COACHING, COACHING TELEOLÓGICO, General
Preguntas Coaching
¿Para qué hace preguntas un coach teleológico?
Según la psicología existencial, cuatro son las preocupaciones esenciales que configuran el núcleo de nuestros conflictos internos: la muerte, la libertad, el aislamiento y la carencia de un sentido vital. ¿Qué origina el conflicto interno?
A continuación encontrarás una exposición teórica sobre el tema. Si quieres vivir la experiencia de hacerte preguntas profundas y hacerlas a otras personas te sugiero la formación en Liderazgo Personal y Coaching Teleológico.
Muchos de vosotros os podéis preguntar ¿qué es un proceso de coaching teleológico?, ¿de qué va una sesión de coaching? ¿Qué hace un coach? La mayoría, seguramente sabéis que el coach hace preguntas. Preguntar procede del latín percontari, que significa interrogar a alguien para que nos diga lo que sabe sobre un tema. Como clientes de un proceso de coaching teleológico nuestra finalidad no es responder a un interrogatorio, es estimular nuestra capacidad de reflexión para que podamos expresar lo que sabemos de nosotros mismos, ya que somos la persona con más autoridad para saber quién somos y lo que necesitamos para lograr nuestras metas. Para poderlo expresar, deberemos desvelar lo que estaba oculto para nosotros mismos. Son precisamente estas preguntas las que nos permitirán como en una cebolla, ir quitando capas para llegar a nuestra propia verdad.
Hay preguntas y preguntas. Hay preguntas que nos invitan a la reflexión serena y otras que nos agitan profundamente. La introspección que surge de las preguntas a lo largo del proceso de coaching teleológico requiere de ciertas condiciones: tiempo, silencio, confianza y poner en un paréntesis aspectos cotidianos de nuestra existencia.
Una de las herramientas más poderosas que posee el coach para invitarnos a la reflexión es la pregunta. El proceso de coaching teleológico es un diálogo que nos transforma, una danza entre el coach y nosotros. Un baile donde el contrapunto son preguntas que facilitan nuestro autoconocimiento.
El diálogo es un fenómeno humano, una relación, un encuentro entre dos personas que se da en un aquí y en un ahora determinado.
El diálogo es el motor del coaching teleológico y la pregunta su engranaje.
Sabe más un necio preguntando, que un sabio respondiendo,
pero los sabios saben preguntar más y mejor que los necios.
Sócrates
A lo largo de nuestra vida, nuestros padres, nuestros profesores nos han entrenado para responder preguntas y seremos premiados si damos la mejor respuesta lo más rápido posible. Cuando iniciamos el proceso de coaching teleológico estamos más que preparados para responder. No tan entrenados en hacernos buenas preguntas a nosotros mismos. Pero las preguntas que recibiremos no son las que habitualmente nos hacemos a nosotros mismos, como por ejemplo, ¿por qué no logro cambiar? El por qué es una pregunta “0” (cero). No nos lleva a ningún sitio. Pero a veces es la única que se nos ocurre. Esta pregunta no nos ayuda a profundizar en nuestro autoconocimiento, al contrario nos mantiene en bloqueados e inactivos en el mismo lugar.
Las preguntas que nos hará el coach van a requerir tiempo…preguntas que nos sacarán de nuestra zona de confort, preguntas que nos aportarán nuevas miradas sobre nosotros mismos y nuestra manera de interpretar la situación que estamos viviendo. Preguntas que nos agitarán y nos emocionarán. Preguntas que nos inspirarán para pasar a la acción.
Al iniciar el proceso hay ciertas preguntas que serán fundamentales para centrarnos y acotar los cambios necesarios para lograr nuestros objetivos.
¿Para qué quieres realizar este proceso?
¿Cuál es el problema que quieres resolver?
¿Qué necesitas de mí?
Otras preguntas cumplirán la función de invitarnos a la introspección:
¿Quién soy?
¿Dónde quiero ir?
¿Qué quiero lograr?
¿Para qué quiero hacer este cambio?
y esenciales para dar sentido a todo nuestro proceso de cambio.
Las preguntas desempeñan importantes funciones: Reflexionar, Cuestionar, Desvelar, Reconstruir,Investigar,Evidenciar,Expresar,Evaluar,Aprender y Pasar a la acción.
Cuando el coach realiza una pregunta, nuestra mente automáticamente empieza a trabajar para encontrar una respuesta. Las preguntas nos permitirán llegar a donde queremos ir y obtener los resultados que deseamos.
El coach no hace preguntas para satisfacer su curiosidad, nos hace preguntas para ampliar nuestra visión.
El coach en algún momento nos hará alguna pregunta que requerirá más tiempo de reflexión. En este caso podemos llevárnosla a casa y seguir reflexionando sobre ella. Toda pregunta busca un conocimiento, un saber. Seguro que encontraremos la respuesta, es importante que confiemos en que la respuesta llegará.
Otras preguntas van a implicar un cambio de paradigma, un cambio en nuestra manera de entender la situación, un cambio de actitud, una toma de consciencia, una manera distinta de interpretar la realidad.
Otras preguntas nos llevarán a diseñar nuestro plan de acción, a comprometernos directamente con el cambio que nos permitirá lograr los resultados que queremos:
¿QUÉ harás?
¿PARA QUÉ lo harás?
¿CUÁNDO lo harás?
¿CÓMO lo harás?
¿QUIÉN serás cuando decidas hacerlo?
Hermínia Gomà Quintillà
10 febrero 2015
Barcelona
One Comment
Elisabet Gutiérrez
Para mí el coaching ha sido una revelación a nivel de formación, ya que, como es conocido, el nivel de formación universitario es mayoritarimante teórico, aunque se hagan esfuerzos para que no sea así. Al principio tenía mis dudas sobre el coaching, y puede ser que la siga teniendo, pero poco a poco voy entrando en este mundo y veo, claramente, su utilidad y su valor (dependiendo claro, del nivel de adhesión que tenga el cliente en el proceso de autoconocimiento y de querer un cambio). Aun así, todavía me cuesta separarme de esta visión cognitivo-conductual, y sigo pensando en que el coaching, más que una técnica única, debería ser más como un estilo terapéutico que adopte el psicólogo dependiendo de como sea su paciente (pasivo, activo, etc.).
Personalmente, he practicado el coaching sin saberlo con mi hermana, ya que le es muy difícil gestionar sus emociones, aunque ha ido mejorando poco a poco. Le he ido haciendo preguntas de validez y de utilidad (del modelo de la Terapia Cognitiva de Beck) para refutar sus pensamientos automáticos, sus creencias nucleares y sus supuestos básicos o como diría Ellis en su Terapia Racional Emotivo-Conductual (TREC), habría estado trabajando sobre sus creencias irracionales. Está claro que al ser un familiar suyo, no puedo hacerle un seguimiento de manera profesional, pero de todas maneras, me ha servido para ver sus efectos a largo plazo. Ahora mismo, como estudiante de prácticas en el Institut Gomà, he podido ver con claridad que el coaching tiene herramientas que añaden un valor positivo a la psicoterapia, y personalmente, lo uso en las sesiones con mi paciente y le veo la utilidad y sus resultados positivos.
Aunque el coaching haya sido criticado, creo que se merece la oportunidad de ser conocido y experimentado personalmente. Si a una persona lo que le va bien para reducir su estrés es hacer yoga, a otra es bailar y la otra es salir a pasear por la montaña, no podemos negar que el coaching funcione para todas las personas, pero no por eso se tiene que evitar.