COACHING, COACHING TELEOLÓGICO, General
El arte de dirigir justamente nuestras vidas
Todas las virtudes se hallan comprendidas en la justicia.
Teoquidas
Según Platón la justicia, esencialmente, es una actitud de la persona para consigo misma. ¿Soy justo conmigo mismo? ¿Me hago justicia a mí mismo? En nuestro interior moran distintas fuerzas que tiran de nosotros ¿las dirijo acertadamente? Para Platón, vivir bien significa “hacerle justicia a lo que soy, a mi esencia, no vivir en contra de mi más íntimo ser”, tal como interpreta Anselm Grün en su libro Dirigir espiritualmente.
¿Qué necesito para hacerme justicia a mi mismo? En primer lugar profundizar en mi autoconocimiento, visitar mi yo interior, escuchar mi propia voz. ¿Qué tiene que ver conmigo lo que estoy escuchando? ¿Qué me lleva a vivir una vida plena? ¿Qué he de hacer para no negar todo mi potencial como ser humano?
Pero también la justicia es un valor que me vincula con los demás. ¿Soy justo con las demás personas? Qué difícil ser justos con los demás cuando no somos justos con nosotros mismos. ¿Debo ser justo con los demás? Evidentemente. La ética se basa en la justicia. Recuerdo que cuando tenía unos siete años, mi madre, maestra de vida, me hizo la gran pregunta. La pregunta que me dio una visión ética de la vida, me centró y ha sido uno de los faros que me ha guiado en momentos delicados: ¿Te parecería correcto que esto te lo hicieran a ti? Yo no era consciente del “otro”. No había tenido en cuenta que mis acciones podían afectar a otra persona. No recuerdo exactamente qué quería hacer, pero gracias a esa pregunta pude tomar consciencia del “otro”, de lo que era justo. Conecté con la ética. Esa pregunta aunque parezca muy básica, cuando tienes 7 años y nunca te la has planteado es impactante. La empatía despertó mi consciencia hacia la justicia. Realmente ha sido la pregunta más poderosa que alguien me ha hecho en toda mi vida.
Tomás de Aquino definió la justicia como “suum cuique”, dar a cada uno lo suyo, conceder a cada cual lo que le corresponde. Esto me lleva a pensar si somos justos con nosotros mismos. ¿Me doy a mí misma lo mío? ¿Me concedo lo que me corresponde? Demasiadas veces no nos damos lo nuestro, pero ¿qué significa darme lo mío?
Según Spinoza, la justicia es una disposición constante del alma a atribuir a cada uno lo que le corresponde. En este sentido, si queremos ser justos con nosotros mismos ¿Nos damos a nosotros mismos lo que nos corresponde? En algunas ocasiones lo justo sería perdonarme, aceptarme, respetarme, darme la oportunidad, permitirme ser diferente, ser original, creer en mí mismo; si no nos damos lo que nos corresponde somos injustos con nosotros mismos.
Ser justos con nosotros mismos comporta cierta disciplina, cambiar ciertos hábitos en la manera de tratarnos. Muy diversas pueden ser las maneras de tratarnos injustamente: juzgarnos, etiquetarnos, cosificarnos, destruirnos, dañarnos, empobrecernos, limitarnos. En definitiva no ser nosotros mismos. Ser justos con nosotros mismos implica que las decisiones que tomamos respecto a cómo tratarnos se hacen desde la confianza que nace de una reflexión profunda y no desde el miedo que nace de la falta de liberad, de creer que no hay alternativas. Si antes de tomar decisiones somos capaces de tener en cuenta cómo nos afectarán las acciones que haremos, cuándo haremos esas acciones, para qué las queremos hacer, probablemente entonces seremos justos con nosotros mismos. Desde este cuestionamiento podremos llegar a elegir si estamos siendo justos o no con nosotros mismos.
En ocasiones podemos sufrir las propias injusticias. Sin darnos cuenta, podemos llegar a ser víctimas de nosotros mismos, aunque no lo hagamos voluntariamente, podemos ser prisioneros de nuestros perjuicios y dañarnos profundamente. ¿Podemos decir que somos injustos con nosotros mismos cuando somos ignorantes de serlo? ¿Somos responsables de ello? El autoconocimiento y la autoconciencia pueden ayudarnos a salir de la ignorancia que nos impide ser libres para tomar decisiones justas hacia nosotros como por ejemplo: dejar de mentirnos, dejar de ser alguien que no somos, dejar de temer equivocarnos, dejar de juzgarnos, dejar de aferrarnos al pasado, dejar de pretender comprar el amor, dejar de postergar, dejar de lesionarnos, dejar de competir con los demás, dejar la autocompasión, dejar la autoexigencia, dejar de hacerlo todo por todos, dejar de castigarnos, dejar de autolimitarnos.
Ser justos con nosotros mismos es un arte, es cultivar hábitos que nos permitan ser auténticos y conectados con quien realmente somos, es no negarnos a nosotros mismos la posibilidad de ser quien realmente somos. Hacernos justicia es respetar lo que ya es nuestro, es reconocer nuestro derecho a ser quienes somos y vivir en congruencia con quien realmente somos. En un sentido kantiano, “nuestro” es todo aquello que está tan unido a nuestra esencia que su uso por nuestro ego y sin nuestra plena conciencia puede dañarnos.
