta curioso que nunca la mentira, tan ligada a nuestro comportamiento, nunca le haya dedicado una reflexión profunda a sus motivos y consecuencias. Es cierto, todos mentimos. Creo que lo hacemos porque pensamos que en función de la situación, si decimos la verdad o asumimos nuestros errores, las personas tendrán una percepción diferente a la que nosotros nos gustaría que nos vieran. Evitamos desnudar imperfecciones, fracasos, decepciones para ser esas personas idóneas. Sin embargo, no pensamos que ocultando la mentira nos hacemos daño nosotros mismos. Es como un paso atrás a nuestro crecimiento, una herida silenciosa, un problema que llevaremos a cuestas y que la solución depende solo de decir la verdad, porque la reacción de la otra persona, será responsabilidad suya. Siempre mentiremos, así es el ser humano, pero si nos enfocamos en hacer las cosas correctas, en practicar la verdad y ser fiel a nuestro principios, la mentira disminuirá y avanzaremos con plenitud por la vida. Y sí alguna vez mentimos, aceptémoslo y digamos la verdad.
JORDI MARQUILLAS RIUS
El artículo nos invita a la autoreflexión y de nuevo a enfocarnos en uno mismo, en el interior de cada persona, donde como siempre se encuentran todas las respuestas. Nos evidencia que las mentiras no son más que carencias de autoestima y falta de coraje para afrontar realidades que uno no acepta o escudos de protección ante algo que uno imagina “terrible” y que la verdad supuestamente le llevaría. Mentir es el recurso fácil de la falta de autoestima, pues la mentira es una manifestación de miedo, creando en nuestra mente un lugar donde escondernos ante esa supuesta opinión de los demás, a lo que pueda suceder si se dice la verdad, a no ser el que creen los demás o al que creemos deberíamos ser según nuestras creencias, en definitiva, a no ser capaz de asumir la realidad. Este miedo daña irremediablemente a la honestidad de uno mismo, minimizando cualquier valor y rebajando aún más el propio autoconcepto y autoestima, y es claro que el cuerpo de cada uno lo acaba notando, pues cualquiera que haya mentido seguro que ha notado en algún lugar de su cuerpo en dicho momento una sensación desagradable que tarde o temprano el cuerpo necesitará limpiar y/o sacar…
También el artículo me hace reflexionar sobre las personas que más que ocultar la verdad, incluso niegan la verdad (ej. la existencia de un problema), mintiendo de alguna manera a los demás, pero sobre todo mintiéndose a sí mismas, paralizando una posible mejora de dicho problema. Si el supuesto problema negado afecta a la propia persona que lo oculta, supongo que ello afectaría de forma importante el proceso de coaching, por lo que como Coachs deberemos primero explicar al Coachee la importancia de su propia honestidad en el proceso, y en definitiva acompañar al Coachee a evidenciar que cualquier mejora o trabajo sobre sí mismo pasa primero por tener coraje y ser honesto consigo mismo, a reconocer y trabajarse con la verdad, y por tanto con su realidad.
Maribel Bascón Barrera
¿Por qué mentimos? Por numerosas razones, pero la que encuentro más interesante, es la de que no estamos preparados para aceptar la verdad, nos refugiamos en la mentira porque la verdad es dolorosa en la mayoría de los casos, la verdad nos enfrenta a nosotros mismos , nos hace reconocer que somos humanos, que cometemos errores y que estos hay que asumirlos.
El camino del autoconocimiento nos lleva a indagar sobre nuestras mentiras y nuestras verdades, y estas últimas tienen que prevalecer sobre las anteriores, porque ¿de que te sirve conocerte mejor, si te sigues ocultando tras tus mentiras?
Roman Mandelik
Lo que queda en mí después de leer este artículo es: No mentimos a las personas, mentimos a nosotros mismos.
Para hacerlo un pocito más interesante, a veces no estoy consciente, cuando miento o miento, cuando piense, que diga la verdad. Hay mucha complejidad detrás de toda nuestra mentira y hay que estar consiente para poder reflexionarlo.
Hay mucha verdad en este artículo. A mi particularmente sueňa mucho:
– cuando nos atrevemos por fin a explicar la verdad, no sólo no perdemos poder sobre la realidad, sino que nos liberamos. Decir la verdad es doloroso pero liberador. No es que hayamos perdido el control sobre la situación dolorosa, lo que realmente ocurre es que deja de pesarnos, de dominarnos a nosotros
– Mentir a proteger a quien amamos, subestimando su capacidad para afrontar la verdad.
