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El permiso de ser- Coaching Teleológico
Hoy me gustaría presentaros uno de los trabajos que ha elaborado Lara Castro Grañén, psicóloga del equipo del Institut Gomà en el marco de la Escuela de Coaching Teleológico para obtener su certificación en ACT, I Nivel Developing
EL PERMISO DE SER
Lara Castro Grañén
Desde la infancia, muchas personas reciben mensajes que repercuten enormemente en sus vidas. Frases como “Es que eres un vago”, “Eres muy nervioso” o “Ya lo hago yo, que tú eres un patoso”, se transforman en sentencias difíciles de modificar y con un fuerte impacto emocional.
Con el paso del tiempo, estas etiquetas nos sirven para definirnos a nosotros mismos, van construyendo nuestra realidad e influyen directamente en nuestra autoestima.
Consultando en la Real Academia Española (RAE), encontramos, entre otras acepciones, que una etiqueta es:
- Marca, señal o marbete que se coloca en un objeto o en una mercancía, para identificación, valoración, clasificación, etc.
- Calificación identificadora de una dedicación, profesión, significación, ideología, etc.
Es decir, la utilidad principal de una etiqueta es la IDENTIFICACIÓN. Nos permite creer que sabemos quiénes somos y quiénes son los demás. Una vez identificados, podemos pasar a CLASIFICAR en ciertas categorías, las cuales, nos aportan tranquilidad al llevarnos a pensar que “ya sabemos cómo actuará aquella persona en cada momento”.
Las etiquetas posibilitan un mundo ordenado y clasificado donde no queda espacio para la sorpresa. Lo estático versus lo dinámico. Es decir, si alguien continúa siendo la persona descuidada que siempre le han dicho que es, se mantendrá en la comodidad de actuar como ha hecho siempre, según lo que las personas de su entorno ya esperan de él. Así, la permanencia y la estabilidad nos alejan del cambio y de la evolución. Si todo continúa igual, nos quedamos en nuestra zona de confort y, aunque no haya lugar para el desconcierto, tampoco lo habrá para el aprendizaje.
Como vemos, las etiquetas hacen la función de profecía autocumplida. Si el niño crece bajo el pensamiento de que es “poco inteligente”, nunca creerá que puede desarrollar su inteligencia y, por lo tanto, no lo hará. De esta manera, el niño cumple la expectativa de su familia y, al mismo tiempo, la familia confirma su hipótesis. Es así como se crea un círculo en el que es difícil dejar de girar.
¿Qué pasa si nos cuestionamos nuestras etiquetas? Cuando nos damos cuenta de que aquello con lo que nos hemos definido siempre, es tan sólo una etiqueta que nos pusieron (o que nos pusimos) en algún momento de nuestra vida, no podemos evitar sentir cierta confusión. “Si no soy X, ¿quién soy?” Es como si perdiésemos la identidad, la cual, en el fondo, se encuentra escondida bajo las etiquetas que hemos ido adquiriendo a lo largo de los años. Nos hemos conformado con ser la persona que nuestro entorno ha moldeado y la hemos aceptado como auténtica, utilizándola incluso como carta de presentación ante el mundo.
A veces, cuando lo único que tenemos claro es aquello que NO queremos, es posible que iniciemos una lucha constante que nos aleje de aquella etiqueta que tanto nos pesa. Podríamos nombrarlas “etiquetas opuestas”, es decir, etiquetas que dan como resultado un comportamiento totalmente contrario. En este caso, no se produce la aceptación y, la gran lucha mantenida, nos desconecta de nosotros mismos y nos aleja del bienestar.
¿Qué nos puede ayudar a liberarnos de las etiquetas? El paso fundamental es darnos cuenta de que nosotros no SOMOS esa etiqueta. La etiqueta se formó en un momento determinado de nuestras vidas pero no significa que deba determinar nuestra existencia. Es decir, cuando tomamos consciencia de la realidad y de la procedencia de nuestras etiquetas, nos damos permiso para SER quiénes realmente somos, desde nuestra esencia. Al librarnos de la presión de tener que cumplir nuestras expectativas o las de los demás, conectamos con nosotros mismos y nos aceptamos. La autenticidad aparece en nuestras vidas y conseguimos ser autónomos.
Uno de los motivos que dificultan la eliminación de las etiquetas es que tendemos a percibir sólo aquellos comportamientos que se ajustan a la etiqueta que tenemos sobre una persona. Y no sólo en aquellas ajenas, con las propias sucede algo similar. Sólo tendré en cuenta aquellos momentos en los que confirme mi etiqueta y me reafirmaré en ello con pensamientos como “¡Es que mira que soy perfeccionista!”. Lo cual, además, tiene una gran función, ya que nos sirve como excusa para no cambiar. ¿Qué pasaría si nos fijásemos en las veces en las que NO hemos seguido esa etiqueta? Al conectar con los éxitos del pasado, nos damos cuenta de que somos independientes de esa etiqueta y de que, si en otro momento pudimos, ahora también seremos capaces. Lo cual, en un proceso de Coaching, aporta grandes dosis de motivación para el coachee y le ayuda a dirigir su mirada hacia el cambio. El coachee, al identificar sus etiquetas y desprenderse de ellas, se siente liberado y su autoestima se incrementa. De pronto, la imagen que tenía de él mismo comienza a cambiar y se acerca a la aceptación de la propia realidad.
Así mismo, debemos evitar colgar etiquetas a los demás. La curiosidad y nuestra capacidad de percepción nos pueden ayudar a conocer a las personas tal y como son, sin prejuicios ni clasificaciones. De la misma manera que nosotros evolucionamos con todo aquello que vivimos en nuestro día a día, las personas de nuestro alrededor también cambian. No podemos pretender que el mundo se mantenga estático mientras nosotros crecemos. ¿Nos permitimos ver la evolución de los demás? ¿O les mantenemos bajo el peso de la imagen que tenemos de ellos? ¿Fomentamos sus etiquetas? ¿O les permitimos expresarse desde su esencia?
