COACHING, Coaching empresarial, COACHING TELEOLÓGICO, General
Síndrome de «Burnout» y Coaching Teleológico
¿Cuál es mi interés en escribir un artículo sobre este tema?
Nace de mi interés en potenciar la salud en las organizaciones y de mis conocimientos y experiencia como coach teleológica y como psicóloga al vivir cada día:
- Los efectos perjudiciales del estrés en profesionales que trabajan en entornos nocivos, limitantes o conflictivos.
- De las consecuencias negativas para ellos, la organización y la sociedad a la que pertenecen.
¿Has tenido alguna vez la sensación de incompetencia al sentir que las demandas que se te hacen superan tu capacidad para atenderlas debidamente? ¿Cómo te sientes cuando el volumen de tus compromisos te supera? Si esta tensión se prolonga en el tiempo tenemos un grave problema.
Me gustaría invitarte a responder a este pequeño cuestionario:
- ¿Te notas cansado y carente de energía física o emocional?
- ¿Eres propenso a ver la parte negativa de tu trabajo?
- ¿Sientes que no tienes tiempo para hacer muchas las cosas que son importantes para realizar un trabajo de calidad?
- ¿Notas que te has endurecido y eres menos comprensivo con ciertas personas?
- ¿Tiendes a sentirte molesto por las cosas que hacen sus colegas?
- ¿Te sientes incomprendido o poco apreciado por sus compañeros de trabajo o jefes?
- ¿Crees que estás logrando menos de lo que te mereces?
- ¿Sientes que no tienes a nadie con quien hablar?
- ¿Percibes que la presión que recibes no te permite tener éxito en tus resultados?
- ¿Sientes que no estás consiguiendo lo que quieres de su trabajo?
- ¿Crees que no estás bien en la organización o que te has equivocado de profesión?
- ¿Hay aspectos de tu trabajo que te frustran?
- ¿Crees que la política o la burocracia de tu organización te impiden hacer un buen trabajo?
- ¿Consideras que hay más trabajo del que puedes asumir?
- ¿Te parece que no tienes tiempo para planificar tal como te gustaría?
Sí algunas de tus respuestas son positivas, iniciar un proceso de coaching teleológico puede ser el primer paso para cambiar y lograr el bienestar y la tranquilidad que necesitas.
En una investigación (*) realizada en el año 2007, a una muestra de 11 530 profesionales de la salud residentes en España y América Latina, se pudo constatar que la prevalencia de Burnout en profesionales de la educación, los servicios sociales y sanitarios fue: 14,9 % en España, 14,4 % en Argentina, 7,9 % en Uruguay, 4,2 % en México, 4 % en Ecuador, 4,3 % en Perú, 5,9 % en Colombia, 4,5 % en Guatemala y 2,5 % en El Salvador. ¿Cuáles debe ser hoy la prevalencia? Probablemente mayor.
Este síndrome no es exclusivo de estas profesiones, actualmente muchos profesionales, sea cual sea su ocupación son susceptibles de desanimarse y perder el entusiasmo por su trabajo. Es aquí, cuando el departamento de RRHH de una organización pide los servicios de un coach.
Burnout en castellano significa “estar quemado” y describe la situación de frustración y malestar de muchos trabajadores que no pueden satisfacer sus expectativas o lograr resultados satisfactorios por su trabajo. Las personas cuyo trabajo se efectúa en relación directa con la gente (pacientes, alumnos, clientes, usuarios de servicios sociales, etc.) son más propensas a este problema, según numerosos estudios.
Cuando alguien nos dice que está quemado significa que una situación personal, laboral o social le ha sobrepasado y ha agotado su capacidad de actuar de manera satisfactoria para él y los demás. Esta vivencia tan negativa me interesa especialmente en situaciones laborales, donde el profesional y su puesto de trabajo no se ajustan. En estos casos se aíslan, su actitud es impersonal, se pueden llegar a mostrar cínicos, quejosos, distanciados, despectivos o tratan de hacer sentir a los demás culpables de sus frustraciones como mecanismos para aliviar la tensión crónica que sufren.
Este término inglés describe un problema psicológico que se relaciona con altos niveles de tensión en el trabajo, frustración personal, falta de recursos internos para afrontar ciertos conflictos de interacción con otras personas y dificultades para gestionar trances de la vida en general. Las consecuencias negativas para la persona que lo sufre, para el resto del equipo o para la organización son importantes y costosas.
Este problema emana de una situación prolongada de estrés emocional e interpersonal que se da en situaciones laborales conflictivas y cuyas consecuencias son la fatiga crónica, la sensación de no poder dar más de sí mismo a los demás, la poca eficacia y la sensación de falta de sentido, apareciendo síntomas:
- Psicosomáticos: agotamiento, fatiga crónica, dolores de cabeza frecuentes, insomnio, úlceras, asma, pérdida de ciclos menstruales trastornos físicos, dolores musculares (cuello y espalda)
- Conductuales: absentismo laboral, abuso de drogas, aumento de la conducta violenta, comportamientos de alto riesgo.
- Emocionales: distanciamiento afectivo, suspicacia, irritabilidad, incapacidad para concentrarse, deseo de abandonar el trabajo, ideas suicidas. Estas personas empiezan a dudar de su competencia para realizar el trabajo y su autoestima se ve dañada profundamente.
- Defensivos: negación de lo que sienten, ironía, culpar a los demás, violencia hacia los demás, racionalización.
Este síndrome es un proceso que surge de manera paulatina y se va intensificando con el tiempo. Al principio, las demandas exceden a los recursos personales y profesionales de la persona creando una situación estresante, que no se soluciona. En una segunda fase, por el sobreesfuerzo mantenido empiezan a emerger síntomas ansiosos y fatiga. Al no poseer recursos internos, la persona no puede regular el desajuste entre la demanda y lo que puede hacer y en la tercera fase, esta persona empieza a realizar conductas “extrañas” para liberar la tensión. Así entendido, podríamos decir, que el burnout aparecería en la fase final como resultado de una situación laboral intolerable para esta persona.
El clima laboral se puede ver muy afectado, un equipo puede padecer este síndrome, especialmente cuando la organización no sabe equilibrar las necesidades de sus colaboradores con los objetivos de la organización. Lo podemos percibir por la falta de energías en el equipo, descenso del interés por los clientes, frustración, desánimo, ganas de abandonar y falta de entusiasmo e iniciativa. Cuando el equipo pierde la ilusión baja la calidad de los servicios y la atención al cliente.
Como coaches teleológicos es fácil que detectemos, al empezar a intervenir en una organización ciertos indicadores de que las condiciones que generan ciertos “gerentes” no son de liderazgo. Ostentan el poder por su cargo, no por su liderazgo. Muchas profesionales de gran valía se ven frenados por estos gerentes y se sienten “quemados”. Es una lástima el gran talento que pierden muchas organizaciones al no aplicar medidas, no sólo que impidan el burnout, sino que faciliten la emergencia del liderazgo de sus colaboradores, dotándoles del poder para ejercerlo.
Como coaches teleológicos es fundamental que acompañemos a nuestros clientes para que se conozcan e identifiquen cual es su situación personal, profesional. Que entiendan como interaccionan con las personas de su equipo y con el resto de la organización. Que puedan realizar los cambios internos necesarios para liderarse y liderar su vida profesional.
Les acompañaremos para que desarrollen su inteligencia emocional, que fortalezcan su autoestima, sepan regular sus emociones, determinar sus prioridades, aprendan a comunicarse de manera asertiva, sepan resolver conflictos, aprendan a gestionar su tiempo, generen expectativas realistas, decidan según sus valores y principios, adquieran habilidades para afrontar el estrés y aprendan a escucharse y cuidarse.
El psicólogo Herbert Freudenberger (1974) utilizó este término por primera vez para referirse a los problemas de los servicios sociales (dicen que se inspiró en la novela de Graham Greene titulada, A burnt-Out Case de 1960 que describe a una persona con este problema). Con anterioridad a este investigador, H.B. Bradley (1969) utilizó el término staff burnout para describir un fenómeno psicosocial que sufrían oficiales de policía encargados de personas en libertad condicional.
Según Freudenberger (1998) este síndrome abarcaría: “(…) deterioro y cansancio excesivo progresivo unido a una reducción drástica de energía (…) acompañado a menudo de una pérdida de motivación (…) que a lo largo del tiempo afecta las actitudes, modales y el comportamiento general”.
Este síndrome fue divulgado por Christina Maslach (1977), profesora de psicología de la Universidad de California, en el Congreso Anual de la Asociación Americana de Psicólogos (APA). Para ella, este síndrome contempla tres constructos o dimensiones:
- Agotamiento emocional/físico/psicológico
- Actitud fría y despersonalizada hacia los demás
- Baja realización personal unida a un sentimiento de inadecuación a las tareas que ha de realizar como profesional
Christina Maslach y Susan Jackson son autoras del Maslach Burnout Inventory, instrumento de investigación para evaluar este síndrome. Ellas propusieron el modelo teórico “Opresión-Demografía”, donde las personas se vuelven vulnerables al combinar la presión laboral y la valoración negativa de sí mismas. Este modelo es el más seguido en la actualidad ya que contempla la vivencia del estrés, la evaluación de los demás y la evaluación de sí mismo.
Hay otros modelos teóricos, provenientes de la psicología social, que pueden explicar este fenómeno:
Carroll y White (1982) desarrollaron el modelo “Ecológico de Desarrollo Humano” donde asumir exigencias y normas muchas veces contradictorias conlleva una gran carga estresante.
Kyriacou y Sutcliffe (1978) aplicaron el modelo de “Descompensación Valoración-Tarea-Demanda” al mundo del profesorado, posteriormente ampliado y modificado por otros autores. Utilizaron la conceptualización de Lazarus y Launier sobre el estrés en el profesorado, diferenciando entre estresores físicos y emocionales.
Sugerido por Farber y creado por Woods (1991), el modelo “Sociológico” entiende el síndrome como consecuencia de las nuevas políticas macroeconómicas y la globalización con tres variables: micro (personalidad y profesionalización personal), media (instituciones educativas) y macro (política gubernamental y economía global).
Harrison (1983) propuso el modelo de “Competencia Social”, constituido en el marco de la teoría sociocognitiva del yo.
El Sahili (2010) propuso el modelo “Demografía-Personalidad-Desilusión”, para el que se han de dar dos elementos para su formación: un estrés mantenido durante mucho tiempo combinado con problemas de personalidad y factores de riesgo que acarrean una pérdida de energía y una desilusión creciente sobre la profesión ejercida, por la falta de satisfacción y pérdida vocacional. Por si solas, ninguna de ellas justificaría el síndrome.
Todos los estudios que realizaron estos investigadores nos muestran claramente que el burnout depende de las habilidades, recursos y destrezas de cada persona, pero que también depende de otros aspectos externos, como las especificidades de su profesión y las condiciones laborales en las que dicha profesión se realiza.
Considero que como coaches podemos intervenir en una amplia gama de situaciones y de problemas que se generan en las organizaciones y que como resultado, se podría evitar este síndrome, tanto a nivel de un profesional en particular, como a las personas que dirigen equipos desmotivados y “quemados”.
Hermínia Gomà
20 marzo 2015
Barcelona
(*) Grau, Armand; Flichtentrei, Daniel; Suñer, Rosa; Prats, María; Braga, Florencia (2009). «Influencia de factores personales, profesionales, y transnacionales en el Síndrome de Burnout en personal sanitario Hispanoamericano y Español (2007)». Revista Española de Salud Pública 83 (2): 215–230.
71 Comments
Darell
Un excelente post y bastante recomendable. Felicidades
Maria Jose Dalmau
«Sindrome de Burnout», quien no lo ha sufrido en mayor o menor medida? Querer llegar a todo, tanto en nuestra vida privada como profesional. Hay que establecer prioridades. Tanto en las organizaciones como en nuestra vida privada muchas veces no nos paramos a pensar la importancia de las cosas, que se debe hacer primero? Como debemos hacerlo? Cuando debemos hacerlo? Si la comunicación fuese fluida entre las organizaciones y sus trabajadores se podrían cumplir los objetivos y no se generarían tantas frustraciones.
Esther García
A estas alturas de nuestra vida, posiblemente todos nos hemos sentido “quemados” en alguna ocasión, bien sea en nuestro ámbito profesional o en el personal. Estamos acostumbrados a tener más trabajo del que podemos asumir, a no tener tiempo para planificar nuestro día como nos gustaría y a tener un elevado volumen de compromisos. Vivimos como si esto fuera lo normal, pero llega un punto en que nos sentimos superados y es cuando aparecen los síntomas del conocido “Burnout”. Debemos hacer los cambios oportunos en nuestra vida para recuperar nuestro bienestar ya que las consecuencias de este estado emocional son costosas e importantes.
Juan Antonio
Conozco el «Síndrome de Burnout» de cerca, lo sufre una persona a la que quiero. Desde fuera, parece increíble ¿Cómo se puede jugar con los empleados de grandes corporaciones? Los que lo sufren suelen «apretar y apretar» a sus empleados sin valorar si estos realmente pueden llevar a cabo el volumen de tareas asignadas. Las tareas suelen ser infinitas, y los empleados se sienten desprotegidos por sus jefes y sin ningún marco regulador que calcule el tiempo de respuesta para resolverlas.
