General
El dolor de amar a alguien que tiene problemas
.Es difícil decir la verdad, especialmente cuando… no estamos
totalmente seguros de la verdad. Uno busca la verdad,
y tan sólo va poniendo algunas señales indicadoras
Garrison Keillor
Puede llegar a ser muy doloroso amar a alguien que tiene problemas. El ser humano es tremendamente complejo. Cada persona es única y cada situación distinta. La experiencia siempre es personal y surge de las circunstancias, del carácter y de la historia de cada uno. No obstante, las personas que aman a personas con problemas, comparten la manera en que reaccionan ante ellas. El problema puede ser con el alcohol, las drogas, el juego, la alimentación, las compras, el sexo, la falta de motivación, las dudas, etc. El factor que todas ellas comparten no es el “problema o su manifestación”, es el poder que le dan al otro y a su problema para que las afecte y en cómo, al mismo tiempo, tratan de influir en la persona que tiene el problema.
He trabajado con personas para las que el binomio amor-culpa era difícil de disociar. No hacer lo que les pedían los demás las convertía en malas personas, malas madres, malas hijas, malas parejas. Se sentían tan culpables que planeaban su vida y actividades en función de no sentirse culpables. Permitían que las necesidades de los demás controlasen sus vidas y frecuentemente se resentían por ello (¡ni las gracias me dan!). ¿Cubrir las necesidades de los demás significa ser una buena pareja, un buen padre, una buena hija? ¿Se trata de verdaderas necesidades?
Hay personas que se “preocupan” tanto que se sienten abrumadas. Imaginemos la madre que se preocupa porque su hijo adolescente no quiere estudiar, tiene malas respuestas en casa, va con amistades poco recomendables. Esta madre lo está haciendo todo por ayudar a su hijo, desde el perdón al castigo, pasando por hacer ver que no se da cuenta de las cosas inadecuadas que hace. A pesar de todos sus esfuerzos, no está ayudando a su hijo. Quiere que su hijo se dé cuenta de que se está equivocando y echando su vida por la borda. Quiere que cambie. Porque le quiere y quiere lo mejor para él. Esta madre puede estar preguntándose ¿Por qué me está haciendo sufrir mi hijo? Esta madre le ha dado el control de su vida a su hijo. Quizá no puede ayudar a su hijo pero puede aprender a ayudarse a sí misma a tomar el control sobre su propia vida.
Las relaciones son como un baile en el que una energía
visible va de uno a otro de los participantes.
Pero algunas relaciones son el lento y tétrico baile de la muerte
Colette Dowling
Recuerdo el caso de una clienta que vino a consulta porque su marido había dejado de tener relaciones íntimas con ella y descubrió que por las noches se levantaba y durante horas visionaba películas pornográficas. Al principio sintió estupor y miedo, después mucha rabia y después preocupación y necesidad de controlarlo. Odiaba lo que él hacia pero no quería dejarlo, quería controlarlo. Hasta que llegó un momento en que “enloqueció”, perdió el control sobre ella misma, ya no se reconocía. Fue entonces cuando decidió venir a consultarme.
Otro cliente pidió iniciar un proceso porque si no lograba que su mujer fuera feliz él se sentía tremendamente responsable. Si ella estaba airada, ansiosa, triste, disgustada, él se sentía responsable. Si ella no estaba bien se esforzaba mucho y le preguntaba todo el rato qué podía hacer. No entendía porque ella se molestaba con él por intentarlo.
A pesar de que en una primera lectura nos puedan parecer situaciones muy diferentes, tal como decía al inicio, todas estas personas sufren con los problemas de las personas a las que aman.
Muchas de estas personas aprendieron a reaccionar así en su infancia, por la ideología dominante en su entorno, por ser atributos deseables. En general como reacción ante el miedo. Lo integraron para sobrevivir emocional y mentalmente, incluso físicamente. Realmente hicieron todo lo que pudieron de la mejor manera que sabían. Cuando llegan a Institut Gomà para iniciar un proceso significa que lo que aprendieron ha dejado de serles útil. ¿Pueden cambiar estas personas? ¿Pueden aprender a responder de manera efectiva? El primer paso ya lo han dado antes de iniciar el proceso: han tomado conciencia de su problema. El siguiente paso que darán es aceptar su problema. El proceso no siempre es fácil, pero paradójicamente es muy sencillo. Estas personas han olvidado o nunca aprendieron una lección de vida fundamental: Cada persona es responsable de sí misma. Es responsable de como decide responder ante los problemas de los demás. Es responsable de liderar su vida.
En este artículo encontrarás preguntas que podrán ayudarte si te has sentido reflejado en alguno de los casos que he puesto como ejemplos. También te propondré que escribas sobre ciertas cuestiones, con la finalidad de que encuentres las respuestas que necesitas para tu situación particular. Además hallarás sugerencias bibliográficas y cinematográficas.
¿Hay alguien que haya afectado tu vida, que te preocupa y que desearías poder cambiar? Por favor, toma papel y lápiz. Escribe sobre la relación que mantienes con ella, sobre esa persona y sobre ti y tus sentimientos.
¿Quieres cambiar? ¿Cómo te sientes al pensar que puedes cambiar? ¿Qué te sucedería si empezaras a hacerte responsable de tu vida? ¿Qué pasaría si empezaras a pensar que la persona que amas es la responsable de su propia vida? Por favor, medita estas preguntas y escribe las respuestas a cada una de ellas de la manera más detallada posible. Ánimos, si has llegado hasta aquí, ya has dado el primer paso, quizá el más difícil. Aceptando que quizás estando solo no puedas seguir avanzando en este proceso de cambio, quizás ha llegado el momento de pedir ayuda profesional.
Hay personas que vienen a consulta y solamente quieren hablar de los problemas del otro, ya sea un hijo, la pareja, sus padres, un amigo, alguien a quien aman. Buscan que yo les confirme que esa persona está muy mal, que realmente tiene un grave problema, que está “loca”, que está enferma… Habitualmente me suelen preguntar algo del estilo: ¿No crees que necesita que le controle, que haga algo? La respuesta que les ofrezco en estos casos es del tipo: Quizás… pero yo no puedo hacerlo, ni tú tampoco. Eres tú la que estás en esta sesión. Eres tú la que está hablando de su problema. Eres tú la que quieres un cambio. Eres tú la protagonista de esta sesión: ¿qué necesitas tú para ocuparte de ti misma? Centrémonos en ti. La importante eres tú. No importa que tú pudieras ayudar a esa persona si te escuchara e hiciera lo que tú le aconsejas. Realmente no importa. La importante eres tú. La que puede cambiar y dejar de reaccionar eres tú. Hay un momento muy doloroso y a la vez liberador, cuando la persona toma la decisión de renunciar. Aceptar y renunciar a la idea de que no puede ayudar a alguien que no le está pidiendo ayuda ni la quiere.
¿Hay alguien en tu vida que te preocupa excesivamente? ¿Hay algún problema que no te deje vivir? Escribe sobre ello lo más detalladamente posible sobre cómo te hace sentir. ¿De qué te ha servido lo que has hecho hasta ahora el dolor y sufrimiento que has sentido?¿ ¿Qué consecuencias tiene en el resto de tu vida? ¿Cómo afecta a tu trabajo, a tu familia? Cuando hayas expresado libremente todo lo que necesites expresar sobre esa persona o problema, céntrate en ti mismo ¿Qué sientes ahora? ¿Qué estás pensando? ¿Qué quieres empezar a cambiar que dependa de ti? ¿Cómo te hace sentir querer vincularte de otra manera con esa persona o problema? ¿Quién serías si no te involucraras? ¿Qué consecuencias se derivarían?
El cambio de paradigma no pasa por apartarnos de las personas con problemas (en algunos casos podría ser necesario). El cambio está vinculado a ser concientes de que mientras nos involucramos con el otro y con su problema estamos evadiendo la responsabilidad sobre nosotros mismos. ¿Cómo podemos hacernos responsables de los demás cuando no podemos responsabilizarnos de nosotros mismos? No podemos responsabilizarnos de las consecuencias de las decisiones de los demás. Son ellos los que deberán afrontarlas. Démosles la oportunidad de que se equivoquen, crezcan y aprendan a liderar sus vidas. ¿Cómo podemos conseguirlo? Con honestidad (no engañándonos a nosotros mismos), apertura (atreviéndonos a abrir nuestra mente para cambiar nuestras creencias limitantes), voluntad (tomar conciencia que queremos cambiar) y sentido (lo hacemos por amor y responsabilidad hacia nosotros mismos, para liberarnos de creencias limitadoras, para cuidarnos, para dejar de sobrevivir y empezar a vivir, etc…).
Imagina por un momento que esa persona o problema no estuvieran en tu vida. ¿Qué estarías haciendo? ¿Cómo te sentirías? ¿Quién serías? Visualiza detalladamente esta nueva posibilidad. ¡Atrévete a vivir esa posibilidad!
No es fácil encontrar la felicidad en nosotros mismos,
pero es imposible hallarla en ningún otro lugar.
Agnes Repplier
Sugerencias que pueden ayudarte:
- Identifica en que momentos o situaciones estás reaccionando en lugar de dar la respuesta que implicaría sencillamente hacerte responsable de ti mismo.
- Identifica en que momentos pierdes la serenidad, la tranquilidad, la paz interior.
- Toma conciencia de lo que estás sintiendo y respira aceptándolo. Hazte responsable de tus sentimientos. Después ya decidirás que quieres hacer con ello.
- Analiza lo que ha sucedido. Qué has pensado, qué has sentido. Cuál ha sido el desencadenante. Identifica de qué tienes miedo. Identifica lo que realmente necesitas para volver a tu paz interior.
- Pregúntate si estás tomando a tu cargo la responsabilidad de otra persona. Si lo que hace lo estás viviendo como algo personal. Cuestiónate si te sientes culpable de algo o si te sientes decepcionado. Si es tan grave o lo estás magnificando.
- Investiga en tu interior qué necesitas hacer para cuidarte en este momento. Cuándo tengas claro cuál es la decisión más responsable hacia ti, ¡ejecútala y habrás roto la cadena invisible que impedía tomar el control de tu vida!
.
Sugerencias Bibliográficas:
Branden, N.(2000). Los 6 pilares de la autoestima. Paidós
Beattie, M. (1987). Libérate de la codependencia. Sirio
Sugerencias cinematográficas:
«28 días» (2000) USA. Dirigida por Betty Thomas y protagonizada por Sandra Bullock
«Cuando un hombre ama a una mujer» (1994) USA. Dirigida por Luis Mandoki con guión de Ronald Bass y Al Franken. Protagonizada por Andy Garcia y Meg Ryan.
135 Comments
Farida Errachidi
Este artículo me ha hecho reflexionar mucho y me ha removido también muchas cosas. Pienso que es muy revelador y da mucho sobre lo que pensar. A menudo queremos cargar con demasiadas cosas y responsabilidades, y nos olvidamos de nosotros mismos. Y da mucho en qué pensar. Como comentas, eludimos nuestras propias responsabilidades y perdemos el protagonismo de nuestras vidas en pro de ser útiles para los demás; sin preguntarnos si realmente es ese nuestro papel. Si realmente queremos eso, o siquiera si debemos tener un papel. Al fin y al cabo, ayudar sin ayudarse primero a uno mismo a veces, por no decir siempre, es realmente complejo.
