General, inteligencia emocional, VALORES Y COMPETENCIAS
Respetar nuestros miedos para no precipitarnos
Había una vez una joven guerrera. Su profesora le dijo que tenía que luchar con el miedo, pero ella no quería hacerlo. Le parecía algo demasiado agresivo, temerario; le parecía poco amistoso. Pero la profesora insistió y le dio las instrucciones para su batalla. Llegado el día, la estudiante estaba de pie en un lado y el miedo estaba al otro lado. La guerrera se sentía muy pequeña y el miedo parecía muy grande e iracundo, ambos tenían asidas sus armas. La joven guerrera se levantó, fue hacia el miedo, se postró tres veces ante él y le preguntó: “¿Me das permiso para entrar en esta batalla contigo?” El miedo dijo: “Gracias por mostrar tanto respeto al pedirme permiso.” La joven guerrera volvió a preguntar: “¿Cómo puedo derrotarte?” Y el miedo replicó: “Mis armas son que hablo muy rápido y me sitúo muy cerca de tu cara. Entonces te pones muy nerviosa y haces lo que te digo. Si no hicieses lo que te digo, no tendría ningún poder. Puedes escucharme y puedes respetarme, puedo incluso convencerte con mis argumentos; pero si no haces lo que te digo, no tengo poder.” De esta forma la estudiante guerrera aprendió a derrotar al miedo.
Pema Chödrön. Cuando todo se derrumba (1977)
Cuando las personas estamos atentas, podemos ver, escuchar y notar qué es lo que nos está afectando, aquellas pequeñas cosas que nos alteran, que nos ponen nerviosas, que nos paralizan… Siempre acabamos encontrándonos con el miedo. Es una emoción universal. No es algo terrible, forma parte de nuestra vida y lo compartimos todos los seres vivos.
Podríamos hablar de diferentes niveles de miedo. Hay aquellos miedos a cosas reales, físicas que requieren una pronta intervención, automática y espontánea. En otros casos nos enfrentaremos a miedos más abstractos, pero no menos reales, como el miedo a la muerte, a la enfermedad, al abandono, a la soledad, al fracaso o al éxito. Y hay otros miedos más profundos, más inconcientes que nos acercan a la verdad. A la verdad sobre nosotros mismos, que ponen al descubierto nuestra humanidad, como son aquellos celos que jamás he reconocido, aquella envidia tan rastrera, esas necesidades de destacar, esa conducta egoísta…verdades que son dolorosas y que nos cuesta identificar, ya que ¡nosotros no somos así! Los demás son egoístas, celosos o envidiosos, pero nosotros no lo somos. Acercarnos a estas verdades tan humanas puede aterrarnos y para ello nos disfrazamos, nos protegemos o nos evadimos. Nos encubrimos con tantas capas que a veces ni nosotros mismos somos capaces de reconocernos.
Las situaciones que nos pueden conectar con esta emoción son muchas y los sentimientos asociados pueden ser desazón, molestia, angustia, inquietud, un nudo en el estómago, un ahogo en el pecho, dependerá del momento, de la situación, pero lo fundamental es nuestra reacción cuando el miedo está presente. Cada uno de nosotros tenemos nuestras maneras de afrontarlo: escondiéndonos, autoengañándonos, atacando, huyendo, bloqueándonos, poniéndonos nerviosos, defendiéndonos, parloteando…No dejan de ser meras reacciones instintivas o hábitos negativos que hemos ido implantando desde nuestra ignorancia, desde nuestro propio desconocimiento.
Como la joven de nuestra historia, estar atentos será el primer paso: escuchar, notar, sentir, observar, oler. Al estar atentos percibimos nuestro cuerpo y sus sensaciones ¿qué estoy sintiendo? ¿Cómo reaccionaría habitualmente ante esta situación? No se trata de juzgarnos, se trata de estar atentos. No se trata de evitar lo que sentimos, se trata de experimentar. Parar y observarnos nos permite descubrir el origen de nuestro miedo, de nuestra inquietud. Cuando pasamos a la acción rápidamente, pensando o actuando, nos aceleramos, permitimos que el miedo se acerque demasiado a nuestro rostro y le damos todo el poder.
Para mantener esta atención deberemos aprender a escuchar y respetar lo que oímos, lo que experimentamos en ese momento ¿Qué estoy sintiendo? La mayoría de las veces es el miedo, en forma de celos, de envidia, de inseguridad, de frustración, de dolor, de confusión… Tomar conciencia de nuestras emociones y sentimientos implica prestarnos atención. Prestar atención nos permite comprender de donde surge nuestro miedo, cómo se manifiesta y cuando por fin lo comprendemos podemos reconocerlo, aceptarlo y decidir no actuar precipitadamente.
Comentaba este tema con una amiga gallega, a la que los temas del mar le son muy cercanos y me decía: “es como los marineros, que sienten mucho respeto por el mar y desde este respeto lo navegan, lo disfrutan y lo aman. Sin ese respeto serían imprudentes y desde ese respeto pueden con él y sacan lo mejor de si mismos y del propio mar. Así, cada uno de nosotros, cuando afrontamos con respeto nuestros temores más recónditos podemos dar la cara en lugar de permitir que el miedo nos de en la cara.
Haciendo una sesión de Coaching con una clienta salió el tema de que se “sentía rechazada por los hombres”, muy sabiamente llegó al núcleo de su verdad, era ella la que se rechazaba a sí misma. Cuando se relacionaba con algún hombre que no podía darle lo que ella esperaba, no se planteaba que era el otro el que no podía dárselo (por una disfunción sexual que padecía, porque estaba en periodo de duelo, etc…) se aferraba al “me rechazan una vez más” que en el fondo era menos doloroso que la verdad: “me rechazo”. Al conversar y seguir profundizando sobre este tema, se dio cuenta de que en el fondo tenía miedo de que los demás (en este caso los hombres) “descubrieran” que ella se rechazaba a si misma. Ahí estaba su verdadero miedo. Tomar conciencia de esta verdad le permitió empezar a tener una mirada hacia sí misma más compasiva y honesta. Esto la ayudó a no precipitarse y confiar más en su enorme potencial, la ayudó a responder de manera madura en lugar de reaccionar impulsivamente.
Podemos decidir no reaccionar y en cambio responder, desde nuestra inteligencia, conocimientos y valores. Cuando estamos atentos demostrando respeto hacia lo que estamos experimentando, podemos tomar la suficiente distancia y así tener el control sobre nuestras propias vidas, en lugar de reaccionar rápidamente, realizando acciones precipitadas que más tarde lamentaremos. La mayoría de nosotros hemos experimentado el malestar de la precipitación.
Aprender a detenernos momentáneamente significa darnos un tiempo, generar un espacio en el que podamos tratarnos a nosotros mismos con respeto. Dándonos ese tiempo no solamente mostramos respeto hacia nosotros, sino también hacia aquello que estamos experimentando. Desde este respeto podemos transformar nuestro carácter, nuestra manera de estar en el mundo.
Cuando nos paramos, nos comprendemos y nos respetamos empezamos a conocernos y empezamos a confiar en que ocurra lo que ocurra, sabremos afrontarlo como la joven guerrera de la historia. Saber que permaneceremos tranquilos y que el miedo no nos vencerá, nos dará seguridad interior y nos podremos abrir a la posibilidad de ser dueños de nuestra vida. Con estos cuatro pasos: estar atentos, respetar, comprender y aceptar empezamos a conocernos y como dijo Antoine de Saint-Exupéry en su libro, El pequeño príncipe: “sólo podemos amar aquello que conocemos.” El respeto puede ser el antídoto del miedo. ¿Qué pasará cuando aprendamos a amarnos hasta el punto de respetar nuestros propios miedos? ¿De qué manera nos puede ayudar a no precipitarnos?
Hermínia Gomà
29 junio 2011
203 Comments
Carlos González
Es importante entender que todos tenemos miedo a algo, muchas veces no somos conscientes de ello y otras, lo somos demasiado. El miedo es algo natural, es un mecanismo de defensa frente a una posible amenaza, la manera en que nos afecta es otra historia. Hay personas que se paralizan, otras que huyen, y otras simplemente abrazan sus miedos como si fuesen un perro abandonado que necesita amor y confort; lo entienden, lo respetan y lo aceptan. Para entender nuestros miedos, tenemos que entendernos a nosotros mismos, de esta manera seremos capaces de pararnos frente a ello y desafiarlo.
Me gusta el cuento de Pema Chödrön, la manera tan sencilla de explicar algo que a simple vista parece complejo, hacerle frente al miedo.
Enara Sinfreu
M’ha agradat molt la història del principi, fa que tot el concepte de la por i el fet d’afrontar-la s’entengui millor, almenys jo ho he entès molt bé. És molt important el que diu, que quan la guerrera reconeix la por i la mira fixament li treu poder, perquè, al cap i a la fi, la majoria de pors que tenim, són autoimposades, i “derrotar-les” és més fàcil del que pensem, ja que tot és producte de la nostra ment. És cert que és molt fàcil dir-ho i molt difícil aplicar-ho, però crec que com més en compte ho tinguem més fàcil serà.
Herminia Gomà Quintillà
Excel·lent síntesi de l’article! Gràcies per aportar-li valor amb el teu comentari.
Ana Prados Herrero
Como estudiante de psicología en prácticas, me llegó la metáfora de la joven guerrera y su batalla contra el miedo. Me hizo darme cuenta de lo importante que es enfrentar nuestros miedos con respeto y paciencia, entendiendo que no siempre hay que salir a pelear. La atención plena, la autoobservación y comprender bien nuestras emociones son claves en este rollo.
En mi experiencia, he visto cómo lanzarse de cabeza y reaccionar impulsivamente al miedo puede causar problemas emocionales no deseados. La idea de parar, escucharse a uno mismo y responder con madurez va mucho con lo que he aprendido y refuerza la idea de que respetar nuestras experiencias emocionales es esencial para crecer.
En mi futura psicóloga, quiero fomentar ese respeto hacia los miedos y emociones de mis clientes, creando un espacio seguro para que exploren y entiendan. ¡Todo se trata de aprender a lidiar con esos miedos!
Herminia Gomà Quintillà
Excelente síntesis del artículo! Gracias por aportarle valor con tu comentario.
Olivia
Este artículo me hace pensar sobre otro que se titula «Miedos que nos esclavizan». Me ha gustado mucho como de los dos artículos puedes sacar una conclusión: la reflexión, el «pararse» y pensar sobre lo que estamos sintiendo es lo que nos llevará a poder «navegar» esos miedos.
Durante la lectura he reflexionado sobre como los humanos somos personas que van cambiando, que con el tiempo crecen y sus miedos con ellos. Es inevitable, el miedo forma parte de nuestras vidas y tenemos que convivir con ello; que mejor forma de hacer esto que conociendo cada uno de ellos y no solo eso, sino de no parar de reflexionar y de mejorar nuestra capacidad de «parar» y pensar dado que, nosotros crecemos y cambiamos, pero nuestros miedos también.
Herminia Gomà Quintillà
Excelente síntesis del artículo! Gracias por aportarle valor con tu comentario.
Clàudia
Me ha parecido muy interesante este artículo, sobre todo, en primer lugar, los tipos de miedo que hay, y el más complicado de todos, el inconsciente, ya que es el que más nos cuesta admitir de cara hacia los demás e incluso a nosotros mismos, por eso nos autoengañamos e incluso le echamos la culpa a los demás. Por eso la importancia de darnos unos minutos y escucharlos y luego aceptarlos, por el hecho de que, si actuamos de manera impulsiva, dejando que la emoción nos guíe, no podremos analizar de donde viene y ponerle solución. Por otro lado, el miedo es una emoción universal que nunca desaparecerá, es decir, no podemos esperar a no tener miedo porque no ocurrirá, por eso debemos de aceptarlo y saber conducirlo como bien comenta la metáfora del marinero y el mar.
Herminia Gomà Quintillà
Gracias Claudia por tu comentario, te felicito por tus reflexiones.
Herminia Gomà Quintillà
Gracias Claudia por tu comentario, te felicito por tu compromiso con el pràcticum.
Cristina Albó Vilà
Al final com totes les emocions és interessant parar-nos i fer-nos conscients del que ens està dient aquella emoció, perquè si apareix és per algun motiu. Que important agafar aquesta distància per observar-ho des d’una altre perspectiva. Com bé expliques, fent introspecció i coneixent-nos a nosaltres mateixos aprendrem a acceptar-nos i a estimar-nos amb totes les emocions. Just penso amb una frase que ha dit l’Ares a la sessió d’avui i és que: la situació l’hem de transitar amb l’emoció, en aquest cas amb la por. No podem evitar-la i esperar que desaparegui, perquè l’únic que farem serà que l’emoció s’intensifiqui.
Per acabar m’agradaria adjuntar una imatge, però crec que no es pot. És un dibuix de l’artista, que a l’instagram es diu @adelapordiosxd. És un dibuix on dos persones mantenen un diàeg i una persona l’hi diu a l’altre: -Fes-ho. L’altre l’hi contesta: -Tinc por. I l’altre l’hi respon: – Fes-ho amb por. Seguidament, apareix la persona agafada de la mà de la por enfrontant-se a la situació. Crec que és una imatge molt gràfica de tot el que hem estat parlant.
Gràcies!
Herminia Gomà Quintillà
Gràcies Cristina pel teu comentari. Et felicito pel teu compromís amb el pràcticum.
Marta
Me ha fascinado la idea de no reaccionar precipitadamente ante el miedo, sino estar atentos a nuestras propias emociones y tomar decisiones desde la distancia y el control. ¿Cuántas veces actuamos de manera apresurada y luego nos lamentamos por ello? Darnos un tiempo porque una situación nos provoca respeto no es sinónimo de evitación, simplemente nos permite tomar ese período para reflexionar y tomar la decisión más acorde a nuestros deseos y valores. Dejando ese margen de tiempo para consideración y meditación de nuestros actos, impedimos que el miedo nos lidere.
Herminia Gomà Quintillà
Gràcies per aportar-nos el teu comentari Marta.
Victor Gascon
El miedo es una emoción que tiene una función adaptativa, avisarnos del peligro y huir de lo que percibimos como amenaza o de aquello que nos deja desprotegidos. Hay muchas maneras de conseguir eso, el cerebro ya se encargara de generarlas automáticamente, por eso veo la gran importancia de este articulo cuando comenta el hecho de pararse frente al miedo a experimentar lo que se siente, piensa, observa… Precisamente, tal y como dice el articulo, pasamos de reaccionar, a responder, desde un punto mucho mas inteligente ya que nos hemos permitido el espacio para darnos tiempo para gestionar la situación de un modo mas respetuoso y no tan visceral.
Marta F
Des de sempre, sentim que la por és quelcom temporal, alguna cosa negativa que cal evitar i superar. Aquest article m’ha fet reflexionar sobre la importància que té la por a la nostra vida. La por ens indica perill, i tot i que un excés de perill a la vida pot provocar inseguretat, estancament i baixa autoestima, certs nivells de por són importants ja que són una alerta per canviar alguna cosa, sense por, no canviaríem res i podríem arribar a la frustració.
Així doncs, és important prestar atenció, escoltar i acceptar el que està succeint en el moment en el que està succeint.
Aquest article m’ha permès donar-me compte que no sentir por, significa no sentir res, a estar buit, per tant, és important sentir la por per poder permetre’ns sentir amor, felicitat, apoderament o qualsevol de la resta d’emocions.
Aleix Concernau
Quin encaix pot tenir el «parar», el no juzgarnos, el «estar atentos», en un món dominat per l’acceleració, la immediatesa i la tònica constant de jutjar a tort i dret? Entenc perfectament el que proposa l’article i no podria estar més d’acord, segurament després d’haver passat tot el curs al Gomà puc ser més conscient de tot això… suposo. Però sent més conscient alhora valoro l’esforç i la dificultat que suposa en un món com l’esmentat, on el sistema és responsable que això sigui així.
Hi haurà qui digui que meditar 20′ al dia sigui la cura de tot, i segur que d’alguna manera pot ajudar a capgirar la situació, però si alguna cosa penso que pot impactar positivament és un canvi d’hàbits, sumat a l’aprenentatge d’escoltar-se, sentir-se, experimentar, que només pot existir si un para.
Aida Prat
M’ha agradat molt aquesta cita de Pema Chöldrom, de mirar-nos a la por amb Respecte i Escolta profunda. Veig que aquests són dos aspectes importants, ja que moltes vegades podem acostar-nos a la por des de l’autojudici, critica, rebuig, etc. Veig que la lluita que expressa Pema, prové de la consciència i de l’escolta de la por.
Em ressona molt la part del text on parles de la importància de donar-nos temps, d’estar atentes per poder veure, escoltar i percebre el que ens afecta, el que ens altera i paralitza i així poder reconèixer-lo.
M’encanta quan dius que el Respecte pot ser l’antídot a la por. Potser també la mirada amorosa o compassiva (amb el bon sentit de la Compassió) cap a una mateixa, no creus?
Aina Borrell
Escoltar-nos i respectar-nos és també estar atents a les nostres emocions i reaccions quan la por hi està involucrada. Recordem que aprendre a manejar les emocions de manera efectiva serà el que ens permetrà aconseguir una vida més plena i satisfactòria. Per tant, quan entri en joc l’emoció de la por, la qual és especialment poderosa, caldrà escoltar-la com qualsevol altra emoció. No per tractar-se de «por» ha de rebutjar-se, ho especifico, ja que socialment acostuma a ser el missatge que se’ns envia: «no s’ha de tenir por a res».
Guilllem Llort
El miedo es una emoción universal a la que todos nos enfrentamos en algún momento u otro. Me parece muy acertado el dividir el miedo en niveles para diferenciar miedos más físicos y momentáneos con otros más abstractos y que requieren de un análisis en nosotros mismos como el fracaso o el éxito. Es muy destacable la importancia de estar atentos a nuestras emociones y reacciones cuando experimentamos estos miedos, por qué así, si nos escuchamos y respetamos a nosotros mismos, entendiendo que el miedo forma parte de cada uno, evitaremos precipitarnos. Personalmente, considero que todos los miedos son una emoción muy poderosa que nos puede, si no se gestiona bien, perjudicar nuestro bienestar físico y mental. Por eso es importante autoobservarse y aprender a lidiar con estas situaciones para el bien de uno mismo. Un gran artículo, muy recomendable
Sofía
Me encanta la idea de darnos un tiempo y tratarnos a nosotros mismos con respeto. Algo que sin duda hacemos con el prójimo con mucha más facilidad que con nosotros mismos. Tomar consciencia de que los miedos habitan en nosotros y la clave es aprender a vivir con ellos y no intentar que desaparezcan, es un gran paso para el crecimiento personal. Es importante hacer esto con perspectiva, dejando los juicios y la culpa a un lado. Debemos abrazarnos a nosotros mismos y con ello, aceptar y respetar todas y cada una de las emociones que sentimos.
«¿Qué pasará cuando aprenda a amarme hasta el punto de respetar mis propios miedos?», me llevo esta pregunta que me ha removido y dejado muy pensativa.