Usuarios viciados que, por su posición en la compañía, oprimen al departamento post-venta, que disfrutan de un estatus que ni sus propios responsables pueden frenar. Estos consiguen que el departamento satisfaga sus peticiones, ya que exhortan a sus empleados para que estos respondan en el tiempo que ellos estimen, y no teniendo en cuenta si para ello han de trabajar de noche o incluso durante los fines de semana. Desde las altas esferas no dejan de caer proyectos y más proyectos y son incapaces de pararse a medir si las cargas de trabajo del departamento son asumibles o no.
Lo que más llama mi atención de estas corporaciones es que encima alardeen de la compatibilización familiar con el trabajo.
Es muy curioso cuando aún no son estos «responsables» quienes dan la cara ante el KEY USER. En este caso, se suele pensar que la persona que está al frente de este departamento es tremendamente responsable tanto con su puesto como con sus compañeros (que son los que realmente se corresponsabilizan de llevar acabo todas las tareas), y si en algún caso llegan a manifestar su malestar, se les responden que están ahí para dar servicio… Ella es consciente de que se está dinamitando mentalmente y emocionalmente, que los recursos con los que dispone son escasos, que tal carga no les permite coger el ritmo, parece que viven en un contra-reloj constantemente.
Me gustaría enviar un batallón coach desde el centro, pero estoy seguro que la dirección no nos dejaría pasar más allá de la puerta principal.
En fin… que si no sabemos poner límites otros tampoco los ponen.
¡Excelente artículo Herminia!!!!
toni de Gea
Conozco el «Síndrome de Burnout» de cerca, lo sufre una persona a la que aprecio mucho. Desde fuera, parece increíble ¿Cómo se puede jugar con los empleados de grandes corporaciones? Los que lo sufren suelen «apretar y apretar» a sus empleados sin valorar si estos realmente pueden llevar a cabo el volumen de tareas asignadas. Las tareas suelen ser infinitas, y los empleados se sienten desprotegidos por sus jefes y sin ningún marco regulador que calcule el tiempo de respuesta para resolverlas.
Usuarios viciados que, por su posición en la compañía, oprimen al departamento post-venta, que disfrutan de un estatus que ni sus propios responsables pueden frenar. Estos consiguen que el departamento satisfaga sus peticiones, ya que exhortan a sus empleados para que estos respondan en el tiempo que ellos estimen, y no teniendo en cuenta si para ello han de trabajar de noche o incluso durante los fines de semana. Desde las altas esferas no dejan de caer proyectos y más proyectos y son incapaces de pararse a medir si las cargas de trabajo del departamento son asumibles o no.
Lo que más llama mi atención de estas corporaciones es que encima alardeen de la compatibilización familiar con el trabajo.
Es muy curioso cuando aún no son estos «responsables» quienes dan la cara ante el KEY USER. En este caso, se suele pensar que la persona que está al frente de este departamento es tremendamente responsable tanto con su puesto como con sus compañeros (que son los que realmente se corresponsabilizan de llevar acabo todas las tareas), y si en algún caso llegan a manifestar su malestar, se les responden que están ahí para dar servicio… Ella es consciente de que se está dinamitando mentalmente y emocionalmente, que los recursos con los que dispone son escasos, que tal carga no les permite coger el ritmo, parece que viven en un contra-reloj constantemente.
Me gustaría enviar un batallón coach desde el centro, pero estoy seguro que la dirección no nos dejaría pasar más allá de la puerta principal
En fin… que si no sabemos poner límites otros tampoco los ponen.
¡Excelente artículo Herminia!!!!
Sara
Creo que este síndrome lo puede sufrir cualquiera en su puesto de trabajo, tanto en una organización como en lo sanitario, educación, etc. De hecho, tengo la sensación que muchos hemos sufrido algunos de los síntomas. Creo que un coach no tan sólo debe intervenir cuando ha sucedido el Burnout sino que también debe preeverlo. Y es difícil detectar el momento en el que puede pasar porque desde mi punto de vista el burnout puede ser de grupo pero también muy personal, pudiendo afectar tan solo a uno de los miembros mientras el resto del equipo siente que están en un buen momento.
Mi pregunta es: ¿cuando alguien siente que está «quemado» en su profesión porque la organización le impide avanzar, es decir, ascender en su trabajo, también estamos ante este síndrome? El deseo o la ambición de crecer muchas veces puede verse frustrada dentro de una organización, y no tanto por el «creo que este sitio se me queda grande» sino al revés, porque el trabajador quiere y puede asumir más responsabilidades de las que le han otorgado.
Enhorabuena por el artículo, muy interesante.
SUSANA MARTINEZ
El síndrome de burnout o de “estar quemado por el trabajo”, es una respuesta a un estrés laboral crónico, en la que el trabajador no puede hacer frente a las demandas del ambiente. Es decir, el trabajador con burnout, sufre un bloqueo en el que no es capaz de afrontar los retos del puesto de trabajo, y se ve superado por las circunstancias. Este se sufre principalmente en profesiones donde hay un contacto directo y permanente con personas, en trabajos de cara al público,y en los que hay que tratar con clientes o pacientes.
Hace un tiempo pude vivir en primera persona el Burnout dedicándome al ámbito social. Experimentaba sentirme desbordada, irritable y de mal humor. Además de una actitud distante frente al entorno y las personas (compañeros, clientes). También una sensación de una baja realización personal que llevaba asociado un sentimiento de frustración mantenido en el tiempo. Superada esta fase, he podido aprender de ella desde la experiencia.
Algo que no me había planteado todavía, es que puede resultar positivo el abordaje del Burnout desde el coaching teleológico. Acompañando a las personas para que puedan realizar aquellos cambios que les fortalezcan y emponderen, para traspasar sus conflictos. Provocar, como coaches, que la persona tome conciencia de cómo se siente y qué le está afectando. Trabajar aspectos como la asertividad, el manejo eficaz del tiempo, técnicas de relajación, adaptación a cambios, vida sana (alimentación, ejercicio, sueño, etc.), trazarse metas realistas, gestión de emociones, etc. En definitiva, que los clientes lideren su vida y no se sientan “indefensos” y sin margen de maniobra.
Mireia Farré Canela
Em sembla un article molt acertat per la seva catastròfica i epidèmica realitat… Jo fins i tot tinc la sensació que el ser suportable a aquest Burnout és una competència que valoren alhora de mantenir el teu lloc de treball… Un virus terrible que va en contra de qualsevol conciliació laboral-familiar. Feliç si amb el coaching puc treballar per a que el coachee pugui escoltar-se en tots els aspectes, valorar què li passa i prendre mesures al seu favor.
Elvira Garcia Arcos
Buenas Herminia,
El sindrome de Burnout es frecuente en las profesiones sanitarias, trabajo como enfermera..y entre los sanitarios es uno de los que más se padecen.
El estrés, los pocos recursos personales para afrontarlo y además la presión laboral y las condiciones laborales son factores que favorecen tenerlo. Saber gestionar la situación (recursos propios), el reconocimiento de tus lideres, potenciar tus talentos..són técnica que nos ayudan a prevenirlo. La desconexión laboral, hacer deporte, meditacion y en algunos casos la terapia con el coach nos ayudará a superar la situación.
Como futuro coach, el acompañamiento a las personas con este síndrome,es clave a que descubran sus talentos, a que se empoderen, motiven y que descubran su pasión!
David Rodríguez Magallón
Mi comentario será escueto y sencillo de comprender y es que considero el BURNOUT como un estado psico-físico (también emocional) donde la persona que lo sufre se da cuenta de que necesita un cambio importante en su vida, ya sea personal o profesional, y que si lo lleva a cabo, comienza el viaje más fascinante de su vida.
Por lo tanto, considero el BURNOUT necesario para muchas personas, todavía «dormidas».
Fina Vallejo
El síndrome Burnout es algo que cada vez se está extendiendo más en las organizaciones. La persona se siente sobrepasada por circunstancias laborales, debidas a exigencia en las tareas o de pocos recursos, o a nivel relacional dentro de la empresa. Eso hace que poco su autoestima se vaya minando, su energía y su capacidad de trabajo. Generando un estrés y una situación complicada.
El coach tiene un importante papel, de ayudar a resituar y de que la persona vuelva a creer en ella y a tener energía e ilusión por las tareas y por el puesto de trabajo.
Sergi Montells
El Síndrome de Burnout es una realidad en muchas vidas de las personas en la actualidad. Esta sensación de “estrés” nace de tener la sensación que no tenemos los suficientes recursos para poder afrontar las exigencias del entorno o aquello que se nos pide. Sería como una ecuación de + EXIGENCIAS y – RECURSOS. Tenemos un miedo de “no ser suficientes” o de “no poder solucionar aquello que se nos pide”.
Desde el Coaching Teleológico, como bien dice el artículo, podemos intervenir en estos casos, acompañando en la vida de los clientes potenciando su liderazgo personal, analizando y dando sentido a la situación que produce esta sensación de “síndrome de Burnout”.
Me gusta mucho especialmente la comparación con la rana, que no se da cuenta de la gravedad que toma la situación, de cómo al temperatura va subiendo hasta que ya está muerta.
Sergi Montells
El Síndrome de Burnout es una realidad en muchas vidas de las personas en la actualidad. Esta sensación de “estrés” nace de tener la sensación que no tenemos los suficientes recursos para poder afrontar las exigencias del entorno o aquello que se nos pide. Sería como una ecuación de + EXIGENCIAS y – RECURSOS. Tenemos un miedo de “no ser suficientes” o de “no poder solucionar aquello que se nos pide”.
Desde el Coaching Teleológico, como bien dice el artículo, podemos intervenir en estos casos, acompañando en la vida de los clientes potenciando su liderazgo personal, analizando y dando sentido a la situación que produce esta sensación de “síndrome de Burnout”.
Me gusta mucho especialmente la comparación con la rana, que no se da cuenta de la gravedad que toma la situación, de cómo al temperatura va subiendo hasta que ya está muerta.
Júlia Coll Pons
La meva vivència va molt en la línia del comentari que ha fet la Rosa Mari. La nostra professió és similar, amb la única diferència que ella treballa a primària 6-12 i jo a secundària 12-17.
Aquest article m’ha arribat especialment perquè he tingut la sensació, en el passat, de no saber si la feina que feia era realment el que volia fer. Per això vaig gaudir d’un període d’excedència i em vaig apuntar al Màster (per aprendre a liderar la meva vida i per tenir un plan B).
Crec que en la meva vida hi ha hagut d’altres situacions d’estrès mantingut en el temps que han desencadenat en varis dels símptomes que s’han citat a l’article. És possible que en ocasions es degui a factors externs però la veritable feina que hem de fer com a persones és focalitzar la nostra energia en treballar les habilitats internes i treballar en el nostre cercle d’influència. Què puc fer jo ara? El període d’excedència em va anar bé per desconnectar i per il•lusionar-me una altra vegada. Me n’he adonat que no és el què, sinó el com. Com jo ho gestiono, com jo ho visc… Òbviament que hi ha situacions de política educativa que hi tenen molt a veure, moltíssim, però malgrat això, què puc fer jo en aquesta situació? Possiblement fer un procés de Coaching Teleològic seria una bona idea.
Com a Coach individual haurem de treballar les habilitats, recursos i destreses del client i si treballem en organitzacions ens podem centrar en millorar les competències dels clients i a la vegada la gestió dels líders i caps per tal de procurar canviar la situació externa dels seus súbdits en l’àmbit laboral. Quan parlàvem dels caps autoritaris he pensat en el llibre “El líder resonante crea más”, que parla del lideratge dissonant. O dels estils autoritari i timonel, que són necessaris en determinades circumstàncies, però molt concretes i puntuals. Convé fomentar en les organitzacions un lideratge que generi ressonància.
Ara connecto amb el llibre “Resultados extraordinarios”, de Ortega Llavador, que per cert, el recomano. Per millorar aquesta sensació de estrés prolongat podem revisar com és la comunicació interna, el nostre diàleg… perquè qui sap si ens estem fent les preguntes equivocades. Un Coach, en qualsevol cas, ajudaria.
Ets feliç, tu, a la teva feina?
Rosa Mari
Leyendo tu artículo me he zambillo en mí ambiente de trabajo, soy maestra y mi mundo es el de la docencia, realmente hay ocasiones en que las exigencias son tantas que los profesionales de la enseñanza no podemos gestionarlas, nos sentimos desbordados, nos falta tiempo y nos cuesta adaptarnos a nuevas situaciones.
Considero que para dedicarnos a la docencia es imprescindible que tengamos verdadera PASIÓN por la enseñanza, que nos guste la profesión y que disfrutemos plenamente, siendo siempre conscientes de que trabajamos con niños y futuros adultos y que de nuestro trabajo depende, en parte el conseguir un mundo mejor. Aun teniendo la pasión imprescindible, el docente se encuentra con una serie de preocupaciones que le pueden desembocar en el síndrome burnout, con demasiada frecuencia l@s maestr@s manifiesta sentirse quemad@s.
La escuela necesita cambiar a la misma velocidad que lo hace la sociedad, sin embargo hay docentes que muestran una alta resistencia al cambio. Prefieren lo conocido a lo desconocido, puesto que lo nuevo les provoca incomodidad y estrés. Cambiar implica volver a organizarse, aprender y practicar diferentes formas de enseñar, eso supone hacer un crecimiento personal, pasar por la revisión de las creencias que nos han guiado durante años en las aulas y para ello es necesario ser valientes, a muchos les provoca un gran miedo. Posiblemente sería más fácil si pensáramos en la frase de Richard Bach: «Lo que la oruga llama el fin del mundo, el maestro lo llama mariposa». Junto a este importante reto dentro del aula, el docente también tiene que superar una serie de obstáculos que van sumando y aumentan su carga laboral:
– el trabajo del docente no termina en el aula, hay corregir trabajos, exámenes, planificar sesiones, preparar materiales para utilizar en clase.
