Coaching empresarial, General
Coaching Teleológico para mantener los cambios importantes
¡Despierta tu mente para mantener
el cambio que has iniciado!
Es probable que algunos de vosotros os hayáis planteado en algún momento de vuestra vida realizar un cambio importante: dejar un hábito nocivo, alcanzar una meta personal o profesional, lograr un objetivo concreto, fortalecer vuestro carácter o hacer realidad vuestro sueño.
Os habéis sentado con vosotros mismos, y muy seriamente os habéis dicho:
¡Basta! ¡Voy a cambiar! ¡No lo volveré a hacer jamás! ¡Esto se ha acabado! ¡La última vez que lo hago! ¡A partir de ahora todo será distinto! ¡Ésta es la definitiva! Es tan grande vuestro entusiasmo que lo habéis anunciado a los cuatro vientos, pensando que así ya no hay vuelta atrás, estáis reforzando vuestro compromiso con vosotros mismos.
La mayoría de nosotros cuando queremos cambiar recurrimos a la innovación, nos proponemos romper con el pasado y hacer algo diferente. Empezar a hacer las cosas que no hemos hecho hasta ahora. En otros casos si ya lo intentamos en el pasado y claudicamos nos decimos que realmente no estábamos preparados. ¡Ahora es ahora y vamos a emprender las cosas de manera distinta! Haré las cosas “que debo hacer», haré lo correcto.
No somos conscientes de que nos hemos dado una orden a nosotros mismos. A pesar de que la hemos dado nosotros, no deja de ser un imperativo que debemos obedecer. Me pregunto: ¿Qué garantías de éxito podemos esperar de un mandato? ¿Cuánto tiempo podremos mantener el entusiasmo? ¿Qué tiene que ver esta orden con nosotros? ¿Qué ha cambiado realmente? Porque nosotros seguimos siendo quien éramos antes de darnos la orden. ¿Qué ha cambiado? ¿Qué necesidad nos está impulsando a tomar esta decisión?
En algunas ocasiones esta decisión de cambio es fruto de una situación concreta, que nos agita y nos hace tomar conciencia de no estar haciendo lo correcto. La necesidad de aliviar el malestar de la culpa hace que tomemos la decisión de actuar desde lo obvio: dejo de fumar, no comeré dulces, iré al gimnasio, no me enojaré, etc…
Después de un tiempo “cumpliendo la orden” olvidamos el malestar y la culpa que originaron el cambio y ¿para que mantenerlo?, volvemos a nuestros viejos hábitos.
Cuando innovamos lo hacemos en un periodo de tiempo muy breve e instauramos un cambio radical. De manera veloz, importante y sugerente; aspiramos al resultado más amplio en el menor tiempo posible. No obstante, si desistimos y nos hundimos, el dolor y la vergüenza que esto conlleva pueden ser devastadores.
Puede ocurrir que iniciemos un cambio de hábito, que llevados por nuestro entusiasmo comuniquemos a todo el mundo que por fin hemos dejado de fumar, que hemos iniciado la dieta, que nos hemos apuntado al gimnasio, que vamos a llegar puntuales a partir de ahora, que mantendremos ordenada nuestra mesa de trabajo, que no gritaremos etc.
Cuando lo comunicamos conseguimos las felicitaciones de los demás, incluso su apoyo, oímos comentarios como: “Ya era hora” o miradas que expresan: “Yo no te lo quería decir, pero menos mal que te has dado cuenta”, etc.. Y nos animamos, estamos en el buen camino, los demás nos aplauden, nuestro entusiasmo es total… hasta que… al cabo de un tiempo volvamos a nuestros antiguos hábitos. ¡Qué dolor tan profundo! ¡Qué decepción! Ya no podemos confiar ni en nosotros mismos, hemos perdido credibilidad.
Con demasiada frecuencia, tenemos éxito a corto plazo, sólo para recaer en nuestras viejas costumbres cuando desfallece nuestro entusiasmo inicial.
El cambio a nivel mental puede significa una oportunidad, pero en algunas ocasiones a nivel emocional conecta con el miedo. Dejar lo conocido para iniciarnos en lo desconocido, interpretado como amenazante para nosotros. Los seres humanos estamos preparados para sobrevivir y para ello contamos con diferentes mecanismos para afrontar lo que interpretamos como peligroso: la huida, el ataque, la defensa o la parálisis.
Si el cambio que nos plantemos es demasiado rotundo, imperativo o exigente, es probable que no podamos mantenerlo. Por eso es importante que tengamos muy clara la meta final pero que avancemos paso a paso.
Cuando le mandamos una orden a nuestro cerebro: ¡No fumes!, ¡No comas!, ¡No te sulfures!, ¡Se amable!, ¡Debes ordenar tu mesa!, etc…El terror a desobedecer el mandato, el miedo a fracasar, la preocupación por los resultados, la ansiedad por dejar el viejo hábito, están ocupando o paralizando nuestro cerebro en lugar de impulsarnos a tomar la decisión correcta.
Esto implica un cambio de estrategia:
¡¡¡Preguntemos a nuestra mente, despertémosla!!!!
Las preguntas son muy productivas y útiles para generar ideas y soluciones. Las preguntas captan admirablemente el interés de nuestro cerebro. ¡Mucho más que las órdenes o los mandatos!
El principal criterio del hipocampo para almacenar información es la repetición, por lo que hacer preguntas de forma reiterada no deja al cerebro otra alternativa que prestar atención y comenzar a crear respuestas y buscar soluciones. El cerebro quiere funcionar. Una pregunta lo despierta y lo encandila. Al cerebro le encanta responder preguntas, incluso las que sean absurdas o peculiares y reflexionar sobre ellas. El cerebro no puede dejar pasar una pregunta sin darle respuesta.
Los cambios poco llamativos contribuyen a que nuestra mente sortee el miedo que impide el éxito. Las acciones pequeñas satisfacen la necesidad de nuestro cerebro de hacer algo.
Leí hace años en el libro de Robert Maurer “El camino del Kaizen”, una cita deSam Keen muy acorde con este tema:
“Lo que determina nuestra vida son las preguntas que hacemos, las que nos negamos a hacer o las que jamás pensamos en hacer.”
Todos sabemos lo que realmente nos conviene y lo que es correcto. Es evidente que no siempre este conocimiento consigue generar el cambio que deseamos. Hacernos la pregunta correcta de manera reiterada nos hace más concientes de nuestra situación y de la que queremos conseguir. Nos sentimos seguros y satisfechos con nuestras respuestas y deseosos de seguir nuestra propia inspiración. Haciéndonos preguntas mantenemos desactivada nuestra reactividad e impulsada nuestra proactividad.
¿Qué estoy priorizando al tomar esta decisión?
¿Qué haría hoy de otra manera si este tema fuera prioritario?
¿Qué perderé al tomar esta decisión?
¿Qué perderé si tomo la contraria?
¿De qué estoy huyendo cuando decido no mantener el cambio?
¿A que me enfrento si apuesto por el cambio?
¿Cómo venceré mis sabotajes internos?
¿Cuáles fueron las justificaciones más exitosas del pasado, por las que desistí?
