Coaching empresarial, VALORES Y COMPETENCIAS
Coaching Teleológico para eliminar el hábito de postergar
¿Leerás ahora este artículo, o lo guardarás en el escritorio para leerlo más tarde? ¿Cuántos llevas almacenados para cuando tengas tiempo?
Postergar significa que dejamos para mañana, lo que probablemente podríamos hacer hoy. Hay personas que se encuentran muy cómodas con este hábito. Personas que ante la pregunta ¿Lo hago hoy o lo dejo para mañana? Su opción invariablemente será, “para mañana”. Deciden desde pensamientos del estilo. “igual mañana ya no hace falta”, “puede que lo haga otra persona”, “si realmente es necesario ya lo acabaré haciendo”. Personas que teniendo los recursos, las capacidades y la oportunidad, eligen postergar la acción que corresponda.
¿Os ha pasado alguna vez que teniendo cosas importantes que terminar, os entretenéis haciendo cosas que no aportan ningún valor ni significado a vuestras vidas o a las de los demás, cosas que en el fondo son totalmente superfluas? ¿Os ha pasado que después lamentáis haberos entretenido? ¿Qué las consecuencias se podrían haber evitado?
Casi todos, en algún momento hemos postergado ciertas decisiones, bien porque representan un esfuerzo, bien porque no lo queremos hacer. Hacemos como aquel viajero que, encontrando un río en el camino, espera acabe de fluir toda su agua para cruzar el río.
Por favor, piensa en alguna tarea que estás postergando desde hace tiempo: ¿representa demasiado esfuerzo? o ¿en el fondo no quieres hacerla?
Analicemos la primera hipótesis: demasiado esfuerzo. Mi creencia es que el “esfuerzo”, el “sacrificio” que requiere dicha acción “no me compensa”. En este momento creo que el beneficio es menor que el esfuerzo que implica. Cuando tenemos instaurada esta creencia el pronóstico es muy claro: No se hará. Mientras en mi fuero interno, aunque no quiera reconocerlo, exista la creencia “no vale la pena”, esta acción quedará postergada.
Analicemos la segunda hipótesis: no quiero hacerlo. Cuando no lo quiero hacer pero no puedo asumir esta verdad, me resisto. Si realmente no quiero hacerlo es que no forma parte de mis objetivos y por tanto no es necesario postergar, lo descarto de mi vida y ya está. Cuando creo que no quiero hacerlo, pero lo postergo, me estoy resistiendo. Me resisto a aceptar la realidad. En el fondo pienso “si me resisto ganaré”. Mientras en mi fuero interno, aunque no quiera reconocerlo, exista la creencia “si me resisto ganaré”, esta acción quedará postergada.
Las dos hipótesis se sustentan, cada una de ellas, en una creencia que puede ser consciente o inconsciente: “el beneficio no compensa el esfuerzo”, o “si me resisto ganaré”. Esta manera de pensar llega un momento en que se instaura como un hábito. El hábito de postergar decisiones incómodas, difíciles, pesadas, aburridas, monótonas, etc. Por muchas justificaciones y excusas que sea capaz de crear, llegará un momento que deberé aceptar la realidad y las consecuencias que comporta haber decidido postergar.
Se trata de buscar un método creativo, fácil y agradable que me permita hacer hoy lo que puedo hacer hoy. Se trata de conectar con la fuente de inspiración que me permitirá pasar a la acción. Más aún, una fuente que resulte difícil de boicotear, sabotear o desplazar.
Uno de los métodos que con los años me han sido más efectivos para superar mi hábito a la postergación y que desde mi experiencia profesional como Coach me ha permitido acompañar a aquellas personas que querían cambiar este habito, ha sido conectar con los valores.
Uno de estos los valores es la honestidad. ¿A quién pretendo engañar? ¿Qué estoy evitando? ¿De qué tengo miedo? ¿A qué no me estoy enfrentado? Cuando somos honestos no nos autoengañamos. Podemos afrontar la realidad. Sabemos que nos estamos justificando porque tenemos miedo de no ser capaces, de fracasar, de decepcionar. Cuando nos permitimos afrontar la realidad ya no nos resistimos. Admitimos nuestro miedo y en lugar de luchar contra esta sensación de miedo la aceptamos y a pesar de tener miedo lo hacemos. La honestidad me ayuda a no postergar. Me permite pasar a la acción.
Otro de los valores es la integridad. ¿Qué necesito realmente? ¿Cuál es la respuesta más coherente para satisfacer esta necesidad? Cuando somos íntegros hacemos lo que pensamos, sentimos y decimos. Si nos proponemos hacer algo lo hacemos. Cuando nos marcamos un objetivo no nos desviamos. Cuando definimos una prioridad la convertimos en prioritaria. Desde nuestra integridad no permitimos distracciones. La integridad me ayuda a no postergar. Me permite pasar a la acción.
Otro de los valores es la libertad. ¿Qué estoy priorizando al tomar esta decisión? ¿Qué estoy evitando al tomar esta decisión? ¿A qué me estoy aferrando? Somos libres para elegir la mejor opción a corto y largo plazo. Podemos liberarnos del malestar que comporta saber que una tarea sigue pendiente por propia elección. Desde nuestra libertad podemos elegir ser la mejor versión de nosotros mismos al hacer lo correcto. La libertad me ayuda a no postergar. Me permite pasar a la acción.
Para cada uno de nosotros aquellos valores que nos definen y que nos ayudan a tomar las mejores decisiones serán nuestro punto de apoyo para movernos, para pasar a la acción, para desterrar la postergación de nuestras vidas.
Hermínia Gomà
11 diciembre 2010
110 Comments
Carlos González
En lo personal, a lo largo de mi vida he sido más procrastinador que disciplinado, si no tengo un objetivo claro me cuesta focalizar mis esfuerzos. Cuando he sido capaz de pararme a pensar y planificar las cosas a largo plazo, he conseguido ser constante. No he tenido nunca presión por hacer algo, he tenido mucha libertad para decidir quién quiero ser, cómo hacerlo y a qué ritmo. También depende de cómo esté yo mentalmente, porque si emocionalmente lo estoy pasando mal me suele afecta mucho en el ámbito académico, en cambio, en el laboral es distinto, supongo que porque también desconecto de mi vida y me centro en ser profesional. La motivación considero que es un arma de doble filo, muchas veces es utilizada como excusa «no me motiva», «no estoy motivado» o frases parecidas, hay que entender que muchas veces no tenemos ganas de hacer cosas, pero hay que hacerlas.
Herminia Gomà Quintillà
Totalmente de acuerdo con «si se ha de hacer… se hace y punto»
Enara Sinfreu
Des de petita els meus pares em repetien la frase de “no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”, una frase que sempre que m’ho deien ho pensava i acabava fent el que havia de fer. Des de ben petita em vaig acostumar a no deixar les coses per últim moment i fer-les quan podia fer-les. No ens mentirem, els darrers anys no ha estat així, molts cops ho intento, però no ho aconsegueixo, i crec que el problema està en la dificultat de les meves tasques com a adulta, no es poden comparar a les tasques d’una nena petita. A banda d’això també està present el que diu l’Hermínia de “no vale la pena, demasiado esfuerzo”, en segons quines tasques he de fer em venen pensaments d’aquest tipus, però sempre intento refutar-los i buscar el que sí que val la pena de dur a terme aquella tasca, trobar-li el sentit, trobar-li una motivació. Sí que és cert que per segons que em costa més, però en general com sempre he tingut aquest hàbit de fer-ho tot al moment gairebé sempre ho aconsegueixo.
També m’agradaria afegir una cosa que va dir l’Ana a una de les supervisions i és que molts cops som nosaltres mateixos que prenem la decisió de deixar-ho per últim moment, i al final això no és procrastinació, és una decisió que hem pres.
Herminia Gomà Quintillà
Excel·lent síntesi de l’article! Gràcies per aportar-li valor amb el teu comentari.
LAURA CANOVAS
Ha sido un choque bastante grande leer esto justo después de postergarlo durante meses. El blog me ha removido por dentro ya que siento que me ha hecho pensar en mis objetivos, en lo que yo he escogido y voluntariamente he trabajado. A veces no llego a entender por qué es tan difícil crear hábitos, por qué nos aferramos tanto al placer instantáneo y no en el de largo plazo. ¿Estaré fallando a mi integridad, honor y libertad?
Gracias por estas preguntas tan interesantes que hacen que reflexione sobre mi pasado, mi presente y mi futuro; y que fomentan esos grandes valores que no apreciamos diariamente.
Herminia Gomà Quintillà
Excelente reflexión sobre el artículo. Gracias por enriquecerlo con tu comentario.
Cristina Albó Vilà
Gràcies per la reflexió. Amb els anys sento que ja no procrastino tant, ja que com molt bé expliques a l’article he aconseguit valorar si allò que estic procrastinant és alguna cosa que vull fer o no. A vegades m’ho deixo anotat a una llibreta i quan veig que fa mesos que està allà i que no m’ha vingut la motivació per fer-ho em pregunto si realment ho vull fer o no. Saber treure-ho de la llista és un gran repte i aprenentatge que he fet amb els anys, ja que temps enrere em posava molta pressió per arribar a fer tot el que volia en el moment que em proposava i quan veia que no feia tot el que m’havia proposat em castigava. En canvi, actualment he pogut experimentar l’alliberació que provoca el fet de renunciar a algunes coses pendents de la llista i que realment no sento motivació intrínseca per fer, per poder saborejar i disfrutar les coses que em motiven i que sí faig!
Herminia Gomà Quintillà
Excel·lent síntesi de l’article! Gràcies per aportar-li valor amb el teu comentari.
Ana Prados Herrero
Al terminar de leer este artículo, me puse a pensar mucho en mi mala costumbre de dejar todo para después y en las razones detrás de este hábito. La autora menciona dos ideas claves: lo que pensamos sobre el esfuerzo y los beneficios, y esa resistencia interna que todos tenemos. También propone la idea de conectar con valores como la honestidad, integridad y libertad para vencer la procrastinación.
Me di cuenta de que siempre caigo en la trampa de dejar para mañana lo que puedo hacer hoy, y al analizar estas ideas, veo que mi percepción del esfuerzo y los beneficios influye mucho en eso. La idea de conectar con mis propios valores suena como una buena forma de lucha de resistencia interna.
Hablando claro, identificar y seguir mis valores parece ser la clave para entender mis metas y dejar de postergar. Ahora me he dado cuenta que la honestidad, integridad y libertad pueden ser mi motivación de cada día, guiándome hacia decisiones que realmente van con lo que más valoro.