– cada vez se le exige más y más burocracia.
– Han aumentado considerablemente las reuniones con el resto del equipo docente para una mayor coordinación..
– el profesorado ha perdido la autoridad que tradicionalmente la sociedad le otorgaba y ha pasado en muchas ocasiones a ser cuestionado por los padres generandole un gran desgaste emocional.
– hay un importante recorte de las plantillas debido la crisis, lo que supone un aumento de trabajo.
– la falta de recursos formativos para los docentes que les puedan facilitar herramientas para aprender a manejar este tipo de situaciones, ayuda a la aparición del Síndrome de Burnout.
En mi día a día constato todo lo expuesto anteriormente pero, a pesar de ello tengo la certeza que aún teniendo motivos, algunos de los docentes toman firmemente un rol de VÍCTIMAS al respecto, es aquí donde el Coaching Teleológico tiene el importante trabajo de acompañar a l@s m@estros a que se conozcan e identifiquen cuál es su situación personal, profesional, a que logren una nueva percepción, a que pierdan sus temores, sus miedos, en definitiva a que pasen de tener esa actitud reactiva a tener una actitud PROACTIVA y liderar sus vidas para ser líderes en sus clases. Sin duda, nuestra sociedad lo va a agradecer y la salud de los docentes, también!!!
Muchas gracias Herminia por el interesante artículo!
Ana Sánchez Castillo
Conozco el síndrome de burnout de cerca, lo he padecido. En mi caso, como en la mayoría fue la confluencia de varios factores, profesionales (sobre todo) y personales. Ánimo a los que puedan pensar que están ahí porque se sale!
Como coach estoy totalmente de acuerdo en que hay mucho trabajo en las organizaciones para nosotros porque el burnout es bastante más frecuente de lo que pensamos. Hay mucho que mejorar y mucho que se puede hacer para evitarlos y para sacar todo el potencial de la gente que trabaja en las organizaciones. Las personas no son robots, y el mayor capital que tiene una empresa es su capital humano. Los objetivos marcados por la organización tienen que ser consensuados con sus empleados y que sean retos alcanzables. En mi opinión se tratará de definir para cada empleado su equilibrio entre P/CP en palabras de Covey. El equilibrio entre lo que el empleado produce y su capacidad de producir, si lo que produce es más de lo que puede al final acabará en burnout, pero si lo que produce es menor de lo que puede producir, el aburrimiento y la apatía están casi garantizados.
En este audio de radio nacional se da una solución muy interesante a los profesores con el objetivo de prevenir el burnout. Espero que os guste.
http://www.rtve.es/alacarta/audios/por-la-educacion/educacion-profesores-estres-18-07-16/3665293/
Joan Ferran
Me gustaría hacer hincapié en dos situaciones más concretas que derivan en el síndrome del burn out, uno de ellos es cuando una persona identifica determinadas posibilidades de mejora en su equipo o bien en la organización y no son capaces de influir en ella para que dichas mejoras se lleven a cabo (frustración). La otra sería el caso de personas que no se sienten alineados culturalmente con la empresa donde trabajan lo que provoca que deban tomar algunas decisiones que van en contra o que no están alineadas con sus creencias. Este caso se produce habitualmente en empresas donde se han producido cambios culturales (evolución) y todavía hay personas que no han asumido este cambio y sienten que han ‘cambiado de empresa’ sin haberlo hecho. Estos casos también son bastante comunes y estoy convencido que el trabajo de un coach puede ser de mucha ayuda a estas personas.
Las personas que sufren el Burn out muestran un nivel de autoestima bajo lo que les lleva a ‘tener que demostrar’ constantemente y precisan de mucha validación. Es obligación de los lideres identificar los caos que se puedan presentar y poner los medios para recuperar a esa persona en primer lugar a nivel personal (el sufrimiento es alto) y luego a nivel profesional y para el equipo en el que trabajan y evitar así pérdida de talento tal y como nos comenta Herminia en el excelente artículo.
Diana Sánchez Casanova
Un buen artículo para complementar nuestros aprendizajes del otro día sobre el Burnout.
Siento que las expectativas juegan un rol muy importante en el desarrollo del síndrome. Como ya nos explicó Marina Romeo, son las personas que precisamente están más motivadas las que son más propensas a acabar en Burnout. Es una verdadera lástima, ya que estamos hablando de las personas que más ganas tienen de trabajar, desde su deseo de hacer las cosas bien. Pero por desgracia, sus expectativas se ven frustradas ante factores que no habían tenido en cuenta.
Se comentó en el seminario de Marina que las organizaciones pueden y deberían procurar la prevención del burnout, pues afecta tanto al bienestar de una persona como a la organización en su conjunto. Como ya dije una vez en el pasado, en mi comentario de este mismo artículo, no es muy diferente de la rana que metemos en una olla con agua. Si el agua esta hirviendo, saltará al instante, pero si no lo está, y poco a poco vas subiendo la temperatura, la rana se cocerá y no se moverá del sitio. Creo que como coaches, podemos intervenir para que la temperatura no llegue a esos niveles, y para que la rana tome conciencia de donde se encuentra.
¡Muchas gracias!
Irene Palacios
Desafortunadamente gran mayoría de las respuestas a las preguntas del cuestionario han sido sí, sí, sí… Esto no es nuevo para mí, cuando empecé a observar el ambiente de mi entorno y como caían enfermos mis compañeros en bajas prolongadas por agotamiento emocional/ físico y psicológico decidí ponerme a trabajar a fondo en mi área de influencia. Este master es y ha sido un gran punto de apoyo aunque es francamente difícil cuando el supuesto liderazgo de los superiores es simple gestión de tareas y no detectan la disfunción que se está dando en el equipo. Pero este también acaba siendo mi problema, así que no queda más remedio que aprender a gestionarlo, salir del rol víctima y “hacer músculo” como digo yo.
Sin importar en ángulo desde el que lo miremos, estamos hablando de LIDERAZGO, bien a nivel personal o el de las personas que tienen un equipo a su cargo.
Si lideramos nuestra vida vamos a estar atentos a estos síntomas y vamos a poner en marcha recursos o pedir ayuda. Por ejemplo a un Coach. Hay estamos nosotros ayudar con herramientas y apoyo! Muy útil el cuestionario para hacer una evaluación.
Si lideramos un equipo y honramos aquello que es ser un buen líder vamos a ser activos y estar próximos al equipo para detectar el pulso de una situación desequilibrada de un miembro del equipo. Y si ocurre, porque no podemos controlar todas las áreas de la vida de una persona, no nos cogerá por sorpresa y estaremos preparados para acoger la situación y abordarla con inteligencia emocional.
Gracias por el artículo Herminia!
RAQUEL GARCÍA
En mi caso, no he llegado a sufrir nunca el Burnout en el ámbito profesional, aunque sí estuve a punto, pero felizmente en mi empresa contrataron a más personas para solucionar el problema de que un sólo traductor tuviera que llevar hasta a 4 pacientes a la misma vez, con el consiguiente estrés ocasionado y las quejas de los pacientes que se sentían abandonados en muchas ocasiones. Fue un período de unos pocos meses en los que el estrés era altísimo, no daba a basto para desempeñar bien mi trabajo, a veces no tenía tiempo ni siquiera para comer, pasaba hasta 12 horas en el lugar de trabajo y tenía que soportar las quejas de los pacientes y luego de mis superiores. Era muy frustrante porque estaba agotada, no comía, trabajaba muchísimo y todo el mundo estaba disgustado conmigo. Por suerte, la empresa decidió invertir contratando a más trabajadores a cambio de ofrecer un mejor servicio a los pacientes, pero entiendo que en muchos casos esta solución no se da y la situación deviene insoportable para el trabajador hasta el punto de que llega a somatizar todo ese estrés en enfermedades que minan su salud como le ocurrió a mi compañera Fabi y a muchas otras personas. Como futuros Coachs debemos estar familiarizados con ese concepto porque por desgracia es un síndrome bastante extendido en las organizaciones.
A mi entender, creo que también se puede aplicar este concepto de Burnout a nivel doméstico. Creo que hay muchas madres que pasan por algo así cuando crían a sus hijos, sobre todo si se juntan con dos o tres muy seguidos, y lo digo con conocimiento de causa 🙂 El nivel de estrés al que puede llegar una madre que cría a más de un niño a la vez (actualmente muchas parejas recurren a técnicas de fertilización y se dan muchos casos de embarazos múltiples) alcanza límites muy altos, y la sensación de que el enorme esfuerzo que hace no sirve de nada se hace patente constantemente porque enseguida todo vuelve a estar desordenado y sucio y vuelta a empezar. Desde el coaching podemos ayudar a estas madres a conocerse mejor, a escucharse más y desde los valores y los principios tomar nuevas decisiones que le lleven a construir una vida más equilibrada y satisfactoria para ella y su familia.
Os paso un link que ilustra mediante dibujos animados lo que es el Burnout.
https://www.youtube.com/watch?v=RcWYHi2GQOM
Aida
El síndrome de Burnout y una crisis de valores es justamente lo que me motivó a iniciar este camino dentro del coaching teleológico.
Entiendo perfectamente de lo que hablas en este artículo, Hermínia. Me produce una gran pena ver a tantísimas personas que sufren en el ámbito laboral en el que me muevo este síndrome.
Creo que es un camino con un amplio recorrido por delante y que entre todos hemos de aportar nuestro granito de arena para que estas situaciones desaparezcan.
Actualmente parece algo normal, lo que no deja de sorprenderme!!
Yo he de dar las gracias al coaching teleológico y a las técnicas de meditación y yoga por servirme para salir de esta situación, motivo por el cual me gustaría especializarme en poder ayudar a otras personas en situaciones similares a liderar sus vidas.
Os invito a aquellos que os gustaría trabajar en el ámbito empresarial a aportar vuestro granito de arena desde la dirección de las organizaciones, yo aún necesitaré un tiempo para volver a creer en ellas y trabajaré desde el ámbito personal que es lo que a mí me ha funcionado.
Espero que entre todos y desde diferentes lugares consigamos un futuro mejor en este sentido!!
Mil gracias por el artículo Hermínia!
Rosa Mari
Leyendo tu artículo me he zambillo en mí ambiente de trabajo, soy maestra y mi mundo es el de la docencia, realmente hay ocasiones en que las exigencias son tantas que los profesionales de la enseñanza no podemos gestionarlas, nos sentimos desbordados, nos falta tiempo y nos cuesta adaptarnos a nuevas situaciones.
Considero que para dedicarnos a la docencia es imprescindible que tengamos verdadera PASIÓN por la enseñanza, que nos guste la profesión y que disfrutemos plenamente, siendo siempre conscientes de que trabajamos con niños y futuros adultos y que de nuestro trabajo depende, en parte el conseguir un mundo mejor. Sin embargo, aun teniendo la pasión imprescindible, el docente se encuentra con una serie de preocupaciones que le pueden desembocar en el síndrome burnout, con demasiada frecuencia l@s maestr@s manifiesta sentirse quemad@s.
La escuela necesita cambiar a la misma velocidad que lo hace la sociedad, sin embargo hay docentes que muestran una alta resistencia al cambio. Prefieren lo conocido a lo desconocido, puesto que lo nuevo les provoca incomodidad y estrés. Cambiar implica volver a organizarse, aprender y practicar diferentes formas de enseñar, eso supone hacer un crecimiento personal, pasar por la revisión de las creencias que nos han guiado durante años en las aulas y para ello es necesario ser valientes, a muchos les provoca un gran miedo. Posiblemente sería más fácil si pensáramos en la frase de Richard Bach: «Lo que la oruga llama el fin del mundo, el maestro lo llama mariposa». Junto a este importante reto dentro del aula, el docente también tiene que superar una serie de obstáculos que van sumando y aumentan su carga laboral:
– el trabajo del docente no termina en el aula, hay corregir trabajos, exámenes, planificar sesiones, preparar materiales para utilizar en clase.
– cada vez se le exige más y más burocracia.
– Han aumentado considerablemente las reuniones con el resto del equipo docente para una mayor coordinación..
– el profesorado ha perdido la autoridad que tradicionalmente la sociedad le otorgaba y ha pasado en muchas ocasiones a ser cuestionado por los padres generandole un gran desgaste emocional.
– hay un importante recorte de las plantillas debido la crisis, lo que supone un aumento de trabajo.
La falta de recursos formativos para los docentes que les puedan facilitar herramientas para aprender a manejar este tipo de situaciones, ayuda a la aparición del Síndrome de Burnout.
En mi día a día constato todo lo expuesto anteriormente pero, a pesar de ello tengo la certeza que aún teniendo motivos, algunos de los docentes toman firmemente un rol de VÍCTIMAS al respecto. Aquí el Coaching Teleológico tiene el importante trabajo para acompañar a l@s m@estros a que se conozcan e identifiquen cuál es su situación personal, profesional, a que logren una nueva percepción, a que pierdan sus temores, sus miedos, en definitiva a que pasen de tener esa actitud reactiva a tener una actitud PROACTIVA y liderar sus vidas y ser grandes líderes en sus clases.
Sin duda, nuestra sociedad lo va a agradecer y la salud de los docentes, también!!!
Muchas gracias Herminia por el interesante artículo!
Mónica Morales
Desafortunadamente esta sociedad nos lleva inconscientemente a tener mucha presión y a ser superhombre o supermujer y demostrar que puedes con todo lo que te asignas o te asignan. Este síndrome se entiende en el ámbito del trabajo pero también está íntimamente relacionado en cualquiera de los roles de la vida de las personas.