¿Qué situaciones me darían “permiso” para no mantener el cambio?
¿Qué deseo satisfago cuando decido no comprometerme con el cambio?
¿Cómo sería mi vida sin ese hábito?
¿Cómo me sentiría si dejara ese hábito?
¿Qué estaría haciendo de otra manera si creyera que no iba a fracasar?
¿Cuál es uno de los pasos pequeños que yo podría dar para alcanzar mi meta?
¿Qué ha funcionado en los cambios que he mantenido?
Estas preguntas permiten que mi cerebro se centre en resolver problemas y, en último término: pasar a la acción y mantenerme en ella.
El Coaching Teleológico es el proceso que nos permitirá a través de las preguntas que nos proporcionará nuestro Coach, conectar con lo mejor de nosotros mismos, facilitando que nuestra mente busque nuestra mejor respuesta y se prepare para pasar a la acción. Es un proceso de aprendizaje que prepara nuestra mente mediante preguntas que nos permitirán seguir manteniendo el éxito inicial.
36 Comments
Ines de Caralt
Lo primero que he pensado al leer este artículo ha sido en crear una herramienta para que mis clientes se auto-motiven entre sesiones. Sin embargo, una vocecita me ha dicho “nunca utilices una herramienta que no hayas probado tú antes”, y me he dado cuenta de cuantas veces me he propuesto cambiar o mejorar algo en mi vida (todos los ejemplos del texto me son válidos) y como el tiempo ha ido diluyendo la decisión inicial hasta quedar en nada. ¡Cuántas excusas aparecen entonces! No era el momento…, las circunstancias no acompañaban…, tampoco valía tanto la pena… ¡Autoengaños! Al final lo que queda es la sensación de frustración por haberme decepcionado a mí misma. Tendré que probar esta nueva estrategia de cambiar las órdenes por preguntas… ¡Gracias Herminia!
Sergi Montells
Artículo muy bueno. Los cambios forman parte de la vida de cualquiera de nosotros. A veces nos proponemos un cambio pensando en “debo” o “tengo que” hacer tal cosa, o al contrario, “no debo hacerlo nunca más”. Me gusta mucho esta perspectiva del cambio centrado en lo que realmente quiero, deseo. No pensar en una imposición.
También se menciona el poder que tienen los demás en nuestra toma de decisiones. En algunas ocasiones nos basamos en su reforzamiento positivo, en sus felicitaciones o en sus recomendaciones. Una vez estos estímulos dejan de estar presentes, carece de interés nuestro cambio.
Si cambiamos los mandates por preguntas, el crecimiento está asegurado. Desafiar a nuestra mente a la hora de tomar decisiones puede ayudarnos a mantener los cambios. Por ejemplo, una de mis favoritas que se han detallado son: ¿Cómo sería mi vida sin ese hábito? ¿Qué perderé al tomar esta decisión? ¿Qué ganaré? Estas preguntas, así como las otras, ligan con nuestro PROPÓSITO y otorgan de SENTIDO a nuestra decisión.
¡Ánimos en hacer preguntar en vez de mandatos para mantener nuestros buenos propósitos!
FABIOLA MARTIN DUQUE
¿Quién no se ha planteado cambios, retos o sueños que se han quedado por el camino?
Unos porque se han quedado ilusiones, otros porque venían impuestos y eran meras obligaciones, otros por miedos y/o creencias limitantes que nos han impedido pasar a la acción, otros porque en realidad solo estaban motivados en complacer a otro, etc…
Hay muchos factores que intervienen en poder llevar a cabo un cambio con éxito y esos mismos y alguno más los que influyen en que este pueda ser perdurable en el tiempo más allá de modificar una conducta de manera puntual.
Me ha gustado mucho saber algo más respecto al funcionamiento de nuestra mente y el hecho de que al cerebro le encante responder ya que abre un mundo de posibilidades reales si sabemos hacer uso.
Aquí es donde cobra mucha importancia en nuestro rol de coach, la habilidad que tengamos de escuchar, de respetar los silencios y en este caso concreto todavía más, de hacer preguntas realmente poderosas que permitan que nuestra mente obtenga la mejor respuesta o encuentre la mejor solución y/o camino a seguir.
Muchos son los boicoteadores que podemos encontrar en el camino, miedos, quejas, mentalidad cortoplacista, falta de motivación, etc… pero creo que tiene muchísima importancia el ¿PARA QUÉ? ¿Cuál es el MOTIVADOR, es decir, el motivo que nos lleva a la acción? A mi modo de ver, los que llevan derechitos al punto de partida y tienen menos posibilidad de éxito o perdurabilidad son aquello que queremos conseguir algo desde el “Debería….” o el “Estaría bien….” o quizás para “agradar a alguien” u “obtener reconocimiento”…. Pero no para nosotros mismos.
En concreto me quedo con dos conceptos:
– Tener muy en cuenta “LA PREGUNTAS” como una herramienta para alcanzar con “éxito” cualquier proceso de cambio.
– LIDERAR NUESTRAS VIDAS desde la proactividad, el autoconocimiento, la reflexión, la capacidad de decisión… en lugar de mandarnos, imponernos u obligarnos desde la reactividad, que no deja de ser un impulso primario.
También he conectado con el concepto de FLOW de Mihaly Csikszentmihalyi ya que si el reto supera nuestras habilidades nos generará estrés/ansiedad y si son las habilidades las que superan el reto nos generará aburrimiento. En ambos casos, no fluimos y no vamos a poder mantener la motivación por demasiado tiempo así que el cambio no podrá mantenerse demasiado en el tiempo y no podrá comportar realmente un cambio de paradigma.
Por último, tras leer este artículo he recordado un libro de Pilar Jericó que este año me ha inspirado muchísimo:
“¿Y si realmente pudieras? La fuerza de tu determinación”
He descubierto que la DETERMINACIÓN es una fuerza super poderosa que si la despiertas te conecta con el deseo genuino de ser nosotros mismos. Que quieras algo mucho, mucho, no significa que vayas a conseguirlo, necesitas convicción.
Tener la determinación de hacer algo es mucho más enérgico que tomar una decisión o querer algo.
Significa que nada te para o que te pones el mundo por montera si hiciera falta.
Adjunto link a un artículo para que os hagáis una idea:
http://blogs.elpais.com/laboratorio-de-felicidad/2016/03/y-si-realmente-pudieras-la-fuerza-de-tu-determinaci%C3%B3n.html
RAQUEL GARCÍA
En primer lugar, te felicito Hermínia por la sabiduría de este artículo y te agradezco muchísimo el que lo hayas compartido con nosotr@s.
A mí personalmente me ha causado un profundo impacto. Me he centrado en el tema que quiero cambiar en mi vida desde hace mucho tiempo y que me produce un gran malestar y pérdida de credibilidad hacia mí misma cada vez que vuelvo a caer, y la verdad es que he descubierto cosas increíbles sobre cómo funciona mi mente en relación con ese tema. Me he quedado muy sorprendida con los rebuscados y esperpénticos (pero lógicos) argumentos que mi mente me da inconscientemente cada vez que intento aplicar el cambio. Ahora entiendo por qué me he hecho autoboicot una y otra vez, ¡¡es imposible que pueda mantener el cambio hacia lo que deseo conseguir con esos sólidos argumentos que me da mi mente!!
