COACHING, COACHING TELEOLÓGICO, General
Código Deontológico y Coaching Teleológico
CÓDIGO ÉTICO de la ESCUELA DE COACHING TELEOLÓGICO
INTRODUCCIÓN
Desde la Escuela de Coaching Teleológico proponemos un código deontológico que sigue los estándares de conducta ética del ICF (International Coach Federation) y que servirá de marco para el ejercicio de la profesión de coach teleológico.
Un código deontológico es un documento donde se recogen los criterios, normas, valores y principios éticos que asumen aquellas personas que realizan correctamente una actividad profesional. Un código deontológico regula las actuaciones de una comunidad de profesionales fijando los límites de su propia praxis. Habitualmente estos códigos se regulan a través de los colegios profesionales (psicólogos, médicos, periodistas…). En el caso de los profesionales del Coaching Teleológico que estén adscritos a un colegio profesional (psicólogos, médicos, enfermería, fisioterapia, etc) ya siguen este código que les es propio. En el caso de profesionales del coaching teleológico que no estén adscritos a ningún colegio profesional sugerimos que lean y hagan suyo el Código de la ICF. La institución que se ha encargado de redactar éste código es la ICF (International Federation Coaching). Este código fue creado y pactado de manera común y unánime por los miembros profesionales de dicha federación. Son pautas de conducta a seguir y cuyo objetivo es realizar nuestro trabajo de forma ética, correcta, adecuada y eficiente.
La International Coaching Federation (ICF – http://www.icf-es.com/mwsicf/ser-coach-de-icf/codigo-deontologico-icf-espana) ha definido 11 competencias principales que se han de desarrollar para garantizar la excelencia del coach. Este hecho ha determinado que la gran mayoría de los profesionales del Coaching acepten a priori que esas competencias son las que todo coach debe tener. También es cierto que otras asociaciones como la Internacional Association of Coaches, contemplan desarrollar 15 competencias fundamentales para garantizar el buen hacer del coach y así lograr su certificación.
La Escuela de Coaching Teleológico define las siguientes competencias principales que ha de desarrollar un Coach Teleológico:
- Creencias básicas del profesional:
- Cree que la persona puede alcanzar sus objetivos, en sus posibilidades de transformación y confía en su capacidad de cambio y aprendizaje.
- Construye una relación y un entorno basado en la confianza y la confidencialidad entre el coach y su cliente.
- Cree en una relación adulto – adulto con el cliente.
- Cree en la colaboración mutua en la que ambos contribuyen juntos en el desarrollo del proyecto del cliente.
- Sabe prepararse para iniciar una sesión.
- Respeta la metodología que configura toda conversación teleológica.
- Está presente y conectado.
- Respeta el ritmo de la persona y su agenda.
- Conoce el valor de los silencios en los procesos de introspección.
- Su escucha es empática, activa y plena con la finalidad de entender y comprender a su cliente.
- Conoce los estilos de aprendizaje perceptivo de sus clientes.
- Acompaña al cliente en la definición del problema, el objetivo y los resultados que espera lograr a través del proceso.
- Sabe ser justo con sí mismo
Para la ICF, adherirse al código deontológico sería una competencia básica propia del Coaching. Desde el Máster en Liderazgo Personal y Coaching Teleológico que se forja en la ECT, entendemos que el código deontológico es la base ética bajo la cual deberíamos trabajar el conjunto total de las competencias profesionales y que si hablamos de liderazgo personal éste se asienta sobre unos principios éticos y por tanto no lo considera una competencia, sino el pilar sobre el que se asienta el rol de coach teleológico.
Cuando tomamos la decisión de acompañar a nuestros clientes en procesos de coaching teleológico, somos conscientes del compromiso, respeto y responsabilidad que esta práctica requiere de nosotros. Las decisiones más éticas en cualquier profesión las guía el código deontológico que le es propio. Adherirnos a este código deontológico significa que conocemos y comprendemos los principios éticos y los estándares del coaching y que nos comprometemos a vivirlos y aplicarlos de manera responsable en todas las situaciones en las que ejerzamos el rol de coachs teleológicos.
Cuando decimos que nos guiamos por un código deontológico significa que somos competentes para tomar decisiones éticas, según unas normas que se han acordado entre un grupo de profesionales que las consideran básicas para practicar correctamente nuestra profesión.
En primer lugar debemos comprender que este código ético es independiente del área de intervención de coaching que realicemos (equipo, ejecutivo, personal, empresarial…) o de la escuela a la que pertenezcamos (teleológica, ontológica, sistémica…).
En segundo lugar hemos de comprender que guiarnos por un código ético significa que no hay “un mínimo” que podamos cumplir, sino que es “un todo” fundamental. Si dejamos de guiarnos por este código dejaríamos de ser coachs y de cumplir la función por la que hemos sido contratados.
Sin la guía de un código deontológico, ninguna de las competencias, por muy bien desarrolladas que estuvieran tendría sentido. No se puede compensar la falta de ética con ninguna competencia.
Uno de los aspectos más relevantes del código es el valor de la confidencialidad entre el coach y su cliente. Es una condición clave para que pueda tener lugar una conversación segura y valiente. Cuando la organización tiene un interés en el resultado, la condición que establezco con RRHH, es que en cualquier conversación que quieran tener conmigo, siempre estará presente el cliente. Mi compromiso, si hay el requerimiento de una devolución final, es que la hará el cliente y yo estaré presente. Personalmente, acostumbro a preparar la sesión de devolución conjuntamente con el cliente que elige aquello que considera de interés para la organización, obviando aquello que pertenece a su círculo personal.
La confidencialidad no es una competencia, es un valor. Un valor que nace de nuestros principios de honestidad y lealtad.
Es responsabilidad de todos los coachs velar por el cumplimiento y la buena praxis de los profesionales que nos dedicamos al coaching teleológico, de esta manera lograremos el reconocimiento y el prestigio que esta joven profesión requiere.
CÓDIGO DEONTOLÓGICO
La ética profesional del Coaching Teleológico se ajusta en términos generales a las reglas éticas y morales del ser humano aplicables a los Coaches (clientes), y en términos específicos de su profesión, reconoce la necesidad de velar por los intereses de los Coachees para su correcto desarrollo.
FILOSOFÍA
La Escuela de Coaching Teleológico se adhiere a una forma de coaching que considera al cliente como el experto en su vida, trabajo y/o empresa, creyendo que toda persona es creativa, competente y completa en sí misma. El coaching teleológico es un proceso de continua relación entre el coach y su cliente que ayuda a las personas a lograr los cambios necesarios para lograr los objetivos que se han propuesto en sus vidas, carreras, trabajos u organizaciones. Durante el proceso los clientes profundizan en su aprendizaje, aumentan su rendimiento y mejoran su calidad de vida. Los resultados obtenidos dependerán de las intenciones, elecciones y acciones del cliente, acompañado por el coach y la aplicación del proceso de coaching teleológico.
Partiendo de esta base, la responsabilidad del profesional es:
– Descubrir, aclarar y alinear qué quiere lograr el cliente.
– Estimular al cliente a autodescubrirse.
– Obtener del cliente sus propias soluciones y estrategias.
– Mantener la responsabilidad del cliente.
ESTANDARES DE CONDUCTA ETICA
Conducta profesional a largo plazo
- Me orientaré de manera tal que refleja el coaching como una profesión y me abstendré de hacer cosas que dañen la compresión del público y la aceptación del coaching como una profesión.
- Me comprometeré con los acuerdos que haga en todas mis relaciones. Construiré claros acuerdos con mis clientes que incluirán: confidencialidad, informes de progreso y otros particulares.
- Respetaré los esfuerzos y contribuidos de los demás.
- Respetaré la creatividad y el trabajo escrito de los demás promocionando mis propios materiales y no falsificándolos presentándolos como propios.
Conducta profesional con clientes
- Reconozco exactamente mi nivel de competencia en coaching teleológico, y no exageraré mis calificaciones, especialidades o experiencia como coach.
- Me aseguraré que mi cliente comprende la naturaleza del coaching teleológico y los términos de los acuerdos de coaching entre nosotros.
- No mentiré ni engañaré intencionadamente o haré falsas afirmaciones acerca de lo que mi cliente recibirá del proceso de coaching o de mí como su coach.
- No daré a mis clientes o a probables clientes, información o consejos que yo sé que pueden ser engañosos o que van más allá de mis competencias.
- Estaré alerta para informar a mi cliente en caso de no estar beneficiándose del proceso de coaching, y fuera conveniente que trabaje con otro coach o recurso, y dado el caso, ayudaré al cliente a realizar este cambio.
Confidencialidad / Privacidad
- Respetaré la confidencialidad de la información de mis clientes, excepto que sea autorizado por mi cliente o requerido por la ley.
- Obtendré acuerdos con mis clientes antes de dar a conocer o publicar sus nombres como clientes o referencias o alguna otra información que pueda identificarles.
Conflictos de interés
- No crearé conflictos entre mis intereses y los intereses de mis clientes.
- Cuando algún conflicto actual o potencial surja, lo revelaré abiertamente y discutiré a fondo con mi cliente como resolverlo de la mejor manera posible para mi cliente.
- Revelaré a mi cliente toda compensación anticipada por terceras partes que yo recibiera por referencias o consejo que concierne al cliente.
Por si estáis interesados os facilito el enlace del código deontológico de ICF, por cuyo cumplimiento vela la Comisión Ética de ICF
Buen Coaching!!!!!
Hermínia Gomà 5 junio 2012 Otros enlaces interesantes: https://www.youtube.com/watch?v=xkSTNhS-eq0 https://www.youtube.com/watch?v=v3_sER6aBs
145 Comments
Maria Jose Dalmau
El código deontológico en nuestro caso nos recuerda aquello que jamás deberíamos olvidar. Los principios y valores, el estar presente con el cliente, la confidencialidad y el compromiso que debemos tener con nuestros clientes. Estas cualidades las deberíamos tener totalmente integradas.
Luis
El código deontologico establece un marco necesario en el coaching que permite fijar objetivamente unas reglas del juego, que deben conocidas, compartidas y respetadas por todos los profesionales que ejercen como coaches. Los puntos a cumplir se basan en el código ético , respetando al cliente y poniendo a su servicio nuestro máximo interés antes, durante y después de las sesiones. Es primordial ser consciente de su cumplimiento para generar una relación de confianza entre el coach y el coachee y para mantener una buena imagen de esta profesión en la sociedad.
Ines de Caralt
El código deontológico se puede definir como un sistema de autorregulación que surge como respuesta de una profesión a la exigencia de la sociedad, para que existan garantías de confianza y credibilidad. No debe pues entenderse como un listado de limitaciones y obligaciones sino como un marco que nos ofrece prestigio y seguridad a la hora de ejercer nuestro trabajo, y a la vez le da sentido al mismo.
Al margen del código deontológico médico, de todos conocido, todas las profesiones dirigidas a personas empiezan a desarrollar sus propias normas autorreguladoras, como es el caso de Autocontrol en el mundo de la publicidad, al que también me dedico: Autocontrol se define como la Asociación para la Autorregulación de la Comunicación Comercial, y vela por el interés de los consumidores controlando que las ideas que se transmiten en la publicidad sean éticas, legales y respetuosas con el consumidor.
Según mi opinión, la existencia de este marco de comportamiento ético en el mundo del coaching significa la madurez de la profesión, ya que es un sistema voluntario que establece unas normas según sus propias necesidades y en beneficio de sus clientes.
¡Gracias Herminia y gracias a la Escuela de Coaching Teleológico por ofrecernos esta magnífica herramienta!
Raquel Valero
Si hablamos de coaching en entornos laborales, en los que existe una clara ignorancia de la profesión, parece que se trate de «unos cursos que se les ofrece a las personas para tomar ciertas actitudes ante diferentes situaciones». Cuando a un futuro coach le presentan este Código Deontológico, que asienta las bases de la ética y compromiso a adquirir para la profesión, le da una clara seguridad y confianza para sí mismo, y de esa manera poder inspirarla en el cliente. Se asume a la vez el valor de la confidencialidad, que hace tan potente a este código y a toda la profesión.
Además, disponer de este código, añade valor a la profesión y le da consistencia al método ya que con unas instrucciones descritas desde el punto de partida hará más fluido el entendimiento de la misma. El rol del coach se convierte así en el de persona íntegra.
El hecho de que otras organizaciones internacionales de coaching den igualmente tanta relevancia al código, nos da el enfoque de estar hablando en el mismo idioma, y de esta manera no contaminar el concepto del Coach.
rocío vallejo
La existencia de unos códigos éticos en cualquier relación es la base principal de las misma. La confidencialidad y el respeto son valores clave para poder relacionarte con los demás.
Reglamentar y plasmar las conductas éticas ayuda a que todos los profesionales trabajen bajo un mismo criterio forjando así códigos únicos que hacen que no se desvirtúe la profesión.
Esther
Todas las profesiones tienen un código ético aunque en algunas de ellas realmente es de suma importancia, como en este caso. Cuando hacemos de coach tratamos con los aspectos más íntimos y personales del cliente y él debe saber que somos profesionales y que cuidaremos bien esa información que él nos va a dar sobre su vida.
Eso hará que el cliente se sienta cómodo y confiado, el aspecto más importante en la relación coach-coachee.
Susana Martinez
Como se indica en el artículo: “En el caso de los profesionales del Coaching Teleológico que estén adscritos a un colegio profesional” (en mi caso Trabajo Social), llevo un camino recorrido siguiendo el código deontológico de mi profesión. Aunque como futura profesional del coaching teleológico, también hago mío el Código de la IC. Puesto que cualquier intervención profesional, independientemente de la disciplina que sea, requiere acciones y actuaciones éticas.
De esta manera, tras leer el artículo, inmediatamente he reflexionado acerca del paralelismo entre el código deontológico de mi profesión y el código deontológico del coaching teleológico. Por tanto, considero oportuno aportar un punto de vista en el que he encontrado muchas similitudes.
• El Trabajo Social, busca la mejora en la calidad y bienestar de las personas. De la lectura del código de coaching teleológico, se desprende que la persona (cliente) busca y crea la visión de su propósito de vida; es decir, aquello que le genera auténtico bienestar y plenitud.
• Los principios éticos del Trabajo Social hablan de la neutralidad en las intervenciones profesionales. En el caso del coaching, también es preciso dejar tu ego fuera de la sesión, vaciarte para dejar al otro todo el espacio que le corresponde.
• El Trabajo Social recoge como punto esencial la autodeterminación de los usuarios. El coaching teleológico, señala no llevarlos a tu casa; es decir, ni a tu terreno ni a tus soluciones.
• Desde el documento de Trabajo Social se habla del respeto a la intimidad, de la misma manera que en el coaching, no necesitamos saber toda aquella información que pueda transformarse en querer saber más porque alguien nos parezca interesante. Esto se traduce en discernir lo operativo de lo inoperante. Por tanto, es preciso respetar siempre esa intimidad.
• Otros principios recogidos en el Código Deontológico de Trabajo Social que son afines al documento del coaching teleológico son: la confidencialidad y el secreto profesional, lo objetivo y subjetivo, lo universal y particular, es decir, se trataría de la ayuda eficaz y efectiva en los dos casos. Además, ambos documentos implican el respeto activo, la aceptación de la persona, la superación de categorizaciones, la ausencia de juicios de valor, la individualización, personalización, y promoción integral de la persona.
En conclusión, la ética subyacente entre estos dos códigos deontológicos sería la predisposición hacia el otro, con independencia de los valores. Cuando tengo en cuenta al otro y soy considerado con él, esto se traduce en un comportamiento ético. Se trata de pensar teniendo en cuenta también al corazón: filósofos como Hume ya pusieron el acento en nuestra dimensión emotiva. Hoy la inteligencia emocional, igualmente proclama que lo afectivo es lo efectivo. Es decir, si reconocemos nuestras propias emociones, habremos logrado una verdadera comunicación con nosotros mismos. Si llegamos a reconocer como nos sentimos, comprenderemos, y controlaremos nuestros actos para entender de una mejor manera a las demás personas. Por tanto, PONERSE EN EL LUGAR DEL OTRO, teniendo en cuenta al otro. Así, se podrían resumir todos los puntos del código deontológico del coaching teleológico y del código de Trabajo Social. Finalmente, no olvidar nunca aquella frase fundamental y vital que nos han enseñado nuestras sabias madres: pregúntate si a tí te gustaria que te lo hicieran.
Sara Pérez
Me parece que el Código Deontológico es algo FUNDAMENTAL que todo coach debe tener presente. Al igual que un médico, un psicólogo o un abogado, deben existir unas pautas para, no tan sólo desarrollar bien nuestro trabajo, sino también garantizar a nuestros clientes que van a encontrar en nosotros lo mínimo que esperan: confianza, respeto, confidencialidad, responsabilidad, compromiso…
A la vez creo que todo lo que en este artículo se recoge es muy importante en nuestros inicios, para saber lo que NO podemos hacer y lo que SÍ debemos tener presente.
Después de leer el artículo, curiosamente he asociado el Coaching a un templo, más concretamente a uno que me encanta: El Templo de Atenea Niké. Para mí, el Código Deontológico serían las columnas jónicas que lo mantienen. En total son 8: Confianza, respeto, empatía, confidencialidad, compromiso, privacidad, ética, seguridad. Y podría haber muchas más. Todas ellas hacen que la construcción se mantenga en pie desde el año 421 a.C. Por si no conocéis la historia, este templo se construyó para celebrar la victoria de Atenas en la Batalla de Salamina. Sin embargo, las obras se iniciaron años más tarde y no se terminaron hasta 17 años después. Fue difícil, pues toda construcción como ésta exige trabajo y constancia. Sin embargo, y a pesar de ser demolido en 1687 por los turcos, el templo se reconstruyó y gracias a las columnas y al buen trabajo realizado, actualmente todavía sigue en pie.
Con esto quiero decir que el Código Deontológico es lo que mantiene a todo coach en su oficio. Sin él, nuestro templo se derrumbaría.
Os dejo un enlace por si quereis conocer un poco más la historia y ver alguna imagen.
http://arte.laguia2000.com/arquitectura/grecia/templo-de-atenea-nike
Gracias Hermínia por este artículo.
Miguel Cerdá
Este articulo expone desde varias perspectivas el código deontológico y sus consecuencias.
Por una parte presenta todas las competencias que un coach teleológico ha de tener y asumir; en estas, se puede apreciar los fundamentos de un coaching teleológico abarcando las creencias, actitudes y aptitudes que debe tener el coach.
Desde mi punto de vista es una muy buena forma de presentar los retos personales que nos encontraremos durante todo el curso. Integrar todas estas competencias comporta dar un paso más allá en lo que me planteo como evolución personal, ya que estas competencias son plenamente aplicables en el día a día hacia nosotros y hacia el exterior en cualquier ámbito que se nos presente; así pues una base importante de valores se deben fraguar para que estas competencias se adquieran.
Por otro lado, presenta un código ético separado en los diferentes ámbitos que nos encontraremos como profesionales del coaching teleológico. Como cualquier componente ético que se nos presente en la vida, se basa en lo que personalmente llamo la regla de oro: no hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran, y su otra cara de la moneda: haz a los demás aquello que te gustaría que te hicieran. A través de esta base con profundos requisitos empáticos sabiamente controlados, podemos observar qué comportamiento has de tener (y han de tener contigo) en los diferentes ámbitos, no obstante, lo que también se puede ver es lo que uno se puede encontrar en el mundo del coaching, ya que si se establecen normas de «convivencia» es porque también te puedes encontrar con actores que ejercen mala praxis en estos entornos.