Este artículo me ha recordado la importancia del 3º hábito “Primero lo primero” que nos explica Stephen R. Covey en el libro “7 hábitos de la gente altamente efectiva” nos demuestra cómo saber gestionar el tiempo. Me sitúa en el cuadrante Urgente/No urgente e Importante/No importante. Para evitar el síndrome de Burnout, lo ideal sobretodo está en trabajar en el cuadrante II Importante y No urgente de manera que trabajas con tranquilidad y te adelantas a posibles acontecimientos.
cristina espallargas
Creo que el mundo empresarial cuenta con muchas personas con el síndrome de burn-out, que siguen como «zombies» trabajando y produciendo lo que pueden, como el hámster girando en su rueda para no caerse. La crisis que aún padecemos, el cuestionamiento del sistema capitalista, la revolución de internet, el relevo generacional, la conciliación familiar, la globalización, la incertidumbre, los salarios inframileuristas, los contratos temporales, el futuro inestable, el mundo líquido… un montón de palabras y conceptos que forman parte de nuestra actualidad, no hacen sino añadir presión y causas de burn-out a los profesionales, sea en la empresa, en la universidad, en las escuelas, en las instituciones. Me parece fundamental el papel que el coaching puede jugar en estas situaciones: ayudar a las personas a bajarse de la rueda, escucharse a sí mismas, empoderarse y liderarse; ayudar a las organizaciones a constituir un entorno más amable y propicio a las personas y a sus necesidades de desarrollo personal como paso ineludible -y al tiempo jugada inteligente- para ganar en eficiencia y productividad.
María Boggiero
Aunque aún en pañales, afortunadamente está iniciándose un movimiento a favor del buen clima en las empresas. Muchas ya propulsan valores relacionados con el bienestar físico y psicológico del empleado, pero en ocasiones queda en un impulso inicial, que con el tiempo se deja de lado, imperando las urgencias… Hay una gran labor por hacer en este sentido, como hablábamos en el seminario “Del Liderazgo a los Resultados” es vital situarse en aquellas labores importantes y no urgentes, la prevención mediante la dotación de un buen clima es una de ellas. Como coaches podemos contribuir con la IN – formación (formación INterna) de los componentes directivos y el seguimiento de la puesta en marcha, esencial para el cambio de hábito empresarial. En “Sensación de Fluidez” de Juan Carlos Cubeiro, podemos observar las tácticas de un directivo jubilado, llamémosle coach, hacia su relevo en el puesto directivo (coachee), abriéndole a través de los sentidos a un nuevo paradigma en el liderazgo. Colaborar en potenciar ese nuevo paradigma, en la capacidad del SER dentro de las compañías, evita llegar a extremos y es una célula benigna que se extiende en positivo a todos los niveles de convivencia de los individuos. Es curioso ver, tal y como apuntaba Marina Romeo en el seminario que impartió, “Habilidades Directivas”, que el empleado autoatributivo (que se atribuye a si mismo lo que le sucede) y altamente motivado, es el que tiene más posibilidades de caer en este síndrome. Creo que adelantarse a ello es crucial y ha de hacerse en la empresa. Es una pena que personas responsables, implicadas y entusiasmadas en su acción laboral, no reciban el apoyo de IN-formación preventiva. En este sentido veo al coach teleológico capaz de acompañar en el crecimiento de la autoescucha, la autovaloración, la aceptación (sin entenderla como rendición sino como el lugar desde donde soy capaz de cambiar) y la COMUNICACIÓN tanto del empleado como de la organización.
María Boggiero
Aunque aún en pañales, afortunadamente está iniciándose un movimiento a favor del buen clima en las empresas. Muchas ya propulsan valores relacionados con el bienestar físico y psicológico del empleado, pero en ocasiones queda en un impulso inicial que con el tiempo se deja de lado, imperando las urgencias… Hay una gran labor por hacer en este sentido, como hablábamos en el seminario “Del Liderazgo a los Resultados” es vital situarse en aquellas labores importantes y no urgentes, la prevención mediante la dotación de un buen clima es una de ellas. Como coaches podemos contribuir con la IN – formación (formación INterna) de los componentes directivos y el seguimiento de la puesta en marcha, esencial para el cambio de hábito empresarial. En “Sensación de Fluidez” de Juan Carlos Cubeiro, podemos observar las tácticas de un directivo jubilado, llamémosle coach, hacia su relevo en el puesto directivo (coachee), abriéndole a través de los sentidos a un nuevo paradigma en el liderazgo. Colaborar en potenciar ese nuevo paradigma, en la capacidad del SER dentro de las compañías, evita llegar a extremos y es una célula benigna que se extiende en positivo a todos los niveles de convivencia de los individuos. Es curioso ver, tal y como apuntaba Marina Romeo en el seminario que impartió, “Habilidades Directivas”, que el empleado autoatributivo (que se atribuye a si mismo lo que le sucede) y altamente motivado, es el que tiene más posibilidades de caer en este síndrome. Creo que adelantarse a ello es crucial y ha de hacerse en la empresa. Es una pena que personas responsables, implicadas y entusiasmadas en su acción laboral, no reciban el apoyo de INformación preventiva. En este sentido veo al coach teleológico capaz de acompañar en el crecimiento de la autoescucha, la autovaloración, la aceptación (sin entenderla como rendición sino como el lugar desde donde soy capaz de cambiar) y la COMUNICACIÓN tanto del empleado como de la organización.
Amy Mantilla
El Burn-out lo identifico bien porque lo he vivido de cierta forma. En mi primer trabajo como Técnico de Recursos Humanos me sentía desmotivada completamente y sentía que el trabajo que yo hacía no era de importancia porque mi jefe no parecía darle importancia alguna. Mis documentos pasaban semanas en su escritorio sin su firma la cual la necesitaba para poder mandar los documentos a los demás departamentos, pero no, y aún cuando le recordaba a mi jefe sobre mis documentos me decía que ya los revisaría. Todo esto, me llevó a tener una mala actitud en el trabajo, como no veía que era algo importante al final del día me veía haciendo nada, solo ahí sentada cantando en voz alta (para pasar el mal rato) esperando a que se acabe el día. Por esto entiendo perfectamente de qué se trata el burn-out.
Es una lástima cuando esto llega a pasarle a alguien porque se siente tan desvalorado en la compañía y es difícil hacer que cambie de opinión. Yo terminé renunciando a mi puesto. Me dije,» si aquí no me valoran, seguro en otro lado lo harán, pero no me quedaré en este hueco más tiempo, esperando a que me tomen en cuenta».
Creo que más que saber como reparar este tipo de casos, las corporaciones deberían evitar que esto pase a cualquiera de sus empleados, comenzando con los jefes, capacitarlos para que sean buenos líderes y sepan no hacer decaer a su equipo. En mi opinión si una persona se encuentra ya en este estado de Burn-out, ya es un poco tarde para salvarlo (no imposible pero es muy difícil). Por lo que a mi parecer me concentraría en capacitar a los Jefes de los distintos departamentos a que ejerciten sus aptitudes de líderes, los empleados también deberían tener alguna capacitación sobre esto, ya que así si ellos identifican sus síntomas, podrían conversar con su superior sobre ello y de esta forma no pasa desapercibida su condición. Entonces depende mucho de la cultura de cada empresa y el cómo lidia con este tipo de problemas y entre otros.
FELIPE ATEHORTUA
Lastimosamente es cierto que el concepto Burnout cada vez es más popular y aceptado en nuestra sociedad, lo vemos como algo normal, incluso he oído varias personas con comentarios como “ya se le pasará”, “ya lo superará, creo que tampoco es para tanto” cuando nos enteramos por la mañana que algún compañero ha cogido una baja médica por “depresión” o algo parecido…
Para no repetirme con los post ni los comentarios de mis compañeros, quiero enfocar este mismo asunto pero desde la prevención, es decir, como coachs podemos trabajar con un equipo o persona para prevenir llegar al Burnout? Por poner un paralelismo, los dentistas, puedes ir cuando te duela la muela porque tienes una caries, pero también puedes ir cada año a tu revisión, limpieza y evitar que salga esa caries… sé que es difícil que un departamento de RRHH quiera invertir en prevenir posibles casos de que su personal se queme, pero es cuestión de tiempo y toma de conciencia de las compañías que se den cuenta de lo importancia y grandes resultados que les pueden aportar un equipo altamente motivado. Hace 10 años ninguna empresa apostaba por la felicidad como estrategia de Marketing y mucho menos como concepto o valor que quería potenciar en sus trabajadores y habitantes el mundo, pues bien, hoy en día ya no es así:
http://coca-cola.xitrus.es/Instituto%20de%20la%20Felicidad/index.html
Es probable pues que las compañías se involucren por ser proactivos en lugar de reactivos y podamos trabajar en evitar llegar a extremos.
ANNA GIRBAU MORENO
Siempre que he oído hablar del síndrome de burnout, al tratarse de un problema psicológico relacionado con esa alta vivencia de estrés en el trabajo, lo he creído tema a abordar desde la psicología. Pero gracias al artículo, he podido darle una mirada más amplia al problema, y ver que el coaching teleológico es prácticamente igual o incluso puede llegar a ser más útil para abordar el problema, tanto en sus fases avanzadas como iniciales. Tanto a modo individual como desde la organización.
La esencia del coaching teleológico es el logro del liderazgo personal, y abordando el problema de burnout se persigue el bienestar y la tranquilidad en todos los ámbitos de la vida, siendo uno mismo el protagonista de la vida, y no las circunstancias (trabajo, horario, estrés, saturación, frustración, etc.) o las demás personas (jefes, clientes, compañeros de trabajo).
Uno de los aspectos fundamentales que promueve el coaching a través del propio liderazgo es la autoestima del cliente. Fortalecer la autoestima del cliente es fundamental para que pueda abordar la situación a la que se enfrenta. Fortaleciendo otros aspectos como la asertividad (para decir no, si es necesario a tener más clientes o trabajo), saber priorizar (sus necesidades y derechos como trabajador, como por ejemplo los descansos establecidos), gestionar mejor el tiempo y las tareas (saber parar y dejarlo para mañana), potenciar los propios recursos internos, para gestionar sus emociones de rabia, liberar estrés, y pueda conciliar el trabajo con la vida familiar. A través de las herramientas de inteligencia emocional que ofrece el coaching teleológico, puede ser una muy buena manera para su aprendizaje de habilidades y recursos personales.
Es cierto que hay aspectos del burnout que no dependen de ellos mismos, así como el trabajo real al que le someten, o presión por ejemplo de los camareros a hora punta donde tienen que servir a 20 mesas y están ellos solos, por ello será importante que pueda gestionar lo que sí es controlable por él mismo, como el estrés, la frustración, las altas expectativas, la gestión del tiempo, organización, asertividad con su jefe, etc.
Mi experiencia ante un trabajo en el que había una gran presión durante 3 horas puntas a lo largo de la jornada, donde me encontraba sola y tenía que atender a 15 mesas y ofrecerles el mejor servicio, recuerdo que había momentos que internamente había una gran tensión, incluso momentos de desesperación que tienes que poder gestionar con la mejor de las sonrisas, con clientes que no siempre son amigables. Añadiendo la presión por parte de los jefes, de mejorar lo que ya era de alta exigencia poder mejorar. La clave fue creer en mí misma, creer que yo podía hacerlo, y pensar que si los jefes me habían puesto en ese cargo, era porque confiaban en mí, y en que era capaz de hacerlo. Y tener consciencia y prepararme psicológicamente antes de empezar la jornada para esas tres horas punta, de esa manera la jornada se afrontaba de un modo mucho más exitoso.
Cuando uno no rinde al nivel esperando o a las exigencias de los demás, la frustración es tal que te dan ganas de abandonar. Pero también es importante poder separar una jornada de la otra, es decir, el día siguiente es un día nuevo, con nuevas oportunidades para mejorar, y tener mejores resultados. Y trabajar en la propia autoestima permite separar un día “malo” de trabajo, con el que te espera mañana.
Si te terminas debilitando ante la situación y no te pones como protagonista de la historia, es cierto que terminas quemándote, y entonces las consecuencias negativas con uno mismo y con los demás se hacen visibles. Consecuencias que se comentan en el artículo.
Es por ello, destacar la importancia que se ofrece desde el coaching teleológico para poder trabajar el propio liderazgo personal, y el liderazgo de los gerentes para que puedan sacar a la luz y potenciar el talento de todo su equipo.
Raquel Gómez
Después de leer este articulo, me quedo con dos ideas que me gustaría compartir. La primera es la necesidad (casi una responsabilidad por parte del coach) de formar grandes líderes para que, así, éstos puedan evitar y – en caso que se produjera – detectar a tiempo un trabajador con síndrome de Burnout. En segundo lugar, pero no por ello menos importante, la herramienta del coaching como ‘tratamiento’ para dicho síntoma, pues es una herramienta muy poderosa ya que empodera y potencia las habilidades y recursos del trabajador que lo sufra.
Como bien han comentado anteriormente mis compañeros, aunque hoy en día podemos ver personas ‘quemadas’ con mayor frecuencia, es increíble e, incluso me atrevería a decir irónico, el darse cuenta de que, justo las personas que tienden a padecer más este síntoma, son los trabajadores más motivados y que, son las profesiones que más en contacto están con las personas y, por lo tanto, con esos posibles “clientes negativos”, las que más posibilidades tienen de padecerlo. Siempre he sostenido que son las personas y sus capacidades la base para el éxito en cualquier organización, por lo tanto, se tendrían que apreciar y valorar mucho más. En mi opinión, las personas, son el recurso más importante de la organización, ya que no existe organización que funcione sin ellas.