Una de las señales claras de que no somos justos es que estamos enfadados con todo, y con todos, especialmente con nosotros mismos. Atención si notamos que estamos irritados, como enfadados con la vida, puede que en realidad estemos enfadados con nosotros mismos por estar tratándonos injustamente. No hace falta que otros nos traten mal para enfadarnos, en nuestro interior podemos encontrar la causa de nuestro enojo.
Platón entendía la justicia desde una visión cósmica, como la armonía y el orden que existe entre las partes que componen el universo. Somos justos con nosotros cuando estamos en armonía y en paz con nosotros mismos. Y desde esta armonía interior podemos estar en armonía y ser justos con los demás. Esta armonía y paz se derivan de comportarnos sabiamente.
Justicia y equilibrio van de la mano. Cuando logramos el equilibrio entre las necesidades del cuerpo, del corazón, de la mente y del espíritu donde cada parte cumple su función, se da el orden interno; cuando estos cuatro elementos no están en orden se da el caos y somos injustos con nosotros mismos. Es humildad sin tiranizarnos, es buen humor sin burlarnos de nosotros mismos, es firmeza sin dureza, es amabilidad sin complacencia, es desafío sin autoexigencia. No deberíamos dejar que las circunstancias o los demás perturben este equilibrio; esta justicia hacia nosotros mismos debería ser el faro que nos guíe y nos permita sentirnos seguros y confiados.
Sin la piedad, la justicia degenera en crueldad.
Y la piedad sin justicia es debilidad.
Metastasio
Para ser justo contigo mismo:
- Trátate como tratarías a alguien que amas
- Sé sincero contigo mismo
- No te saltes tus propios compromisos
- Acepta tus errores
- Escúchate a ti mismo
- Piensa en cómo tus decisiones van a afectarte a corto, medio y largo plazo.
- Respétate a ti mismo
- Busca el equilibrio entre tu cuerpo, tu mente, tu corazón y tu espíritu.
- Sé perseverante y constante en procurar tu propio bien y del de los demás
Ser justos con nosotros mismos deja de tener sentido si únicamente se pretende el propio bienestar. Pero tampoco tendría sentido que para dársela a los demás prescindiéramos de la justicia hacia nosotros mismos.
Hermínia Gomà
17 diciembre 2015
Barcelona
Bibliografía recomendada
Grün, A. (2006). Dirigir espiritualmente. Desclée De Brouwer. Bilbao (2009)
Tierno, B. (1993). Fortalezas humanas 3. Grijalbo. Barcelona (2008)
Torralba, F (2001). Cent valors per viure. Pagès Editors. Barcelona (2003)
45 Comments
Bianca van der Veen
Como todos los articulos que escribes, me ha hecho reflexionar sobre si dirijo justamente mi vida. Estoy en paz y armonia? Creo que la respuesta es que no. Pero donde tengo que poner atencion? A las necesidades del cuerpo, del corazon, de la mente o del espiritu? La verdad es que no lo se.
Pep
Realmente interesante el artículo. A mí particularmente me remueve bastante. Para empezar, es realmente difícil ser justo con los demás cuando no soy justo conmigo mismo. El equilibrio de las 4 partes del ser y su relación con la «auto-justicia». «soy justo conmigo mismo?» «que es tratar justamente a los demás» y como eso puede ayudarme a entender como me gustaría tratarme. «y qué pasa si cometo errores?». «y qué pasa si me muestro como soy?». Que no acepto de mí mismo? Lo que veo en ti está en mí?
Me llevo muchas interesantes reflexiones gracias a este artículo Hermínia, gracias.
Cenk Dileme
With this article I had the opportunity to really ask myself, am I correct and right with myself? Many decision I made in my personal and professional live were based on the interest of family, friends and work but were all these decisions correct for me and would I decide today the same. This is why based on the of this article I will critically review my important decision in order to see if I made them in favor of me or others and accordingly renew them.
ÚRSULA MARTÍNEZ
Gracias Hermínia por este artículo tan inspirador.
La verdad es que no me había planteado el tema de la justícia en uno mismo hasta que llegué al Institut Gomà. Supongo que todos tenemos claro el concepto de Justicia en lo que se refiere a la legalidad y a lo social. Pero más allà de esto no nos paramos nunca a reflexionar.
Me he dado cuenta que, para mí, la justicia va más allà de un valor; es un principio. Y trabajando sobre este tema me he dado cuenta que mi rol salvador hasta ahora no había sido más que la vicitimización propia en manos de una justicia propia que había pasado por alto. En ese momento, me marcó mucho una frase de Cicerón, la cual que llevo escrita en mi libreta de bitácora, que dice:»Nada hay más injusto que buscar premio en la justicia».
Real y sinceramente, ahora que soy consciente de todo ello e intento situarme en el mundo desde un equilibrio mente-cuerpo-corazón-espíritu, vivo des de una pazy una armonía que nunca había descubiert, siento la libertad en mí.
Manuela Núñez
Esta claro que para ser justa con los demás he de hacerlo primero conmigo misma, pero, estoy siendo relamen justa conmigo misma? Estoy siendo complaciente? Estoy siendo cruel? La autoconciencia y el autocnocimiento son la base para poder encontrar este equilibrio que me permita ser justa conmigo para ser justa con los demás. En muchas situaciones nos encontramos siendo justos con los demás, diciéndoles frases amables, comprendiendo sus emociones, perdonándolos; pero he hecho eso anteriormente conmigo?