– somos nosotros los que nos avergonzamos de ellos y creemos que la imagen que ellos puedan proyectar también habla de nosotros. Somos nosotros los que no aceptamos en su totalidad a la persona que amamos, somos nosotros quienes vemos el defecto del otro, quienes valoramos que no es perfecto y que no será aceptado por la gente.
El autoengaño!
En el fondo soy yo que no me acepto a mí mismo y en el defecto del otro me reconozco.
Gracias Herminia por tu articulo que me ha dejado pensar y reflexionar sobre el tema. Personalmente pensaba, que no es mi caso (por el valor mío – ser honesto), pero claro que es 😉.
CHELO RUESGA
Durante muchos años en mi vida no he soportado la mentira, sobre todo, esa mentira por costumbre, ya ni necesaria. Mentir por mentir. Este artículo, al indagar en los para qué de las mentiras, me ha hecho reflexionar en la comprensión del otro, en su necesidad o hábito de mentir para evadirse de la realidad, omisión, ignorancia, agradar al otro… ¿Lo más impactante? Los tres niveles de mentira: 1.- Mentir por la persona amada, 2.- Mentir por no aceptar en su totalidad a la persona amada y 3.- Mentir porque en realidad soy yo que no me acepto a mí mismo. Estos niveles me llevan a un grado de autoconocimiento donde dejo de poner el foco en el otro y lo vuelvo a poner en mí, no hay otra manera.
¡Gracias Hermínia!
NICOLAU JUAN PUJOL
Enfrentar la verdad resulta una de las cosas más duras versus uno mismo.
Ya hace mucho tiempo, les reconocí a quienes más me querían, que de adolescente mentí mucho. Del mismo modo que uno empieza a fumar por «no sentirse menos frente a los amigos», yo mentí mucho en su momento, por no sentirme inferior a nádie, odiaba que los demás pudieran ver mi discapacidad como una debilidad.
Con el tiempo, maduras, trabajas en fortalecer tu autoestima y haces tuyo el dicho de «la verdad os hará libres».
Dado que las palabras se las lleva el viento y la realidad se demuestra con hechos, puedo afirmar que desde hace ya tiempo, desde que me prometí a mi mismo que procuraria no volver a mentir, no lo he hecho y ello me ha hecho sentir libre como nunca me había sentido.
Desde aquel momento, siempre les digo a quienes aparecen en mi camino: «Dime la lo que verdaderamente piensas y lo afrontaremos juntos»
Pol Serratosa
La única verdad que puedo asegurar que he dicho siempre en mi vida es que no conozco la verdad , tan solo conozco mi verdad.
¿He mentido ? Sí y mucho y por muchos motivos , y por lo visto ninguno se justifica más que con una falta de autoestima enorme hacia mí. Para mí , mentir u ocultar la verdad van de la mano , y bien es cierto que cuando siento que lo he hecho llego al sobrepeso , pesa demasiado en mí y mi bienestar se ve afectado.
Con el paso de los años he aprendido (bastante) a decir más la verdad , y duele , duele mucho,tanto a mí como a quién la descubre…pero aligera mi cuerpo y mi alma de toda carga innecesaria y calma mi conciencia.
Descubrir la verdad me confronta , por momentos hubiese preferido no conocerla , otras veces me alivia,pero en cualquier caso descubrirla dará sentido a lo sucedido, lo contrario de la mentira.
Esa es mi verdad.
Gracias por el artículo,muy enriquecedor…¿VERDAD?
Pep
La mentida com a excusa per la acceptació social em sembla la més comú en mi.
Identifico en mi l’autoengany quan la força de voluntat és dèbil i no sóc coherent amb els meus principis.
Al final, els dos tipus de mentida s’allunyen del ser genuí i honest amb un mateix. No ser honest amb un mateix té un desgast emocional intrínsec ja que segons la meva opinió, es fonamenta amb el no sentir-se vàlid i haver d’amagar la realitat als altres i a mi.
L’asertivitat és imprescindible per a ser honestos amb nosaltres i amb el món.
Un dels premis de l’autoconeixement és adonar-se de que sóm vàlids i complerts i adonar-se de què és el que ens fa vibrar.
Trobo molt encertat que les dues religions que més conec considerin la mentida un pecat.
La mentida ens allunya de la realització.