Me he tomado el artículo muy en serio y he escrito en una libreta cada una de las preguntas con todas las respuestas que mi mente me iba dando al reflexionar y hacer consciente lo que hasta ahora estaba guardado en mi subconsciente. ¡He flipado… literalmente! Creo que el hecho de sacar a la luz esos argumentos internos me va a ser de gran ayuda en el propósito de mantener ese cambio que tanto deseo.
Al desglosar y racionalizar nuestros propios pensamientos nos damos la oportunidad de escoger no pensar de ese modo y hacerlo de una manera más acorde y coherente con nuestros valores y principios. Así, espero que podré detener el continuo boicoteo que me estaba haciendo a mí misma y pasito a pasito espero acercarme cada vez más a mi objetivo y lograr mantenerme en el cambio de hábito.
Todas y cada una de las preguntas me han parecido poderosísimas pero la que considero que va a ser mi anclaje para no olvidarme en ningún momento de lo que deseo es la última, pues me ha proporcionado el “lema” que necesito recordar cuando me encuentre en ese momento en que suelo perder el control de la situación.
Me agarraré a mi lema en ese momento de vulnerabilidad como si fuera la sólida cuerda que me va a salvar de caer de nuevo en el precipicio.
Gracias 🙂
Aida
Leyendo este artículo reflexiono sobre lo importante que es y el peso que tiene nuestro propio diálogo interior y como puede influirnos.
En coaching teleológico no nos basamos en los cambios de conducta, realizamos cambios mucho más profundos e internos. Para poder realizarlos a ese nivel, hemos de reflexionar profundamente y hacernos cuestiones a nosotros mismos acerca del tema correspondiente. Es importante tener claro para qué queremos realizar el cambio y cuál es nuestra motivación.
Suscribo totalmente la importancia de realizar algo porque realmente le encontramos el sentido y deseamos hacerlo, si lo realizamos sin realmente estar convencidos no funcionará!! Y lo digo por experiencia.. 🙂
Cuando creemos en algo realmente ya no hemos de esforzarnos a nivel conductual, la conducta se ve modificada naturalmente porque el cambio de paradigma ya se ha producido.
Y tú ¿qué te dices por las mañanas?
https://www.youtube.com/watch?v=K8qJn66hhao
Irene Palacios
Los cambios importantes que queremos que permanezcan en el tiempo tienen que venir motivados por una causa. A través de ésta se producirá el cambio de hábito por el cambio de paradigma.
Un cambio de paradigma que está conectado con el ser y no con el hacer, que revisa creencias y amplia nuestra mirada a nuevas posibilidades. Esta magnífica batería de preguntas está dirigida a hacernos pensar qué tipo de persona queremos ser y qué diálogo interno estamos manteniendo con nosotros mismos. Y obviamente el orden en el que están planteadas no es aleatorio, porque la penúltima pregunta ya está enfocada al plan de acción, es decir un proceso para trabajar la decisión de un cambio de hábito. Por lo tanto, gracias por la plantilla Herminia!
Me parece excelente la frase de Robert Maurer, rescatada de su libro » El camino del Kaizen». Me hace reflexionar porque he empezado a practicar el dialogo interno a través de la preguntas que me proyecten a una actitud Proactiva, puedo dar fe de la efectividad, y me doy cuenta de que se me acumula el trabajo con las que no me hago y las que me niego 🙂
Gracias por el artículo y la invitación a la reflexión Herminia!
María Boggiero
De niña viví la presión de las órdenes ajenas y propias, lejos de empujarme y motivarme al cambio, me hacían percibir una obligación sin sentido y stress, por supuesto el resultado era nulo, cuando tuve independencia juvenil pude descubrir lo capaz que era en llevar a cabo aquellos cambios importantes que yo me proponía: Desde MI MISMA la voluntad se tornaba poderosa. Aún así en la vorágine del día a día es fácil distraer la voluntad, es fácil caer en el olvido y es fácil pasar inadvertido un miedo. Qué útil para la labor como coachs, así como para el auto desarrollo, la herramienta de la pregunta… es la herramienta de la conciencia. La lectura del artículo me lleva a entender que motivar la persistencia de la voluntad de nuestros clientes y de nosotros mismos, se presenta a partir de las preguntas que refrescarán la memoria del cambio. Mantener el cambio, es integrarlo totalmente, es adquirir un nuevo modo de vivir, que inevitablemente generará más cambios a su vez. ¿Estoy dispuesta a recibir nuevos cambios?…Para cambiar hay que atreverse, pero para insistir hay que atreverse más, ¿cómo seré tras el cambio totalmente integrado?, ¿qué ámbitos de mi vida va a afectar?, ¿qué siento al imaginarlo?… Cada uno de los artículos, más allá de dotar de información a la metodología del coaching teleológico, va dibujando actos de conciencia que promueven la sana vigilancia, atención hacia nosotros mismos.
Diana Sánchez Casanova
Uno de los grandes problemas a la hora de emprender un cambio es la capacidad para poder mantenerlo, y es ahí donde radica la diferencia entre el verdadero cambio de paradigma y el cambio de tipo conductual.
De este artículo me llevo una interesante reflexión, sobre la importancia del “para qué”, ese fin que mueve al cliente y al que siempre volvemos a través de nuestras preguntas como coaches. Tengo la sensación de que, cuando el entusiasmo inicial decae, las personas olvidamos nuestro para qué particular, sintiendo que no tiene sentido continuar. Sin embargo, mediante la pregunta adecuada, podemos volver a recordarlo.
Nosotros trabajamos para ayudar al cliente a que aprenda a hacerse estas preguntas, a que descubra cómo conectar con su para qué y cómo volver a él cuando lo pierda de vista. Las personas no somos incombustibles, a veces nos sentimos apagadas. Pero con las herramientas adecuadas, podemos cambiar la bombilla cuando se funde y seguir adelante.
¡Muchas gracias por el artículo!
María Boggiero
De niña viví la presión de las órdenes ajenas y propias, lejos de empujarme y motivarme al cambio, me hacían percibir una obligación sin sentido y stress, por supuesto el resultado era nulo, cuando tuve independencia juvenil pude descubrir lo capaz que era en llevar a cabo aquellos cambios importantes que yo me proponía: Desde MI MISMA la voluntad se tornaba poderosa. Aún así en la vorágine del día a día es fácil distraer la voluntad, es fácil caer en el olvido y es fácil pasar inadvertido un miedo. Qué útil para la labor como coachs, así como para el auto desarrollo, la herramienta de la pregunta… es la herramienta de la conciencia. La lectura del artículo me lleva a entender que motivar la persistencia de la voluntad de nuestros clientes y de nosotros mismos, se presenta a partir de las preguntas que refrescarán la memoria del cambio. Mantener el cambio, es integrarlo totalmente, es adquirir un nuevo modo de vivir, que inevitablemente generará más cambios a su vez. ¿Estoy dispuesta a recibir nuevos cambios?…Para cambiar hay que atreverse, pero para insistir hay que atreverse más, ¿cómo seré tras el cambio totalmente integrado?, ¿qué ámbitos de mi vida va a afectar?, ¿qué siento al imaginarlo?… Cada uno de los artículos, más allá de dotar de información a la metodología del Coaching Teleológico, va dibujando actos de conciencia que promueven la sana vigilancia… atención hacia nosotros mismos.