Gaiané
Estimar és humà, així com ho és desitjar el millor per a la gent que estimem. Per això, saber que tenen un problema i que no els pots ajudar (o que no et deixen) pot fer-te fer sentir culpa, impotència, ràbia,… i més, tot al mateix temps. Tot i que el problema sigui d’algú altre, el dolor es converteix en propi.
És per aquests motius que és tan interessant aquest article. Prendre consciència del dolor que ens inflingeix voler prendre responsabilitat del dolor dels altres, i aprendre a deixar anar aquesta responsabilitat, pot resultar increïblement alliberador.
Carla
Aquest article m’ha encantat i m’ha semblat súper interessant. M’enduc la reflexió de que moltes vegades, les persones pateixen perquè volen salvar o canviar a l’altre i s’obliden de les seves pròpies necessitats. Aquestes mateixes persones arriben a consulta centrades en els problemes dels altres, però el canvi real comença quan entenen que no poden canviar ningú que no vol canviar i que tampoc és la seva obligació canviar a ningú, no hem vingut a aquest món a això. La clau és posar el focus en un mateix: què necessito jo? com puc cuidar-me a mi? Em quedo amb la frase de: “és un procés per deixar de sobreviure i començar a viure”.
Carla
Aquest article m’ha encantat i m’ha semblat súper interessant. M’enduc la reflexió de que moltes vegades, les persones pateixen perquè volen salvar o canviar a l’altre i s’obliden de les seves pròpies necessitats. Aquestes mateixes persones arriben a consulta centrades en els problemes dels altres, però el canvi real comença quan entenen que no poden canviar ningú que no vol canviar. La clau és posar el focus en un mateix: què necessito jo? com puc cuidar-me a mi? Em quedo amb la frase de: “és un procés per deixar de sobreviure i començar a viure”.
Isona Mas
Aquest article m’ha tocat d’una forma diferent als altres que he llegit. Em sembla que el dolor que sentim quan algú que estimem està malament pot arribar a ser molt pitjor que el propi dolor, en alguns casos. Penso que, encara que sigui un acte que néix de l’empatia i l’amor, pot arribar a ser, de manera insconscient potser, una actitud infantilitzadora i egoista. Per una part, sentim dolor perquè creiem que no podem ajudar aquest ésser estimat, donant per suposat, per tant, que necessita que el «salvem». D’altra banda, també volem «fer algo» perquè aquesta persona deixi d’estar malament i així deslliurar-nos de la responsabilitat que ens hem autoimposat d’ajudar-lo. I en tot aquest merder, ens oblidem que realment no és la nostra responsabilitat, i que l’únic que pot canviar la situació és l’altre. Nosaltres només podem ocupar-nos de nosaltres mateixos, encara que això no vol dir abandonar l’altre, ni molt menys. Arribar a aquest punt, crec que és molt difícil sense l’ajuda, per exemple, del coaching.
Jana López
Aquest article m’ha agradat molt, posa el focus en una qüestió clau: saber distingir entre ajudar i fer-se càrrec del que no ens correspon. M’ha fet pensar en situacions on, per voler ajudar massa, he acabat desconnectant-me de mi mateix. Aprendre a posar límits i deixar que l’altre assumeixi la seva responsabilitat no és egoisme, sinó maduresa. Recomano el TED Talk “Codependent Confessions of a Former Popular Girl”, molt en sintonia amb aquestes idees. Reflexions com aquesta ens permeten posar nom a actituds que, amb el temps, s’han normalitzat sense adonar-nos-en.
Úrsula Bages Vives
Tot i que actualment vivim en una societat que es considera bastant individualista, és curiós veure com conductes com aquestes són força habituals. En podria dir que és agafar un rol de salvador, però pels altres en lloc de per nosaltres.
M’ha fet reflexionar que, evidentment, no sempre podem o hem de salvar als altres i encara més si aquests altres no ho volen. Ajudar a algú no deix de ser un acte d’amor, per tant implica que és una cosa que en tens tanta que et sobra, però també s’ha de ser conscient de les reaccions que pot provocar en l’altra persona si no ho volia. Però pot ser que moltes vegades més aviat ens en falti, que decidim donar la que necessitaríem per ajudar-nos a nosaltres mateixos als altres. Suposo que també com a manera d’evitar resoldre els nostres conflictes, perquè és més fàcil lluitar els fantasmes dels altres que no els nostres.
Moltes gràcies per impulsar la meva reflexió sobre aquest tema.
Ilènia
Aquest article m’ha semblat profund i molt útil per reflexionar sobre el paper que assumim quan estimem algú amb problemes. M’ha impactat la idea que moltes persones viuen l’amor des de la culpa i que sovint intenten controlar l’altre en lloc de cuidar-se a si mateixes.
M’ha resultat especialment reveladora la proposta d’invertir les preguntes: no «què li passa a l’altre?» sinó «què necessito jo per cuidar-me i deixar d’assumir responsabilitats que no em corresponen?». He practicat una de les activitats suggerides: escriure sobre la situació en què he sentit que volia «salvar» algú, i m’ha ajudat a veure com això m’allunya del meu propi benestar. És un article que convida a recuperar el mateix centre i mirar les relacions amb més consciència i respecte mutu.
Jana
M’ha semblat molt interessant la idea principal d’aquest article. Quan creeixem, ningú ens ensenya què significa estimar. Aprendre a viure l’amor amb equilibri és un procés que s’adquireix amb el temps, i pel camí, és fàcil caure en paranys o adoptar actituds que poden ser perjudicials per a nosaltres mateixes.
Gràcies a les preguntes que planteja l’article, he pogut veure-ho amb més claredat. M’ha fet reflexionar especialment sobre el perill de perdre’ns en les lluites dels altres, deixant de banda el nostre propi camí i sentit vital. També crec que, en aquestes situacions, és important estar atentes a no caure en la trampa de pensar constantment en termes de “quan canviï…”. Al final, hem de poder estar i sentir-nos tranquil·les amb una persona tal com és, sense esperar ni carregar-nos amb la responsabilitat de canviar l’altre. Viure en l’esperança d’un futur hipotètic ens pot fer oblidar el present i la nostra pròpia essència.
Daniel Sánchez
Opino que l’article ofereix una mirada profunda sobre com l’amor pot convertir-se en un motor de culpa quan cedim el control de la nostra vida a la persona estimada. Penso que destacar el dilema amor-culpa i els casos reals (com la mare que assumeix tota la responsabilitat o la dona que perd el control pel comportament de la parella) il·lustra molt bé aquest dilema. Des del meu punt de vista, les preguntes guia proposades són una eina útil per reflexionar sobre els límits entre ajudar i autocura. A més, l’exercici d’escriure amb paper i llapis em sembla pràctic per prendre distància i reconnectar amb les pròpies necessitats. Crec que aquest enfocament teleològic ens recorda que som responsables de les nostres respostes i promou relacions més saludables.
Margarita Taltavull
Aquest article m’ha agradat molt perquè convida a reflexionar sobre una situació molt habitual: carregar amb problemes o emocions que no ens corresponen. Sovint, per amor, per lleialtat o per creences equivocades sobre què vol dir cuidar algú, acabem adaptant-nos a situacions que ens fan mal o que ens fan oblidar les nostres pròpies necessitats. És cert que preocupar-se pels altres és humà i noble, però quan deixem de banda qui som per “salvar” una altra persona, ens estem anul·lant i també l’estem impedint a ella créixer per si mateixa. M’hi he sentit identificat, perquè a vegades costa molt distingir on acaben els límits de l’altre i on comencen els nostres. Per això trobo clau aquesta idea: cada persona és responsable de si mateixa. Ser conscients d’això ens ajuda a prendre decisions des de la llibertat, no des de la culpa, i a liderar la nostra vida sense carregar motxilles que no ens toquen
Paula Pedrosa
Este articulo me ha hecho reflexionar sobre cómo se sienten las personas que se responsabilizan de los problemas de las personas que aman, y en dirección contraria: ¿Cómo se sienten cuando dejan de hacerlo, después de toda la vida con este papel de responsabilidad? Debe ser una sensación aterradora, ya que seguramente entren en sentimientos de culpabilidad muy profundos. Está claro, que el cambio es complicado, pero es necesario. A mi parecer, vivir de esta manera hace que no tomemos responsabilidad de nuestras propias vidas y que constantemente estemos acarreando decisiones de otros como si fueran nuestras. Como bien explica el articulo, «Hay un momento muy doloroso y a la vez liberador, cuando la persona toma la decisión de renunciar»
Marina
Estoy de acuerdo contigo Paula, yo también creo la idea de dejar de responsabilizarse pro los problemas de los que amamos puede generar una sensación de vacío y culpa, sobre todo cuando este rol ha formado parte de nuestra identidad durante mucho tiempo. Sin embargo, aunque este cambio puede resultar doloroso, es fundamental para recuperar el control sobre nuestra propia identidad. De esta manera, el apoyo que brindamos a quienes queremos es más genuino, ya que no está cargado de culpa o lástima, sino que surge desde nuestro propio bienestar, permitiéndonos acompañar al otro de una manera más sana y equilibrada.
Además, recientes estudios sobre conflictos de pareja muestran que la dificultad para gestionar los conflictos en la relación y la tendencia a la rumia y las emociones negativas se asocia con una mayor alimentación emocional, especialmente en mujeres. Lo que confirma que cuanto más intensos o mal gestionados son los conflictos hay mayor probabilidad de recurrir a hábitos no saludables para regular las emociones (Martín, 2022).
Martín, C. P. (2022). Conflictos de pareja y alimentación emocional: variables asociadas. ReiDoCrea Revista Electrónica de Investigación Docencia Creativa. https://doi.org/10.30827/digibug.76396
Júlia Ramos Hernández
Les relacions humanes sovint es mouen en un equilibri delicat entre l’amor i la responsabilitat, i és fàcil caure en el parany de sentir-nos responsables del benestar dels altres. Aquest article m’ha fet reflexionar sobre la importància de posar límits i entendre que estimar no significa carregar amb els problemes aliens. Tendim a pensar que ajudar sense mesura és un acte de generositat, però de vegades implica oblidar-nos de nosaltres mateixos. Aprendre a prioritzar-nos no és egoisme, sinó una forma sana d’entendre les relacions, permetent-nos cuidar-nos sense deixar de ser un suport pels altres.
Paula Puigdollers
Estic totalment d’acord en el fet que a vegades deixem que els problemes d’altres persones ens aclaparin i ens dominin, i aquest article ho expressa a la perfecció. Fent una mica de reflexió, tot i que al moment sembla difícil de veure-ho, és completament cert que no podem canviar ni controlar a la resta de persones, sinó que el més important és ser capaços de fer-nos responsables de nosaltres mateixos, encara que a vegades és complicat distanciar-nos i delimitar on comencen els problemes de l’altra persona i on comences tu.
Sembla que ens responsabilitzem dels nostres propis actes molt fàcilment, però quan es tracta dels actes de les altres persones ens costa separar-ho i també ens en fem càrrec a vegades, per això em sembla tan important prendre consciència d’aquesta situació i poder prendre les nostres pròpies decisions, sent els nostres líders. Cal que ens prioritzem, i no ens anul·lem ni ens sotmetem al rol de “salvador”.