Estrella Azagra
Me gusta el verbo que utilizas, «respetar», en vez de «eliminar» (o «querer eliminar») para referirte al miedo. El respeto implica aceptar su presencia y estar dispuesto a explorarlo y comprenderlo. Querer eliminar el miedo, por el contrario, implicaría una intención de deshacerse de él o evitar sentirlo. Entiendo las emociones como aquellas a las que hay que abrazar, siempre desde el amor, para así contemplarlas sin juicio.
En segundo lugar, lo que mencionas es una perspectiva muy valiosa sobre la importancia de la atención plena y la observación de nuestras sensaciones y emociones. Al estar atentos a lo que estamos experimentando internamente, nos brinda la oportunidad de comprender mejor nuestras reacciones y respuestas habituales ante situaciones desafiantes, como el miedo.
Al darnos permiso para experimentar nuestras emociones sin evitarlas, podemos aprender a tolerar la incomodidad que el miedo puede generar. Al no dejarnos arrastrar por la reactividad y la prisa por actuar, nos damos la oportunidad de responder de manera más consciente y proactiva ante el miedo.
David Noé
Gràcies Hermínia per seguir aprofundint i compartint amb nosaltres en aquesta vivència emocional tan universal com és la por. Però, què passa quan no la reconeixem en nosaltres? O quan no volem dirigir-li la mirada? “Nos encubrimos con tantas capas que a veces ni nosotros mismos somos capaces de reconocernos”. Personalment, hi ha un poema de Rumi, un poema sufí del S.XIII que porta per títol la casa dels hostes, on s’il·lustra el nostre ésser com una casa, que acull les diverses emocions que s’hostegen dins nostre. És per això que coincideixo, seguint amb la metàfora, la importància d’aturar-nos al saló comú de casa nostra, i observar com l’hoste més poruc, que pot intentar convèncer-nos de tot allò que pot sortir ‘malament’, es mereix ser atès i escoltat amb respecte, ja que conviu dins nostre, i si no el reconeguéssim, potser la seva habitació romandria buida, i seríem nosaltres qui patiríem aquesta buidor dins una part nostra. Cal, per tant, reconèixer i acollir a la por en una habitació còmoda dins nostre, per així poder aprendre’n i recordar que casa segueix sent nostre, que no ens identifiquem amb els hostes, que són passatgers, i que el que ens defineix són les decisions que nosaltres en prenem al respecte. No som les nostres emocions, sinó que som la consciència i l’actitud i l’acollida que en fem d’aquestes.
Ariadna
Valorar los riesgos de todos esos miedos, las posibles pérdidas, las posibles ganancias; hacer balance, tomar consciencia, dejar de lado la impulsividad, para evitar posteriormente consecuencias negativas inesperadas de nuestras acciones.
Los miedos son vocecillas que nos susurran advirtiendo lo que podría pasar, lo que podría haber que no vemos, lo que podrían hacernos… En nosotros está decidir y asociar el nivel de realismo y racionalidad que tienen, la capacidad de ese miedo de darnos fuerza, o, por el contrario, de paralizarnos, de darnos valor o de quitárnoslo.
El respeto implica reconocer que nuestros miedos son válidos y legítimos. Tenemos que permitirnos explorar y comprender su origen, intentar averiguar cómo nos afectan, ofrecernos la oportunidad de enfrentarlos y superarlos de manera saludable. Nos ayuda a crecer y evolucionar como personas. Nos brinda la oportunidad de enfrentar los desafíos con valentía y aprender de nuestras experiencias.
Irene Lacal
Respectar les nostres pors és crucial per a evitar precipitar-nos en situacions que podrien ser perjudicials o que no estem preparats per a enfrontar. Sovint, les pors són un senyal que alguna cosa ens preocupa o ens genera inseguretat, i és important reconèixer i respectar aquestes emocions per a prendre decisions informades i cuidar del nostre benestar.
Quan ens trobem davant situacions desconegudes o desafiadores, és natural que apareguin pors i dubtes. En lloc d’ignorar o reprimir aquests sentiments, és fonamental prendre’s el temps per a comprendre’ls i explorar el seu origen. Preguntar-nos què ens preocupa exactament, quins riscos o conseqüències podrien sorgir, i com podem manejar-los de manera adequada pot ajudar-nos a enfrontar les nostres pors de manera més conscient i empoderada.
Crec que és important recordar que la por en si mateixa no és negativa. Pot ser un senyal de precaució que ens ajuda a protegir-nos i mantenir-nos fora de perill. Respectar les nostres pors no significa rendir-se, sinó més aviat reconèixer la seva presència i utilitzar-les com una guia per a prendre bones decisions que ens ajudin a cuidar de la nostra integritat emocional.
Amanda Martín
Me ha sorprendido mucho la primera cita de este artículo, sobretodo la respuesta que le da el miedo sobre como puede ser derrotado, es una respuesta tan simple pero que no contemplamos cuando nos bloqueamos por nuestros miedos.
También, la historia sobre una clienta que se ha mencionado, da mucho a reflexionar y me siento sumamente identificada, sin duda, los miedos que percibimos del exterior son el reflejo de un miedo que se origina en nuestro interior, y es muy común que sea de nosotros hacia nosotros. El justificar estos miedos con estímulos, situaciones o personas externas es una forma de separarnos de él, y además como mencionas en el artículo, da menos miedo, admitir el verdadero origen de ese miedo puede generar más emociones desagradables y, por lo tanto, lo evitamos.
GAL·LA
Con este texto me sale mencionar lo que aprendí en el taller que ofreció el mismo Institut Gomà de “abraza a tu niño interior”. Alba habló de que a muchos de nosotros llevamos puesta una armadura, esta nos protege de malas experiencias, pero no de todas ellas, sino de aquellas que hirieron al niño o niña que antes éramos. De esta manera, la armadura que se construye en ese instante pretende que no te vuelvas a sentir de esa manera, que no te vuelvan a humillar, pensando así que es la mejor manera de sobrevivir. Esta armadura posee mecanismos de defensa ante situaciones similares a la que en un momento hizo posible su construcción. Por ejemplo, en un caso de abandono en la infancia, el mecanismo de defensa actual se podría presentar de dos formas, ya sea teniendo un apego dependiente con tus relaciones (creyendo así que no se van a ir), o bien, teniendo un apego evitativo (no queriendo crear vínculos estrechos por miedo a que se vayan y te vuelvan a hacer daño). Hablar de la armadura vendría a ser lo mismo que hablar de esas capas que se construyen por el miedo y que ni siquiera nosotros somos capaces de identificar, sino que forman parte de nuestra manera de actuar.
Esta metáfora de la armadura me parece útil para ayudar a reconocer de donde vienen estas conductas y esos miedos que hoy en día catalogamos como irracionales. En el momento que se identifica el origen, comprendemos y comprender ayuda a aceptar y a aliviar. Tal y como dices Herminia; prestar atención nos permite comprender de donde surge nuestro miedo, cómo se manifiesta y cuando por fin lo comprendemos podemos reconocerlo, aceptarlo y decidir no actuar precipitadamente.
Núria Flotats
Totalment cert i m’agrada molt com desgranes a l’article els tipus de por que ens podem trobar i les reaccions que acostumem a tenir: fugir de la manera que sigui o enfrontar-nos-hi. I que difícil és plantar-li cara de vegades..El que si que observo és que mica en mica, i sent concient que estic al inici del camí, observar és el primer pas per ser-ne concient i així, amb l’esforç que toqui, acceptar-lo, respectar-lo i anar de la mà amb les propies pors. Gràcies.
Núria Hernández Collet
El darnos cuenta de como somos realmente nos da miedo.
Ser honestos con nosotros mismos y reconocer como somos es un acto de valentía, respetarnos y aceptarnos nos dará más claridad por donde seguir avanzando.
tiendabewit
Destaco la idea de mostrarle respeto al miedo. Tratar los miedos con respeto y cortesía, si se quiere. Los miedos habitan dentro de nosotros. Algunos son mayores, otros menores. Sin embargo, es interesante el hecho de relacionarse con ellos desde el respeto, dirigiéndose a ellos con asertividad, entendiendo que están ahí y que tienen una función positiva; y que por lo tanto, el miedo en sí mismo no es malo. Creo que este enfoque nos permite contemplar al miedo y no sentirnos sobrecogidos por él. En lugar de eso, podemos relacionarnos con él desde la comprensión y la aceptación incondicional, como algo nuestro, algo que forma parte de nuestra identidad y que por ello debe ser tratado con estima y valoración. Como digo, haciendo esto evitaremos tener sentimientos de pérdida de control, alta ansiedad o pavor, y en cambio mantendremos nuestro balance, teniendo la mente mucho menos reactiva y por lo tanto, pudiendo esta ser más proactiva y tomar decisiones respecto cómo gestionar de la mejor manera dicho o dichos miedos. En definitiva, lo que conseguiremos es silenciar ese miedo. No lo eliminaremos directamente, pero bajaremos el volumen de su voz. Cuando, el miedo nos habla con una voz muy alta, nuestro organismo se vuelve reactivo y aumentan las probabilidades de que -como dice el cuento del principio- nosotros actuemos como el miedo nos dice. En cambio, manteniendo respeto y valoración hacia nuestro miedo, nos permite al menos bajar el volumen de los mandatos del miedo, pudiendo adueñarnos de nuestras propias acciones.
Herminia Gomà Quintillà
Gracias por tu comentario y reflexiones personales.
Mario
Hola Hermínia,
vinc de l’article de la mandra per seguir amb la por. Em sembla que quan la por passa per la nostra consciència, de vegades la filtrem inconscientment en forma de mandra, perquè és més fàcil acceptar que alguna cosa ens fa mandra, que quan alguna cosa ens fa por. Perquè identifiquem la por amb el que tu bé comentes: dolor, confusió, patiment, angoixa… A més, la por i el patiment ens fan consumir molta energia, i la mandra ens proposa un descans fàcil i instantani. Però no deixa de ser una estratègia per fugir de la responsabilitat que ens provoca aquest dolor.
La mandra guiada per la por ens ha fet creure que no serem capaços de suportar certes realitats i sentiments protegint-nos-en per salvar-nos. Però això és com un acte heroic i impulsiu que només funciona a curt termini i que desperta altres emocions com l’eufòria o la vanitat que ens porten a accions per allunyar-nos de la por, potser per reafirmar-nos. Que un òrgan sigui capaç de fer això de manera autònoma ja és una cosa impressionant. A nosaltres, com a éssers humans conscients, ens toca el més complex. Però també és fàcil veure que la vida és canvi constant, el contrari de canvi és estancament i això s’associa més amb la mandra o fins i tot amb la mort. En tot procés de canvi també hem d’acceptar estancaments així com petits dols per certs aspectes de nosaltres mateixos, parts de nosaltres que deixen de ser per transformar-se en d’altres. Potser llavors és molt bo que la tristesa ens ajudi a acabar d’integrar les altres emocions complexes que sorgeixen gràcies a la gran capacitat del nostre meravellós cervell. Gràcies per recordar la importància de respectar la por i totes les altres emocions.
Aloma Alenyà
Hola Hermínia, gràcies altre cop per les teves paraules. D’aquest article en volia destacar la importància de saber escoltar. Si ens escoltem, experimentem amb plena consciència el sentim en aquell moment (les nostres emocions i sentiments). Això ens permet entendre d’on sorgeix la por, com es manifesta i, un cop entès tot això, ja podem reconèixer-lo, acceptar-lo i decidir no actuar precipitadament. Augmentar aquest temps d’interval entre por-acció m’ha fet pensrar en la presentació que ens va fer l’altre dia el Psicòleg Miguel de Molina sobre el Mindfulness. Parlava justament d’això, d’entrenar la ment per augmentar al màxim aquest interval i ser menys esclaus i més amos dels nostres comportaments. Com ja hem dit, quan sentim por reaccionem quasi sense pensar. Al cap i a la fí, la por és una emoció bàsica i que vetlla per la nostra supervivència. No podem pretendre deixar de sentir-la, simplement hem d’acompanyar-la i deixar que no ens limiti, i fer-ho des de la honestedat i el respecte és la millor manera.
Alicia A.
Me ha gustado mucho la historia de la joven guerrera, pues creo que queda muy bien reflejado lo que se quiere trasmitir a continuación en el artículo. Me gustaría destacar la frase de que «nos encubrimos con tantas capas que a veces ni nosotros mismos somos capaces de reconocernos.»; creo que el miedo es riesgo y no aceptación, lo cual nos lleva a escondernos tras él poniendo una cantidad de capas que nos invisibilizan ante los demás y ante nosotros mismos, los cuales podemos llegar a sentirnos confundidos sobre quien somos, cuando el miedo y sus consecuencias se apoderan de nosotros.
Serán el respeto hacia lo que sentimos y experimentamos, el respeto y la aceptación propias y la autoconfianza, el antídoto para superar nuestros miedos.
Judit
De este artículo destaco la mirada hacia el miedo y la propuesta de estar atentos a nuestros miedos sin juzgarlos. Me ha venido a la cabeza la palabra curiosidad, curiosidad por lo que observamos y sentimos. Poder escuchar, experimentar y respetar lo que hay.
Me ha gustado que se explique que después de esa atención y respeto hacia el miedo puede venir la comprensión y aceptación de este y, desde allí, podemos actuar de una forma más restaurativa. Me ha llamado la atención la palabra respeto, algo tan “simple” como respetar lo que sentimos.
También resaltaría la importancia de detenernos, y darnos un tiempo a nosotros mismos para poder tener un espacio para escucharnos y respetarnos. Y ese respecto hacia nosotros mismos nos lleva hacia el respeto hacia los demás también.
Laia Llobet
Me han gustado mucho las dos metáforas que se utilizan en este artículo para simbolizar el efecto que tiene el miedo en nosotros mismos. El miedo, desde siempre, ha tenido una función adaptativa que es la preservación de nosotros mismos, huir de la amenaza. Pero hoy en dia, pocas situaciones en nuestra sociedad nos generan este tipo de miedo, el adaptativo. La mayoría de los miedos que tenemos son auto infundidos. Por eso, cuando la guerrera mira al miedo a los ojos y lo reconoce, le quita poder. Porque cuando identificó, puedo actuar. Y la metáfora del mar como representación del miedo, muy buena en mi opinión, porque no tenerle miedo a nada es ser negligente y temerario, por eso hay que respetar al miedo pero aprender a navegarlo.
Me quedo sobre todo con la importancia de escucharnos, sentirnos, entendernos, para saber porqué nos sentimos de esta manera.
Fatima Z.
Es muy curioso como una de las maneras más sanas de tratar con el miedo sea a través del respeto. Todos/as hemos escuchado en algún momento de nuestra vida, que es mejor no hacer caso del miedo, que todo está en la mente, que solo con dejar de “exagerar” el miedo desaparecerá, etcétera, etcétera… en un intento de minimizar y quitarle importancia el miedo. Sin embargo, aquí se habla de respetarlo, de dejarle un espacio para expresarse, de tenerlo en consideración y de ahí tomar una decisión al respecto, sin precipitarse. Al fin y al cabo, el miedo tiene la función de alertarnos ante una posible amenaza y una vez que nos haya avisado, nosotros/as nos encargamos de responder.
Ivan
Me ha gustado mucho la metáfora de los marineros hacía los miedos, “es como los marineros, que sienten mucho respeto por el mar y desde este respeto lo navegan, lo disfrutan y lo aman. Sin ese respeto serían imprudentes y desde ese respeto pueden con él y sacan lo mejor de sí mismos y del propio mar.” La importancia de conocer cual es el miedo real al que nos afrontamos, para así poder crecer i conocernos como seres humanos que somos.
Adriana Rubí
La por d’afrontar-nos amb nosaltres mateixes, a aquells aspectes més profunds que fins hi tot de vegades ens arriba a fer vergonya que els altres descobreixin, que fins hi tot nosaltres encobrim per fer veure que «no soc gelosa, egoista, etc.». Em sembla un tema molt important a treballar dintre dels processos d’autoconeixement i autoestima, aquells aspectes que no ens agraden sentir i que disfressem i tapem creant-nos un personatge que a la llarga ens acaba perjudicant. Llegir aquest article m’ha fet pensar en com moltes vegades no acceptem aquests aspectes de la nostra personalitat i els disfressem perquè realment existeix una por darrera, per una banda, crec que trobem un risc en el «què pensaran els demés», però també el risc de sentir, però sentir de veritat, les emocions que comporta acceptar aquestes parts de la nostre personalitat.
Iris Mulero
Crec que tots els temes d’intel·ligència emocional acaben amb la importància d’una bona introspecció, com el que es parla en aquest article, de la por i el rescpecte cap a un mateix, si no et coneixes a tu mateix i no et respectes al final estaras limitat durant tota la teva vida, per tant és important saber quines son les teves pors i què fer al respecte, per permetre’t sé qui ets sense limitacions i respectan-te i acceptan-te sempre.
Hanna
Ante los miedos más profundos, aquellos que rechazamos por no querer reconocer que «nosotros somos así» (celosos, envidiosos, egoístas…), me parece importante recoger la idea de que una conducta o un pensamiento en un momento dado, no nos define como personas. No forma parte de nuestra identidad sentir celos o actuar de forma egoísta, simplemente son conductas y pensamientos. No da el mismo miedo aceptar esas partes de nosotros si las consideramos así que si les damos un significado identitario.
Alba Alcaraz
Cuando leo sobre el miedo, suelo llegar a las mismas palabras: respeto y aceptación. Respeto cuando identifico de dónde proviene ese miedo y me doy tiempo para reconocer que es fruto de mi recorrido de vida, de lo que he ido aprendiendo. Aceptación en el momento en que entiendo lo anterior y transformo o busco otras formas de reaccionar en las que no sea el miedo quien tenga el control de la situación. Lo asemejo a construir un camino alternativo a esa autovía que mi mente solía escoger cuando todavía no me había permitido el espacio de escucharme, comprenderme, aceptarme y confiar.
Lidia Z.
Este artículo me conecta mucho con la filosofía mindfulness que pretende vivir en atención plena y focalizado en el presente. El hecho de estar atento, de escucharse, de aceptar lo que se está sintiendo en el momento, de tratarlo con respeto y compasión, nos ayuda a comprender y gestionar mejor cada emoción. Evidentemente, aplicado a la emoción del miedo, que tanto nos paraliza como veíamos en el artículo anterior, puede resultarnos muy útil. También puede ayudarnos a no juzgarnos ni culpabilizarnos tanto por lo que sentimos, nos guste más o menos. Muy interesante poner en práctica los 4 pasos mencionados en el artículo.