FINA VALLEJO NAVARRO
El código deontológico es básico y fundamental y se debe entender como una aplicación en todas sus competencias. Es muy importante tener claro este código de conducta y ser muy honestos y éticos con nosotros mismos, con la profesión y el cliente. Consideraremos al cliente como experto en su vida, ayudándole a lograr los cambios necesarios que necesita. Seremos en todo momento conscientes del compromiso, respeto y responsabilidad que esta práctica requiere. Por supuesto respetaremos los estándares de conducta ética. Crearemos una relación en la que la persona se sienta bien y confiada, y respetaremos su confidencialidad. Nos prepararemos debidamente en cada sesión y estaremos a servicio del cliente presentes y conectados. Estimularemos al cliente a descubrirse a conocerse así mismo, mediante el absoluto respeto de la conversación teleológica.
FINA VALLEJO
El código deontológico es básico y fundamental y se debe entender como una aplicación en todas sus competencias. Es muy importante tener claro este código de conducta y ser muy honestos y éticos con nosotros mismos, con la profesión y el cliente. Consideraremos al cliente como experto en su vida, ayudándole a lograr los cambios necesarios que necesita. Seremos en todo momento conscientes del compromiso, respeto y responsabilidad que esta práctica requiere. Por supuesto respetaremos los estándares de conducta ética. Crearemos una relación en la que la persona se sienta bien y confiada, y respetaremos su confidencialidad. Nos prepararemos debidamente en cada sesión y estaremos a servicio del cliente presentes y conectados. Estimularemos al cliente a descubrirse a conocerse así mismo, mediante el absoluto respeto de la conversación teleológica.
Inge Serrano
Tal y como comenta el artículo, el código deontológico no es una competencia tan sólo sino el pilar sobre el que debemos basar nuestra práctica profesional del coaching teleológico. No entiendo esta profesión sin una ética y unos valores muy claros y arraigados pues de la aplicación o no del código deontológico dependerá sin duda no sólo nuestra imagen como coachs sino la reputación de la profesión y, lo que es más importante, la decepción o el daño que podemos infringir a nuestros clientes en caso que no pongamos en práctica aspectos básicos y primordiales del código como la relación de confianza y confidencialidad entre el coach y el coachee.
Otro punto importante para mí es,sin duda, la honestidad con uno mismo y con los demás, en el sentido de que no podemos vender «humo», pretender que somos o sabemos lo que no somos ni sabemos y tener la suficiente humildad y confianza con el cliente como para mostrarnos ante él como el coach que somos en ese momento y siendo capaces de derivar su proceso en caso de que no nos veamos capacitados para afrontarlo o percibamos que no fluye la relación con el cliente.
Daniel Sánchez Ochoa
Pienso que disponer de un código deontológico otorga un reconocimiento a la profesión que en un futuro desempeñaremos mis compañerxs y yo.
Creo que este hecho aporta, tanto al cliente como al profesional, una seguridad en la relación que se establece por ambas partes. Por la parte del/la coachee, la tranquilidad de lo que se trate en las sesiones será tratado con confidencialidad y la libertad de poder abrirse ya que se sentirá respetadx en todo momento. Por lo que concierne al/la Coach, la seguridad de disponer de un marco de valores/actuaciones que garanticen la buena praxis.
En mi caso, el código deontológico de Trabajo Social guarda muchas similitudes con el CD que describe la ICF. Veo positivo integrar ambos códigos para guiar mi futura actividad profesional.
mireia farré canela
Entenc el Codi Deontològic com el pilar ètic que sustenta, amb la confidencialitat com a valor bàsic, el rol de coach. Així garanteix el compromís, la honestedat, el respecte, la presència i la lleialtat del professional cap al seu client en una relació d’adult-adult.
Em sembla molt important que la nostra professió, on el client està tant exposat se senti «protegit» per una base que reconegui la seva vulnerabilitat i li doni seguretat per tirar endavant el procés d’autoconeixement.
Com a professionals ha de ser sagrat i ha de quedar incorporat de manera orgànica en tots els àmbits de la nostra vida:
El Codi Deontològic ha de ser la nostra pell i no el nostre abric.
*Adjunto una vinieta de Miguelito i Mafalda per complementar el meu comentari:
http://k38.kn3.net/taringa/1/5/7/1/4/6/19/yellowlimon/1D1.jpg?1000
Juan Carlos Vila Ulloa
El código odontológico, a mi entender, facilita, regulariza, afianza y sostiene el proceso de Coaching en sí mismo. Esto es así porque en el acompañamiento de procesos vitales, no siempre estamos armónicos, ni centrados, ni con una perspectiva clarificadora de la situación y problemática que se está abordando en un proceso de Coaching. Así pues necesitamos determinados anclajes éticos, acordados y consensuados por un grupo de profesionales conscientes de la necesariedad de estos anclajes o guías, en momentos de menor fluidez profesional.
Pero no únicamente hemos de creer a pies juntillas en un determinado código odontológico, sino que debemos aprehender (interiorizar de manera vivencial) dicho código. Hemos de creer honesta e interiormente que el cliente puede alcanzar sus objetivos y confiar en su capacidad de cambio y aprendizaje. Hemos de establecer una relación de adulto a adulto que facilite un entorno de confianza profesional Coach- Coachee y viceversa. Hemos de estar presente y conectado o al menos tener presente en el hecho de estar presente y conectado, para ejercitar una consciencia voluntariosa en caso de no estarlo. Necesitamos mantener también una escucha activa que se ejercita en el recordar que necesito tener una escucha activa.
Así pues el código odontológico del coach se transforma en principios y valores no únicamente necesarios en su vida profesional sino también en la personal, pues la coherencia de carácter se manifiesta en la práctica del mismo en los diversos ámbitos de nuestra vida. No podemos mostrar una escucha activa en referencia al coachee, sino somos capaces de hacerlo también con nuestra pareja, nuestros amigos, nuestros padres y con todas las relaciones que mantenemos en nuestra cotidianidad. Claro está, los procesos deben ser evolutivamente progresivos, y no impuestos a nosotros mismos de hoy para ayer.
¿Podemos manifestar en nuestra práctica como Coach un código odontológico con autenticidad, sino somos capaces de seguir un código odontológico en nuestra propia vida personal?
David Rodríguez
Todo lo que se expone me parece muy correcto. Lo que en mi opinión quiero aportar es que veo el código deontológico como ese conjuntos de valores, normas, principios, etc… personales, únicos e intransferibles. Muy bien me parece que haya aspectos en común, pero el código debería ir más allá de lo que aquí marca. La persona que lo defienda (el suyo propio) que sirva para sentirse plenamente identificado con él mismo y siempre haciéndose máximo responbable de sus acciones de cara al coachee, en este caso. Todas ellas orientadas claro está, al logro de los objetivos del cliente respetando los tiempos, formas (éticas), etc. que éste requiera. Gracias Hermínia.
Paula Daniela
El artículo se divide en cuatro partes principales: Introducción, Código Deontológico, Filosofía y Estándares de Conducta Ética. La primera parte explica en qué consiste un código deontológico y la generalidad de este código para el ejercicio cualquier tipo de coaching bajo los estándares de la ICF (International Coaching Federation). La segunda, introduce las siguientes partes. En tercer lugar, encontramos una breve explicación a la filosofía del coaching teleológico. Por último, encontramos los estándares de conducta ética numerados y expresos en primera persona. Dentro del tema general encontramos dos vertientes: el código ético del coaching (sin apellido) y cómo podemos aplicarlo al coaching teleológico.
Mientras leía el artículo pensaba en la necesidad de tener un “deber ser” conductual ¿para qué? Es un supuesto dado culturalmente, este deber ser se enmarca en los estándares culturalmente aceptados de comportamiento (moral). Sin embargo, esta no es la única parte que compone un “deber ser”, éste también está permeado por el reglamento ético (personal). Estas dos partes interactúan de forma inevitable. Creo que esto último responde la pregunta inicial ¿para qué? Bueno, para que los códigos personales no causen caos necesitan regularse desde unos criterios básicos de comportamiento que garanticen su reproducción y sostenibilidad. Un planteamiento bastante kantiano, aunque mis palabras no se acercan a la pulcritud del filósofo.
Ahora bien, ¿para qué tener un código deontológico por profesión? A mi parecer esto responde a nuestra época y contexto. Nos desenvolvemos en un contexto occidental que parte de una estructura educacional específica y especializada, de leer y escribir. Pero debe ser más especifico que esto ya que no se ha respondido a la pregunta. Tal vez, a modo de especulación, éste código por profesión nos permite recordar que estemos donde estemos nos relacionamos con y como humanos. Las profesiones mencionadas como ejemplos en el artículo tienen una relación directa con “público” en su ejercicio. Sin embargo, qué tal si pensáramos que cualquier profesión tiene su contacto con este ente misterioso denominado “público” creo que podríamos hablar de reconocimiento y reducir algunas de las situaciones que nos preocupan a nivel mundial. El código propuesto es, ante mis ojos, un código que se basa en reconocer al otro como Otro, sin imponernos en sus creencias, sentimientos e ideas. Nos invita a compartir la experiencia con este otro y acompañarlo en su proceso mientras estamos en el nuestro: reconocernos humanos. Por esto, considero que es importante apropiarlo, rumiarlo, masticarlo, analizarlo, sentirlo una y otra vez hasta que se clarifique en el camino. Creo que si no lo comprendemos de nada vale promulgarlo o creer que lo seguimos, y no sabremos si lo comprendemos si no nos enfrentamos a nuestras experiencias y asumimos nuestras acciones sin tapujos. Así, puede ser una invitación a descubrirnos ya sea porque no es lo nuestro o porque va acorde con muchas de nuestras creencias.
Sergi Montells
Buenas tardes a todos compañeros,
Primero quería agradecer a Herminia Gomà por ofrecernos este artículo, que creo trata un elemento básico (el Código Deontológico o Deontología) para garantizar una buena praxis del Coaching, así como una repercusión adecuada del ejercicio del Coaching en la sociedad actual. Por último agradecer los comentarios de las diferentes personas que han comentado, cada uno creo que aporta un valor añadido muy interesante.
Pienso que un buen Código Deontológico es clave para todas las profesiones, dado que rige el comportamiento de los que ejercen una actividad dentro de un área profesional, estableciendo unas normas y reglas éticas en base a diferentes valores.
Mirando a las raíces del significado de Deontología forma parte de la Ética, es decir, el estudio de lo que está bien y lo que está mal. Es importante preguntarnos como Coaches, ¿qué está bien de mi profesión? ¿Qué puedo y qué no puedo hacer? ¿Qué valores tienen que regir mi praxis?
Hemos hablado en las clases el “respetar el espacio de nuestros clientes”, “confiar en que ellos tienen la respuesta”, “no empujar”. ¿Qué relación tiene esto con el Código Deontológico del Coach y Coach Teleológico? En el link http://www.icf-es.com/mwsicf/ser-coach-de-icf/codigo-deontologico-icf-espana vemos las normas de Código Deontológico que establece ICF (International Coach Federation) para el Coaching en general. Hay un juramento ético por en medio. También me parece interesante que se establezcan Competencias Clave (que ya mencionó Hermínia en: http://www.icf-es.com/mwsicf/ser-coach-de-icf/competencias-coaching-icf-espana leyéndolas parece que la figura del Coach que vemos en clase, vaya tomando valor añadido y todo tiene una coherencia. Es bueno saber que todos los profesionales del Coaching deberían tener estas normas éticas presentes en su praxis profesional.
Es interesante también que he visto que la ICF tiene un Comité Ético al que hacer consultas en: http://www.icf-es.com/mwsicf/etica-icf/contactar-comite-etica-icf Que tiene por objetivos, entre otros, velar la buena praxis profesional del Coaching, y en caso de que exista una mala praxis profesional poderlo comunicar.
En mi caso, con mi background de Psicología, el Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña (COPC) tiene una Comisión Deontológica que regula la praxis del psicólogo. He estado mirando un video en: https://www.youtube.com/watch?v=4kCBPzmxA-c donde se explica de forma general del Por qué de una Comisión Deontológica, por ejemplo, en un Colegio de Psicólogos.
Dentro de la Sección de Psicología Coaching del COPC, también se ha establecido una “Guía para la buena práctica en Coaching, en el marco de la Coaching Psychology” que habla del perfil del psicólogo-coach (valores, competencias, conocimientos) así como Código ético. Se puede acceder a ella través de: seccio@copc.cat
Opino que el Coaching actualmente necesita de unas buenas bases, sólidas, que ofrezcan a los clientes unas garantías de excelencia, calidad y transparencia en cuanto nuestro ejercicio. Más en concreto, el Coaching Teleológico, centrado en el ser y orientado a un fin, debe garantizar un servicio coherente con las normas y reglas que nos son comunes por dedicarnos a la profesión y contacto con las personas, desde una rama como el Coaching.
¿Mis valores? Honestidad, integridad, autenticidad, respeto y confidencialidad.
Quien es auténtico, asume la responsabilidad por ser lo que es y se reconoce libre de ser lo que es (Jean Paul Sartre).
RAQUEL GARCÍA
En nuestro rol de Coach teleológico, debemos tener muy claro que la aceptación y ejecución de las normas morales y los valores que constituyen el código deontológico es una condicion sine qua non que no debemos ignorar si queremos llevar a cabo correctamente nuestra actividad profesional como coach y queremos convertirnos en un profesional que mantiene y promueve la excelencia del coaching en lugar de sumarnos a la penosa lista de coachs que desprestigian esta bella profesión.
Las competencias y habilidades que pudiéramos mostrar en el proceso de coaching no tendrían ningún sentido si no acatáramos las normas establecidas. Por tanto, acatar el código deontológico es la base sobre la que asentamos nuestro rol de coach teleológico e inmediatamente después en importancia viene el desarrollo de las competencias principales para ser coach, cuyo primer punto desarrollado en el artículo de Hermínia me parece de suma importancia.
Confiar plenamente en nuestro cliente y en su capacidad para alcanzar sus objetivos, asegurar la confidencialidad en el proceso, creer que estamos tratando con un adulto y que nosotros no estamos en absoluto por encima de él ni sabemos más que él sobre lo que le conviene, y tener claro que sólo le acompañamos y colaboramos con él me parece que es fundamental para conducir un proceso de coaching con garantías de éxito. Ser consciente de que es el coachee el que lleva las riendas y el que decide a dónde quiere ir, a qué velocidad y para qué.
Comparto con Hermínia el concepto de que el código deontológico es una base ética que debe acatar el coach en el desarrollo de su actividad profesional y no una competencia básica que deba desarrollar.
Paula Folch
Comparto con la Escuela de Coaching Teleológico que los pilares dónde se asienta el rol de Coach se basan en los principios éticos y que de ellos se derivan el conjunto de competencias que el coach trabajará para la excelencia en su rol profesional.
Revisando los apuntes sobre principios y valores, conecto que los principios son la brújula que todos compartimos lo que es distinto es la manera en que entendemos, valoramos y accionamos el principio según edad, contexto educativo y social.
Por ello, considero que definir las competencias que debe desarrollar un coach teleológico y las creencias desde las cuales debe posicionarse es importante para concretar en acción el principio. Por ejemplo, entendiendo que un coach teleológico se mueve desde el respeto hacia su cliente y el proceso, desde este principio creeremos en el potencial del coachee, en que él/lla tiene en su interior todas las respuestas necesarias para el cambio, todas ellas válidas a pesar de no coincidir con la forma de entender el valor. Respetar su proceso para ir desvelando su verdad será esencial para el éxito del proceso.
El ego no tiene cabida viviendo el rol desde el principio; si entra, ponernos en cuestión será prioritario.
Me gusta imaginar y percibir la sesión como un espacio de luz y la relación coach-coachee como una interacción de luz; el coach debe -y sí, lo pongo como deber- ejercer su rol desde la luz para propiciar el clima adecuado para que el cliente conecte con su verdad y de allí, darse la transformación que necesita para conectar con su ser. Para mí, la verdad sólo puede aflorar cuestionando la «no verdad» y construyendo desde el ser.
La práctica me permite definir, cuestionar, revisar, y seguir construyendo cómo quiero vivir y, desde allí, ejercer, mi rol como coach.
El amor por mi profesión se asienta sobre la ética y esta manera de valorar los principios de mi profesión ya son per se absolutos, verdades incuestionables.
En resumidas cuentas, el código deontológico se basa en la ética de nuestra praxis profesional. Los principios son la cumbre, los valores la forma de la montaña, que nos permite entender y valorar el principio y las creencias son el material que nos vamos encontrando al caminar sobre ella (piedras, vegetación…).
Ejercer el rol desde la ética nos permite vivir con coherencia y paz interior.
Gracias por el artículo, Herminia.
Gala Guasch
El código deontológico es básico en cualquier profesión para que estén por escrito las responsabilidades morales necesarias para su ejercicio profesional. Así pues los valores se relacionan con unos principios éticos que los definen y que necesitan seguir unas normas que también estén establecidas.
Las funciones que tiene el código deontológico son varias: declarativa de valores, identificativa de la profesión, informativa a la sociedad, discriminativa de actos lícitos e ilícitos, que explicita la metodología (privacidad), coercitiva al no prohibir pero sí obligar, y protectora al obligarte pero a la vez defenderte de que otro no haga nuestro trabajo sin tener formación por ejemplo.
Como dices Hermínia es importantísimo que la praxis del coach, una profesión joven, logre el reconocimiento y prestigio que se merecen sus servicios. De esta manera, hay que tener en cuenta que trabajamos con personas que se nos abren a nivel personal sin conocerlas. Para que las podamos acompañar correctamente es necesario que el valor de la confidencialidad lo tengamos interiorizado para así reflejar el compromiso que tenemos hacia el cliente y hacia la profesión. Es trabajo de todos darle credibilidad al valor que otorgamos al cliente de que sea él quien controle su información, favoreciendo un clima de confianza imprescindible para su proceso.
Relacionado con lo que comentan Pol y Eliana nuestros valores los escogemos por nuestro sistema de creencias y parámetros culturales, siendo ellos nuestros pilares y los que nos definen. Consecuentemente algunos de los valores que tendremos que tener a nivel personal y profesional serán la ética, la humildad, el respeto, la lealtad, la responsabilidad y la confidencialidad siendo parte de nosotros, y no únicamente habilidades que sepamos ponerlas a la acción o por escrito con una firma.
Mónica Morales
Me parece necesario que en cada profesión, por nueva que ésta sea, haya unas bases éticas en las que se fundamente.
En el caso, del Coaching debido a que trabajamos con personas (creencias, valores, emociones,…) es indispensable mantener un código de confidencialidad porque podemos llegar a lo más íntimo de la persona y el coachee debe tener la mayor tranquilidad y confianza.
Depende de las personas que han optado por esta profesión que ésta tenga buena prensa y poco a poco ir abriendo camino en la sociedad.
Gracias Herminia por el esfuerzo que requiere la enseñanza.
Mònica Morales
Me parece necesario que en cada profesión, por nueva que ésta sea, haya unas bases éticas en las que se fundamente.
En el caso, del Coaching debido a que trabajamos con personas (creencias, valores, emociones,…)es indispensable mantener un código de confidencialidad porque podemos llegar a lo más íntimo de la persona y el coachee debe tener la mayor tranquilidad y confianza.