FABIOLA MARTIN
No puedo afirmar que durante años haya sufrido bunout pero si puedo asegurar que he estado muy muy cerca…
La clase de Marina Romero ya me ofreció mucho en lo que pensar y me sentí muy identificada, pero al responder las preguntas propuestas en este artículo me he quedado impactada por un rotundo pleno al sí.
Lo cierto es que durante demasiados años trabajé en un entorno nocivo, limitante y conflictivo.
Mi alto nivel de motivación y ganas de aprender me llevaron a sobrellevar una carga de tareas y responsabilidades que me superaban constantemente.
A pesar de mi malestar, de la frustración y de la impotencia, no desistía en mi empeño de ser capaz de cumplirlas todas adecuadamente y además la empresa estaba muy contenta conmigo así que me dejaba la piel en la oficina llegando a casa hecha puré.
Y así un día y así otro y otro y otro…
Reflexionando a posteriori, me di cuenta que había vivido anclada en la queja en modo víctima e instalada claramente en dos síndromes:
1) El síndrome general de adaptación o más popularmente conocido como el síndrome de la rana hervida. Si os interesa el tema os dejo link de otro artículo del blog que me ha parecido complementario a éste: http://www.coachingparadirectivos.com/2015/02/sobre-el-estres-los-directivos-las-ollas-y-las-ranas/
2) Síndrome del hámster (o carrera de la rata): Encerrado en una jaula corre y corre en una rueda sin llegar a ningún lado. Como el hámster, me sentía atrapada, luchaba por llegar al siguiente escalón y me esforzaba por ir un poco más rápido, más lejos… y sin embargo eso no me llevaba a ninguna parte. Me sentía vacía pero no me movía, alegando mil motivos y excusas, vamos auto engañándome.
Mi cuerpo me mandó todo tipo de señales, incluso perdí buena parte de cabello en dos ocasiones. Pero cuando el fuego me quemó por dentro y mis niveles de cortisol se pusieron por las nubes, mis problemas de salud se agravaron y desarrollé una enfermedad rara, autoinmune, neuromuscular y crónica.
Más tarde descubrí que existen ciertos estudios que hablan sobre la relación entre el estrés continuo y el sistema inmunológico.
Afirman que la exposición prolongada al estrés puede aumentar el riesgo de desarrollar una enfermedad autoinmune, a tener daños en el funcionamiento del sistema inmunológico:
http://biosalud.org/blog/enfermedades-autoinmunes-aumentan-estres-cronico/
http://agencias.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=1421785
http://www.webconsultas.com/salud-al-dia/alergia/el-estres-cronico-afecta-al-sistema-inmunitario-6843
En estas circunstancias me hubiera ido fenomenal tener un coach que me acompañara en el proceso de reencuentro conmigo misma, de tomar consciencia de mi situación, de conocer mis fortalezas y mejorar mi inteligencia emocional pero sobre todo a redescubrirme, porque me había ido alejando tanto de mí misma que ya no recordaba quién era ni lo que quería. Me inspira muchísimo el hecho de poder acompañar como coach a otr@s en su camino de desarrollo y liderazgo personal saliendo del burnout o de cualquier otra circunstancia que les esté bloqueando. El coaching teleológico ofrece un espacio al cliente para dedicarse a si mismo, para conversar, para desarrollar habilidades y reforzar su autoestima.
Gracias Hermínia.
Claudia Zapata
Este artículo me ha hecho reflexionar sobre la implicación que a veces tenemos con las cosas, en este caso concreto con el trabajo, a veces incluso por encima de nuestra propia salud.
Es común que las personas valoremos más tener trabajo que el tener claro que estamos en un trabajo de calidad que cumpla con nuestras expectativas, que nos haga sentir bien o que nos brinde la capacidad de crecer, puede que incluso veamos este supuesto como utópico, ya que lo que solemos decir es que no hay trabajo que agrade, pero esto no es cierto y nos engañamos al creer en esto.
Cuando un trabajador está implicado y pone todo su potencial a mercé de su trabajo, parece ser que está más expuesto a sufrir ciertos síndromes, ya sea el de bournout, el de mobbing o cualquier otro, porque se crea expectativas a la hora de hacer esa entrega, una espera de reciprocidad, reconocimiento, valoración, resultados, etc., que a veces no llega y que por el contrario se puede encontrar con presiones, críticas, resultados valorados o vividos como negativos, que le pueden llevar a tener la sensación de que no llega, de que no ha hecho lo suficiente, de que la situación le supera, de que no vale lo suficiente, cuando las cosas puede que no vayan por aquí.
Esto conlleva a un cóctel molotov que incluye: una pérdida de perspectiva que se mezcla dulcemente con pérdida de autoestima, sensación de inferioridad, indefensión aprendida, culpabilidad, anulación de las propias capacidades, llevando a la persona a sentirse desamparada, sobrepasada, atada y ahogada, entre otras.
Lo cierto es que nadie tendría que llegar a sentirse así, nuestro amor propio no debería quedar a expensas de las entregas que podamos hacer, ya sea al trabajo, al amor o cualquier otra causa que consideremos importante para nosotros. De ahí la importancia de que nuestra autoestima esté fortalecida, centrada y que actuemos desde ahí, porque nunca podremos controlar las respuestas de la gente que nos rodea, sean jefes, compañeros de trabajo, situaciones, amigos, pareja, familia, etc., por mucho que nos entreguemos, por mucho que hagamos, ya que los resultados son los que son y serán los que serán, pero sí que podemos recurrir a nuestra fuerza y a nuestros recursos propios, para no dejar que ciertas cosas nos hagan perder el norte y mucho menos el amor por nosotros mismos.
Es cierto que no hay trabajo perfecto, pero en últimas si vas bien acondicionado de tu mochila interior, algo que no es perfecto en general, se puede convertir en algo perfecto para ti y si no, la vida está llena de posibilidades para intentar cosas nuevas, trabajos más estimulantes y situaciones que te lleven siempre hacia adelante y sobre todo a aprender más sobre ti mismo.
Cuando vives una situación de este estilo, caes en una espiral que te lleva cada vez más hacia el fondo y cuando te das cuenta, estás en un poso del que es difícil salir, pero desde luego no imposible. Creo que el coach tendrá una labor preciosa en el momento de limpiar de fango el espejo que tiene el cliente, para que pueda volver a verse realmente como es.
Silvia Quirós
Estamos de acuerdo en que el Coach podría intervenir en estos casos, sin embargo pongo el ejemplo de personas que acarrean el síndrome desde varios años atrás, han interiorizado y adoran el papel de la víctima y desde ese rol han descubierto una herramienta para ejercer la violencia dentro de sus ámbitos laborales, rebelándose a cada mandato de la autoridad, y tratando de ganar como líderes negativos, adeptos en sus centros de trabajo para ejercer el poder de manera errónea. Es muy evidente que tienen caracteristicas del Burnout, mas ¿Qué papel puede jugar el Coach cuando en este tipo de organizaciones lo que menos existe es un deseo de compromiso de parte de quienes reclaman, primero por la valoración negativa de sí mismas que proviene desde sus historias familiares y experiencias personales como de la frustración laboral que manejan? Es un trabajo que exige una parte de atención individualizada y otra en grupo y sus resultados no pueden ser a corto o mediano plazo para notar y realmente crear un cambio tanto en la persona como en la organización. Si nos hacemos las preguntas en algunas respoderemos afirmativamente, puesto que tampoco se logra la perfección total en nuestros entornos.
Eliana Valencia
Hoy en día podemos evidenciar este síndrome con mayor regularidad. Si que es consecuencia de un mal liderazgo, cuando el ser líder se confunde con el poder. Sin embargo, me pone a pensar que en los siguientes años, seguiremos cargado con este síndrome y muchos más.
Esto será a medida que las organizaciones vayan cambiando y sean lugares óptimos para las nuevas generaciones; ya que los conflictos que suelen llevar a este síndrome, vienen de las diferencias de paradigmas entre generaciones. Cuando se tienen jefes de la generación X y colaboradores de la generaicón Y o Z y los nuevos milenials.
Desde las prioridades que tiene cada generación, hasta la forma de trabajar; mientras estemos todos dentro de la organización de una u otra forma tendremos que afrontar estos síndromes.
Lo importante que no solo a nivel de Coaching, debe existir esta consciencia;sino, más bien, debemos ser aliados de Recursos Humanos, ya que como agentes externos a una organización, podemos prevenir en el mejor de los casos, o recuperar a las personas que sufran este síndrome.
Gala Guasch
Dentro de la Rueda de la Vida encontramos dos áreas dedicadas al ámbito laboral. Una de ellas sería la satisfacción con la economía personal (donde encontraríamos la parte salarial del empleo) y por otra parte estaría la satisfacción con nuestro trabajo. Es aquí donde debemos recordar que el trabajo nos tiene que mantener ocupados, disfrutar con lo que hacemos, aportarnos sentimientos de utilidad y autorealización, establecer relaciones, pero sobretodo nos tendría que mantener sanos.
El Síndrome de Burnout como comentas Hermínia es un mal ajuste entre las capacidades del trabajador y la demanda por parte de la organización. Si hubiera un buen ajuste hablaríamos del estado de “flow” habiendo un balance entre el reto y las habilidades propias, creando una fusión entre acción y mente, estando únicamente concentrado en la tarea y con la sensación de tener el control de la situación. En el otro extremo hay el contexto en el que la percepción subjetiva es que la demanda externa supera las capacidades internas, esto supondrá un desequilibrio que no se consigue regular y provoca tensión en el individuo y la sensación de verse superado por la situación que no se consigue controlar.
Como nos comentó Marina Romeo en su seminario, el Burnout depende del contexto (clientes negativos) y de las características individuales (personas autoatributivas y con alta motivación tienen mayor probabilidad de padecerlo). De esta manera es importante que como coaches sepamos empoderar al coachee para que pueda sentir que la responsabilidad de este problema psicológico está en ambos lados, en el trabajador y en la organización. En la persona ya que es ella quien está decidiendo seguir viviendo esta situación y en la organización al haber una mala gestión de las capacidades de liderazgo y condiciones laborales. Es en este punto que el coachee puede tomar perspectiva y actuar con su poder de decisión y libertad, produciendo el cambio a un nivel que dependa de él y no en el de esperar que el cambio de la situación dependa de un tercero.
Comparto un artículo de Maslach (2009) en el que se muestra también cómo influencia el Burnout a la persona y a la empresa como consecuencia. http://alonso.serret.mx/wp/wp-content/uploads/2015/08/BORNOUT.pdf
Pol Rodríguez i Salvador
Aquest article sobre em planteja reflexionar en fora en comptes de fer-ho sobre la conseqüencia en sí que és el «burnout».
Com tot sistema viu, l’ésser humà necessita unes condicions òptimes per desenvolupar-se. Ho necessita el seu organisme, (l’homeostasis) uns nivell equilibrats en els quals la vida es desenvolupa i té unes garanties d’exit en tant que ens mantenim vius. Tot i això, aquest organisme necessita d’una tensió per a fer-se més eficient. Això ho aconseguim amb la pràctica esportiva. Per exemple, quan correm, els nostres nivells es disparen i surten dels límits de l’homeostasis. El cos interpreta aquesta situació com una agressió, i es posa a la defensiva; augmenta les pulsacions per bombejar més sang, la respiració s’accelera per aconseguir la demanda d’oxígen que necessita, la temperatura del cos augmenta degut a l’acceleració metabòlica i aquest es termoregula a través de la sudoració. Quan fem esport, mai pensem que estem agredint-nos, perque possiblement si ho féssim deixariem de practicar-lo. Practicar-ne té una connotació positiva en tant que sabem que estem augmentant la nostra capacitat i això fa que millori la nostra salut.
Per tant, per una banda tenim que el nostre organisme necessita de l’homeostassis per poder garantir la vida adecuadament, però a la vegada necessita d’una tensió (agressió) per poder millorar i anar fent-se més eficient. Però aquesta tensió la vinculem amb la idea de que és beneficiosa per a nosaltres. Pot fer més o menys mandra fer esport, però difícilment l’excusa per no fer-ne serà que és dolent per a nosaltres.
En el terreny espiritual, Victor Frankl parla de la noodinámica, d’un sistema de tensió interna que ens posa en moviment: «la recerca humana del sentit pot fer néixer una tensió interna i no un equilibri intern».
Per n’Elisabeth Lukas, la noodinàmica és «l’elevació del potencial espiritual de l’organisme psicofísic maltractat.»
La tensió és la que ens fa créixer, avançar. Tot canvi que volguem en les nostres vides implica una tensió, perque ens obliga a sortir de la nostra zona de confort i ens fa moure a través d’un camí desconegut. I és la nostra preparació, les nostres habilitats i recursos per dotar de sentit aquest canvi el que ens pot fer aprofitar aquesta tensió per mantenir-nos desperts i amb predisposició, o pel contrari que la sentim negativament, ens desorientem i perdem el rumb que ens haviem marcat.
Per tant, la capacitat de control, acceptació i visió sobre aquesta tensió és cabdal per a poder afrontar-la quan aparegui. I depen de nosaltres. Perque de nosaltres no depèn el cap que ens hagi tocat, ni les companyes i companys, ni les tasques a realitzar. De nosaltres depèn quina importancia volem que tinguin, de quina manera volem que ens afectin i fins a on estem disposats a assumir la situació en sí (per exemple).