Esta reflexión me está inspirando a pensar en situaciones de mi día a día donde esta conexión con mis valores podría hacer la diferencia. Creo que siguiendo este enfoque, puedo hacer cambios prácticos que me ayuden a dejar de postergar y avanzar hacia mis metas con más claridad y propósito.
Herminia Gomà Quintillà
Excelente síntesis del artículo! Gracias por aportarle valor con tu comentario.
Clàudia
Me ha parecido muy interesante como cambiar el hábito de postergar a través de los valores. Siempre que dejamos para mañana las cosas que podemos realizar hoy es porque o no queremos, o no queremos hacer demasiado esfuerzo, o porque pensamos que si nos resistimos ganare, pero esto no sirve de nada porque la mayoría de las veces son cosas que las tendremos que realizar si o si y solo nosotros podremos decidir si hacerlas o no, es decir, lo único que hacemos es retrasar la decisión de comenzar a hacerlo. Para eso, la frase que siempre me repito es “cuando antes comiences, antes acabas”
Herminia Gomà Quintillà
Excelente síntesis del artículo! Gracias por aportarle valor con tu comentario.
Marta
En mi experiencia personal, creo que he experimentado una mejora significativa en el hábito de procrastinar en los últimos años. Una estrategia que me ha resultado muy útil para realizar mis tareas en el momento presente es pensar en los beneficios a medio/largo plazo, así como en la satisfacción que me produce terminar con mis responsabilidades sin presión. Ahora que estoy más acostumbrada a llevar el trabajo al día, me resulta hasta extraño procrastinar tareas o dejarlas para última hora. Eso sí, también creo que es esencial el hecho de permitirse descansar cuando es necesario. La constancia es un valor sumamente importante, pero igualmente hay que saber cuándo parar y tomar un merecido descanso; no siempre tenemos que ser el máximo exponente de la productividad, y está bien si en ocasiones no lo somos, siempre y cuando no afecte significativamente en nuestro día a día.
Estrella Azagra
Vivimos en una era caracterizada por la instantaneidad, la sobrecarga de información y la constante distracción proporcionada por la tecnología y las redes sociales. Esto puede dificultar la concentración y el enfoque en las tareas importantes, lo que a su vez puede llevar a la procrastinación. Por otro lado vemos que se valora mucho la gratificación instantánea y la búsqueda de placer inmediato (como los likes que son dopamina «pal’ cuerpo»). Esto puede generar una mentalidad de evitación del esfuerzo a largo plazo, ya que muchas veces las tareas que requieren tiempo y dedicación no dan resultados rápidos y tangibles. Además, las demandas laborales, los plazos ajustados y las expectativas sociales pueden generar ansiedad y miedo al fracaso. En lugar de enfrentar esas presiones de manera proactiva, algunas personas pueden recurrir a la procrastinación como una forma de evitar el estrés y la posibilidad de no cumplir con las expectativas. En definitiva, la procrastinación es un desafío personal que requiere estrategias individuales para superarlo.
Aleix Concernau
M’agrada veure com, des de la idea del coaching teològic on sempre es busca què hi ha darrere del que fem, en les intencions, es fa aquest cop indagant en els valors personals. A través d’aquests i posant-los al centre del procés, es pretén que puguin ser el nostre suport per avançar pel camí de les nostres accions sense la necessitat de postergar-les; si alguna cosa pot trencar els esquemes de qualsevol persona, és anar en contra d’una cosa tan íntima, íntegre i personal com els valors, per això guiar-nos per ells pot ajudar a ser fidels al camí que tinguem al davant.
Victor Gascon
Me parece super interesante la solución que se ofrece al postergamiento, que es la creatividad junto con los valores. Encontrar una manera creativa, divertida, motivadora de hacer las coses es un gran cambio de mentalidad para poder tomar acción ante lo que se te resiste, y si además conectas con valores que afiancen la decisión de acción, estas prácticamente ante una victoria casi asegurada.
Marta F
És important acceptar la realitat en la que vivim, entendre que quan assumim responsabilitats, hem d’estar pendents de les conseqüències que aquestes comporten. Pel que fa l’acumulació de tasques, hem de prendre consciencia del que implica assumir certes tasques, de l’esforç que comporta i saber organitzar-les ja que, sovint, tendim a acumular tasques, a pensar en «ja ho faré» i desprès veiem com se’ns acumulen, o ensec ens surten altres que no ens esperavem.
És per això que considero que és important organitzar el temps, i en el coaching teológico veig també com té molta importància ja que no deixar les coses per l’últim dia implica un coneixement de l’entorn i alhora un autoconeixement.
Aida Prat
D’aquest article m’emporto la reflexió de la importància que té acceptar la realitat, encara que sigui difícil, o ens costi per mandra, inseguretat o por. En la meva experiència, moltes vegades he vist que pot ser més difícil postergar que afrontar.
Aina Borrell
Recullo la importància de permetre’ns afrontar la realitat sense resistir-nos a ella. Per tant, si la procrastinació és ve de creure que «l’esforç no valdrà la pena» o simplement que «no vol fer-ho» serà millor dir-ho pel seu nom. És a dir reconèixer que no ens val la pena o que no està en línia amb els nostres objectius i, per tant, ser capaços de descartar activament i no de manera indirecta, procrastinant. Peno que al final podria relacionar-se una mica amb la «indecisió», on el sentim més malestar quan no estem prenent una decisió que no pas un cop l’hem presa. Penso que en aquest cas podria ser semblant, al final provoca més malestar estar constantment procrastinant i resistint-nos, que acceptar que allò volem descartar-ho definitivament.
David Noé
Moltes gràcies Hermínia per compartir amb nosaltres les teves reflexions i hipòtesis sobre el postergar, del grec, tenia a veure amb allò que deixàvem a l’esquena per a després. I és que a vegades, pesa més l’esforç que s’amaga sota una ansietat en segon pla quan sabem que hem de fer una cosa però l’anem postergant. És tal l’esforç que a vegades és major al que ens portaria fer la tasca en si mateixa.
Recorrent a la metàfora del viatger i del riu, sento que el perfeccionisme, a vegades impulsat per la por a no ser acceptat, o a haver de destacar i ser reconegut, ens porta a postergar, ja que existeix una petita confiança que dubta de si serem capaços o capaces de fer-ho ‘perfecte’, i prenem la decisió més o menys conscient de postergar afrontar la situació per a veure si assolirem aquestes expectatives o no, i el patiment que creiem que pot generar-nos no fer-ho.
Guilllem Llort
El que nunca haya dejado para mañana, lo que podía hacer hoy que tire la primera piedra. Como de bien nos irían las cosas sin esa tentación de pensar que tengo tiempo para hacer esto o aquello, aun sabiendo en nuestro interior de que lo que estamos haciendo es ejercer el arte de la procrastinación en su máximo esplendor. Me gusta como el artículo ofrece una reflexión concisa y clara sobre el tema de la postergación y proporciona un enfoque práctico para abordar este hábito. Pienso que es muy importante alentar a los lectores a examinar sus propias creencias y valores, y utilizarlos como herramientas para superar la postergación. Me ha parecido, una propuesta útil y motivadora.
Gal·la
Herminia, según mi parecer, coincido en gran parte con lo que comentas. Es importante reconocer que la postergación no es simplemente una falta de voluntad o motivación, sino que puede ser el resultado de una variedad de factores subyacentes, como la falta de habilidades de gestión del tiempo, la ansiedad o el miedo al fracaso.
Estoy de acuerdo con los valores que mencionas, pero el que más me identifica es el de la libertad. Pocas veces he experimentado ese sentimiento fuera de completar una tarea que había postergado durante mucho tiempo. En general, me considero una persona propensa a la postergación, que no trabaja igual de bien si no está bajo presión y que prioriza otras cosas antes de realizar, por ejemplo, una tarea que debe entregarse dentro de varios meses. Hablando de priorizar, creo que es importante tener en cuenta este concepto. Muchas veces postergamos porque no establecemos prioridades y porque, como mencionas, «no vale la pena» o «no me compensa».
Después de leer este artículo, soy más consciente de ello y considero que, con la práctica y, sobre todo, el compromiso con uno mismo, podemos superar la tendencia a postergar y alcanzar nuestros objetivos con éxito.
Sofía
Me identifico completamente con la temática del artículo así que me ha encantado leerlo. Para mi supone una gran frustración posponer constantemente las cosas incluso teniendo las herramientas, el tiempo y el espacio para realizarlas. Muchas veces me he escondido bajo el pretexto de “Yo funciono bajo presión”, sin embargo me parecen más excusas y justificaciones para trasladar el foco y no aceptar una realidad: “¿Qué estoy evitando?”. En terapia pude hablar de esto y llegué a la conclusión de que mi impaciencia y mi autoexigencia me limitaban. A veces quiero algo que lleva un proceso ya, con tal de no atravesar todo ese proceso, lo pospongo. Es como si pretendiera llegar al resultado final sin pasar por las fases. Al no conseguir proyectarme en el resultado, por el largo proceso, pierdo la motivación por el camino. Por otro lado, si es algo que supone un reto, me dejo llevar por mis inseguridades y mi autoexigencia. “No me saldrá como yo quiero, si no lo hago no tengo que enfrentarme a las consecuencias de que no haya salido todo lo bien que me gustaría”. Llegué a la conclusión de que la clave era la honestidad conmigo misma, tomar conciencia del mecanismo que utilizaba para postergar. A partir de ahí pude identificar mejor cada cosa y ponerlo encima de la mesa.
Ariadna
Gràcies, Hermínia, per aquest enriquidor article.
L’acte de postergar és sovint un conflicte comú i present en diferents àmbits, on les conseqüències de seguida floreixen i es fan visibles: l’ansietat, l’estrès, la disminució de la productivitat o fins i tot la culpa o la vergonya.
En ocasions, he postergat tasques i decisions més del que m’agradaria reconèixer i és en un dels punts en el qual centro el meu autotreball, posant com a punt de partida l’autoconeixement i la introspecció, sobretot en termes de motivació i compromís.
Des de la meva experiència personal, considero útil l’establiment de petits objectius específics i assolibles i l’organització temporal, per tal de desenvolupar habilitats saludables i productives.
Trobo necessari reconèixer i abordar la postergació des d’una vessant autocrítica però sobretot respectuosa cap a nosaltres mateixos per tal d’afavorir la satisfacció i la qualitat de vida en general.