Bianca van der Veen
Un artículo extraordinario. Mentiras como mecanismo de defensa, pero la profunda mentira reside en elmhecho de no afrontar lo que hemos hecho nosotros. De que te estas protegiendo tu cuando mientes para proteger a las personas que amas? Y la verdad dolorosa pero liberadora como camino. Simplemente genial
Albert J.
Tiene razón Elisabeth, poco más se puedo añadir… gran artículo y excelente reflexión!
Marta Paris
Me gusta ir con la verdad por delante. Con los años he aprendido a omitir cosas en una conversación, porque o bien no son relevantes o simplemente son privadas, eso no creo que sea mentir. Podría decir siempre la verdad, pero seria respetuoso con el projimo? Creo que no. Cada uno tiene su tiempo de aprendizaje y de saber las cosas y pienso que hay que respetarlo.
Elisabet
Me cuesta añadir después de leer este articulo y los comentarios reflexiós y enriquecedores de los compañeros.
Para mi es importante como vivo las consecuencias de la mentira, independientemente q la diga por amor, no herir al otro o no querer aceptar la realidad.
El autoconocimiento, me invita a desacerme del autoengaño q tan a menudo me he hecho a mi misma.. y me invita a vivir con autenticidad, porque asi vivo con harmonia y me siento bien
Gracias!
Elena Sanz
En mi forma de ver la mentira, mentimos porque no nos aceptamos, no nos ámanos y sentimos miedo por ello. Siempre me he considera una persona sincera, demasiado en ocasiones, y leyendo este post me he dado cuenta de que no es totalmente cierto. Yo también miento!Puedes ser mentiras banales, y precisamente creo que ese es el peligro, son mentiras banales que no contamos como mentiras y forman parte de nuestra vida… Creo que es un gran ejercicio tomar consciencia de ello, y preguntarme para que digo estas mentiras banales, a donde me acercan. En cualquier caso no alejan de nosotros mismos.
Diego Slemenson Fischman
Personalmente, me gusta pensar que la mentira es una fantasía disfrazada de verdad.
Las razones para mentir pueden ser muchas (en este artículo están muy bien explicadas), pero lo que más me atrapa de la mentira es que la mayoría de las veces nos gustaría que las mentiras que decimos fueran ciertas.
Aprender a vivir en la verdad es aprender a vivir en la transparencia y es, desde luego, un consejo muy recomendable. La verdad te hace libre y la verdad es un entrenamiento como otro cualquiera. Ser impecable con tu palabra es una buena manera de comenzar a hacerlo.
Pero me gusta la fantasía que desplegamos para mentir. Por eso me encanta inventar cuentos (tarea que realizo casi a diario)… ¡¡¡Puedo decir todas las mentiras que quiero y encima me lo aplauden!!!
paula
Penso que la mentida esta molt lligada a la nostra cultura, creences i educació. I ésper això que es necessari un bon entrenament per aconseguir millorar i centrar-te en el camí de la sinceritat i la veritat. El final la mentida esta molt lligada a les nostres pors i inseguretats, per tant si orientem el nostre pas a l’ autoconeixement i el per que fem les coses, d’ alguna manera ens anirem allunyant cada dia més de la mentida i les pors.
Adrià Casanovas Villanova
A mi me ha hecho reflexionar sobre hasta que punto el hechco de mentir, y las variaciones que hay dento de este comportamiento humano, pueden depender del contexto social o son innatas. y en caso que se ha aprendido, si en el transcurso de nuestra vida nos damos cuenta que herimos o evitamos herir, ¿no seria más facil cambiar las reglas del juego?
Me ha gustado mucho leer los motivos por el qual mentimos: por ignorancua, por amor, por maldad o por omisión.
Que gran artículo Hermínia!!!!