Ana Sánchez
Excelente artículo, ahora entiendo el bucle en el que nos metemos una y otra vez para cambiar algún hábito sin llegar a conseguirlo.
Partimos de una motivación huyendo del dolor y la vergüenza, que aún siendo potente se manifiesta muy a menudo insuficiente para mantener el cambio a largo plazo. La propuesta de Hermínia de motivar a través de las preguntas, teniendo clara la última meta y dando pequeños pasos me parece que tiene mucho sentido. Es una mezcla de dos motivaciones: la de la huída de lo que nos causa el dolor + el impulso de obtener el placer de conseguir las metas.
Las preguntas desactivan la reactividad estimulando todo lo contrario, la acción. Me quedo la frase que habla de que las preguntas que nos hagamos y las que no nos hagamos determinarán nuestra vida!
Os pongo un enlace de un vídeo inspirador para el cambio (un poco americano, sí, pero inspirador):
http://www.youtube.com/watch?v=wqwwZCq2f9M&sns=em
Gemma Páez
Este artículo me hace reflexionar sobre la importancia de las preguntas que nos realizamos. Hace unos días en el libro “Resultados extraordinarios” de Raúl Ortega leía que la comunicación “es la esencia que crea todo lo demás” y sobretodo ¿cómo nos comunicamos con nosotros mismos?, ¿cuál es el tipo de lenguaje que utilizamos?; ¿cuál es nuestro diálogo interno y qué preguntas y respuestas lo acompañan?
Existen preguntas que potencian nuestras capacidades y otras que limitan nuestra eficacia. De ahí la importancia de calibrar nuestro lenguaje, ya que este crea realidad, y utilizarlo con todo el potencial posible para extraer el mejor resultado para nosotros y nuestros futuros clientes, haciendo las preguntas idóneas que nos acerquen a mantenernos motivados hacia el cambio deseado.
Me gusta creer que las preguntas son como un tamiz por donde pasar los pensamientos del cual se extraerán respuestas que nos acerquen a aquello que queremos conseguir.
“La vida está llena de respuestas maravillosas, si formulas las preguntas adecuadas” Mark Twain
Gracias a todos por compartir
Rosa Mari
Ningún cambio es duradero sino se inicia desde nuestro interior. Siempre que he intentado cambiar algo, sin más, nunca me ha funcionado, ha sido un cambio fugaz y pronto he vuelto al viejo hábito. Son esas “auto órdenes”, imposiciones que nos hacemos y ellas mismas se desvanecen por no encontrar sentido al esfuerzo y voluntad que supone todo cambio.
La lectura de este artículo me ha ayudado a entender con claridad que si no tengo un objetivo de vida, que si no sé hacia donde camino, difícilmente conseguiré cambiar mis hábitos. Cuando hay un objetivo en mente, focalizas tus actos en una dirección clara. Tomas consciencia de que quieres cambiar y se crea un diálogo interior con sentido. Tienes la capacidad y la fuerza para hacerlo, tienes la voluntad, quieres hacerlo y vas a lograrlo para conseguir el propósito.
Encuentras el para qué del cambio y el diálogo interno te anima a seguir. Pierdes los miedos al cambio y la brújula interna da sentido y coherencia.
Muchas gracias Herminia por este artículo, su lectura me ha ayudado a comprender porque no tienen éxito los cambios y también por proporcionar las herramientas para conseguirlo.
Rosa Mari
Ningún cambio es duradero sino se inicia desde nuestro interior. Siempre que he intentado cambiar algo, sin más, nunca me ha funcionado, ha sido un cambio fugaz y pronto he vuelto al viejo hábito. Son esas “auto órdenes”, imposiciones que nos hacemos y ellas mismas se desvanecen por no encontrar sentido al esfuerzo y voluntad que supone todo cambio.
La lectura de este artículo me ha ayudo a entender con claridad que si no tengo un objetivo de vida, que si no sé hacia donde camino, difícilmente conseguiré cambiar mis hábitos. Cuando hay un objetivo en mente, focalizas tus actos en una dirección clara. Tomas consciencia de que quieres cambiar y se crea un diálogo interior con sentido. Tienes la capacidad y la fuerza para hacerlo, tienes la voluntad, quieres hacerlo y vas a lograrlo para conseguir el propósito.
Encuentras el para qué del cambio y el diálogo interno te anima a seguir. Pierdes los miedos al cambio y la brújula interna da sentido y coherencia.
Muchas gracias Herminia por este artículo, su lectura me ha ayudado a comprender porque no tienen éxito los cambios y también por proporcionar las herramientas para conseguirlo.
Rosa Mari
Ningún cambio es duradero sino se inicia desde nuestro interior.
Siempre que he intentado cambiar algo, sin más, nunca me ha funcionado, ha sido un cambio fugaz y pronto he vuelto al viejo hábito. Son esas “auto órdenes”, imposiciones que nos hacemos y ellas mismas se desvanecen por no encontrar sentido al esfuerzo y voluntad que supone todo cambio.
La lectura de este artículo me ha ayudo a entender con claridad que si no tengo un objetivo de vida, que si no sé hacia donde camino, difícilmente conseguiré cambiar mis hábitos. Cuando hay un objetivo en mente, focalizas tus actos en una dirección clara. Tomas consciencia de que quieres cambiar y se crea un diálogo interior con sentido. Tienes la capacidad y la fuerza para hacerlo, tienes la voluntad, quieres hacerlo y vas a lograrlo para conseguir el propósito.
Encuentras el para qué del cambio y el diálogo interno te anima a seguir. Pierdes los miedos al cambio y la brújula interna da sentido y coherencia.
Muchas gracias Herminia por este artículo, su lectura me ha ayudado a comprender porque no tienen éxito los cambios y también por proporcionar las herramientas para conseguirlo.
Rosa Mari
Ningún cambio es duradero sino se inicia desde nuestro interior.
Siempre que he intentado cambiar algo, sin más, nunca me ha funcionado, ha sido un cambio fugaz y pronto he vuelto al viejo hábito. Son esas “auto órdenes”, imposiciones que nos hacemos y ellas mismas se desvanecen por no encontrar sentido al esfuerzo y voluntad que supone todo cambio.
La lectura de este artículo me ha ayudo a entender con claridad que si no tengo un objetivo de vida, que si no sé hacia donde camino, difícilmente conseguiré cambiar mis hábitos. Cuando hay un objetivo en mente, focalizas tus actos en una dirección clara. Tomas consciencia de que quieres cambiar y se crea un diálogo interior con sentido. Tienes la capacidad y la fuerza para hacerlo, tienes la voluntad, quieres hacerlo y vas a lograrlo para conseguir el propósito.
Encuentras el para qué del cambio y el diálogo interno te anima a seguir. Pierdes los miedos al cambio y la brújula interna da sentido y coherencia.