Depende de las personas que han optado por está profesión que ésta tenga buena prensa y poco a poco ir abriendo camino en la sociedad.
Gracias Herminia por el esfuerzo que requiere la enseñanza.
Amy Mantilla
Me parece buenísimo que se hayan establecido ciertas competencias fundamentales para los Coaches. Pienso que el Coaching es un tema de naturaleza muy versátil, donde cada aspirante a coach tiene su forma propia de ver las cosas como individuos que somos, esto nos hace ejercer el papel de coaches de la mejor forma para cada uno, siempre y cuando estemos cumpliendo con el objetivo. Por esto, especificar las competencias esenciales de un coach no es más que una guía para recordar que aunque podemos llevar a cabo una sesión como queramos, no hemos de olvidar nuestro papel y en qué consiste.
Aunque mi naturaleza no sea específicamente seguir las reglas, creo que nunca está demás poner normas que nos ayuden a no perder de vista la misión, que en nuestro caso sería llegar a ser profesionales perfectamente competentes en la práctica del Coaching.
Ruben Contreras
Primero de todo, quería agradecer tanto a Hermínia como al resto de participantes el acceso a toda esta información vital para poder arrancar con buen pie el camino que estamos tomando.
Recapacitando sobre este tema, me gustaría remarcar primeramente otro concepto que me parece fundamental y que no se incluye ‘oficialmente’ ni en este ni en ningún otro código pero que subyace en la naturaleza de todos nosotros más allá de nuestras competencias, obligaciones y derechos en el estricto sentido del coaching. Estoy hablando de la vocación.
Además de respetar estas ‘pautas profesionales establecidas’ (fundamentales a su vez para establecer las bases y límites de actuación de cualquier oficio/profesión) cuando se trabaja con-y-para personas debe realmente existir una clara predisposición —incluso gusto o placer— en desempeñar dicho trabajo, en este caso el Coaching.
En mi opinión, este es un punto fundamental, tanto para este como para cualquier otra profesión, en el que debemos tomar conciencia y asumir la responsabilidad personal de tener clara la dirección que estamos tomando (en el momento en el que la tomemos, no hay prisa) ya que no hablamos de papeles encima de una mesa, emails sin contestar o proyectos que pueden esperar a mañana vs. otras prioridades.
Al comprometernos con un código deontológico sería realmente importante no sólo asumir y respetar las competencias establecidas, sino también tomar conciencia de lo que ello implica y bajo nuestra responsabilidad personal comprometernos con nosotros mismos a hacer lo que nos gusta y poner nuestra vocación al servicio de otros.
En este sentido, hay una frase del comentario de @Júlia que también me ha llamado la atención: «jo penso que respectar el codi deontològic del Coaching no ens garanteix que serem uns bons Coach, però no respectar-lo suposarà no ser un mal Coach sinó no ser Coach», a lo que sumaría la idea de que respetar el código nos acerca a ser buenos coach ‘oficialmente’; serlo de verdad, en el corazón, es responsabilidad de cada uno de nosotros.
Por último, volviendo al Código y sus competencias, complementaría este post con las 11 competencias principales a desarrollar por la ICF que comenta Herminia en su post http://www.icf-es.com/mwsicf/images/imagenes/conchi_secretaria/icfcompe-claves.pdf (*fuente ICF), que leyéndolas veo que han sido base transversal de las clases recibidas hasta el momento en el Institut.
Gracias!
Cristina Espallargas
Estoy completamente de acuerdo en que la primera competencia de un coach deber ser su conocimiento y su respeto al código deontológico. Es fundamental para garantizar una práctica respetuosa del coaching y por supuesto para proteger el prestigio y la confianza en la profesión. En realidad esto vale para cualquier profesión que se quiera desempeñar con ética y profesionalidad. En el coaching además trabajamos con sentimientos, emociones, pensamientos que se entregan en un ámbito en el que se presupone un respeto total, lo que implica que el coach debe preservar todo lo que ocurre en la sesión como algo que sucede ahí y se queda ahí, y que si a alguien le compete desvelarlo o comentarlo fuera es al propio coachee, puesto que es “su” criatura.
Cuando empecé a estudiar coaching, y viniendo de un mini proceso de coaching empresarial que viví con mucho recelo, me interesé mucho sobre cómo se preservaba la confidencialidad cuando es la empresa la que contrata. Me parece que ninguna explicación sobre cómo se aplica la confidencialidad a todo el proceso y a la devolución que se hace a la empresa sobra, es esencial que el coachee se sienta en confianza.
Raquel Gómez
Me ha parecido un artículo muy interesante. Considero que es sumamente importante conocer el código deontológico para así integrarlo y «hacerlo nuestro» como el resto de la metodología hasta ahora aprendida. A parte de ser una guía para el coach, para ser un profesional competente, brinda seguridad al proceso, tanto para el coach – ante presiones externas, como por ejemplo, intereses del patrocinador – como para el coachee, gracias al valor de la confidencialidad.
Después de leer el Código Deontológico o Código Ético de la ICF, me quedo con el artículo 17 y 23 de la Sección 3: Conducta profesional con clientes. Pues opino que es esencial informar al cliente que el coaching tiene limitaciones, es decir, que el coaching ni es para todos ni sirve para todo, para así no crear falsas promesas que crearán también falsas expectativas.
Raquel Gómez
Me ha parecido un artículo muy interesante. Considero que es sumamente importante conocer el código deontológico para así integrarlo y «hacerlo nuestro» como el resto de la metodología hasta ahora aprendida. A parte de ser una guía para el coach, para ser un profesional competente, brinda seguridad al proceso, tanto para el coach – ante presiones externas, como por ejemplo, intereses del patrocinador – como para el coachee, gracias al valor de la confidencialidad.
Después de leer el Código Deontológico o Código Ético de la ICF, me quedo con el artículo 17 y 23 de la Sección 3: Conducta profesional con clientes. Pues opino que es esencial informar al cliente que el coaching tiene limitaciones, es decir, que el coaching ni es para todos ni sirve para todo, para así no crear falsas promesas que crearán también falsas expectativas.
ANNA GIRBAU MORENO
El hecho de que la profesión del coaching esté reglada por un código deontológico, de normas éticas y morales de comportamiento, regula la profesión, evitando así el intrusismo de ciertos profesionales que dicen hacer coaching, pero no se rigen bajo este código ético y de conductas. Por tanto regula el coaching desde el compromiso con el rol profesional adheriéndose al mismo código.
Las normas del coach se establecen para generar una relación de confianza con la persona o personas que le han contratado desde el respeto y el compromiso. Y pueda así lograr los objetivos por los cuales se le ha contratado.
Estas normas de conducta y ética del coach esperan que sean cumplidas tanto los propios clientes como los compañeros de profesión, para que así no se vea dañada su profesión por la mala praxis de ciertos profesionales.
Mi reflexión personal sobre el artículo es la importancia que estas normas sean llevadas a cabo por el profesional como un estilo de vida, un modo de entender las relaciones, y siendo ejemplo de esa praxis en su vida tanto laboral como personal. Para ello la necesidad de que el coach haya realizado como mínimo un proceso de coaching como cliente, para poder luego generar esa consciencia al cliente sobre su proceso de cambio y desarrollo.
María Boggiero
Tan importante como el objetivo, es el medio adecuado para obtenerlo, para mí donde empieza el amor empieza la ética. El código va mas allá de una imposición, es un mapa de valor, nos hace más conscientes y responsables de las implicaciones del viaje en nuestra profesión, es un salvoconducto para el cliente y para nosotros como ejecutores del coaching. La conducta profesional, vela por el cumplimiento del código desde la responsabilidad, cuando presta atención a posibles conflictos de intereses y aclara roles ante los mismos desde la asertividad, hace comprender la naturaleza del coaching al cliente desde la honestidad, cuida la confidencialidad del mismo desde el respeto y se compromete con el desarrollo continúo a partir del liderazgo personal.
El valor de estos principios éticos nace de la inmersión en ellos por conciencia y decisión individual desde el sentir, la libertad y el amor.
María Boggiero
Tan importante como el objetivo, es el medio adecuado para obtenerlo: para mí donde empieza el amor empieza la ética. El código va mas allá de una imposición, es un mapa de valor, nos hace más conscientes y responsables de las implicaciones del viaje en nuestra profesión, es un salvoconducto para el cliente y para nosotros como ejecutores del coaching. La conducta profesional, vela por el cumplimiento del código desde la responsabilidad, cuando presta atención a posibles conflictos de intereses y aclara roles ante los mismos desde la asertividad, hace comprender la naturaleza del coaching al cliente desde la honestidad, cuida la confidencialidad del mismo desde el respeto y se compromete con el desarrollo continúo a partir del liderazgo personal.
El valor de estos principios éticos nace de la inmersión en ellos por conciencia y decisión individual desde el sentir, la libertad y el amor.
FABIOLA MARTIN
Como dirían en inglés, el código deontológico es un MUST no puede ser un SHOULD.
Implica compromiso y responsabilidad. No es una opción, ni es parcial.
Es imprescindible velar por el cumplimiento de un código deontológico, de ética y valores, que garantiza al coachee la confidencialidad entre ambos. La confidencialidad es un valor que parte de la honestidad y la lealtad. Ha de empezar en nosotros mismos, en nuestro propio liderazgo personal y proporciona también un marco de confianza en el que el coachee pueda sentirse libre y seguro al conversar.
Otro aspecto que me parece muy relevante, es que garantiza la “calidad” del servicio que ofrecemos como coach profesional a todos aquellos coachees que han confiado/confían en nosotros y en una metodología bien integrada.
De este modo también damos valor a nuestra profesión y eso nos retroalimenta a todos.
Además el hecho de tener un código deontológico, proporciona un marco de actuación en el que no cabe la interpretación subjetiva basada en la propia experiencia protegiendo así los aspectos éticos del ejercicio de la profesión.
Gemma
Es interesante contemplar el código deontológico como conjunto de pautas y bases éticas que los profesionales del Coaching nos comprometemos a cumplir «no en un mínimo» sino en «un todo», ya que nos asegura tener una visión ética compartida por parte de todos más allá de nuestras visiones personales. En este punto sería importante reflexionar sobre las diferencias entre moral y ética. La primera tiene una base social con una influencia muy poderosa en la conducta de sus integrantes en cambio la ética surge del resultado de la propia reflexión y la propia elección. La moral establece normas desde el exterior en cambio la ética influye desde la toma de consciencia y la voluntad.
Por otro lado el hecho de que una de las primeras competencias de un buen coach sea adherirse al código deontológico, dota al Coaching como disciplina de una excelencia donde sus profesionales se comprometen a ser competentes con la toma de decisiones éticas en todas sus prácticas.
Gracias a todos por compartir vuestras reflexiones.
Flor Angel Canchica Estrada
Considero que los valores éticos deben siempre estar por encima de cualquier competencia o práctica profesional a la cual nos dediquemos; como profesionales de cualquier área o sector no estaremos completos y mucho menos íntegros si no anteponemos nuestros valores en nuestro diario vivir; incluso,tiene que ver en como nos manejemos en nuestra vida personal, si somos éticos, seguramente lo seremos como profesionales. Además en la práctica del coaching se tocan emociones, sentimientos y pensamientos muy íntimos con el cliente, y eso es algo por lo cual debemos tener respeto.
Iris De Arco
La confidencialidad no es negociable, nosotros como profesionales y líderes, debemos resguardar y mantener nuestros valores y principios en alto.
Un cliente cuya confidencialidad sea violentada, se convierte en un detractor de nuestro trabajo. Partiendo de la premisa de que la confidencialidad se debe salvaguardar. El reto de todo Coach, es una persona que orienta
Claudia Zapata Caicedo
Siendo el Coaching una práctica tan sumamente humana y respetuosa, no se puede esperar menos del código deontológico que la regula.
Me sorprendió gratamente la responsabilidad, honestidad, y humildad requerida para ser un buen coach y pensé que el poder tener todos esos valores en gran medida en ti, ya hacen que te merezca la pena ser coach, porque es de un enriquecimiento profundo el prepararte para serlo, serlo para ti y desde luego, poder serlo para acompañar a otros a conseguirlo también.
Considero el coaching un estilo de vida, una forma de afrontar las situaciones, unos recursos extraordinarios para vivir satisfactoriamente y un trabajo espiritual que no tiene precio. Y al ser el código deontológico claro, coherente, aterrizado a lo que es la profesión en sí, evidentemente se llevará a cabo.
En tiempos de intrusismo y de poca responsabilidad por parte de algunas personas, es necesario un organismo que regule una profesión que muchos nos tomamos en serio y queremos hacer bien, mientras que otras juegan a ser lo que no son y sobre todo, juegan con las vidas de personas que sólo necesitan a alguien responsable y respetuoso que las acompañe en el camino que han decidido emprender.
Desde que decides ser coach, te comprometes a ser la mejor versión de ti mismo, a mirar hacia dentro, a pulir todas aquellas cosas disonantes y ha armonizar tu persona en pro de ti mismo, que como no, repercute en los otros. Te comprometes a vivir en el ágape y a ver lo mejor de los demás, así que el código deontológico estará totalmente inmerso en ese prisma con el que te has comprometido a mirar el mundo que te rodea.
Silvia Quirós
Me parece fundamental la existencia de un código deontológico en cualquier profesión, pero más allá de su existencia, su cumplimiento a cabalidad. Como se menciona en el artículo, uno de los valores principales del código ético del Coaching es la confidencialidad. Si yo asumo la posición de coachee, en este ámbito de confidencialidad donde experimente el respeto del Coach hacia mis emociones, situaciones, y sentimientos, es donde entraría en el grado de confianza necesario para abrirme hacia el potencial necesario y más allá. Más allá de verlo desde el punto de vista de un documento deontológico, creo que es importante también plantearlo para el ejercicio diario de la tolerancia y convivencia con los demás.
Yill Otero
Como siempre acertada la pedagogía que imprime Herminia a su escrito para transmitir un mensaje fundamental sobre la importancia de la ética profesional (a través del código deontológico) en el Coaching Teleológico que yo leo de la siguiente forma: que sin principios y el trato debido de todo lo que concierne al cliente y lo que compartirá una vez iniciado un proceso de coaching, no puede estar divorciado de las competencias necesarias para desarrollarnos como coachs.
Es un asunto de entrega y devolución respetuosa así como de co-responsabilidad. Es imperativo que constantemente en las sesiones de entrenamiento de futuros coachs, este concepto sea reiterado y transmitido claramente, pues ello les ayudará a alcanzar la excelencia en su desempeño como coachs y de paso se reforzará la necesidad de preservar la reputación de esta noble carrera.
web archive
El código deontológico es básico en cualquier profesión para que estén por escrito las responsabilidades morales necesarias para su ejercicio profesional. Así pues los valores se relacionan con unos principios éticos que los definen y que necesitan seguir unas normas que también estén establecidas.
Las funciones que tiene el código deontológico son varias: declarativa de valores, identificativa de la profesión, informativa a la sociedad, discriminativa de actos lícitos e ilícitos, que explicita la metodología (privacidad), coercitiva al no prohibir pero sí obligar, y protectora al obligarte pero a la vez defenderte de que otro no haga nuestro trabajo sin tener formación por ejemplo.
Como dices Hermínia es importantísimo que la praxis del coach, una profesión joven, logre el reconocimiento y prestigio que se merecen sus servicios. De esta manera, hay que tener en cuenta que trabajamos con personas que se nos abren a nivel personal sin conocerlas. Para que las podamos acompañar correctamente es necesario que el valor de la confidencialidad lo tengamos interiorizado para así reflejar el compromiso que tenemos hacia el cliente y hacia la profesión. Es trabajo de todos darle credibilidad al valor que otorgamos al cliente de que sea él quien controle su información, favoreciendo un clima de confianza imprescindible para su proceso.
Relacionado con lo que comentan Pol y Eliana nuestros valores los escogemos por nuestro sistema de creencias y parámetros culturales, siendo ellos nuestros pilares y los que nos definen. Consecuentemente algunos de los valores que tendremos que tener a nivel personal y profesional serán la ética, la humildad, el respeto, la lealtad, la responsabilidad y la confidencialidad siendo parte de nosotros, y no únicamente habilidades que sepamos ponerlas a la acción o por escrito con una firma.
Eliana Valencia
El código Deontológico representa aquellas normas periféricas donde todo profesional debe saber moverse. Para la profesión del Coaching, no debe ser diferente y aún, se deben tener más presentes por la información delicada que obtenemos de nuestros clientes. Por lo tanto, un pilar fundamental, como lo mencionas, es la confidencialidad, que no solo es el hecho de firmar un documento, sino actuar en concordancia con el; desde la creación de un ambiente confortable para el cliente en el que pueda desarrollarse la sesión, como el saber custodiar la información y en los casos que mencionas, donde hay tres partes, tener las consideraciones necesarias para con los interesados sin pasar por alto esta competencia.
Como profesional, y sobre todo como Coach, la competencia de la confidencialidad debe estar implícita en el desarrollo de nuestra labor incluso desde la formación.
Ricardo José Rincón
El código Deontológico en mi opinión son un conjunto de competencias y valores que debe tener el coach. Nos hace tomar conciencia del compromiso que tenemos al llevar a cabo una sesión con un cliente, estos principios son básicos sin importar los clientes a los que te vas a dirigir (equipo, ejecutivo,familiar, deportivo, de salud) o a la escuela que perteneces (Teológico, ontológico, sistemático).
Si no estamos conectados con estos principios no se va a dar el reconocimiento que como profesión se merece el Coach.
Saludos, Herminia
Ricardo J. Rincón
Luis Antonio Pittí
Al encaminarnos en este desafío de desarrollarnos como líderes, era de nuestro conocimiento el compromiso ético que se tiene dentro de muchas profesiones para salvaguardar la relación profesional – cliente. Muchas profesiones resaltan el código de ética como una de las principales herramientas que deben desarrollar y ejecutar cada profesional en su praxis. De esta realidad no escapa la profesión del Coaching, que hoy en día tiene un auge muy fuerte en todos los ámbitos. Es crucial que quien ejecute la praxis de coaching sea una persona responsable, comprometida y sobre todo que se sienta familiarizado con el código deontológico para de esta manera poder ejecutarlo con facilidad. Como bien menciona el texto del post “Código Deontológico y Coaching Teleológico”, hay muchas profesiones que ya poseen un código deontológico que brinda una guía al profesional sobre los valores morales y éticos que debe poner en práctica al momento de la praxis. Dentro de mi profesión como Psicólogo, nos facilitaron el código deontológico por medio de una asignatura específica dentro de la carrera, adicional nos juramentaron al momento de entregar nuestra idoneidad profesional y entregaron un código escrito el día de nuestra acreditación profesional. A pesar de todo ello no hay una garantía de que las personas que se adentran en un mundo como el coaching donde la relación profesional – cliente es tan personalizada, realice una praxis apropiada. El tema de la ética profesional es una decisión que debe tomar toda persona que quiere desarrollar una profesión como el coaching. La importancia de la confidencialidad profesional-cliente, la honestidad entre profesional-cliente, la lealtad, entre muchos otros factores que son vitales al momento de ejecutar la profesión de coaching. Y en este texto recuerdo lo profesional que es Hermínia Gomà, quien es un modelo de ejemplo positivo dentro de la práctica de la ética profesional. Agradezco esa gran simpatía que vislumbró sobre todo el grupo en Panamá, sacando el máximo de cada uno de nosotros para entrarnos paso a paso al mundo del coaching teleológico.