Mario
Hola, Herminia. Cuán cierto es lo que dices y como me recuerda a muchas cosas. La verdad es que aunque podamos llegar a creer que no postergamos, el hecho de no posponer algo implica posponer algo otro. Se trata de un tema de prioridades que me recuerda mucho a una sesión de coaching en la que nos compartiste una perspectiva que implicaba un cambio de foco, del hacer al ser. Desde el ser podemos liderar nuestro día a día sin frustración y desde un lugar donde no cabe la queja. La persona está haciendo algo que le conmueve y por eso puede llegar a disfrutar tanto con el proceso que fluye con la tarea, perdiendo la noción del tiempo. Se pasa del tengo que… al quiero…
Irene Lacal
Moltes gràcies Herminia per les teves contribucions. Aquest article m’ha portat a tenir una reflexió profunda sobre el meu propi hàbit de postergació i com puc abordar-lo de manera efectiva.
M’ha agradat molt la manera tant clara i pràctica d’abordar el tema, brindant consells i estratègies basades en el coaching per a superar la tendència a postergar tasques importants. Crec que aplicaré el fet d’identificar quines són les meves creences limitants que fan que actui procrastinant. També m’ha inspirat a prendre mesures concretes per a implementar alguns dels principis mencionats en la meva vida diària. La postergació no és només una qüestió de falta de disciplina, definitivament té arrels més profundes en les que cal indagar.
Amanda Martín
El hábito de postergar ha estado muy presente en mi vida, sobre todo en el ámbito académico en el instituto, después de leer el artículo llego a la conclusión que era porque el esfuerzo que requería no era equivalente a la recompensa personal que yo recibía, eran mis obligaciones y por lo tanto tenía que obligarme a mi misma a llevar a cabo cosas que ni me interesaban ni me apasionaban, por lo tanto mi única recompensa era cumplir con mis obligaciones, pero a nivel personal no sentía nada en especial. Gracias a leer este artículo he podido ser mas consciente de ello, ya que siempre lo justificamos con que nos da pereza, pero realmente es porque no queremos aceptar la realidad, porque realmente si que está dentro de lo que necesitamos para conseguir nuestros objetivos, muchas veces son recompensas más a largo plazo y no las tenemos tan en cuenta.
Aleix T.
Yo personalmente llevo en lucha con la postergación desde que nací. Ha sido siempre mi Talón de Aquiles. Estoy en proceso de ir mejorando esta habilidad, poco a poco. Pero sí, no hay sensación más frustrante que la de tener que hacer muchas cosas justamente porque has ido postergando lo que tenías que hacer en su momento y ahora la tarea es doble o triple. Para mi esa sensación es absolutamente desquiciante y lo peor es que no puedes expulsar la rabia contra nadie porque te lo has buscado tu solito. Así que, todo ayuda es poca cuando se trata de ser productivo, es decir, ponerse manos a la obra en lo que toca a hacer. En mi caso, mi gran resistencia siempre es el hecho de tener que hacer algo que no me apetece en absoluto. Aún, con mis 23 años de edad, estoy luchando con la idea de que en la vida tienes que hacer muchas cosas que no te apetecen o que no te provocan placer, y que lo mejor es simplemente hacerlas y punto. Que fácil decirlo, y que dificilísimo hacerlo, porque cuando me pongo a hacer algo que ha de ser hecho y que no me apetece, mi cabeza siempre encuentra dos o tres cosas alternativas a hacer que me darán mucho más gratificación, y así abandono lo que debería estar haciendo. Y nunca antes en la historia había sido tan rápido y accesible el entretenerse como ahora… En fin aun con todo, estoy contento conmigo mismo, porque veo que cada vez voy mejorando. Seguiremos intentándolo.
Aloma Alenyà
Hola Hermínia, gràcies altre cop per les teves paraules. Jo soc una persona que justament fa el contrari: faig tot el que potser no caldria fer avui, avui. No m’agrada procrastinar, i la tècnica que faig servir és planificar què faré i quan per poder assegurar-me que tot el que cal fer tindrà el seu espai i el seu temps. Tot i això, crec que son importants les preguntes que plantejes per saber perquè procrastinem o, en el meu cas, perquè no procrastino. Dels valors que comentes, crec que la honestedat és clau. I sobretot revisar en què invertim el temps, si va en paral·lel al camí que ens portarà a assolir els nostres objectius. Intentar trobar la harmonia i la passió en tot allò que fem ens podrà ajudar també a viure aquestes tasques amb més consciència. Cal que estiguem d’acord amb el nostre calendari i que ens posem les coses fàcils per poder-lo assolir i gaudir revisant si allò que fem i com està organitzat va de la mà amb la nostra essència i els nostres valors.
Adriana Rubí
Aquest article em sembla molt interessant, i més encara en el meu cas que sóc una persona amb molta tendència a postergar. M’ha agradat poder reflexionar a partir del que exposa l’article sobre els motius, però més encara sobre els guanys i pèrdues a l’hora de seguir aquestes dinàmiques de «deixar per demà el que puc fer avui». Crec que, com ja s’ha comentat en altres articles l’acte de postergar o procrastinar amaga una por, camuflada com a mandra, que per tant, és molt interessant treballar-la des del «què sents que guanyes i què sents que perds fent això?»
Després d’haver llegit aquestes paraules m’emporto bastantes preguntes a fer-me a mi mateixa, i sobretot dinàmiques a qüestionar.
Alicia A.
Me he sentido muy identificada con este artículo. Creo que durante mi vida he tenido épocas con más tenencia a postergar las cosas que otras, pero en general siempre me ha costado mucho no procrastinar y hacer las cosas con antelación. Hasta el punto en que a veces asumo que trabajo mejor bajo presión.
Pero la cuestión, como se habla en este artículo es darse cuenta de porqué realmente hacemos esto. ¿Es porque representa demasiado esfuerzo? o ¿es que en el fondo no quieres hacerla?. Creo que muchas veces el miedo al fracaso, a no hacer las cosas tal y como queremos o a no hacerlas tal y como los demás esperan, constituye un porque de esta postergación y procrastinación.
Considero que he de buscar un método creativo, fácil y agradable que me permita hacer hoy lo que puedo hacer hoy. De hoy en adelante intentaré conectar con los valores como la honestidad, integridad y libertad para hallar un método que me libere de este hábito que, a final de cuentas, constituye un auto sabotaje.
Judit
Este artículo me ha gustado mucho, ya que sintetiza de una manera muy clara que hay detrás de postergar. O bien pensamos que es demasiado esfuerzo y que no vale la pena o bien no queremos hacerlo, es decir, si nos resistimos al final no tendremos que afrontar lo que implica asumir que no queremos hacerlo.
En mi experiencia, cuando creo que no vale la pena, es porque no estoy segura de poder conseguir aquello que me gustaría hacer y el pensamiento de poder esforzarme y aun así no ver resultados me paraliza. En el fondo pienso que no lo conseguiré, que no seré capaz.
El no querer hacerlo, pero no asumirlo también me resuena mucho. En muchas ocasiones he postergado algo que realmente no quería hacer, pero no he sabido como decir que no, y en vez de encontrar la manera he acabado haciendo algo que realmente no quería hacer.
Me ha parecido muy interesante usar nuestros valores delante la intención de postergar para conectar con nosotros mismos y ver que es lo que realmente queremos hacer y estar en sintonía con lo nosotros mismos y lo que queremos conseguir.
Hanna
Entiendo que la motivación, tener un motivo por el que hacer las cosas, influye en postergar o no. Si tenemos motivación, ya no nos planteamos si «vale la pena», porque en hacerlo no hay pena que valga.
En cuanto a la hipótesis de «si me resisto ganaré», ¿contra quién o qué jugamos?, ¿contra la realidad?, tiene las de ganar… tarde o temprano tendremos que tomar acción o aceptar la realidad. Podemos pensar que postergando evitamos malestar, el malestar de ocuparnos de aquello que por lo que sea no nos apetece, pero ¿y el malestar y/o la tensión de saber que estamos eludiendo responsabilidades o tareas?
Laia Llobet
Cuando era más pequeña era una niña que tenía un afán por hacer mil cosas en un dia, no paraba quieta y siempre quería descubrir cosas. Luego, llegó una época en la que postergué y postergué todo lo posible, dejando para “más tarde” o “ya para mañana” todo lo que podía. Es interesante como detrás de este comportamiento hay una serie de pensamientos, y ahora, después de leer el artículo, si reflexiono acerca de esta época me doy cuenta que postergaba
Cuando te haces este tipo de preguntas poco a poco conectas contigo misma y llega un punto en el que ya decides no mentirte más, y pasas a ser honesta contigo misma. Ahí es cuando cambias, cuando le encuentras el significado. El problema real está en la motivación que tienes tu para hacer determinadas acciones, si esta no “pesa” lo suficiente, o la recompensa no tiene suficiente valor para ti, lo más probable es que no lo hagas. Detrás de un procrastinador o postergador, hay alguien que tiene creencias que no le hacen funcionar bien (si lo que quiere es cambiar, claro).
Fatima Z.
Personalmente, me identifico con este blog, tiendo a procrastinar mucho y a veces no entiendo el por qué, si a la hora de la verdad me genera más problemas que beneficios. Me he dado cuenta de que parte de la razón por la que procrastino es porque en el fondo creo que no vale la pena, tal y como dice en el artículo. Pero ahora considero que podré manejar mi procrastinación a partir de los valores y las preguntas planteadas por Herminia, a quien se lo agradezco. Considero que los valores son fundamentales para poder vivir fielmente a nosotros y con más confianza, puesto que actúan como nuestra brújula en el camino de la vida.
Iris Mulero
Arriba un punt que te n’adones que el més fàcil i còmode és anar aparcant les coses que penses fer, que et venen el cap i dius «això ho vull fer, però algun dia, ara no». A mi em passava molt sovint, volia fer mil coses, em venien el cap i les volia fer, però sempre era després de x cosa; després d’entregar aquest treball, després dels examens, després de l’estiu.. i al final mai s’acaba fent. Les preguntes que planteja al final d’aquest article, pel que fa els valors, considero que són molt interessants i importants per decidir i prioritzar les coses que realment vols fer, que t’aportaran alguna cosa, el que vols, o les que simplement no són ni ganes el que tens sinó que potser ho has vist a algú o s’ha posat de moda i tens la idea allà però tampoc et crida ni l’atenció, llavors crec que és interessant fer aquest triatge a través de les preguntes aquestes i ja llavors decideixes si fer-ho avui, o seguir postergant.
Ivan
A día de hoy sigo postergando trabajos, porque simplemente no quiero hacerlos. Si que es verdad que no suelo hacerlo tanto como años atrás, ahora suelo hacer las cosas semanas antes de la fecha de entrega, pero esto solo lo he conseguido quedándome sin tiempo, cuanto menos tiempo tengo para hacer las cosas mejor, porque los haré antes. Estar ocupado es el mejor método que me ha funcionado para no postergar, ya que si no lo hago hoy no podré hacerlo mañana, por tanto, no me puedo desviarme del objetivo. Supongo que me aferro como dice Herminia en el artículo, a la libertad para elegir ser la mejor versión de nosotros mismos y hacer lo correcto.