Helena Salas
Para mi, el antídoto del miedo es el respeto, la comprensión, la aceptación y el tempo de la persona. Debido a que, muchas veces el miedo nos hace huir de una situación, en parte porqué es una reacción natural y biológica. Sin embargo, a través de la gran capacidad del ser humano, la consciencia, podemos decidir vencer-lo. Es extraño, pero cuando nos resistimos no lo vencemos, lo vencemos cuando nos aliamos a el. Cuando lo entendemos, lo escuchamos y lo tratamos con delicadeza. Cuando lo negamos o le tenemos miedo al propio miedo, el miedo se vuelve mas y mas grande, hasta el punto de pensar que es invencible. Ahí, el miedo nos ha hecho creer que no podemos y que nos ha vencido.
Por otro lado, me ha gustado la metáfora de la heroína, luchar pero aceptando al miedo, dándole el lugar que se merece, escuchar-lo pero no creer todo lo que dice. No actuar impulsivamente.
Ruth
La importància d’escoltar i gestionar les pors sense deixar que ens dominin… Està clar que si una por es presenta en una determinada situació és per alguna cosa, ens avisa d’algun perill que creu que aflora. Però el poder real el tenim nosaltres com la JO conscient amb la reacció que puguem tenir davant la mateixa. A mi el que m’ajuda és saber que puc analitzar la situació, veure quina és la realitat i d’on neix aquesta inquietud, per què m’estic sentint d’aquesta manera, observar-me, acceptar-la, respectar-la, donar-li l’espai que necessiti… Això però, no és possible sense una introspecció i un procés d’autoconeixement.
Malauradament no hi ha massa formació a nivell de societat en aquest últim ni en l’autoconsciència de les emocions, i sense això darrere, segurament la persona ni es plantejarà la reflexió envers la por que pugui arribar a sentir davant d’una situació determinada, i això provocarà que no hi hagi canvi ni gestió de l’emoció. És molt important doncs, conèixer-nos el màxim possible, ja que, com diu Aintoine de Saint-Exupéry “solo podemos amar aquello que conocemos”.
Elena Charle
Es interesante este articulo, porque además de hablar del miedo habla sobre su relación con el respeto, cosa que muchas veces confundimos. En muchas ocasiones los humanos confundimos el miedo y el respeto. A veces la persona que quiere sentirse respetada lo hace a través de infundir miedo, y el resultado es el opuesto al esperado, porque de algún modo respeto y miedo son conceptos antagónicos.
Joan Salmerón
Em sembla un article imprescindible per al propi coneixement i creixement. És un tema molt recurrent que la reacció a una situació que ens fa por afrontar sigui amagar-nos, enganyar-nos, fugir, bloquejar-nos, evitant, atacar a algun tercer, defensant, etc. en comptes de fer els
4 pasos mencionats a l’article: estar atents, respectar-nos, comprender y acceptar, per després afrontar.
La pregunta de «¿Qué pasará cuando aprendamos a amarnos hasta el punto de respetar nuestros propios miedos?» em sembla clau per fer front als conflictes de cadascú.
Begoña Forteza Casas
Me ha encantado leer este fragmento de «Cuando todo se derrumba» y reflexionar sobre las veces que he escuchado al miedo y he hecho lo que él me decía. Mi preciptación y falta de respeto por mi misma y hacia el propio miedo me han llevado a resultados muy poco satisfactorios. Siento que sí, que el respeto es el antídoto para el miedo porque sólo desde ahí, desde el amor propio y la observación tranquila, podemos navegar el miedo y sacar lo mejor de él y de nosotros. Las veces que he conseguido darme un tiempo y escuchar a mi cuerpo, a mis emociones y pensamientos he conseguido vivir el miedo como una forma de autoconocimiento. Es maravilloso comprender que desde la aceptación y el respeto puedo integrar mi miedo, dejar de rechazarlo y darle poder, para ser cada vez más auténtica.
Karina Zubiaga
¡Cuánta verdad! Respetando nuestros miedos y aceptándolos como parte de nosotros recuperamos nuestro poder. De esta manera no nos dejamos controlar por el miedo, sino que cogemos las riendas de nuestra vida y actuamos desde la tranquilidad de conocernos a nosotros mismos y la compasión de sabernos humanos, con defectos y virtudes. Sabiendo que es posible el error y aceptando las posibles consecuencias.
Mirar el miedo a la cara puede ser doloroso pero también muy liberador. En lugar de una carga pasa a ser una especie de consejero, que podemos atender en mayor o menor medida en función de cada situación.
Gracias por este artículo, sintético y cargado de sabiduría!
Mireia Fabregas
El fragmento “Cuando todo se derrumba” refleja de manera excelente la batalla que podemos luchar para afrontar nuestros miedos. Aprender a detenernos es sobre todo clave para dar-nos el tiempo y el espacio necesarios. No reaccionar de manera impulsiva y ser conscientes de que podemos elegir y responder desde nuestros conocimientos y valores es un paso enorme para afrontar nuestros miedos desde el respeto. Interiorizar los cuatro pasos explicados en el artículo para afrontar nuestros miedos: estar atentos, respetar, comprender y aceptar es fundamental. El respeto hacia el miedo y hacia uno mismo nos conecta con los valores y nos da confianza para trascender cualquier situación que temamos o que pueda ser incierta. La gran pregunta ¿Qué pasará cuando aprendamos a amarnos hasta el punto de respetar nuestros propios miedos? incluye ya, para mí, la mitad de la respuesta.
TANIT BURJACHS CASAMOR
Se me ha erizado la piel al leer una de las preguntas finales: “¿Qué pasará cuando aprendamos a amarnos hasta el punto de respetar nuestros propios miedos?», supongo porque es lo que siempre he “sentido” que quiero conseguir, pero no he sabido expresar con palabras. Creo que es entonces cuando realmente “vives”, ya que cuando llegas al punto de realmente amarte, has aceptado, comprendido, respetado y todo gracias a “estar atentos”, a nuestro cuerpo y sensaciones.
Además, el hecho de no precipitarnos, aparte de hacernos bien a nosotros mismos, también hará mucho bien a nuestro alrededor, porque evitaremos reacciones, comentarios y situaciones desagradables que pueden herir.
TANIT BURJACHS CASAMOR
Se me ha erizado la piel al leer una de las preguntas finales: “¿Qué pasará cuando aprendamos a amarnos hasta el punto de respetar nuestros propios miedos?», supongo porque es lo que siempre he “sentido” que quiero conseguir, pero no he sabido expresar con palabras. Creo que es entonces cuando realmente “vives”, ya que cuando llegas al punto de realmente amarte, has aceptado, comprendido, respetado y todo gracias a “estar atentos”, a nuestro cuerpo y sensaciones.
Además, el hecho de no precipitarnos, aparte de hacernos bien a nosotros mismos, también hará mucho bien a nuestro alrededor, porque evitaremos reacciones, comentarios y situaciones desagradables que pueden herir.
VICTORIA LOSTALO
Este artículo ha hecho que me reconcilie con la palabra MIEDO. Al leerlo he sentido liberación hacía la emoción y permiso para sentirlo.
Me quedo con la frase «El respeto puede ser el antídoto del miedo».
Andrea Ballet
RECONOCER, EXPERIMENTAR Y RESPETAR
Vinculando estas tres grandes palabras a las emociones, más específicamente a la del miedo en este caso, nos damos cuenta que para poder actuar sin precipitarnos le tenemos que dar el tiempo necesario a nuestro cuerpo y mente para que puedan asimilar y digerir esa emoción que estamos sintiendo y una vez procesada, tomar una decisión menos impulsiva y que va a ir mucho más acorde con eso que realmente queremos, y no desde la paralización momentánea que hace que actuemos sin pensar.
El problema clave que yo veo es que el sentir miedo no nos gusta a la mayoría y lo vemos como algo que no debería pasar, hasta con un punto de vergüenza de estar sintiéndolo. Y justo es ahí donde reside el punto de inflexión, desde ese respeto y aceptación de este miedo puedo entonces actuar y no reaccionar. Porque al final ese peligro que nos alarma nos está avisando de algo y hay que prestarle atención, si no es cuando uno no entiende lo que está ocurriendo.
Personalmente me gustaría comentar que estos artículos parecen llegar en el momento perfecto a mi vida ya que dan ese click necesario para que, aunque a veces sigas reaccionando desde la emoción sin ni siquiera haberla experimentado, ya tienes esos recursos necesarios que te harán parar y darle dos vueltas más antes de pasar a la acción. Y eso para mi, y más en este periodo de mi vida, es vital!
Paula Garcia
Me ha encantado este artículo porque pone en palabras lo que estoy aprendiendo a hacer; respetar a mis miedos y a mi misma y darme el tiempo y la calma necesarios para conocerlos y superarlos.
Me educaron con una filosofia de «empujarme a la piscina» en muchas situaciones para las que no estaba preparada y que gestioné como pude, reprimiendo o negando el miedo, en cierta manera. Desde fuera me consideraban una persona «valiente» y eso me animó a seguir perpetuando esta forma de actuar. Sin embargo, en un momento de mi vida esta estrategia dejó de funcionar y salieron todos los miedos de golpe, paralizándome. Entonces me dí cuenta de que el miedo se supera conociéndolo, escuchándolo y como bien dice el artículo, respectándolo, pero nunca reprimiendolo! Y de que además, esta es la única manera de comprender a los demás y acompañarlos cuando tienen miedo.
CELIA
Escuche hace tiempo que los patrones no se superan, los miedos tampoco… los miras cuando quieres verlos.
Quizá es desde ese respeto del que habla este artículo que tengo la posibilidad de reconocer mis miedos, permitirme sentirlos y abrirme a la posibilidad de actuar de otra manera, con más calma aunque no siempre, ya se sabe que la mente recurre a los automatismos aprendidos cuando no estamos presentes o el miedo nos abruma de nuevo. Como toda emoción no está hecha para ser controlada sino descifrada a través de la experimentación, eso aprendí en el curso de emociones y sé que sino me atrevo no avanzo, que si rechazo mis miedos no aprendo, y que si huyo de ellos no podré averiguar lo que están escondiendo.
Me quedo con la pregunta, inspiradora… «¿Qué pasará cuando aprenda a amarme respetando mis propios miedos?
Gracias
Paula Martínez
Leer ese fragmento de «Cuando todo se derrumba» me ha revuelto un poco emocionalmente. Mi miedo y yo vamos de la mano. Desde hace algunos años estoy aprendiendo a convivir con el y a no dejar que me domine pero a veces se me escapa de las manos.
Al principio me parecía imposible convivir con el miedo, de hecho, me negaba a tener que integrar el miedo en mi vida. Porque no entendía su función, porque no me gusta, porque me hace sentir impotente, como se siente la guerrera de la historia. A medida que fui dejando de poner resistencia (al principio por puro agotamiento) veía que el dejaba de estar tan presente en mi vida. Es paradójico la verdad, pero así empecé a entender su funcionamiento.
El miedo es natural, siempre está, es una emoción adaptativa. ¿En que momento se vuelve desadaptativa? En el momento en el que nos negamos a aceptarla. Tenemos que aprender a escuchar al miedo, a preguntarle que quiere, cual es su función en nuestra vida y porque quiere acompañarnos a lo largo de nuestro camino.
Cuando me di cuenta de que no sentir miedo equivalía a no sentir nada, a sentirme vacía, entendí que tenia que sentir este miedo para poder sentir también amor, felicidad, empoderamiento, etc… Otras emociones que también necesito y a las que no me opongo.
No voy a decir que el miedo y yo nos llevemos completamente bien a día de hoy, pero estoy aprendiendo a no juzgarlo. Leer artículos como este me hace sentir que estoy en el camino correcto.
Belen+Granell
El miedo es muy subjetivo, sí que es cierto que muchos de ellos son inevitables, como los reactivos comentados al principio del artículo. Aun así todos aquellos que son más intrínsecos son subjetivos a como nos enfrentamos a ellos, podemos evitar el miedo, afrontarlo etc. de ello depende de cómo afectarán estos en un futuro en nosotros.
Este artículo me ha hecho reflexionar sobre los miedos que se encuentran en nuestro inconsciente, es decir, tenemos miedo a algo, pero no hacemos conciencia de ello. Un ejemplo sería una persona que le han hecho mucho daño estando enamorado y en la actualidad está constantemente manteniendo diferentes relaciones sexuales con diferentes personas, pero nunca se acaba de comprometer con nadie, aunque se sienta atraído mentalmente por estas. Esta persona no acaba de ser consciente de que el trauma que le generó no le deja seguir hacia delante, experimentando este miedo al compromiso constantemente. Es por esto mismo, que hay que estar presentes en nuestras vidas y ser totalmente conscientes de lo que nos angustia es así que se podrá llegar a una total comprensión de nosotros mismos y poder propulsar un cambio.
Hay que abrazar absolutamente todas las emociones que vamos sintiendo, ya sean negativas o positivas (como dice el artículo respetándolas y respetándonos a nosotros mismos), ya que aunque se quiera dichas emociones no van a desaparecer.
Eva Palleiro
Me ha gustado mucho cuando ha dicho de amarnos hasta el punto de respetar nuestros propios miedos. Es curioso como muchos pasan desapercibimos y los cubrimos. Muchas veces tenemos miedo a sentir un malestar emocional y nuestra mente nos guía de forma autómata a realizar conductas para evitar ese miedo o para poder conseguir placer a corto plazo. Tenemos un autoengaño tan elaborado que nos dificulta ver como se expresa el miedo en nuestras acciones y en nuestra mente.
A veces mi pillo a mi misma tomando acciones desde un miedo disfrazado.
Iris caballero
Ahir amb un amic parlavem sobre la gent que té por a sentir emocions negatives i les eviten; exigint-se a si mateixes sempre estar en un mood positiu i mostrat-se a les demès sempre alegres.
Comentàvem que l’unic que estan fent es escapar d’aquestes emocions negatives les quals tenen una funció. Emocions com la rabia són necessàries per a adonar-nos d’una situació injusta i lluitar per canviar-la. O la tristesa per a digerir un dol p.e..
A més, el fet d’evitar certes emocions no significa que desapareixin, segurament apareixeran d’alguna altra forma i moment inesperat.
Per això crec que és important coneixe’s i experienciar les emocions que vivim, tant «positives com negatives’.
Armando Sosa
Respetar al miedo. Hacer una pausa, no precipitarme. Que importante conectar con la raíz del adjetivo «aterrado» («sin terra» «sin pisar la tierra». Sentir miedo , inicialmente lo siento como estar Sin tierra, sin pisar el suelo, sin hacer cable a tierra. Precisamente, me ayuda mucho a conectar con mi serenidad, con mi tierra, la respiración, la pausa, el espacio entre el estímulo y la reacción inmediata que genera ese golpe, ese «»terror» al movimiento del suelo, el movimiento de aquello sobre lo que nos sostenemos física o mentalmente.
Esto es un llamado a conectar con una «tierra» un punto sólido de sostén, no externo, sino interno. Esto es posible mediante la práctica deliberada, constante y paciente de enfrentarnos a nuestros miedos, desde el entrenamiento y conscienciación de lo que sentipensamos ante lo que nos sucede en nuestra vida en un diario emocional o diario de gratitud.
Ana Bernés
Qué temazo y qué interesante el miedo. Sin duda, lo que más me ayuda es prestar atención, parar y aprender a escucharme desde el respeto, para identificar qué estoy sintiendo, de dónde surge y cómo se manifiesta. Comprender para reconocer y aceptar.
También me ha inspirado el hecho de decidir no precipitarnos, decidir no reaccionar y responder desde nuestra inteligencia, conocimientos y valores. Y, sobre todo, me llevo la siguiente pregunta: ¿Qué pasará cuando aprenda a amarme hasta el punto de respetar nuestros propios miedos?
Sara Cano
«¿Qué pasará cuando aprenda a amarme hasta el punto de respetar mis propios miedos?» esta pregunta me ha removido especialmente y me ha hecho tomar conciencia que la gran mayoría de veces, nuestro primer y peor enemigo somos nosotros mismos. Por no aceptarnos en toda nuestra totalidad, incluidos los miedos que forman parte de nosotros y que pretendemos evitar experimentar a toda costa. Por ello, como bien dice el post, en el momento de sentirlos, actuamos a través de la inmediatez para quitárnoslo del camino. Bien sea a través de conductas evitativas, distractoras o tomando acciones precipitadas con la falsa creencia de que «contra antes demos respuesta, antes dejaremos de sentirlo» invalidando , por tanto, la posibilidad de experimentarlo. Nos estamos faltando al respeto, pues no nos estamos dando la oportunidad de escucharnos , de identificar qué nos ocurre , conocer la verdadera raíz de ese temor y gestionarlo. Que no controlarlo, como pretendemos con todas esas actitudes desadaptativas. Y lo peor, es que podemos vivir eternamente a través de ese mecanismo, anulando toda posibilidad de aprendizaje y autoconocimiento. Nos aparecerá con distintas caras o le pondremos diferentes nombres, pero el miedo como emoción natural (sin juicio) y humana, siempre irá con nosotrxs. Por tanto, de nosotrxs depende convertirlo en un aliado o seguir considerándolo un enemigo. Si bien es cierto que así nos lo han hecho creer siempre, pues la educación sobre desarollo e inteligencia emocional brilla por su ausencia, fomentando ese «miedo a tener miedo».
Me siento afortunada, por tanto, de estar aprendiendo ese cambio de paradigma, y doy las gracias al prácticum por la reflexión y toma de conciencia. Estoy aprendiendo a identificarlo , a darle espacio sin juzgarlo, y darme el tiempo necesario para experimentarlo y cuestionarme «qué es lo que en realidad estoy temiendo?». Justamente las claves que se redactan en el post. Además, algo que relativiza la extrema intensidad en que experimentamos toda reacción emocional y por tanto, es el primer paso que nos permite gestionarla, es identificarla, aceptarla y ponerle nombre. A veces, es la propia incertidumbre de no saber lo que nos ocurre lo que mas nos atemoriza y nos domina. Ponerle nombre es el primer paso responsabilizarnos y tomar las riendas. Y es que es maravilloso este aprendizaje, pues detenernos a experimentarlo es como un abrazo que nos da la confianza para afrontarlo y amarnos con ello.
Judith Molinos
Leyendo el fragmento de Pema Chödrön (Cuando todo se derrumba. 1977) me recuerda a que las emociones nunca se van a poder eliminar, es imposible dejar de tener miedo o dejar de sentir algo, pero sí se puede conseguir que ese miedo deje de dominarte. Hay que darse el espacio a uno mismo de sentir esas emociones y aceptarlas, pero no debemos darles el poder, ya que de ahí es de donde surgen los problemas.
Me ha parecido curioso el tema tratado en unas sesiones de coaching sobre el «sentimiento de rechazo de los hombres». Lo que se explica en este caso lo veo muy aplicable a otros ámbitos. Creo que muchas veces no somos conscientes de lo que realmente nos causa ese miedo, llegando a ponernos excusas para no ver la realidad.
Hasta que no nos damos cuenta es imposible ponerle solución a los problemas.