Muchas gracias Herminia por este artículo, su lectura me ha ayudado a comprender porque no tienen éxito los cambios y también por proporcionarnos herramientas para conseguirlo.
Júlia Coll Pons
Són realment important, els canvis, si no els podem mantenir en el temps? Què és allò que ens ho impedeix? És el nostre paradigma? Són els nostres marcs de referència. El Coaching Teleològic no busca un canvi en la conducta perquè preveu que aquest canvi pot ser poc durador i que no té per a què implicar la veritable raó de ser del Coaching Teleològic, el canvi de paradigma. Un canvi de paradigma que, si té lloc, segurament desencadenarà en un canvi conductual.
L’article ens mostra la importància de les preguntes per despertar el nostre cervell. Canviar les ordres que ens imposem a les preguntes, als plantejaments i insisteix en la repetició d’aquestes preguntes i d’aquests plantejaments perquè com bé se sap, el cervell sempre busca una resposta. El Coach és la figura que en un procés de Coaching planteja les preguntes. Preguntes que han de ser obertes, que han de donar opció a pensar, reflexionar, que han de ser incòmodes… que han d’anar més enllà del que el client potser s’hauria pogut plantejar.
En el nostre cas, però, com a aprenents de Coach, a banda d’iniciar un procés de Coaching Teleològic, el que podem fer és fer-nos aquest tipus de preguntes. A l’article l’Hermínia en planteja algunes.
Una frase molt coneguda d’Albert Einstein ens convida a canviar. Però no a aconseguir el resultat del canvi, sinó a canviar el mètode, la manera de perseguir o atraure aquest canvi. Diu així: “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. És a dir, si estàs fart o cansada de provar de canviar seguint sempre el mateix sistema, prova de fer-ho diferent aquesta vegada. De preguntes grans n’hi ha moltes però podríem començar amb un per a què… Per a què vols realitzar aquest canvi?
Ànims i endavant!
Sara Berrocal Valenzuela
Después de leer este artículo lo que primero se me ocurre es empezar mi comentario con una pregunta.
¿Cuántas veces nos hemos comprometido con algo que nos hemos impuesto o que nos han aconsejado? ¿Cuántas de estas veces hemos decidido abandonar? ¿Cómo nos hemos sentido?
Los compromisos que nos imponemos o que nos aconsejan no suelen llegar a buen puerto. No es por otro motivo que no han salido de nosotros mismos, no es un compromiso profundo que hayamos decidido desde nuestro sentir y desde nuestros valores. Lo que no sale de nosotros mismos lo tomaremos siempre como un mandato, todos sabemos que las personas no podemos estar cumpliendo órdenes toda la vida. Llega un momento en el que nos negamos a acatarlas y decidimos hacer lo que nosotros pensamos que es lo correcto. El problema llega cuando estos mandatos no vienen del exterior si no que somos nosotros los que nos lo imponemos. Es aquí donde se establece el gran conflicto entre lo que creo que quiero y estoy cumpliendo, lo que me gustaría, mis valores, los de los demás, mi felicidad, la que me impongo…
No es una tarea fácil gestionar las órdenes que nos damos y cambiarlas por un sentimiento de cambio que nazca de nuestro interior. Para esto, hay que conocerse, estudiarse, sentirse, descubrirse, escucharse. Esta sociedad no tiene por costumbre este hábito, como tampoco tiene el hábito de cuestionarse si el compromiso con el que yo estoy intentando cumplir viene de mi o no. Fracasaremos en todo cambio que nazca de un lugar externo a nosotros, de la misma forma en la que triunfaremos si el cambio nace realmente de un sentimiento interno.
Para que un cambio sea duradero en el tiempo y se transforme en un hábito debe ser acorde y coherente a nuestros valores, a nuestra forma de vida y a lo que nos haga feliz. Al no ser capaces de llevar a cabo un compromiso, no debemos sentirnos mal por no conseguir seguirlo. Lo que debemos hacer es pensar qué de ese compromiso no cuadra con nosotros y para qué lo estamos haciendo. Entonces descubriremos que igual, no es tan importante para nosotros.
Claudia Zapata Caicedo
El cambio es la única constante cierta en la vida y sin embargo nos cuesta cambiar y nos resistimos a las consecuencias que inevitablemente trae consigo lo diferente.
Si el cambio es lo más seguro, sería ideal que deseáramos los cambios, que los asumiéramos como oportunidades para encontrar nuevos rumbos y nuevas formas de aprender, esto nos haría libres porque no nos aferraríamos a nada, no tendríamos miedo de lo nuevo y desconocido, si no que ansiaríamos disfrutar de nuevas experiencias, soltando lo que ya se ha quedado atrás u obsoleto, lo que ya no nos aporta.
En la vida afrontamos al cambio de manera constante, muchas veces con sufrimiento y dolor creyendo que renunciamos a las cosas que nos pertenecen, cuando en realidad nada es de nadie.
Creo que el tema no está en si los cambios se hacen de golpe o se hacen paso a paso, ya que hay situaciones que requieren decisiones radicales y otras que nos permiten un desprendimiento emocional progresivo. Para mí el tema está en asumir que TODO CAMBIA CONSTANTEMENTE y nuestro papel aparte de asumir, está hacer consciente nuestras motivaciones hacia ese cambio, despertar nuestro cerebro hacia la claridad de lo que realmente se desea, ya que siempre podemos influir en el camino que se nos dibuja delante de los pies, así pues, preguntarnos de manera insistente si estamos dónde queremos estar y las demás cuestiones que creamos oportunas, nos llevará hacía un cambio consciente, anhelado, esperado y que de alguna manera nos dará el bienestar que deseamos y merecemos.
Gala Guasch
El cambio duradero siempre tiene que nacer de lo que quiere uno mismo y no de ningún “debería hacer”, es nuestro poder personal, nuestros valores y nuestros gustos que harán que le demos más prioridad o menos a cada aspecto de nuestra vida. A nivel personal el tema de priorizar es algo que me cuesta mucho ya que para mí el equilibrio de todas las áreas de mi vida es muy importante y me gusta hacer muchas actividades por lo que me es muy difícil conseguir hacerlas todas. Cuando llegué al máster y en la primera clase dijiste… “no me digas que no tienes tiempo, dime qué estás priorizando” (el primer zasca del año…) quise concentrar mis energías en lo que quería priorizar este año, así que decidí poner mi foco en encontrar un trabajo de mañanas, hacer la formación de máster por las tardes, dar clases particulares, hacer deporte regularmente, cuidar mi alimentación, dejar de fumar y tener tiempo de calidad con mi pareja. Nueve meses después está casi todo interiorizado y conseguido (me falta la cadena del tabaco) sintiéndome muy orgullosa con los pequeños cambios y nuevos hábitos que he ido adquiriendo, muchos de ellos relacionados con el amor propio, que me nacen de dentro y que con ellos me siento muchísimo mejor y más en conexión con la versión de mí misma que quiero ser.