Joan Salmerón
Tots acabem deixant coses per demà, procrastinant i postergant; però potser no ens parem a pensar el motiu de perquè ho fem. Ens quedem amb la idea de “esque em fa mandra” o “es que em fa pal” quan realment potser sí que hi ha un missatge al darrere. També ho hem vist en repetides ocasions a les classes de supervisió, quan un dels nostres pacients s’excusa que no afronta la situació per mandra, sempre ens han dit de seguir investigant quines possibles pors o inseguretats hi ha al darrere d’aquesta mandre.
Moltes vegades també acabem posant l’excusa de que no tenim temps que dedicar-li a aquella tasca, però realment és així o és una altra manera de procrastinar? qui vol fer una cosa acaba trobant temps per fer-la
Lidia Z.
En mi caso, la experiencia que he tenido postergando responsabilidades, sobre todo académicas, partían de una inseguridad y una autoexigencia disfuncional. Cuando empiezas a ser honesto, a hacer un trabajo de aceptación personal y a organizarte de una manera realista, el hábito de postergar disminuye notoriamente. A veces tendemos a funcionar de una forma bastante perjudicial: elegimos una recompensa menor pero inmediata sobre una recompensa mayor, pero a largo plazo. Por eso, por falta de motivación y por muchos otros factores, nuestra balanza en la elección se decanta por la procrastinación o el hábito de postergar. Conocerse y saberse cuestionar nos salva de muchas.
Ruth
La procrastinació és una opció recurrent en el meu dia a dia. M’ha agradat molt la relació que es plasma en aquest article entre aquesta procrastinació i la honestedat. No era del tot conscient de que quan posposem una tasca ens auto-enganyem per por a afrontar la realitat, per calmar (a curt termini) l’ansietat que ens pot arribar a crear realitzar una tasca determinada.
Aquesta postergació però, personalment moltes (la majoria) de vegades ha acabat sent contraproduent, ja que augmenta l’ansietat per la falta de temps, i apareixen sentiments d’empenediment per no haver-ho fet abans.
Soc conscient que canviar un hàbit no és pas fàcil, però el primer pas és fer-ho conscient (i ho acabo der fer). A partir d’ara, quan passi, intentaré anar-ho identificant, per poc a poc poder millorar.
Alba Alcaraz
Postergar es uno de los actos que está muy presente en mi cotidianeidad y opino que existen motivos variados que nos llevan a tomar la decisión de “dejar para otro momento”. Sin duda tener buenos hábitos y una buena organización son clave, pero no quiero olvidarme de lo que a mi parecer es el ingrediente básico: la motivación. Sin esa motivación no me permito ver el motivo/objetivo de mi esfuerzo y cuando esto se pierde de vista, pierde el sentido el esfuerzo.
Helena Salas Aguilar
El tema de postergar es una cosa que está instaurada en mi vida últimamente. Tengo muchas cosas y me cuesta ponerme. En parte, esto viene por un agobio y ansiedad que quiero evitar, pensar en lo que tengo que hacer y el tiempo que tengo me abruma. Creo que postergar es un aspecto que nos puede pasar todos en algún momento, sin embargo, no se hasta que punto solo conectar con nuestros valores es suficiente, opino también que seria importante establecer técnicas de organización. Establecer hábitos también quizás ayude, a mi personalmente me ha ido muy bien las notas ya que me ayuda ponerlo todo en perspectiva y hacerme un horario. Si que es verdad que el tema de postergar es una cosa que me cuesta mucho, y que me cuesta comprenderme.
Elena Charle
Para mí, lo básico de este articulo es la capacidad de aceptar la realidad y no dejar esa «aceptación» de lado, porque nos da «pereza» o «miedo» a afrontarla. Reconozco que era de esas personas que lo dejaban todo para el último momento. Entonces una herramienta que me fue muy bien era apuntarme en muchos sitios todas las tareas que tenía que hacer. Ahora me considero una persona que no deja ya las cosas para última hora. Gracias a eso he tomado consciencia de mis responsabilidades y por el otro, siento mucha satisfacción al tachar las tareas que ya he cumplido.
Paula Martínez
LLevo mucho tiempo planteándome porqué postergo tanto. La verdad, me estoy analizando mucho últimamente. Y la verdad, leyendo este articulo y centrándome en mi misma, siento que postergar esta ligado a sentir. Postergamos porque no queremos sentir algunas cosas(ya sea aburrimiento, desidia, apatía, ansiedad…). Por evitar sentir he postergado conversaciones con amigos, leer un buen libro, estudiar… A veces pensamos que la gente que posterga simplemente no tiene motivación. En cierta manera si que hay una falta de motivación, pero creo que la principal baza es la falta de valor para atreverse a sentir.
Creo que cuando postergo dejo de liderar mi propio camino y dejo que el miedo acabe controlando mi vida.
Belen Granell
Este artículo me ha hecho recordar la importancia de los valores y las prioridades de uno mismo. Todo lo que uno quiere cuesta un cierto esfuerzo. Es muy fácil caer en él “lo haré mañana”, ya que hacer las cosa yendo por el camino rápido y el “atajo” es lo fácil, en cambio, esforzarse supone un sacrificio.
También decir que a mí me ha pasado que por una organización pésima y un alto nivel de estrés, no he hecho las cosas de la mejor manera. Este estrés me hacía entrar en el bucle de no saber gestionar mi tiempo, nada bien generando que no hiciera las tareas cuando tocaba y de la manera adecuada.
Hay que ser conscientes de que todo lo que se quiere lograr cuesta esfuerzo y, muchas veces, para llegar a conseguirlo tendremos que realizar tareas que no serán de nuestro agrado, apareciendo así el hecho de postergar. Es nuestra responsabilidad romper con ello y saber que se lograran frutos si se hace el esfuerzo.
Iris caballero
Es interessant com un simple estat de mandra, «quin pal em fa fer aixo», pugui amagar sentiments de por. Aixo es quelcom recurrent als estudis. Una amiga meva que sempre deixava tot per l’ultim moment, sempre em deia que li feia molta mandra posar-shi a estudiar i despres quan suspenia es frustrava. Xerrant amb ella em va acaba dient que sovint estudiava a ultim moment, ja que si li anava malament podia culpar el fet de no haver tingut temps, i no perque fos «tonta». I per tant mai s’estudiava molt un examen, perque si li anes malament sabia que se sentiria molt tonta. Per tant, aquesta conducta reflectia una profunda por. Por a sentirse estupida, poc llesta, i per tant responsabiblitzava la postergacio com a culpable de les seves males notes, no per una caracteristica intrinseca essent una amenasa a la seva autoestima.
Eva Palleiro
Este post me recuerda la importancia de las creencias instauradas y los esfuerzos que debemos hacer para encontrarlas, pues el ego nos tiende trampas que nos impiden llegar a ellas para poder verlas y transformarlas.
Realmente el postergar es algo complejo, puesto que esta muy instaurado dentro y cuesta mucho cambiar el hábito pese a que nos comporta ansiedad en muchas situaciones. Entiendo que es una especie de autosabotaje. Y cuando el resultado es positivo pese a haber postergado entiendo que sería un reforzador.
Sara Cano
Me ha parecido un artículo super interesante y ha dado respuestas a ese conflicto interno en el que me encuentro muchas veces de postergar aunque en realidad odie hacerlo. Pero sobretodo el enfoque que presenta el post me ha aportado preguntas que me han permitido cuestionarme y que me llevo conmigo para hacerlo en futuras situaciones similares. Cuestionarme si la acción que estoy postergando, «¿representa demasiado esfuerzo? o ¿en el fondo no quiero hacerla?» me parece clave para conectar conmigo y tomar consciencia de que está sucediendo para poder pasar a la acción y sobretodo acabar con ese malestar que personalmente me genera saber que estoy procrastinando. Es curioso como, si el tiempo es algo en lo que siempre ha existido, que siempre está y nos permite ser, es curioso como un «no tengo tiempo» es la mayor de nuestras excusas.
Por otro lado, me ha parecido muy interesante valorar esta postergación desde el paradgima de los valores para así darle un sentido. Descubrir y conectar con los valores que nos definen como acto de autoconocimiento y responsabilización hacia aquello que estamos postergando. Darle un significado, ponerle nombre, y que conecte con lo que somos, puede ayudarnos a tomar conciencia de la realidad que nos retiene y pasar a la acción.
«¿Qué estoy priorizando al tomar esta decisión?» es una de las preguntas que más me ha resonado y que me llevo conmigo como un «contacto a tierra» en el momento en que detecte este tipo de actos y actitudes en mí. Gracias!
Judith Molinos
Creo que en algunas ocasiones se dejan ciertas cosas para último momento por falta de tiempo o por mala organización. A veces no es no querer hacer una tarea o falta de interés.
También considero que la autoexigencia a veces puede jugar malas pasadas, haciendo que no queramos afrontar todo lo que tenemos por hacer, evadiendo las responsabilidades para no sentir esa presión. De esta manera postergamos, y lo hacemos a último momento ya que se convierte en una obligación de hacerlo sin opción de dejar pasar más tiempo, entrando al final en un círculo de malestar.
Me han parecido muy útiles y acertados los métodos que se pueden utilizar para evitar caer en esto, conectando con los valores.
Maria F
Para mí, y como bien comentaba Hermínia en el artículo, la clave se halla en aceptar la realidad. En encontrar qué es lo que nos está limitando e impidiendo aceptar la situación tal y como es. ¿Qué obtengo no aceptando la realidad?
Me ha parecido muy interesante el método de conectar con los valores, nunca me había parado a pensarlo de esta manera. A mí, lo que suele ayudarme a no postergar alguna tarea que no me apetece mucho hacer, pero tengo que hacer, es buscar alguna manera de hacer el proceso de ejecución de la tarea más agradable. Por ejemplo, si debo leerme cinco lecturas de 40 páginas cada una de algún tema que no me interesa mucho de la universidad, puedo intentar dividirme el trabajo en pequeñas metas y celebrar cada pequeño logro, o subrayar los apuntes con colores bonitos, etc. Para mí, la cuestión recae en buscar la motivación, en las pequeñas cosas, para realizar una tarea que no te apetece demasiado.