Si logramos acercarnos a las personas sin expectativas y conseguimos escuchar sin pasar su discurso por ningún filtro, las relaciones podrán fluir con naturalidad. Al legitimarnos a nosotros mismos y a los demás, creamos relaciones naturales y auténticas.
¿Cuáles son las etiquetas que te impiden ser quien realmente eres? ¿De qué etiquetas necesitas liberarte?Gracias Lara por compartir tan generosamente este trabajo con todos nosotros.
Hermínia Gomà 6 octubre 2011.
9 Comments
Miguel de Molina
¡Felicidades por tu artículo Lara! No cabe duda del efecto (en ocasiones devastador) que pueden tener las etiquetas en nuestra vida. Todos podemos identificar diferentes etiquetas que nos han puesto de pequeños (y de mayores). Lo que me resulta muy interesante del tema y que reflejas muy bien en el post es la dificultad a la hora de trabajarlas ya que (ya sea para bien o para mal) las etiquetas que hemos ido adquiriendo con los años configuran nuestra identidad. Eso significa que su alteración o la eliminación de ciertas etiquetas redundará en la propia identidad, lo que, por más que sea para bien, no es extraño que de entrada resulte amenazante para el cliente y cree resistencias. Nos cuesta a todos alterar aspectos que consideramos centrales de quiénes somos, incluso si en realidad nos limita y nos empobrece como individuos. El trabajo con elementos tan cercanos a la identidad y el autoconcepto siempre demanda acercamientos paulatinos y bien dirigidos para evitar en la medida de los posible reacciones adversas por parte del cliente (por miedo a la desestabilización de su identidad).
Sol
Qué artículo tan bueno,no conocía este blog y ya me suscrito
Toda la vida pensando y actuando y ahora me lo dais por escrito de la forma mas clara y didáctica posible.. si pudiera, también me lo aprenderia de memoria… jaja de momento lo voy a tuitear
Gracias Sara/Riky
Diana Espinosa Prado
Muchas felicidades Lara! Me ha gustado mucho. De todas las ideas que reúnes, haré hincapié en un par. Por un lado, la gran emoción que suscita ser consciente de que al liberarnos de etiquetar a los demás, liberamos nuestras relaciones y éstas son dinámicas y están llenas de sorpresa. Y por otro lado, el tema de la profecía autocumplida y las excusas para no cambiar me recuerda aquella frase tan utilizada de «Yo soy así», pretexto perfecto para seguir en la zona de confort y no movilizarse de formar responsable en SER quién cada un@ quiere ser. Uno de los puntos fuertes del Coaching es que da alas, pues permite al coachee detectar sus etiquetas para darles el uso adecuado o eliminarlas, convirtiéndose así en un SER AUTÉNTICO.
Ana G.
Genial artículo Lara, me ha encantado y de hecho, me parece una buen recurso o herramienta para hacer leer a nuestros pacientes/clientes y trabajar con ellos en los procesos. Me parece que está perfectamente explicado. Gracias Lara!
Cristina Jiménez
Necesidad de saber quién somos, necesidad de identidad. Creo que las etiquetas son producto de una necesidad humana de catalogarnos, clasificarnos y, por tanto, definirnos. El artículo aporta una reflexión muy buena y profunda sobre el tema. Me gusta cuando hace referencia a la «profecía autocumplida», pues sí, con las etiquetas autoasignadas o asignadas por el mundo, corroboramos y excusamos todas nuestras actitudes y comportamientos. Y quizás eso es lo fácil. Lo incómodo o dificultoso es plantearse el cambio para alcanzar la realidad, la realidad de uno mismo.
Gracias por estos artículos.
M. Carmen Sola
Contaré mi experiencia personal por si sirve para algún estudio. Cuando era adolescente, en el instituto el profesor de matemáticas le dijo a mi madre que era cortita, que tenía poca inteligencia. Mi reacción fue demostrar que no era cierto, que era una persona normal y empecé a fijarme objetivos. Teminar el bachillerato y sobre todo ir a la Universidad para demostrar que era capaz de realizar lo que me propusiera. Curiosamente en la Universidad sacaba mejores notas que en el instituto y terminé con buenas notas y sin ningún suspenso. Después de tres años saqué las oposiciones de Enseñanza Secundaria, con el número tres de mi promoción. Yo siempre he estado segura de mi capacidad, pero esa etiqueta me hizo mucho daño, aunque por otro lado me empujó a demostrar todo lo contrario. Hace falta fomentar el amor propio en la educación, que es lo que mi familia siempre me inculcó.
alex fiol
Un artículo muy bueno que nos recuerdo algo que facilmente olvidamos: Una cosa es lo que somos y otra muy distinta lo que creemos que somos. Es importante saber ver la diferencia para alcanzar mayores cotas de libertad,
Ares
Increíble com les etiquetes ens paralitzen tantes vegades i no ens deixen tirar endavant!Llegint el text he conectat amb un conte que m’agrada molt que es diu «l’Elefante Encadenado» de Jorge Bucay…ell parla de quantes estaques tenim cadascú i qué difícil és avançar si ens creiem a les estaques en comptes de tornar a provar…Gràcies Lara!!!
Raquel
Me ha gustado mucho este texto. ¡Creo que tienes mucha razón!
Tendemos hacia la comodidad de conformarnos con esas etiquetas que nosotros o nuestro entorno nos impone. Sin pararnos a pensar que está en nuestra mano el poder de cambiar esa etiqueta, hacia la que querramos aspirar.