Raquel Molins
Este texto me invita a reflexionar sobre cómo, al cargar con los problemas de los demás, a menudo dejamos de lado nuestra propia responsabilidad y bienestar. La frase “Mientras nos involucramos con el otro y con su problema estamos evadiendo la responsabilidad sobre nosotros mismos” me parece especialmente impactante, porque nos recuerda que no podemos cambiar a otros, solo a nosotros mismos.
También me hizo pensar en cómo el binomio amor-culpa afecta nuestras decisiones, llevando a sacrificios que generan resentimiento. Imaginar una vida sin ese problema o persona es un ejercicio liberador, que nos ayuda a conectar con nuestras necesidades y a priorizarnos. Es un llamado a liderar nuestra propia vida con honestidad y responsabilidad.
Herminia Gomà Quintillà
Celebro que te unas a este llamado a liderar nuestras propias vidas.
Helena González
Me parece un tema super importante, el reflexionar sobre cómo nos responsabilizamos de las vidas de los demás y nos sentimos mal o culpables y cómo el no hacerlo nos convierte en “malas hijas, parejas, etc.” Creo que encontrar esa manera de vincularte diferente a esa persona es esencial, para poder hacerlo de una forma sana y sin control del otro, responsabilizándote de tu propia vida. Tomar conciencia y aceptar lo que sentimos es el primer paso. A mi me ha sorprendido, reflexionando sobre mí misma, como esto se puede extender a personas y ámbitos diferentes de tu vida. Se nos olvida pensar muchas veces sobre qué podemos hacer para cuidarnos a nosotros mismos y, en cambio, estamos todo el rato preocupados por los demás.
Herminia Gomà Quintillà
¿Qué haces tu para cuidarte? ¿Para cuidar tu mente?
Daniela
La relación entre el amor y la culpa es, sin duda, un tema muy relevante en nuestra sociedad. Es común observar cómo el amor se vincula con el control, la sobreprotección y el deseo de evitar cualquier daño a las personas que queremos. En algún momento, todos hemos sufrido por problemas ajenos, lo que demuestra lo fácil que es asumir una carga que no nos corresponde. Sin embargo, y en relación con el artículo, debemos aprender a poner límites y darnos cuenta de que cada persona es responsable de su propia vida. Renunciar a ofrecer ayuda puede parecer difícil, pero también implica un acto de valentía: priorizarnos, cambiar nuestra forma de pensar y asumir nuestras propias responsabilidades sin evadirlas.
Herminia Gomà Quintillà
Excelente comentario Daniela!
Aina
M’ha semblat realment interessant la relació que es fa entre amor i culpa. Com moltes vegades ens culpem a nosaltres mateixos quan la gent a la que estimem té problemes, perquè sentim la necessitat, o casi el deure, d’ajudar-los. Quan realment no depèn de nosaltres, no és la nostra responsabilitat. Però és molt fàcil caure en la idea de que, com ens importa, l’hem d’ajudar com sigui.
De vegades creiem que estimar a algú és fer el que sigui per ella, ajudar-la en tot el que podem, sempre que tingui problemes. I realment no és així. Moltes vegades estimar a algú vol dir tenir fe en ella, estar al seu costat quan ho necessiti confiar en que ella estarà al nostre costat quan ho necessitem.
I moltes vegades el millor que podem fer per l’altra persona és simplement deixar que aprengui per ella mateixa i estar al seu costat. Es tracta de sentir menys culpa i tenir més fe en l’altra persona i en la seva fortalesa. I el seu resultat dependrà d’ella, no de nosaltres. Perquè, per molt que ho intentem, no podrem canviar a una persona que no vol canviar. I si vol canviar, ho haurà de fer per ella mateixa.
Joana Castillo Piñol
L’article aborda un tema profundament humà i dolorós: el desafiament d’estimar algú amb problemes. A través d’una combinació d’exemples pràctics i de reflexions psicològiques, se subratlla la importància de l’autoconsciència i la responsabilitat personal. La idea que un no pot controlar ni canviar els altres, sinó només a si mateix, és un missatge poderós i alliberador. Les estratègies suggerides per reflexionar i assumir la responsabilitat de la nostra vida són útils i pràctiques.
En última instància, l’article convida a una transformació personal que, tot i que és difícil, és essencial per trobar pau i equilibri en les relacions. Considero que tenir aquest article a l’abast i fer-ne difusió pot arribar a ajudar moltes persones a prendre consciència per tal de percebre i poder actuar en conseqüència en cas de sentir-se identificats amb el contingut d’aquest article.
Anna Gil
Este artículo me ha hecho pensar en lo difícil que puede llegar a ser el intentar ayudar a alguien y el hecho de sentirse culpable si no lo conseguimos. Esto también se puede relacionar y servir para el rol del psicólogo, tal y como nos han dicho al largo de la carrera, de las prácticas y en este artículo la responsabilidad del cambio es del paciente.
Hee
Després de llegir l’article, aquest m’ha fet reflexionar sobre l’amor verdader. Sovint ens confonem pensant que una parella ha d’anar a l’una en el que pensen o en el que es fa, sense adonar-nos que una parella es tracta de dos individus; per tant cadascú pot tenir les seves visions, diferents formes de respondre davant d’un problema, diferents opinions…
He vist algunes relacions de parella que semblen que siguin una relació de mare i fill o pare i filla, perquè molt percentatge de responsabilitat recau només a un. S’obliden que la persona que estimen és la responsable de la seva pròpia vida. A la llarga, aquestes relacions deuen desgastar, per un costat per la càrrega i desgast de responsabilitzar-se de tot, i per l’altra per ser immadur i no haver après a responsabilitzar-se de la seva pròpia vida.
Jo també tendeixo a responsabilitzar massa a l’altra persona, podríem dir que no deixo créixer com a persona individual a l’altre. L’article m’ajuda a pensar sobre els meus patrons de conducta amb els meus éssers estimats.
Carlos Marin
Un texto muy interesante en el que se aborda la problemática de responsabilizarse de vidas ajenas a la propia y el sufrimiento que conlleva hacerlo. Sufrimiento fruto, en muchas ocasiones, de no poder hacer nada para mitigar las preocupaciones, dado que se escapa del propio control cambiar las actitudes o conductas que lleva a cabo la otra persona. Esto me recuerda a una cita que dice: “Si la seguridad la deposito fuera de mí, ésta será muy volátil”. Y desde luego que es volátil e inalcanzable si se escapa de mi control.
SARA
Me llevo del artículo la importancia de priorizar nuestras necesidades y nuestro bienestar ante el de las personas a las que amamos para protegernos y no sufrir. Muchas veces intentamos controlar lo que hacen o dejen de hacer los demás cuando es algo que no depende de nosotros, y haciendo eso nos olvidamos de nosotros mismos, malgastando inútilmente nuestra energía. La vida de los demás no es nuestra responsabilidad ni depende de nosotros, no somos los salvadores de nadie, excepto de de nosotros mismos. Nuestra vida sí que es nuestra responsabilidad y nuestra prioridad y es muy importante que vivamos cuidando nuestra vida por encima de todo y de todos. Muchas gracias Hermínia por el artículo y por las herramientas.
Berta Mateos
Crec que és molt important reflexionar sobre estimar a persones que tenen problemes, ja que totes les persones del nostre entorn tindran problemes en algun moment de la seva vida. M’ha agradat pensar amb la relació entre amor i culpa. Entre totes aquelles coses que tenim apreses en els “contractes no escrits” de les relacions que mantenim sobre com hem d’actuar, i què hem de sentir. Aquest article m’ha ajudat a veure la importància de recol·locar el focus en una mateixa. En el moment en què ens centrem massa en l’altra persona, en com la podem ajudar, i sobretot, en com l’hem d’ajudar, ens estem oblidant de nosaltres mateixes i del nostre benestar personal. M’ha semblat molt interessant parlar del moment dolorós, però alhora alliberador en què la una persona decideix renunciar a aquesta lluita d’intentar curar o salvar a l’altre, en la incomoditat de canviar un patró o tendència apresa i posada en pràctica des de fa molt temps. Finalment, m’ha portat a pensar en totes aquelles coses que poden estar portant les persones a salvar a la gent que estima: què els està calmant?, quin risc hi ha si deixen de fer-ho…?
LAURA CANOVAS
Muchas de mis amigas han tenido la típica relación donde ellas han ejercido siempre el papel de salvadora, diciendo cosas como que ellas podrían cambiar a la otra persona, o que le estaban ayudando a salir adelante. Y obviamente hay veces que sí que era verdad, pero de lo que no se daban cuenta era de que ellas mismas estaban sacrificando su propia felicidad y bienestar.
Aunque es importante ayudar, no podemos dejar que esa línea que marca nuestros límites se difumine. Hay que ser conscientes de las responsabilidades de cada persona y de lo que dejamos o no que nos influencie.
Me ha parecido un gran artículo que seguramente compartiré con aquella gente que lo necesite.
Marina
Me parece muy interesante este artículo y muy útil para esas personas que asumen como propio el dolor, y las consecuencias de este, de las personas que aman. Estoy muy de acuerdo con que cada persona es responsable de sí misma, o al menos deberían de serlo, de lo que decide, de su problema, de las consecuencias, ya que cada uno debe tomar las riendas de su vida.
Realmente creo que es un paso muy difícil, ya no tanto el hecho de aceptar esto, sino de poner en acción el hecho de dejar que la otra persona sea responsable de lo que hace, porque duele y porque creo que los humanos tenemos como un “instinto” de ayudar a las personas que nos rodean y que son importantes para nosotros. No obstante, sí que es verdad que haciendo esto se le da un poder al otro para que este problema afecte a quien no debería afectarle.
Creo que en este caso se trata un dolor muy recurrente en el día a día y sería muy útil que las persona que están pasando por esto sean conscientes tanto por la parte del que se ha responsabilizado de vidas que no les corresponde como por la parte de intentar responsabilizar a otras personas de su vida.
Enara Sinfreu
Un dels temes que considero més importants poder-li donar més visibilitat. La de vegades que hem canviat la nostra vida, ens hem adaptat a situacions que no ens pertocaven, i tot això per creences erronis que tenim sobre el concepte d’estimar, de preocupar-nos per algú que estimem. No és dolent el fet de preocupar-nos i adaptar-nos a certes situacions per una persona que estimem, el problema apareix quan deixem de banda les nostres necessitats per cobrir les d’una altra persona. Sento també, que arriba un punt on és contraproduent el fet de preocupar-nos i cuidar excessivament a una persona, ja que indirectament la estem invalidant, no li permetem que ella mateixa pugui aprendre i créixer com a persona. Aquest article m’ha agradat molt i m’ha fet reflexionar molt sobre aquest tema.
Per últim m’agradaria destacar aquesta frase “Cada persona es responsable d’ella mateixa”, ja que ens hem de responsabilitzar nosaltres dels nostres actes i no esperar a que una segona persona ho faci. A més tampoc hem de responsabilitzar-nos nosaltres d’actes que hagi pogut fer una altra persona.