Noelia Mora
Recientemente he reflexionado sobre el hábito de procrastinar. A través de mis reflexiones he llegado a la conclusión de que al final, postergar una actividad implica confiar en que aquello que se podría hacer en el momento presente, se podrá hacer en algún momento del futuro, lo cual denota una falta de consciencia sobre la propia incontrolabilidad del porvenir y necesariamente una desconexión con el “aquí y ahora”. Más allá de confiar en el futuro, procrastinar es confiar en que el momento venidero será más adecuado que el presente para realizar dicha actividad. Este hábito habla por sí solo de la paradójica naturaleza de la que estamos compuestos los seres humanos: la sociedad de la inmediatez que deja lo incómodo para más tarde.
Acabo lanzando la siguiente reflexión para poner sobre la mesa un posible punto de vista alternativo al que llevamos considerando:
¿Hasta qué punto el hábito de postergar mis deberes no es una forma de protegerme del miedo que me genera la incertibumbre del futuro, queriendo tener “el control” de este tiempo ocupándolo, incluso antes de que llegue, con quehaceres que podría estar haciendo ahora?.
Paula Enrich
Muchas veces son decisiones que tomamos que en el momento en que estas se toman, parece que son las mejores opciones pero, después, aparecen los sentimientos de culpa, el debería de haber hecho o no.. Etc. Es algo muy común y que a la gran mayoría de personas le habrá pasado alguna vez. Me ha parecido muy interesante que Herminia hable de conectar con los valores en este tipo de situaciones porque parece que lo asociábamos más a tener fuerza de voluntad o no, y en cambio, conectar con todos los valores mencionados considero que puede aportar y ayudar mucho más a la persona que se encuentra en una situación así y no caer en el circulo vicioso de el hábito de postergar.
Paula Lucas García
Postergar creo que no tiene un por qué único. A veces postergamos por causas banales pero pienso que otras postergamos obligaciones porqué hay otra prioridades o dificultades personales que nos impiden seguir con lo que teníamos que hacer. En mi caso soy una postergadora nata con lo que no me gusta hacer aunque luego, las consecuencias son peores. Este año estoy aprendiendo a organizarme, a hacer agendas y poco a poco ir haciendo. Para mi la motivación, como también se comenta en el artículo es el factor principal para no postergar. Siento que cuando hacemos algo con pasión, no sentimos la necesidad de postergar así que intento encontrarle el punto pasional a todo lo que hago.
Cabe destacar que nunca me había planteado conectar el postergar, con mis valores, intentaré a partir de ahora reflexionar en base a estas preguntas cuando haya temas realmente importantes que, por ansiedad y miedo, intente postergar.
Ana Linares Rueda
Me ha gustado leer este artículo, ya que me he sentido reflejada en alguna situación. Me parece curioso cómo la mente intenta buscar justificaciones cognitivas para no realizar la acción y evitar tener sensaciones desagradables. Cuando debemos realizar una tarea y no nos sentimos motivados ya sea por la razón que sea, la clasificamos como obligación. El ser humano normalmente frente a las obligaciones se resiste o les causa rechazo, entonces, ¿por qué no ir más allá? Pensar en que si te compensa realizarlo, qué conseguirás haciéndolo,… Me parece genial la idea de buscar otro método que sea creativo, fácil y agradable para poder conectar con nuestros valores en la realización de la actividad o tarea.
Por otro lado, me ha parecido muy interesante las preguntas sobre qué estás evitando, de qué tengo miedo y qué necesito realmente
Ana Sánchez
Me identifico con este artículo, ya que diversas veces he postergado mis tareas como estudiante y alguna vez me sigue pasando. Me ayuda mucho pensar en si realmente es una tarea necesaria, para ver si me compensa o no el esfuerzo. Además, organizarme es una gran solución, ya que me permite ver qué tareas hay, para cuándo, y cuál es mi objetivo diario y semanal. Encuentro muy importante conectar con la honestidad, ya que algunas veces nos ponemos muchas obligaciones sin ser realistas y luego nos cuesta ponernos porque pensamos que requerirá demasiado esfuerzo y postergamos. Es más fácil si somos realistas y sinceros sobre que objetivos son los adecuados y nos motivan a cumplirlos. También es muy interesante la pregunta de qué estamos intentando evitar al postergar, ya que quizás estamos evitando enfrentarnos al miedo al fracaso, a no cumplir nuestras expectativas o la de los demás… Si nos escuchamos y somos honestos con nosotros mimos es más sencillo ver que estamos luchando contra un miedo y que al identificarlo, la situación se observa de diferente manera.
Júlia Sala Caballeria
Un article molt interessant!
En primer lloc, considero que és molt important ser honestos amb nosaltres mateixos. La majoria de vegades, quan posposem alguna tasca durant un llarg període de temps, és perquè no estem sent honestos amb nosaltres mateixos.
En segon lloc, crec que és molt important atribuir-li un significat a allò que estem fent, encara que la tasca no ens porti directament a assolir l’objectiu, a vegades pot ser un mitjà per assolir-lo. Per exemple, portant-ho a l’àmbit personal, a mi em podria fer mandra fer un treball de la universitat i el vaig posposant cada setmana fins a final de curs, que l’haig de fer amb presses i malament. Fer aquest treball, possiblement no determina que obtingui la carrera de psicologia, però sí que és un mitjà per treure-me-la. En aquest cas, dur a terme el treball ja tindria un significat per a mi.
Per últim, em sembla molt interessant relacionar l’acte de posposar amb els propis valors. Cadascú de nosaltres tindrà diferents valors i atribuirà un significat o altra a allò que fa basant-se en aquests valors. Ser conscient dels propis valors serà molt important.
Mar Canovas
Realmente accepto que la postergación es uno de mis puntos débiles. Creo que muchas veces me veo sobrepasada por la cantidad de cosas que siento que tengo que hacer y por la alta autoexigencia que me pongo para hacerlas de la mayor forma posible. Creo que estas dos pregunta“¿representa demasiado esfuerzo? o ¿en el fondo no quieres hacerla?” están muy interrelacionadas, ya que si representa demasiado esfuerzo, no voy a querer hacerlo. La cosa está en, ¿cómo medimos el esfuerzo que nos va a costar hacer algo? Creo que mi problema reside ahí, que en mi cabeza elaboro una montaña mucho más dificultosa de subir, de lo que probablemente sería si simplemente me pusiera a andarla. Y se genera un círculo vicioso en el que mi angustia por saber que estoy postergando algo por la idea de que será muy dificultoso de hacer, genera que todavía sienta que es más dificultoso hacer eso que estoy postergando.
Me ha parecido muy interesante el antídoto de cuestionar mis valores para así asumir mi responsabilidad y hacer lo que tengo que hacer hoy, y no mañana.
Sara Elizabeth Olivares Puelles
Me ha gustado mucho este articulo. Es muy necesario saber para que postergamos, cual es nuestro fin y si ese no es el objetivo que buscamos simplemente dejar de hacerlo. Postergar no te va ayudar a hacer un menor esfuerzo y mucho menos darte motivación, suele hacer el efecto contrario, quizás es algo a reflexionar antes de procrastinar.
Maria Mercedes Aparicio Romero
Me ha encantado este artículo, yo misma me encuentro postergando cosas pero no sólo que no deseo hacer, incluso aquellas que deseo hacer. Conectar con la honestidad me hace darme cuenta de que me boicoteo cuando considero que aquello es una recompensa ¿quizás creo que no me la merezco? No creáis que se trata de algo tan sencillo como encontrar tiempo para leer un libro “no útil” o pasear en silencio. Conectar con la integridad que nos dice que también tenemos que cuidarnos a nosotros mismos. Reconocer que nos estamos abandonando y que ese abandono es responsabilidad nuestra. Y desde luego la libertad reconociendo que somos los únicos que pueden decidir a qué dedicar nuestro tiempo, nuestra atención y nuestra energía, haciéndonos cargo de nosotros mismos como lo hacemos de los demás.
Blanca Torre
Postergar es una de las cosas que más fácil y cómodas resultan en nuestro día a día. Yo creo que la clave es la responsabilidad de uno mismo y la sinceridad con uno mismo también, como bien se comenta en este artículo. Opino que hay que estar muy conectados al presente y al dia en el que estamos viviendo pero teniendo siempre en cuenta también lo que vendrá y lo que será beneficioso para nosotros de cara a un futuro. Si nuestros valores se alinean con ese tipo de pensamientos, tenerlos en cuenta y actuar conforme a ellos es algo que ayudará a evitar la postergación.
drwiygni
«¿Leerás ahora este artículo, o lo guardarás en el escritorio para leerlo más tarde?», «¿Cuántos llevas almacenados para cuando tengas tiempo?» Si cuenta como tarea responder a esta pregunta…sí, soy la que guarda mil artículos, videos y páginas para mirarlo «tranquilamente» más tarde. Necesito procrastinar, pero al mismo tiempo, odio procrastinar. Es una lucha constante…muchas veces he evitado hacer tareas que podía hacer al principio, por miedo a afrontarme a mí misma. Mi procrastinación es de tipo ansioso. Hacer las cosas en el último momento hace que no pueda sobre pensar y así me da menos tiempo de juzgarme a mí misma. Muchas veces me ha pasado esto y puedo decir que mi hábito de procrastinación es algo que me disgusta. Va relacionado con mi desorden general del que a veces peco, pero inconscientemente es lo que «busco» y quiero». Hay algo de proactividad, de conciencia y de compromiso con llevarlo «todo» al día. Me resisto y también sé por qué: si soy organizada soy excesivamente organizada, hasta obsesiva. Como que relaciono llevarlo al día con control y esta parte de mí no me gusta, pues prefiero ir al otro extremo y así evito sentirme de esta manera. Me resisto a la organización. Sé que en mi caso hace falta una «reestructuración cognitiva» o una reinterpretación de la definición «organización»; para así salvarme en vez de ponerme obstáculos en el camino. Para ello sería necesario considerar o reflexionar sobre qué me aporta esa organización; entender que organización no es «control».
Y sí, muchas veces me encuentro muy «cómoda» en este hábito, pero en realidad me hace «sufrir». Y escojo hacer alguna cosa que no es urgente. He analizado muchas veces esta conducta y me he dado cuenta de que me cuesta lidiar con cosas que provienen de una «presión externa»; prefiero llevar a cabo cosas que me marco yo misma de las que puedo obtener un resultado pero que nadie va a valorar o que no tiene una fecha límite. Las fechas límites y expectativas incrementan mi hábito de postergar. Encuentro interesante esta conducta porque es un indicio de mi «miedo a afrontar» según que situaciones: «casi todos, en algún momento hemos postergado ciertas decisiones, bien porque representan un esfuerzo…».
Tiene mucho sentido que «demasiado esfuerzo» esté sustentado por la creencia de que «No vale la pena» y el «no querer hacerlo» lo esté por «me resisto a aceptar la realidad» – Me la guardo!