Es muy valiosa la propuesta de Covey de hacer únicamente los niveles I (importante-urgente) y II (importante-no urgente) para así dejar a un lado todas aquellas urgencias que no son nuestras y que para nuestro proyecto personal no son relevantes, como también todas aquellas actividades que no tienen sentido y que no nos aportan nada. Conectando con el para qué voy a priorizar eso y conectando con esta brújula interna que es el Ser, podremos consecuentemente llevarlo al terreno del hacer y gestionar el tiempo de manera más eficaz sabiendo a qué tendremos que decir que “no”. Finalmente, me ha gustado mucho la diferencia entre mandarnos desde la obligación y la reactividad VS liderarnos a partir de cambios de paradigma profundos, la proactividad y la propia escucha a las preguntas que nos hacemos. Añado un vídeo en relación a la proactividad https://www.youtube.com/watch?v=5Bb57iKCcNE&index=21&list=UUftmiMWUo0Zy_DVsYrg5feg
Gala Guasch
El cambio duradero siempre tiene que nacer de lo que quiere uno mismo y no de ningún “debería hacer”, es nuestro poder personal, nuestros valores y nuestros gustos que harán que le demos más prioridad o menos a cada aspecto de nuestra vida. A nivel personal el tema de priorizar es algo que me cuesta mucho ya que para mí el equilibrio de todas las áreas de mi vida es muy importante y me gusta hacer muchas actividades por lo que me es muy difícil conseguir hacerlas todas. Cuando llegué al máster y en la primera clase dijiste… “no me digas que no tienes tiempo, dime qué estás priorizando” (el primer zasca del año…) quise concentrar mis energías en lo que quería priorizar este año, así que decidí poner mi foco en encontrar un trabajo de mañanas, hacer la formación de máster por las tardes, dar clases particulares, hacer deporte regularmente, cuidar mi alimentación, dejar de fumar y tener tiempo de calidad con mi pareja. Nueve meses después está casi todo interiorizado y conseguido (me falta la cadena del tabaco) sintiéndome muy orgullosa con los pequeños cambios y nuevos hábitos que he ido adquiriendo, muchos de ellos relacionados con el amor propio, que me nacen de dentro y que con ellos me siento muchísimo mejor y más en conexión con la versión de mí misma que quiero ser.
Es muy valiosa la propuesta de Covey de hacer únicamente los niveles I (importante-urgente) y II (importante-no urgente) para así dejar a un lado todas aquellas urgencias que no son nuestras y que para nuestro proyecto personal no son relevantes, como también todas aquellas actividades que no tienen sentido y que no nos aportan nada. Conectando con el para qué voy a priorizar eso y conectando con esta brújula interna que es el Ser, podremos consecuentemente llevarlo al terreno del hacer y gestionar el tiempo de manera más eficaz sabiendo a qué tendremos que decir que “no”. Finalmente, me ha gustado mucho la diferencia entre mandarnos desde la obligación y la reactividad VS liderarnos a partir de cambios de paradigma profundos, la proactividad y la propia escucha a las preguntas que nos hacemos.
Lucía Olazábal
Me viene a la cabeza reflexionar acerca de ¿cuáles son las consecuencias de ese hábito?, a partir de aquí ¿cómo me autoengaño?, ¿qué mentira me cuento a mi mismo?, ¿en qué medida me regalo amor?. La primera excusa cuando identificamos la discrepancia entre pepito grillo y Don Ego, es “es imposible”. La creencia de que es complejo unido a la de que “yo no podré”, se fusionan como un cóctel perfecto que nos servimos acompañados del aperitivo más completo: el autoengaño. Abandonamos la idea de romper con ese hábito pero al tiempo “algo” se remueve dentro, “algo” nos hace sentir culpables. Por segunda vez nos proponemos “cambiar” porque identifiqué que no me hace bien. Automáticamente comenzamos con el preparativo (como bien comentabas) para celebrar esta decisión y desde la aceptación externa, nos reafirmamos que estamos en el buen camino. Creo que si la necesidad es superficial, el cambio se puede dar. Cambiamos nuestro pensamiento y cambia la conducta. ¿Qué pasa cuando se localiza abajo de unas cuantas capas de cebolla?. Puede que tomar consciencia de que “eso” no me beneficia, no es suficiente. El cambio de hábito se vuelve una exigencia, conectamos, otra vez, con el castigo….”hago algo malo y me sanciono no haciéndolo”; esta vez no está integrado, simplemente quedó en el buen razonamiento. Es el momento de hacernos preguntas, indagar que me lleva a hacerlo y que carencia estoy supliendo. A partir de aquí comienzan a surgir una serie de sentimientos que merman la autoestima y donde no reconocemos si la cura es más factible que la enfermedad. El Coaching es un gran aliado para acompañarnos en este tipo de procesos ya que se trata sólo de ver “nuestro problema” desde otro prisma. Por eso nombraba, al principio de mi comentario, una de las grandes mentiras “la creencia de que es difícil”. Si lo miramos desde un punto de practicidad, no es difícil, simplemente pasa por un cambio de perspectiva. Aunque también tenemos que ser humildes para reconocer que igual no dimos con la varita mágica, en “donde se da ese cambio de paradigma”, donde conectamos y que ocurra la magia. Sí, realmente es magia, cuando se da esa nueva visión del mundo, los cambios vienen solos y con ellos también volvemos a incorporar nuestros nuevos hábitos. Intuyo que en estos procesos puede haber un factor común: disminuimos nuestras fortalezas y reforzamos con soberbia nuestras carencias. Que importante es ordenar nuestras ideas, reflexionar acerca de que nos estamos dando y qué nos esta faltando, conectar con la confianza de que podremos, simplificar aquello que vemos imposible y no relativizar acerca de lo que nos hace sentir dolor. Por eso creo en la metodología del Coaching ya que cumple con todas estas funciones y nos lleva a cumplir nuestros objetivos, ayudándonos a seguir en el camino aunque aparezcan nuestros mayores fantasmas.
Culminando vuelvo a la importancia de las creencias…dicen que el cree, crea y como hace tiempo escuché…”tanto si crees que puedes como si no, en ambos casos tienes razón”.
Eliana Valencia
Si solo queremos cambiar la conducta, este cambio será temporal. Podemos decir, después de tomar una decisión meramente conductual, que estamos comprometidos a ellos, especialmente si se trata de hábitos, ya que los hemos formado como una salida para una emoción, situación, etc. Pero al momento que esta emoción, situación surja de nuevo, nuestro condicionamiento de responder a la misma por medio del hábito, volverá y caeremos en él de nuevo. Esto nos hará sentir que no podemos cambiar. Sin embargo, si conectamos desde adentro, y tomamos conciencia que para afrontar X emoción o situación, podemos hacerlo por medio de nuestro poder y no por un factor externo generado por un hábito, es en donde se produce el verdadero cambio y tendrá como resultado un cambio de conducta permanente en el tiempo. A esto último es lo que yo traduzco cuando dices que se debe preguntar al cerebro, hacerlo crear y poder visualizar nuevas opciones.
Mònica Morales
Este artículo me hace reflexionar sobre la cantidad de veces que he querido cambiar un hábito y al final no lo he conseguido.