María Isbelia Núñez Alarcón
En todas las profesiones es de suma importancia un código de ética, más aún en aquella donde la persona abre ante ti su vida personal. En mi opinión, es por esta razón que es condición sine-qua-non, apegarse al código Deontológico para ejercer como Coach. Tener una guía de lo que es el deber ser de la profesión no dejará espacio para confusiones. Seguir esta normativa le dará un valor agregado a los servicios que prestes, al reflejar una impecable moral y ética en un mundo donde cada vez son más escasos los valores.
Habiendo ejercido toda mi vida profesional como Auditor Interno y Consultora de Procesos de Negocios (hasta solo hace año y medio), estoy más que convencida que tanto las empresas como las personas funcionan mejor cuando existen códigos, manuales y procedimientos que evitan el no cumplimiento de las normativas al menos por desconocimiento.
Saludos a todos y gracias Herminia por compartir esta información con aquellos que no somos psicólogos, muy importante saber cuál es el código al que nos debemos apegar.
Pol Rodríguez i Salvador
«La confidencialitat no és una competència, és un valor. Un valor que neix dels nostres principis d’honestedat i leialtat.»
Aquest valor ha de néixer d’una base ètica. I aquesta ètica és la que hem de reconéixer-nos en nosaltres per poder-la extreure del codi deontològic. Ja que són els nostres principis i valors els que ens defineixen i configuren la nostra manera d’entendre la vida, i la nostra professió és un reflex més de la nostra existència. Per molt que el codi deontològic reculli una praxis ètica que s’ha de seguir, si no tenim interioritzades aquestes «lleis ètiques» en el sí de la nostra vida, difícilment les sabrem interpretar com a tals.
A tall d’exemple, un llibre no és sagrat per se. És sagrat perque les persones li atribueixen la condició, hi creuen i això és el que el fa o no. Podem posar el mateix llibre davant de dues persones, una que el consideri sagrat i l’altre no. I el llibre continuarà sent el mateix, malgrat que per totes dues persones té un significat diferent.
Per tant, entenc que la ètica com a valor i no com a competència és precisament aquesta capacitat de viure a través dels valors que ens han de guiar en el sí de la vida, i com a resultat, en el sí de la nostra activitat professional.
Interioritzan-t’ho serem capaços de ser confidencials, i no només actuar amb confidencialitat.
«No és el què, és el com.»
1 de febrer del 2016
Andrea Gomes
Herminia, gracias por toda la información. Es buenísimo saber que la profesión de coaching se torna cada vez mas reglamentada y que tenemos un código de conducta y ética validados por la International Coaching Federation.
Creo que la conducta ética es muy importante para todas las profesiones, y además para los coachs, porque trabajamos directamente con personas y generalmente tratamos asuntos muy sencillos e personales. La confidencialidad del proceso es necesaria también para que el coachee confíe en su coach y para que el provecho del proceso sea 100%.
PS el enlace del articulo no esta funcionando, creo que este sea el Nuevo: http://www.icf-es.com/mwsicf/ser-coach-de-icf/codigo-deontologico-icf-espana
Pauline Jacome
Desde que nacemos iniciamos nuestra formacion en base a normas de convivencia, estas normas son los valores que nos permiten armonizar con nuestros semejantes. Es importante en toda accion que realizamos en nuestra vida, tener presente el respeto que se merecen nuestros clientes desde los valores que debemos profesar éticos y morales. La confidencialidad en la información que se obtiene en el proceso es fundamental, toda vez que esta información no nos pertenece se basa en la vida de nuestros clientes y esta profesión requiere de una alta responsabilidad con el cliente en mantener la información que se nos comparte con seriedad y serle fiel al cliente. Es sumamente importante tener estos principios éticos muy presentes siempre en nuestra vida tanto personal, como profesional y habla mucho de nuestra integridad como profesionales.
Conrado
Siempre va bien que nos recuerden el marco ético y legal de la profesión con la que tratamos, como clientes o como profesionales. Además de leer y hacer suyo el Código de la ICF yo consideraría seriamente darme de alta en el colegio profesional que toque (una vez contrastadas las ventajas de las distintas opciones que hay) a cualquiera que pretenda ejercer profesionalmente como coach… o como lo que sea si es a título individual.
Me resulta especialmente interesante que haya formaciones de las que ya sales con la certificación de la ICF y en otras no.
De cara al cliente me parece interesante poder anunciarle, quizá en la sesión cero o en el momento de la firma de la Ley de Protección de Datos, cuáles son los puntos que caracterizan el código deontológico que hemos adoptado y cómo afectan al proceso que se llevará a cabo. Creo que un cliente no tiene por qué plantearse estos puntos de forma explícita en un primer momento pero sí pueden aparecer dudas durante el proceso.
Que un cliente conozca nuestros principios, valores y competencias, en este ámbito, me parece crítico y tomo buena nota de ello para transmitir esta información de forma ágil. Seguro que mi formación me ayudará en este aspecto y para no dejarme ningún aspecto legal o éticamente exigible.
Sara Berrocal Valenzuela
Hola a tod@s,
Es indiscutible que la base de un buena buena actuación como Coach en un proceso de coaching es conocer los valores, las características y condiciones de ejercer una buena praxis de aquello que amamos. Es la única manera de poder realizar una profesión con una base científica basada en los valores que caracterizan a cada persona. La responsabilidad, se mezcla con la pasión y es en ese momento cuando sabremos crear un ambiente idóneo entre Coach y coachee.
A veces pensamos que es algo innecesario de recordar y lo suficientemente obvio y claro, pero a la vista están muchísimos casos de intrusión laboral, en el que el «profesional» al no cumplir con el primer punto de la ICF (cumplir el código deontológico) han causado estragos a personas que únicamente solicitaban el servicio para mejorar algo.
Creo que es importante tener una base de de talentos y valores para ser coach, no será suficiente con presentar las competencias necesarias. La unión de ambas cosas hace la fuerza.
https://www.youtube.com/watch?v=xkSTNhS-eq0
https://www.youtube.com/watch?v=v3_sER6aBs0
El resumen y lo principal es que no importa que corriente, que estilo o que metodología utilices o desarrolles, hay que ser responsable, autor de un gran respeto por aquellos aspectos en los que te desenvuelvas. Estamos tratando con personas, emociones, sensaciones… nos ofrecen su confianza gratuitamente y el coach debe gestionar el proceso adecuadamente, qué mejor forma que empezando desde el principio.
Gracias por el artículo, hace reflexionar sobre la importancia de los valores de uno mismo que ayudan a conseguir competencias necesarias para ser un coach grandioso.
Andreina Itriago
Código Deontológico
Viniendo del área de la psicología y teniendo nuestro propio código de ética para los psicólogos, el código ontológico plantea cosas interesantes para tener en cuenta, el hincapié que hace en los valores me parece importante. Poniendo como ejemplo el valor del ¨ respeto a la confidencialidad¨siendo este un valor fundamental para la praxis como coaches y dejándonos la pregunta de si realmente respetamos la confidencialidad de nuestros clientes, cuando más allá del ejercicio profesional comentamos sobre la problemática de nuestros coachees con nuestra pareja o amigos, no queriéndolo hacer mal intencionadamente sino como forma de desahogo o por contar lo interesante que nos ha parecido. Esto por poner realmente respetamos la confidencialidad de nuestros clientes, cuando más allá del ejercicio profesional comentamos sobre la problemática de nuestros coachees con nuestra pareja o amigos, no queriéndolo hacer mal intencionadamente sino como forma de desahogo o por contar lo interesante que nos ha parecido. Esto por poner el ejemplo de como podemos o no aplicar un valor sin darnos cuenta.
Pienso que el código deontológico es una importante guía que debemos tener siempre cerca para orientarnos en nuestro ejercicio profesional y ubicarnos en cual es la correcta forma de actuar en todo momento.el ejemplo de como podemos o no aplicar un valor sin darnos cuenta.
Diana Sánchez Casanova
Antes pensaba que el contenido de los códigos deontólogicos resultaba obvio, e incluso de sentido común, de modo que no valoraba demasiado su importancia. Sin embargo, como ya pude aprender en el último año de Psicología, el código deontológico supone un elemento fundamental, que debemos integrar y asimilar en nosotros como si formara parte de nuestro ADN. Es una guía que siempre hay que tener presente, tanto para actuar en respeto de los derechos del otro, como para regular el coaching y permitirlo crecer como profesión.
Lo único que he echado en falta son quizás ejemplos de posibles situaciones que podríamos encontrarnos en sesión, aunque supongo que ahora mismo no es lo más relevante, dado que todavía estamos familiarizándonos con la metodología y la parte teórica. En cualquier caso, revisando la página de la ICF he encontrado la resolución de algunos casos éticos planteados al comité: http://www.icf-es.com/mwsicf/etica-icf/casos-de-etica-icf-espana
¡Muchas gracias!
PS: El enlace al código no funciona desde el blog, pero se puede acceder desde la página de la ICF.
Paula Folch
Hola a tod@s!
Me quedo con la frase «No se puede compensar la falta de ética con ninguna competencia»; las competencias forman parte del ser, igual que la ética la cual configura la base con la que nos regimos a la hora de actuar como seres humanos.
Entiendo que el rol profesional se enmarca dentro de un código deontológico y que éste no solo dicta en qué regirse a la hora de actuar; para mí va mucho más allá. La ética en la praxis del Coaching implica respetar los principios básicos de la existencia humana, algunos como la integridad de la persona, la libertad, el amor… Siendo coherentes con estos principios, en un proceso de Coaching Teleológico deben ser la piedra central para que el Coachee sea acompañado con integridad en su proceso de cambio, para que finalmente, asuma la responsabilidad para elegir y logre su liderazgo en todas las áreas de su vida de forma generalizada.
Gracias por compartir el artículo, Hermínia.
Montse López
Este artículo sobre el código deontológico, en mi opinión, comenta uno de los pilares imprescindibles que regula la ética en una profesión. La regulación de la ética a través del código deontológico, creo que ordena e imprime sentido a los valores y a los principios de conducta que debe aplicar cualquier profesional.
Considero que, en cualquier profesión, esta regulación es necesaria, ya que hay “obligaciones éticas” de base, como todas aquellas dirigidas al respeto hacia el ser humano en su moral e integridad física e intelectual, que forman parte de unos principios mínimos que son imprescindibles que persistan. Pero en especial, esta regulación se hace más necesaria para la profesión de coach.
El aceptar el código deontológico y los principios fundamentales de la ética para el coach, es aceptar una guía básica para una conducta profesional responsable y eficaz, contribuyendo con ello a crear las bases para un colectivo de profesionales de calidad.
Destacar por último la necesidad de adaptación del coach, ya que así como hay unos principios fundamentales de base inamovibles, que se deben mantener, hay otros valores que se van adaptando a los cambios sociales, a los avances científicos y a las aplicaciones que los profesionales, en el ejercicio de su profesión, encuentran como innovadoras y que pueden contribuir a ir modelando nuevos valores.
available domain names
Muchas gracias por el artículo y por los comentarios de los compañer@s!
El código ético forma parte de la vida y por lo tanto de todas profesiones. Si bien el código ético debe aplicarse en todo momento, en una profesión como el coaching todavía adquiere, si es posible, una mayor dimensión, donde los clientes son personas
que confían nosotros. Es importante tener una guía consensuada y que marque las pautas y que a su vez nos haga tomar conciencia de su importancia.
Me ha hecho reflexionar la frase del artículo «guiarnos por un código ético significa que no hay “un mínimo” que podamos cumplir, sino que es “un todo fundamental» , creo que las normas claras y bien delimitadas ayudan y dan fuerza. Es fundamental interiorizar, integrar y adquirir un total compromiso para aplicarlo en todo momento.
Felipe isaacs
Hola compañeros
Sin lugar a dudas un código deontologíco tiene como fin reglar una actividad de un colectivo con el fin de enmarcarla bajo unos parámetros éticos y morales que aseguren la buena praxis de dicha actividad.
El coaching como profesión también ha sido enmarcada dentro de estos parámetros y me parece lo más acertado.
Como antiguo miembro de un colegio en este caso del colegio de odontologos que tiene por supuesto un código deontologíco la experiencia es totalmente positiva y para destacar la seguridad y valor que este da a la actividad per se, y un valor como la confidencialidad tan requerido en una tan delicada profesión donde se tocan las sensibilidades y áreas delicadas de las personas.
Un saludo!
Irene Palacios
En esta primera competencia del Código ICF [ADHERIRSE AL CÓDIGO DEONTOLÓGICO Y ESTÁNDARES PROFESIONALES], bajo mi punto de vista, es un dato importante que sea la primera y no la segunda o tercera ¡Primero lo primero! Es decir, que como bien comentas es “un todo fundamental”. Y aplicada esta expresión literalmente al tema que nos ocupa, resultará ineficiente desarrollar una segunda o tercera competencia sin la evidencia de nuestra capacidad de comprender la ética del propio Coaching y aplicar correctamente los estándares del Coaching en TODA situación.
Hasta aquí todo claro.
Cuando en la segunda parte. Sección 4. Se comenta la confidencialidad como un valor (que nace de nuestros principios de honestidad y lealtad) y no como una competencia, me lo planteo como UN GRAN VALOR AL ALZA. Precisamente porque estamos siendo testigos de números casos de alto nivel político, médico, jurídico… en que se traiciona y traspasan los límites sin escrúpulos. Y esto me hace reflexionar profundamente a la responsabilidad personal de afianzar este valor en mí día a día. Es decir, es un valor que empieza y acaba en mí. Y más parece más poderoso hablar de LEALTAD al cliente en el proceso Coaching porque lo entiendo como un principio indisociable de la ética personal y profesional
Y aquí me inspira y comparto este video del Dr. Luis Bustamante. h https://youtu.be/QBJu2zrPZlssVer su discurso a partir del minuto 3:30. Me llama la atención su expresión del “arte de vivir”. Donde volvemos al concepto del TODO. Entendiendo la Lealtad como elemento central de la ética en la medida que no puede estar ausente en cualquier relación entre las personas.
Mònica Morales
Hola! me parece muy acertado que el primer artículo sea las bases en la cual se regula la profesión del coach.
Es muy importante a mi parecer que cualquier profesión lo tenga pero sobretodo las profesiones que ayudan a personas. El código deontológico de la ICF basa sus pautas de conducta en que el cliente se sienta en confianza y protegido y ofrece a esta profesión una seriedad que a lo mejor por ser tan joven puede parecer experimental.
Joan Ferran
Hola a tod@s,
En mi opinión, es fundamental que cada grupo de profesionales fije sus ‘reglas del juego’, que defina sus límites. Que determinados colectivos hablen de valores como la ética, honestidad, confidencialidad…, hace que dichos valores, actualmente en horas bajas, puedan resurgir, y por tanto ayuda a que socialmente se tome consciencia de su relevancia en las relaciones entre las personas .Todo ello, me hace reflexionar acerca de que cada persona debe tener su base ética sobre la cual construya su modelo de actuación en todos los órdenes de la vida.
La existencia del Código Deontológico de la ICF, hace que la profesión de coach obtenga un ‘plus’ en cuanto a profesionalidad, seriedad y prestigio, lo que significa añadir valor a esta profesión. Bajo la óptica del cliente, dicho código genera confianza, sin ella, los coach no podrían desarrollar su función.
Jose Antonio Gomez Lopez
Buenas Noches a todos.
Me alegra enormemente comprobar que esta maravillosa profesión tiene un Código Deontológico para poder ejercer con unas garantías de calidad y servicio a las personas que soliciten esta maravillosa herramienta para poder crecer personal y profesionalmente.
El hecho de que el ICF proponga competencias como base para un profesional bajo mi punto de vista lo encuentro formidable para que el Coach tenga consciencia de la preparación y la responsabilidad que debe tener.
En cuanto a la confidencialidad como valor comentado por Herminia, lo encuentro imprescindible para proteger la intimidad tanto de una organización como de una persona.
En dicho código deontológico se subraya el valor de la lealtad, un valor clave para poder tener con éxito relaciones personales de cualquier índole.
Muchísimas gracias Herminia por compartir este articulo y ayudarnos a ser conscientes con tu experiencia y buen hacer de la importancia que tiene ser un buen profesional
Daniel Laz
Me parece importante y acertado iniciar el estudio de una disciplina práctica como el coaching con un artículo donde se hace referencia a la base ética que debe regir nuestra manera de desarrollar profesionalmente una serie de competencias particulares. En definitiva, sería comenzar por el principio y , en nuestro caso, nos encontraríamos en la fase de «establecimiento de los cimientos».
Personalmente, el artículo me ha aportado el descubrimiento de :
– Las 11 competencias clave del coaching divididas en 4 bloques con diferentes objetivos:
a)Establecer los cimientos
b)Crear conjuntamente la relación
c)Comunicar con efectividad
d)Facilitar aprendizaje y resultados
siendo la primera de las competencias del primer bloque la adhesión a un
– Código deontológico establecido por la ICF para garantizar un marco apropiado, responsabilidad y unas normas de conducta vinculantes para alcanzar la excelencia en la práctica del coaching.
Me han llamado la atención y he reflexionado sobre los siguientes aspectos:
– Las competencias clave llevan al código deontológico y viceversa, dibujando un círculo dentro del que podemos actuar libremente. Este es el espacio que nos concede el coaching para ser únicos en su desempeño.
– La necesidad imprescindible de concretar y delimitar la forma y el fondo del coaching para no confundirlo con otras disciplinas y evitar malinterpretar.
– La gran responsabilidad que conlleva trabajar con personas y la necesidad del establecimiento de una relación de confianza basada en la honradez y el respeto del valor de la confidencialidad del cliente.
Me gustaría realizar las siguiente aportación/reflexión:
El código ético desde el punto de vista bioquímico: Inicialmente puede parecer pretencioso relacionar conceptos teóricos como código ético, deontología, moral, conducta, confianza, empatía,…con la química. ¿Pueden conceptos tan subjetivos y condicionados por la época, el lugar, la cultura tener un trasfondo científico?, ¿es natural crear unas normas éticas para el desarrollo correcto de una disciplina?, ¿estas normas nacen del individuo o de las relaciones sociales?…
Adjunto una breve charla de Paul J Zak en el programa TED sobre nuevos descubrimientos de los efectos de la hormona oxitocina. Esta hormona se ha relacionado en experimentos recientes con la confianza, la empatía y la conducta ética. https://www.ted.com/talks/paul_zak_trust_morality_and_oxytocin?language=es
Por otro lado, recomiendo el libro «Teoría de los sentimientos morales» de Adam Smith que se menciona en el video.
Agradezco las opiniones y aportaciones de los compañeros y equipo docente que tanto nos enriquecen y que contribuyen a que cumplamos el art. 28, sección 5 del código ético de ICF para llegar a ser excelentes coachs.
Ana Sánchez Castillo
CODIGO DEONTOLOGICO
Muy interesante el artículo y muy importante que sea el primero que nos toca leer. Sin duda, aunque todavía no somos coaches, ya estamos asistiendo a sesiones de coaching que se dan en clase, con casos reales y experiencias propias de nuestros compañeros. Así que ya tenemos que tener presente que lo que se cuenta es privado y estrictamente confidencial, por lo que debe quedarse en clase. Gracias a todos los que hasta ahora han contado con mucha valentía y generosidad sus propias experiencias!