Per tant, la nostra tasca com a «coaches» s’ha de centrar en l’empoderament del nostre client, dotant-lo d’eines per a que pugui prendre consciència de que d’ell depen com vol viure la situació i amb quins valors ho vol associar.
En casos en que el nostre client sigui un directiu la nostra tasca continúa sent la d’empoderar-lo per a que guanyi autoconfiança i comenci a treballar des del lideratge. Generant tensió cap a les persones que té al seu càrrec i a la vegdada facilitant-li’s la visió que aquesta tensió és beneficiosa per elles i pel conjunt de la secció, departament o empresa. Una tensió amb valors per fer creixer i avançar a les persones a les que va dirigida.
Diana Sánchez Casanova
Un buen artículo para complementar nuestros aprendizajes del otro día sobre el Burnout.
Siento que las expectativas juegan un rol muy importante en el desarrollo del síndrome. Como ya nos explicó Marina Romeo, son las personas que precisamente están más motivadas las que son más propensas a acabar en Burnout. Es una verdadera lástima, ya que estamos hablando de las personas que más ganas tienen de trabajar, desde su deseo de hacer las cosas bien. Pero, por desgracia, sus expectativas se acaban viendo frustradas ante factores que no habían tenido en cuenta, o no saben gestionar.
Se comentó en el seminario de Marina que las organizaciones pueden y deberían procurar la prevención del Burnout, pues afecta tanto al bienestar de una persona como a la organización en su conjunto. Como ya dije una vez en el pasado, en mi comentario de este mismo artículo, no es muy diferente de la rana que metemos en una olla con agua. Si el agua esta hirviendo, saltará al instante, pero si no lo está, y poco a poco vas subiendo la temperatura, la rana se cocerá y no se moverá del sitio. Creo que como coaches, podemos intervenir para que la temperatura no llegue a esos niveles, y para que la rana tome conciencia de dónde se encuentra.
¡Muchas gracias!
Andrea Gomes
Herminia, gracias por el articulo y sus reflexiones a respeto del tema.
Creo que los problemas psicológicos relacionados al estrés y al trabajo, aún que sean muchas veces desconocidos para mucha gente, están se tornando cada vez mas presentes en nuestra sociedad y nosotros como coach tenemos un papel importantísimo en acompañar coachees que se encuentran en alguna situación así.
En nuestro seminario con Marina Romeu tuvimos la oportunidad de aprender mejor que es la Síndrome de Burnout, y que, además de los fatores del contexto de trabajo, hay elementos personales de carácter individual que facilitan la ocurrencia de la síndrome de Bournout, como la motivación de la persona – porque si está muy motivada, esta dando todo de si emocionalmente, y puede agotarse – y los sujetos auto atributivos – que atribuyen a si mistos el controle y la casualidad, y, por eso, son comprometidos y se entregan 100% al trabajo. Veo que, como coaches teleológicos, tenemos que acompañar nuestros coachees a trabajar sus aspectos personales, su auto conocimiento y su inteligencia emocional, de modo a evitar que sufran de la Síndrome de Burnout o otros problemas relacionados al estrés y agotamiento en el ambiente de trabajo.
Paula Folch
En primer lugar, me llama la atención que las profesiones más susceptibles al Burn Out sean las que requieren de contacto directo con gente. ¡Qué pena! Me lleva a reflexionar sobre la toxicidad con la que viven muchas personas; no es que ellas sean tóxicas sino que no tienen los recursos, como dices, para aliviar la frustración y el malestar.
Precisamente esta semana, en el seminario con Marina Romeo en la UB, nos explicó que las personas más propensas al Burn Out son las que tienen alto grado de motivación y compromiso inicial, el «voy a darlo todo» ya que, cuando las expectativas se confrontan con la realidad, esta explosión inicial se ve frustrada.
El Coaching sirve para prevenir, además del solucionar http://www.coachingparadirectivos.com/2015/03/sindrome-de-burnout-y-coaching-teleologico/#en el presente. Como Coachs, acompañamos a estas personas quemadas o que preveen que pueden estarlo para que potencien sus habilidades, recursos y destrezas que es la parte de su influencia; la profesión y las condiciones laborales ya no dependen de ellos. Será imprescindible la regulación emocional para que puedan bajar la olla presión y enfocar su mirada en lo que depende de ellos y trabajar la asertividad.
Comparto un artículo científico de Gallego (1991) basado en una revisión de estudios sobre el Burn Out, los modelos teóricos que lo explican y las conclusiones, que dan énfasis en estudiar la parte individual, del equipo y/o de la organización para intervenir cambios que alivien la parte emocional.
http://revistaaen.es/index.php/aen/article/view/15231/15092
Gracias por tu artículo, Hermínia.
Un abrazo.
Conrado
Gracias por compartir tu opinión, experiencias e investigación. Muy interesante.
Me gustaría comentar que el equilibrio dinámico entre las exigencias variables de un puesto de trabajo y las capacidades de un colaborador a lo largo de su trayectoria en una empresa estoy de acuerdo en que es algo que hay que controlar, al igual que la cantidad de peso que mueve y el nivel de ruido a que está expuesto. De hecho, es obligatorio. La Ley de Prevención de Riesgos Laborales exige controlar este parámetro y tomar medidas, adaptando el puesto del trabajo al trabajador. Esto sucede en España, al menos.
Existen herramientas para evaluar estas situaciones en el ámbito de los riesgos psicosociales que tienen algunas preguntas comunes a las planteadas al inicio del post.
Es interesante contar con recursos adicionales a los propios de las organizaciones y sus Servicios de Prevención; como el coaching teleológico propuesto, que trabajen este problema de forma específica ya que tendrá la ventaja de ser: más eficiente, más certero, más duradero en el tiempo, adaptado a la persona y trabajando a la persona de forma integral.
El principal inconveniente que se me plantea es que una persona que se proponga un proceso de coaching teleológico para solucionar un problema de burnout, si no puede implicar a la empresa, estará incidiendo sobre sólo uno de los platos de la balanza que comentábamos antes (equilibrio entre características del trabajo y características del candidato). En el caso de poder incidir sobre la empresa, veo más factible una corrección global para toda la plantilla, según exigirá tarde o temprano la legislación vigente, que el estudio concreto de un caso específico con un asesor externo que no va a poder avalar una medida correctiva adoptada según demandas de un Servicio de Prevención debidamente acreditado.
Es decir, solución rápida para salir del paso o adoptada unilateralmente por el trabajador afectado: mejorar las características del colaborador (coaching, terapia, tratamiento…). Solución definitiva, inevitable y acorde a exigencias legales (y morales): mantener el equilibro y controles en el ámbito empresarial de la psicosociología. Uno es el trabajo desde el colaborador afectado y otro desde la organización: no sólo no son incompatibles entre ellos sino que conjuntamente se pueden crear sinergias.
Las Notas Técnicas de Prevención que trabajan este campo son: http://www.insht.es/portal/site/Insht/menuitem.a82abc159115c8090128ca10060961ca/?vgnextoid=db2c46a815c83110VgnVCM100000dc0ca8c0RCRD&do=Search&idPalabra=ctjbba
Y una formación muy recomendable por el contenido y por los docentes es «mobbing y otras formas de violencia en el trabajo» (gratuita de momento):
http://www.insht.es/portal/site/Insht/menuitem.1f1a3bc79ab34c578c2e8884060961ca/?vgnextoid=74fb992339761510VgnVCM1000008130110aRCRD&vgnextchannel=5fd82148b1402110VgnVCM100000dc0ca8c0RCRD
Tengo el placer de haberla cursado y poder recomendarla con conocimiento de causa.
Como jefe de turno de producción me gusta estar atento a posibles tensiones y descompensaciones en todos los campos pero especialmente en éste, por haber detectado la posibilidad de entrenar ciertas sensibilidades y porque estoy completamente de acuerdo en que hay muchísimo que ganar: el potencial humano de las empresas es muchas veces un valor a descubrir.
Comentar también lo curioso que es que se promociona personal cuando éste demuestra capacidades técnicas, pero las capacidades de liderazgo o gestión de equipo se sobreentienden o dan por supuestas, y he visto muchas veces en este pobre criterio de reconocimiento el origen de riesgo de burnout, entre otros.
De nuevo gracias por darnos perspectiva y espacio de reflexión.
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Hermínia, muchas gracias por compartir tus intereses y conocimientos de gran profesional con nosotros.
Me parece muy interesante este artículo ya que me doy cuenta de que detectar estos síntomas supone un gran avance para el proceso con el cliente.
Cenk Dileme
This articles reminds me back to the times in which I was studying and working at the same time to finance my studies. It remembers me back the feeling of stress during a longer time of period. In my case this stress was positive since I had a goal to achieve and it was timely limited, thus there was a end not far from me. In the light of this article I much better understand my feelings back than since at this given moment I was not aware of this stress, I was just like a machine working towards the goal without turning back. The articles gives me back memories and will help me to avoid in the future similar experience and in case it happens I am now aware meaning I would be much more able to deal with it effectively.
ÚRSULA MARTÍNEZ
Había estudiado el Síndrome de Burnout a lo largo de la carrera y siempre me lo había imaginado como una situación de estrés llevada al extremo.
Este año viví una situación de Burn Out a través de un familiar.
Esta persona tenía un empleo de cara al público; dirigía el deprtamento de incidencias de una empresa. En esta posición, por mucho que se esforzara,siempre habían quejas en ambos lados, por parte de los clientes y por parte de los jefes. Una situación insostenible que le generaba ansiedad y frustración.
El primer problema fue a nivel emocional, la negación emocional de las situación, en poco tiempo se extrapoló a todas las áreas: insomnio, fatiga, perdida del apetito, inestabilidad emocional (rabia, tristeza,apatía), etc.
Finalmente, muy a su pesar, tuvo que dejar el trabajo porqué ya había traspasado las barreras de sus propios límites, pero se dió cuenta que para que esto no le volviera a ocurrir, debía trabajar a nivel emocional, puesto que fue el primer chispazo que encendió la llama.
Aún así, la empresa ya había perdido un gran talento, y como se dice en el artículo, es una pena.»Es una lástima el gran talento que pierden muchas organizaciones al no aplicar medidas, no sólo que impidan el burnout, sino que faciliten la emergencia del liderazgo de sus colaboradores, dotándoles del poder para ejercerlo».
Gracias por el artículo!
Mónica Rodríguez DiMartino
Como siempre Herminia, nos brindas otra gran ocasión para disfrutar de tus comentarios y aprender de las reflexiones compartidas. Me animo a decir que entiendo éste síndrome como la materialización, como una expresión plasmada a nivel humano de los enfrentamientos entre los valores que nutren y forjan y mantienen el carácter personal, y los que representan desde hace años ya la ética de la personalidad. La eficacia en vez de la efectividad personal, el empeño y sacrificio de nuestra energía vital y el tiempo de vida que nos es dado, más afectos y momentos que nos resignamos a no compartir, objetivos en vez de resultados y todo ello en busca de un reconocimiento que por tan diversas, profundas y superficiales razones que no llega y no compensa, la sensación de fracaso y pérdida o vacío, y hasta la «alta traición» diría, en lugar de la de aquel éxito, probablemente mal definido o distorsionado que en los largos últimos años perseguimos. Se nos pide entrega, compromiso, lealtad, dedicación (energía, tiempo, creatividad), pero luego todo se acaba «convirtiendo» en cuánto dinero gano contigo o que le aportas a la imagen que de mi negocio, club deportivo, etc que quiero proyectar para conseguir más éxito y más dinero…y si has conseguido menos o más dinero, incluso habiendo trabajado según requerimientos, cuáles son los valores genuinos que en ti mismo has cultivado y podrás compartir con tus afectos? Desde qué ejemplo de comportamiento justificas tu desgaste?Podemos hacer sentir importantes a los que decimos amar, comportándonos de éste modo? Cuánto podemos mentirnos antes de estallar? Cómo no «vivir ahogados en cortisol?» …»Cambiando». Muchas gracias
Manuela Núñez
El síndrome del Burnout es un término bastante utilizado y presentado en el entorno laboral, sin embargo, pienso que es un síndrome que, como se menciona en el artículo, no esta presente únicamente en el ambiente de trabajo. Es un síndrome que afecta al individuo tanto en su trabajo como en diferentes áreas de su vida. Es por esto que considero de gran importancia estar atento a estos indicadores del síndrome con el fin de buscar ayuda o solución. De igual manera, el artículo resalta la importancia de realizar intervenciones tanto a nivel grupal como individual, el burnout puede desarrollarse tanto a nivel externo como interno. A nivel externo me refiero a objetivos y metas sobre-dimensionadas establecidas por la organización o por el «líder» sin tener en cuenta los recursos disponibles de los trabajadores. A nivel interno me refiero a las capacidades, motivaciones y destrezas del individuo para afrontar los retos de su área profesional o, creo que, incluso personal.
Como coach pienso que lo primordial es comprender cuál es el problema que esta generando el burnout en las organizaciones con el fin de poder enfocarse en la raíz del problema empoderando a los trabajadores y líderes para generar ambientes sanos y saludables de trabajo que generen satisfacción en todos los ámbitos.
Silvia
Excelente artículo ya que te permite aprender, como futura profesional, la manera de cómo se debe acompañar a la persona con este síndrome para cambiar y lograr el bienestar y la tranquilidad que éste necesita (desarrollar su inteligencia emocional, que fortalezcan su autoestima, que sepan regular sus emociones, determinar sus prioridades, que aprendan a comunicarse de manera asertiva, saber resolver conflictos, que aprendan a gestionar su tiempo, que generen expectativas realistas, que decidan según sus valores y principios, que adquieran habilidades para afrontar el estrés y que aprendan a escucharse y a cuidarse). Y que, como conclusión, principalmente, para superarlo depende de uno mismo, además, de que a su alrededor exista un buen líder.