Herminia Gomà Quintillà
Excel·lent síntesi de l’article! Gràcies per aportar-li valor amb el teu comentari.
Ana Prados Herrero
Desde mi perspectiva como psicóloga, este texto ha sidomuy bonito explorar la complejidad emocional de amar a alguien que enfrenta problemas.
La reflexión sobre la responsabilidad y la renuncia al intento de cambiar a otros se alinea con la idea fundamental de que cada individuo es responsable de sí mismo. Este texto me ha ayudado a centrarme en mí misma, a preguntarme qué necesito y cómo puedo cuidarme en medio de la preocupación por los demás. Es un recordatorio crucial sobre la importancia de establecer límites y priorizar el autocuidado.
Las preguntas reflexivas planteadas en el texto me han llevado a cuestionar mis propias reacciones y a reflexionar sobre si asumir la carga de los problemas de los demás. En última instancia, la búsqueda de la felicidad dentro de mí misma, en lugar de buscarla en otros, se presenta como una gran lección de autoaceptación y responsabilidad emocional.
Martina A
Este artículo me ha hecho reflexionar mucho, ya que casi todos en algún momento nos hemos hecho responsable de alguien a quien queríamos y quizá no ha ido tan bien como esperábamos y hemos tenido aquel sentimiento de culpabilidad y frustración que, en algunos casos, puede acabar consumiéndonos.
Cuando en una relación con una persona a la que quieres, sea quien sea, surge algún problema, sea cual sea, se pueden dar situaciones en las que la persona que está bien intenta, desde un buen sitio y con buena intención, ayudar a la persona. En ocasiones esa acción de ayudar se acaba transformando en un «tengo que cambiarle» o «tengo que ayudarle», haciendo que la persona solo se centre en la otra, en sus problemas, en sus acciones y que deje su propia vida más apartada.
Es aquí cuando tenemos que recordar que cada uno tiene su vida y quedarnos con una frase que dice en el artículo «cada persona es responsable de sí misma». Si al final del día tú ya has hecho todo lo que has podido o si ves que la persona no tiene intención de cambiar o mejorar (si es que lo necesita), tienes que dejarlo a un lado y volver a centrarte en ti y en tus cosas. En algunos casos es necesario desvincularnos de la persona y del problema, pero en otros simplemente es necesario dar unos pasos hacia atrás y volver a ponernos a nosotros mismos de prioridad. Hay que entender que no podemos ayudar a nadie ni responsabilizarnos de nadie si no somos capaces de hacerlo con nosotros mismos. Hemos de ser capaces de poder controlarnos a nosotros, mismos para no perdernos en un mar de preocupaciones, agobios y ansiedades que se generan ante la necesidad de querer «solventar y arreglar» el problema de la otra persona.
Es muy importante, por tanto, saber recordar en que momentos nos estamos dejando llevar por la necesidad de querer ayudar y controlar las cosas y cuando estamos verdaderamente haciendo una buena acción y ayudando de verdad a alguien para que no nos afecte ni nos limite como personas.
Herminia Gomà Quintillà
Gracias Martina por tu comentario, te felicito por tu compromiso con el pràcticum
Cristina Albó Vilà
Un gran tema. Molt comú en les persones que ens dediquem a la psicologia, i més amb dones (rol de salvador). I que bonic observar com podem arribar a canviar aquest paradigma.
Al final és important preguntar-nos què és estimar? Estimar és fer l’entrepà al teu fill fins que tingui 30 anys? Amb aquest acte, l’hi estàs dient al teu fill que no confies en ell, perquè no el veus capaç que es faci l’entrepà ell sol i a més, no l’hi estàs donant espai perquè es desenvolupi i aprengui per ell mateix.
A vegades ens pensem que tenim la solució als problemes dels altres i que sabem exactament el que els hi convé, quan realment la única persona que sap el que de veritat l’hi convé és un mateix. En el moment de voler-nos ocupar dels problemes dels altres, l’únic que estem fent és anul·lar a l’altre. Cada persona necessita passar pels seus processos per aprendre i si ell ho necessita ja demanarà ajuda.
També trobo interessant que la persona que es responsabilitza dels problemes dels altres, es pregunti: perquè ho faig? I per a qui ho faig? Què passaria si ho deixo de fer?
Sento que a vegades forma part de la identitat de les persones, repeteixo, més comú en dones (per l’educació rebuda), i en el moment que no estan ajudant als altres, perden la seva identitat, ja no son mereixedores.
Per tant, que important, preguntar-nos perquè i per a qui fem el que fem? O fem realment per l’altre? O per nosaltres mateixos?
Gràcies, pel text, per les reflexions, i tota la bibliografia recomanada.
Herminia Gomà Quintillà
Gràcies per aportar-nos aquest valuòs comentari Cristina.
Marta
A menudo, tendemos a sufrir mucho por el dolor de nuestros seres queridos. Creo que es muy importante mostrar empatía hacia el dolor ajeno y poder acompañar a las personas que queremos en ese proceso, pero no es lo mismo que responsabilizarnos de su situación y de sus emociones. A la larga, eso nos generará un profundo malestar y mucha frustración, ya que se trata de circunstancias que se salen de nuestro control. Debemos de entender que hay muchas situaciones que no dependen de nosotros, y que intentar cambiar a una persona o su entorno es inviable. Como bien se comenta en el artículo, cada uno es responsable de sí mismo, y en tú papel está el ocuparte de tí. Cada uno es responsable de sus acciones, sus palabras, sus errores… Por eso mismo, hay que darle también autonomía a la persona que sufre para que esta pueda tomar las riendas de su vida por sí misma. Podemos acompañar al otro, pero nunca estará en nuestras manos el “salvarlo”.
Marta F
D’aquest article m’emporto la frase “nunca seas el eslògan de nadie, porque tú eres poesia”. Sovint, costa posar límits, almenys a mi personalment, però encara costa més posar-los en persones que estimem. És per això, que l’amor, ens pot portar a fer coses que mai faríem, i a carregar-nos responsabilitats que no ens toquen, i fins hi tot, quan aquestes responsabilitats ens perjudiquen a nosaltres mateixos. És per això, que tot i que ho fem amb persone que estimem molt, i ens és difícil preguntar-nos ho hem de fer, ens hem de preguntar quina part de responsabilitat estem prenent i quina li estic aplicant a l’altre persona.
És important entendre que, per molt que estimem molt a algú, si aquesta responsabilitat ens perjudica a nosaltres, li hem de posar límits. Així doncs, si l’altre persona realment ens estima també, entendrà que estem prioritzant la nostra salut mental per davant de la seva, i això no vol dir que siguem egoistes o que ho estiguem fent malament. Al contrari, li estem ensenyant a l’altre persona a posar també límits dins seu, i a entendre que, tot allò que sigui ajudar / responsabilitzar-se d’un altre estarà bé, sempre hi quan no em perjudiqui a mi.
Aleix Concernau
Personalment, crec que és una de les situacions més difícils de gestionar, el fet d’acceptar que hauràs de deixar de fer-te responsable dels problemes i decisions dels altres, malgrat que puguis estimar molt a la persona que té problemes. Arribar al punt d’acceptar i renunciar a la idea que no podré ajudar a algú que no està demanant ajuda i que ni tan sols la vol, és molt dur. De les quatre idees que proposa l’article al final (honestedat, obertura, voluntat i sentit) crec que la que més em costaria seria l’obertura, pel fet d’haver de canviar creences que em puguin estar limitant… pot semblar fàcil i es diu aviat, però ha de ser molt complicat. En qualsevol cas, no hi ha res fàcil en aquesta vida, i si n’hi ha, aconseguir-les no saben tan bé com quan costen…
Mario
Hola, Herminia. Muy buen tema el de este artículo y que me recuerda al de manipulación y dependencia. Me quedo sobre todo con la prioridad de recordar que es aquello de mí que estoy evadiendo. ¿Qué responsabilidad de las que sí que me pertenecen estoy dejando de lado, seguramente por miedo?. I es que si nos metemos en la vida de otro es porque hay algo de la nuestra que nos deja insatisfechos. De otra manera, podríamos mirar los problemas con más distancia, sin que la vida del otro sea tomada como la propia, algo que solo intoxica la relación y la salud mental de ambas personas. Algo que también me llevo y que es de vital importancia seguir repitiendo, es el hecho de ponerse a uno mismo los límites. Porque poner límites a los demás es algo que parece que se instala en la mente de todos a razón de la educación autoritaria que caracterizaba nuestra especie en épocas anteriores. La cultura que se nos ha transmitido apoyaba la educación (si es que se puede llamar así) de valores como el control y la dominación, que eclipsaban la salud mental de personas que eran clasificadas en jerarquías inferiores, sin ir más lejos, los infantes y adolescentes.
Aina Borrell
Quantes persones s’han trobat en la situació d’estimar a algú i justament per això, perquè vols el millor per aquesta persona, voler que canviï. No només voler-ho, sinó que intentar-ho. Estar constantment intentant influir a l’altra persona, per salvar-la podríem dir? El text exposat m’ha recordat a totes aquelles persones que adopten un rol de salvador dins les seves relacions, i lo important que és, a vegades veure fins on arriba allò que volem controlar. Resulta retòric, ja que mentre intentem controlar algo que s’escapa del nostre abast (com es comporta l’altre, per exemple), el que realment està passant és que estem cedint el control de la nostra vida a aquesta tercera persona.
Irene Lacal
Aquest article m’ha recordat la importància de treballar en el desenvolupament d’habilitats d’autocura i en la comprensió que no poden assumir tota la responsabilitat de la recuperació o benestar de l’altra persona. També m’ha recordat la importància d’abordar els desafiaments emocionals i relacionals que sorgeixen en estimar a algú amb problemes, i m’ha motivat a desenvolupar estratègies terapèutiques efectives per a ajudar a les persones a navegar per aquestes situacions de manera saludable i constructiva.
Gal·la
Bonita lección de vida: Cada persona es responsable de sí misma.
Me hace pensar en una metáfora que explicó hace tiempo en las redes sociales Teresa López, una creadora de contenido. Hablaba de la llamada «teoría de las parcelitas». Básicamente, viene a decir que cada uno de nosotros tiene su propia parcela interior. Dentro de nuestra cabeza, tenemos un terreno pequeñito que debemos cuidar de manera individual, regar y decidir qué plantar en él. Cada uno puede tener su parcela como desee, con flores, con malas hierbas, con enanitos, con una barbacoa…
Debemos encargarnos de diseñar nuestra parcela a nuestro gusto, limpiarla si así lo deseamos, regalarla si queremos tener plantas, incluso asfaltarla si nos gusta el cemento. La idea es cultivar en nuestra mente los comportamientos que nos hacen sentir bien. Sin embargo, no debemos meternos en las parcelas de los demás para decirles qué hacer o cómo ordenar o limpiar la suya. Desde afuera, podemos tener una clara idea de lo que haríamos con ese terreno, pero en realidad no sabemos cuán fértil es la tierra, si a esa persona realmente le gustan las flores o si quiere cambiar algo de cómo la tiene.
