COACHING TELEOLÓGICO, Formación
La respiración en los procesos de Coaching Teleológico
Este artículo que os presento hoy, está escrito por Ana González Herrera, psicóloga del Institut Gomà. La reflexión que sigue es uno de los trabajos que ha realizado para lograr la Certificación como especialista en ACT (Aplicación del Coaching Teleológico), nivel Developing. Le agraqdezco su generosidad al permitirme publicarlo en el blog.
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“¡RESPIRA!”
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Las personas somos dinámicas: modificamos continuamente actitudes, pensamientos, creencias, actos.
La pareja es dinámica: se forma y va evolucionando de manera natural, por sí misma y/o porque alguno de sus miembros experimenta un crecimiento personal.
La vida es dinámica: cambia, evoluciona, se mueve. Pero hay algo que permanece estable, algo innato, muchas veces inconsciente, pero con posibilidad de regularlo conscientemente. Algo que nos hace funcionar, que nos acompaña siempre y que también es susceptible de modificar su ritmo influido por factores emocionales: respirar, ese mecanismo tan automático y necesario a la vez para nuestra existencia.
Afrontar y convivir con el movimiento, con la evolución, con el cambio, implica atravesar crisis: esos momentos en los que nuestros mapas o esquemas mentales aplicados a nuestra vida dejan de ser funcionales. Momentos en los que nos sentimos incapaces de adaptarnos a los cambios externos o internos y/o en los que nos cuestionamos nuestras creencias.
Llevar a cabo un proceso de coaching teleológico implica cambio, evolución y por tanto, en muchos casos, también implicará crisis. Creo que no podemos obviar la parte emocional que se moviliza en las personas que hacen un proceso de coaching, y por tanto, me parece primordial que los coaches lo tengan en cuenta y le presten una especial atención. La respiración puede ser una estrategia muy efectiva a la hora de gestionar el cocktail de emociones que suele emerger a raíz de las crisis.
Estas emociones pueden hacer modificar el ritmo respiratorio, pero por otro lado, a través de la respiración podemos conseguir regular o desbloquear estas emociones. Reprimir emociones tiene que ver con respirar, con la reducción o ausencia de respiración (apneas).
Expresar emociones también tiene que ver con la respiración, con exhalar el aire: a través de ella soltamos, dejamos ir. De esta manera, la respiración nos puede ayudar, por ejemplo, a dejar de aferrarnos a todo aquello que nos pueda estar limitando e impidiendo llegar a nuestro objetivo o realizar nuestro sueño.
Todo acaba pasando por respirar, vivir pasa por respirar, por eso he decidido dedicar mi artículo a la importancia de este mecanismo de vida, que muchas veces pasamos por alto y que seminarios como el de Alex Fiol “Gestión corporal del cambio” incluido en el programa de formación de Coaching Teleológico, nos devuelve la conciencia sobre su poder ante la regulación emocional.
Os dejo la estrofa del final de una canción que a mi me resulta inspiradora a la hora de conectar con mis emociones a través de la respiración:
Respira, respira con la brisa del mar tranquila, tranquila… valiente y serena… Chambao y Enrique Morente: “Respira”
– ¿Qué habrás de dejar ir para lograr tu objetivo?
– ¿Qué habrás de permitir entrar?
Gracias Ana, por haber compartido este artículo con todos los seguidores del blog. Deseo que os sea inspirador…
Hermínia Gomà
2 octubre 2011
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8 Comments
Sara
Hola Ana,
quería darte las gracias por este magnifico tema «respirar»si es verdad que vivimos y respiramos es como el cordón umbilical de una criatura,y cuando tenemos la caja de las emociones arrevosar es difícil que la secuencia no este descompensada.
Cuando la respiracion es rápida nuestro corazón se acelera y todo en nuestro cuerpo se altera,el control de las emociones es una gran ayuda y no es nada facil llegar a conseguir esto y desde aqui queria felicitar a Alex que con su ayuda podemos llegar a conseguir ese control.
Respirar es un hábito. La vida es un hábito o, mejor dicho, una sucesión de hábitos, ya que un individuo es una sucesión de individuos.
Salvador Espriu
GIFRÉ CID
Moltes gràcies per compartir-ho, un dia algú em va dir: «si vivim com respirem, agafant i deixant anar, no ens podem equivocar».
Ares
Ana felicidades!!!Tan claro que se ve al leer tu artículo y tan difícil al no prestarle atención!Me quedo con…RESPIRA!
Carmen Rosa Arze
Te agradezco Ana por lo reflexión respecto a eso que hacemos mecánicamente día a día, y no le brindamos mayor importancia, lo expresas de manera muy sencilla, sobre algo que es de vital importancia.
santiago roja
Excelente Ana muy bueno el articulo y algo muy poderoso para tener en cuenta… a traves de la respiración puedes entender muchas cosas como por ejemplo como se esta sintiendo el cliente e incluso como responde con algunos feedkback.una cosa que lei tambien y que lo he comprobado es que cuando una persona esta tensa nerviosa los labios se resecan.saludos
josep gendra
Ciertamente, un artículo que (re)coloca nuestra forma de ver, observar, mirar, escuchar a nuestro Coachee. Y, por supuesto, a todas las personas con las que mantenemos una conversación. Ahora, podemos enriquecer más nuestro Feedback devolviendo a nuestro Cliente aquello que observamos en forma de «buuuuf», «uf!», o con una respiración profunda, por la boca o hinchando las cavidades nasales, un suspiro notorio o apenas percetible… Ciertamente, son distintas formas de respirar y de interpretar la realidad o de responder a las preguntas del Coach. Extraordinaria observación, por sutil, Ana y excelente oportunidad para el blog, Hermínia. ¡Gracias!
alex fiol
Felicidades por el artículo Ana. Yo mismo no hubiera sabido expresar mejor la vinculación entre nuestra forma de respirar y nuestra capacidad de regularnos emocionalmente y abrazar la vida en todos sus matices.
Un abrazo
Toni Alastuey
El artículo me ha hecho reflexionar respecto la consciencia de la respiración del cliente y también de la mia propia. Vinculo especialmente la respiración del coach con esa sensación de serenidad que seguramente el cliente agradecerá percibir en nosotros y que nosotros estaremos encantados de facilitar.
Muchas gracia Ana.