Quiero compartir un video de Dove de pensamientos internos, frases que nos decimos a nosotros mismos, pero que quizás jamás seríamos capaces de decírselas a los demás.
http://theinspirationroom.com/daily/2015/dove-inner-thoughts/?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+tirdaily+%28The+Inspiration+Room%29
Paula Folch
El primer paso el autoconocimiento y en este artículo resalto la identificación de emociones -qué estoy sintiendo?- y de valores -¿cuáles son los valores que dan sentido a mi vida?-.
De este saber permite actuar siendo justos con nosotros mismos, estar en equilibrio (tener la cabeza, consciencia, cuerpo y corazón alineados), y a la vez, proyectarnos hacia el futuro con el faro iluminado.
Gracias 🙂
Laura Font
Este artículo me ha parecido muy interesante y me ha hecho reflexionar sobre el hecho que en muchas ocasiones nos «quejamos» de situaciones injustas, injusticias, de personas que consideramos que nos han tratado injustamente, etc., pero en muchos casos nosotros no estamos siendo justos con nosotros mismos. Por lo que, para que los otros nos traten de manera justa, tenemos que empezar por ser justos con nosotros. Una vez conseguido esto seremos más justos con las otras personas y eso comportara una respuesta justa por parte de los otros.
Laia Jodas
Siempre que hablamos de justicia, la centramos en el exterior. ¿Quién decide qué es justo y que es injusto? Uno mismo, desde la interpretación y, por supuesto, desde nuestros valores. Pero si, plantearse si somos justos con nosotros mismos no es frecuente. Creo que este post nos invita a reflexionar sobre esta cuestión. Permitirnos ser lo que queremos ser y, por lo tanto, ser nosotros mismos es ser justos. Muchas veces nos autoexigimos demasiado o, incluso, llegamos a no valorar nuestras propias capacidades y aptitudes. Entonces, estamos siendo injustos? Por supuesto. Si nos aceptamos,somos nosotros mismos y creemos en nosotros estaremos siendo justos. Y sí, “qué difícil ser justos con los demás cuando no somos justos con nosotros mismos”.
Martha Geller
Me he tratado injustamente muchos años, juzgándome y criticándome constantemente, siendo realmente prisionera de mis pensamientos prejuiciosos, hasta que llego un día, no tan lejano, en que tuve un toma de conciencia brutal en la que no solo me di cuenta de lo injusta que había sido conmigo misma si no que sentí dolor por hambre hecho tanto daño, un dolor que presionaba mi pecho, pensé “nunca nadie ha sido tan injusto conmigo como yo lo he sido conmigo misma”. Hoy puedo decir que esa profunda reflexión interna me lleno de autoconocimiento y sobre todo de confianza, esa que me impulsa a creer en mí, en mi potencialidad, en decirme diariamente YO PUEDO, en dar lo mejor de mí, en ser auténtica, en ser yo tal y como soy y disfrutar, disfrutar de todo, de la vida, disfrutar de mis logros y de mis fracasos, de ver los fracasos como oportunidades de mejora, permitiéndome el error y junto con ello el aprendizaje. Muchas gracias por el post, me ha encantado.
Laura Martínez
Dirigir justamente nuestras vidas desde la responsabilidad y el amor.
Cuando te conoces y te quieres te respetas, aceptas, te perdonas…. actúas de forma justa hacia tus necesidades.
El equilibrio para ser valiente y escuchar dentro es lo que depende de nosotros(es nuestra responsabilidad)
Itsaso
Este artículo me ha sido muy útil para ampliar mi terreno con respecto a la justicia, incluyéndome ahora también a mi misma en este terreno, para mi sorpresa al leer los comentarios de los compañeros he podido ver que no soy la única que ha hecho esta reflexión, así que creo que somos unos cuantos los que no nos planteábamos antes del articulo la justicia como algo aplicable hacia nosotros mismos. Esto explica también que muchas veces las injusticias auto infligidas sean las mas difíciles de detectar, y por consiguiente se nos haga difícil hayar el origen a la rabia que nos genera. En este sentido creo que las ideas de este articulo son muy valiosas para promover detectar la rabia producida por nosotros mismos.
Víctor Melero
Me ha encantado el artículo y me parece una de las claves para ser más feliz. En muchísimas ocasiones nos castigamos en exceso siendo injustos con nosotros mismos. No me había parado a pensar en esto de justicia hacia dentro, justicia con nosotros mismos. Me ha servido para reflexionar y ver alguna cosa que me voy a cambiar en la manera de tratarme a mí mismo, así que muchas gracias por el artículo.
Silvia
* Este artículo me va a ayudar mucho a nivel personal, a la vez que a nivel laboral puesto que invitaré a mi paciente en prácticas, a que lo lea para que tome conciencia y pueda conseguir el objetivo el cual le ha traído a la consulta, que es centrarse en sí mismo y no estar pendiente de lo que piensan los demás.
* Me llevo que:
– Para hacerme justicia necesito profundizar en mi autoconocimiento, visitar mi yo interior, escuchar mi propia voz y así salir de la ignorancia que nos impide ser libres para tomar decisiones justas hacia nosotros.