Cuando alguien nos pregunte qué haríamos en su parcela, podemos aconsejar, pero jamás debemos adentrarnos en ella, sacar la pala y el rastrillo, tocar sus tierras, sembrar nuestras semillas y esperar a que florezcan nuestras ideas. Solamente debemos asomarnos a su verja y contar cómo lo gestionaríamos nosotros, pero desde lejos, respetando su espacio y su tiempo. ¿Por qué? Porque así no nos olvidaremos de nuestra propia parcela. Pasar el día trabajando en las parcelas de los demás y luego llegar a la nuestra para encontrarla hecha un desastre no es una buena opción. Así que, vamos a regar, a plantar y a quitar malas hierbas de nuestras propias parcelitas.
Sofía
Un tema muy interesante y que me ha hecho reflexionar. El amor está sujeto a muchos mitos, creencias que nos pueden llevar a ceder a nosotros mismos por el bienestar del otro, a responsabilizarnos de ese bienestar y a creer que debemos aguntar situaciones por “Amor”. El amor nos mueve, pero a veces nos hace nadar a contracorriente. Intentamos abordar incluso lo que se nos escapa, bajo el ideal de entrega, tratamos de cumplir con unas responsabilidades que socialmente se asocian al amor. De lo contrario se nos tacharía como bien he leído de “Malas personas”. Asumir estas responsabilidades es inconcebible, no depende de nosotros. Debemos tomar consciencia sobre los límites de lo que podemos manejar. Personalmente me he visto envuelta muchas veces en estas situaciones y me ha ayudado siempre pararme ante el problema y pensar: ¿Hasta que punto esto depende de mí?.
Ariadna
Hermínia, n’estic molt agraïda per les teves paraules i per tractar temes que sovint no es tenen tant present com haurien.
Partint de la base que totes les relacions interpersonals impliquen donar i rebre, tenir cura i deixar-nos cuidar, opino que les relacions més sanes es troben basades en l’acompanyament i el suport mutu. Com dius, no han de concebir-se pas des d’una mirada de responsabilitat. Sovint la responsabilitat comporta culpa, si les coses no es desenvolupen com havíem desitjat.
Per altra banda, és cert que el límit entre tenir cura i cedir inconscientment en acceptar càrregues que no ens pertoquen, sovint és difús. Considero que cal un molt bon treball autònom per a conèixer limitar la nostra disponibilitat física i emocional, citant les teves paraules: per a liderar la nostra pròpia vida.
En el cas esmentat mare-fill puc arribar a percebre un control recíproc derivat de l’amor incondicional: on la mare és controlada per la necessitat de voler ajudar i el fill és controlat per l’ajuda rebuda.
Estrella Azagra
Considero que ante esa voluntad de querer cubrir las necesidades de los demás (pareja, hijos, padres, etc) deberíamos cuestionarnos y reflexionar: “¿qué me preocupa de esta situación?”, “¿con qué emoción conecto?”, “¿dónde quedo yo cuando intento controlar al resto?” o “¿qué me digo a mí misma si no las cubro?” (o ¿qué juicios me hago?). Está claro que cada persona es responsable de sí misma. Sin embargo, es importante tener en cuenta que ser responsable de uno mismo no implica aislarse de los demás o ignorar nuestras responsabilidades hacia los demás. A medida que interactuamos con la sociedad y las relaciones humanas, también tenemos responsabilidades hacia los demás, como tratar a los demás con respeto, cumplir nuestras obligaciones y contribuir al bienestar colectivo.
El responsabilizarse de uno mismo al amar a alguien que tiene problemas implica cuidar de tu propio bienestar, establecer límites saludables, enfocarte en tu propio crecimiento y aceptar tus limitaciones. Al hacerlo, puedes mantener un equilibrio saludable en la relación y brindar apoyo de manera más efectiva sin comprometer tu propio bienestar.
David Noé
Moltes gràcies Hermínia, una vegada més, per compartir amb nosaltres aquest petit tastet de vida. I és que durant molts anys, l’estimar ha tingut un regust agredolç quan sentia el patiment d’algú íntim i proper, com si l’alegria, el riure, i el benestar constant fossin part del pacte implícit de l’estimar, on la lletra petita indiqués aquesta responsabilització de l’altre, però, i quin compromís prenem amb nosaltres mateixos? Sento que responsabilitzant-nos així de l’altre, a vegades volem ser el vaixell que l’ajudi a surcar els mars i evitar que s’enfonsi, però inconscientment, potser l’estem allunyant d’aprendre a nedar. D’altra banda nosaltres, confem que tenim la força d’un vaixell, quan realment som fets del mateix que l’altre, nedadors també. Quan confiem poc en que l’altre és capaç de sortir-se’n per si mateix, ens el carreguem a les espatlles, pensant que el que necessita l’altre és arribar al destí, quan el que realment li cal és poder desenvolupar la força i la tècnica per aprendre a nedar sol, un camí que podem fer junts però no podem fer per l’altre.
Amanda Martín
En mi propia experiencia, sí que he experimentado este miedo a no poder controlar ni solucionar los problemas que tienen seres queridos, pero al fin y al cabo, uno toma conciencia de que ha de liderar su propia vida, la cual sí es su responsabilidad, y en los casos de estos seres queridos con problemas, en mi caso lo mejor que puedo hacer por ellos es acompañarlos y que sientan que pueden ser escuchados por alguien de su entorno si así lo necesitan, pero son ellos quienes deben ejercer el cambio necesario en su vida para poder gestionar aquellos problemas, ya que ellos son los únicos responsables de su propia vida. Es el establecer y tomar conciencia de los límites de nuestra responsabilidad, y de lo que sí depende de nosotros. También, me parece muy interesante y de mucha ayuda para quienes pasen por estas situaciones, el preguntarse «¿qué necesitas tú para ocuparte de ti mismo?», porque al preocuparnos tanto por el otro, dejamos nuestra propia persona en segundo plano desatendida.
Aida Prat
La reflexió que em suggereix d’aquest article és que l’estimació o l’amor en si mateixos no són dolorosos, ja que aquests són sentiments que ens nodreixen ens engrandeixen, i, en el seu estat més pur, impliquen l’Acceptació de l’altra. Per tant, l’estimació o l’amor, els visc com un desig d’equanimitat amb la persona estimada, un estat genuí sense projecció de les pròpies necessitats. Aquest afecte requereix, l’acceptació de l’altra persona i amb això no vull dir que accepti o em responsabilitzi del que fa o del que li passa, ni que em faci càrrec dels seus conflictes i problemes. L’amor, l’estimació impliquen compassió i el gest d’allargar la mà.
Aleix T.
Querer a alguien que tiene problemas y no ser tu quien se haga responsable de ellos… Realmente, es un tema de mucha enjundía. Creo que todos podemos sentirnos identificados al respecto. A veces se hace difícil conjugar amor con «saber cuál es tu lugar» por decirlo así. Me refiero, hacerte responsable de los problemas de un ser amado no es tu lugar. Tu lugar, como muy bien comentas Hermínia es hacerte responsable de tus problemas, de tu vida. Y este es un trabajo personal e intransferible que todos y cada uno de nosotros hemos de realizar por tal de convertirnos en personas maduras. Pero, como iba diciendo, por algun motivo que desconozco, en muchas personas hay la necesidad de hacerse cargo de los problemas del ser amado. Y supongo que es natural. A nadie, que yo conozca, le gusta que sus seres queridos padezcan. Todos anhelamos el bienestar. En pocas palabras, si queremos nuestro propio bienestar porque nos queremos, ¿cómo no vamos a querer el bienestar de esas personas que amamos? Pero, una vez más las cosas son como son y no como nos gustaría que fueran, y resulta que tú no puedes llegar a solucionar los problemas de otro (al menos directamente) por mucho que intentes hacerte cargo de ellos (a parte de que lo más probable es que fracases en el intento). Así que, la vida nos plantea un súper reto, aprender a amar sabiendo que en el fondo el amor consiste en reconocer que tu te mantienes en una habitación que puedes ordenar y decorar a tu gusto, y que esa persona que amas tiene su habitación que también puede diseñarla y hacer con ella lo que quiera. Quieres entrar en la habitación del otro para poner cada cosa en su sitio y así liberar a esa persona del dolor y del caos, sin embargo eso no está permitido. Solamente esa persona tiene el poder de hacer con esa habitación lo que ella crea oportuno. Y, bien visto, ¿no es más justo que así sea? Que invasión más descarada de su privacidad si fuera de otro modo, ¿no crees?
En fin, gracias por tu artículo Hermínia, ha sido muy interesante reflexionar sobre este tema.
Herminia Gomà Quintillà
Excelente y profunda reflexión Aleix. Te felicito por tu compromiso con tu formación.
Aloma Alenyà
hola HErmínia, gràcies per les teves paraules una altra vegada. Aquest cop sí que m’he vist molt reflexada en l’article. Un dels punts que comentes al final sobre imaginar-se com seria la vida sense aquesta persona és una cosa que he fet algunes vegades ara que poso més atenció en mi mateixa. Trobo que és un exercici poderós adonar-se quan la teva manera de ser i de viure canvia amb o sense aquesta persona al costat. Tinc la sort de poder compartir la meva vida amb persones que es fan bastant responsables de sí mateixes, i és una dinàmica que jo també intento mantenir. Com bé dius a l’article, per molt que ens queixem del comportament de l’un o de l’altre al final els protagonistes no deixem de ser nosaltres i som la peça que podem canviar. En aquest cas, el coaching pot ser de gran utilitat per poder acceptar la situació present i entendre que per molt que vulguem ajudar algú, nosaltres som responsables de com ens sentim en relació a com esperem condicionar l’altre. Renunciar a aquest control, mantenint el desig i l’amor crec que és el punt clau: acceptar-nos a nosaltres mateixes i seguir treballant-nos per conèixer-nos i mantenir unes relacions funcionals i sanes.
Judit
Cuando leía este artículo, en especial la frase: “no hacer lo que les pedían, los demás las convertía en malas personas, malas madres, malas hijas, malas parejas”, no he podido evitar pensar en el síndrome de la niña buena y en todas las cuestiones de género le acompañan. Dejo un link a un artículo que resume muy bien este “síndrome”: https://lamenteesmaravillosa.com/sindrome-nina-buena/.
La tentación de hacer las cosas por los demás cuando creemos saber que es lo que es bueno para ellos nos puede impedir ocuparnos de nuestros asuntos y dejar que los demás se hagan cargo de los suyos. Por eso me ha parecido tan interesante la intervención escrita en el artículo: eres tú la que está en esta sesión, eres tú la que quieres el cambio, ¿qué necesitas tú para ocuparte de ti misma?
Laia Llobet
Este artículo me hace reflexionar acerca de la fuerza que tiene el amor, y de cómo nos puede llegar a controlar o cómo hacemos cosas que no haríamos si no sintiéramos amor. Muchas veces centramos nuestro malestar en lo que hace el otro, pero realmente, lo que hace el otro no es lo que nos genera el malestar. Es como interpreto, como reacciono, como me siento acerca de lo que hace, lo que me hace estar mal. En el artículo hay una frase que me gusta especialmente, “Hay un momento muy doloroso y a la vez liberador, cuando la persona toma la decisión de renunciar. Aceptar y renunciar a la idea de que no puede ayudar a alguien que no le está pidiendo ayuda ni la quiere.” Llega un momento en que tienes que reflexionar y ver si esa persona quiere ayuda, porque no puedes ayudar a alguien que no quiere que le ayuden. Y aquí, como dice la frase, duele apartarnos pero realmente es liberador ya que te quitas un peso de encima que es muy importante, porque por mucho que hagas no pasa nada.