En relación a lo que se propone para paliar con este hábito, me quedo con la conexión con los valores y en concreto: «la honestidad» («Admitimos nuestro miedo y en lugar de luchar contra esta sensación de miedo la aceptamos y a pesar de tener miedo lo hacemos. La honestidad me ayuda a no postergar. Me permite pasar a la acción»). Acepto esa resistencia y la gestiono/venzo AHORA, pasando a la acción.
Agradezco haber leído este post porque el hábito de la procrastinación en mi caso está bastante arraigado. Por miedo a afrontarme a las cosas decido dejarlas para más tarde. Y eso me libera en aquel mismo instante, pero me acaba por crear frustración y en realidad me hace menos libre. Modificar este hábito va a ser todo un reto; desde saber por qué hago lo que hago, qué hay detrás de ello, a qué tengo miedo de afrontarme y de qué rehúyo de mí misma; entre otras preguntas. Una vez respondidas, ya puedo hacer la lista de lo que QUIERO hacer y desde ese punto HAGO y paso a la acción. En vez de jugar en contra de mí, acabo por hacerme un favor.
¡Gracias!
Adriana
Postergo cosas de manera constante. Siempre he pensado que era por la pereza que eso me podía provocar lo que nunca me había llegado a plantear es la cuestión que se relata en este articulo. Postergar por miedo, por inseguridad, por no querernos afrontar a ello, por pensar que no estamos capacitados. Realmente me parece una reflexión muy interesante, como he dicho, es algo que no había logrado plantearme y que pensando en profundidad puede que haya algo de cierto. Hoy en día es muy común el postergar las tareas u obligaciones que debemos de realizar. La excusa es “no tengo tiempo”. ¿Pero es realmente así? Considero que el tiempo se encuentra si verdaderamente se quiere, siempre hay un momento del día el cual podemos utilizar para elaborar eso que debemos. La cuestión es ¿quieres hacerlo?
Marina Romero Llovet
La verdad, hasta hoy mismo no había conocido el significado de la palabra postergar. Por lo tanto, no me había dado cuenta lo cómoda que me siento yo misma en este hábito. Es entonces que me pregunto:
¿A quién pretendo engañar? A mí misma. Pretendo hacerme creer que no soy capaz de realizar tal »esfuerzo», que en realidad no lo es.
¿Qué estoy evitando? Conectar conmigo misma, pero, sobre todo: afrontar la realidad.
¿De qué tengo miedo? De fracasar, de decepcionar, de decepcionarme a mí misma.
¿A qué no me estoy enfrentado? A mí misma y a mis miedos.
Me he dado cuenta de que no estoy siendo honesta conmigo misma, que me estoy autoengañando. Me propongo lo siguiente: permitirme afrontar la realidad tal y como es, sin resistirme. Me propongo admitir mi miedo y aceptarlo. Me propongo pasar a la acción.
Gemma R
Personalmente he sufrido el mal hábito de postergar y, de hecho, en algunos momentos de mi vida sigo luchando contra él. Buscar los valores y conectar con ellos es una técnica que no me había planteado hasta ahora. Considero que, de los comentados, la honestidad es un punto que puede ayudar mucho a tomar conciencia. Preguntas como las que plantea Herminia en este artículo ( ¿Qué estoy evitando? ¿De qué tengo miedo? ¿A qué no me estoy enfrentado?) pueden resultar muy útiles para ser sinceros con nosotros mismos y afrontar la realidad.
Mònica Sagnier
El tema de la postergación no es nada sencillo de tratar… me gusta lo aquí planteado, pero creo que cada caso tiene sus diferencias individuales (eso sabemos que en todos los casos obvio), y no sólo es cuestión de valores ni de integridad… Para generalizar sobre la cuestión y, desde mi experiencia, a mi me sirve, por ejemplo, organizarme con una agenda, y tratar de ser lo más coherente posible con mis planes. Claramente, la motivación va a influir muchísimo, pero hay cosas que me gusten más o menos, he de hacer y, puede que sean muy necesarias por lograr mis objetivos, pero aun así no me apetezcan y me cuesten más… Yo lo que me repito para «vencer» la postergación és: PERSEVERANCIA. Seguiré investigando sobre este tema, es muy interesante y actual.
Júlia Jané
Creo que nuestra generación se podría definir perfectamente con este artículo. Si nos comparamos con la época de nuestros padres, estamos constantemente postergando todo aquello que «debemos» hacer. Pero esto me hace pensar que quizás está habiendo un cambio de paradigma y que quizás, sea necesario dejar de hacer sin saber el porqué y el para qué de aquello que estamos postergando. Opino que la importancia ante este tema es preguntarse a uno mismo el porqué de postergar y si quizás, la explicación sea que realmente no se quiere hacer eso con tanto entusiasmo y que de alguna manera es lo que se espera que hagamos.
Júlia Bartra Pallarès
Aquest article el veig directament relacionat amb el que es titula «Cómo superar la desidía y la pereza». Aquí de forma més concreta parla de la procrastinació, però que està igual de vinculada amb la por de fer alguna cosa i llavors l’aparco per un altre moment. I així sempre, fins no afrontar amb allò que està pendent.
Sobretot el que és interessant d’aquest escrit són les solucions que es proposen. La vinculació amb diferents valors, del «per a què» es vol posposar aquella acció. Fomentar i treballar l’autoconeixement del nostre client i generar major confiança en un mateix. Fet que augmentarà la sensació de capacitat per afrontar la situació, per tant, major comoditat amb un mateix (alta autoestima) i augment de la motivació, per voler afrontar una cosa que feia temps que es posposava.
Amb aquests articles, la conclusió clara que trec és que la por sempre s’ha de combatre amb autoconeixement i confiança cap a una mateixa. I deixant que la por entri a la nostra vida i vulguem gestionar-la i veure d’on procedeix.
Marc Ventosa
Postergar está de moda. Está de moda porque llenamos nuestras vidas de actividades que realmente no nos apetecen y, ¿de dónde vamos a sacar motivación para hacer algo que no nos motiva? La holgazanería también es una de las principales razones por las que se suelen postergar las obligaciones. Siendo realistas, no hay excusa para no llevar a cabo nuestra vida de manera productiva y activa.
Anna Sanz
Personalmente soy una persona que suele postergar mucho las cosas y dejarlas “para más tarde” o “para otro día” y aunque termine haciéndolas, me parece muy interesante el hecho de cuestionarte por qué lo haces, por qué lo pospones, por qué procrastinas y dejas para mañana algo que podrías hacer hoy (y que probablemente no estés haciendo por cualquier tontería y no por falta de tiempo), qué te aporta o qué obtienes tú postergándolo, etc. Creo que haciéndote a ti mismo estas preguntas, entre muchas otras, y también conectando tus acciones con tus valores, puede hacer que le demos más valor e importancia a nuestro tiempo, a eso que queremos hacer y a cómo y cuándo queremos hacerlo, y nos impulse hacia la acción y nos aleje de la procrastinación o postergación.
Agata Tresserra
Me ha gustado este articulo para darle un espacio de reflexión. Durante muchos años he tenido el habito de postergar hasta que fui consciente de que no me daba resultados positivos. A día de hoy, aun dejo muchas cosas que podría hacer hoy para “mañana, pero también le pongo conciencia y me cuestiono el porqué.
Janna
En aquesta situació de confinament en la que estem vivint postergar les feines que es té és molt accessible. La tècnica proposada que conecta les nostres accions amb els valors m’ha semblat molt útil, ja que et redirigeix cap a tu mateixa. D’aquesta manera ens permetem reflexionar sobre les nostres accions i sentiments, entenent per què actuem de tal manera i qüestionant-nos si volem seguir actuant així.
Considero que el valor de l’honestedat és el més important, ja que si no s’és sincera amb una mateixa difícilment es podrà afrontar la realitat, i molt menys ser la teva millor versió.
Aina
Planterarse estas dos preguntas: ¿representa demasiado esfuerzo? o ¿en el fondo no quieres hacerla?, me parece clave para poder lograr una toma de consciencia y como consecuencia, un acto.
Permitir aceptar que sentimos, pensamos y necesitamos es un acto muy liberador que nos llevará sin ninguna duda a sentirnos más satisfechos con nuestras decisiones y nuestros actos. Dedicar un espacio a reflexionar sobre la postergación y los valores me connecta con la importancia de ser sinceros y respetar aquello que necesitamos y queremos y que nos ayudará a liderarnos de una forma más consciente y más amorosa con nosotros mismos. Cada vez que leo un post de estos me hace ver la importancia del trabajo personal que tenemos que hacer los Psicólogos y los Coach para poder hacer mejores acompañamientos.
Decidir des de la libertad y la responsabilidad no es tarea facil y poder acompañar a personas a trabajar la postergación y los valores me parece una forma muy interesante de hacerlo, ¡gracias!
Olimpia Castro Viu
Considero que tener nuestros valores en cuenta nos permite romper la cadena que nos mantiene atados y atadas a la postergación. Así, por ejemplo, si hay honestidad no puede haber autoengaño, y si no hay autoengaño es que somos capaces de aceptar la realidad, de dejar de resistirnos. De este modo, poniendo los valores de cada uno/a encima de la mesa y las respuestas sinceras ante las preguntas adecuadas, ya podemos pasar la acción. Ya no hay excusas para postergar porque cada cosa que decidimos hacer supone honrarnos y sernos fieles a nosotros/as mismos/as.
Por último, leer este artículo me ha hecho entrelazar un puente entre la postergación y el rechazo de la responsabilidad individual, dejando ver, a mis ojos, a los niños y niñas que todos los y las adultas llevamos dentro cuando nos negamos a asumir nuestra responsabilidad y postergamos tareas delegándolas en otros y otras, y criticando, juzgando y lamentándonos después del resultado de éstas porque “no son cómo esperábamos”. Realmente, ¿tanto nos cuesta hacernos cargo de lo nuestro sin involucrar al resto? Quizá, si dejamos de postergar mejorarán otros aspectos y conseguiremos con el esfuerzo de todos y todas, finalmente, un mundo más consciente, respetuoso y con sentido.
Irene Gutiérrez Coranti
Inevitablemente, me ha venido a la cabeza la pereza, la procrastinarían y todas aquellas excusas que nos decimos para dejar las cosas para “luego”.
Me ha parecido muy interesante el hecho de conectar nuestras acciones con los valores, ya que así, damos ese valor a las cosas que hacemos y lo podemos utilizar como propulsor de aquello que queremos hacer.