– Es difícil ser justos con los demás cuando no somos justos con nosotros mismos.
– Lo justo sería perdonarme, aceptarme, respetarme, darme la oportunidad, permitirme ser diferente, ser original, creer en mí mismo; si no nos damos lo que nos corresponde somos injustos con nosotros mismos.
– Ser justos con nosotros es cultivar hábitos que nos permitan ser auténticos y conectados con quien realmente somos. Es no negarnos a nosotros mismos la posibilidad de ser quien realmente somos.
– Somos justos con nosotros cuando estamos en armonía y en paz con nosotros mismos. Cuando logramos el equilibrio entre las necesidades del cuerpo, del corazón, de la mente y del espíritu donde cada parte cumple su función, se da el orden interno.
– Esta justicia hacia nosotros debería ser el faro que nos guíe y nos permita sentirnos seguros y confiados.
Gracias Herminia.
Raquel
Hola Herminia,
Palabra a palabra, conforme iba leyendo, más iba suspirando. Tus frases me llenan de significado, más en estos momentos en mi vida, que me encuentro ante un cambio de paradigma brutal. Me ha parecido genial, cuando mencionas el no ser conscientes de lo injustos que estamos siendo con nosotros mismos, y si es así, si podría tratarse de una injusticia. Creo que sí, bueno, lo afirmo, y con todas las letras. Es injusto también no habernos «mirado por dentro antes» y no darnos cuenta en la manera que nos tratamos, en mi caso, porque darme cuenta de todas las cosas que me digo y del trato que he estado recibiendo hacia mí misma durante años, ha sido impactante. Un cúmulo de rabia me invadió en ese momento, ¿cómo he sido tan tonta? Todo el malestar me lo he provocado yo. Luego llega el perdón, la comprensión, la compasión y de ahí el amor, que es el camino hacia la libertad y la paz interior, luego la exterior, extendiéndose así por todo el sistema. Me ha recordado mucho al anuncio de «Dove» que se ha colgado por internet hace unos días. Por si no lo habías visto, te lo cuelgo aquí. ¡Mil gracias por tus aportaciones! Son súper valiosas…
https://www.youtube.com/watch?v=m54DJdsJELc
Raquel.
Natalia López Ojeda
Personalmente, opino que la justicia con uno mismo se basa en tener una visión y una actitud hacia ti que sea acorde con las actuaciones que tomas, siempre tomadas desde los valores que guían tu vida. Creo ciertamente que la clave para poder ser justos a nivel personal es, tal y como comenta Herminia, conectar con quien realmente somos y respetarnos tal y como somos, actuando sobre las necesidades que, aunque a veces son difíciles de detectar, hay que escucharse.
Así que: date el valor que te mereces, actúa sobre ello, y conseguirás ser justo contigo mismo.
Anna Mar López Luque
Este artículo me ha servido para reafirmar la importancia que tiene conocerse a uno mismo. La necesidad de conocerse para ser justo y actuar en función de quien soy, de mis creencias y valores y no crear una distorsión que me genere un malestar por no tratarme a mí mismo justamente. Mahatma Gandhi decía que “La felicidad sobreviene cuando lo que piensas, lo que dices y lo que haces están en harmonía”. Pero, ¿Cómo vamos a lograrlo si no sabemos quiénes somos, cuáles son nuestras ideas y nuestra filosofía de vida?
Me ha gustado como se enlaza esta idea con la de ser justos con los demás, porque al tener esta paz que trae la justicia con uno mismo, nos será más fácil, incluso saldrá de manera espontánea y natural ser justo con los demás.
Me he sentido muy identificada con el momento de tomar conciencia del otro, de que se abra ante nosotros una nueva realidad en la que ya no estamos solos con la pregunta de «¿Te parecería correcto que esto te lo hicieran a ti?» Para mí también ha sido una gran pregunta, una guía para determinar desde que era pequeña aquello con lo que puedo herir al otro y por lo tanto debo dejar de lado.
Gran artículo, ¡Muchas gracias!
Isidora López Ugalde
Primero de todo, gracias Herminia por tu post. Me ha constado integrar todo lo que decía, probablemente porque no estoy siendo todo lo justa conmigo misma que debería. Me he puesto a pensar en que muchas veces somos más justos con los demás que con nosotros mismos, nos avocamos a los otros, sin pensar que la primera relación que tenemos que cultivar es la que tenemos con nuestro propio ser. ¿Cómo voy a ser realmente justo con los demás, sino lo estoy siendo conmigo mismo? Es la reflexión que me estoy llevando para casa. Además Me ha gustado mucho el «ejercicio de toma de decisiones», esas preguntas que podemos hacernos antes de llevar a cabo una decisión, para saber si realmente somos justos. Es aplicable, según mi criterio, como un breve pero potente ejercicio para plantearle al coachee para que se de cuenta si realmente está siendo justo consigo mismo.
Ya para acabar me llevo la IRRITACIÓN GENERAL, es decir ese estado en el que aveces nos encontramos, que estamos enfadados con todos y con el mundo… Sin embargo, no son los demás, somos nosotros que no estamos respetándonos y no estamos en equilibrio con nosotros mismos.