Paula Enrich
Como comentaba en el artículo de «miedos que nos esclavizan», no hay emociones buenas ni malas, y como comenta Herminia, no solo hay diferentes niveles del miedo sino que también tiene una función básica. Si que es verdad que, como se observa en el artículo, lo asociamos a un aspecto negativo porque nos produce sensaciones desagradables,y por ello, me parece muy interesante las metáforas que se utilizan para ayudar a comprender el efecto que el miedo tiene sobre nosotros. Leyendo el texto he comprendido que la manera en que nos relacionamos con el miedo debe de ser desde el respeto, respetar lo que estamos experimentando, y de esta manera poder aceptarlo y dejarlo ir. La conclusión que me llevo es que si nos resistimos a lo que nos hace sentir el miedo y no lo aceptamos, no seremos capaces de aceptarlo y por lo tanto es cuando nos hace «esclavos». La no aceptación nos producirá sufrimiento, paralización, en cambio, la aceptación nos permitirá dejarlo ir.
Noelia Mora
Si algo he aprendido durante los últimos meses es que en el punto medio se encuentra la virtud. Otro aprendizaje que he adquirido es que lograr tal punto, el punto medio, como si de una balanza se tratara, no siempre es fácil.
En este caso concreto, con el miedo, el punto medio quizás SE ENCUENTRE entre la paralización que este nos causa en muchas ocasiones y la lucha contra él. Ese punto quizás pase por descubrir qué es aquello a lo que tememos cuando nos surge la emoción de miedo (preguntarnos qué riesgo percibimos, qué peligro hay en la situación que nos genera miedo) sin pretender ir en contra de ello en una lucha constante y permanente contra la emoción. Algo interesante de esta postura es que, lejos de rechazar la emoción, nos estamos permitiendo sentirla, darle espacio, escucharla y darle lo que necesita. Desde este paradigma es más fácil poder ver la lección o el aprendizaje tras la experiencia emocional.
Comprender el miedo que sentimos requiere paciencia, pues nos puede llevar tiempo su integración, ya que la emoción de miedo es muy fuerte por ser de las más funcionales en términos de supervivencia y adaptación, de manera que su afrontamiento puede ser difícil, aunque no imposible. Confiar en uno mismo y en los recursos propios es esencial para vivir el miedo desde la tranquilidad y la paz. Normalizar la emoción y relativizarla también puede ayudar a que esta pueda vivirse desde la amabilidad. Empezar a actuar en esta línea es empezar a destruir los estigmas sociales creados entorno a las emociones en una sociedad que tanto nos a desconectado de ellas, en especial al miedo (la rabia y la tristeza también), mediante las típicas frases tipo “no tengas miedo, no es para tanto”. Empecemos a restarle fuerza a esos discursos automáticos y empecemos a optar por alternativas como, por ejemplo “tengo miedo: voy a parar a escucharme y así comprender qué está pasando en mi”.
Maria F
De este artículo me ha parecido muy interesante la diferencia entre reaccionar y responder ante el miedo. Me ha hecho reflexionar sobre si, en mi caso, hago una o la otra. Y es que creo que tendemos a reaccionar ante el miedo porque es lo conocido, como decía Antoine de Saint-Exupéry en su libro, El pequeño príncipe: “Solo podemos amar aquello que conocemos”. Responder al miedo, es un aprendizaje y requiere esfuerzo, respeto y confianza en uno mismo.
Agradezco este artículo porque me ha permitido tener ganas de ser más compasiva y honesta conmigo misma para no precipitarme a reaccionar ante el miedo, sino a aprender a responder ante él.
Bianca van der veen
La verdad es que tengo mucho miedo. Miedo a que vuelva a darme un ictus, miedo a que el ictus me haya dejado incapacitada, miedo a perder el trabajo. Me quedo con los 4 pasos a dar. Estar atenta, respetarme comprenderme y aceptarme. Intentare no reaccionar y en cambio responder desde mi inteligencia, conocimiento y valores. Vamos a ver si lo consigo
Ana Sánchez
Escucharnos, fijarnos en como nos estamos sintiendo, para mí es muy necesario para sentirme en conexión conmigo misma, me permite parar y así me he ido conociendo mejor. Es muy útil para ir fijándonos en como nos sentimos, que nos está provocando malestar, que necesitamos… También hay que tener en cuenta la perspectiva con la que nos observamos, una mirada sincera, sin juicios, simplemente observar sin querer cambiar.
Personalmente pienso que cuando nos entendemos y sabemos cuál es ese miedo, es más sencillo conectar con la compasión y ayudarnos, ya que algunas veces sino se llega a caer en la negación, en el porqué me siento así y en una lucha constante con nosotros mismos.
El miedo lo veo como una emoción a la que escuchar, una forma de nuestro cuerpo de pedir ayuda y todo lo que al final queremos es gestionar ese miedo, pero se esconde y solo nos muestra algunas señales. Hay que hacer introspección y reflexión para llegar a comprender qué es lo que necesitamos, cuál es el miedo. Ahí se nos abre una puerta a la comprensión, a entender que muchos de los síntomas se reducían a un miedo al que por fin se le puede poner cara. Es como si en una batalla entre nosotros y el miedo, no lo viéramos y sintiéramos que esta por todas partes, cambiando de forma y a la que no conseguimos hacer frente porque vamos dando tumbos y atacando de manera precipitada. En cambio, al conocer el miedo, podemos hacerle frente porque ya sabemos a qué nos enfrentamos.
Paula Lucas García
Que gran tema el miedo ¿nuestro mejor amigo o nuestro peor enemigo? Des de mi humilde opinión creo que directamente deberíamos dejar de ponerle etiquetas y como dice el artículo acompañarlo e integrarlo. El miedo no deja de ser nuestro Niño interior asustado y asustándonos a nosotros de paso. Tenemos la opción de reprimirlo, de decirle que eso que siente no esta bien y que ese niño entre cada vez más en un bucle más profundo de miedo o tenemos la opción de aprender de él y normalizarlo dejando que sea parte de nuestro ser aprendiendo a lidiar con él.
Coincido que para poder acompañar este miedo, es importante escucharnos y me gusta mucho que el texto da entender el miedo como otra parte nuestra a la que amar, nunca me llevé bien con mis miedos hasta que me di cuenta que formaban parte de mí y esa parte también tenia su punto bonito y de aprendizaje y que chillarles y regañarles, culpándome a mí por el camino, culpándome a mi misma por SENTIR, no me estaba llevando a nada más que a sentir más frustración y soledad. Ahora expreso mis miedos, pido ayuda si la necesita y me doy mi tiempo, acaricio mis miedos y los acompaño para que sepan que no están solos.
Ana Linares Rueda
Estoy totalmente de acuerdo con remarcar que el miedo es una emoción básica que tiene su utilidad, sino no existiría. Sobre todo remarcar que no es negativa, sino que la sensación que experimentamos no es agradable, este aspecto es un hecho que pocas personas son conscientes ya que involuntariamente clasifican las emociones como positivas o negativas. Cuando alguien percibe una emoción como negativa, lo que suele hacer es intentar evitarlo.
Me ha parecido muy curioso e interesante la comparación con las capas con las que estamos cubiertos que incluso a veces nos cuesta reconocernos a nosotros mismos. En esta oración me gustaría señalar que considero que desde la infancia no se promueve la inteligencia emocional y de alguna manera esta ausencia tiene un efecto directo en nosotros. Esta falta de introspección y de habilidades hace que de alguna manera proyectemos en los demás, como el ejemplo del egoísmo que has comentado (Los demás son los egoístas, yo no puedo serlo). Aquí también creo que se visualiza o se externaliza esta manca de introspección y entendimiento con uno mismo, ya que por en una situación haber tenido una actitud egoísta, no significa que lo seas.
Por ese motivo resaltar la importancia de parar y observar para podernos entender sin juzgar. Considero que es un aprendizaje, ya que vivimos en un mundo donde todo va rápido, con prisas y no para. Este aprendizaje como bien comentas, nos ayudará a tomar consciencia de nuestras emociones y al mismo tiempo, prestarnos atención y respetarnos..
Por último, comentar que la comparación con las personas marineras y el mar la veo muy útil y muy buen recurso para explicar cómo el miedo no es un ataque hacia nosotros, sino que nos da una información de ser prudente frente la actuación y que a su vez, el ser prudente con nosotros es una manera de entendernos y respetarnos.
Josefina de la Fuente
Gracias por este artículo Herminia!
Me ha resonado muchísimo, porque suelo estar en la acción y reacción. Y en estas palabras he encontrado un mantra para detenerme y no precipitarme.
El último año, gracias a todo el trabajo personal, he comenzado a aprender a planificar un poco mis respuestas. Me ha gustado el tema del respeto, darle sentido al miedo para poder confiar más allá de el.
Gonzalo Camprecios Gari
Muchas gracias Herminia por este escrito
Encuentro que es muy poderoso y necesario no solo en el mundo del coaching sino en nuestras vidas personales y profesionales. Creo que el miedo es un gran maestro que es si es poderoso porque nos da una razon por la que vivir: la experiencia.
Con lo que me quedo es que ir con el miedo de la mano y tener el coraje de afrontarlo es un reto precioso para este regalo al que le llamamos vida, y para seguir profundizando en este viaje tan bonito llamado autoconocimiento.
Albert Carrasco
Considero que percibir tus miedos es una manera interesante de conocerse (no la única), te da ciertas respuestas acerca de ti mismo. Conocerlos y aceptarlos para trascenderlos es importante.
Veo una similitud en el tema de los marineros y algo que me he dicho en ocasiones, el conducir. Es importante tener respeto por la carretera ya que un alto porcentaje de lo que sucede en ella no depende de ti, pero nunca miedo. Este te paraliza y no te permite disfrutar del trayecto. Probablemente extrapolable a aspectos de la vida.
Consciente de que muchas veces el miedo me ha hecho actuar de maneras determinadas, le doy mucha importancia al “pillarme a tiempo”, es decir, detectar la emoción y replantearme la actuación. Algo que en ocasiones me ha parecido inconsciente, viene determinado por unas creencias sobre mí mismo y el entorno bañadas de miedo. Por eso trato de escucharme y detectar con qué fin hago ciertas cosas. Un trabajo costoso pero con muy buen resultado. Aceptarte y conocerte a ti y a tus miedos.
Muchas gracias.
Jennifer Monterroso
El autoconocimiento y de la mano el escucharnos, el darnos cuenta de «para qué» estamos reaccionando nos da muchas pistas sobre el motivo por el que estamos precipitándonos y decidiendo desde el miedo. El escucharnos implica aceptarnos e irnos sacando capas y capas de ideas, creencias y juicios sobre nosotros mismos. Es liberador hacerlo y nos permite vivir desde la serenidad y desde una actitud menos reactiva ante nosotros y ante las circunstancias que nos rodean y sin duda, es un camino muuuuy largo en el que hay que poner compromiso y ganas pero que nos lo puede hacer muy fácil.
Mercè
Efectivamente, para reconocer a qué le tenemos miedo es fundamental parar y estar presentes para poder identificar qué nos está pasando, coger perspectiva y no intervenir. Se trata de pasar de la reacción a la respuesta consciente. Al identificar el miedo como parte de nosotros mismos estamos viéndonos ya de una forma completa, aceptando todo lo que somos, eso nos permitirá conocernos, amarnos y sentirnis dueños de nuestra vida.
Júlia Sala Caballeria
En moltes ocasions, quan sentim una emoció que és desagradable per a nosaltres, tendim a lluitar contra aquesta. La conseqüència seria que aquesta emoció s’acaba perpetuant.
Com bé diu a l’article, quan sentim por o qualsevol altra emoció, és important parar i observar el que estem sentint, sense jutjar-nos a nosaltres mateixos. Només des de l’acceptació i des de l’amor podrem estar en pau amb nosaltres mateixos. L’error està a evitar el que estem sentint. En conclusió, com més bé et relaciones amb les teves emocions, més en pau podràs estar amb tu mateix.
Sandra Bofill
Leyendo esto me ha hecho conectar con mi propio proceso de autoconocimiento… Por mi experiencia de vida, me he dado cuenta, que donde hay miedo no hay amor… Con esto me refiero, que no hay mayor miedo que el que tenemos a vernos, a nuestra propia luz, a lo que realmente somos… y para ello es básico, dejar de juzgar y por ende juzgarnos… Mientras nos mantengamos en el juicio no seremos capaces de poder mirar al miedo a los ojos y aceptarlo como parte de ti, por que forma parte de ti y es perfecto ya que nos muestra donde no nos estamos amando.
Con lo cual estoy totalmente de acuerdo en que la atención es básica, el pararnos, observar sin juicio y darnos nuestro tiempo, es el camino para poder abrazar nuestro miedo y darnos cuenta que ahí reside nuestro gran potencial, nuestro gran regalo.
Mil gracias Herminia por este artículo… Gran sabiduría…
Pep
És revelador i tranquilitzador per mi entendre que absolutament tothom té pors. Que les pors existeixen i que el millor que podem fer és escoltar-les-observar-les-sentir-les.
Observar si la por és un mecanisme per a una protecció d’un perill real o no. Observar si ens protegeix o ens limita. De què ens protegeix. Quines oportunitats perdem per no abordar allò que genera la por. És necessari afrontar les pors pel benestar conscient i profund?
Aprendre a observar és aprendre a estar present, quan estic present sóc més eficient i em sento millor. Un cop més la observació i el respecte són trascendentals per al creixement d’unx mateixx.
Gràcies!
Luis Prior
Considero que la emoción del miedo tiene dos caras. por un lado está el miedo físico. Miedo a sufrir daño incluso la muerte física. Normalmente en cuanto estamos lejos de la fuente del dolor físico la emoción se aleja. Por otro lado está el miedo sobre nuestro yo mental. Esté se basa en elaboraciones mentales que hacemos a partir de una situación de miedo. Y pueden ser situaciones de miedo físico o psicológico (miedo a una pérdida, miedo a minusvaloración, etc) pero que, a diferencia del miedo anterior, rápidamente subimos a la mente y elaboramos millones de consecuencias nefastas debido a él. Y esto lo que hace es perpetuar la emoción convirtiéndola en sentimiento duradero. A demás, nos hace actuar de manera irracional para evitar las consecuencias tan peligrosas que hemos elaborado.
En mi caso, el miedo ha gobernado alguna parcela de mi vida haciendo que actuara de manera irracional. He aprendido que el miedo ponia de manifiesto mi gran apego sobre las cosas y personas y, a su vez, mi falta de confianza en mi mismo. El miedo ha sido una gran alarma para detectar esa falta de confianza. Un gran maestro. Cuando no esta en juego mi integridad física el miedo me dice donde me apego, qué tengo miedo a perder, a que estoy «enganchado». Es un gran maestro para mi.
Vanessa Jordan
Como uno de los miedos más profundos es aquel que proviene de nuestra falta de autoconocimiento y aceptación, miedo a bajar a nuestros sótanos y descubrir que aquello que tanto nos molesta en el otro, es parte de nosotros. De ahí la importancia parar, darnos el espacio para escucharnos, prestar atención a los miedos y comprenderlos, aceptarlos y respetarlos. Solamente con esa toma de consciencia podremos afrontarnos y empezar a liberarnos de ellos.
Carles Peiró
Llegar a entender que el miedo nos ayuda a respetar las leyes y los tempos de la vida no es una tarea fácil. Comprender y saber utilizar el miedo como aliado y no verlo como un enemigo requiere de tiempo y experiencia. No tengamos prisa pues, permanezcamos atentos y proactivos y obtendremos las claves para saber confiar.
Xavier Civit
La por té molt poder i alhora no en té gens, dependrà del que nosaltres li vulguem donar. Si ens atrevim a lluitar-hi veurem que som capaços de superar-la. Això requereix un acte de valentia ja que per enfrontar-te a les teves pors has de ser valent. Entenc per ser valent el respectar-te i estimar-te. La teoria és fàcil però la pràctica ja no tant, requereix de molta maduresa. Tots tenim molta feina
Alejandra Fossas
Estamos tan acostumbrados al piloto automático con el que actuamos cuando el miedo conduce nuestras vidas que a veces, y en relación a la frase “Nos encubrimos con tantas capas que a veces ni nosotros mismos somos capaces de reconocernos” nos reconocemos demasiado actuando como siempre, con miedo. Cuando volvemos a nuestras casas y pensamos en la situación en la que hemos actuado por miedo y nos escuchamos, a veces podemos observar y reconocer que ese ha sido nuestro modus operandi durante demasiado tiempo. Pero en el fondo no somos eso, eso se ha ido formando, esa capa de ego que desde que nacimos ha ido cubriendo nuestras heridas sin sanarlas de verdad. Es solo una coraza.
Como en el arte de la gestión emocional, identificar es el primer paso. De la misma forma, un equipo de investigación criminal no sabrá por donde empezar si no ha identificado qué tipo de perfil busca.
Cuando nos encontramos en esa situación es difícil apagar el piloto automático del miedo porque sino ¿cómo te defiendes? Quizás no tengas que defenderte de nada, quizás estás interpretando algo de una forma que te asusta, pero esa no es la realidad. Descubrir porqué tienes miedo pasa -como comenta el artículo- por un análisis interior complejo, muchas veces con la mirada en el pasado y a veces doloroso.
Pero nada será peor que seguir viviendo con miedo. Y no hace falta que vivas con un miedo exagerado a algo que te impida funcionar con normalidad para sentirte identificado con esto, es más, la mayoría son inconscientes e indetectables precisamente porque llevamos con ellos mucho tiempo demasiado cerca de nuestras caras.
Me ha gustado la referencia al respeto y la prudencia del ejemplo de los marineros. A mi, por ejemplo, el mar, un tiburón, una serpiente, me dan un respeto que me gusta. No les tengo miedo, pero eso no es igual a la falta de sensatez y prudencia. No navegaría sin saber hacerlo, no me enfrentaría ni acercaría a un animal potencialmente peligroso, pero en ese peligro hay algo de respeto que no me implica miedo sino fascinación y desde una distancia prudente lo admiro.
Es importante respetar nuestros tempos, enfrentarnos poco a poco y quizás, podría ser útil la práctica imaginada… es decir, situarnos mentalmente en esa situación en la que actuaríamos por miedo (al rechazo, a que descubran nuestra fragilidad, al abandono, a no ser amados etc.) y reaccionar mentalmente con calma, serenidad, amor propio, aceptación, autoescucha y autocomprensión. Entiéndete. Entiende de dónde viene ese temor y detecta como el miedo te hace reaccionar ante las situaciones en las que te sientes amenazado/a y, poco a poco, busca formas respetuosas contigo mismo/a de sentirte, de responder y de actuar desde una velocidad más pausada y, sobretodo, conducidas por tu verdadera esencia, no por el miedo.
Cristina Gual
Tomo nota de los 4 pasos estar atentos, respetar, comprender y aceptar para empezar a conocerme. O en mi caso “re-conocerme”.
En mi etiqueta de persona “resolutiva” he optado por “solucionar” rápidamente mis miedos. ¿Cómo? De la única manera que hasta ahora he sabido al estilo de “colocarlos” bajo la alfombra.
ATENCIÓN y RESPETO un buen tándem inicial. Ahí voy.