Dentro de los estándares del código ético de la ICF se menciona en la sección segunda el “Conflicto de intereses”. Tema de especial trascendencia para aquellos coaches que vayan a trabajar dentro de organizaciones, patrocinados por la empresas para sus empleados, por ejemplo. O cuando el proceso de coaching va dirigido a un adolescente. El coach se debe a su cliente y no al patrocinador del trayecto de coaching, por lo tanto se debe al “empleado” y al “adolescente”en los ejemplos mencionados y no a la empresa o los padres.
He encontrado este video de una universidad americana que explica el origen de la ética deontológica que me parece muy interesante. http://youtu.be/_bMpwxhL8Sw
Este concepto proviene del filosofo alemán I. Kant y de lo que el llama leyes universales. La ética del coach, como la de cualquier otro profesional es la base moral desde la que debe ejercer su profesión. El deber de hacerlo bien, de forma apropiada, con respeto y responsabilidad. Coincido con Rubén en que esta profesión trata directamente con personas, por lo una conducta no ética tiene consecuencias muy negativas en el cliente.
FELIPE ATEHORTÚA
Me parece interesante establecer las bases de una buena praxis a modo «cimientos» como indica el ICF, pero quiero destacar dos puntos sobre la forma en que se propone que se realice y lo que puede deparar el futuro:
1. Se establecen 11 competencias claves de coaching basadas en un código ético que acaba con un juramento. Un juramento de cumplir ese código ético y ponerlo en practica siempre con nosotros mismos y nuestros clientes. El simple factor de jurar algo, nos encamina a una obligación, cumplir a la «fuerza» con algo, estemos o no de acuerdo al 100% y hacer algo con lo que, en algún momento, podemos no estar de acuerdo pero hemos jurado hacerlo y puede desembocar en no ser ético con nosotros mismos por «traicionar nuestros principios», así pues, un juramento de cumplir un código ético puede desembocar en no ser fieles a nuestra propia ética, en algunos casos, por supuesto.
Entiendo la importancia de establecer unas bases, pero creo más importante aún entenderlas, reflexionar sobre ellas, cuestionarlas y por supuesto, que nuestra propia ética esté en concordancia con ellas, si no, podemos estar engañándonos a nosotros mismos.
2. En linea al primer punto, os pongo un ejemplo de ética bastante recurrente en el campo de la medicina que creo entenderéis leyendo esta noticia:
http://www.abc.es/sociedad/20150930/abci-conectada-maquina-201509301313.html
¿Qué ocurre cuando se llega a un extremo como este caso? por un lado un juramento hipocrático de los médicos y por el otro un deseo de una «muerte digna», habrán mil opiniones al respecto… Así pues, dado que el coaching es relativamente una nueva profesión, en un futuro pueden haber ciertas situaciones en las que que entren en conflicto el código ético contra alguna «moralidad» que haga temblar los cimientos. No se me ocurre un caso actual en el que pueda ocurrir, pero lo quiero compartir con todos como una posible cuestión a los cimientos.
Muchas gracias.
Aida Triguero
El término deontología procede del griego: deon (lo conveniente, lo debido) y logía (conocimiento, estudio), de manera que podemos decir que el objeto de estudio de la deontología son los fundamentos del deber y las normas morales.
En primer lugar, indicar que me parece acertadísima la elección de este artículo como el primero a comentar, ya que el código deontológico es la base sobre la cual debe sustentarse cualquier actividad profesional.
Personalmente desconocía cuál era el código deontológico aplicable en Coaching Teleológico de manera “formal” y, gracias a la profundización que he podido llevar a cabo a través de este artículo, ahora soy conocedora de él de una forma más exhaustiva, lo cual me parece imprescindible como futura coach. Brindándome la oportunidad, a la vez, de conocer diferentes asociaciones y organismos en los que poder apoyarme cuando así lo crea conveniente.
Es de vital importancia la regulación del comportamiento dentro de cualquier ámbito, ya no sólo en el del coaching sino en cualquier otro, pues es necesario en una sociedad como la nuestra mantener un orden, llevar un control y garantizar los derechos de todos y cada uno de los integrantes de la comunidad.
Llegados a este punto, por suerte inicial (intuyo que no por casualidad), lo primero que me cuestiono es si este código deontológico encaja con los valores y principios éticos que yo pienso que una persona y yo como persona tengo o me gustaría alcanzar, ya que para seguir con este proceso es imprescindible, en mi opinión.
Tú conducta como persona va a ir inevitablemente ligada con tu conducta como coach.
Me hace tremendamente feliz tomar conciencia de que EL COMPROMISO, LA RESPONSABILIDAD, LA CONFIDENCIALIDAD, EL DESARROLLO CONTINUO… son aspectos que están actualmente presentes en mi forma de vida y que me van a acompañar en mi carrera como coach.
Pienso que por mucho que intentes vender algo acerca de ti a los demás, esto únicamente va a ser real si ellos lo perciben del mismo modo, dicen que los niños hacen lo que ven, no lo que sus padres les indican que es correcto hacer…, pues en este caso vendría a ser lo mismo. Será lo que tu cliente perciba de ti lo que le ayudará a confiar.
Podría seguir profundizando en la propia materia en sí, pero sería repetir muchas de las ideas ya expuestas en comentarios anteriores. Por último, me gustaría compartir con vosotros un artículo que me parece especialmente interesante y que había compartido con anterioridad en alguna red social: http://www.forbes.es/actualizacion/2489/por-que-quiero-que-mis-hijas-aprendan-empatia-en-vez-de-chino
Acercándolo a la materia que nos atañe lo traduciría algo así como: ¿De qué te sirve conocer a la perfección el método si no sabes cómo aplicarlo…?
Muchísimas gracias a todos por vuestras aportaciones y en especial a ti, Hermínia, por todos los conocimientos que nos estás aportando!!!
P.D.: “A quien amas, dale alas para volar, raíces para volver… y motivos para quedarse”. Dalai Lama.
LUCIA OLAZABAL
Blog – CÓDIGO DEONTOLÓGICO Y COACHING TELEOLÓGICO
http://www.coachingparadirectivos.com/2012/06/codigo-deontologico-y-coaching/
Un código deontológico en la práctica del coaching, supone reafirmar los principios morales por los cuales se debe sostener esta profesión. Más allá de que cualquier profesional tiene que tener integrado unos principios éticos acordes a su actividad, en la actualidad el coaching se enfrenta a un cierto desprestigio entre algunos escépticos. Me traigo tu adjetivo del coaching como una “profesión joven”, que tiene que ganarse el reconocimiento y defender su profesionalidad en la sociedad. Gracias al intrusismo y al concepto erróneo que se tiene del coaching, la creación de un código deontológico, me parece una gran incitativa para proteger estos principios y también al profesional que trabajará con un aval que certifica de alguna manera estos valores. Incluyo el link de una entrevista al señor Ricard Cayuela (Vicedecano en el Colegio de Psicólogos de Cataluña y Presidente de la Comisión Deontológica), desde la mirada más crítica a este modelo de intervención, quien mira con cierta desconfianza la capacitación de algunos “entrenadores de vida”, aunque defiende la profesionalidad de diversos coachs gracias a su correcta formación y que saben distinguir un proceso coaching a la psicoterapia. https://www.youtube.com/watch?v=7WBUVka_Ekg . Por otro lado me parece muy interesante que la referencia que haces al ”compromiso” como uno de los valores del coaching ya que el coach acompaña al cliente con responsabilidad, orientado en la obtención de los objetivos del coachee, potenciando sus capacidades y ayudando a la toma de conciencia de ciertas creencias limitantes que le estancan en el proceso. Para terminar me gustaría regalar esta fábula que podría hacer referencia a lo que sienten muchas personas y donde el coaching como modelo de intervención, podría ayudarles a cumplir sus objetivos.
“La fábula del hombrecito en el desierto. Había un hombrecito perdido en el desierto. Llevaba tiempo deambulando y perdido. Sólo le acompañaban su túnica blanca y un puñadito de maníes. Estaba hambriento pero había sabido racionalizar su puñadito de maníes y le daba un valor importante en su supervivencia. Un día, el hombrecito ve a lo lejos un oasis bellísimo. Se acerco más y estaba fascinado con tanta riqueza…mucho verde, un precioso lago y un espectacular banquete con los manjares que jamás hubiera imaginado. Fue corriendo para adentrarse en él pero metros antes tropieza con el guardián del oasis. Éste le dice que será bienvenido pero si tira su puñadito de maníes. Ahí comienza el gran dilema del hombrecito…si conserva aquello que le dio vida durante un tiempo o lo abandona para disfrutar de esa “aparente” maravilla. “
LUCIA OLAZABAL
Un código deontológico en la práctica del coaching, supone reafirmar los principios morales por los cuales se debe sostener esta profesión. Más allá de que cualquier profesional tiene que tener integrado unos principios éticos acordes a su actividad, en la actualidad el coaching se enfrenta a un cierto desprestigio entre algunos escépticos. Me traigo tu adjetivo del coaching como una “profesión joven”, que tiene que ganarse el reconocimiento y defender su profesionalidad en la sociedad. Gracias al intrusismo y al concepto erróneo que se tiene del coaching, la creación de un código deontológico, me parece una gran incitativa para proteger estos principios y también al profesional que trabajará con un aval que certifica de alguna manera estos valores. Incluyo el link de una entrevista al señor Ricard Cayuela (Vicedecano en el Colegio de Psicólogos de Cataluña y Presidente de la Comisión Deontológica), desde la mirada más crítica a este modelo de intervención, quien mira con cierta desconfianza la capacitación de algunos “entrenadores de vida”, aunque defiende la profesionalidad de diversos coachs gracias a su correcta formación y que saben distinguir un proceso coaching a la psicoterapia. https://www.youtube.com/watch?v=7WBUVka_Ekg . Por otro lado me parece muy interesante que la referencia que haces al ”compromiso” como uno de los valores del coaching ya que el coach acompaña al cliente con responsabilidad, orientado en la obtención de los objetivos del coachee, potenciando sus capacidades y ayudando a la toma de conciencia de ciertas creencias limitantes que le estancan en el proceso. Para terminar me gustaría regalar esta fábula que podría hacer referencia a lo que sienten muchas personas y donde el coaching como modelo de intervención, podría ayudarles a cumplir sus objetivos.
“La fábula del hombrecito en el desierto. Había un hombrecito perdido en el desierto. Llevaba tiempo deambulando y perdido. Sólo le acompañaban su túnica blanca y un puñadito de maníes. Estaba hambriento pero había sabido racionalizar su puñadito de maníes y le daba un valor importante en su supervivencia. Un día, el hombrecito ve a lo lejos un oasis bellísimo. Se acerco más y estaba fascinado con tanta riqueza…mucho verde, un precioso lago y un espectacular banquete con los manjares que jamás hubiera imaginado. Fue corriendo para adentrarse en él pero metros antes tropieza con el guardián del oasis. Éste le dice que será bienvenido pero si tira su puñadito de maníes. Ahí comienza el gran dilema del hombrecito…si conserva aquello que le dio vida durante un tiempo o lo abandona para disfrutar de esa “aparente” maravilla. “
Silvia Labrid
En mi opinión, El código deontológico del coaching aporta formalidad y firmeza a la profesión. Con unos valores fundamentales como: la ética, la honestidad, el compromiso… haciendo énfasis en la confidencialidad del coach, todo esto nos conduce a una buena praxis.
Estar inscritos al código deontológico supone comprometernos de manera integral en la total confianza que brindamos a nuestro cliente.
Como futura Coach y con un pensamiento filosófico me quedo con este texto:
“los negocios también son un arte ya que en ellos se mezcla la estética y la ética. Los negocios sin ética no son útiles.” (Alejandro Jodorowsky).
Sergi Montells
Buenas tardes a todos compañeros,
Primero quería agradecer a Herminia Gomà por ofrecernos este artículo, que creo trata un elemento básico (el Código Deontológico o Deontología) para garantizar una buena praxis del Coaching, así como una repercusión adecuada del ejercicio del Coaching en la sociedad actual. Por último agradecer los comentarios de las diferentes personas que han comentado, cada uno creo que aporta un valor añadido muy interesante.
Pienso que un buen Código Deontológico es clave para todas las profesiones, dado que rige el comportamiento de los que ejercen una actividad dentro de un área profesional, estableciendo unas normas y reglas éticas en base a diferentes valores.
Mirando a las raíces del significado de Deontología forma parte de la Ética, es decir, el estudio de lo que está bien y lo que está mal. Es importante preguntarnos como Coaches, ¿qué está bien de mi profesión? ¿Qué puedo y qué no puedo hacer? ¿Qué valores tienen que regir mi praxis?
Hemos hablado en las clases el “respetar el espacio de nuestros clientes”, “confiar en que ellos tienen la respuesta”, “no empujar”. ¿Qué relación tiene esto con el Código Deontológico del Coach y Coach Teleológico? En el link http://www.icf-es.com/mwsicf/ser-coach-de-icf/codigo-deontologico-icf-espana vemos las normas de Código Deontológico que establece ICF (International Coach Federation) para el Coaching en general. Hay un juramento ético por en medio. También me parece interesante que se establezcan Competencias Clave (que ya mencionó Hermínia en: http://www.icf-es.com/mwsicf/ser-coach-de-icf/competencias-coaching-icf-espana leyéndolas parece que la figura del Coach que vemos en clase, vaya tomando valor añadido y todo tiene una coherencia. Es bueno saber que todos los profesionales del Coaching deberían tener estas normas éticas presentes en su praxis profesional.
Es interesante también que he visto que la ICF tiene un Comité Ético al que hacer consultas en: http://www.icf-es.com/mwsicf/etica-icf/contactar-comite-etica-icf Que tiene por objetivos, entre otros, velar la buena praxis profesional del Coaching, y en caso de que exista una mala praxis profesional poderlo comunicar.
En mi caso, con mi background de Psicología, el Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña (COPC) tiene una Comisión Deontológica que regula la praxis del psicólogo. He estado mirando un video en: https://www.youtube.com/watch?v=4kCBPzmxA-c donde se explica de forma general del Por qué de una Comisión Deontológica, por ejemplo, en un Colegio de Psicólogos.
Dentro de la Sección de Psicología Coaching del COPC, también se ha establecido una “Guía para la buena práctica en Coaching, en el marco de la Coaching Psychology” que habla del perfil del psicólogo-coach (valores, competencias, conocimientos) así como Código ético. Se puede acceder a ella través de: seccio@copc.cat
Opino que el Coaching actualmente necesita de unas buenas bases, sólidas, que ofrezcan a los clientes unas garantías de excelencia, calidad y transparencia en cuanto nuestro ejercicio. Más en concreto, el Coaching Teleológico, centrado en el ser y orientado a un fin, debe garantizar un servicio coherente con las normas y reglas que nos son comunes por dedicarnos a la profesión y contacto con las personas, desde una rama como el Coaching.
¿Mis valores? Honestidad, integridad, autenticidad, respeto y confidencialidad.
Quien es auténtico, asume la responsabilidad por ser lo que es y se reconoce libre de ser lo que es (Jean Paul Sartre).
Rubén Contreras
Primero de todo, quería agradecer tanto a Hermínia como al resto de participantes el acceso a toda esta información vital para poder arrancar con buen pie el camino que estamos tomando.
Recapacitando sobre este tema, me gustaría remarcar primeramente otro concepto que me parece fundamental y que no se incluye ‘oficialmente’ ni en este ni en ningún otro código pero que subyace en la naturaleza de todos nosotros más allá de nuestras competencias, obligaciones y derechos en el estricto sentido del coaching. Estoy hablando de la vocación.
Además de respetar estas ‘pautas profesionales establecidas’ (fundamentales a su vez para establecer las bases y límites de actuación de cualquier oficio/profesión) cuando se trabaja con-y-para personas debe realmente existir una clara predisposición —incluso gusto o placer— en desempeñar dicho trabajo, en este caso el Coaching.
En mi opinión, este es un punto fundamental, tanto para este como para cualquier otra profesión, en el que debemos tomar conciencia y asumir la responsabilidad personal de tener clara la dirección que estamos tomando (en el momento en el que la tomemos, no hay prisa) ya que no hablamos de papeles encima de una mesa, emails sin contestar o proyectos que pueden esperar a mañana vs. otras prioridades.
Al comprometernos con un código deontológico sería realmente importante no sólo asumir y respetar las competencias establecidas, sino también tomar conciencia de lo que ello implica y bajo nuestra responsabilidad personal comprometernos con nosotros mismos a hacer lo que nos gusta y poner nuestra vocación al servicio de otros.
En este sentido, hay una frase del comentario de @Júlia que también me ha llamado la atención: «jo penso que respectar el codi deontològic del Coaching no ens garanteix que serem uns bons Coach, però no respectar-lo suposarà no ser un mal Coach sinó no ser Coach», a lo que sumaría la idea de que respetar el código nos acerca a ser buenos coach ‘oficialmente’; serlo de verdad, en el corazón, es responsabilidad de cada uno de nosotros.
Por último, volviendo al Código y sus competencias, complementaría este post con las 11 competencias principales a desarrollar por la ICF que comenta Herminia en su post http://www.icf-es.com/mwsicf/images/imagenes/conchi_secretaria/icfcompe-claves.pdf (*fuente ICF), que leyéndolas veo que han sido base transversal de las clases recibidas hasta el momento en el Institut.
Gracias!
Rubén Contreras
Júlia
Penso que és molt encertada la temàtica d’aquest article que hagut de llegir i analitzar en primer lloc. El codi deontològic o codi ètic ens mostra les competències que hem d’assumir si volem convertir-nos en Coach. Tot el que fem ha d’estar basat en aquests principis o competències i, en cas de no respectar-los, estaríem realitzant una mala praxis.
Jo pertanyo al col•legi professional de persones llicenciades en ciències de l’activitat física i l’esport de Catalunya i desconec si tenim o no en aquesta professió un codi deontològic. Per altra banda, exerceixo com a professora i tampoc ningú no m’ha explicat ni jo he investigat si existeix un conjunt de criteris, principis, normes o valors per portar a terme la nostra professió. Intueixo que ja se suposa que ser professor/a implica certs valors ètics però crec fonamental que estigui escrit, que sigui global i que les famílies i els alumnes, en aquest cas els nostres clients, els coneguin. Penso que és fonamental perquè considero que hi ha professors/es, no tots i no la majoria, que fan una mala praxis. Aquests professionals si és que els podem anomenar així, fan que tant l’educació en general com, en el meu cas, l’educació física (gimnasia? Per a què serveix?) tingui una mala imatge a nivell social o, apurant, a tots els nivells. Aquest tema em preocupa força perquè aquells professors/es que intentem fer bé la nostra feina i amb uns valors i principis ètics, hem de lluitar el doble per dignificar la nostra matèria i la nostra professió.
Tornant al tema del codi deontològic en el Coaching, em sembla fantàstic que sigui per a tots els tipus i per a totes les escoles… Ens serveix a nosaltres si un dia contractem un Coach i ens servirà com a professionals perquè socialment estarà acceptat que ser Coach implica tenir i aplicar certes competències. D’aquesta manera, si totes les persones que hem obtingut una titulació en Coaching exercim de manera responsable, contribuirem, a la vegada que acompanyem els nostres clients cap a la seva pròpia idea d’èxit, a dignificar i millorar la imatge del Coaching.