Realmente me ha llegado mucho este post. Gracias otra vez =)
Alexandra
Este artículo me ha inspirado mucho para preparar mi siguiente sesión con un cliente que ha mencionado en repetidas ocasiones que el valor de la justicia es muy importante para ella. Confío en que esta sesión le va a hacer reflexionar sobre el problema que quiere solucionar y acercarla mas a su objetivo. Un saludo! 🙂
Cristina Hernando
Hola Herminia,
Me gustaría reflexionar sobre una de las últimas frases del artículo: «Busca el equilibrio entre tu cuerpo, tu mente, tu corazón y tu espíritu».
Ser justo con uno mismo no solamente conlleva la justicia sobre tus pensamientos, acciones y sentiminetos contigo mismo y con los demás, sino que también contempla la «libertad». La libertad para saber quién eres, qué es lo que quieres y cómo quieres vivir tu vida. De esta manera, como refleja la frase anteriormente expuesta, representa encontrar un equilibrio para sentirse uno mismo; ser quién eres. La vida es demasiado corta para pasarsela destruyéndonos y limitándolos. Hay que disfrutar cada instante, siendo «simplemente» como somos, sin arrepentimientos…
Como describe Espronceda en sus poemas (La canción del pirata- José de Espronceda):
«Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria la mar.»
Andrés Cortés
Si somos justos con nosotros mismo es por que sabemos quienes somos y establecemos unos límites que no permitiremos traspasar. Es justo en la medida que los demás saben hasta donde pueden llegar y sabrán cuando han ido más allá. Gracias Herminia, cada articulo un gran momento de reflexión.
Diana Sánchez Casanova
Me ha gustado mucho el artículo, y se trata, además, de un tema con el que me resulta muy fácil conectar, ya que precisamente uno de mis problemas es que muchas veces no me tengo lo suficientemente en cuenta a mí misma.
Siempre he aplicado el «haz a los demás lo que te gustaría que te hicieran a ti», pero no con tanta frecuencia el «haz lo que te gustaría hacer a ti». Se podría decir que, en efecto, a veces no he sido justa conmigo, incluso aunque no fuera consciente de ello.
Pero como bien dices, gracias al autoconocimiento podemos volvernos conscientes, y cada vez voy tomando más conciencia de mi misma. Muchas gracias por el artículo que has aportado y tu reflexión!
albert martin
Excelente artículo, partiendo de la regla de oro, pasando por los filósofos griegos, un tema que viene tratándose desde tanto tiempo, y que difícil ser justos con nosotros mismos y con los demás. Cierto que cuando estamos cabreados con el mundo en realidad el problema lo tenemos con nosotros mismos. Gracias!
monica sanhueza
El artículo me hace reflexionar si realmente estoy siendo justa conmigo. Muchas de las decisiones tomadas han sido pensando en el bien común, en la familia, el entorno, etc, pero todas decisiones me hacen ser más justa? Concuerdo con Karin en que uno debe preguntarse ¿qué necesito para ser más justa conmigo?. Tengo una gran tarea pendiente para iniciar este 2015.
Gracias Herminia.
Demetrio
Hola
Me ha gustado muchísimo tu articulo, con el contenido preciso para hacer la reflexión desde donde nos hace un mejor beneficio. Gracias por compartir para mi es muy valioso.
Sara Arnau
Hola Herminia,
Es curioso como esa pregunta es también una que me dijeron de pequeña : «No hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti.» Y es también una voz que me ayuda a cuestionar mis actos y a clasificarlos como justos o injustos. Solo teniendo una sensación de justicia se puede actuar desde uno mismo, si actuáramos a sabiendas de que somos injustos, dudo que fuéramos felices. Aunque hay algo peligroso en esta pregunta, pensar que a todos nos gusta lo mismo. También he aprendido que a veces, aunque yo actúe de forma que a mí me parece justa, puede no agradar, y eso tiene que ser igualmente respetado. Porque lo que sí que está claro es que no me gustaría que me tratasen de una manera que no me gusta, o haciendo algo que no me gusta que me hagan. Es un trabajo de empatía imprescindible para relacionarnos.
En cuanto a ser justos con uno mismo, también creo que la única forma, como bien dices, es esa conexión con la propia esencia, cuando estamos alerta de los mensajes que nos envían nuestras emociones sutiles nos empoderamos de tal manera que tenemos clarísimo cuál es esa justicia, y ya sólo quedará ser justos respetándola. Esa justicia debe formar nuestra moral, nuestros valores, nuestra ética con nosotros mismos, esa sensación de coherencia con lo que somos es la que finalmente es potencial de dar sentido a nuestras vidas.
Clàudia López
Gracias Hermínia! Qué buen artículo! Nunca había pensado en la justicia como algo intrínseco a la persona. Me gusta pensar que, no sólo tenemos derecho, sino que debemos ser justos con nosotros mismos. Una vez más, hablamos de empoderarnos y de hacernos responsables de nosotros mismos, y que no todo sea crítica, aceptar los errores y todo aquello que conlleve dolor, sino también todo aquello que sea para cuidarnos y hacernos sentir bien.