GRACIAS por estos 4 pasos son mi herramienta a practicar en este verano “especial” e incierto.
Beni
Cuando las personas somos capaces de parar, escuchar, observar, vemos que nos pasa, nuestras reacciones, tenemos miedo. Hay muchas clases de miedo, a volar, a la muerte, a la soledad … pero hay otros miedos que sentimos, como los celos, la envidea, el egoismo… que nos producen malestar. Muchas veces lo que hacemos es ocultarlo, auto-engañándonos, atacando…
Si estuviéramos atentos, y observáramos de dónde surgen estos miedos y por qué, podríamos reflexionar como mirarles a la cara, como superarlos.
Cuatro pasos importantes para conocer nuestras miedos y superarlos: estar atentos, respetar, comprender y aceptarnos.
Mar Canovas
Me han encantado las dos metáforas del artículo para entender mejor el efecto que tiene en nosotros el miedo. Creo que la historia de la joven guerrera nos ayuda a darle una forma muy concreta al miedo, y así poder mirarle a los ojos Y des de poder reconocerlo, actuar para no otorgarle poder.
También me ha gustado la idea del mar como representación del miedo. La idea de vincularnos con este des de un respeto. Pero a la vez aprendiendo a navegarlo y sin dejar que nos derrumbe.
Adriana
La base de un buen autoconocimiento es escucharnos, oir aquello que nos resuena, que nos remueve, que nos hace sentir alguna cosa dentro de nosotros. Me ha gustado mucho este articulo y sobretodo la importancia de escuchar, de oir, de notar, de entendernos para saber porque sentimos ese miedo. A veces como bien se cuenta en el ejemplo de la mujer que creía que los hombre la rechazaban, a veces simplemente son proyecciones de aquello que nosotros tememos, o pensamos que no tenemos, miedos e inseguridades que creemos que todos ven. Es por eso que creo en la importancia de escucharnos para entender a que le tememos y el porque y poder cambiar esa visión para coger más seguridad y evitar falsas creencias.
drwiygni
Todos sentimos miedo y este normalmente aparece cuando sentimos peligro. Peligro de perder, de ser juzgados, de quedarnos solos, de hacer las cosas «mal», es decir, peligro en distintos contextos y momentos. El miedo, llevado a su límite, acaba por bloquear, por corromper, por anular. Se produce una parálisis que impide realizar la acción. La resistencia a ese miedo, la negación de la vulnerabilidad humana, lleva al miedo a sus límites.
Y entonces, ¿Qué hacemos? Tal y como se dice en el artículo; «respetar nuestros propios miedos». Crear ese espacio, RESPIRARLO y reconocer esa humanidad que todos llevamos dentro; nos libera, nos conduce hacia la auto-compasión, nos conecta con nuestra parte más humana, más real. Reconocer mi miedo y apoyarme a mí misma por sentirlo, en vez de culparme, me conduce a un lugar de paz, desde el que puedo pasar al acción sin necesidad de bloquearme. Sí, el corazón me va a latir más rápido, puede que sude, puede que tartamudee…pero no dejo que ese miedo me paralice, porque no me resisto a sentirlo.
El miedo, de una forma u otra, siempre va a estar allí. Pero creo que la magia reside en cómo uno se relaciona con este, como se gestiona ese miedo: si acepto mi humanidad, acepto mi miedo, lucho aunque me sienta a medias y me fortalezco. Si niego mi humanidad, reniego del miedo y me resisto a sentirlo, y desde ese no-respirar, me debilito y paralizo: estoy en el mismo punto, pero sin haber hecho nada. No hay avance.
Si miro mi vida con retrospectiva….todas las situaciones, personas y oportunidades que en un inicio me han atemorizado y me han incitado a huir, son las que me han hecho más fuerte, me han enderezado más. Al miedo lo voy viendo de vez en cuando y cuando decide visitarme, le invito a entrar, le preparo un té para que se relaje y finalmente, le invito a marcharse. Más tarde y desde su compartimento, me observa y ve, que en realidad, no era para tanto. Yo reconozco su derecho a ser, su derecho a querer «humanizarme» y protegerme; y él reconoce y agradece mi necesidad de querer luchar igualmente.
Adriana
Los seres humanos tendemos a categorizar el miedo como una emoción negativa. Este hecho verdaderamente no es así. No existen emociones positivas o negativas, existen emociones que producen sensaciones más o menos agradables. Este articulo me ha permitido reflexionar sobre una cuestión, ¿por qué evitamos experimentar el miedo? Realmente detrás de todo emoción existe un aprendizaje de la persona. Es bueno experimentar miedo para poder aprender sobre lo que este implica. Es por eso que, es fundamental aceptar las diversas emociones que nos surgen y no juzgarlas. Una palabra menciona en el post que me ha parecido interesante es el respeto. Debemos de respetar aquello que estamos experimentando. Es importante tomar conciencia de esa emoción, escuchar y permitirse sentirla para así logran una buena gestión de esta.
Gemma R
La introspección es una tarea que, aunque por desgracia no nos enseñan a llevarla a cabo, es fundamental. En la visión de este artículo se puede ver un ejemplo de ello. Pararnos a pensar ‘’¿Qué estoy sintiendo?’’ y prestarnos atención puede ayudarnos a ser conscientes de nuestros miedos para no dejar que éstos tomen el control por nosotros.
Por otro lado, me ha gustado mucho la visión de Herminia cuando menciona el hecho de ‘’ tratarnos a nosotros mismos con respeto’’ ya que, como se comenta en el artículo, ‘’desde este respeto podemos transformar nuestro carácter’’ y evitar así actuar de forma reactiva.
Maria Mercedes Aparicio Romero
Este artículo me ha hecho pensar en la frecuencia con la que nos juzgamos. Tenemos miedo a ser quien no queremos ser, o lo que no queremos ser (envidiosos, egoístas, inseguros…). Si nos paramos a escuchar el miedo y lo que el miedo dice de nosotros, sin juzgarnos aprenderemos a respetarnos y amarnos.
Hemos de detenernos para poder observar, y hemos de observar para poder aceptar y llegar a a amar. Reto difícil en una sociedad en la que damos más valor a hacer que a ser. Creo que los psicólogos debemos crear un espacio en el que el paciente pueda observarse sin juzgar para así conocerse y llegar a apreciarse con todo lo que tenga que le agrade y aquello que no le agrade tanto.
Marina Romero Llovet
De este artículo me quedo con que para gestionar el miedo, estar atentos y percibir y conocer nuestro cuerpo y nuestras sensaciones es prioritario y vital. Plantearnos el ¿qué estoy sintiendo? y el ¿Cómo reaccionaría habitualmente ante esta situación? nos puede llevar a percibirnos de tal manera que conozcamos y aceptemos cómo nuestra forma de ser infuye nuestra experiencia emocional, en este caso, el miedo. Y es que, como dice Hermínia, no se trata de juzgarnos, se trata de estar atentos y de permitirnos sentir lo que estamos sintiendo. No se trata de evitar lo que sentimos, se trata de experimentar para conocernos. Sólo sera cuando nos conozcamos a nosotros mismos y, por ende, el origen de nuestros miedos, que podremos evitar precipitarnos y darle al miedo todo el poder.
Júlia Bartra Pallarès
Trobo que és vital sentir respecte cap a les pròpies pors, això ens permet entendre’ns millor a nosaltres mateixos i ser més comprensius respecte a les nostres emocions. També és molt interessant poder veure com la por pot adoptar diferents formes, des de la gelosia a la frustració, tot té la mateixa base. I això és important saber-ho analitzar i comprendre.
Justament, si no som capaços de veure les nostres pors, molt sovint les dirigim a les altres persones. Això produeix frases com: «no em reconec a mi mateix, has vist fins on m’has fet arribat?». Això fa que enviem l’origen de les nostres emocions a un lloc erroni. Fet que pot produir dolor a un mateix i a les persones que ens envolten.
Júlia Jané
Haciendo referencia a otro artículo acerca del miedo publicado por Herminia, creo que este tiene distintas funciones. Es realmente frustrante cuando los miedos nos limitan o nos paralizan y nos afectan a distintas áreas de nuestra persona. Aun así, quizás debamos escuchar al porqué y el para qué de estos miedos. Quizás son una expresión de nuestra intuición que pretende decirnos que aquello que queremos no nos conviene. Me parece muy interesante la perspectiva del miedo que se propone en este artículo, ya que este también lo podemos utilizar a nuestro favor.
Marc Ventosa
Totalmente de acuerdo con lo de «verdades que son dolorosas y que nos cuesta identificar, ya que ¡nosotros no somos así! Los demás son egoístas, celosos o envidiosos, pero nosotros no lo somos.». Siempre pensamos que los demás actúan desde el mal y nosotros desde el bien, desconfiamos de los demás, pero nosotros siempre hacemos las cosas desde la bondad… Es importante reconocer en qué nos mentimos a nosotros mismos y cambiar esa visión. El autoconocimiento nos da poder y herramientas para vivir la vida de una forma más segura y respetuosa. Muy buen artículo, de verdad.
Agata Tresserra
Que gran artículo! Seguramente uno de mis preferidos. No hay mucho más que añadir.
Simplemente aportar que este año es el primero que estoy atenta. Es el primer año que me dedico mucho tiempo a experimentar sobre lo que siento y des de donde lo siento. Dandome este espacio empiezo a comprender muchas de las cosas y, lo más importante, empiezo a conocerme más.
Muchas gracias por el artículo.
Anna Sanz
Al leer la pequeña historia del inicio de este artículo, automáticamente se me ha venido a la mente una frase que me llevé de un seminario del postgrado de Técnicas Psicológicas, que fue “si haces caso al miedo, aumentas el miedo”. A veces para trabajar el miedo y poder afrontarlo tenemos que combatir a nuestra mente y hacer el contrario de lo que esta nos diga, en el sentido de no hacerle caso al miedo para así poder gestionarlo mejor y que este no vaya aumentando cada vez más.
Otra frase que se me ha venido a la cabeza leyendo este artículo ha sido “el miedo te puede frenar, pero también puede ser un motor”. Si hacemos caso a nuestros miedos y no los cuestionamos es muy fácil que estos nos paralicen, pero si por el contrario, intentamos hacerles frente y no hacerles caso, estos miedos nos llevan a la acción, nos activan y nos predisponen a empezar a realizar cambios; actúan como un motor.
En cuanto a nosotros como profesionales de la psicología, creo que es importante tener presente que muchas veces detrás de los problemas que nos presentan los pacientes al llegar a consulta, hay miedos de los que no son conscientes o que tratan de ignorar y que será importante trabajar. Trabajando estos miedos y consiguiendo respetarlos, será como conseguiremos seguir avanzando con una mayor calidad de vida y un mayor bienestar.
Mònica Sagnier
Como se dice en el artículo, la mejor forma de tratar con el miedo no es la que nos surge de forma instintiva (el mecanismo de evitación que tenga cada unx). Sino que es importante experimentar, observar…sin juicio, permitirnos sentir… Esto es algo que hasta que no te lo explican (más de una vez) y sobre todo, hasta que no lo experimentas por ti mismx, es complicado… Requiere de entrenamiento, puesto que como he comentado, las respuestas más habituales que tenemos son instintivas (como especie, de por sí, al miedo reaccionamos huyendo). Como dice el artículo: “Prestar atención nos permite comprender de dónde surge nuestro miedo, cómo se manifiesta y cuando por fin lo comprendemos podemos reconocerlo, aceptarlo y decidir no actuar precipitadamente.” Hacer este ejercicio nos ayudará a crecer, es parte del proceso de crecimiento personal, de nuestro autoconocimiento, el cual es una herramienta sanadora sin duda.
Me gustaría destacar dos frases más del artículo que me han gustado especialmente: La alusión a que “podemos decidir no reaccionar y en cambio responder”, algo que trato de tener muy presente en mis momentos de tensión. Y “malestar de precipitación”, me ha gustado mucho esa forma de expresar esos momentos que todxs hemos tenido. Y es que es así: “nos precipitamos” , “reaccionamos” en vez de parar, observar(nos) y entonces, responder. Considero que esto es mucho más adaptativo para nosotrxs y para nuestro entorno.
Blanca Torre
Me parece muy interesante el concepto «respeto» hacia lo que estamos experimentando. El hecho de escucharnos a nosotros mismos, dar voz a lo que sentimos y prestarnos atención, con respeto, es una práctica que muchas veces se da por sentada. En cambio, si lo hacemos podemos llegar a comprendernos mejor y aceptar y respetar todo aquello que pensamos y sentimos. Porque al final es el primer paso para poder gestionarlo y llevarlo mejor. Es por eso que me parece muy interesante este artículo y el fin al que quiere llegar: querernos a nosotros mismos, incluyendo todo aquello que nos hace más vulnerables.
Janna
Me ha gustado la historia para explicar como afrontar los miedos; me he dado cuenta de que aquellas veces que peor lo llevo es cuando me precipito y permito que el miedo se acerque demasiado. A veces se olvida que «No se trata de juzgarnos, se trata de estar atentos. No se trata de evitar lo que sentimos, se trata de experimentar», y al leerlo me he dado cuenta que por mucho que lo sepa, a veces hace falta recordarlo.
Este artículo me ha servido de lección y me ha ayudado a reflexionar sobre qué respeto le tengo a mis miedos y las veces que me precipito.
Sara Elizabeth Olivares Puelles
Creemos que el miedo es malo, pero ¿es tan así? el miedo también puede protegernos. Debemos entender el sentimiento y la emoción, a veces le haremos caso y otras no, nosotros tenemos el poder de decisión.
Zaida Hernández Cuba
Bonito ejemplo el de la señora gallega y el mar (y no lo digo por ser gallega). Al fin y al cabo, el miedo es un aviso, y como tal, aparece para que estemos atentos y actuemos con cautela; con respeto. Y, como ante cualquier emoción que experimentemos, la reacción está en nuestra mano. Podemos huir y ser esclavos del miedo, o comprenderlo, respetarlo, y afrontar la situación.
Cristina García Mozley
Un post muy interesante.
Me ha gustado mucho la visión de la señora gallega y el mar. Es ese respeto al mar que hace que lo ames tanto como lo respetes, y esto mismo hace que vayas paso a paso, tomando conciencia de las propias posibilidades y los propios avances. Es decir, te respetes a tu persona en sus “ritmos”, adquiriendo auto confianza en cada paso. Y es que no se trata de luchar, sino de serenarse.
Hace un año, decidí nadar a mar abierto…y en la piscina. Decidí superar 2 miedos relacionados con el nadar en el mar. El primer día, salí del mar mareada, temblorosa y con enorme sensación de satisfacción. Actualmente, sigo trabajando estos dos miedos, y es el respeto al mar y a mí misma que me permite ir avanzando con precaución y confianza.
Me ha surgido una duda. ¿Cuando el esperar se convierte en no atreverse nuca con el miedo?, ¿Cuándo el miedo se acerca tanto que ya no sabemos ni separarlo?
Gracias
Nuria Molero Conesa
Bajo mi experiencia personal, creo que cuando nos precipitamos ante un miedo, cuando reaccionamos, realmente estamos reaccionando a otro miedo. El miedo a sentir esto desagradable que siento, y entonces, quiero «quitármelo de encima» a toda costa.
Podríamos decir que no me estoy aceptando a mi misma cuando siento esto que me desagrada, así que aceptarme sintiendo algo denso podría ser un primer buen trabajo de comprensión.
No nos aceptamos sintiendo lo incómodo, queremos escaparnos con el miedo a medio sanar, y así siempre vuelve. Realmente pienso que este es un bonito trabajo de toda la vida.
Gracias <3
Cristina Moreno
Así que el gran secreto es no precipitarse !! para mí esto es clave ya que yo soy más del: ¿Y si tienes miedo? Pues hazlo con miedo. ¿Y si no sabes que actúas por miedo?
Me quedo con los cuatro pasos: estar atento (identificarlo), respetarlo, comprenderlo y aceptarlo, confiando en que ocurra lo que ocurra sabré afrontarlo como la guerrera de la historia. Foco especial en pararme e identificarlo para cuestionármelo.
Alicia de las Heras
Me ha parecido clave la frase: «No se trata de evitar lo que sentimos, se trata de experimentar». Experimentar, observarnos, ser conscientes y aceptar lo que hay sea lo que sea, el gran aprendizaje.
Gracias!
Ana Luna
Básicamente no queremos sentir miedo, creemos que actuar con rapidez nos libera de esta emoción.
Me ha parecido importantísimo el «detalle» de no juzgarnos, es un gran paso que nos dirige a la aceptación y al respeto por tan necesaria emoción.
Cristina Varela
Si el peligro real no existe, es decir no vas a caer de un precipicio, casi te atropellan, etc… El miedo es fruto de nuestra mente,. Así que :Gracias por recordarnos que sólo necesitamos darnos cuenta, pararnos y respetarnos, que receta tan sencilla y que difícil de llevar a cabo. Si nosotros nos tratamos como nos gustaría que nos tratasen los demás, con amor y respeto, nos daríamos tiempo para darnos cuenta que es lo que estamos sintiendo y de donde viene realmente esa emoción.
Me encanta la frase de : ¿Y si tienes miedo? Pues hazlo con miedo!!!
LAURA
Hacemos las cosas más por miedo que por amor, sin embargo el miedo es un gran motivador. Debemos empezar a escucharnos, identificar y aceptar, es la manera para que nuestros miedos limitantes lo dejen de ser.
Verònica Rebollero
Hay que tomar conciencia de lo que nos ocurre y las reacciones que genera ese miedo para que des del respeto podamos comprender cada reacción que nos genera y aceptarlo con el fin de afrontarlo y confiar en nosotros mismos.
Marta Mòdol
Quanta informació valuosa podem extreure’n si parem, observem i experimentem les nostres pors!
Tot un repte i a la vegada una gran oportunitat per prendre consicència de les nostres emocions i sentiments, comprendre d’on surten i de quina manera ho fan. És en aquest punt on, des d’aquest autoconeixement, podrem acceptar què sentim i decidir com volem respondre enlloc de seguir reaccionant.
Eva Esteve
Creo que es muy importante saber canalizar las emociones y sobre todo la del miedo . Por que te hace decir y hacer cosas que luego te puedes arrepentir, el problema que nadie te enseña como trabajar las emociones, cuando eres pequeño y como trabajarlas para poder gestionarlas. Si nos enseñaran el mundo seria distinto y las reacciones también.
El miedo a la perdida hace mucho daño, cada día lo vemos mas en la calle las cosas que pasan por no saber gestionar esa emoción.
Cristèle SOUYRI
Últimamente se han presentado a mi vida 2 situaciones en sectores diferentes (Amistad y Amor) en los cuales me he parado y he respondido, por primera vez !!!!!! Anteriormente, una emoción de rabia se hubiera empoderado de mi y hubiera reaccionado de manera agresiva en ambas situaciones. El estar presente, conectada conmigo misma (además de aplicar las enseñanzas del libro los 4 acuerdos) me ha permitido poner distancia con las circunstancias y responder desde la calma. Este cambio a generado en mi, confianza, empoderamiento, felicidad y mantener mi paz interior. Así que seguiré practicando ;-)!