Las relaciones son bidireccionales, y se establecen entre mínimo dos personas. Cada una de estas tiene una responsabilidad en el cuidado de la relación, pero normalmente confundimos lo que es nuestra responsabilidad con la del otro, y cojemos parte de su responsabilidad. Cargar con la responsabilidad del otro es pesado ya que es como hablar con una pared, porque no tengo poder sobre sus responsabilidades. No es fácil darse cuenta, pero cuando lo haces, es liberador.
Termino mandando un abrazo y muchos ánimos a aquellos que estén pasando por una situación similar.
Ivan
La verdad que personalmente no me he sentido reflejado ni me han resonado los casos, pero si que conozco familiares y amigas/os que han estado en situaciones similares o prácticamente idénticas, al igual que también se o por lo menos pienso que no tienen las herramientas suficientes para enfrentarse o no las han demostrado. Pero el poder enseñarles este artículo y que se planteen todas estas cuestiones y sugerencias, me parece muy necesario. Entender que hay veces que es mejor no actuar, porque aunque parezca que lo hagamos por su bien, quizás no es lo que le venga mejor en esa situación.
Alicia A.
Me he sentido identificada leyendo algunas partes de este artículo. Me ha hecho reflexionar a cerca de la necesidad de poner límites en las relaciones, y de las consecuencias que tiene no ponerlos. A veces nos responsabilizamos (y vemos como una obligación hacerlo) de los problemas de los otros y del bienestar de ellos, aún cuando hacerlo nos está perjudicando a nosotros mismos, a nuestra vida y autonomía. Pues se puede dejar de responsabilizarse de los problemas ajenos sin ser egoísta, se puede realizar un autocuidado y pensar en nosotros mismos y en nuestras vidas sin dejar de preocuparnos e interesarnos por los demás. Se puede cuidar del prójimo sin dejar de cuidarse a sí mismo.
Me ha gustado mucho y destacaría la frase del primer vídeo: “Nunca seas el eslogan de nadie porque tú eres poesía”.
Gracias Herminia por esta reflexión y por todas las preguntas, las cuales creo que son realmente útiles e interesantes de trabajar.
Fatima Z.
Cuando vienes de un entorno en que las personas tienden a responsabilizarse mucho de los demás, de querer controlarlos y no responsabilizarse de lo suyo, de tener expectativas de agradecimiento, de cambio… es muy difícil luego ver hasta que punto una persona está ayudando a los demás y no responsabilizándose de ellos. Este artículo resuena mucho conmigo, he aprendido a lo largo de los años que siempre he de estar disponible para ayudar a los demás, de estar atento a ellos, pero a la vez a no tenerme en cuenta a mi misma, de no quejarme mucho.
Este artículo me ha ayudado a estar más segura del camino que estoy tomando, de dejar de sentirme culpable por cuidarme más a mi misma y de no cargar con los problemas de los demás. Y no solo eso, sino que este artículo me ofrece una herramienta fundamental para los procesos terapéuticos con mis pacientes.
Adriana Rubí
Aquest article em fa pensar en la importància d’aprendre i saber posar els nostres propis límits a l’hora de relacionar-nos, no només en relacions amoroses, sinó totes aquelles que impliquen un vincle emocional i, per tant, una responsabilitat afectiva cap a l’altre i cap a tu mateixa. Ja que, sí que penso que ha d’existir responsabilitat afectiva en les relacions interpersonals, però no per això els problemes de qui tens davant han de col·locar-se en tu o sota la teva responsabilitat, perquè crec que és quan es passa aquest límit on moltes vegades apareix la culpa.
Les preguntes que es plantegen en aquest article m’han semblat molt interessants. En tant que, moltes vegades quan vivim una situació on ens sentim culpables és perquè (sense saber-ho en el moment) estem traspassant aquest límit i estem deixant de tenir en compte les nostres pròpies necessitats o benestar per centrar-nos en el de l’altra persona. Reflexionar sobre aquestes preguntes m’ha permès anar a situacions passades i col·locar-me a mi en el centre per poder fer un canvi de perspectiva de la situació, veure-la des del meu punt de vista, des de les meves necessitats i creences.
Iris Mulero
Aquest article m’ha ressonat molt en algunes situacions de la meva vida les quals m’hagués anat bé haver-me preguntat quina part de responsabilitat estic prenent i jo quina li estic aplicant a l’altra persona, ja que actualment són preguntes que a teràpia m’han ajudat a adonar-me’n que m’aplicava responsabilitats errònies i no realistes d’altres persones, i això em limitava en certs aspectes de la meva vida. Tot i que no és fàcil adonar-te’n d’això, igual que tampoc és fàcil renunciar a la idea de voler ajudar a alguna persona important per tu, és molt difícil deixar de pensar que podria estar fent alguna cosa per aquella persona, que l’hauria d’ajudar, hauria d’insistir… però a la que te n’adones de la realitat, de fins quin punt és la teva responsabilitat, veus que fins i tot així l’estàs ajudant més, apartant-te en certa manera.
Helena
Cuanto dolor crea querer cambiar a la otra persona, cuanto dolor crea la no aceptación. Yo en varias ocasiones me he encontrado en esta tesitura, al final ves como tu puedes hacer hasta un punto (tu zona de control) y lo que ya no puedes cambiar se tiene que aceptar y en la medida posible, decidir que hacer si seguir con la relación (cambiando el chip y no tomándoselo personal), o bien, distanciarte. Entiendo, que en este proceso si tu no te has trabajado tu »responsabilidad» y la del otro puede costar. Muchas veces actuamos de forma inconsciente, repetimos viejos patrones, por tanto, es importante tomar consciencia de cuáles son. También, otro aspecto que lo puede dificultar es que en estas relaciones, puede haber cierta manipulación y dependencia.
También me gustaría reflexionar sobre el aspecto de que tu madre/padre es la persona que aparentemente te hace daño. Creo muy importante, antes de elaborar tu responsabilidad, elaborar el dolor. Opino que hay un gran dolor detrás de esto, observar como la persona que te tiene que proteger nos genera dolor, cuesta más de aceptar, en comparación en una persona más lejana. Por esta razón, opino que hasta que no sanemos esas emociones, esa herida no podremos llegar al perdón, y una vez al perdón ver que se hace con esto. Es algo que tiene su proceso, cada persona tiene el suyo y creo que se tiene que tratar con mucho amor, mimo y mucho NO juicio.
Alba Alcaraz
Tener introducido ese patrón de responsabilizarse de los problemas de los demás como si fuesen propios actuando en base a ellos y sintiendo culpa cuando no se está pendiente es una forma de olvidarse de uno mismo. Es, como aparece en muchos de los artículos, otro ataque más a la autoestima. Lo del otro pasa a ser el centro relegándonos a un segundo plano, como si nuestras preocupaciones, alegrías y vivencias en general no fuesen importantes.
Opino que, crecemos muchas veces en base a los demás. Te pueden comparar para bien o para mal en casa, pueden hacer lo mismo en la escuela, en una extraescolar… son comentarios que parecen inofensivos pero que echan raíces y terminan marcando un patrón de pensamiento y actuación dañinos. Cambiar la mirada del exterior al interior es un proceso difícil, largo, repleto de tomas de conciencia dolorosas al ver dónde estabas quedando tú cuando te centrabas en los demás, pero emprender ese camino es cuidarse, responsabilizarse de lo propio que es lo único sobre lo que realmente podemos actuar.
Me llevo la frase de la película 28 días: “Nunca seas el eslogan de nadie porque tú eres poesía”
Lidia Z.
Como paciente me he sentido muy reflejada con este artículo. Recalco la importancia de saber dónde están tus límites y saber ponerlos en práctica. Cuando nos adueñamos de responsabilidades que no nos pertocan, nos sobrecargamos a nosotros mismos y arrebatamos la autonomía de la otra persona. Es bastante habitual encontrarte a personas a tu alrededor que se sobrepreocupan y se sobreimplican en lo ajeno, muchas veces por puro aprendizaje en la infancia, porque quizá han tenido que hacerlo en algún momento por supervivencia. Es muy interesante el juego de expectativas que tenemos sobre los demás y sobre nosotros mismos. ¿Desde dónde hacemos las cosas? ¿El motor es querer ayudar al otro o saciar nuestro ego o nuestra necesidad de salvar a los demás? ¿Implicarnos en una problemática ajena nos va a arrastrar con ella? ¿Si es así, por qué lo hacemos? Qué importante es el autocuidado para, entre otras cosas, aprender a cuidar de forma sana de los nuestros.
Ruth
Aquest article m’ha fet reflexionar sobre a importància de no responsabilitzar-se d’allò que no depèn d’un mateix. Moltes vegades rebem les accions dels altres com injustes o negatives, deixant que aquestes passin a protagonitzar la nostra vida, però lo interessant de tot això és que realment no podem fer res al respecte.
Un aspecte que considero imprescindible a l’hora de fer un canvi de paradigma (canviar el focus atencional, molt necessari per mantenir una bona salut mental) és ser conscient de que no podem canviar el que els altres facin, sinó que el canvi està en la manera en la que reaccionem nosaltres davant d’aquestes accions.
Aquest fòrum pot ajudar a molts dels propers de persones amb problemes, ja que dona varis punts clau per identificar conductes o situacions en les quals se solen responsabilitzar i fa reflexionar envers la necessitat de fer-ho, donant varies alternatives més sanes, centrant a la persona en ella mateixa.
Hanna Domínguez
Como también se comenta en el texto, no es nada fácil renunciar a la idea de querer ayudar a alguien a quien queremos. Muchos habremos reconocido la frustración de no poder ayudar a alguien que (al menos bajo nuestro criterio) lo necesita a todas luces…
Mientras leía, no dejaba de pensar algo que tengo claro desde hace mucho tiempo: «para que alguien cambie, tiene que querer cambiar», y lo pensaba sobre la persona en cuestión a la que intentamos ayudar, pero después a medida que avanzaba en el texto y se iba dirigiendo cada vez más el foco a uno mismo, he empezado a aplicarme el cuento. A darme cuenta de que «para uno cambiar algo, también tiene que querer cambiarlo», y cambiar la idea de ayudar/cuidar/salvar/proteger a un ser muy querido por la idea de responsabilizarse de uno mismo, hay que querer hacerlo.
Me parece un acto de amor propio, madurez y responsabilidad mayúsculo, pero me surgen dudas. ¿Qué pasará con la preocupación? ¿Qué pasará con el miedo? Y según el caso, ¿qué pasará con la tristeza por ver al otro errar?
Imagino que la decisión de priorizar responsabilizarse de uno mismo se construye resolviendo las consecuencias de tomarla cuando lleguen, y haciéndonos cada vez más hábiles en querernos y cuidarnos. Es un trabajo, pero es necesario.
Por último, me gustaría diferenciar el autocuidado del egoísmo. Priorizarse de vez en cuando y dibujar límites por la propia integridad, no es ser egoísta, es cuidar de nosotros mismos. Si la otra persona en algún momento toma la misma decisión que hemos tomado nosotros de cambiar aquello que la limita o perjudica, podremos estar para (esta vez si) ayudarla.