M’han cridat l’atenció varis aspectes de l’article. En primer lloc em quedo amb els valors de compromís, respecte i responsabilitat en base a aquest codi deontològic. M’agrada molt escriure responsabilitat amb h intercalada: RESPONS(H)ABILITAT, perquè se suposa que és l’habilitat que tenim de respondre. En aquest cas, de respondre de manera professional adquirint i duent a terme les competències d’aquest codi ètic i moral.
En segon lloc, m’ha agradat molt la frase que ressalta que tot és fonamental. Que no hi ha un mínim de codi ètic, sinó que s’han de respectar totes i cadascuna de les competències. I que no es pot compensar de cap manera la falta d’ètica.
I en tercer lloc em quedaria amb la paraula confidencialitat. Aquest principi és fonamental i crec que forma part del respecte intrínsec que ens suscita el client com a ésser humà capaç.
Un cop he arribat al final de l’article he volgut entrar als enllaços per veure quines eren aquests 11 competències en el cas de l’IFC i no he pogut accedir a les webs, per la qual cosa he fet recerca i he trobat uns vídeos a Youtube que em semblen força esclaridors del què és el codi deontològic i de què significa cada competència. Cada vídeo té un context concret però s’enfoca en allò que se suposa què és una bona praxis i allò que és una mala praxis, amb exemples clars. Ens serveixen, a més, per seguir analitzant la metodologia que hem començat a aprendre en aquest primer seminari. Us poso els enllaços a continuació per si voleu donar-los un cop d’ull:
Competència 1. Respectar el codi d’ètica.
https://www.youtube.com/watch?v=g_DUjZnQuRA
Competència 2. Establir sempre l’acord, tant en el procés com en cada sessió.
https://www.youtube.com/watch?v=OHjXGTz6XKU
Competència 3. Confiar en un mateix/a, en el client i en el procés.
https://www.youtube.com/watch?v=dtzENCcbKL8
Competència 4. Estar present.
https://www.youtube.com/watch?v=LBdCg3jM_Gs
Competència 5. Escoltar activament.
https://www.youtube.com/watch?v=OCoAnYRZxAc
Competència 6. Demanar poderosament.
https://www.youtube.com/watch?v=nqvdAynCnok
Competència 7. Comunicar-se directament. (aquest és el que menys m’ha agradat i crec, humilment des de la aprenent que sóc, que oferir opinions no és Coaching).
https://www.youtube.com/watch?v=FbADf4qRhAg
Competència 8. Crear consciència.
https://www.youtube.com/watch?v=ShzqGCgR_lM
Competència 9. Acompanyar en el disseny d’accions.
https://www.youtube.com/watch?v=zc0dsukQbsQ
Competència 10. Planificar i establir metes.
https://www.youtube.com/watch?v=gY0GJ99d4aA
Competència 11. Gestionar la responsabilitat.
https://www.youtube.com/watch?v=OxBhYMIZfas
He adjuntat els vídeos d’11 competències sense saber del cert si es corresponen o no amb les competències que apareixen en el codi ètic. Ho dubto perquè cercant més informació a la xarxa m’he trobat que no només s’assenyalen 11 competències sinó més d’una vintena com es pot observar en l’enllaç següent:
ICF Espanya http://www.icf-es.com/mwsicf/etica-icf/codigo-deontologico-icf-espana
Tot i així, penso que són vàlids per entendre competències del Coaching i situacions ens les que tenen lloc i d’altres en les que no.
Per concloure, jo penso que respectar el codi deontològic del Coaching no ens garanteix que serem uns bons Coach, però no respectar-lo suposarà no ser un mal Coach sinó no ser Coach. Llavors entenc que per ser Coach he de respectar les 11 competències esmentades i des d’avui mateix i ara que en tinc coneixença em compromet a respectar-les i a portar-les a terme de manera responsable.
“Un viatge de mil quilòmetres comença amb un primer pas.” Lao Tsé
Ja el tenim aquest primer pas! Ànims i força a tots/es 😉
Júlia
Matías Campos
Las normas que establezcan conductas apropiadas al desempeño personal para facilitar las relaciones son fundamentales para nuestra sociedad. Es muy complicado estar en un lugar donde no hay normas ni pautas de actuación. Uno mismo al entrar a un grupo donde la gente ya se conoce tiene la duda de lo que ahí se puede hacer y a veces prefiere esperar a conocer como es que funciona para empezar a intervenir porque uno piensa que si interviene en el grupo sin conocer puede provocar algún mal entendido entre el grupo y la persona.
Las normas, aunque parezca paradójico, nos dan libertad. Cuando conocemos las normas sabemos que está y lo que no está permitido y esto te libera, ya no estás coartado por no saber que es lo que se puede y que es lo que no, es lo que le hace bien o mal a nuestro entorno, por eso es que en el fondo no es poner reglas por ponerlas sino porque estas dan armonía a las relaciones para que se desarrolle con respeto. A mi parecer las normas son bellas, ya que permiten un claro entendimiento y establecen criterios uniformes de comportamiento, sería un caos si cada uno hace lo que quiere sin tener en cuenta al otro. Al final de todo las normas permiten una sociedad mas clara en donde el amor, con su fraternidad, puede tener un desarrollo mas pleno.
Carolina Aguilera
Me hace mucho sentido el artículo considerando que el coach teleológico tiene a la base un gran valor que es el respeto incondicional a la persona ( en este caso el cliente )
Al leer el código deontológico de la ICF me resaltan los grandes valores del respeto , la verdad , la honestidad y la transparencia.
Un código de este tipo guía la conducta profesional pero también sienta las bases para hacernos responsables de nuestros actos y nos prepara para la resolución de algún conflicto.
Me quedo con la frase :» Si dejamos de guiarnos por este código dejamos de ser coachs…»
Rosa Fajardo Cruz
Muy buenos días a todos!!! Ejercer nuestro rol de coach sin sustentarlo en una base valórica como la honestidad y lealtad, sería llevar a cabo una función sin un sentido, y como bien señala Herminia, “Sin la guía de un código deontológico, ninguna de las competencias, por muy bien desarrolladas que estuvieran tendría sentido”, desde ahí se agradece esta importante base de sustento, que nos permitirá direccionar el desarrollo de nuestra praxis como coach con un horizonte beneficiosa para nosotros y nuestros coachee. Y a su vez destaco que gran favor nos hacemos al guiarnos por nuestro código que nos invita a seguir cultivando y viviendo nuestras interacciones laborales desde el respeto.
Eduardo López Pintado
Me parece muy bien y necesario que exista organismos como la ICF (International Federation Coaching) que de alguna manera regulen la práctica del coaching en el mundo, pero sobre todo el que consideren el “adherirse al código deontológico y estándares profesionales”, permitiéndole con ello darle una mayor seriedad a nuestra joven profesión. Sobre todo que hay un gran número de instituciones y personas que imparten coaching de distintos tipos, sin la ética necesaria, haciéndole daño a la actividad.
Considero que nuestra principal motivación como coachs no puede ser el dinero, sino la persona que recurre a nosotros en la búsqueda de la solución de un problema, Es allí donde tenemos que poner el acento, con honestidad y seriedad. Ser capaces de darnos cuenta cuando el caso requiere la atención de otro especialista, no tratemos de hacer lo no podemos o para lo que no fuimos formados.
Teresa Ferraz
Me parece fundamental que cualquiera profesión tenga sus pilares basicos para que se pueda construir sin que se caiga.
En el caso del coaching, como ya fue comentado, los valores como la confianza, la humildad, la sinceridad, compromiso, privacidad, fieldad, etc… Son esenciales. En mi opinión, la privacidad y la confianza son los dos valores que más pueden aportar a un proceso de coaching, porque sin ellos el cliente no va a sentir empatia y tampoco voluntad de se abrir y, consecuentemente, el coach no va a tener toda la información ni datos para poder interpretar a su cliente. Sería un problema de falta de transparência. Y a dónde podemos ir si el agua por el que navegamos esta contaminado?
Como profesionales, hay que seguir un codigo normativo y cumplir con los derechos y deveres de la profesión para darse cuenta de cuales son sus obligaciones como coaches responsables.
Gracias Hermínia
Ana Santana
Creo que cualquier desarrollo profesional, requiere de unas normas que regulen los conflictos de intereses que se pueden dar, y la conducta profesional, especialmente al trabajar con personas, lo cual nos permitirá desarrollar una serie de valores que caractericen la profesión, y ello así mismo pueda garantizar los derechos de los clientes. Por lo tanto es importante seguir la guía que nos ofrece el código deontológico, como una garantía de compromiso y de ética por parte de los profesionales, en este caso del coaching.
Víctor Melero
En mi opinión la existencia del Código Deontológico me parece básica para regular una profesión, y más una profesión en la que se trabaja con personas y con una cierta vinculación emocional. La profesión de coach requiere un compromiso ético y moral con este código y con la persona (cliente) que tenemos enfrente. De esta manera, se sientan las bases para establecer un valor básico y fundamental en cualquier proceso de coaching: la confianza. Sin este valor, no puede existir el proceso.
Me ha gustado leer todas y cada unas de las cosas que debo tener en cuenta como coach y las normas de conducta que debo seguir, así que me ha parecido muy útil esta entrada de blog.
Isidora López Ugalde
Gracias Herminia por facilitarnos cómo está pintando el panorama del del coaching. Que ya se estén desarrollando diferentes maneras de poder regular la profesión a la que los alumnos del máster estamos intentando aspirar, es una de las formas que nos protegerán en el futuro del intrusismo que llevan a cabo muchos que se hacen llamar coaches, y que se esconden bajo el paraguas del coaching haciendo formaciones que claramente no los preparan para lo que realmente es la labor del coach.
Me quedaré con «el comportamiento binario» como he titulado para mis adentros de como tenemos que comportarnos, no podemos ser sólo un poquito confidenciales, ni un muchito responsables con nuestras convicciones, nos comprometemos a ser la mejor versión de nosotros mismos, para que así los clientes puedan hacer lo mismo.
URSULA MARTÍNEZ
El artículo me ha hecho reflexionar sobre las competencias que ahora tengo en mi rol como aprendiz y aquellas que puedo potenciar como futura coach. Esto me ha hecho pensar en la diferencia entre una competencia y una habilidad. no se si voy equivocada, pero para mi, una habilidad es aquello que se hacer y en lo que soy diestra, pero que no siempre desarrollo. En cambio, una competencia, como en mi caso, la responsabilidad, es aquello en lo que me veo diestra y ademas llevo tan integrado en mi que lo generalizo a todas las áreas de mi vida.
Este artículo me es muy significativo, en el sentido que me ha hecho tomar consciencia de cuales son las competencias necesarias en coaching, con cuales cuento y cuales necesito desarrollar.
Gracias Hermínia una vez más por inspirarnos en nuestro aprendizaje!
Veronica
Es de gran importancia la existencia de un código deontológico. Creo que es responsabilidad de todos los que queramos ejercer esta profesión, tener presente cada uno de estos valores y principios éticos.
Me gustaría resaltar, tal y como indica el artículo que no hay un mínimo que podamos cumplir, si no que es “un todo” fundamental.
Mónica Rodríguez DiMartino
Indudablemente un Código Ético es indispensable en su existencia y aplicación digna, puesto que debe acudirse en nuestro ejercicio futuro como Coachs, a unas cualidades y capacitaciones, pero también a unas referencias y/ó límites que garantizen la fiabilidad que ofrecemos y por la que deberíamos responder a nuestros clientes. Refiriéndonos al propósito del Coaching en tanto Liderazgo (también el de Uno Mismo), la aplicación de tales referencias éticas, como la confidencialidad, su basamento en el respeto por la confianza que el coachee deposita en nuestra profesionalidad, y nuestra propia conciencia respecto a nuestras capacidades ó limitaciones para reconocernos facultados para la ejecución del acompañamiento más exitoso, deben constituir uno de los fundamentos de nuestra honestidad y excelencia.
gemma
Una profesión que se dedique al crecimiento y desarrollo de las personas desde un punto de vista de acompañamiento y creencia absoluta en la capacidad e inteligencia de nuestro cliente, no podía ser menos que estar basado en unos principios sólidos y en un código deontológico.
Eli Lozano
Sense dubte és fonamental un codi deontològic en totes les professions. Pels Coachs no hauria de ser menys. La confidencialitat ha de ser, com ben be es diu en l’article, un valor imprescindible en tots els coachs, de manera que el client tingui la confiança plena de que se l’està ajudant i acompanyant de manera privada.
Trobo molt bé que se’ls demani al coachs honestedat i lleialtat.
María García
Importantísimo para mí que las primeras palabras que salen a relucir cuan hablamos de coaching o nos disponemos a serlo sean compromiso, respeto y responsabilidad.
E igual de importante me parece que estos valores sean intrínsecos a nuestra persona para que podamos reflejarlos así a nuestros clientes, ya que si este código es reflejo de nuestra persona no será necesario mostrar o defender si quiera esas líneas.
Maria Jose Gaete
Completamente de acuerdo! Tenemos una gran responsabilidad como futuros coachs, al igual que en muchas profesiones que trabajan con clientes-pacientes.
En todo orden de cosas la ética y la moral son claves, es una base para moverte en la vida. Una manera de aplicarlos es en tu trabajo… y como bien dices, la CONFIDENCIALIDAD es un valor que no podemos transgredir en este proceso.
Gracias!
Marcel Chacon
Como Abogado fiel a la norma, me satisface saber que el Coaching tiene su código de ética, ya que todos los profesionales debemos estar regidos por un código que nos guíe y nos de fuerza será nuestra columna vertebral cargada de valores y competencias, y al adherirnos a el es asumir que el acompañamiento de nuestros coachees requiere de un compromiso y responsabilidad, que sin lugar a duda le daremos valor a nuestra profesión.
Sandra Gómez
Creo que el código deontológico es la base sobre la cual se tiene que sustentar cualquier profesión. Este permite enmarcar nuestro ámbito de actuación, determinar cuales son nuestras obligaciones y deberes. Cómo actuar en nuestro campo profesional siempre respetando a las personas con las cuales vamos a interaccionar, ya sean clientes o compañeros de la misma profesión o de otras diferentes.
Para mi un pilar fundamental de cualquier código deontológico es el respeto hacia las personas y la confidencialidad del lo que estás nos están expresando en un determinado momento de su vida. Siempre que se establece una relación de confianza, de confidencialidad, de soporte y ayuda, es necesario que todo esto esté regulado y establecido dentro de un código, ya que permite el desarrollo de la profesión con garantias y seguridad de que nuestra labor se realiza de forma profesional.
Ramon
Como ya han dicho otros compañeros, el código deontológico viene a decirnos algo que debería estar presente en nosotros mismos, pero no por esto deja de ser útil, al contrario, lo potencia y confirma. Leyendo más detenidamente las normas del ICF, me quedo sobretodo con la importancia de la confidencialidad y el comportamiento profesional con los clientes.
Sandra Macho
El hecho de que los profesionales, coachs en este caso, se comprometan con un código deontológico, hace que los posibles clientes tengan confianza sobre esta profesión, y este es un aspecto muy importante, porque sin confianza es imposible mantener una buena relación, y el coaching principalmente está basado en las relaciones humanas, del coach con su cliente y viceversa.
Por otro lado, que uno de los valores fundamentales del código deontológico en coaching sea la confidencialidad entre coach y cliente, aún aporta más valor a esta profesión, ya que muestra honestidad y lealtad hacia el coachee.
En cuanto al resto de la sociedad, y de cara a otros sectores profesionales, creo que es realmente importante, tal y como se comenta en el artículo, que todos los coachs velen por el cumplimiento y la buena praxis de su profesión, ya que si esto se cumple, esta profesión alcanzará el reconocimiento y prestigio que se merece.
Gracias
Adriana Lau
Estic d’acord amb els companys sobre que el codi deontològic hauria d’estar incorporat a nosaltres mateixos com a codi de comportament, però crec que és per aquesta raó que existeix. També crec que encara que estigués incorporat a nosaltres mateixos és bo que quan treballem de coach recordem que existeix, em recorda al respirar, ho portem incorporat però de vegades oblidem la millor manera de respirar és bo en parar i pensar. ¿estic respirant bé? ¿és ètic aixó que estic fent?
Adriana
Martha Geller
Muchas gracias el post!
Es fundamental conocer el Código Deontológico del Coaching y sobre todo interiorizarlo, integrarlo y comprometernos a aplicarlo de forma responsable en el momento de la praxis, pues nos sirve como guía y base para cumplir correctamente con las funciones de Coach.
Considero que la confidencialidad es un valor esencial, el cliente compartirá con nosotros sus mayores intimidades y es imprescindible comprometerse a guardar cuidadosamente toda la información que se nos es dada. Con la confidencialidad lograremos establecer una relación de seguridad y confianza vital para el desarrollo del proceso.
Los valores éticos deben ser parte de uno en la cotidianidad y en todas las situaciones de la vida, hay que actuar bajo un código ético que nos permita tomar decisiones asertivas. “Actuar con ética es hacer lo correcto incluso cuando nadie te está mirando.”
neus salvatella
La ética profesional es la base de toda intervención y es interesante saber que nos regimos por un código deontológico que establece los principios de la relación coach-coachee.
Confidencialidad, honestidad y compromiso son fundamentales en el acuerdo que firman ambos y que unidos a los valores personales que aporta el coach crearan el clima necesario para desarrollar un proceso de coaching sincero, limpio, abierto y enriquecedor.
Mon
En este momento, en que los Colegios profesionales estan en jaque atendidas las últimas reformas legales, hay que reforzar los Códigos deontológicos profesionales, y si queremos que sean eficaces, promover su conocimiento, promover el respeto a su principios, y establecer los mecanismos de sanción para aquellos que incumplan sus normas.
Por otra parte, los principios del Código deontológico de la ICF y en concreto el de la confidencialidad que explica Herminia en el artículo, son importantísimos. La confidencialidad es fundamental la relación Coach-coachee. La manera como Herminia la gestiona cuando trabaja en organizaciones, me ha parecido llena de sentido y vinculada a trabajar de forma ética, tal y como predica el Código deontológico. En el ejemplo, prevalece esa confidencialidad y esa ética, y esta actuación está cargada de valor si tenemos en cuenta que el cliente -el que paga la factura- es la organización, no el Coachee.
Cenk
Nuestros valores son como las raíces de un árbol y nos muestran el camino correcto.
Un árbol que ha incrustado profundamente raíces resistirá y estara quieto durante una fuerte tormenta mientras que un árbol con raíces débiles se vaciará lejos. Lo mismo ocurre con los valores. Si nuestros valores no están incrustadas firmemente en nuestra profesión y personalidad que tienden a confundirnos en nuestras decisiones. Los más fuertes nuestros valores están integrados el más fácil y más rápido es nuestro proceso de toma de decisiones y la más tomamos la decisión correcta.
Gracias Herminia.
Laura Martínez González
Me parece el código deontológico es un pilar fundamental en el inicio del proceso de formación del coach.
Es de suma importancia guiarnos por un código deontológico común que garantice la equidad y respeto para la protección de las personas que quieren iniciar un proceso de cambio, exponiéndose integralmente al coach.
Creo que debemos tenerlo presente siempre en la praxis profesional ya que los valores que promueve ayudarán a mejorar las competencias para las buena prácticas y transparencia en esta profesión.
Adrian Olivas
En este artículo he podido analizar que la disciplina del coaching a pesar de sus varias formas, clases, enfoques y modelos todos deben tener y abordar un denominador común, que es: debemos aprender y aplicar con rigor las normas y directrices, competencias que todo y toda coach eficaz debe tener. Un código deontológico necesario para la responsabilidad individual y colectiva del coaching.