Isidora López Ugalde
Cuando leí por primera vez el artículo, la pregunta de la madre de Herminia también me hizo reflexionar. Pero no ha sido hasta la segunda lecura que le he acabado de comprender lo que realmente esconde esta pregunta, que a simple vista parece muy sencilla y de respuesta evidente. Recuerdo que mi propia madre me hizo una variante de esa pregunta cuando yo era aun más joven, en ese momento sólo pude ver la connotación negativa, como me pasó cuando leí por vez primera el artículo. Sin embargo, también se le puede dar la vuelta a la pregunta dándonle una conotación positiva, es decir, trata a los demás como quieras que te traten. Eso mismo lo puedo conectar con el estar o no endafados con nosotros mismos. Si nos estamos tratando mal, si nos estamos llevando al límite, autoexigiendo, machacándonos… ¿cómo esperamos estar bien?…
Como de costumbre el post de Herminia me ha hecho reflexionar sobre cosas que creía que ya había pensado lo sufienciente… que eran evidentes… nada lo es, y de todas las pequeñas cosas podemos extraer grandes aprendizajes.
María Teresa Ormeño
Qué difícil es tener este sentido de justicia personal para las personas que no cumplen con el tiempo establecido por la sociedad: edad para terminar estudios escolares, edad para empezar a trabajar, edad para establecer una relación…. A veces la vida se convierte en una carrera en la que muchos quedan por el camino.
Gracias Tere
Sandra Macho
¡Qué gran sabiduría la de las madres! Cuántas veces me ha dicho a mí la mía “No hagas a los demás lo que no quieras para ti”. Y la verdad es, que estas palabras han conseguido guiarme acertadamente en la vida en muchas ocasiones.
Otro tema diferente es el de tratarnos justamente a nosotros mismos,… Sí, tienes razón, muchas veces me he mostrado cabreada con el mundo entero, pero haciendo introspección, con quien verdaderamente estoy enfadada es conmigo misma; por imponerme limitaciones o pensar que no hay otras alternativas, o que no voy a poder hacer según qué. Es injusto culpar a otros por tus propios comportamientos o decisiones, al fin y al cabo la última decisión sobre nuestros actos la tenemos nosotros. Y si decidimos ir por un camino u otro, es cosa nuestra, al final, sólo nosotros somos el capitán de nuestro propio destino.
Hallar la manera de encontrar el equilibrio entre las necesidades del cuerpo, del corazón, de la mente y del espíritu, no es tarea fácil. Pero está claro, que si queremos ser justos con nosotros mismos y con los demás, hay que ponerse manos a la obra.
Un artículo muy instructivo e inspirador. Gracias.
Gabriela Pérez
Hola Herminia, primero que nada, agradecer este artículo que me ha llegado a tiempo.. en estos días reflexionaba precisamente en este tema a raíz de un asunto personal, y «ha dado en el clavo», como dice el refrán popular. Considero muy adecuado reflexionar sobre el tema y hacernos esas preguntas de si realmente nos hacemos justicia a nosotros mismo y qué debemos hacer pata no negar nuestro potencial tantas veces reprimido. Personalmente, el tema de la justicia hacia uno mismo es un área que estoy «autodescubriendo» y tu artículo me hace reflexionar mucho más al respecto, sobre todo por las consecuencias que esto pueda tener tanto para nosotros como para los demás. El «no hagas a los demás no le no te gustaría que te hicieran a ti mismo» me vino a la mente el leer la pregunta que has compartido : «¿te parecería correcto que esto te lo hicieran a ti?. He pensado mucho al respecto cuando indicas lo que supone ser justos e injustos con nosotros mismos, y me ha recordado un poco el otro artículo tuyo que comenté («Del miedo a la confianza») en cuanto a tu reflexión sobre la necesidad de tratarnos desde la confianza. Puede que muchas veces el miedo sea la razón por la que nos tratemos injustamente (miedo a las críticas, miedo al rechazo…); y esto se enlaza con lo que comentas con la ignorancia de no saber si somos injustos con nosotros. Me encantan los consejos que has dado para ser justos con nosotros mismos y es algo que quiero aplicar cada día y tomar en cuenta cuando me sienta irritada o enojada; ya que puede que sea porque no me estoy tratando justamente. Muchas gracias y saludos!!
MOn
Justicia para una misma, para quererse, para exigirse firmemente ser lo que una misma desea ser, pero sin castigarse. El concepto de justicia de mi madre era «no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti». Esta frase la repito como un loro a mis hijos, y ahora le añadiré, sé justo contigo mismo, como debes serlo con los demás. De paso me la aplico a mi.
Gràcies i bon any.
Karin Schuster
Gracias Herminia por este maravilloso artículo! Ser justo con uno mismo para ser justo con los demás, es un aprendizaje, un proceso. En qué momentos de la vida es sido justa conmigo misma y cómo me he sentido? Qué necesito para ser justa conmigo misma? Qué me impide ser justa conmigo misma? De quién depende que yo sea justa conmigo misma? Hacia dónde me llevará ser justa conmigo misma? Qué nuevos hábitos generaré a partir de ser justa conmigo misma? Preguntas que como coach necesito responderme para luego hacer estas preguntas a los coachees. Creo que abrirán un mundo de alternativas que ayudarán a lograr los objetivos y a generar los cambios. Como nos dijiste en la última clase, un proceso de coaching es un proceso de libertad. La justicia con nosotros mismos nos hace más libres.