Sandra Macho
Me ha parecido una lectura muy interesante, y me gustaría compartir mi experiencia personal sobre un tema de mobbing laboral. Se que no es exactamente lo mismo, pero las características entre estos dos tipos de hostigamiento psicológico en el trabajo pueden llegar a ser muy similares, y las consecuencias sobre el trabajador también lo son, como por ejemplo; la perdida de confianza en uno mismo y sus capacidades, desvalorización personal, mella en la autoestima,… Yo por desgracia padecí todos estos síntomas, además de otros de tipo físico como; dolores de cabeza, sensación de mareo y vértigos, contracturas,…
Lo que a mi me sucedió, es que me cambiaron de jefe, y éste lo que empezó a hacer, fue quitarme áreas de responsabilidad, ofreciéndome trabajos rutinarios sin ningún tipo de interés por mi parte, e incluso en ocasiones no darme nada de trabajo. De un día a otro, modificaron mis responsabilidades en el trabajo sin decirme nada, y de tener un puesto de trabajo definido en el que me sentía valorada, pase a sentirme completamente desubicada e incluso despreciada.
¿Cómo le dí la vuelta a la situación? Inicie un proceso de coaching, cuyo objetivo principal era el de realizar un cambio de orientación profesional porque nunca me he sentido realizada ni satisfecha con mi trabajo y mi profesión actuales. Gracias al proceso, fui tomando consciencia de muchísimas cosas, y sobre todo de cómo me estaba afectando a nivel emocional y físico, el cambio de responsable que había tenido.
A través de esta toma de conciencia, empecé a realizar una serie de cambios internos que me han permitido superar esta situación, y aunque realmente las cosas no han cambiado mucho, la que ha cambiado he sido yo. Ahora esta situación no me agobia ni me estresa, sino que he aprendido a aceptarla, porque yo lo he decidido así. Porque ahora en vez de un trabajo en el que no se me valora, veo un medio que me permite acercarme a mi sueño de ser coach algún día, ya que por ejemplo sin los ingresos que percibo me sería imposible realizar el máster. Ahora la situación no me domina, soy yo quien la domina a ella, y creo que puedo decir con total seguridad, que sin el coaching no lo hubiese conseguido.
Gracias por vuestra atención,
Saludos,
Gabriela Pérez
Excelente artículo! Recuerdo la primera vez que escuché ese término (hace ya algunos años) y me di cuenta de que tanto yo como algunos de mis compañeros de trabajo teníamos ese síndrome (unos en mayor medida que otros). La explicación que has dado ha sido muy esclarecedora, así como las preguntas iniciales para posiblemente identificar este síndrome en nuestras vidas. Qué mal se siente cuando uno está quemado en el trabajo! Y qué bien saber que hay una salida! Es un tema que vale la pena de tener en cuenta e intervenir de manera preventiva, reforzando nuestras habilidades, potencialidades, y atendiendo las condiciones laborales. En este sentido, creo que el hecho de trabajar con un líder directivo es ya una fuente de prevención del Burnout, que trabajar con un jefe autoritario a lo tradicional. En mi caso profesional, en mi antiguo trabajo tuve un jefe muy autoritario y todos mis compañeros y yo estábamos quemados, mientras que en el trabajo actual (en el mismo campo de la enseñanza de idiomas), mi jefe es un líder y pocas veces algún compañero está quemado. Un líder ve las potencialidades de su equipo y favorece un entorno laboral saludable en todos los aspectos. Gracias, Herminia!
Lola Inchaurralde
Genial artículo y interesantísimo recopilatorio de literatura donde teóricos exponen des de diversos puntos de vista el síndrome «burn-out».
Es posible que todos alguna vez en nuestra vida nos hayamos sentido así, la sociedad actual, en constante cambio, nos invita a ir deprisa, a cambiar, a innovar y a aprender a una velocidad de vértigo, es posible que muchos de nosotros en algún momento, intentando abarcar todas las posibilidades que se nos han presentado, para no quedarnos atrás en esta sociedad que vuela. Aquí podemos plantearnos; ¿como queremos que sea nuestro paso por la vida?, ¿queremos vivir una carrera o un agradable paseo?
Por otro lado, dejando de lado los posibles factores sociales, políticos y/o economicos que hoy en día lleven al aumento de «burn outs» en las personas de esta sociedad, me pregunto ¿que cosas si dependen de uno mismo que se pueden tener en cuenta para apaciguar el estrés laboral? La excesiva exigencia y el perfeccionismo extremo es una de las cosas que parece influir mucho en el síndrome de «burn out». Hace poco, una persona me dijo «para pasar de hacer un muy buen trabajo a hacerlo perfecto se requiero un enorme esfuerzo que apenas se verá reflejado en los resultados, pues estos habrán variado muy poco. Si has hecho algo muy bien, no derrames energía en hacerlo perfecto, pues seguramente acabarás quemado y no logres la perfección, pues esta no existe».
Gracias por el artículo Hermínia.
Alba Ramírez Guillén
Me gustaría compartir con vosotros un párrafo del libro ¿Por Qué las cebras sin úlcera Tienen? La Guía del estrés.
«imagínese el lector de que es una cebra y que un león lo ha atacado y le ha desgarrado el estómago, pero ha conseguido huir y ahora tiene que pasarse la hora siguiente despistando al león mientras la persigue. O, lo que es igual de estresante, que el lector es el león, medio muerto de hambre, y que, si quiere sobrevivir, más le vale cruzar la sabana corriendo a toda velocidad y cazar algo para comer. Estos hechos son extremadamente estresantes y exigen adaptaciones fisiológicas inmediatas para seguir con vida. Las respuestas corporales se hallan magníficamente adaptadas para enfrentarse a este tipo de emergencias.
(…)
«si el lector es la cebra que corre para salvar la vida, o el león lo que hace para obtener comida, los mecanismos de respuesta fisiológica de su organismo se hallan perfectamente adaptados para enfrentarse a una emergencia física de corto plazo de este calibre. Cuando nos sentamos y empezamos a preocuparnos sobre hechos estresantes, activamos las mismas respuestas fisiológicas, que son potencialmente desastrosas cuando se provocan de forma crónica por razones psicológicas o de otro tipo. un amplio conjunto de datos convergentes que indica las enfermedades asociadas al estrés derivan predominantemente del hecho de que, al preocuparnos por la hipoteca, las relaciones personales o por un ascenso, activamos durante meses y meses un sistema fisiológico que ha evolucionado para respuesta a emergencias agudas de tipo físico «.
Sapolsky, Robert M. (1995). ¿Por Qué las cebras sin úlcera Tienen? La Guía del estrés. Tr. por Celina González. Alianza Editorial. Madrid. pp. 21-24
Laia Jodas
Desde mi punto de vista, el concepto de “brunout” es de interés creciente ya que actualmente nos encontramos en situaciones de mucho estrés que nos pueden llevar a la desmotivación. Las organizaciones deberían tener en cuenta el grupo humano, parar y preguntarse ¿Estoy liderando mi equipo? Si somos capaces de liderarnos y liderar nuestro grupo, probablemente haremos que sigan teniendo ilusión y entusiasmo. Como bien decías: “Cuando el equipo pierde la ilusión baja la calidad de los servicios y la atención al cliente”. Por lo tanto, creo que es imprescindible que el coach acompañe en estas situaciones tanto a nivel personal como a nivel de la organización.
Martha Geller
Nunca había escuchado del burnout hasta que comencé el máster. Sinceramente considero que es un síndrome que hoy en día, con el ritmo de vida y de competitividad en el que estamos zambullidos no es muy difícil que se manifieste. Creo que en el mundo de las organizaciones muchos lo sufren pero ni se han dado cuenta que están sumergidos en una hoya de agua hirviendo y que finalmente van a terminar quemándose. Considero que el Coaching es una gran oportunidad para acompañar a las personas que ya están quemadas, o mejor aun para evitar que aparezca el síndrome.
Isidora López Ugalde
Gracias Herminia por el post.
Lo leí hace bastante tiempo ya y ahora que lo releo entiendo que no solo puede hablarse de burnout laboral, sino que en nuestras propias relaciones interpersonales podemos llegar a quemarnos por llevar demasiada carga. En la clase que llevamos a cabo con la Dra. Maria Romero, ella nos comentó que esto le sucedía a sujetos que presentaban una alta implicación inicial, pero que se ven sobrepasado por las circunstancias. ¿Qué podemos hacer para evitar esta situación? ¿Qué podemos cambiar para evitar perder a parte de nuestro equipo? ¿Qué líder queremos ser? Si bien el burnout depende de las habilidades, recursos y destrezas de cada persona, hay otros factores como la especificidad de la profesión y las condiciones laborales. Un buen líder es el que crea un buen clima… y ahí es donde puede incidir el coach. Acompañando al líder a la consecución de un clima adecuado para que se pueda sacar lo mejor de cada componente del equipo, pero evitando quemarlos.
Gracias otra vez Herminia.
Raul montero
Al leer el artículo he pensado inmediatamente en una amiga. Hablando con ella me describió como se sentía, la presión que tenía en el trabajo, el exceso de responsabilidades, y como todo eso estaba afectando a su vida, planteándose incluso dejar el trabajo.
Creo que de un tiempo hasta ahora sentir todo eso en el trabajo esta empezando a ser normal, y parece que trabajar tenga que ser un sufrimiento.
Es muy interesante ver como desde el coaching teleologico podemos intervenir en evitar esta situación empoderando y dando recursos a clientes para solventar problemas y actuar de otra manera ante determinadas ocasiones.
Raul
Itsaso
Como ya comentaban algunos de mis compañeros creo que el mayor peligro sobre este problema psicológico es que durante los últimos años se ha normalizado, y parece que sea algo normal llegar a estos grados de estrés en el trabajo. El lugar laboral deberia ser no una fuente de estrés sino de crecimiento personal (además de dotar de recursos económicos, claro) , en este sentido las intervenciones dirigidas a tratar y solucionar este tipo de problemas resultan imprescindibles.
Gracias por el articulo
Raquel Cordoba
Hola Herminia,
Interesantísimo artículo que me recuerda a un trabajo que realicé, como investigación en la carrera de Psicología, concretamente en la asignatura de «Psicología de las organizaciones». Acabo de darme cuenta que ya ahí me interesaba el tema del liderazgo… Bien, yo trabajo en un supermercado y empecé a interesarme por el tema, pues constantemente habían fugas por parte de mis compañeros, bajas por ansiedad, depresión, todo el mundo se hallaba sumido en una negatividad longeva y no entendía el porqué, hasta que investigué un poco. Se trata de una cadena de supermercados, que no diré el nombre, muy conocida por el buen sueldo que ofrece a los trabajadores. Antes de entrar a formar parte de esta empresa, pasas una serie de «curso de formación» donde te «forman» para inculcarte una «visión» común y compartir la cultura de la organización. Hasta aquí bien, pues te muestran la presencia de un tipo de liderazgo orientado a los objetivos, teniendo en cuenta a las personas, a un mismo nivel (horizontal) de todos los componentes que la forman. ¿Qué pasa cuando entras a formar parte de la organización? Que se trata de una «vendida de moto» y todo lo que te habían contado/explicado era un mito. Se trata de una empresa movilizada por altísimos objetivos diarios, con un estilo de liderazgo timonel y autoritario, donde tu lugar en dicha organización se resume a sentirte como un mero instrumento, más allá de sentirte «persona». No hay reconocimiento alguno, todo se resume a la riña y a la no consecución de objetivos, demostrado con constantes amenazas. A mí en una ocasión me dijeron «si no vendes tanto, te quedarás sin paga». Esta es una de las amenazas más «lights» que recuerde. Yo solo trabajo los fines de semana en contrato «universitario» pero mis compañeras/os trabajan 40 horas semanales, con familias que mantener, hipotecas,… y lo único que las une a ese trabajo es el buen sueldo que reciben. Hice entrevistas para ese trabajo, y claramente identifiqué un «Burn-Out» colectivo, asumido por el tipo de liderazgo tanto del coordinador de planta, de zona, como de gerentes, que incidía bruscamente en el rendimiento físico y psicológico de los empleados. Es curioso, pues un estilo de liderar tan denigrante, provoca exactamente los resultados contrarios que se quieren obtener. Si se irradia tanta presión psicológica y física, los objetivos no se cumplirán, pues la gente no se siente comprometida con los valores organizacionales e ir a trabajar supone un gran suplicio. Recordemos que cuando una persona se encuentra en un estrés constante, deja de sentirse segura y en consecuencia, se pone a la defensiva ante el mínimo detalle. Su cerebro emite una secreción continua de cortisol y la consiguiente inhibición de las células cerebrales del hipocampo que son esenciales para el aprendizaje. Así que, además de imposibilitar el aprendizaje, el «Burn-Out» es una «enfermedad» muy común que puede desencadenar en resultados muy peligrosos tanto a corto como a largo plazo.
¡Gracias Herminia!