Pauline
«Abrazar el miedo», es lo que extraigo de la lectura de este blog. me gusta la acción que me llevo. Estar pendiente de (re)conocer mi miedo, admitirlo y permitirmelo. Analizar porqué me siento como me siento; ver qué otras emociones hay o se mezclan. Me propongo estudiar lo que me pasa a nivel de emociones y aplicaré meditaciones con visualización para proyectar cómo me quiero sentir. Gracias por el artículo y la idea de qué poder hacer con el miedo.
carlos oliva
Me parece importante enfrentarte al miedo con calma, y la cabeza fria. Supongo que es eso, darse un espacio, un tiempo para ver como eso que te da miedo se puede vencer.
Debe ser algo que se entrena y uno se va acostumbrando, o quiza va a caracteres… Sea como sea, que no nos domine.
Aina
Tenim la tendència de qualificar que està bé i que no està bé sentir, que és el que és correcte o incorrecte, ens jutgem, ens qüestionem i fins i tot, podem arribem a ignorar que ens està passant o que estem sentint.
La por tan sols és una emoció més que ens dóna informació d’alguna cosa sobre nosaltres i el nostre entorn i poder comprendre – la, acceptar – la i abraçar – la, és el primer pas per afrontar – la.
Prendre consciència del que ens passa significa dedicar – nos temps i atenció. És tan important dedicar temps a posar consciència i a buscar les estratègies i les eines per fer front a les situacions que se’ns van presentant… Dedicar – nos temps és sens dubte, una manera de cuidar – nos.
Olimpia Castro Viu
Desde siempre he creído que el miedo aparece por algo. Esto es, porque tiene un mensaje para nosotros/as que, si sabemos interpretar, se nos ofrece como una puerta a nuestra sabiduría interior, sirviéndonos de protección y de profundo espejo de aquellos temas que nos limitan y paralizan e implican salir de nuestra zona de confort si queremos afrontarlos.
Coincido con Herminia que el “estar atento/a” nos permite pararnos a observar desde la curiosidad y no desde el juicio, preguntándonos cómo reaccionaríamos ante dicha emoción, con la gran diferencia de que ahora, como somos conscientes de qué sentimos y dónde lo sentimos, podemos actuar diferente. (Y, del mismo modo, sabemos que si actuamos diferente, obtendremos resultados diferentes). Además, a ello se suma que el hecho de pararnos a observar la emoción nos permite vislumbrar qué otras emociones (envidia, celos, rabia, etc) hay detrás.
Al final, pienso que se trata de integrarlo y de aprender a gestionarlo más que de negarlo o maltratarnos a nosotros/as mismos/as por sentirlo. Como dice Herminia, es una emoción universal que nos guste o no forma parte de lo que somos.
En conclusión, me llevo la idea de que cuando el miedo llame a nuestra puerta, podemos decidir no reaccionar, tomar distancia y responder, como dice Herminia, “desde nuestra inteligencia, conocimientos y valores”.
Davinia Garcia
Vivimos muy desde la acción y dedicamos poco tiempo a escucharnos. Tomamos decisiones constantemente en un periodo de tiempo cortísimo y muchas de ellas las cambiaríamos si hubiéramos tenido unos segundos más… Al miedo se le tiene que prestar una escucha activa que necesita tiempo y dedicación.
Christian Zermeño Gallegos
Mi relación con el miedo está en buen momento, no porque los haya dejado de sentir, más bien porque los escucho. Lo primero para resolver un problema es mirar el problema.
Antes sentía miedo y me sentía culpable, me paralizaba y no actuaba, ahora es totalmente distinto. Si siento miedo, actúo me pongo en acción y me preparo hasta no sentir miedo, entendí que parte de afrontar mi miedo es prepararme lo mejor que puedo, y entendí que a veces gano y a veces aprendo, pero la vida siempre me da nuevas oportunidades aunque en el momento no las observe. Mis miedos me han hecho en parte ser quien soy y no sería lo que soy sin ellos
Carlos Bisbal Sanz
Me ha encantado el cuento de la guerrera…»Mis armas son que hablo muy rápido y me sitúo muy cerca de tu cara»…»si no haces lo que te digo, no tengo poder»…
El miedo se sitúa tan cerca de nosotros que nos llegamos a confundir con él, podemos llegar a identificarnos con él y por lo tanto actuar según sus dictados, pero si no hacemos lo que él nos dice, el miedo no tiene ningún poder sobre nosotros.
¿Cómo hacerlo? Tomando distancia para entender que una cosa es el miedo y otra muy distinta nosotros…parar, sentir, ser consciente de lo que sentimos y entonces actuar.
Es un proceso por el cual vamos pasando de la reacción a la acción consciente…incluso si la acción acaba estando dominada por el miedo, al menos seremos conscientes de que nuestra acción es consecuencia del mismo y esa manera de actuar no podrá sostenerse por mucho tiempo.
Un artículo muy bueno.
patricia.delgado.p
Aprender de nosotros mismos a través de nuestros miedos. Me gusta esa idea. Esa idea no me da miedo, me inspira curiosidad en mí misma 🙂
Cada vez con más claridad veo que el problema del miedo es que es una emoción incómoda, de la que me quiero deshacer rápido. Por lo que, cuando aparece, no investigo, no paro, actúo o pienso, para controlarlo. Creo que así lo mantengo a raya, cuando en realidad le estoy brindando más poder. Y aún más, pierdo información valiosa sobre mí misma. ¿De qué tienes miedo, Patri? ¿Qué peligros supone para tí esta situación? Tengo miedo a la tristeza. Me doy cuenta de que este miedo es muy fuerte en mí, y a menudo me esclaviza. Con estar información, puedo estar atenta, cuando aparezca el miedo, para sentirlo, escucharlo, dejar que me muestre algo de mí que quizás aún no sé…
Elizabeth Acevedo
No solo escuchar nuestros miedos, sino aprender a respetarlos! Que gran enseñanza, de este articulo y sobre todo, me ha quedado mucho el tratar de decidir no reaccionar ante él y mejor responder, desde nuestra inteligencia, conocimientos y valores.
Ahora, toca llevarlo a cabo y empezar a poner atención a lo que sentimos para poder actuar de forma diferente, con mas humildad y amor. Poner pausa, cada vez que sentimos esto y pensar que somos mas fuertes que nuestros miedos.
Gracias una vez mas Herminia! Nunca terminare de aprender de ti! 🙂
Armando Sosa
Estoy encantado con el cuento sobre la guerrera y el miedo. Es una metáfora perfecta sobre cómo gestionar esta emoción que pasa a mostrarnos su dimensión de maestría para la vida. “Mis armas son que hablo muy rápido y me sitúo muy cerca de tu cara.“ ¡Cuánta verdad! Ahora tienen más sentido para mí herramientas como la meditación, el yoga, el psicodrama y otras. Gracias a ellas, cuando me asalta una emoción intensa, (en este caso el miedo) en vez de reaccionar aturdido, o en caliente, me permito tomar distancia, respirar y respetar lo que siento. Qué importante es permitirme observarme a mi mismo y al miedo, situarme en posición de testigo de mi propia escena de confusión y reactividad. Así, desde un ángulo o perspectiva más distanciado, puedo a la vez ser más objetivo y eficaz en mi toma de decisiones. También me ha tocado muy profunda la reflexión acerca de los marineros y su relación con el mar y el miedo. “es como los marineros, que sienten mucho respeto por el mar y desde este respeto lo navegan, lo disfrutan y lo aman. Sin ese respeto serían imprudentes y desde ese respeto pueden con él y sacan lo mejor de si mismos y del propio mar. Así, cada uno de nosotros, cuando afrontamos con respeto nuestros temores más recónditos podemos dar la cara en lugar de permitir que el miedo nos de en la cara.
Jordi Marquillas Rius
Estoy con el texto que uno de nuestros mayores miedos es que se haga evidente alguna verdad de nosotros mismos que no nos gusta que los demás vean, y ese simple hecho hace que queramos esconderlo de muchas maneras, y ello nos lleva a la inquietud, a la suplementación de nosotros mismos, a la desconfianza en nosotros mismos, dando pie que esto se manifieste en nuestro cuerpo de formas diferentes, pues nuestro cuerpo siente ese dolor de inquietud y debe exteriorizarlo. Ese dolor se manifiesta en forma de nervios, bloqueo, inseguridad en lo que hacemos o decimos, sudores, etc. y que muchos sabemos que tiene que ver con nuestro miedo. Y alineado con ello, como en muchas ocasiones, esto tiene mucho que ver con la falta de autoestima, de no saber aceptarnos como somos, de dejarnos llevar por nuestro ego. Es por este hecho que, tal y como dice el texto, el primer paso es auto conocernos, poder aceptarnos tal y como somos libremente y sin ningún límite ni prejuicio, a fin de ayudarnos a diluir esa idea dañina de nosotros mismos y que nos lleva a sufrir esos miedos y esas dudas. Una vez liberado ello, el miedo quedará arrinconado y podremos ser nosotros mismos. Como dice el texto “el respeto puede ser el antídoto del miedo”, por lo tanto, empecemos a respetarnos a nosotros mismos para alejar los miedos y acercar nuestro coraje que siempre ha aguardado este momento.
Pep
Trobo fantàstica la reflexió i la fabula inicial. La seqüència d’estar atent, escoltar, respectar i actuar em sembla el nucli de la vida serena en la que voldria estar. A vegades la mateixa por és la que em fa ‘fugir’ i tirar pel dret i així evitar el reconeixer ‘que sóc vulnerable’ i ‘no-perfecte’. Però realment, a qui he de demostrar res? Abraçar les pors em sembla de fet, molt valent i honest amb un@ mateix. Gràcies Herminia!
Maribel Bascón Barrera
Si dejamos de ir con el piloto automático, y empezamos a estar atentos seguramente detectemos esos miedos que nos acompañan en la vida, este es solo el primer paso, nuestro cuerpo nos da la voz de alerta, lo importante es cómo vamos a reaccionar ante estos miedos. Si nos escuchamos, nos entendemos, nos respetamos y nos damos ese tiempo, nuestra reacción será muy diferente.
David Lucas
Gran artículo, querida Herminia.
Me ha encantado la fábula del encabezamiento y los cuatro pasos para derrotar al miedo: aceptación, comprensión, atención y respeto.
El proceso me lo guardó en mi corazón para empezar a aplicarlo con honestidad y humildad.
Un abrazo.
Esther Gallego
Aún me es muy difícil definir si realmente es miedo, de donde viene, porque y para que? Me quedo con la idea de que el miedo no tiene poder si no le hacemos caso, y con los 4 pasos, estar atentos, respetar, comprender y aceptar.
Mar López
Respetar nuestros miedos es de alguna manera respetar aquello que somos pero no nos permitimos ser, como nos has explicado cada emoción tiene una función y es útil si es atendida, escuchada con profundidad y no de forma superficial. Si atendemos de esta forma profunda podemos encontrar el origen de miedo y permitir que se muestre, sin juzgarnos a nosotros mismos y sin tratar de evitarlo, exponiéndonos y debilitando el miedo al miedo e integrando esta emoción como una más. Cuando en mi experiencia he logrado esto, es curioso como el miedo se disipa si no se rechaza o se huye de él y somos conscientes de que su fuerza estaba en nuestro poder.
Roman Mandelik
Este articulo me ha dado confianza y algunas “armas“ para afrontar el miedo, que voy a poner en la practica
1. Estar atento y con gusto para experimentar – no reacionar automaticamnete y rapido
a. escuchar, notar, sentir, observar, oler – percibir mis sensaciones
2. Respetar y aceptar mis sensaciones – tomar la suficiente distancia
3. Comprender
“Cuando nos paramos, nos comprendemos y nos respetamos empezamos a conocernos y empezamos a confiar en que ocurra lo que ocurra, sabremos afrontarlo “
Vamos a ver como lo funciona en la vida real 😊
NICOLAU JUAN PUJOL
Me ha encantado el concepto de «Escuchar a nuestros miedos». Respetarlos también es importante, pero para poder respetarlos, antes debemos aprender a escucharlos.
Un recurso que a mí me funciona muy bien, es situarme frente a ese «miedo» o esa «situación», como lo haría una tercera persona. Verlo desde fuera, te ayuda a preguntarte el porqué de ese miedo, (escucharlo) y a poder analizar mejor como vencerlo. Cuando no lo puedo vencer, simplemente lo respeto.
Pol Serratosa
Los cuatro pasos citados en artículo para hacer frente al miedo son de vital importancia . Desgraciadamente vivimos la mayoría del tiempo de espaldas a ese miedo que tanto nos invade , no queremos saber nada de él e intentamos huir de manera inconsciente. ¨Lo que resistes , persiste , y lo que aceptas se transforma¨ , y con el miedo sucede exactamente lo mismo , sino le hacemos frente (desde el respeto) aparecerá una y otra vez para recordarnos que tenemos algo interno que resolver. Que mejor manera que cogerle la mano a ese miedo y caminar juntos , respetándolo y aceptándolo ya que forma parte de nosotros.
Pienso que es la mejor manera de trascender todo aquello que nos genera miedo , negarlo sería resistirse a una evidencia común a todos los seres humanos sin excepción.
¨Respeto como antídoto del miedo¨ es , desde mi punto de vista , el quid de la cuestión , gracias por tu aportación Hermínia.
Anna Vicén Renner
Cada vez que leo la palabra «aceptación» me entra una sensación de ternura y de tranquilidad. Y en referencia a los miedos, la aceptación de los nuestros propios, es un regalo que deberíamos hacernos todos. Sin duda una necesidad. Me ayuda muchísimo leer sobre ello, y agradezco posts como éste, en el que, con un vocabulario sencillo, directo y calmado, me animo a trabajar mis miedos. Estoy en ello y admito que ver mi verdad me duele. Pero luego leo la palabra «aceptación» y cojo fuerzas, me animo, me entran ganas de afrontarme con valentía, de averiguar más, de entenderme, de reírme incluso de mi misma (siempre con cariño).
Sin duda es un viaje fascinante, y este año, por primera vez, en vez de estar planeando mis super vacaciones de verano, tengo una cita con un nuevo conocido, el miedo. A él me quiero entregar todo este 2019. Y es sólo el principio.
Una vez más, gracias por el post, Hermínia.
Bianca
Ser suficientemente honesto con uno mismo para entender que nada tiene que ver con el otro sinoncon la visión que tenemos de nosotros mismos. Reconocernos sinceramente es lo que nos da más miedo. Vernos en todas nuestras facetas incluso las mas oscuras y perversas es lo que es tan intolerable. Estar atentos respetar y aceptar. Y esperar, no actuar desde el miedo, reconocerlo, abrazarlo y respirar…y sobre todo no dejar que el miedo te gobierne
Irene Gutiérrez Coranti
Creo que de este gran artículo, me quedo principalmente con la frase de “El respeto puede ser el antídoto del miedo”. Considero que el miedo es totalmente necesario e incluso sano ya que, como nos comentas Hermínia, a veces hemos sufrido el efecto de la precipitación ante alguna situación que nos supera y, creo que es muy importante, poder escucharnos, entendernos y sobre todo comprendernos para así llegar al propio respeto y a partir de ahí, llegaremos al autoconocimiento y este es el responsable de guiarnos ante situaciones que nos producen miedo o desconocemos.
Si nos tratamos desde el respeto a nosotros mismos, encontraremos comprensión y por tanto, como he comentado, autoconocimiento y con él, podemos superar y tratar cualquier tipo de miedo ya que cogemos las riendas de nuestra vida y por tanto a no precipitarnos y llevar a cabo buenas decisiones y afrontar cualquier miedo y/o problema.
Albert Jorge
En un partido de tenis importante, en el que por ejemplo un jugador se juega el acceso a una final, es difícil no sentir miedo a perder.
Es curioso como algunos jugadores, cuando van perdiendo un set a bajo, ven más cerca la derrota y acceptan su situación. Eempiezan a jugar ligeros: el brazo se desagarrota y dirigen la pelota dónde quieren. Estan decididos a dar la vuelta al marcador afrontando la situación sin miedo.
Carmen
Respetarnos,escucharnos,pararnos a sentir a observarnos a preguntarnos qué siento o experimento con esta sensación con este pensamiento . Que fácil cuando lo leo y que difícil en el día a día.Solo lo conseguiré entrenando,desde la consciencia desde el escuchar y preguntarme .
Gracias Herminia !!!!
Adrià Casanovas Villanova
Identificar que miedos, que además muchas veces no implican un miedo real, sino temor hacia un conjunto de pensamientos que ocupan un lugar, en muchas veces innecesario hace que no podamos sentirnos autorealizados. Identificarlos y tener la valentia de adentrarnos en ellos para superarlos nos da una paz interior asombrosa gracias al cambio de circuitos neuronales que hemos realizado. Es decir, en el momento en el que superas un miedo cambias la asocación de ideas que tenias de ese temor lo que hace que te sientas distinto, y en muchas veces liberado de la carga que llevabas encima.
Joan Agustí Ramírez Reverte
Cada uno de nosotros tenemos diferentes miedos.
Estos miedos forman parte de nosotros, de lo que somos, y están relacionados con las coses que nos importan.
Así como para iniciar el camino que hemos emprendido decidimos tener el valor de mirar dentro de nosotros mismos, respetarnos y estar abiertos al cambio continuo, podemos reconocer en nuestros miedos una oportunidad de conocernos más, y un argumento más en nuestra toma de decisiones .
Elena Sanz
Me ha fascinado este artículo, pues muchas veces me veo en la situación de que se me la teoría perfectamente, pero resulta difícil llevarlo luego a la práctica. Me quedo con la idea de que el miedo no tiene poder si no le hago caso, y con los 4 pasos, estar atentos, respetar, comprendes y aceptar. Conocernos pues solo así nos amaremos!
Gracias Herminia, siempre es un placer leerte.
Marta Paris
Requiere un arduo entrenamiento tomar distancia y observar el miedo. Creo que debemos dejar de tener miedo al miedo, ya que simplemente observando, sin actuar, podemos aprender mucho de nosotros mismos.
paula
És muy importante tener en cuenta que no hay emociones positivas ni negativas. El miedo puede bloquearnos en ciertos momentos pero en otros nos puede salvar la vida. És importante aceptar nuestras emociones y poder encaminarlas en cualquier situacion sin que ellas nos dominen. Nosotros somos los dueños de nosotros mismos.
Ana Cristina Asiain
Con este artículo he tomado conciencia de la necesidad de parar para reflexionar con la situación, los peligros que pienso que conlleva y dar con los pensamientos que me hacen tener miedo. Esto me ayudará a identificar ese miedo y poder afrontarlo.
Para ello, veo fundamental tu propuesta de durante esta semana trabajar cada día sobre un miedo. Esto hará que coja el hábito de parar-estar atenta-respetar-comprender-aceptar.
Gracias Herminia!