Gracias Herminia!
Mónica Rodríguez DiMartino
Tal y como comentas en tu genial artículo, Herminia y valorada desde la visión de grandes personalidades como Platón, Tomás de Aquino, Spinoza, la justicia tiene prácticamente su sentido, orígen y final en el reconocimiento equitativo de lo que merecemos desde «cómo somos»en lo más íntimo y original de nuestra esencia. Luego sería imposible ser justos, ni siquiera con nosotros mismos si no nos conociéramos y valoráramos en profundidad. Sin embargo y, desde que la ética,que como bien señalas, se fundamenta en la justicia, surge el interrogante: ¿Puedo ser justa con los demás si no lo soy conmigo misma?, ¿Puedo ser justa conmigo misma si no lo soy con los demás? Ser justo con uno mismo requiere autoconocimiento, amor y respeto por lo que reconocemos en nosotros, aunque no necesariamente autoindulgencia ó compasión. Sí en cambio disciplina en los hábitos, en la manera de tratarnos y también de tratar a los demás. Nuestras decisiones deben ocurrir como fruto de reflexiones profundas basadas en la confianza, desde la libertad y la valoración de alternativas sobre cómo nos afectarán esas acciones, ser conscientes de para qué queremos actuar y si asumimos sus consecuencias libre y responsablemente. El no conocernos, la falta de consciencia de cómo somos, puede en no pocas ocasiones llevarnos a sufrir las consecuencias de ser injustos. Podemos ser víctimas de nosotros mismos, por ser prisioneros de nuestros propios prejuicios y, aún ignorándolo, ser igualmente responsables de ello.El dejar de ignorar, de mentirnos, de ser ó actuar como alguien que no somos, de temer equivocarnos y por ello no actuar, dejar de juzgarnos, de apegarnos al pasado, de pretender comprar el amor, de competir con los demás, de autocompadecernos como si fuésemos la víctima de alguien más que nosotros mismos y con ello autolimitarnos, autocastigarnos y hacer todo por todos menos lo que necesito para mi, no es precisamente ser justos con nosotros mismos. Me gusta personalmente, la visión cósmica de la justicia atribuída a Platón, en la que la Justicia resulta de la armonía y el orden, en que se encuentran todas las partes que componen el Universo. Así, somos justos cuando estamos en paz y armonía con nosotros mismos y desde ésta armonía interior podemos ser justos con los demás. Armonía Y Paz derivan de comportarnos sabiamente. Justicia y equilibrio, van de la mano y si, los encontramos en nosotros mismos; entre nuestra mente, cuerpo, corazón y espíritu, el resultado es que somos justos con nosotros mismos y podemos serlo también con los demás. Ésto requiere firmeza sin ser duros, ni crueles. Tener humor, sin caer en burlas ni sarcasmos, en desafíos sin autoexigencias, en humildad sin servilismos ni tiranías.Si podemos mantener éste equilibrio en nosotros mismos, nos sentimos seguros y confiados, y por tanto más felices y dispuestos a una sana bondad y generosidad. Para ser justos con nosotros mismos , es necesario escucharnos con amor y respeto, ser sinceros con nosotros mismos, aceptar nuestras deficiencias ó errores pero marcarnos compromisos y no saltárnoslos con excusas. Pensar en cómo nos afectan nuestras decisiones a corto, mediano y largo plazo.Respetarnos, perseverar en procurar el bien para nosotros y los demás y buscar nuestro propio equilibrio que no es otro, que el del Mismo a gran escala. Desde la mente y el alma. Gracias por la lucidez que compartes!
Ariana Sabaté García
Tenías mucha razón al decirme que este artículo se relacionaba mucho con la demanda que que realicé en la sesión de mentoring del lunes dia 22. Siempre he tenido dificultades a la hora de tomar decisiones y como dije, esto ha afectado en alguna ocasión mi relación con los demás y conmigo misma. Pero gracias a la sesión de mentoring y a este artículo he mejorado en este aspecto. Me di cuenta de que para poder tomar una decisión (correcta o no) he de escucharme a mí misma, ser fiel conmigo, respetarme y quererme. Y ahora es lo que intento hacer, ayer mismo tomé una decisión escuchándome a mí, sin dejarme influir por los demás. Gracias por este artículo y espero que entre las sesiones de mentoring y mi trabajo personal pueda mejorar este aspecto. ¡Feliz salida y entrada de año!
Joan Rullan Pou
Muy interersante este artículo sobre la justicia, creo que es muy importante este enfoque hacia dentro y hacia fuera. En ocasiones me he visto exigiendo a otras personas, o al «sistema» en general, una justicia que yo no doy a los demás. Por lo contrario más de una vez me he visto exigiéndome a mi cosas de manera totalmente inflexible, «autoritario» conmigo mismo, cuando con los demás he sido mucho más comprensivo.
Aprender a perdonarnos, aceptar que no somos perfectos y que a veces no se puede llegar a todo creo que es algo a tener muy en cuenta. Creo que este perdón y comprensión no debe entenderse como justificante o escusa para no progresar y quedarse parado, sino que debe ir acompañado de avance, ganas de superarse, esfuerzo… Dado que en ese caso no estaríamos siendo justos con nosotros mismos a largo plazo. Como dices Herminia, «Desafío sin autoexigencia».