Monica Agustí
Está claro que estamos ante un problema muy importante y además creciente en nuestra sociedad, especialmente en el sector servicios. Como bien dice Hermínia en el artículo como coaches podemos aportar potenciando los recursos de los individuos y las organizaciones, para hacer frente al síndrome, y sobre todo para evitarlo, pues entiendo que una vez se manifiesta el síntoma es mucho más difícil de reconducir. En este sentido, estoy segura de que hay mucho camino por recorrer, de todas formas, también creo que es algo sistémico en el modelo económico actual y más en las economías en desarrollo -donde se han dado caso no ya de burnout sino incluso suicidios por trabajar en condiciones de semi- esclavitud como ocurrió en el caso Foxconn- pero que también va ligado a la precarización del mundo laboral en los países más ricos, cuya solución sería más sistémica y a mi entender, política. Y, finalmente, también es importante nuestro rol como clientes (incluído el cliente interno) en el que tendemos a exigir y quizá a no respetar adecuadamente los trabajos de los demás, puesto que como indica el artículo el síndrome es mayor en los trabajos de servicios en los que la interacción con otros es constante, se trata por tanto, de los valores que inspiran nuestro comportamientos como clientes y como ciudadanos, creo que ahí la educación es fundamental. Muchas gracias Herminia por este artículo tan interesante y por dar visibilidad a un tema clave del mundo laboral en un blog especialmente dirigido a directivos, el colectivo que quizá más puede hacer, precisamente para evitar el Burnout.
Sara Arnau
Estudié este síndrome en primero de carrera, fue algo impactante para mí saber que existía un nombre para él. Con los años lo he entendido, es algo muy específico que requiere una atención especial. No es una desmotivación o un estrés cualquiera, sino dentro de una estructura organizacional que a veces puede ser de gran complejidad. Cada vez las organizaciones vigilan más la salud mental de estas, pero estoy convencida que la situación de crisis ha hecho empeorar la de muchas de ellas, y no debe ser nada fácil tirar adelante una organización si hay muchos de sus componentes con tales niveles de estrés y desmotivación. Veo a este síndrome como algo muy sistémico, es decir, que aunque pueda tratarse de algo que repercute en la salud individual, la causalidad que la desemboca puede provenir de múltiples lugares de la organización. Según mi parecer, la intervención conveniente sería a nivel de organización y no tanto hacia la persona que lo sufre.
Aunque, claro está, la persona que sufra este síndrome siempre tendrá cambios que hacer que estén en sus manos y puedan ayudarle a mejorar su calidad de vida.
Cristina Hernando
Me ha gustado mucho este artículo, ya que actualmente estoy investigando este tema, aunque relacionado a deportistas. Concuerdo contigo en qué este síndrome va en aumento cada vez más y, que no siempre los líderes son capaces de visualizarlo y tomar medidas a tiempo. Algunos deportistas debido a la elevada exigencia de los entrenamientos, campeonatos y la falta de recuperación pueden acabar desarrollando «sobreentrenamiento». Como has comentado, esto se refleja en síntomas psicosomáticos, conductuales, emocionales y defensivos reduciendo el rendimiento y la motivación de los deportistas.
Es esencial poder detectar estos casos a tiempo y, tomar medidas preventivas.
Itsaso
Desgraciadamente, como bien apuntabas al comienzo del artículo, creo que las situaciones de estrés laboral cada día aumentan más, no solo porque las condiciones laborales vayan empeorando, sino también porque el «burnout» de una persona puede funcionar como un juego de dominó que haga caer en el estrés también a sus compañeros. En este sentido el trabajo del psicólogo y el coach me parece imprescindible para crear unas condiciones laborales lo más óptimas posible.
Karin Schuster
Gracias Herminia! Cada vez existen más casos que sufren burn out y como coach podemos acompañarlos para que vuelvan a florecer!
Víctor Melero
Me ha encantado leer tantas perspectivas teóricas sobre el burnout, ya que cada vez es algo más común y está a la orden del día. Tal y como comentas en el artículo, considero que desde nuestro rol de coach podemos intervenir de diferentes maneras tanto a nivel de equipo como a nivel personal. Al final, los empleados más competentes e implicados son los que se queman – recordemos el componente autoatributivo de las personas que padecen burnout – y eso tiene un enorme de peligro para la empresa, ya que los que no son tan competentes ni están tan implicados piensan: en esta empresa si te implicas mira qué pasa… El efecto bola de nieve podría llegar a ser demoledor.
Es interesantes saber de qué manera podemos actuar como coach y que las empresas empiecen a confiar en nosotros como solución a este problema.
Ariana Sabaté
Me he visto muy identificada con algunos puntos de este artículo en lo que respecta a mis responsabilidades académicas y laborales en los últimos dos meses (aproximadamente) Hasta ahora, cuando he estado muy cargada de exámenes, trabajos, etc. sentía un nerviosismo «positivo» que me llevaba a actuar y podía hacer frente a todo. Pero no ha sido así en los últimos meses, en los que diferentes compromisos que he asumido me han llevado a encontrarme en un estado en el que me encontraba muy cansada físicamente y muy desmotivada con mis responsabilidades, además, a nivel personal también afectaba en el sentido de que me desvinculaba más de mis relaciones y estaba mucho más irritante de lo que acostumbro a ser. Por suerte, ahora mismo ya no me encuentro en este estado. Esto es así gracias a una cosa que se dijo en una de las revisiones de casos de los alumnos del Máster de liderazgo personal y es que cada uno debe aprender a disfrutar de las responsabilidades que ha escogido y vivirlas con pasión si las consecuencias de éstas nos gustan. Es una cuestión de actitud y de vivir el presente, de manera que podamos disfrutar pasionalmente de las obligaciones y salir de la queja y el victimismo. Además, esta situación me ha servido para darme cuenta de que debo saber decir «no» y encontrar cuál es el punto de equilibrio personal en el que si asumo un compromiso más, dejaré de ser eficaz y dejaré de disfrutar de mis responsabilidades.
Laura Martínez
Qué importante es la prevención en estos casos!
Como profesional de las personas, me parece muy importante tomar conciencia y establecer medidas para prevenir que suceda ésto y poder crear redes entre los profesionales de RRHH para que podamos ir haciendo cambios de base
Gracias Herminia!
Joan Rullan
El burnout creo que se podría definir como uno de los «males» de las sociedades occidentales modernas, y la explicación «sociológica» me parece bastante acertada.
Durante la carrera participé en una investigación sobre los cambios que se estaban dando en el mundo sanitario como consecuencia de la «neoliberalización» del sector, y creo que es un factor importante que favorece el síndrome. En este caso concreto, a un médico vocacional que soñaba con atender pacientes, preocuparse por ellos, curarlos… Que se le haga correr de box en box con un cronómetro para cumplir los ratios, es algo que fácilmente puede llevar al desencanto, a pensar «esto no es lo que quería/quiero», a creer que lo que hace, ni lo hace como le gustaría, ni ofrece una calidad ajustada a sus capacidades, ni satisface las motivaciones que le llevaron a dicha profesión…
Saliendo del contexto sanitario, a nivel general puede percibirse una presión de que se espera mucho de los trabajadores, y a más carga de trabajo, más simptomatología de burnout, y imagino que el miedo recurrente a ser menos que los demás, a reconocer que se está al límite y desbordado, lo silencia. Las personas pueden verse obligadas a no decir nada por temor a quedar como «menos resolutivas» que sus compañer@s.
La competividad en el trabajo y la importancia que algunas personas le dan a la vida profesional, está haciendo habitual que mucha gente salga de trabajar 2, 3 horas más tarde de lo que indica su horario, evidentemente de manera no retribuida.
Hasta aquí mis opiniones más «pesimistas» del Burnout, entre las positivas, o vías de cambio, encuentro:
La comunicación. En mi último trabajo (estaba de becario), oía los técnicos y consultores protestar porqué progresivamente se les estaba cargando de más trabajo y clientes, viéndose sobrepasados, que salían a las 20h y aún así el trabajo no quedaba como les hubiera gustado. Lo escuché en conversaciones de dos, y un día en una comida donde estaban todos los técinos y consultores, estando todos de acuerdo. Mi pregunta fue, y eso lo sabe el jefe? Alguien le ha mencionado algo al respecto? La respuesta, es que no, de modo que el jefe no tenia constancia de hasta que punto iban más o menos apretados de faena. Nadie lo decía, sensación mía, por miedo a quedar como el/la floj@, vag@, mal@ de la oficina. Decidieron hablarlo un día en conjunto con él, si bien tras dos meses no ha llegado.
La comunicación y no tener miedo a decir las cosas, con respeto hacia la otra persona, y confianza y seguridad en uno mismo y la legitimidad de nuestros derechos y responsabilidades, creo que es un elemento clave.
Por otro lado, creo que el clima de crisis ha creado un caldo de cultivo donde este tipo de comunicaciones se evitan, hay más miedo al desempleo, precariedad laboral, lo cual puede favorecer el síndrome de burnout.
Paralelamente pero, este modelo empresarial parece estar quedando obsoleto y cada vez hay menos jóvenes que lo compren, o que se casen de por vida con una empresa. Parece ser que las nuevas generaciones ante la realidad estamos reaccionando dando valor e importancia a muchas cosas extra-laborales, respetando sus necesidades por delante de las de la empresa, algo que creo que en generaciones anteriores no se daba tanto.
Esta realidad obligará evidentemente a las empresas a cuidar a sus trabajadores, si es que quiere mantener el talento y poder confiar en ellos para un futuro prometedor, creo que en el mundo empresarial se está dando un cambio de paradigma en este sentido, y síntoma de ello es que cada vez más empresas solicitan servicios de coaching.
Por último, y como vimos en clase, el burnout no es solo un problema para el trabajador sino también para la empresa, pues el que no se implica, compromete, entrega en su trabajo, no es quien sufre burnout, si no son aquellos que más quieren aportar tanto para su propio beneficio como el de los de la compañía.
Diana Sánchez Casanova
Este artículo me lleva de vuelta al anterior sobre el estrés y las ranas que se acaban cocienco sin darse cuenta. Al final es eso, llega un punto en el que podemos llegar a quemarnos, y lo peor de todo es que no nos damos cuenta de ello. Respecto a eso, me parece interesante lo que puede aportar el coaching a la hora de trabajar este tipo de cosas.
¡Muchas gracias por el artículo, Herminia!
Albert Martin
Gran artículo Herminia! Se ha escrito mucho sobre el burnout y seguro que un proceso de coaching puede ayudar a «recuperar» a la persona que lo padece ayudándole a encontrar la pasión de nuevo. Sin embargo creo que gran parte del problema se debe también a la presión cultural que vivimos en la actualidad donde desde los medios se nos instiga a ser super hombres/mujeres en la llamada cultura del esfuerzo y superarnos constantemente, cuando en muchas ocasiones las demandas del ambiente exceden nuestros recursos. Además de esto podemos constatar que ciertos puestos de responsabilidad recaen en sus personas no por sus méritos o liderazgo sino por su capacidad de posicionarse o como se dice vulgarmente por enchufe, y quizás ahí es donde el burnout aumenta porque nuestras expectativas de progreso se ven frustradas. Por favor coaching para las organizaciones eviten este síndrome!!
Gemma bendicho
Actualmente,al menos en nuestro país,pues es el mercado laboral que conozco,vivimos sometidos a horarios intempestivos,carga de trabajo superior a la que el individuo puede desempeñar en una jornada laboral, además de una escasez de oferta laboral que hace que difícilmente podamos escoger cambiar de organización y a todo esto debemos añadir una vida social que si no tienes un alto nivel adquisitivo y una agenda repleta de compromisos eres poco menos que un fracasado de la vida.
Como resultado el sentimiento de no llegar a todo, de tener tantas tareas a realizar en tan poco tiempo que hace que se nos olviden cosas y cometamos errores, al sensación de que nuestras capacidades van mermando y no podemos controlar la irritabilidad. Ante esto un excelente profesionala pude dejar de serlo y ahí es donde la empresa debe estar atenta, hay personas que por ellas mismas buscan alternativas para regularse, pero y ese excelente profesional que ha llegado hasta ahi y no se ha dado cuenta?
Ge, empresa:¿vas a dejar escapar un excelente y brillante profesional porque has sobre cargado al empleado de tareas y responsabilidades? ¿Qué tipo de empresa quieres ser? Una organización en la que el clima laboral sea bueno y desarrolles profesionales? O una organización que sea una fabrica de bajas por ansiedad y desmotivacion?para marcar la diferencia entre un tipo y otro de organización deberemos de contar con la potente herramienta del coaching teleologico.
Clàudia
Creo que el burnout se ha normalizado y se ve como algo propio del trabajo. Yo creo especialmente que «para no trabajar, uno debe hacer aquello que le gusta y con lo que disfruta», y por lo tanto el burnout tiene menos cabida. Es cierto que hay muchos factores, pero la actitud y recursos es algo elemental, así como la gestión del estrés y la personalidad de nuestros clientes.
Gracias por esta visión des de tantos puntos diferentes.
Tatiana Hutinel
Excelente articulo, Herminia!
Inés Caralt
A lo largo de mi vida laboral me he encontrado con gente realmente desquiciada por el trabajo. Gente a la que le amargaba cada día tener que levantarse para ir al despacho (jefes, competencia, horarios, presión…). Siempre me ha parecido que debía ser muy duro porque, afortunadamente, yo siempre he disfrutado de mi trabajo. Hasta hace poco no sabía ponerle un nombre, pero creo que Burn Out es un concepto muy gráfico y que el coaching tiene mucho trabajo que hacer en este campo. Recientemente he visto una película con referencias a este tema: Samba (del mismo director de «Intocable» y con el mismo actor protagonista, Omar Sy). Creo que todavía está en cartelera en Barcelona y la recomiendo muchísimo. ¡Gracias Heminia!