Me doy cuenta que el cambio no debe ser solo conductual, el verdadero cambio se hace desde la esencia. Para nuestro cuerpo y mente es más fácil continuar con su rutina y no cambiar nada.
Me parece muy potente activar nuestra mente con la pregunta, hacerla trabajar y provocarla. Recientemente he aprendido que la sabiduría está dentro de cada uno, solo hace falta las preguntas adecuadas para activarnos a pensar y decidir si realmente es lo que queremos, si realmente se quiere el cambio.
Siempre estamos preparados para ello, solo hace falta estar convencidos desde lo más profundo de nuestro ser.
Cristina Espallargas
Este artículo me ha recordado mi propia lucha para dejar el tabaco, las innumerables veces que lo dejé porque así me lo propuse, y como superado ese primer reto, creía engañosamente que ya podría contener las ganas.
Se deben cambiar muchas pequeñas cosas para cambiar un hábito, superar muchas pequeñas trampas que nos tiende nuestra mente. Las preguntas del coaching teleológico nos ponen en la senda de pensar en para qué queremos cambiar, qué persona queremos ser con ese cambio. Nos llevan a enfocarnos en el resultado final, no en el reto de demostrar que somos capaces de dejar un hábito, a examinar el camino y las trampas y prepararnos para ellas, siempre con nuestro objetivo en el punto de mira, lo que nos permite «prepararnos» para nuestro propio autoboicot y sortear todas las trampas.
joan ferran
Muchas veces queremos cambiar algo que ya hemos intentado en el pasado y no hemos sido capaces, repetimos el mismo razonamiento y la misma forma de actuar («Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultados» A. Einstein), es decir, desde la reactividad, lo resultados no son los esperados. Por el contrario, el planteamiento realmente llamativo en este artículo y que incentiva a la motivación es que, partiendo de la base que tenemos clara la meta, debemos substituir el ‘ordeno y mando’ (reactividad), por el convencimiento (ser proactivo), esto se consigue haciéndome preguntas que de forma razonada me lleven a unas respuestas que, si de verdad quiero conseguir esa meta, me induzcan a actuar y dar pasos orientados a la consecución de dicho objetivo. Las preguntas planteadas son muy potentes, pero debemos ser constantes en hacérnoslas cada día, creo que solo escogiendo 3 podría ser suficiente, y reflexionar sobre ellas, de esta forma iremos refrescando el objetivo, y viendo si son coherentes nuestras acciones con nuestra meta. A partir de un cierto momento, el cambio de hábito se habrá integrado en nuestra vida, formará parte de nosotros y ya no representará ningún tipo de esfuerzo, actuaremos de una manera determinada de forma inconsciente.
Felipe isaacs
Gracias por compartir este artículo de tu blog
Inicialmente se plantea siempre la posibilidad de que todos en algún momento de nuestra vida, nos hemos inclinado para hacer algún tipo de cambio
-malos hábitos
-reforzar algún aspecto de nuestro carácter
-Alcanzar algún objetivo en particular
Y en efecto hemos tirado para adelante consiguiéndolo a veces, pero a veces no, y esta dinámica genera alegrías y confianza cuando se logra y desilusión tristeza cuando no, además de la pérdida de confianza en sí mismos .
Las ganas de eliminar el sentimiento de culpa nos hizo rectificar o cambiar ,siendo más fuerte que el cambio en sí, y probablemente es fruto de un cambio impuesto ,generado por una situación en concreto, lo que hace que aparezca la debilidad de esa motivo al cambio.
Él coaching teleologico saca su artillería (PREGUNTAS)como herramientas para mantener el cerebro activo,no re activamente sino pro activamente generando siempre un contacto íntimo con las cosas que nos hemos propuesto.
El COACH con sus preguntas siempre buscará sacar lo mejor de nosotros, y encontrar esas respuestas o buscar con que conectan.
Un saludo!!!!!!!
Paula Folch
Hola a tod@s!
Gracias Herminia por compartir tu saber con nosotr@s.
Me quedo con el recurso de preguntar a la mente, uno de los aprendizajes más significativos que se ha dado en mí desde que me formo con el Modelo Teleológico. Me divierto conmigo misma cuando soy observadora de los diálogos que establece mi mente. Una parte de ella pregunta; la otra trata de encontrar la respuesta y digo trata porque estoy entrenándome con la técnica de la indagación que quiero compartir con vosotr@s.
Además de las lecturas del Máster trato de aumentar mi consciencia y sabiduría con otr@s que considero relevantes para mi momento vital. Adyashanti, en el libro «la vía de la liberación», habla sobre la técnica de la indagación que se basa en mantener la pregunta en la quietud del ser -no de la mente-, en el silencio, y no apegarse a cualquier idea que venga sino cuestionar cada respuesta hasta que surge la verdad.
Un fuerte abrazo.
Raquel Gómez
Es muy cierto que, si nuestros cambios son originados por una orden autoimpuesta producida por un sentimiento de malestar y culpa, estos cambios no se mantendrán en el tiempo; puesto que, una vez la culpa y el malestar originados por esa situación que queríamos cambiar hayan desaparecido, volveremos a nuestros viejos hábitos. En esta situación, habremos realizado un cambio de conducta pero no habremos provocado ningún cambio profundo, es decir, no habremos realizado ningún cambio de paradigma.
Me ha parecido muy interesante el fragmento del artículo dónde nos hablas de que las preguntas —y no las ordenes— son mucho más productivas para nuestra mente, puesto que, nuestro cerebro no tiene otra alternativa que encontrar respuestas a todas estas preguntas formuladas. Todo esto —preguntas, reflexión y respuestas— lo he conectado directamente con el rol de coach. Es muy bonito ver como a través de todas estas preguntas realizadas en un proceso de coaching teleológico, un coachee llega a conectar consigo mismo, encontrar la respuesta y, por consiguiente, es capaz de realizar un cambio de paradigma que le ayudará a mantener los cambios importantes y a crear nuevos hábitos.
FELIPE ATEHORTUA
Una buena profesora de una de las clases del máster nos comentó una vez: «Una de las funciones del coach es realizar preguntas «incomodas» a sus coachees, realizar preguntas que los hagan pensar…» Matizando la palabra «incomoda» como preguntas de un tema en concreto (situación, emociones, etc…) que sean claves en el proceso, las también conocidas como «preguntas poderosas».
Me ha gustado mucho la aportación más técnica del hipocampo y el cerebro, lo desconocía por completo y me ha dado pie a investigar ahora mismo más sobre el tema, realmente apasionante…
Al listado de preguntas añadiría otra que, leí, intentaba hacérsela Steve Jobs cada día por la mañana delante del espejo: “Si hoy fuera mi último día, ¿me gustaría estar haciendo lo que estoy a punto de hacer? Si durante muchos días seguidos la respuesta es ‘no’, sé que necesito cambiar algo“.
Pol Rodríguez i Salvador
Hola a totes i a tots.
El que m’enduc d’aquest article és la idea de la pregunta com a eina de canvi.
Normalment cerquem el canvi a través d’una sentència imperativa. I des de l’obligació ens activem reactivament, això fa que aquest canvi no sigui prolongat en el temps, bàsicament perque no hem treballat una relació emocional. Una ordre no diu res de nosaltres, és una obligació.