Josep Fajarnes Casanovas
Me parece importantísimo introducir el respeto como alternativa a tener miedo al miedo, respeto al miedo sí, miedo al miedo no, nunca. El miedo se escucha, se observa, se respeta, se comprende y finalmente se acepta como una parte más de nuestro equipaje en nuestro tránsito por la vida.
También me va a resultar fundamental para mi futuro trabajo el entender que el miedo puede estar escondido detrás de muchas emociones distintas, de sentimientos que lo disfrazan y que el planteamiento frente al miedo es el observar y comprender estos disfraces. Por eso es necesario darnos esa distancia y ese tiempo que se hacen imprescindible para no equivocarnos por precipitación.
Elisabet Coll-Vinent
El miedo siempre ha estado en mi vida, aunque yo he intentado no hacerle caso… y este artículo, en el que nos invita a parar, a prestarle atención, a observarnos para descubrir el origen de nuestro miedo, me parece muy interesante. En vez de pasar a la acción inmediatamente, tomar conciencia de nuestras emociones y sentimientos para comprender de donde surge nuestro miedo, para aceptarlo y no actuar precipitadamente. Me quedo con muchos deberes…
Carmen
Estar atentos,respetar,comprender y aceptar, con solo cuatro pasos nos empezamos a conocer. Que facíl y que difícil a la vez.Que poco estamos con nosotros y cuanto con lo demas.
Gracias Herminia
Alba Santacreu Martín
En aquel momento que seamos capaces de respetar nuestros propios miedos y amarlos, será cuando estemos capacitados para el cambio. Es importante identificarlos, reconocerlos, aceptarlos para así después poderlos trabajar para aprender a vivir con ellos si no los podemos superar.
Seguimos 🙂
Montserrat Codina Botifoll
Gracias Herminia por este artículo y por compartir el cuento de la guerrera que se enfrentó al miedo de Pema Chödrön. Me ha gustado mucho y lo recordaré.
Me quedo con la conclusión de que «el respeto puede ser el antídoto al miedo» y «si no hacemos lo que te dice el miedo, éste no tiene poder».
Günter Cepek
Sin perder el hilo del artículo, me gustaría dar una pequeña vuelta para ver si desde otro ángulo puedo aportar algo.
Me acuerdo de una campaña publicitaria en Austria que me impresionó cuando era pequeño. Cerca de puntos estratégicos, una empresa de tecnología colocó grandes depósitos esféricos de petróleo de color amarillo y con la inscripción: “Ich bin zwei Öltanks” (Yo soy dos depósitos de petróleo”). Hacer coincidir, en contra de una aparente lógica, la forma singular del sujeto con el plural de los “dos depósitos” me dio, de pequeño, bastante que pensar. ¿Yo soy dos…? Y el hecho de que hoy en día, después de más de cuarenta años, todavía me acuerdo de esta publicidad demuestra que lo que me llamó la atención era algo que tenía y tiene que ver conmigo.
Hoy, me atrevo a decir “Yo soy dos”: soy el que percibe, siente, piensa, hace y soy el observador de todo, la consciencia, el espacio en el que todo sucede. Con lo cual y a mi parecer, los cuatro C’s (cuerpo, cabeza, corazón y consciencia) no están todas, futbolísticamente hablando, jugando en la misma liga.
Según E. Tolle, la inconsciencia consiste en la plena identificación del yo con sus pensamientos y emociones. Introducir la consciencia como observador crea una brecha que nos permite salir de la reactividad (y posterior arrepentimiento). Podemos ver el miedo, sentirlo, observarlo y no necesariamente hacer lo que nos dice. Podemos afrontarlo con respeto, con una mirada compasiva, honesta y amorosa hacía nosotros mismos.
Oriol Sánchez
Respeto, que gran palabra!
Cuando tengo miedo de algo, lo que quiero es dejar de tenerlo, pero no sé como…y ese miedo vuelve a repetirse una y otra vez.
Observar en silencio para encontrar de dónde puede provenir ese miedo y luego respetarlo, como lo hacen los marineros.
Respetar el miedo, para mi, significa respetarte a ti mismo por sentir ese miedo. Respetarse, para mi, significa darte permiso, no creerte perfecto y dejar de buscar serlo. Respetarse para mi signfica aceptarse tal y como eres y que eso este bien!
Que agradable sensación!
Andrea Corominas Roura
Aquest article m’ha recordat el meu primer pas en el camí de l’autoconeixement. Després d’una crisi existencial em vaig fer dues preguntes: qui sóc? què he vingut a fer? un cop fetes tens molta por de la resposta i vaig plorar molt. El camí de descoberta d’aquestes pors és fascinant, és un camí sense retorn, amb moments molt durs i moments molt dolços. Aprens a acceptar, a entendre i a respectar les pors i així pots avançar en el camí de la confiança en nosaltres mateixos.
Es un camí recurrent, amb anades i vingudes, ondulatori que et dona temps a observar i recordar els aprenentatges que sabem i oblidem. La por ens juga males passades i ens fa creure que torna a gobernar la nostra vida.
Amb el temps aprenem a observar-nos, a estar atents als signes de desequilibri emocional i a buscar eines que ens ajudin a tornar a l’equilibri interior. Només la confiança i el respecte ens portaran al camí de l’AMOR.
Diego Slemenson Fischman
«Siempre acabamos encontrándonos con el miedo. Es una emoción universal»
Intentar evitar el miedo es una tarea que te consume, ya que el miedo está siempre, ahí esperando a ser escuchado.
Enfrentarte al miedo es otra tarea que consume tu energía ya que nunca le ganarás una batalla a un sentimiento. El miedo ES y nunca dejará de ser.
Pero puedes escucharlo, puedes razonar con él, puedes cargarlo y llevarlo contigo, puedes educarte y aprender a convivir con él, puedes encariñarte y agradecerle que te avise de tantos peligros… y también puedes aprender a decirle en algunas ocasiones «Oye miedo, ahora no».
¿Cuántas veces se nos ocurren cosas geniales para hacer, por ejemplo en una charla con un amigo y salimos contentos con la «buena nueva»? Luego nos levantamos a la mañana siguiente y nos sentimos incapaces… parece que toda la energía que nos invadía se la fagocitó nuestro miedo. O estamos delante de ese auditorio a que se lo íbamos a transmitir y se nos «apaga la voz»… Esos son los momentos de «ahora no», de no escucharlo y dar el salto…
Porque hay algo más grande que el miedo. Se llama VOLAR 🙂
Maria Jose Dalmau
Si escuchamos y observamos nuestros miedos nos podremos llegar a conocer mejor. Que valiente!
Irene
Buenas tarde Herminia,
Me ha encantado este artículo, porque es tan real como la vida misma. El miedo es el que nos hace muchas veces enfrentar-nos con alguien, con quién en vez de estar atentos, respetar, comprender y aceptar, como no nos gusta lo que la otra persona está diciéndonos, acabas por no detenerte e ir directamente a la acción, contestando a la otra persona mal de manera rápida y diciendo lo primero que te viene a la cabeza, porque te piensas que te está atacando y te tienes que defender. Pero aquí estamos dando total libertad al miedo sin filtrar-lo, sin que nosotros mismos nos paremos a pensar sobre qué está pasando, sino que directamente nos dejamos llevar por nuestro miedo. Aquí clave es detenerte para pensar y atender lo que está pasando, para después poder actuar, sin tener que lamentarte después de tus actuaciones.
Toni de Gea
Excelente articulo Herminia…
No somos conscientes de las oportunidades que perdemos por miedo. Dejamos de hacer infinidad de avances en nuestra vida solo por este motivo… El no aceptar según qué reto profesionales, es dejar pasar la persona más importante de tu vida. Pueden ser dos aspectos muy comunes dentro de nuestro día a día…
Es tan importante saber qué es lo que quieres como lo que no. Dicho esto, el ser consciente de lo que quieres facilita a tu vida dando oportunidades para generar ese espacio. Dejamos pasar de todo delante de nuestras narices, infinidad de oportunidades que posiblemente no se repitan. . Nos quedamos paralizados porque creemos que no vamos a poder corresponder, hacer, llegar, amar o cuidar sin darnos la oportunidad de hacerlo. Mientras vivimos esclavizándonos de por vida con él, sin saber cómo hemos llegado a caer, a dónde nos dirige y a dónde no nos deja ir… solo sabemos que no le podemos dar tal privilegio.
Los miedos no solo vienen del exterior, somos los mayores porteadores de dicha carga. No sabemos que los estamos llevando con nosotros toda la vida. Si prestamos atención a una nueva opción, podría ser un enfoque proactivo, o una estrategia para vencer al miedo. También podemos tomar consciencia del rol de esclavo que arrastramos y asumimos. Seremos presos toda la vida, aunque si no tomamos las riendas todo seguirá igual. Es tal la agudeza del miedo que hasta podemos justificar dichas acciones limitantes que se ha convertido en dueños de nuestras vidas.
Que nos estamos perdiendo por miedo…..
Esther García
Este fragmento del libro pone de manifiesto cómo se comporta el miedo y cuál es nuestra reacción al sentirlo. La clave está, no en negarlo, sino más bien en bailar con él. Bailar con nuestros miedos nos permite respetarlos, avanzar sabiendo que están ahí pero disfrutando igualmente de la situación. Para detectar nuestros miedos, casi siempre ocultos, debemos detenernos y escucharnos a nosotros mismos: escuchar qué sentimos, cómo nos sentimos y qué motiva este sentimiento en nuestro cuerpo. Se trata, en definitiva, de tomar conciencia para poder seguir avanzando aun con la presencia de nuestros miedos.
Miguel Cerdá Martínez
En este post veo dos puntos interesantes respecto al miedo.
El primero es el de tomarse un tiempo para identificar y aprender del miedo. Ese tiempo es algo del que muchas veces no nos damos, o creemos que no disponemos, ya sea porque estamos sobreocupados o porque a nivel social parar de actuar en caliente y retirarse reflexionar las cosas y tomar decisiones en frio puede ser una señal de debilidad.
Personalmente veo interesante desarrollar estrategias para aprender a parar y transmitir la importancia de «tomarse un tiempo» a tu entorno.
Por otro lado, se habla del respeto. Personalmente creo que hay que tener respeto a todo aquello que te permita crecer a través de una o varias experiencias, sean buenas o malas.
No obstante, he identificado momentos en la vida donde la perdida de respeto es funcional. Cuando hay una vulneración de valores y creencias saltan emociones de rabia e ira que en muchas situaciones, si se dispone de vía para ello, llaman a la acción de forma focalizada para «vencer» la amenaza. En muchas situaciones esta reacción viene fomentada por el miedo.
En este último punto creo que la clave es el «cómo» vamos a vencer: un extremo sería la violencia, como por ejemplo «la revolución francesa»; el otro extremo son las acciones genuinamente pacifistas, como la revolución pacifica de Gandhi. Creo que estos dos extremos representan la dirección donde los valores de cada uno se dirigen cuando hay un conflicto.
cris Castañeda
Siempre recurro al mismo aprendizaje que he descubierto este año a raíz de un trabajo personal de desarrollo. La importancia de mantener la coherencia entre lo que pensamos y vemos, sentimos y hacemos. En este caso, este artículo vuelve a mostrarme que éste es el gran quid de la cuestión, o al menos para mi. El miedo, al observarlo, puede ser definido, delimitado, y entonces se pueden desarrollar estrategias para derrotarlo.
Pero para poder observarlo, necesitamos dejar de poner la atención en la mente, y aprender de nuevo a poner nuestro foco en nuestro cuerpo: qué estoy sintiendo, dónde siento el miedo, la tensión? parar y observarse, analizarse y encontrar la secuencia de pensamientos que te lleva a sentir ese miedo, te da el poder de hacer las cosas de otra manera, de volver a aplicar la creatividad en tu vida, convirtiéndote en responsable primero de ti mismo.
Mireia Farré Canela
Pel que fa a la por sembla que només tinguem dues opcions respecte les quals ens valorem: vèncer les pors o ser-ne els esclaus.
Al meu parer, aquestes dues en representen només el blanc i el negre de totes les decisions que podem prendre al respecte.. i això fa que menystinguem el gris, que en aquest cas, podria ser l’observació i la presa de consciència al respecte.
observar ja és una acció valenta! és interessant veure què podem aprendre d’aquesta por perque ens dona molta infomació sobre nosaltres i donar-nos aquest temps, també és una gran manera de respectar-nos i en conseqüència, aprendre a respectar als altres.
Inge Serrano
No existen emociones positivas ni negativas, todo depende de cómo gestionemos dichas emociones. En el caso del miedo, podemos llegar a convertirlo en nuestro aliado, a transformarlo en coraje y confianza siguiendo los pasos que describe acertadamente este artículo: identificar ese miedo, respetarlo y aceptarlo. Sólo desde ahí seremos capaces de transformarlo en algo útil y provechoso para nuestro desarrollo personal, crecimiento y aprendizaje en la vida.
Paula Daniela
La historia con la que inicia el artículo me recordó una de las expresiones favoritas de uno de mis autores favoritos quién explica el baile de Israel Galván, el bailaor de flamenco. En uno de los capítulos mientras relata una de las obras más famosas de Galván dice que cuando se para en el escenario hace visible cómo baila con sus miedos. Sostiene con firmeza que los miedos no se superan o destruyen (creo…). Los miedos se bailan, algunas veces los vemos con mayor claridad y nos sentimos siendo guiados por ellos. Otras veces los guiamos, logramos que nos acompañen. Pero, sólo cuando logramos conectarnos con ellos podemos sentirnos cómodos en nuestro baile, sin ceder más de lo necesario, aprendiendo a responder sin paralizarnos y a accionar sin agredirnos e ignorar aquello a lo que tememos. Creo que para lograr respetarnos necesitamos respetar nuestros miedos ya que están ligados a aquello que nos hace sentir amenazados me he preguntado últimamente ¿En qué situaciones me siento amenazada? Lo que he notado es que estas situaciones están ligadas directamente a aquello que considero necesario para mí a nivel material, mental y emocional. Para mí, la conclusión fue que mis miedos surgen cuando percibo que mis necesidades (lo que creo que necesito) están amenazadas. Así, que para tratarlos con respeto y tratarme con respeto creo que suplir mis necesidades, conocerlas, sólo así puedo comprender y bailar con mis miedos.
Fina Vallejo
Al miedo hay que tenerle respeto pero hay que saber enfrentarlo. Debemos tener consciencia de nuestros miedos, de cuando lo sentimos y de que pensamos a cerca de él. Podemos tener miedos racionales basados en cosas lógicas y también está el miedo irracional. Debemos trabajarnos y conocer que mensaje se esconde detrás de nuestros miedos. El hacer este trabajo implica tiempo, atención y consciencia. Y por supuesto valentía, humildad y coraje para una vez detectados poder hacerles frente.
Cenk Dilem
For me this article gives me the opportunity to say quickly stop to my always fast ongoing and dynamic life. It makes me stop and remembers me once again how the feeling is to stop, observe and connect with my values. Connecting in this sense for me means feel this feelings and awake them again. My take away from this article is sometimes to stop and think about our feelings such as fear and sadness instead of forget and escaping from them is much more important to connect, understand and integrate them in order to continue a life with inner peace.
Mónica Rodríguez DiMartino
Tus reflexiones son siempre tan profundas y detalladas que lo habitual es quedarme impresionada. Desde mi vivencia personal, sólo se me ocurre matizar sobre la importancia que puede representar en ese «detenernos» para evaluar la emoción que nos visita, el desbridar o analizar adecuadamente el nombre que otorgamos a palabras que como «respeto», parecen mantenernos atados a referencias que tienen más relación con el acatar, incluso sumisa y rígidamente, más que con el reconocer y valorar, y ponderar, atentamente, desde la libertad que nos ha sido dada. Acaso sería posible responder hábilmente, si estuviéramos faltando el respeto a nuestra maravillosa y divina libertad? Gracias Herminia por tan buena guía para crecer y conocernos como nos brindas!
ÚRSULA MARTÍNEZ
Como humanos, somos seres emocionales y esto significa que debemos aprender a vivir en armonía con nuestras emociones y sentimientos.
Desde pequeños nos intruyen en el desarrollo de nuestra mente, nuestra inteligéncia lógica-matématica. Pero en muchas ocasiones se pasa por alto el corazón, nuestra inteligencia emocional, esencial en la relación con nosotros mismos y los demás.
Lo bueno de todo esto, es que como seres humanos todas estas partes forman un todo, es como un sistema que interacciona mutuamente.
Así pues, el primer paso es darnos cuenta de esas emociones que nos hacen reaccionar. Podemos ser conscientes a través de como nos sentimos, pensamos o a través de nuestras acciones. En el momento en que detectemos uno, seremos capaces de detectar el otro. Del mismo modo que si cambiamos un pensamiento, nos sentiremos de modo distinto. Y este ser conscientes es el primer paso para poder cambiar y responder sin reaccionar.
Perno además de identificar nuestras emociones, debemos ser capaces de abrazarlas, aceptarlas, pues forman parte de nuestra misma esencia. Una emocion no soy yo, pero es algo que forma parte de mi ser y lo acepto. En este aceptar reside la armonía con nosotros mismos.
Recuerdo unas palabras de Carl G.Jung, que dicen:»Lo que niegas te somete. Lo que aceptas te transforma».
raul montero
Yo no he superado muchos miedos, miedos de esos «rastreros», pero el tomar conciencia de ellos, de que existen, me permiten detenerme y crear ese espacio para pensar, reflexionar y decidir como responder, y no reaccionar. Y ahora tengo la confianza suficiente de que sabré afrontarlos cuando aparezcan.
Sandra Macho
Identificar cuáles son nuestros miedos y cómo reaccionamos ante ellos, es un gran trabajo de auto conocimiento. No es fácil enfrentarse a aquello a lo que uno teme.
Pero si somos capaces de identificar aquello que nos asusta, y observamos cómo reaccionamos ante ello, podremos poner los medios necesarios para responder al miedo desde nuestro propio conocimiento, sin precipitarnos a tomar decisiones que aún puedan hacernos más daño. Debemos aprender a identificar nuestros miedos, descubrir de dónde vienen, y confiar en que sabremos encontrar el mejor camino para dejarlos atrás.
“Dejamos de temer aquello que se ha aprendido a entender”, Marie Curie.
Isidora López Ugalde
Gracias Herminia por el post!
Siempre hablamos de los miedos y como estos nos paralizan. A veces me parece que los juzgamos negativamente. Al hacer esto, no vemos la parte «positiva». El miedo nos ha mantenido vivos, nos alerta ante un peligro. Esa es su función. Sin embargo, a veces nos dejamos llevar únicamente por el miedo, sólo ponemos nuestra mirada en él, y nos dejamos de lado a nosotros mismos. La manera de combatir es el miedo es la confianza… Eso es lo que siempre se nos dice, confiar en nosotros, en nuestras capacidades y habilidades.