Pol Querol
Creo que casi todos nos hemos encontrado en una situación en donde algun ser querido ha actuado de forma diferente o ha obrado de un modo que uno considera incorrecto, pero no por eso significa que esa persona este equivocada.
Al final cada uno tiene su vida y se tiene que entender su perspectiva, aunque creamos que vamos a mirar lo mejor para esa persona quiza no es lo que en ese momento necesita y por eso actua de esa forma.
No puedes dejar que lo que hagan los demás te suponga un rompecabezas.
He estado en esta situación muchas veces con gente muy cercana pero al final solo quieres que sean felices y tienes que acabar dejando que obren del modo que necesitan.
Elena Charle
Este articulo me hace recordar a cuando una amiga estaba entrenado a una depresión y yo la quería ayudar pero no sabia como, solo me decía a mi misma: «no la entiendo», «no la puedo ayudar», «que mala amiga soy»… entonces cuando estaba con ella solo la escuchaba y no decía nada porque sentía que no era capaz. Además, con la carrera de psicologia que había estudiado me sentía muy frustrada en no poderla ayudar. A veces nosotros mismos no nos podemos exigir ayudar al otro porque ellos mismos no saben que les ocurre, no quieren cambiar o no se dejan ayudar. Por eso no nos tenemos que autocastigar en nosotros mismo en poder ayudar a los demás porque a lo mejor ellos no quieren.
Me ha gustado la frase del articulo «El cambio está vinculado a ser conscientes de que mientras nos involucramos con el otro y con su problema estamos evadiendo la responsabilidad sobre nosotros mismos».
Eva Palleiro
Durante toda la vida nos educan a ir hacia fuera. A competir con el otro. A fijarnos en lo que está haciendo el de al lado y para algunas personas esto ya se convierte en un patrón. Nos venden una falsa sensación de seguridad exterior, si consigues X título, si tomas X medicamento, si tienes X situación personal conseguirás X seguridad. Cuando simplemente es una ilusión puesto que la seguridad como otras muchas emociones que queremos obtener es un estado mental que va de dentro hacia fuera no al revés. Se nos hace creer que control = a seguridad y aprendemos esto de nuestros padres, incluso de nuestros líderes políticos, medios de comunicación etc. Si encima tenemos heridas de infancia de tipo ansioso aún incrementa esta necesidad de sentir seguridad mediante el control.
Es un proceso muy introspectivo y potente el de sanar ese mal estar en relación a irse siempre hacia fuera. Porqué si deshabitamos nuestro cuerpo físico, si no hay presencia, si dejamos nuestra casa vacía…¿Quién está haciéndose cargo de ella?
Joan Salmerón
Després de llegir l’article he estat reflexionant sobre la importància de saber mantenir la distància òptima relacional, entre els problemes de la relació, els problemes personals de cada component i la relació com a tal.
A vegades és difícil saber trobar el límit d’on cau el problema de la persona o el problema relacional. Quan una persona està en un moment vital amb certes ansietats, certes preocupacions o símptomes depressius és habitual que els problemes acabin sorgint dins de la relació, amb la consegüent preocupació per part de l’altre membre de la relació. La sobre implicació, el no saber deixar l’espai adequat perquè la persona es desenvolupi i resolgui els problemes pot portar conflictes relacionals molt potents per part de les dues bandes, inclús creant dinàmiques i rols amb uns patrons completament tòxics.
Crec que l’article deixa reflexions molt bones per poder meditar si et sents reflectit en algun dels casos que explica, reflexions molt encertades per encaminar una solució, començant per la identificació de la pròpia problemàtica i els sentiments que això desperta en els membres de la relació.
Penso que tots ens podem veure identificats amb certs patrons de conducta, o veure a algú proper a nosaltres reflectit en el discurs plantejat a l’article. Així doncs, penso que en aquest sentit pot ajudar a molta gent a tirar endavant, o com a mínim a identificar el problema i saber demanar ajuda professional.
Gràcies per llegir.
Paula Martínez
Cuando leí el titulo del articulo se me removieron muchos sentimientos. Durante 2 años de mi vida, tuve problemas de ansiedad y depresión bastante severos. En aquel momento tenia pareja. Su forma de actuar al principio era estar constantemente pendiente de todas mis necesidades. Cuando empecé la terapia con el que es mi psicólogo a día de hoy, lo primero que le dijo fue que se preocupara lo justo, es decir, que se preocupara de ayudarme pero no de salvarme. Yo al principio no lo entendida, de hecho hasta llegué a pensar que ya no me quería. Con el paso del tiempo y de las sesiones, me he ido dando cuenta de que, yo veía bien que el me salvara porque ha sido y es mi forma de relacionarme con las personas que quiero. Yo tengo la necesidad de tener mi vida bajo control, pero también la del resto. A mi psicólogo siempre le digo que para mi las relaciones son como hilos sujetados por pinzas y que yo tengo la necesidad de estar pendiente constantemente de que ninguna pinza se suelte, de hecho, antes de que se caiga la pinza, ya estoy sujetando el hilo con la mano.
De hecho, a veces, me siento agotada emocionalmente respecto a mis relaciones, porque tengo la sensación de que para que todo este bien, para que yo este bien y esa persona también lo esté necesito estar pendiente constantemente.
Cuando tomé consciencia de esto, me di cuenta de que mi psicólogo me estaba enseñando a fluir, y necesitaba que mi pareja también lo hiciera, para que la relación pudiera seguir su curso natural y que ni el ni yo nos colocáramos en el rol de salvador del otro.
La relación que vivimos fue un proceso con un trabajo enorme por mi parte, pero siempre estaré agradecida de haber podido aprender como me he estado relacionando hasta ahora y poder hacer algo para cambiarlo. A día de hoy me sorprende creer que alguna vez pensara que no me quería, de hecho, el esfuerzo que hizo fue para poder quererme bien. Ojalá con el tiempo aprenda yo también a querer y quererme así de bien.
Belén Granell
Es muy importante no dejar extrapolar el problema de la pareja al propio. Últimamente me estoy leyendo un libro que habla constantemente de la importancia de que cada uno tenga su intimidad y su espacio vital, es por eso mismo que destaco la importancia de no hacer los problemas del otro, como propios.
“¿Cubrir las necesidades de los demás significa ser una buena pareja, un buen padre, una buena hija? ¿Se trata de verdaderas necesidades?”
Des de mi punto de vista, considero que por muchos intentos hagas por ayudar a una persona que amas, si esa persona se quiere equivocar, lo hará. En repetidas ocasiones nos desvivimos por los demás con la esperanza de que entiendan que solo queremos ayudarles. Muchas veces lo harán, pero muchas otras no; es en este punto cuando debemos dejar ir, dejar que se equivoquen, ya que los únicos que se podrán dar cuenta del propio error son ellos mismos.
Decir que todos, seguramente en alguna ocasión nos hemos sentido así. El dejar ir y aceptar que cada persona es responsable de su vida no es una tarea fácil. Terminamos haciendo el problema nuestro y no solo llevamos nuestra mochila en la espalda, sino que cargamos con la propia y la de la persona que amamos. Ir a terapia es una solución óptima para este problema.
A las primeras cuestiones que se plantean en el artículo, yo tengo una clara respuesta. En este momento yo no me encuentro en la posición de querer cambiar, ya que hace un par de años me encontré en la situación de cargar con los problemas de mi pareja. Como he comentado anteriormente, deje ir, me centre en los míos propios y pude generar un gran cambio en mí.
Aun que hice un cambio en su momento, sí que hay alguien en mi vida que me preocupa excesivamente, esa es mi madre. La problemática en la que se encuentra genera mucha angustia en mí, pero quedándome con la angustia no podre hacer nada al respecto. Esto ha afectado en mi vida durante muchos años, pero con paciencia he conseguido ayudarla de la mejor manera posible y entendiendo que yo no voy a ser la causante de su cambio y aceptarlo, me ha hecho vivir más tranquila y en paz.
Sinceramente, me ha gustado muchísimo este artículo, ya que no hace mucho me veía en esta situación. Cuesta darse cuenta de que acarrear el problema del otro no sirve de nada positivo. Pero cuando lo haces y, como he comentado en repetidas ocasiones, dejas ir, sientes una gran liberación.
iris
sovint és difícil no responsabilitzar-te dels problemes d’alguna persona molt propera. Mirant-ho de manera freda, ens preocupem i això provoca un malestar dins nostre. La manera d’alleugerar-lo es modificant el comportament de l’altre.
Sovint ens costa veure les coses des de altres perspectives. Creiem que les nostres maneres de funcionar i decisions són les més adequades. És important obrir la ment i adonar-nos que si no t’està demanant explícitament ajuda, ella ha pres la decisió i és responsable de els seves conseqüències. Per exemple, quan era jove em molestava que les meves amigues fumessin. Les feia els típics comentaris de «sou conscients del que feu?», «us esteu matant i arruïnant a costa de res.»… I òbviament, el meu judici no tenia cap mena de impacte (ara totes fumen). Elles havien pres aquesta decisió de manera conscient, no són persones estúpides. Per aquest motiu de vegades cal que aprenem a respectar a les persones com a capaces de prendre bones decisions, independentment de si ens ho sembla a nosaltres. Ara bé, això no significa despreocupar-te. Cal diferenciar informar o aconsellar amb jutjar de manera repetida, amb l’objectiu de prendre control de la seva decisió.
Sara Cano
Gracias por darnos la oportunidad con este post de cuestionarnos desde donde estamos amando, y donde quedamos nosotros en ese ejercicio.
Para mi, el amor existe cuando dar y recibir es mutuo y recíproco por las dos partes de la relación, incluyendo el que se trata de uno mismo durante la relación. Todo lo demás, deja de ser amor, y fomenta otro tipo de relaciones desproporcionadas e incluso llegando a ser gestionadas desde la toxicidad, manipulación y dependencia.
Me he encontrado en esta situación, en querer «salvarle» la vida a otra persona, sin darme cuenta que estaba perdiendo la mía propia. Y leyendo el post, ademas del proceso en el que me encuentro, estoy tomando conciencia de muchas cosas, entre ellas, que cuando empezamos a responsabilizarnos de la vida del otro, dejamos de responsabilizarnos de la nuestra. Y nadie, absolutamente nadie, va a devolverte a ti mismo salvo tu. Nadie va a «salvarte» si primero no te das la mano e identificas y aceptas la situación en la que te encuentras. Es entonces cuando realmente estaremos preparadxs para encontrarnos de nuevo.
No escogemos de quien nos enamoramos, pero si podemos escoger cómo hacerlo. Dejando a un lado el apego y priorizándonos primero a nosotrxs y a nuestro mundo emocional. Y preguntas y tareas como las que plantea el post, hace tomar conciencia de donde está el punto de partida de este proceso, y sobre todo qué es lo que depende de nosotros y cómo responsabilizarnos.
