Coaching empresarial, Formación, General
Cada cual sabe más de sí mismo de lo que cree
21/10/2008 LA ENTREVISTA CON HERMINIA GOMÀ, PSICÓLOGA
Codirigía el primer máster universitario – lo hacía la UB – que trata el coaching, un método que guía a personas que, aun teniendo éxito, quieren sacar más sustancia a su vida.
–¿Por qué en España no se denomina entrenamiento al coaching?
–Porque esto es más que un entrenamiento, y el coach es más que un entrenador. No es un amigo ni un psicoterapeuta ni un consejero. Es un compañero de camino que te ayuda a extraer lo mejor que tienes dentro.
–¿Un asesor, un consultor?
–No. Pondré una metáfora: imagina que estás en un bosque y te encuentras un hermoso caballo abandonado. Oscurece, y ves que el animal se está entreteniendo, con riesgo de pasar una mala noche, perdido. Yo, que soy coach, cojo una vara y le doy un golpecito diciendo: “Eh!, a casa. ¡Despierta!”. No le indico hacia dónde ha de ir, porque no lo sé. Cada vez que se entretiene, vuelvo a hacer lo mismo. Horas después, llegamos a un caserón y sale un campesino gritando: “¡Gracias! ¿Cómo sabía que ésta es su casa?”. Y le digo: “No lo sa- bía, solo lo he acompañado”. Lo que no haré nunca es llevarlo a mi casa.
–¿Eso no es un psicoterapeuta?
–No. Quien hace una terapia psicológica necesita ordenar su pasado, va del presente al pasado. El coaching te ayuda a ir de donde estás ahora hacia el futuro, hacia el lugar donde siempre has soñado y querido estar.
–Muchos de sus clientes son personas que ya tienen éxito.
–Sí. Una parte muy importante son ejecutivos que han ascendido y deben empezar a hacer tareas de dirección de empresas. Personas muy buenas como ejecutivos a las que les falta destreza para dirigir a grupos.
–¿Les enseña a ser un líder?
–Lo primero que pretendemos es que logren su liderazgo personal. Para dirigir con éxito a otras personas, antes has de saber liderarte a ti mismo. Eso quiere decir cumplir los compromisos que adquieres contigo. Marcarte unos objetivos y hacer todo lo necesario para alcanzar esa meta, dentro de la ley. Si no eres capaz de eso, los demás lo verán y no tendrás autoridad moral.
–Lo verán poco honesto.
–Sí. Un ejemplo: reúnes un equipo de comerciales de tu compañía y les dices: “Los clientes son lo más importante, lo primero”. Y, un día, llama un cliente por teléfono y, antes de descolgar, comentas a tu gente: “¡Ya está este pesado llamando otra vez!”. ¿Qué credibilidad tendrás ante tu equipo? Deberás analizar qué impide que lo que dices sea creíble.
–¿Detrás de los grandes directivos españoles ya existe un coach?
–Detrás de muchos de los que han tenido éxito, sí. No de todos. El coaching, para empezar, es caro y las sesiones las acostumbra a pagar la compañía. Siempre se ha de aplicar de arriba abajo en la cadena de responsabilidad: el director general será el coach de su equipo, que imita, copia y aprende de lo que le llega y lo pasa a los siguientes. Eso genera compañías más inteligentes, amables y efectivas. A la larga, se traduce en mejores resultados económicos.
–¿Es un método para saber manipular mejor a las personas?
–Es un sistema para saber tratar mejor a las personas, y beneficia a jefes y empleados. Enseñamos cómo dejar de ser un jefe para ser un guía: una persona respetuosa, cooperadora, que te ayudará a que saques lo mejor que tienes, que no juzga pero acompaña. El que te dice: “Tú, que vales tanto para esto, ¿te gustaría hacerlo?”, sin imponer. Entonces, hay menos absentismo laboral.
–¿Cómo se prepara un coach?
–Con otro coach, que ejerce una función que nadie más hace: la de espejo. Tu coach te devuelve, te repite en voz alta, lo que tú piensas y dices. Por ejemplo, yo ahora te hago una pregunta, tú me la respondes y yo te la retorno: repito tu respuesta. Resulta curioso oír en la voz de otro lo que acabas de decir. Se establece un diálogo transformador. Modificarás ideas y creencias, que son tuyas, pero, como nadie te las devuelve, no las conoces. ¿Quién se atreve a repetir al director general lo que dice, para que reflexione? Nadie.
–Para hacer eso, usted ha de conocer mucho a la otra persona.
–Yo no tengo por qué conocerla de nada. Haré que, a través de nuestra conversación, se citen las cosas que la otra persona sabe pero que, hasta que no le hago la pregunta clave, no sabía que sabía. Una pregunta ineludible en este proceso es: “¿Cuáles son tus fortalezas y tus debilidades?”
–Tal vez no lo sepa.
–Cada cual sabe de sí mismo más de lo que cree que sabe. Quien tiene la respuesta adecuada para cada persona es el propio interesado. A veces, no se hace las preguntas adecuadas.
–¿Qué perfil de clientes tiene?
–Muchos abogados, empresarios de la construcción, directivos del sector farmacéutico, artistas –pintores, escritores–, personas muy brillantes que no acaban de conseguir lo que se han propuesto. Están ofuscadas.
–¿Les enseña a ser más felices o más competitivos?
–Son sinónimos. Se trata de ser la mejor persona que cada cual puede llegar a ser. Y eso lo incluye todo.
Leave a reply