Günter Cepek
Mucho se podría decir sobre las mentiras, pero el aspecto que más interesante me parece es como las vive la persona que miente. Según algunos estudios, todos mentimos como mínimo cien veces al día. Aunque fuera verdad que tal vez en muchas ocasiones algo dicho no coincida con una supuesta verdad ajena, no necesariamente quiere decir que estamos mintiendo. Podría tratarse de malentendidos, autoengaños, puntos de vista diferentes, convenciones sociales, equivocaciones etc. Lo que a mi entender es fundamental para poder llamar algo mentira es la intencionalidad de ofuscar lo que uno mismo considera verdadero. O como dice el artículo: la mentira tiene que ver con la intención de mentir. Vemos entonces, que la persona que miente se encuentra ante un dilema ético: hay voces disonantes en su interior y una incongruencia entre lo que se dice y lo que se considera verdadero. Con la mentira entramos en un juego de máscaras, de apariencias y disfraces, y nos alejamos de la tranquilidad y la paz que son frutos de la autenticidad y la transparencia. El conflicto se vive en el interior y se debe, si no en todos seguramente en la gran mayoría de los casos, al miedo a las consecuencias o, peor aún, a no estar a la altura de la propia verdad. Y si necesitara mentir haría bien en preguntarme: “¿A qué tengo miedo? ¿En qué tengo que confiar?” Y ojalá me sirva el consejo que da Polonius a su hijo Laertes en Hamlet: “Y sobre todo, sé fiel a ti mismo, pues de ello sigue, como el día a la noche, que no podrás ser falso con nadie”.
Montse Codina
¡Cuanta razón hay en tus palabras, Herminia!…pero ¿Cómo conseguir romper esta creencia de que las personas que amamos no podrán soportar la verdad?
No querer decepcionar, miedo a ser juzgado, miedo a ya no ser digno de recibir amor…
Estas creencias o paradigmas pueden estar muy arraigadas en el mapa mental de una persona e intuyo que serán muy difíciles de cambiar…
Me gustará profundizar en este tema..-
Alba Santacreu
Siempre me ha parecido curiosa la relación tan distinta que establecemos las personas con la mentira, muy ligada con nuestras creencias y educación.
Me ha hecho reflexionar la frase que «algunas veces mentimos, para crear el paréntesis de tiempo que necesitamos para asumir la verdad y sus consecuencias». Siempre exigimos que las verdades se traten de manera transparente y sincera, pero a veces no somos conscientes que la persona necesita su espacio para procesar e integrar todo lo que esta pasando.
Andrea Corominas Roura
No suporto la mentida. Suposo que ve de lluny. Fa anys, jo tenia 25 anys una mentida em va perseguir molt temps, em va costar anys poder-me dir a mi mateixa la veritat . Havia targiversat la veritat autèntica, no ho podia reconèixer, em va faltar valentia. Quan em vaig poder dir la veritat a mi mateixa va ser una alliberació. A partir d’aquí m’he enfrontat amb les meves pors per evitar que em fessin mal com aquella mentida. Quan a vegades voldria dir alguna petita mentida alguna cosa que pot més que jo em fa dir la veritat. Sort que de tot s’apren!
Josep Arévalo Oliván
Muy revelador este post. Me quedo sobretodo con el trozo que habla de la cotidianidad de la mentira. El hecho de que esté tan presente y que lleguemos a banalizarla, pues pensamos que son pequeñas mentiras que no afectan a nadie y que acaban formando parte de nuestro ser, me hace pensar en el daño que nos hacemos a nosotros mismos y que al final nos puede hacer vivir una realidad altamente alterada. Considero que si bien es un ejercicio, como tantos otros, en los que hay que entrenarse para mejorar, es indispensable ponerse a ello cuanto antes, si es que queremos vivir una vida plena y honesta, de lo contrario ¿Qué vida estoy viviendo?
Oriol Sánchez
Para mi la mentira muchas veces es un salvoconducto para protegerme de los demás, o eso es lo que me digo.
Leyendo este artículo y viendo las distintas facetas de la mentira, entiendo que al final, no me protejo de los demás, si no que me protejo de mi mismo, de esa voz interior, de ese juez que ha dictado unas normas de como tienen que ser las cosas y que cuando no actúo coherentemente con esas leyes, hace que me esconda, que mienta, que me mienta…
¿Qué debo hacer pues? ¿Cambiar esas leyes, dejarme ser incoherente o no mentir?
Leyendo este artículo he recordado un libro que me leí hace ya un tiempo y que pone en valor la mentira. Se trata de «El Impostor» de Javier Cercas. Narra la historia de Enric Marco y lo mezcla con reflexiones sobre la mentira…muy recomendable.
Ana Cristina Asiain
La mentira nunca puede ir de la mano del amor. El amor se usa cómo que una justificación para mentir. Detrás del que la hace se esconde el propio miedo, la vergÛenza, la cobardía.
En cuanto al que la recibe, a pesar del dolor, mejor siempre la verdad. La verdad es luz aunque primero traiga a veces dolor.
Muchas gracias Herminia por tratar este tema.