Una de las cosas que más me atraen del coaching teleológico, entre otras, es la capacidad que le da al individuo para vivir en el aquí y ahora y en saber qué debemos hacer y para qué queremos hacer aquello. Darle esta importancia, creo que es la clave para no dejar las cosas para luego.
Mar López
Considero muy interesante el trabajo de este hábito a través de estos tres valores: honestidad, integridad y libertad, los identifico con estas preguntas : Puedo hacerlo? Honestidad para responder para que estamos postergando, para evitar el miedo al fracaso? A la decepción? Que estoy priorizando?, después la Integridad, debo hacerlo? Asumo las consecuencias de esa decisión?, y por último Quiero? Acepto la responsabilidad que implica mi libertad para escoger?
Irene
Gran reflexión sobre el postergar, un hábito con el que se continúa luchado hoy en día en nuestras vidas. Es cierto que muchas veces por pereza, dices “paso, lo hago mañana hoy prefiero descansar y desconectar”, pero otras veces lo relacionas con el que sabes que tienes que hacer una cosas que tienes pendiente, pero la quieres evitar por algún motivo que te incomoda y la vas postergando hasta que un día te la encuentras delante y no tienes otra opción que afrontarla. Me quedo con el hecho de trabajar los valores para “acabar con el hábito del postergar”. Gracias por este artículo.
Ester
Leyendo este post me he notado cierta risa nerviosa por dentro… ¡da en el clavo! He recordado el ejercicio realizado en clase para evitar la fuga de energía y, precisamente, el hecho de que las cosas que dejamos para mañana, día tras día nos quitan energía que necesitamos para otras tareas; continuamos postergando sin darnos cuenta de que a la larga el coste de energía va a ser mayor. Romper con el hábito de postergar es fácil si se quiere: ahora es el mejor momento para hacerlo. Para empezar a tenerlo en mente me quedo con los tres valores: honestidad, integridad y libertad.
Gracias por compartir, un placer leer sobre este tema
Cristian Mulero Rierola
Des de la persona respectuosa i compromesa que sóc passo a l’acció i comento aquest post.
Mireia
A mí, que soy habitual en el mundo de la postergación, me ha resultado muy útil la idea de conectar con los valores para superarla. conectar con mis valores es algo que me da fuerza y me motiva a hacer pequeños esfuerzos para ser coherente conmigo misma e ir acorde con mis objetivos. Los valores son el motor que mueven a las personas a actuar y es importante recordárnoslos para no desviarnos de nuestro camino. Postergar me aleja de mis metas.
A veces, nuestras responsabilidades se nos hacen una montaña y parece que requieran un esfuerzo enorme, si en momentos así, recordamos el sentido de nuestros actos y conectamos con nuestros valores, encontraremos la fuerza para llevarlo a cabo.
Alexandra
A veces postergamos cosas porque no vemos el final del camino o somos incrédulos ante la posibilidad de llegar ahí. Por eso en muchas ocasiones es más fácil quedarse ahí, no hacer, no tomar una decisión, seguir inmóvil. Aunque ese bloqueo llega un día en el que es insoportable y la necesidad de ser libre es imperiosa. Ese día decides no postergar, empezar paso a paso, poco a poco y comienzas a ver el camino, a sentirte LIBRE una vez más!
Ali
Qué actuales son los cursos de Gestión del tiempo! Y todos apuntan a PRIORIZAR, diferenciar lo importante de lo urgente y definir cuándo haremos qué en base a nuestras prioridades.
El hecho de enfocarnos en nuestros valores nos lleva a definir qué es importante para nosotros y tomar medidas para evitar la ¨PROCRASTINACIÓN¨ (palabra inglesa que sería lindo adoptar para definir el problema que plantea el artículo)
Ricard
En l’article parles de dues qüestions que trobo interessants. Per una banda el fet de deixar les coses per més endavant, no des d’una perspectiva estratègica en la nostra vida, sinó com una excusa. Un enganyar-nos a nosaltres mateixos. M’agrada la teva proposta per afrontar la postergació. Connectant amb els nostres valors i a partir d’aquests, de nosaltres, començar a caminar.
Per un altre costat, les creences. Aquelles creences que ens limiten, que ens entorpeixen el creixement. Creences que com a Coach hem de detectar i acompanyar perquè el Coachee les reconegui com a limitadores per seguir avançant en el seu creixement.
Ana Isabel
He vuelto a leer el artículo para dar mi opinión de forma correcta y esta vez, lo he visto más claro que las dos veces del comentario anterior. No solo me ha parecido muy acertado sino desafortunadamente muy en voga en este momento y en este pais.
Está claro que el hecho de dejar algo para otro momento, cuando podemos realizarlo «ahora» es normalmente poco acertado. Pero como indica en el artículo solemos mentirnos para convencernos de nuestra elección y no tener que lidiar después con el concepto de culpa.Y mentirnos es algo mucho más habitual de lo que nos pensamos, es una actitud que muy al contrario de la «sensación o emoción» de alivio que nos deja en un princio es sinembargo una losa pesada que lo que realmente provoca es un retraso en nuestro objetivo y a la larga en nuestra vida. Mentir es un hábito que se repite demasiadas veces en casos de postergación y conlleva esa falta de integridad y un alejamiento de la libertad.
Es curioso, que mintamos para sentirnos libres y al contrario de nuestro propósito,, esto nos deje una mente hipotecada.
Dentro ya del término libertad se puede comprobar como todo está relacionado. Si mientes no eres libre, si no eres libre entonces no eres íntegro y seguramente postergarás las cosas porqué tu autoestima estará tan cargada de losas inútiles que no tendrá la agilidad suficiente para mirar con integridad y honestidad la realidad. Y así, como un círculo cerrado, se volverá a repetir.
Cristina Saiz
Ostras!!!!!!!!!!!!!, me he identificado leyendo el artículo, es verdad, alguna que otra vez he postergado alguna tarea. Algunas veces has sido de manera consciente y otras inconscientes, aunque nunca se me había ocurrido mirarlo desde la perspectiva que tiene el artículo. En ocasiones, no realizar dichas acciones o resísteme a ellas, me han dado como resultado el malestar.
También me ha sorprendido el lazo de unión existente entre el hábito de postergar y la conexión con los valores, es un vínculo que no se me habría ocurrido nunca.
Menudo trabajo!!!!!!!!!!!!!!!!!. Desde que he aprendido a ser consciente, a reflexionar de una forma más profunda, casi necesito muletas para moverme, jajaj. Me voy a pasar todo el día “puliéndome y dándome cera”, pero seguro que al final, seré una persona mucho más libre en mis decisiones y acciones y tendré menos resistencias contra las que luchar y a las que vencer.
Gracias Herminia por compartir con todos nosotros tu sabiduría y por darnos herramientas para eliminar el hábito de postergar de nuestras vidas.
Sagrario LLamas
Me he sentido muy identificada con este artículo ya que suelo postergar muchas de las tareas y decisiones que tengo que llevar a cabo.
Mi excusa es siempre la misma, «no tengo tiempo» pero lo cierto es que si soy honesta conmigo misma, yo estoy entre las personas que postergo aquellar tareas que me crean un esfuerzo o aquellas decisiones que me son difíciles de tomar. Para el resto suelo sacar el tiempo suficiente. Son de aquellas cosas que me cuestan de entender el porque lo hago ya que cuando supero esto de «mañana lo haré» y realmente lo hago, me siento bien y siempre me digo «si lo hubieras hecho antes, te hubieras ahorrado mucho malestar».
Creo que es hora de acabar con este hábito. Gracias Herminia. Estas preguntas que sugieres me ayudarán a conectar con mis valores y pasar a la acción en lugar de estar a veces instaurada en «la no acción»
Laura Bravo
Gracias Herminia.
He conectado desde varios ángulos con este artículo pensando en situación en las que he postergado decisiones en mi vida.
El primero, por gestión de tiempo, muchas veces pensamos que no tenemos tiempo para abarcar todo lo que la vida nos pone en el camino, cuando realmente es que o sabemos priorizar. No somos honestos, y paramos a pensar que realmente requiere de nuestra energía porque conecta con nuestros objetivos vitales, y que realmente o queremos hacer.
Por otro lado, me conecta con el valor de libertad, esa necesidad de empatía y asertividad con quien , si tomó esa decisión o hago esa cosa que tengo pendiente, tengo que enfrentarme o se va a ver afectado/a de algún modo. Es importante sentirse libre y luchar por lo que quieres y amas, ser íntegro , por supuesto
Elena R. Laguna
Muy buen artículo Hermínia. Siempre se agradecen ideas sobre cómo no postergar las tareas que nos proponemos hacer porque si no conseguimos hacer lo que nos proponemos, nunca llegaremos donde queremos llegar.
En tu artículo hablas de «buscar un método creativo» y me gustaría compartir algo que a mí me ayuda a pasar a la acción. Cuando tengo que hacer algo que no me apetece pero sé que es importante, me acuerdo de Mary Poppins e intento combinarlo con algo que me resulte agradable. Pienso: ¿cuál podría ser aquí el azúcar para que pase mejor la píldora?
http://www.youtube.com/watch?v=VF8r540I3FY
Benjamin
Gracias Herminia por el articulo y a todos por los comentarios.
Me reconozco en mucho de lo que leo aquí.
Añado que postergar es aún más presente cuando se trata de una acción que materializa un cambio, o el inicio de un cambio.
En este caso también pienso en la ayuda de parar, respirar y encontrar una paz, un acuerdo interior para que todos nuestros recursos sean juntos y que tomemos consciencia de la fuerza y de la relevancia de nuestra decisión y acción.
Ares
Una vegada més en funció de com interpretem la realitat decidim una cosa o una altra, en aquest cas postergar o no alguna decisió…
La qüestió és que moltes vegades el fet de postergar fa que acumulem un munt de coses i això ens provoqui malestar. Viure des del «debo de, tengo que…» de temes que he postergat fa que acabem tenint l’Everest per escalar quan en un inici no era així.
Gràcies Hermínia!
Roser
Quanta veritat hi ha en aquest article! Si analitzem el que realment passa quan deixem per mes endavant el que podriem fer avui, moltes d’aquestes coses al final no les fariem perque realment, sent honestos, no les volem fer. Si les acabem fent es perque realment eren importants per nosaltres i valia la pena l’esforç realitzat.
A partir d’ara analitzare quin es el valor que hi ha radera de la postergació per adonar-me’n de perque ho estic fent; potser aixi estalviare temps i esforç.
Gràcies.
Ali
Qué buen ejercicio práctico para demostrar que la administración del tiempo no es más que la determinación de prioridades. Qué mayor prioridad que nuestros valores! Gracias! Ali
Sònia
Inicialmente no me he sentido muy identificada con el tema de la postergación pero al leer el artículo he descubierto que a veces nos autoengañamos pensando que lo que postergamos no es importante.