Christèle Pierrot
La confianza entre Coach y cliente es una base imprescindible para el éxito de su proceso y el código deontológico abre este camino. El Coach no solo debe reunir una serie de competencias sino también debe comprometerse en respetar valores fundamentales que garantizan la ética de su praxis.
Con la lectura de este artículo y del código deontológico de la ICF me doy cuenta de que, más que una profesión, el Coaching es un modo de vivir. Los valores que sostiene se han de vivir todos y plenamente, no se pueden vivir a medias: «no hay un mínimo que se deba cumplir, es un todo fundamental».
Esto destaca para mi otro aspecto fundamental de la profesión: para llegar a ello el Coach también se ha trabajado a sí mismo y no deja nunca de hacerlo.
Me llamó también mucho la atención en el artículo la diferencia entre competencia y valor: la confidencialidad no es una competencia, es un valor! Lealtad y honestidad ante todo! Muy bueno.
andrea Velasco
Considero que todas las personas que trabajamos en el area de salud y nos vemos involucradas en trabajar con más personas, realizaremos una mejor labor si nos apegamos a un Código Deontológico, considero indispensable apegarnos a este Código debido a nos brinda las pautas de conducta que debemos seguir y realizar nuestro trabajo de una manera ética y correcta. Me parece importante mencionar que este código puede aplicarse a cualquier tipo de coaching que apliquemos o a la escuela a la que pertenezcamos. Considero también que la confidencialidad mencionada dentro de este código es de suma importancia debido a que nuestro cliente tendrá toda la libertad de expresarse sabiendo que nada de lo que mencione será expuesto. Es importante nunca olvidarnos de tomando en cuenta este código sabiendo que es lo que nos permitirá realizar nuestra labor de la mejor y más ética manera posible.
Saludos
Raquel Cordoba
Hola Herminia,
El código deontológico es lo que sostiene cualquier relación humana, en éste caso profesional. Si lo leemos, por ejemplo el de la psicología que es el que yo conozco, no dista mucho de uno a otro. «No hagas a los demás lo que no te gustará que te hicieran a ti». Hablamos de ética y hablamos de moral. La confidialidad es algo tan importante, que si nos paramos a pensar, supone la base de todo el vínculo entre coach y cliente. Si no hay confianza en el otro, no existe éste vínculo, y sin vínculo no hay proceso. Es necesario saber que todo aquello que dirás, queda en sesión, y que nos hacemos responsables de guardar todo lo que pueda surgir, que es el cliente el que tiene la palabra para contarle a los demás lo que quiera y que en nosotros no entra. El otro día, en clase de supervisión, salió un tema relacionado con el código deontológico. Decían, los alumnos de segundo del máster de Coaching y Liderazgo Personal, que qué ocurría cuando nuestro cliente era menor de edad (un adolescente). El proceso de cambio lo ha demandando el adolescente, no sus padres, él decide que quiere comentarlo o no, pero nosotros no somos responsables de explicarle a los padres lo que se habla en cada sesión, no almenos sin el consentimiento del protagonista, que es el cliente, el que nos demanda ayuda para alcanzar su objetivo. Es un dato curioso, creo que a todos como profesionales nos hace temblar el hecho de tratar con un adolescente y además con sus padres.
Como bien decían en un comentario de éste post en el blog, el código deontológico es como el esqueleto que sostiene el todo en la relación profesional entre paciente y terapeuta, entre coach y coachee, etc…
Patricia Boquete
Buenas tardes,
Al leer el texto siento que comparto plenamente su opinión y la de los compañeros. En Psicología es preciso estudiar el código deontológico y por mi formación, así se hizo.
Es cierto que el código debe tratarse como un valor, debe ser algo innato, más que un hábito: una manera de ser y actuar.
Un saludo,
raul montero
Tras leer el artículo y el Código Deontológico de la ICF, creo que éste define a la perfección las características y el comportamiento que debe tener un coach. Es una muy buena forma de entender como debe ser un coach.
Andrea Huisgen
Hola!!
que importante es leer esta entrada, dónde deja reflejado que existe un código de conducta y ética.(aunque debería ser un modo de vida, dónde todos nos comportáramos como aquí dice, con valores).
Seguir las pautas del código deontológico es una competencia básica del Coaching.
Tenemos que comprender los principios éticos de este código y comprometernos a usarlos de manera responsable en todas los procesos y situaciones en las que ejerzamos coachs.
El codigo deontológico debería aplicarse a cualquier situación en nuestra vida: personal, profesional, emocional,social, etc…
En cada situación debemos respetar y respetarnos y nunca perder los valores.
»Los valores son esas cosas que todo el mundo sabe que existen, pero siempre olvidan.»
Joan Rullan
Creo que el código deontológico es imprescindible para sustentar cualquier tipo de práctica profesional. Especialmente cuando se trata de profesiones relativamente nuevas, es importante que haya un referente, unas bases sobre las cuales desarrollar la actividad, que la regule y deje claro qué es y qué no es un proceso de coaching.
El código deontológico define también los objetivos, motivos y maneras de proceder, al mismo tiempo que, a mi entender, le da mayor legitimación a la profesión y exige seriedad y responsabilidad a quienes la practican.
Saludos!
Joan Rullan
Monica Agusti
Al leer de forma explícita las normas del código deontológico del ICF he tomado consciencia que en la profesión de coach, al trabajar con personas, debemos proteger sus derechos. Parece obvio en ciertas profesiones como la medicina o la abogacía y quizá menos obvio en profesiones menos regladas como podría ser el coaching hoy pero, precisamente por eso, hemos de ser muy rigurosos y honestos.
Paula Folch
Gracias Hermínia por compartir conocimiento.
Compromiso, responsabilidad y respeto son valores que deben estar presentes diría yo en todas las personas, más allá de la profesión que ejerzan.
Más aún, como coachs, personas que velamos para el desarrollo personal de otros, debe ser indispensable tener incorporados estos valores en la praxis profesional.
¿Qué sentido tendría ser coach y no tener estos valores trabajados?
El código deontológico nos sirve de guía para saber qué competencias son esenciales para la práctica y nos ayudan a reflexionar sobre el cómo manejo estas competencias como profesional.
Inês de Lemos
Buen post. Concreto, con información imprescindible para el inicio de la formación de coach y que remarca el que para mi es el eje central y fundamental de todas las profesiones: la ética en el servicio a los demás. Me gustaría destacar sobretodo dos frases:
«Cuando decimos que nos guiamos por un código deontológico como Coachs significa que somos competentes para tomar decisiones éticas.(…) No se puede compensar la falta de ética con ninguna competencia.»
Y es que la ética no se puede comprar, intercambiar, bajar de internet o recibir por un mensaje de WhatsApp. Tampoco la podemos añadir como amiga en las redes sociales o ponerle un «me gusta». La ética va de la mano de nuestra honestidad, humildad e interés por los demás. En tanto cuanto sepamos tenerla presente en nuestra profesión, creo que, estaremos dando lo mejor de nosotros. Gracias por recordárnoslo.
Ana Bolsa
Hola
Me parece importantísimo que esta profesión este regulada por un código deontológico que garantice unos principios éticos. Muchas mas profesiones deberían tenerlo para que los datos y detalles de nuestra vida fueran confidenciales y no cayeran en el mercado para ser usados con fines de diferentes tipos.
La ética es respeto y efectivamente no hay ninguna competencia que pueda compensar su falta.
La confianza necesaria para cualquier tipo de relación se hace muy evidente en la relación profesional coach-coachee. La confidencialidad, uno de los principios básicos del código deontológico, es necesaria para mantener una «conversa» segura y valiente y para reforzar la confianza profesional.
Comparto plenamente que es responsabilidad de todos los profesionales, velar por el cumplimiento del código deontológico que nos competa.
Gracias. Un saludo
Sofia Caffaratt
Me parece imprescindible iniciar nuestra formación como coachs sabiendo que hay un código deontológico que forma el «todo» que podemos ofrecerles a nuestros clientes. De este modo, se deja a ver que se trata de una profesión en los que se respetan derechos como la confidencialidad. Pienso que el regirnos sobre este código también refleja el compromiso que tiene el coach con su profesión y por lo tanto con su cliente.
Me quedan muy pocas cosas que añadir después de estar leyendo todo lo que han dicho mis compañeros, pero me gustaria destacar algunas frases que me han llamado la atención especialmente que han sido: «el compromiso no es una competencia, es un valor(…) que nace de nuestros principios de lealtad y honestidad», «un código ético significa que no hay “un mínimo” que podamos cumplir, sino que es “un todo” fundamental». Y por último, la idea de hacer la devolución conjunta con cliente, de modo que pueda saber que solo se trataran los temas que el cliente considere relevantes para organización, sin entrar en aspectos personales; considero que es una forma más segura de poder llevar bien el proceso, ya que el cliente podrá confiar por completo en que lo que salga en las sesiones no tiene por qué llegar a la organización.
Jorge Rodriguez Codina
Me ha resultado muy interesante conocer el Código que trata de regir la profesión del coaching y leer las apreciaciones de compañeros y compañeras.
Sin duda, y como ya hacéis muchos en vuestros comentarios, destaco por encima de todo, el valor de la confidencialidad como herramienta para que el proceso funcione y para que el valor del Coaching como recurso al que acudir se siga expandiendo.
Anna Girbau Moreno
Estic totalment d’acord, que un valor neix del principi d’honestedat i lleialtat. Del valor més bàsic, que és la dignitat humana se’n deriva el principi fonamental en el que es basen la resta, que és el respecte que tothom mereix pel sol fet de ser humà. Per tant, l’acceptació d’un principi deriva de l’acceptació d’un valor.
per altra banda dir que el codi deontològic no té valor de llei, però és un fet molt positiu que el coaching tingui un codi deontològic, perquè aquest acord consensuat entre tots els professionals del coaching assegurarà una bona praxi en aquesta professió.
Aida Moreno
Que aquest sigui el primer article a llegir ja diu bastant sobre la importància de la ètica i del codi deontològic.
Com que els companys ja han dit molt, només m’agradaria afegir que justament en una professió en que la seva fiabilitat és posada en dubte per una gran part de la societat és encara més important que actuem respectant aquest codi en tot moment, i com ha dit algun company no únicament en l’àmbit professional.
Ha sigut un plaer llegir l’article i encara més les aportacions.
Moltes gràcies.
Marta Solé
Moltes gràcies Hermínia!
Queda poc per afegir després de tots els comentaris anteriors. Estic totalment d’acord. Si estimem la nostra professió és imprescindible un codi deontològic que ens situi i ens guiï com a professionals.
Això també em fa reflexionar sobre de quina manera els nostres coachees són responsables de tenir coneixement d’aquest codi i utilitzar-lo a favor de la professió i a favor del propi procés de canvi.
Fins aviat!
jordi
Hola a tod@s!
A estas alturas de comentarios, solo decir que estoy muy de acuerdo con los comentarios que se han hecho en general. Como que está muy bien haver empezado el master puntualizando que existe un Código Deontológico en Coaching. Aunque el Coaching, por el momento, no tenga colegio de profesionales.
Me parece fundamental que debamos trabajar bajo unos parametros altos de confidencialidad y ética. Ya que estamos trabajando con personas y con información que única y exclusivamente le pertenece al cliente.
Esta muy bién que desde un principio tengamos estos conceptos claror.
Saludos!
Verena Bigurra
Que buen articulo!!
En principio quisiera decir que lamentablemente el mundo en el que vivimos hoy en dia carece de ética, de valores, es por eso que creo que es muy importante que nosotros como coaches inculcemos estos valores de nuevo. Que responsabilidad tenemos los coaches, al ser confidentes de la vida de tantas personas, pero al mismo tiempo creo que es una gran oportunidad y una gran sensación el saber que alguien nos esta confiando con cosas que tal vez en su vida le han contado a otra persona. El codigo etico debe de aplicarse a cualquier aspecto de la vida: profesional, personal, social, etc. Debemos respetarnos a nosotros mismos y a los demas y esto se debe ver reflejado en la practica diaria.
Gracias!
Laura Ripollès
Interesante artículo, Hermínia, e interesantes aportaciones de todos, compañeros! Me parece fundamental iniciar este nuevo camino siendo conocedores de los criterios, normas, valores y principios éticos que rigen la profesión del Coach, nuestra futura profesión!
Revisando el código deontológico de ICF y muchas de vuestras aportaciones, estoy totalmente de acuerdo en que los valores de honestidad, responsabilidad, compromiso, respeto y humildad son pilares básicos de un Coach, y sobre todo, como apunta Hermínia en el artículo, el valor de la confidencialidad. Fundamental para trabajar con personas. Si no tenemos presentes todos estos valores difícilmente podremos establecer un buen proceso de Coaching con nuestro cliente.
Gracias por este artículo y por todas vuestras aportaciones!
Alicia Aragón
Totalmente de acuerdo con los comentarios de Lara, lluís Núria, Pablo y el resto de compañeros… el respeto hacia las demás personas, hacia uno mismo y hacia la profesión tienen que ser pilares fundamentales en nuestro desarrollo personal y en nuestra forma de estar en el mundo. El código deontológico es un marco de referencia imprescindible para considerar cualquier profesión con el rigor que se merece.
Me parece muy oportuno, que desde los primeros días de curso lo tengamos presente, como una luz que nos guía en la oscuridad.
Pablo Bros
Muy interesante la reflexión así como los comentarios de mis compañeros. La ética debería sustentar todas nuestras formas de proceder, tanto a nivel personal, en nuestras relaciones del día a día, como evidentemente en el ámbito profesional. Creo asimismo necesario la existencia de in código deontológico general en una profesión, en el que se establezcan unos principios básicos generales de conducta, ya que, como todos sabemos, a veces lo considerado ético puede llegar a ser muy personal. Por ello conviene, sobretodo en una profesión como el coaching, en el que salen a la luz temas muy personales, que haya un marco ético general al que todo coach debe adherirse.
Núria Mallén Esplugas
En el coaching y en cualquier otro campo sanitario y/o terapéutico es vital que nos ciñamos al principio de confidencialidad para crear vínculos basados en la confianza y la ética laboral como han comentado también mis compañeros. Nuestra palabra es todo lo que tiene validez y dándola tenemos que ser serios. Eso me hace recordar una conversación que tuve con un conocido dedicado a la abogacía, me comentó que antiguamente los contratos solo y únicamente eran verbales, cuando un hombre te daba su palabra te la daba de verdad, y que hoy en día sabemos de sobra que eso no es así. En el ámbito terapéutico siempre tiene que estar por delante el código deontológico y no hay que perder nunca este valor.
Pau Hernàndez Torns
Creo que es muy importante tener un buen código deontológico en todas las profesiones. Yo lo veo como los fundamentos iniciales para llegar alcanzar aquellos objetivos que te marques. Sin un buen C.D, veo muy difícil el progreso y el buen funcionamiento del trabajo.
Muy importante empezar con esta lectura ya que muchos terminos nos tienen que quedar claros de un buen inicio para empezar bien nuestra formación.
Me quedo sobretodo con las palabras honestidad, confidencialidad,compromiso, valores que actualmente flaquean y que son muy importantes en los pilares de las empresas.
Muchas gracias por este articulo, muy interesante!!
Marga Garcia
Interesante primera lectura para los que empezamos nuestra formación en coaching, especialmente un día como hoy, 24-10-13, huelga en el sector de la Educación.
Estamos viviendo momentos de cambios “a marchas forzadas”: personales, profesionales, sociales…globales. Hoy más que nunca la figura del coach como facilitador de estos cambios en las personas que así lo requieran es clave. Debemos demostrar que hay otras maneras de hacer las cosas. Y aunque el sistema actual no ayude, si conseguimos aportar nuesto granito de arena en ser facilitadores de cambios conseguiremos una sociedad más justa y feliz.
La lectura del artículo me ha hecho pensar también en lo que podría ser el origen de cualquier código deontológico: el Juramento Hipocrático, que puede remontarse al siglo V.a.C. Os recomiendo la lectura del texto original. Tanto tiempo después continúan vigentes en profesiones relacionadas con la atención a las personas valores como la confidencialidad, la confianza, la importancia de compartir y transmitir los conocimientos o la humildad.
Maite del Moral
Las competencias son el conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes necesarios para ejercer una profesión. La competencia o no de un profesional en un ámbito determinado se traduce en la manera cómo éste actúa, es decir, las competencias siempre se pueden valorar a través de comportamientos observables en relación a unos patrones determinados.
Los valores, sin embargo, son los principios que nos guían, nuestro marco, nuestra referencia. Ellos impregnan nuestra manera de actuar. Si no tenemos el valor de la honestidad, por ejemplo, de nada servirá adquirir conocimientos sobre la filosofía Kantiana, entrenarnos en habilidades comunicativas o mostrar un actitud positiva; no realizaremos correctamente nuestra actividad como coach.
Me parece básico y totalmente necesario empezar esta formación con la presentación del código deontólogico del coaching.
Gracias!
Sònia García
Preguntarnos a nosotros mismos que Coach queremos ser ?, respetar en todo momento nuestros principios y valores personales basados en el compromiso , la ética y la honestidad en nosotros y en nuestros aprendizajes. Así de esta manera fluirá la confianza, la ética y respeto hacia nuestro cliente de una manera elegante y fácil.
Que el Código D. nos sirva como guión si en algún caso pudiésemos flaquear con nuestro compromiso hacia nosotros mismos y hacia los demás. Gracias por este guión …
Alejandra Paruzzolo
Creo que la confianza es fundamental para llevar a buen termino una relación con otra persona, sea en el ámbito que sea, sobre todo si una de ellas necesita abrirse a la otra. Es por eso que considero muy interesante y casi diría fundamental, la existencia de este código, y ademas de un organismo que vele por su cumplimiento.
Eso da carácter y mayor seriedad a la profesión.
Excelente comienzo!
mireia recoder
En mi opinión, para cualquier profesional, en este caso, el coach, es importante conocer unas premisas que formen la base sobre la cual se va a desarrollar su trabajo, para así poder ofrecer la máxima profesionalidad y ayuda al cliente.
El código deontológico de cualquier profesión, además, fortalece la profesión en sí y la imagen que se tiene de ésta, ya que hace que todos sus miembros vayan en una misma dirección y persiga unos objetivos definidos y claros.
Por otro lado, hace que el cliente tenga una serie de referencias sobre la forma en la que va a ser tratado y lo que puede esperar del proceso al que se somete.
En una profesión tan nueva como es el coaching, es importante más que nunca, saber las competencias que debería poseer el profesional, ya que tratamos con el personas, y no debería haber faltas éticas al hacerlo, ya que éstas tendrán un efecto directo en la persona.
El coaching es una profesión muy joven y, por lo tanto, queda aún mucho recorrido por delante. Hoy por hoy, disponemos de un código deontolgóico ideado por varios profesionales a partir de su experiencia en el sector. Nosotros, como futuros coachs, debemos tener este código integrado hasta el punto en que forme parte de nosotros, mucho más allá de verlo como un conjunto de reglas o pautas a seguir.
Brenda Ordóñez
Palabras como confidencialidad, honestidad y lealtad, además de otra que para mí es muy importante que es el respeto, son valores y principios que brindamos a las personas a las que acompañamos en su proceso de cambio, y que además creo, son los faros que alumbran el camino de cualquier relación profesional o personal que apreciemos como valiosa.