Josep Fajarnes
El tema de la mentira me lleva a la conocida como “la falacia de Nirvana” de Voltaire: “Lo mejor es enemigo de lo bueno”. La dicotomía entre escoger lo que es lo ideal o lo que es más realista.
Quizás llevado al tema de la mentira deberíamos hablar de “sinceridad o sincericidio” , término éste último que “adopté” durante el año en que realicé en el Instituto el Master de Crecimiento Sexual y de Pareja, por cierto, una de las áreas de la vida en donde la sinceridad o el “sincericidio” toman un valor especial y relevante por frecuente.
Personalmente, pienso que son tantas y tan variadas las ocasiones, temas, posibilidades, circunstancias, razones, justificaciones, etc que se pueden llegar a combinar en una dicotomía verdad/mentira que no me atrevo a hacer ninguna generalización ni comentario al respecto, solo constatar y agradecer a Herminia la riqueza que se nos ofrece contenida en tan pocas frases.
La mentira puede causar mucho daño a quien la sufre, pero también mucho dolor y convertirse en un peso muy considerable en la mochila emocional del que la emite. Pero creo que hay que ser realista, la mentira existe y existirá, y es en la conciencia de cada uno donde debe buscarse el permiso moral de emitirla o no, el valorar el equilibrio entre el “beneficio” y las facturas emocionales que se derivan , tanto para el emisor como para el receptor.
Aunque lo ideal sería un mundo sin mentiras, aceptando que no ocurrirá ese imposible, la intencionalidad es lo que creo que importa al final de todo. Y pongo por ejemplo el caso de por ej. comunicar /mentir a un familiar muy próximo la noticia de una enfermedad grave, o de la cercanía de su muerte. Que es lo que primará: la “honestidad” o el “honesticidio”. Yo no sé lo que haría.
De todas las “variantes” de mentira yo destacaría como especial la del AUTO-ENGAÑO, por su capacidad de convertir en “VERDADES” a auténticas “fantasias” y a grandes o deleznables mentiras, y las acuso especialmente tanto de haber sido las causantes de grandes desastres en la historia de la humanidad, como también de dolorosos desencuentros y conflictos en millones de micro-mundos familiares que se han acabado destruyendo por ella.
Irene
El mentir por amor a una persona, trata realmente que uno mismo no esté aceptado esa realidad. En nuestras vidas por el hecho de negar una situación familiar o tratar de minimizar esa situación, mientes quitando importancia a lo que dicen, por miedo a enfrentarte a esa realidad que tanto miedo te produce, por el hecho de sentirte perdido y no saber cómo afrontarla, por no causar dolor a la gente que te rodea, donde muchas veces acabas evitando esas situaciones, pero que en un futuro regresan y tienen peores repercusiones. Como afrontar esas situaciones que te causan miedo y te hacen mentir, por no saberlas cómo afrontar? O simplemente las evitas por que no quieres ser participe.
Mayte
Verdad y mentira me hace reflexionar sobre su homónimo honestidad y traición. Partiendo de una mentira se puede llegar a observar la honestidad. Sólo de este modo se podrá elaborar un duelo, originado en la decepción y finalizado en el agradecimiento.
Gracias por seguir siendo una excelente maestra.
MªRosa
Al llegir aquesta gran reflexió he començat a pensar i a reflexionar sobre el fet de mentir, el perque ho fem, com ho fem. Pensant m’ha vingut a la memòria una frase que en el seu dia em va fer que pensar.
“Qui no estigui segur de la seva memòria ha d’abstenir-se de mentir “ Michel Eyquem de Montaigne. Aqui veiem la importancia de tenir una bona memòria.
Pilar Garcia Fuertes
Siempre me parecen muy inspiradores las reflexiones que planteas en tus artículos. De forma especial, las cuantro últimas las calificaría de extraordinarias por la hondura, el acierto -siento que dan en plena diana-, las potentes preguntas que plantean y las íntimas respuestas que generan.
Respecto al tema de las mentiras, ni había leído, ni había llegado tan lejos en el desarrollo que se plantea y que agradezco profundamente.
Cristina
Com sempre magnífic, excel.lent reflexió Herminia!
És plena de veracitat i saviesa.
A vegades la mentida dona un marge de maniobra que creus que necessites preservar, però és cert que en el fons, el que passa és que et fa por treure-ho a la llum i fer-te càrrec de la renuncia que això implica.
Per tant, també penso que per ser honest, cal una gran dosis de coratge i convicció; que coincideixo amb tu, fa mal però t’allibera.
Gràcies!