A partir de la idea de que es posible no postergar siempre que conectemos con nuestros propios valores de honestidad, integridad y libertad, creo que un ejercicio que intentaré aplicar para evitar la postergación és realizarme tres preguntas antes de pasar a la acción:
– ¿A qué tengo miedo?
– ¿Qué necesito realmente?
– ¿A qué me estoy aferrando?
Gracias Hermínia, el tema de la postergación me ha hecho reflexionar sobre que nos impide pasar a la acción y por tanto nos condiciona i límita la libertad.
Eva
Gràcies per aquest artícle tan aclaridor que posa de manifest, un cop més, la força dels nostres valors per a dur a terme el procés de creixement personal, deixant de banda i eliminant les nostres creences limitadores.
Ana Isabel Núñez Crespo
A medida que iba leyendo el texto, me venía a la cabeza ,la palabra «HONESTIDAD».Después he comprobado que es parte de la actitud que deberiamos tener si queremos entender el porqué de postergar.
Me ha gustado mucho, pues no solo , me ha servido para aplicarlo a mi vida sino para entender y apreciar más el proceso del coaching.
Gracias, por aclararlo.
Ana
Buf, que fuerte Herminia!! Desde que he empezado a leer y ponias que pensaramos en algo que hubiesemos postergado, me ha venido un asunto a la cabeza.He tenido que ir leyendo poco a poco para ir dándome cuenta del porqué estaba dejando este asunto.Tienes razón, analizándolo me doy cuenta de que no he sido honesta por miedo a enfretarme a cosas que creí haber dejado en el pasado. También me he dado cuenta de la falta de libertad por querer evitar cosas que no tengo ganas de remover, se que hay que pasar a la acción pero me limita la «comodidad» que perdería al dar el paso. Vaya, como me dijo una vez una persona a la que quiero mucho: «¡crecer duele!».
Gracias Herminia por regalarnos un poquito de «dolor».
Mª del Carmen
¡Buenas tardes Hermínia! Acabo de leer el artículo y la verdad que me ha hecho reflexionar. Reconozco que como casi todo el mundo en algún momento de mi vida he postergado y la verdad es que me ha gustado saber que sin yo saberlo había conectado con mis valores para dejar de lado la postergación. En concreto, conecté con la honestidad ya que,¿A quién no le ha pasado que no se ha decidido a empezar algo por miedo a no hacerlo bien? En mi caso lo que he hecho ha sido decirme a mí misma: «Sabes que un momento o otro lo tendrás que hacer,¡Coge el toro por los cuernos de una vez y empieza!» y la verdad es que me ha funcionado. Otro tipo de postergación que he experimentado ha sido la que yo denomino:»Postergación por cansancio físico y mental» ya sea porque tienes muchas cosas en la cabeza (problemas, cosas que hacer, etc.), hayas estado haciendo otras cosas que hayan requerido de tu completa atención o porque has trabajado demasiado (trabajo físico)y acabas con la mente no muy clara…
Esa es mi experiencia en este ámbito y os animo a que además de comentar el artículo, también compartáis la vuestra.
¡Hasta mañana!
Juan
Desconocía que existiera una metodología que a través de los valores nos auxiliara a eliminar las creencias limitadoras que nos hacen postergar nuestras acciones o decisiones. Me gustaría conocer más sobre ella.
El truco que utilizo para no procrastinar demasiado es el emplear representaciones internas del resultado final que deseo. Desde que lo descubrí me ha ayudado mucho.
Gracias
Laura Beas
Gracias Herminia! El articulo me ha hecho pensar. En el ámbito laboral ejecuto mis tareas rápidamente, suelo usar la frase «esto lo hago ya y me lo.quito de encima», y yo lo había relacionado con mi personalidad, con mi caracter practico. Sin embargo veo otros compañeros que postergan sus tareas, y habia pensado que la causa es la pereza, la desidia, pero este srticulo me ha dado luz sobre lo que podrían ser las verdaderas causas. Intentaré aplicar esta teoría de los valores de alguna manera. Ya os contaré!
Diana
A pesar de que no acostumbro a postergar demasiado las cosas, es cierto que en algún momento he vivido en carne propia lo que comentas en el artículo y yo también he intentado autoconvencerme de que resistiendo ganaría.
En mi opinión creo que la clave está, sobretodo, en la honestidad con uno mismo, porque ser honesto contigo mismo ya te permite ser más libre.
Gracias por compartir este artículo con nosotros.
Alicia García Lucas
Reflejas muy bien el tema de la postergación Hermínia. Como Aloma, en general no soy una persona dada a la postergación excepto en lo que requiera un pequeña confrontación. El miedo a la reacción de la otra persona me paraliza, aunque me considero honesta. Sé que debo hacer mayor uso de mi responsabilidad y libertad y no tener miedo. La asertividad me ha ayudado a romper esa barrera de decirle las cosas a las personas, sin necesidad de que exista una confrontación.
Merci!
Laura
De acuerdo con todo lo que dices Hermínia, ¡y cuánto cuesta aceptar la causa que realmente nos frena! En mi opinión, el hecho de reconocerlo en sí ya me parece un acto de gran sinceridad con uno mismo, un gesto humilde, valiente y lleno de amor.
Dicho esto reconozco que soy de las personas que lo dejan (casi) todo para el último momento (el último de verdad). Mi técnica para hacer frente a este mal hábito consiste en escribir en una hoja de papel lo que debo hacer y colocarla en un lugar muy visible. Por un lado tomo consciencia de mis responsabilidades y por el otro experimento la grandísima satisfacción de tachar cada tarea que llego a cumplir.
De todas maneras, me ha parecido muy buen consejo hacer uso de los valores propios para pasar a la acción, probaré a ver si me funciona. ¡Quizá entonces no necesite el papel!
Gracias por tus artículos
Laura
M’ha agradat molt aquest article. M’ha fet veure que hem d’aprendre a prioritzar les nostres obligacions sense «perdre» el temps en allò que realment no és important. Reconec que el fet d’utilitzar els valors exposats: honestedad, integritat i llibertat m’ajudaran a decidir de manera clara.No obstant, quan hagi de desenvolupar una tasca, que em sigui poc motivadora, pensaré en aquests valors i, segur, que no m’ho pensaré dues vegades!!
Moltes gràcies per compartir amb nosaltres la teva saviesa!!
Aloma
Un article genial. Em sembla molt interessant utilitzar els valors per tal de combatre l’hàbit d’aplaçar les tasques, objectius, accions que hem de fer al nostre dia a dia.
Malgrat em considero una persona que no m’agrada aplaçar les coses, ho tindré en compte per si mai ho necessito per mi mateixa o per alguna altra persona.
Gràcies per ajudar-nos a créixer una mica més.
Grace
Hermínia Gomà muchas gracias, por el artículo me inspiro mucho, felicitaciones porque personas como tú hacen que el mundo sea mejor.
josep gendra
L’article, a mí particularment, no m’ha impactat com d’altres, és com si l’hagués deixat passar… Una amiga, Coach, m’ha comentat que no m’ha impactat per què no el necessito. Ailàs!!! «aquest article no va amb tu per què ja és una de les teves fortaleses, tu no postergues», em va dir. Segur que és així.
En qualsevol cas, el que no he fet és postergar el reenviament d’aquest Post a un company de feina que sí que el necessita. Precisament, fa pocs dies vàrem fer una sessió en la qual va manifestar el seu aspecte on vol millorar: en la postergació de les seves tasques de responsabilitat! Ja hi està treballant, fruit d’aquella sessió. I després li vaig enviar aquest article i m’ho ha agraït moltíssim, agraïment que retransmeto a l’Hermínia. MOLTES GRÀCIES PER AJUDAR-ME A SER MILLOR LÍDER!
Ana Alonso
Unas preguntas muy inspiradoras para dejar de postergar, o como mínimo para llegar a ser consciente de por qué me ocurre con esa «tarea» en particular. Luego, siendo ya consciente, si quiero ser congruente conmigo misma, no me queda más remedio que ser consecuente! Lo cual me reconecta automáticamente con esos tres valores: honestidad, integridad y libertad, y me mueve a la acción. Muy bueno!
Alex
Geacias por este artículo tan fantástico. En mi caso me siento totalmente identificado con los tres valores a los que haces referencia, especialmente con el de la Libertad. Es importante comprender que la liberación solo puede tener lugar en el momento presente y nunca en un futuro hipotético, así como desechar la creencia limitadora de que no se está lo bastante preparado para dar el paso que se tiene que dar, ya que de lo contrario se posterga indefinidamente, esperando una preparación que nunca acaba de llegar.
Un abrazo y felices fiestas a todos
Pilar García Jiménez
¡Perfecto! La prueba es que mando un comentario, en lugar de dejarlo para mañana, lo hago hoy. Felicidades por todos los artículos que me han llegado. Cada vez aprendo alguna cosa y puedo reflexionar o tener un poco más de autoestima el comprobar que no lo hago del todo mal.
No se si llegará algún otro artículo antes de las fiestas de Navidad y Año Nuevo. Por si acaso, ¡¡¡Muchas felicidades y que el próximo 2011 sea un buen año!!!!!
Lo deseo para Herminia Gomà y para todos los compañeros que lean este comentario.
neus salvatella
Touché! leo tu post y siento que estaba deseando que escribieras sobre ello.
Detrás de cada acción que postergamos hay una creencia limitadora que nos frena e impide avanzar pero que una vez analizada, reconocida y sobretodo aceptada, empequeñece, podemos distanciarnos de ella e incluso despedirla con una sonrisa. Era tan poco importante, tan ridicula!.
Si queremos liderarnos, hacernos responsables de nuestra vida nos conviene soltar amarras, el autoconocimiento es la clave,¿porqué postergamos? miremos hacia dentro sin miedo y disfrutemos de nuestra libertad de decidir.
Autenticidad,ser yo misma, es el valor que me ayudará a no postergar. Gracias, Herminia.
Pilar Garcia
He reflexionado y escrito sobre este tema y me parece muy necesario, creativo e inspirador el enfoque de este post. Postergar dice mucho de la forma de liderarnos y puede ser un indicador de contradicciones importantes que conviene descifrar; actuar con coherencia y responsabilidad desde lo que uno es y quiere ser, es esencial para evitar la dilación. Sin duda, la conexión con algunos de nuestros valores es un buen método para vencer la postergación. La conexión con la belleza de nuestra esencia nos animará a vencer la tentación de aplazar o a dejar de hacer lo que no queremos hacer, en todo caso, siempre desde la libertad y la responsabilidad. Gracias, Herminia