Coaching empresarial, General, inteligencia emocional
¿Cómo escuchamos las críticas?
Cuando sabemos escuchar, escuchamos incluso las críticas, ya que en el fondo quien emite la crítica está hablando de sí mismo. Cuándo realmente escuchamos, nos centramos en el otro. El otro es el protagonista.
“Cuando Gerardo, el director, me hablaba el otro día de su inquietud por poder cumplir los objetivos fijados, comprendí sus sentimientos, necesidades, preocupaciones, inquietudes, etc. y le supe transmitir que había comprendido su preocupación y que entendía la importancia que este tema revestía para él. El momento y el tema eran de Gerardo”
Escuché más allá de los hechos que me estaba relatando. Le escuché a él. No hablaba de mí, me estaba hablando de él aunque el tema me podía concernir, ya que yo también trabajo en la misma organización. Gerardo me estaba hablando de sus sentimientos y emociones, de sus pensamientos, de sus necesidades, de sus expectativas, etc. Me hablaba de él, Gerardo.
A veces nos olvidamos de que las personas cuando hablamos, sea del tema que sea, estamos hablando de nosotras. De lo que sabemos, de lo que nos asusta, de lo que esperamos, de lo que nos preocupa, de nuestros logros, de nuestras ansías y nuestros recelos. Incluso cuando hablamos de cosas o de los demás estamos hablando de nosotras. Si este paradigma lo tengo interiorizado:
“Cuando Gerardo, el director, me hablaba el otro día de que ”yo” no estaba cumpliendo los objetivos fijados, seguí escuchando y percibí sus sentimientos, necesidades, preocupaciones, inquietudes, etc. y le supe transmitir que había comprendido su preocupación y que entendía la importancia que este tema revestía para él. El momento y el tema eran de Gerardo”
Cuando Gerardo me hace la crítica, escucho lo que hay en este comentario y voy más allá. Busco comprenderle y entender sus motivaciones. Y a partir de lo que va explicando comprendo realmente lo que espera de mí. Para comprender a Gerardo no dejo de escuchar. De manera activa me intereso por su punto de vista, sobre como puedo mejorar, que aspectos he de cambiar, y a partir de este momento el percibe que hay algo en lo que también el puede cambiar o puede colaborar.
Cuando sé escuchar a Gerardo, puedo ir más allá del contenido de su “crítica”, puedo escucharle a él:
Su miedo a no quedar bien delante del Director General. Su esperanza de demostrar su valía como director. Su necesidad de no perder poder en la organización. Su deseo de ayudar a un colaborador, etc…
Si por el contrario interpreto su opinión como una crítica hacia mi, dejo de escuchar y vivo su comentario como un juicio negativo. Me siento reprendido, rechazado, desvalorizado, dolido y humillado. Me siento culpable y que he fallado.
Cuando interpreto la opinión de Gerardo como una crítica mi amígdala se dispara y emergen mis miedos, con una intensidad tan alta que me es casi imposible seguir escuchando. Desconecto de la escucha y reacciono.
Puedo callar y seguir con mi diálogo interno, puedo empezar a justificarme, lo puedo insultar, puedo ponerme a llorar, puedo huir, amenazar, etc.
Cuando interpretamos que Gerardo nos está criticando, lo hace a nuestra identidad, a nuestro ego. Ante tal amenaza, nuestra reacción será intensa. Toda nuestra energía se enfocará hacia adentro: ¿Pero qué está diciendo? ¿Cómo se atreve? ¿Quién se cree que es? ¿Y él, qué?… Realmente en ese momento nos será difícil escuchar.
Cuando dejamos de escuchar y nos sentimos criticados nuestra reacción es defensiva. Quien ha emitido la crítica se sorprende de nuestra reacción: ¡Cómo te lo tomas! ¡No se te puede decir nada!… y sin querer, recibimos otra crítica…
¿Qué nos ocurre? Nos sentimos profundamente heridos y rechazados. Como medida de protección nos alejamos emocionalmente del otro. Nos cerramos a la escucha. Marcamos una distancia, nos separamos. En lugar de escuchar con la mente, sentimos con el corazón. Cuanto mayor es el vínculo emocional y la dependencia afectiva, mayor es el sufrimiento experimentado, más se amplifica nuestra reactividad.
Cuando no sabemos escuchar una “crítica” estamos generándonos un problema mayor:Las consecuencias de nuestra reactividad.
Saber escuchar las “críticas” es el primer paso para mejorar nuestra reactividad.
4 Comments
gloria
¿CÓMO ESCUCHAMOS LAS CRÍTICAS?
Quizás lo más importante de este artículo es que cuando hablamos, de cualquier tema o de cualquier persona, estamos hablando de nosotras, de lo que sabemos, de lo que nos preocupa, de nuestras ansías …..con nuestra mochila…..
Cuando sabemos escuchar, nos centramos en el otro y escuchamos más allá de lo que nos está explicando, pues básicamente le estamos escuchando a el (no habla de nosotros) y de esta manera escuchamos incluso las críticas, ya que en el fondo quien emite la crítica está hablando de sí mismo.
Pero en donde me he visto reflejada, es en que cuando interpreto la opinión de alguien como una crítica hacia mi ego, me siento amenazada, la amígdala se dispara y emergen mis miedos, con una intensidad desmedida y desconecto de la escucha reaccionando a la defensiva lo que sin duda tendrá después unas consecuencias.
Saber escuchar las “críticas” es el primer paso para mejorar nuestra reactividad.
Nunca debemos dejar de escuchar…….
Luis Prior
Un gran tema. Complejo. Se trata de desandar los circuitos neuronales que hacen que ante una crítica no reacciones mediante un ataque si no desde un arraigamiento en uno mismo. Esto requiere hábito y perseverancia. No seré yo quien tire la primera piedra.
Silvia
Después de haber leído el articulo llego a la conclusión que la manera de encajar las críticas es ponerse en el lugar de la persona que las hace, es decir, «empatizar» y así llegar a entender qué es lo qué necesita realmente y no tomarla como un ataque personal.
Muchas gracias Herminia.
Irene Loureiro
Hola,
tienes toda la razón creo que mucha gente siente que es criticada por la inseguridad que tienen sobre ellos mismos y por centrarse sólo en ellos. Pero también es debido al hecho de saber escuchar o no.
Moltes gràcies pel post.