Amb la pregunta, aconseguim relfexionar sobre el «per que» i «per a que» volem fer aques canvi, és a dir, cerquem una finalitat, i a la vegada aquesta finalitat ens connecta amb els nostres valors, i això ens empodera. Activa la nostra proactivitat i tendim a generar idees i solucions al problema.
La proactivitat és escollida a través dels canals emocionals, mentre que la reactivitat és un mecanisme de supervivència, que funciona a través de la por.
És a través de les preguntes que tenen un mateix comú denominador però molts punts de vista diferents que podem anar entrant en el que mou a les persones per ajudar-les a arribar allà on desitgen.
ANNA GIRBAU MORENO
Cambiar de hábitos para hacer lo que “debemos hacer” es en realidad, hacer aquello que nos llama en nuestro interior para buscar el bienestar emocional. No significa que lo que vayamos a hacer nos comporte ese bienestar, pero si es una señal, de que lo que hemos estado haciendo hasta entonces no ha logrado ese equilibrio, y por tanto, buscamos una manera distinta de lograrlo.
Pero cuando nos imponen o nosotros mismos nos imponemos una nueva orden, lo vivimos desde la necesidad de tener que hacerlo, porque sino voy a estar mal de nuevo. Esto nos hace vivir esta nueva manera de hacer desde la angustia, la ansiedad por cumplir lo que me he propuesto. Ya que si no lo hago, volveré a fracasar. Pero es sólo, como el artículo “Provocando un cambio de paradigma” de este mismo blog, nos hizo comprender; es a través de conectar con nuestro ser, dejando atrás las creencias, los miedos, que podemos conectar con aquello que creemos que nos beneficiará a partir de entonces. Es decir, sólo cuando somos capaces de ampliar nuestra mirada y cambiar de paradigma, que ese nuevo hábito que queremos incorporar en nuestras vidas, lo realizaremos sin una gran sensación de esfuerzo. Ya que el motivo que nos ha impulsado a hacerlo, es más fuerte, que los beneficios de los viejos hábitos por los cuales lo dejamos atrás.
Querer incorporar un nuevo hábito, desde lo que pienso que es mejor para mí, probablemente no se mantenga a lo largo del tiempo, del mismo modo que si inicio un cambio debido a algo que se ha despertado en mí a hacer diferente. Como comenta el artículo, a veces lo decimos a los cuatro vientos, porque nos queremos autoconvencer de que eso realmente es importante para nosotros y que lo vamos a hacer diferente a partir de ahora. Mi experiencia me dice, que eso no tiene una gran fuerza, y al final te sientes avergonzado, por no cumplir aquello que te has dicho y has dicho al mundo que ibas a hacer. Es por ello, que dejarse guiar por el corazón y realizar cambios desde el ser, sin necesidad de decir nada a los demás, ayuda a realizar cambios profundos, que se demuestran por sí solos con los propios actos y las nuevas maneras de hacer.
El coaching teleológico a través de las preguntas facilita la búsqueda de propias soluciones para la persona, en lugar de imponer órdenes, o dar consejos, que no llevan a ningún lugar. Es por eso, importante no dejar de preguntarnos a nosotros mismos, para así conectar con las mejores decisiones que nos llevaran a solucionar el problema que queremos cambiar.
Andrea Gomes
Herminia, ha sido muy interesante leer este articulo hoy, después de las clases que tuvimos esta semana de cambiar los habitos, y novamente veo la importancia de tener un cambio de paradigma para tener un cambio de habito y no un cambio conductual, que ni siempre es perdurable y no es facil mantener la motivación a llevar a cabo.
Las preguntas son poderosas y tiene mucho mas sentido que generemos ideas y soluciones y no enfoquemos en las ordenes que damos a nuestros cerebros en la tentativa de cambiar la conducta.
ip info
He recorrido el camino muchas veces, principalmente con un problema de desorden en mi espacio físico. Y me dura dos minutos. En el fondo al responderme las preguntas, lo que noto es que no lo mantengo porque no me interesa, y por alguna razón no es algo que creo que cambie mi vida. Viviendo sola si soy casa de hacerlo y hasta esclavizarme en ello, y hacer un hábito constante poner todo en su lugar. Viviendo en familia simplemente no me importa (suena egoísta, lo sé) si interiorizo el porque, no tengo respuesta, quizá que pasó más ocupada viajando 22 km de ida y vuelta a mi hogar y llego agotada, en comparación a cuando vivía sola y estaba a pocos km de mi trabajo y disponía de más tiempo para pensar en esas cosas. Me sucede lo mismo con las dietas, más porque estas me obligan a renunciar a algo que me produce tanto placer como comer, y sobre todo porque estoy siendo lo que recalca el texto, imperativa conmigo, y mi experiencia de vida me ha enseñado que hasta lo use más me gusta si se vuelve un mandato u obligación me hace perder todo el interés en hacerlo, pero de una manera atroz en la me desconecto. Más de acuerdo a la lectura noto que en el ejercicio constante de vencer viejos hábitos, no conectamos con lo mejor de nosotros mismos, no lo hacemos por nosotros, sino por los demás, y esto, si se quiere hacer efectivamente, sostiene un grado importante de egoísmo delicioso. Lo hago por mí y para mí. Mantenerse en el propósito, que por experiencia de vida sé lo difícil que es, implica amarrarte los pantalones, el corazón, el cerebro y hasta el estomago y ser valiente para un la exposición momentánea a la tentación de volver atrás no te gane en un proceso que ha sido más largo.
Yill Otero
Pasar de la inanición a la acción. Sopesar los riesgos que implica seguir donde se está -vs- moverse y propiciar cambios que hagan que mi condición/situación mejore. ¡No saboteemos nuestros más añorados deseos! Replantearnos aquello que pensamos de distintas maneras, nos ayudará a reforzar que estamos en el camino correcto, en la ruta definitiva hacia el verdadero cambio. ¿Miedo? ¿Aprehensión? ¡Claro que se tendrá! Pero planteándonos las preguntas del coaching teleológico nos ayudará a «mantener el ojo en la bola» y no caer en el error de los viejos malos habítos que tanto limitan nuestro progreso y crecimiento personal.
Ricardo Rincón
Cuando termine mi primera sesión con Herminia sali bastante renovado pero me di cuenta que con el paso del tiempo esa energia empezaba a bajar y me hize la pregunta ¿como hago para mantener ese cambio dentro de mi?, ¿Que debo hacer para que logre transformar y ser la mejor versión de mi?.
En lo personal práctico nuevos hábitos, tomo 5 minutos para auto reflexión. Aprendo con cada artículo de Herminia. Recuerdo mis prioridades y la razón por la que tome este master. Le doy mantenimiento a mi programación todos los días.
Marina Jiménez
Enhorabona per aquest article Herminia!
Justament avui anava a suggerir algun escrit que parlés de l’automotivació a l’hora de ser constant en l’assoliment del nostre objectiu, però trobo que aquest article respon a les meves inquietuts respecte el tema.
És just el que necessitava.
Gràcies.