Esto me hace reflexionar acerca de que: “el valor de lo que hago es lo que me guía para conseguir lo que deseo”.
Ester
Estoy de acuerdo con los comentarios de los compañeros. El Código Deontológico es importante en la mayoría de las profesiones. Principalmente, es una pauta general sobre la ética necesaria en la profesión para la cual esta hecho. Al aceptarlo y actuar regido por éste, el profesional actuará de una manera ética y más profesional evitando así que se trate de una disciplina sin control o de una moda pasajera. Según mi punto de vista, el hecho de guiarse mediante el Código Deontológico, hace que el profesional tenga claros los límites que debe respetar durante las sesiones y es beneficioso tanto para el profesional como para el cliente, ya que éste también se sentirá más seguro sobre la profesionalidad de sus sesiones de coaching.
Mercè Carbonell
Hola, estoy totalmente de acuerdo en la necesidad de un Código Deontológico, en esta y en cualquiera de las profesiones. Si bien es verdad que todas las personas tienen sus valores y su ética que deben aplicarlos tanto en su vida profesional como extraprofesional, también es verdad que no todos los valores ni la ética es la misma para todos, y es muy interesante que nos podamos guiar por unas normas de conducta generales que acaben siendo una parte intrínseca de cada uno. Por mi profesión la confidencialidad es indispendable, ya que sin ella no podría ayudar a muchos de mis pacientes, ya que es muy necesaria la confianza mutua y ello les ayuda a avanzar en su proceso.
Creo que empezar con este articulo ha sido muy bueno ya que de entrada te hace reflexionar acerca de tus valores y tu compromiso.
Gracias a todos por vuestras aportaciones y hasta pronto
Marcela Isabel Uribe Chaves
Pienso que el punto de partida para aprender una profesión es el marco ético, comprometernos con un conjunto de principios y valores que guíen nuestras decisiones como coach y nos permita garantizar a nuestros futuros clientes un espacio seguro basado en la confidencialidad, la honestidad y el respeto.
Un Código Deontológico, nos permite movernos en nuestra profesión con integridad y coherencia, conociendo y respetando los límites; Ser coach exige de nosotros vivir los principios éticos, requiere un trabajo permanente en nosotros mismos, que pueda reflejar una total alineación entre nuestro discurso y nuestras acciones.
Marcela Uribe
Luis Guilera
Hola, había oído hablar del Código Deontológico en Coaching, pero desconocía sus puntos y el significado de éstos. Creo que es una suerte tener unas «normas de comportamiento» que velen por el trabajo ético. Así como también creo que la difusión o conocimiento de este Código y de todos los valores que promueve (imprescindible el de la confidencialidad), facilita la comprensión y «dignifican» esta profesión desconocida para muchos en la que nos iniciamos. Saludos y hasta pronto!!!
Jordi Fabregat
El código deontológico está basado en unas normas de conducta en el que un colectivo pueda mantener y mejorar el prestigio de una profesión.
Basado fundamentalmente en el sentido común y la ética. Aunque en ciertos colectivos el sentido común sea el menos común de los sentidos.
Pero no perdamos la seriedad en nuestro objetivo, ni la actitud individual para que estas normas se cumplan, perduren y mejoren. Y como cita el artículo, la confidencialidad, el compromiso, la honestidad, la lealtad y la responsabilidad sean nuestros principios básicos.
En un código deontológico, donde unos puntos o normas escritas, no serán para todos de igual interpretación, pero dependerá de nosotros la justa aplicación de dichas normas.
Por mi parte estar y formar parte de este colectivo, me parece interesante e inteligente.
Y como decía Marco Aurelio » si no conviene, no lo hagas; si no es verdad, no lo digas. Se dueño de tus inclinaciones»
Gracias a todos por mostrar vuestro talento y no nos olvidemos de sonreír.
Lluc
Después de leer los comentarios de mis compañeros me queda poco a añadir.
Solo decir que desde mi punto de vista es importante tener un código ético en cualquier profesión, varios de los problemas que existen hoy en día (bancos, mercado financiero, crisis) son en mucha parte por la inexistencia de un código de actuación ética de este tipo en algunas profesiones.
Me quedo como conclusión propia, con que desde mi punto de vista y después de leer el artículo, solo llegaremos a ser auténticos profesionales del coaching cuando el código deontológico que se nos presenta no sea una guía de actuación externa sino que forme parte intrínseca de nosotr@s.
Manuela Núñez
En primera instancia el código deontológico es aquel reglamento que especifica, de manera clara y concisa, el quehacer profesional del coach. Esto permite que se establezcan las bases éticas que todos los coachs debemos tener al ejercer nuestro rol profesional. Tal como lo dice el artículo, ninguna competencia tendría sentido sin un comportamiento ético tras ella. Asimismo, el código deontológico permite que el coaching sea divisado como una nueva profesión que está emergiendo. El código deontológico lleva a que todos los coachs profesionales nos rijamos bajo el mismo criterio para demostrar la seriedad de esta profesión.
Considero importante resaltar que el código deontológico especifica los límites de nosotros los profesionales, es decir hasta qué punto podemos llegar con nuestros conocimientos. Esto nos invita a actuar de una manera responsable ya que conocemos hasta qué punto nos es posible llegar con nuestros conocimientos y así mismo especificarlo a nuestros clientes. La honestidad, claridad y transparencia son valores innegociables al trabajar con las relaciones interpersonales. Coincido con el código ontológico en el punto en que debemos ser claros con nuestros clientes de nuestras capacidades y alcances para establecer metas y objetivos claros y alcanzables del proceso que se llevará a cabo.
Finalmente, la confidencialidad es lo que permite que ejerzamos nuestro rol ya que sin ella perderíamos la confianza que deposita en cliente en nosotros y no tendría sentido nuestra labor. La confidencialidad permite que se den los cambios que los clientes esperan, permite que se cree ese lazo de confianza entre el cliente y el coach. La confidencialidad es algo que no se puede traspasar ya que hay una persona que se esta abriendo emocionalmente ante nosotros y por respeto debemos mantenerlo seguro.
Pablo Martinez
Hola!!! Me parece fundamental tener presente siempre el código deontológico y sobre todo, que nuestro cliente, al que acompañaremos en su proceso, pueda ir dándose cuenta a medida que avanza, de nuestras competencias y de forma muy especial, cuales son nuestros verdaderos valores.
Incorporar el código deontológico y vivirlo naturalmente día a día, sin duda nos aportará seguridad y una enorme satisfacción al estar haciendo las cosas de la mejor manera.
Cuando por la noche, después de un largo día, apoyo mi cabeza en la almohada y me dejo vencer por el sueño, antes de que éste aparezca, Pablo toma conciencia de como ha sido. En ocasiones cierro mis ojos y prefiero no acordarme de lo que he hecho, pero hay otras noches que se me dibuja una sonrisa que solo yo noto y aprovecho para decirme cosas bonitas, porque de verdad… sin nada de orgullo… me siento verdaderamente satisfecho.
Un abrazo a todos!!!
Jordi de las Heras
Muy interesante artículo.
Como recién iniciados en el mundo del coaching, me parece fundamental contar con algo que vertebre el desarrollo de nuestra actividad. El código deontológico nos proporciona un apoyo importantísimo que nos orienta ante las más variadas situaciones, hacíendonos volver a los principios fundamentales de ética, respeto, honestidad, lealtad…
Estos valores nos llevan al otro aspecto destacado en el artículo: la confidencialiedad, efectivamente un valor en sí mismo en esta profesión. Si hablamos de procesos, de ayudar y orientar en el cambio a una persona u organización, jamás podremos lograr que estos cambios sean profundos y reales si no contamos con el nivel de confianza necesario para abordar temas sensibles. Un apoyo fundamental para lograr esto es contar con un nivel de confidencialidad total, que nazca del respeto por el otro y genere seguridad. Seamos honestos con nosotros mismos y con nuestra profesión, y transmitiremos esa honestidad a nuestro coachee. Esos primeros pasos dados en la dirección correcta seguro que nos conducirán más fácilmente a un proceso de éxito.
Esther Masdeu
Estic d’acord en que en hi hagi un codi que reculli les regles i normes a seguir davant l’abordatge del desenvolupment de tot procés de coaching, com de qualsevol feina. I sobretot en la que ens ocuparà, ja que es treballa amb persones, emocions i sentiments. Tot i així, pensó que són de sentit comú alguns dels aspectes que s’hi troben, com la confidencialitat, el donar confiança empatitzant amb l’altre, sense donar consells ni jutjar. En definitiva fent la feina amb el màxim rigor i seriositat.
ROSA PONS
La ética es la base fundamental en que la persona debe desarrollarse. La ética determina la manera de comportarnos en todos los roles que desarrollamos en nuestra vida, nuestra forma de hacer las cosas y nuestro comportamiento. Como aprendices de coach nuestra forma de actuar, de comportarnos, nuestra toma de decisiones, debe ser siempre en base a los principios éticos, que se fundamentan en los valores, y estos valores representan nuestra cualidad humana y nuestra conciencia ética. Si no estamos dispuestos a ello, mejor que busquemos otras salidas profesionales.
Carla
Me quedo con la frase: «La confidencialidad no es una competencia, es un valor». Creo que los Códigos deontológicos no deberían existir! Me explico, no os alarméis… No deberían existir porque deberían ir incorporados a cada uno de nosotros… Te dediques a lo que te dediques, deberías cumplir con ciertos códigos de compromiso, disciplina, respeto, autenticidad y confianza, pero es evidente que trabajando con personas y con sus emociones y sentimientos, eso se convierte en algo principal.
Sin embargo, en otro tipo de profesiones (menos ínitmas o directas, por decirlo de algún modo), esto no es tan claro. Recuerdo una asignatura en la carrera, (Comunicación Audiovisual), que cuestionaba precisamente ese tema de la deontología profesional:
En un trabajo que pretende mostrar al mundo, hacer público algo que sucede, este tema roza los límites con facilidad. La ética se mezcla con el querer mostrar algo que ocurre, y es difícil priorizar.
Uno de los ejemplos que tratamos fue el de un documental llamado, «The Bridge» en el que se planteaba el hecho de la gran cantidad de suicidios que ocurren en el Puente de Brooklyn. El documental mostraba imágenes grabadas a distancia de gente que se tiraba del puente, y el testimóneo de familiares y amigos…. Y a la vez ceaba suspense con un hombre que diambulaba por el puente y hasta el final del documental no sabías qué iba a pasar con él. Ese era tal vez el punto que perdía profesionalidad: el dejar de dar información, para crear espectáculo.
Cristian Mulero Rierola
El codi deontològic són els criteris, normes, valors i principis ètics que assumeixen aquelles persones que realitzen concretament una activitat professional, Aquest codi és la base ètica sota la qual hem de treballar el conjunt total de les competències professionals.
Badiou (2004) defineix l’ètica com a la busca d’una «bona manera de ser», o la saviesa de l’acció. A aquest títol, la ètica és una part de la filosofia, la qual pot arribar a ser la representació del BÉ.
Sobre aquesta ètica s’han de treballar les competències bàsiques, entenen per a competències processos complexes d’acompliment amb idoneïtat en un determinat context amb responsabilitat. Per tant, aquestes competències són el mètode perquè l’educació formi part de la vida per el treball de qualitat, ja que lo important no és tenir coneixements, sinó saber-los buscar, processar i analitzar i aplicar de manera òptima (Tobón, 2006).
La reflexió final que trec d’aquest article és que el coaching és com un edifici, que sinó es construeix seguint un procés determinat, es pot esfondra per un lloc o un altre. Aquests passos a seguir metafòricament parlant serien: els ciments (codi deontològic) on a sobre es construiran els pisos (competències) fins a arribar a la teulada, que comportaria ser uns coachs competents.
Per últim voldria fer una altre aportació però sobre del món del que vinc; el món de l’esport. El codi deontològic en un partit de futbol seria el reglament a seguir per a conviure amb rivals i companys, les competències serien totes aquelles habilitats tècniques i tàctiques necessàries per a aconseguir l’objectiu, en el futbol marcar gol, en el nostre cas ser coach.
Adjunto la bibliografia citada anteriorment:
Badiou, A., & Uribe, Á. (2004). La etica: ensayo sobre la conciencia del mal. México: Herder.
Tobón, S. (2006). Aspectos básicos de la formación basada en competencias. Documento de trabajo, 2006, 1-8.
Evelyn Pauli
En el ejercicio de mi profesión y, en mi opinión, el código deontológico es la «columna vertebral» de un proceso psicoterapéutico. De ahí se derivan y dependen la confidencialidad y sobre todo la coherencia entre capacidad y honestidad del profesional para tratar los casos que le llegan a su consulta ó de aquellos que podría derivar a otros profesionales.
Valores pues, primordiales en nuestro ejercicio profesional que hace que nuestro cliente o paciente se sienta dentro de un ambiente de confianza el cual facilita su recuperación o su proceso de cambio.
Por último, tener presente y poner en práctica esta norma de ética en cada persona que atendamos, hace que nuestra credibilidad como profesionales se construya productiva y sólidamente a nuestro beneficio.
Saludos y hasta pronto!
David Ugalde
Establecer un código básico de conducta dentro de una profesión como la de coach, hoy en día todavía bastante desconocida, es fundamental como primer punto de apoyo de los clientes en el momento de buscar los servicios de un coach. Define el marco de actuación ética de la práctica del profesional del coaching estableciendo por escrito unos limites de actuación pudiendo tener consecuencias el no respetarlo. Entiendo que así debe ser.
Des de otro punto de vista, todos y cada uno de nosotros nos regimos por un código ético, o de otra manera, disponemos de una matriz de valores sobre la cual sustentamos nuestras actuaciones y decisiones; estos valores individuales, propios de cada persona, son los que finalmente condicionaran la práctica que como coach se lleve adelante. Es decir, entiendo que serán los valores que el coach como persona lleve consigo los que modularan su práctica profesional (de buen seguro indisociable de su vida personal), valores personales como la honestidad, humildad, honradez, compromiso, tenacidad, discreción, etc, darán forma al proceso de coaching, de otra manera, estos valores aportarán siempre el “ecosistema”, valga la expresión, donde se podrán desarrollar los procesos, o competencias, propiamente dichos.
Comparto totalmente la “globalidad” del código deontológico como el código ético sobre el que se debe sustentar la relación coach-cliente, como un todo inseparable e indisoluble, entiendo que no es posible el compromiso parcial.
«Callando es como se aprende a oír; oyendo es como se aprende a hablar; y luego, hablando se aprende a callar.» Diógenes
Laura Gordo
Las normas de un código deontológico tal y como se comenta en el artículo son el todo de cualquier profesión, ya que sin ellas carecería de sentido. Estoy de acuerdo con todo lo que se ha ido comentado de este artículo ya que para establecer un coaching de calidad, particuladidad no podemos olvidar nunca la ética, las normas y los valores que todo esto conlleva. Por lo tanto, el Respeto, comunicación, honestidad, humildad, confianza, privacidad, compromiso, fidelidad…y así podría seguir nombrando muchas más cualidades son fundamentales en las relaciones que se deberían establecer entre el coach y sus clientes. Indagando sobre este tema he econtrado un artículo “Ètica y coaching, dos palabras, un significado de Vivian Acosta” que me ha parecido muy interesante, aquí os dejo el link para que le echéis un vistazo:
http://www.cuadernosdecoaching.com/ICF-Espana/cc2/Etica%20y%20Coaching.%20Dos%20palabras,%20un%20significado.pdf
Muchas gracias Herminia por este artículo y así poder tenerlo siempre presente.
CARLOS BARDOU TORREDEMER
Interesante!!!. Es evidente y sumamente importante la confidencialidad!!!. Desde mi punto de vista, la confidencialidad es uno de los valores más importante i sólidos que existe. Es uno de los pilares en los que nace una buena comunicación, relación, respeto y confianza entre dos personas. También es importante no valorar concepto de confidencialidad desde nuestro parecer, que también, sino des del parecer del comunicante, ya que cada persona puede tener su grado de confidencialidad en rangos diferentes. Para una persona, todo puede ser confidencial y para otra solo ciertas cosas, a nivel personal, profesional o de otra índole. Por eso, veamos siempre las cosas des del punto de vista del otro y respetemos sus decisiones.
Gracias Herminia.
Empar Pérez Pérez
Me parece muy acertado que en nuestro proceso de formación como coach se incida en primer lugar en los aspectos deontológicos de la profesión.La ética profesional está en la base de toda intervención y según mi criterio, los aprendizajes a realizar son un proceso en que cada persona sigue un ritmo muy personal , pero los cimientos de todo el aprendizaje deben erigirse sobre unas normas de conducta que deben interiorizarse y no dar lugar a ambiguedades o falsas ideas.
Desconocía totalmente la existencia de un código ético, y haber consultado el link de la ICF ha sido para mi una grata sorpresa!
Diana Espinosa Prado
Totalmente de acuerdo con la aportación de Lara. Para mi los valores fundamentales son la honestidad, la responsabilidad, el compromiso, el respeto y la humildad.
Es responsabilidad de todos los coachs velar por la adecuada praxis de nuestra profesión.
Gracias Herminia, buen recordatorio!!!
Lluís Sanmiquel
Gracias, Hermínia !
Relativos al principio de la honestidad que citas, me parecen muy interesantes los puntos del Código Deontológico que hacen referencia a proporcionar una información fiel de nosotros y a velar por encima de todo por el interés del cliente, aconsejando la participación de otros profesionales cuando sea necesario.
De la ICF: «No realizaré intencionadamente declaraciones públicas engañosas o falsas sobre lo que ofrezco como coach. […] Informaré fielmente sobre mis calificaciones, pericia, experiencia, certificados y acreditaciones de ICF relativos al coaching. […] Si creo que mi cliente o el patrocinador puede recibir un mejor servicio de otro coach u otros recursos, le animaré para que realice el cambio pertinente.»
De la ISCP (International Society for Coaching Psychology) http://www.isfcp.net/ethics.htm : «Facilitar nuestras credenciales de una manera correcta y precisa (p.e. titulación que indica nuestra competencia profesional, conocimientos, habilidades, formación y experiencia).»
De la «Guía para la buena practica en Coaching» del Col·legi Oficial de Psicòlegs de Catalunya, cuyo código ético está basado en el de la ISCP: la necesidad de derivación a otros profesionales cuando el Coach crea «no sentirse capaz de dar respuesta a la demanda del cliente y/o esponsor» o cuando perciba «que el caso es inabordable mediante un proceso de coaching».
Muchas gracias y un abrazo !
Lluís Sanmmiquel
Lara Castro
Gracias Hermínia! Compromiso, respeto y responsabilidad, para mí, los valores que deben acompañar a todos los procesos y, sin los cuales, nuestra profesión carecería de sentido. Además, añadiría la honestidad y la humildad como base de nuestras interacciones.
La finalidad última, el para qué de nuestro trabajo, debe basarse en la ética, una ética que nos permita desarrollar nuestro rol bajo la guía del código deontológico.
Andreu Gatuellas
Ostres, me’n acabo d’adonar que un codi deontològic diu molt d’una professió. És veritablement l’esquelet que vertebra els principis de la professió, i estableix a priori les normes bàsiques sobre les quals s’articula la pràctica.
Si els codis deontològics, de qualsevol professió, es portessin a la pràctica estrictu sensu crec que tot el mon giraria millor.
Gràcies per l’article.
Andreu