Me ha parecido muy importante lo que comentas del respeto, sí, tenemos que confiar, pero también tenemos que respetar esa alerta que tenemos. Al mirar de frente al miedo, pararnos y mirarnos a nosotros, podemos ver más allá de este. Vernos a nosotros nos permite poder tomar decisiones desde nosotros mismos el lugar del miedo. Reconocer que existe, que de algo sirve, respetarlo, es importante. Pero mirarnos a nosotros mismos, confiar en nuestras capacidades, reconocernos como capaces, a pesar del miedo, es lo que nos permite seguir creciendo y avanzar como líderes de nuestra vida. Como guerreros, luchadores que van en pos de salir victoriosos.
Muchas gracias Herminia otra vez! =)
Martha Geller
Qué bonito el poema Cuando Todo se Derrumba muchas gracias por compartirlo, me sirve para comenzar a observar, a prestarle atención al miedo y a escuchar esas voces internas que me hablan cuando tengo que decidir cómo actuar frente al él. Al leer el artículo me he dado cuenta que, normalmente, ante situaciones en la que aparece el miedo reacciono de forma instintiva poniéndome nerviosa, defendiéndome o huyendo y termino cediéndole mi poder pues reacciono impulsivamente y no me doy un tiempo para conocer y entender de donde viene ese miedo. Muchas gracias nuevamente por esta importante enseñanza de respetar, comprender y aceptar el miedo para tomar decisiones acertadas frente a él.
Laura Martínez
Responder y no reaccionar de forma inmediata y a través del respeto hacia nosotros mismos, no dejarnos arrastrar por la primera reacción que surja, fruto de miedos, sino escuchar dentro para saber qué sentimos, qué pensamos siendo sinceros con nosotros mismos ( porque igual descubrirnos celos envidias, difíciles de reconocernos en nosotros mismos) pero el auto-conocimiento es la clave de esta gestión emocional
Raquel Cordoba
Hola Herminia,
Me encantó la parte de «el respeto como antídoto del miedo». Lo importantísimo que resulta dejar un espacio, conocer qué nos está pasando, qué se está removiendo, qué haríamos si no pensáramos y qué consecuencias habrían luego, para no hacerlo. Tenemos la capacidad de escoger cómo vamos a reaccionar, si hacemos caso a todo lo que nos dice el miedo y nos dejamos llevar por él, de seguro la respuesta que demos y la que obtengamos serán desastrosas… Cuando entendemos esto, que lo que debemos hacer es completamente lo contrario de lo que nos dice el miedo, éste desaparece, le vencemos. La cuestión es parar, escuchar al miedo y entender qué es lo que nos quiere decir, tomarnos un tiempo, respirar, y hacer lo contrario, sólo así el miedo desaparece.
Gracias Herminia.
Alícia Bragulat
¡Muy interesante!
Una buena técnica para hacer que el paciente salga de la cárcel del miedo psicológico es la de la peor fantasía, es decir, guiar a la persona para que aprenda a enfrentarse al miedo y lo convierta en valor. Los sujetos deben aprender a sumergirse voluntariamente en sus peores imágenes mentales, cosa que a menudo evitan por miedo.
Definición de miedo de Eduard Punset:
http://www.youtube.com/watch?v=_PbNL5Ta2ig
carmen molo
» Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en tí está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.» Walt Whitman
Nathaniel Branden:
La autoestima se sostiene en dos bases: la confianza y el respeto por uno mismo.
Respetarse a mí mismo incluye una actitud positiva hacia mi derecho de vivir y ser feliz; es reafirmar mi valía personal, mis pensamientos, mis deseos, necesidades y miedos.
¿Cómo puedo reforzarlo?
1. Intentar conocerme a mí misma
2. Aprender a manejar las críticas
3. Perdonarme
4. Aceptarme
5. Mantener una actitud positiva
6. Tener fe en mis elecciones
7. No permitir que los demás me afecten
Para ello:
1. He de respetar también a los demás
2. Reconoce cuando los demás te faltan el respeto y aprende a dejarlo ir
3. Perdona a los demás
4. Reconocer cuando me equivoco
5. Cuidar mi cuerpo
https://www.youtube.com/watch?v=TSspGuUKLf0
ISABEL LOPEZ
Darnos tiempo… lo que le encanta al ser humano quererlo todo ya, nos precipitamos y así metemos la pata día tras día. Todo porque no nos escuchamos muchas veces por MIEDO a lo que podamos descubrir, y ahí está el miedo al miedo, para mí el peor sin duda. Debemos querernos y cuidarnos y sobre todo confiar en lo que tú dices: “Ocurra lo que ocurra, sabremos afrontarlo”. Al miedo se le mira de frente y a los ojos y es la única forma de vencerlo. Me quedo con los cuatro pasos que has citado para vencer al miedo: estar atentos, respetarnos, comprender y aceptar. Me parecen muy valiosos a la hora de enfrentarnos a aquellas situaciones que nos hacen tambalear. Acabo con un proverbio chino que leí hace poco:
El miedo llamó a la puerta, la confianza abrió y fuera no había nadie.
Gracias por el artículo.
Juliana Marín Galeano
El miedo es una perturbación del estado de ánimo, en el que se pierde la confianza en los propios recursos para afrontar situaciones concretas, que son percibidas como peligrosas para las personas, se trata de una emoción dolorosa que bloquea a quien la sufre e incapacita para desenvolverse normalmente. A corto y largo plazo acarrea dos conductas fundamentales: la evitación y la huida. Quien sufre el miedo elude y evita todas las situaciones en que pueda aparecer, de forma que bloquea su propia actividad, ante los miedos nunca evitar pues con la evitación el miedo crecerá, se extenderá y generalizará a otras muchas situaciones, por ello aunque genere algo de ansiedad es muchísimo mejor exponerse, enfrentarse, resolverlo y analizar las consecuencias que evitarlo. La ansiedad que pueda generar al intentar resolverlo va a ser siempre mucho menor que los problemas generados por el mantenimiento del mismo. A veces podemos evitar que se den situaciones que nos provoquen miedo.
MAR EXTREMERA
Es curioso observar como todos y cada uno de nosotros tenemos miedo; lo más curioso es percibir como sienten miedo las personas que aparentan ser más fuertes. Probablemente la cantidad de miedo (si es que hubiese un «medidor») es proporcional al empeño en negar que se padece ese miedo; generalmente las personas que aparentan dicha fortaleza sustentan esa fuerza en una falsa imagen.
Este artículo me hace reflexionar acerca de cómo cada uno acepta sus miedos, así, el bebé de meses manifiesta sus miedos espontáneamente y los adultos nos esforzamos muchas veces en no mostrarnos débiles ante lo que nos rodean. Lo que se dice en el texto acerca de reflexionar sobre el propio miedo, es necesario que vaya acompañado de la aceptación del padecimiento del miedo, aunque exista una posterior superación.
Anna Mollfulleda
Me llama la atención el cómo, a veces, no nos damos cuenta de que lo que sentimos es miedo. O bien al revés; sabemos que sentimos miedo peor no conseguimos identificar a qué le tememos. Es posible, por ejemplo, que sintamos tristeza, desgana, cansancio, que tengamos cambios de humor muy bruscos, y esto puede ser debido a algo a lo que tememos y que, cuando descubrimos qué es, es decir, cuando le ponemos cara, la sintomatología disminuye, porque sabemos a qué nos enfrentamos, y ya no hay esa incertidumbre de no saber qué nos pasa.
También creo que nos educan, muchas veces, para que tengamos miedo. Si no lo tuviéramos seríamos personas demasiado atrevidas e inconscientes. Es bueno que nos enseñen, como decías, a mostrar respeto sin llegar a sentir miedo.
Anna Mollfulleda
Me llama la atención el cómo, a veces, no nos damos cuenta de que lo que sentimos es miedo. O bien al revés; sabemos que sentimos miedo peor no conseguimos identificar a qué le tememos. Es posible, por ejemplo, que sintamos tristeza, desgana, cansancio, que tengamos cambios de humos muy bruscos, y esto puede ser debido a algo a lo que tememos y que, cuando descubrimos qué es, es decir, cuando le ponemos cara, la sintomatología disminuye, porque sabemos a qué nos enfrentamos, y ya no hay esa incertidumbre de no saber qué nos pasa.
También creo que nos educan, muchas veces, para que tengamos miedo. Si no lo tuviéramos seríamos demasiado atrevidos e inconscientes. Es bueno que nos enseñen, como decías, a mostrar respeto sin llegar a sentir miedo.
Daniel Lopez Mongay
El miedo es un tema que me fascina. El miedo es un mecanismo que compartimos todos los animales, y que su respuesta de «fly or fight» es a un nivel muy básico, muy dentro de nosotros, a un nivel de supervivencia. A mi leer sobre el miedo me conecta con el animal que soy.
Uno de los temas que más me interesa sobre el miedo son las fobias, especialmente esas fobias que no sabemos de donde vienen, y que existen en todas las culturas y han existido siempre. Esas fobias ancestrales como el miedo a las serpientes o arañas por ejemplo. Hace poco leí un articulo que refuerza la idea de que algunos miedos han sido parte de la evolución del ser humano, especialmente el de la serpiente, donde parece ser que tenemos unas neuronas que hacen detectar a los reptiles más rápido que otros animales.
http://www.abc.es/sociedad/20131029/abci-neuronas-miedo-serpientes-cerebro-201310281816.html
Brenda Ordóñez
La persona que llega a ser un buen marinero tiene una voluntad que nace del amor al mar, desde esta voluntad está abierto al aprendizaje que obtiene de otros marineros y del mismo mar.
El aprendizaje que he obtenido de este artículo son los cuatro pasos: ESTAR ATENTO, RESPETAR, COMPRENDER Y ACEPTAR.
Al igual que el marinero sigo aprendiendo teniendo muy presente que “sin el respeto al mar el marinero sería imprudente y desde ese respeto puede con él y saca lo mejor de sí mismo y del propio mar”.
Anna Garriga
El miedo como compañero de viaje, es parte de nosotros, es quien da valor a nuestros éxitos, el «a pesar de…» y la motivación para la superación día tras día de los retos.
reconocerlo y quererlo como parte de nosotros nos hace un poco más libres, nos abre más las alas y amplia horizontes.
Bienvenido miedo!
Meritxell Marin
Todos tenemos miedos, es algo natural que nos ayuda a ser conscientes de los peligros y riesgos de las situaciones. Si tuviésemos ningún miedo podríamos comportarnos temerariamente, no contemplaríamos los riesgos que corremos, es necesario tener miedo para recapacitar sobre las decisiones que tomamos hacía donde nos podrán llevar. Pero no podemos dejar que el miedo nos controle, lo podemos tener como aliado a la hora de analizar una situación pero no dejar que decida por nosotros. Debemos hacer frente a los miedos que nos acechan diariamente y que no funcionan como aliados, que no nos ayudan a decidir sino que nos hacen rechazar algunas opciones por el mero hecho de temerlas.
Claudia Moya Casaus
Lo que muchas veces nos sucede es que al sentir miedo nos paralizamos, no pudiendo actuar como nosotros queremos. Yo analizo el miedo desde dos vertientes opuestas, una positiva y otra negativa. La primera conlleva a considerar que el miedo surge por algo nuevo, por algo desconocido y que es habitual sentir esta emoción ante experiencias y situaciones completamente desconocidas. Este miedo nos ayuda a ser precavidos y a actuar con cautela, sabiendo que no estamos en nuestro terreno y que algo puede salir mal. De este modo, el miedo nos ayuda a tirar para adelante. Si sintiéramos miedo alguno, no crearíamos nuevos proyectos futuros, nuevas expectativas, no nos atreveríamos a conocer mundo… El miedo sería aquel empujón que nos ayuda afrontar lo que no conocemos y ser expectantes con lo que vendrá. Por el contrario, si se considera el miedo como algo negativo y perjudicial nunca se aprende y nunca se avanza, todo permanece igual. La normalidad nos asegura calma, tranquilidad, seguridad y confianza aunque de esta manera, nunca daremos el paso a nuevos retos y,sobretodo, a crecer como personas.
Evelyn Pauli
Si tengo miedo, sobreviviré! Tenerle miedo al miedo nos puede bloquear. Respetar nuestros miedos y atenderlos nos aporta crecimiento personal y profesional.
Si tengo miedo, desde mi autoconocimiento me regulo y tomo las mejores decisiones.
Siempre recuerdo a mi profesor de Psicología forense con cariño, él siempre decía en clase «Si no tienes y sientes miedo de nada, dime a que hora te hago la cita con el psiquiatra?, algo no funciona bien»
Un saludo!
Manuela Núñez
Respeto y aceptación a nuestros miedos es algo que normalmente me causaría duda ya que pensaría que debemos evitarlo, pero durante mi aprendizaje en el postgrado de inteligencia emocional me he dado cuenta que la emoción del miedo no es negativa, al contrario es una fuente de información que me permite actuar ante una situación. Considero importante resaltar el tiempo que requerimos para mirarnos a nosotros mismos e identificar qué situaciones (imaginarias o reales) nos generan miedo para así actuar de manera adecuada. Respetar la emoción del miedo permite que la identifiquemos, la utilicemos, la entendamos y la manejemos. Todo esto significar ser inteligente emocionalmente para así tener un alto en mis emociones y en las demás con el fin de lograr estar conectado conmigo mismo y con las personas que me rodean.
ANNA GIRBAU MORENO
Ante el miedo muchas veces no nos detenemos a escucharnos, a conocer ese miedo y respetarlo. A respetar eso que nos está sucediendo por dentro, respetar esa sensación desagradable que el miedo nos provoca, para poder tener el control de nuestras vidas, como se comenta en el artículo. Ya que le damos el poder de controlar nuestra vida al miedo, cuando le hacemos caso. Y eso mismo es lo que nos hace ver el Miedo de la historia.
El día que aprendamos a amarnos hasta el punto de respetar nuestros propios miedos, creo que ese día viviremos de manera muy distinta el miedo a como lo vivimos ahora. Creo que no lo viviremos como una amenaza, sino como una advertencia. Que nos ayudará a actuar de manera razonada, sin precipitarnos, sin miedo a lo que pueda pasar.
Verena Bigurra
Gracias Herminia.
Me parece muy interesante esto del respeto a nuestros miedos. Cuando perdemos el miedo al miedo, entonces tenemos un grave problema. De ahora en adelante escuchare mis miedos, aprendere a vivir con ellos, pero sobre todo a vencerlos cuando el tiempo sea el adecuado.
Laura Bravo
Me quedo con que el » Respeto » puede ser el antídoto del miedo.
Escucharnos, escuchar la emoción, lo que estamos sintiendo y pensar sobre ello, puede llevarnos a comprendernos, respetarnos ,y decir modificar nuestros pensamientos, nuestra forma de hacer , que será consecuencia de un cambio de nuestro » ser».
Si nos escuchamos, nos respetamos, y nos damos un tiempo para poder actuar desde la proactividad, no desde la reactividad.
El miedo entonces nos acompaña, pero no nos bloquea, lo hemos vencido
sara
Hola Herminia,
Como siempre haces unas reflexiones estupendas con unas historias fantasticas,que dan que pensar como se puede ganar desde el respesto y perder al miedo, respetarme haces lo que te digo, estas palabras.La obediencia hace que tengamos miedo o es respeto? “¿Me das permiso para entrar en esta batalla contigo?” El miedo dijo: “Gracias por mostrar tanto respeto, creo que en estas frases esta lo importante que crees? Herminia.
Un saludo.
andrea leciñana
mi querida Hermínica que placer volver a leerte y volver a recordar la importancia de parar, mirarnos, identificar, reconocer lo que sentimos y respetarlo. Para una persona como yo acostumbrada a lidiar con su miedo tirándose a la piscina rápida y fulminantemente, ha sido (y es) un regalo enorme este descubrimiento.
Gracias por compartirlo y ponerlo tan claramente!
Una forta abracada!
SANTIAGO
excelente el articulo..Yo pensaba que no tenia miedo a nada y es todo lo contrario ahora comienzo a observar como un observador desapegado y haciendole preguuntas a esas notas de mi que estan disonante ¿Que pasa? ¿Porque me siento de esta manera? ¿cual es el miedo? y de esta manera tomo conciencia de mi propio sabotaje y le doy gracias a mi miedo porque es quien me previene de muchas cosas ….gracias
Mònica Parejo
Crec que és el millor regal que li puc fer a la meva coachee aquesta setmana, donat que com bé ja saps, està començant a aturar-se per no reaccionar i a prendre decisions des de la confiança, la tolerància i la tranquil·litat. Que savia que és la meva coachee! No li enviaré res que no hagi descobert ella. Però crec que li reconfortarà saber que està avançant en una direcció excel·lent. Gràcies per l’article, Hermínia! Mònica
maite
Fantàstic el conte i magnífic l’article. Segurament 4 o 5 dies treballant en aquesta línia podria ajudar força nens/es controlar les seves pors generals i molt especialment en els canvis de cicle, d’escola …. Gràcies
Carme
Moltes gràcies, per intentar aclarir «cosetes» que de vegades no ens interessa o no volen coneixer. Em sembla meravellosa la teva informació i explicació.
Francesc
Muy buen artículo sobre el miedo, y la relación con el respeto. En muchas ocasiones las personas confundimos el miedo y el respeto (al jefe lo respetamos o le tenemos miedo? Y a un profesor en clase?) A veces la persona que quiere sentirse respetada lo hace a través de infundir miedo, y el resultado es el opuesto al esperado, porque de algún modo respeto y miedo són conceptos antagónicos.
En la Formula 1 de los años 60 y 70 los pilotos eran a menudo preguntados acerca del miedo; y era bastante frecuente que respondieran que no tenían miedo a la velocidad, pero si un profundo respeto, y en algunos casos incluso hablaban de amor a la velocidad. Yo diría que el respeto y el amor van unidos de la mano, y el miedo sería lo opuesto a ambos.
margarita
M’ha agradat molt ,estic d’acord amb la lucecita…Gràcies Herminia.
Pilar García
M’ha agradat molt aquest article. Aquests apunts alimenten l’anima i van molt bé per poder superar-nos i trobar-nos cada dia una mica millor.
Noemi Sosa
Herminia,
Como algún compañero de seminarios me dijo: «Herminia es una persona que te ayuda a encender tu lucecita…» Y eso es verdad, ahora llevo una pequeña lamparita encendida y cuando das estas explicaciones, por ejemplo, ahora el miedo, sé que no es una emoción mala; aunque lo parezca. Entiendo que es más bien una oportunidad de movimiento.
Muchas gracias por el cuento, es precioso!
canon t2i or t3i
Beneficial get the job done, I just ran across your blog and wished to convey that I’ve really enjoyed browsing your website content. I will subscribe for your rss and I hope you will create yet again really shortly!
Ioan
M’ha agradat molt, el trobo molt interessant i l’exemple de la teva clienta és edificant!
Gerard
Gracies Herminia, aquest article em cau del cel en el moment oportú.
Isabel Alcalde
«Cuando todo se derrumb». Pema Chödrön.
Gran libro que me acompaño y acompaña en «Aprender a vivir, Aprender a morir»