Ana Bolsa
Es humildad sin tiranizarnos, es buen humor sin burlarnos de nosotros mismos, es firmeza sin dureza, es amabilidad sin complacencia, es desafío sin autoexigencia. No deberíamos dejar que las circunstancias o los demás perturben este equilibrio; esta justicia hacia nosotros mismos debería ser el faro que nos guíe y nos permita sentirnos seguros y confiados.
Justicia con uno mismo….nunca me había parado a pensarlo…siempre había pensado que la justicia era con los demás…pero que gran verdad!!! Ser justo con uno mismo es equilibrio, es en definitiva, quererese un poco más. Gracias.
Encarna
Gracias Herminia por tus reflexiones sobre el valor de la justicia. Es curioso porque he pensado y sentido muchas veces sobre este concepto y es la primera vez que las pienso en términos de autojusticia. Este artículo me ha inspirado mucho y me ofrece reflexiones para continuar uniendo las piezas del autoconocimiento. Gràcies per aquest tastet de saviesa 😉 Un abrazo des del corazón!
Lola Inchaurralde
Interesante reflexión sobre el respeto y la justicia Herminia, cuando explicas como tu madre te enseñó el valor de la justicia, me ha llevado a pensar en cómo un niño puede adquirirlo…
Cuando era niña salía a pasear con mi abuela, y cuando ella observaba alguna injusticia callejera, me decía “los jóvenes de hoy en día no tienen respeto a nada”, pues bien, en aquel entonces yo pensaba que eso eran manías de la gente mayor, pero conforme han ido pasando los años y he ido entendiendo y creando mi propio concepto de respeto, le doy la razón. No es que aquellos jóvenes que cometían injusticias no tuvieran respeto, es que no saben que es el respeto, tampoco se lo han enseñado.
En la escuela, ya no enseñan filosofía, ¿Para qué? Si eso es perder el tiempo, aprendiendo el doble de tecnología serán mejores personas seguro. En la calle quien más se hace respetar es el más orgulloso y egocéntrico, si ese, “el chulo”, y en casa se encuentran con unos padres que no se respetan a ellos mismos pero pretenden que sus hijos les respeten.
Veamos entonces, ¿cómo pueden aprender estos chicos que es la justicia? ah ¡ya se! busquemos en el diccionario de la RAE, encontramos por ejemplo…“Aquello que debe hacerse según derecho o razón”, “Pena o castigo público”, “Poder judicial”. No está mal, nos habla del deber, el castigo y el poder, así seguro que a nuestros aprendices de valores les quedará clarísimo. ¿Qué hay del querer, el premiar y la equidad?
Conectar la justicia con el equilibrio y el bienestar global no es fácil, pues se necesita saber escuchar hacia dentro y hacia fuera, empatizar, reflexionar, aceptar… Y podríamos entonces empezar a examinar de nuevo, cada uno de estos conceptos como lo hemos hecho con “la justicia”.
Macarena Madariaga
Este artículo me hace mucho sentido con un tema que me interesa mucho: en qué medida la autoexigencia puede jugarnos en contra. Y la respuesta es justamente, cuando esta autoexigencia es injusta. Para mí y muchas mujeres que conozco, el sentimiento de culpa sobre todo frente al fantasma de ser una «mala madre», ataca este sentido de justicia con uno mismo, provocando un desbalance que influye en la relación que tenemos con nuestros propios hijos. La conclusión para mi es clara: primero sé justa contigo misma y el equilibrio en la relación parental va a fluir naturalmente.
Inés Caralt
Me ha encantado este artículo Herminia. Sobre todo cuando dices que justicia y equilibrio van de la mano, ya que no puedes ser justo con los demás cuando tu interior está inestable. Me ha recordado lo que dice Anselm Grün en su libro Encuentra tu equilibrio interior, en el que citando a San Benito afirma: “Para lograr el equilibrio hace falta magnanimidad interior. Quien estrecha la base donde se apoya no tiene firmeza y puede ser derribado fácilmente. Necesitamos una base amplia para no perder el equilibrio ante cualquier decepción o herida”. ¡Procuraré ampliar mi base para ser más justa conmigo y con los demás!. Un buen regalo de Navidad. ¡Gracias!
santiago
Espectacular como siempre Herminia, y más para cerrar el año, creo y a riesgo de equivocarme, que en nuestra sociedad esta mal visto el equilibrio mucha gente prefiere que le des pescado antes que enseñarles a pescar me explico.
Evelyn Pauli
Querida Hermínia,
Muy bueno, buenísimo! Es la esencia de la vida misma «lo que siembras, cosechas». Gracias por tan buen regalo.
Un abrazo fuerte,
Evelyn
anamaríadelgado
A escuchar detenidamente tu mensaje , me emociona aprender de nuevo con tus palabras.
Un abrazo
Mat Gomà
Excel·lent article. Arguments per meditar els propers dies en els que la convivència posa forçosament a prova el nostre sentit de la Justícia. Ui, ui, quanta feina per davant…
Raul montero
Soy justo conmigo mismo? Buena pregunta para iniciar una reflexión.
Me ha gustado mucho cuando dices que la gente esta cabreada con la vida y con todo cuando en realidad estan cabreados Por ser injustos con ellos mismos.