«Crecer es aprender a soltar»
Judith Molinos
Me ha parecido muy interesante este artículo. Cuando tenemos una relación con una persona que tiene problemas es importante tomar conciencia de que si nos imvolucramos plenamente con esa persona y con sus problemas, lo unico que conseguiremos en muchas ocasiones es dejar de lado nuestras propias responsabilidades. Hay que saber darse cuenta de que cada persona es responsable de su vida, por lo tanto, bo podemos permitir que los problemas de otros nos consuman o perjudiquen nuestra vida.
En algunas ocasiones cuando hablanos de personas tóxicas, sí veo necesario y conveniente alejarse de ellas y no tener ningun tipo de relación, ya que ese tipo de personas no suelen aportar nada bueno SIn embargo, cuando hablamos de personas con problemas no hay que alejarse de ellas, sino saber gestionar esa situación y poner nuestra salud mental y nuestras responsanilidades por delante. No hay que vivir las responsabilidades de otras personas como si fuesen nuestras.
Paula Lucas García
No puc sentir-me més representada en aquest article, de fet, vaig iniciar a teràpia a l’Institut gomà per això. Estimar des de la preocupació i la culpa, no és estimar bé, es estimar i no estimar-se mai. És una ansietat constant per un control no existent. Estic encara treballant en això, costa moltíssim desfer-se de maneres d’estimar que hem perpetuat des de petits però sí es pot canviar.
Prendre consciència del problema, com bé és diu, és sempre el primer pas.
M’agradaria també aportar una opinió personal envers el títol de l’article. Hi ha vegades que les relacions construïdes són sanes però estimar a algú que té problemes és molt dolorós i s’ha d’estar preparat per posar a proba la paciència i empatia, però sobretot l’autoestima. S’ha d’estar fort per no caure en el mateix forat de la persona que estimem i per això, crec, que encara que la persona amb problemes comenci a anar a teràpia, l’acompanyat podria anar-hi també, perquè estar sempre minimitzant els problemes d’un per poder prendre cura de l’altre, ha de ser duríssim també.
Noelia Mora
A menudo, gran parte del sufrimiento que las personas llegamos a experimentar viene dado por la creencia de que el otro hace lo que hace por mi (ejemplo: “Mi hermano siempre me está hablando mal”).
La aceptación de la situación que se está viviendo, pasa por dejar de luchar contra lo que el otro hace o deja de hacer y asumir que lo que el otro pueda hacer nada tiene que ver conmigo (ejemplo: “Mi hermano siempre habla mal”).
Este cambio de paradigma en el cual se omite de la ecuación la variable que tiene que ver uno mismo (conmigo), alivia a la persona porque le ayuda a aceptar la realidad y la puede ayudar a ayudar a su ser querido.
En el momento que la persona asume que el problema del otro no es personal, puede decidir si ayudarle a salir de él desde la paz que le aporta la distancia entre el otro y ella misma.
Puede resultar muy duro intentar ayudar a un ser querido con problemas, a la vez que agotador. Una forma en que podemos ayudarle es ayudándonos a nosotros mismos a vivir nuestra mejor versión: cuidándonos y viviendo el día a día des de la paz de una vida equilibrada y saludable. Comento esto porque en el intento de querer ayudar a alguien, podemos olvidarnos de nuestra propia vida, de nuestro bienestar, nuestra salud física y mental.
En cambio, cuidándonos a nosotros mismos, podemos llegar a hacer un “efecto espejo” para el otro, haciéndole tomar consciencia de cuan bonita es la vida cuando se está viviendo en equilibrio y desde el bienestar. De hecho, existe un efecto estudiado desde la terapia sistémica que defiende esta idea: cuando se da un cambio en una persona, su red más próxima percibe y experimenta también ese cambio positivo. De esta manera, a través de nuestro cambio y a partir de este, podemos influir en nuestro entorno ejerciendo un impacto positivo en las personas que queremos.
Una de las mayores dificultades que se encuentran las personas que dedican su vida a los otros es el hecho de cuidarse a ellas mismas, lo cual al mismo tiempo es básico y esencial para poder ayudar a los demás lo mejor posible.
Ayudar a alguien que queremos no puede significar en ninguno de los casos renunciar a nosotros, sino todo lo contrario: ayúdate a ti para ayudar al otro.
Maria F
Quien no se ha encontrado alguna vez haciendo suyos los problemas de alguien a quien ama, por descontado yo sí.
La palabra que me llevo leyendo este artículo es responsabilidad. Cuando cargamos con los problemas de otra persona, le damos el poder al otro y a su problema. Y es que solo cuando aceptamos que cada persona es responsable de sí misma, permitimos liberarnos del poder que tiene el otro y poner el foco sobre uno mismo. Considero importantísimo aprender a definir límites entre lo que “depende de mí” y lo que “depende del otro” y únicamente responsabilizarnos de lo que dependa de uno mismo.
Muchas gracias por este artículo y las sugerencias, me han parecido muy interesantes.
Paula Enrich
Para mi amar es cuidar. Cuidar a los demás, pero sobre todo, a uno mismo. Amar a los demás y a ti mismo. Y cuidar a los demás, no debe ser sinónimo a dejar de quererte. Herminia comenta que muchas personas aprendieron a reaccionar así en la infancia, y personalmente, considero que la psico educación en este sentido es muy pobre, además, que repetiremos los patrones que hemos observado en nuestras casas.
Por ello, también, me parece importantísima esta frase: Cada persona es responsable de si misma. Responsabilizarnos y coger las riendas de nuestras vidas. Y sobre todo, la última pregunta de Herminia te puede ayudar en este sentido, y con esta visualización, permítete una oportunidad.
Ana Sánchez
Necesito ser libre y dar libertad, cambiar mi manera de ver la vida y de relacionarme, no se puede controlar la vida ni las personas y quiero separar mis responsabilidades de la de los demás. Necesito aceptar y renunciar, aceptar que solo tengo la responsabilidad de mi vida y mis actos y renunciar a implicarme en la vida de los demás como si fuera la mía para confiar en ellos, darles la libertad y la oportunidad para que se equivoquen, se encuentren, descubran cuál es su manera de vivir y que crezcan como personas y confiar en que son totalmente capaces de manejar su vida y decidir como quieren vivirla.
Me gustaría tomar un rol diferente con una persona en concreto de mi entorno, con la que me sucede esta dinámica limitante y agotadora para poder disfrutar plenamente de nuestra relación y sacarme el peso de sus responsabilidades de la espalda para centrarme en las mías y en qué es lo que puedo y necesito hacer yo. Abrir la mente a nuevas manera de vivir.
Me ha encantado la cita de Agnes Repplier de “No es fácil encontrar la felicidad en nosotros mismos, pero es imposible hallarla en ningún otro lugar”. Ya que la felicidad proviene de nosotros, nuestra interpretación y reacción ante la vida, no de los demás.
Aplicaré las sugerencias para tomar consciencia de cuando me ocurre y que puedo hacer yo en ese momento y preguntarme que necesito.
Ana Linares Rueda
Cuando una persona sufre por los problemas de una persona que ama, se está haciendo partícipe de ese problema, haciéndolo suyo. Obviamente, cuando una persona que queremos está mal, nos preocupamos y deseamos que no sienta ese malestar, pero hemos de ser conscientes que hay cosas que no podemos controlar. Cada persona es responsable de lo que hace, siente, comporta y solo la persona que vive el problema es la que tiene que decidir cómo lo afronta. Considero que a veces confundimos las ideas de querer hacer algo y tener la responsabilidad de algo. Este hecho considero que es muy importante que se enseñe desde la infancia, ya que en el colegio no nos lo explicamos. Hay personas que viven por y para querer ayudar a los demás y sufren los problemas de los demás como si fueran propios donde además de nacer la sensación de querer controlar la situación, querer mejorarla, preocupación y malestar emocional surge la sensación de impotencia. Esta sensación la visualizo en estas ocasiones como una persona que intenta atravesar una pared una y otra vez y cada vez coge más carrerilla porque piensa que con más velocidad y fuerza, la podrá atravesar. ¿Qué es lo que pasa? Esta persona cada vez pone más recursos y se implica más en pasar esta pared (intentar solucionar los problemas de una persona) y el resultado es que esta persona se desgasta más y tiene más malestar por el choque de la pared y, además, el darse cuenta que la pared sigue ahí, que no la ha atravesado que nada ha cambiado aunque esta ponga todas sus energías.
Darse cuenta y aceptar que hay cosas que no dependen de nosotras aunque nos gustaría es un aprendizaje muy valioso en la vida
¡Muchas gracias por este artículo!
Júlia Sala Caballeria
Després de llegir l’article, m’ha vingut en ment el llibre de «Los 7 hàbitos de la gente altamente efectiva» de Stephen Covey. Concretament, els conceptes de «el cercle de preocupació» i «el cercle d’influència». Fent referència al cercle de preocupació, consisteix a identificar quins factors sobre els quals tenim control i aquells sobre els quals no tenim control i que per tant difícilment podrem modificar. Aquesta tècnica ena ajudarà a veure què és el que depèn d’un mateix i el que no. És molt important saber renovar la versió de nosaltres mateixos, ja que si no és així, ens portarà a actuar sempre de la mateixa manera. Per altra banda, el concepte de «cercle d’influència», fa referència a aquells aspectes sobre els quals sí que podem incidir, per tant, seran factors que sí que depenen de nosaltres mateixos, L’objectiu doncs, serà disminuir el cercle de preocupació i focalitzar-nos en el cercle d’influència.
Alejandra Fossas
En el libro «Encantado de conocerme» de Borja Vilaseca, se describe en el Eneagrama un eneatipo (en concreto, el eneatipo 2) que sufre «de este mal»: cree profundamente que sus necesidades y deseos están en segundo plano ya que aprendió de pequeño que el amor y el cariño son premios que se ganan siendo generoso y actuando a favor de los demás.
Por tanto, son los deseos y necesidades de los demás los que están en primer plano. Algo que es muy común en este tipo de personas es creer que ayudando al resto recibirán amor y afecto de vuelta, pero cuando esto no pasa o ellos no lo perciben, se obnubilan y llenan de orgullo volviéndose agresivos y hostiles hacia la otra persona llegando a echar en cara todo lo que han hecho por ellos/as “sin recibir nada” a cambio.
También comenta el Eneagrama, igual que el artículo de Herminia, que este tipo de personalidades suelen sentirse “las salvadoras” de la gente… Que la ayuda que prestan al resto, como decía, se convierta en necesidad. Les gusta sentirse necesarias.
No escogemos a quien amamos, pero si escogemos como llevamos la vida que tenemos. Es nuestra responsabilidad y de nadie más. Es por eso, que estas personas que basan su vida en el altruismo y el control del resto pueden acabar haciendo responsables al resto de su sufrimiento.
Como comenta también el artículo, es indispensable saber soltar, por mucho que ames. Soltar la responsabilidad de los problemas de esas personas y dejarla en sus manos. Tu jamás podrás influenciar tanto la vida de alguien solo por estar controlando y atosigando con consejos y lecciones de vida. Ese proceso de cambio siempre depende de la otra persona. Incluso tratándose de una psicoterapia, el psicólogo/a ofrece un análisis y las herramientas adecuadas para trabajar ciertos aspectos, pero el proceso activo recae sobre el paciente y su voluntad de cambio y adaptación.
Irene
Gracias Herminia, por este articulo me ha gustado mucho. Creo que muchas veces quieres tanto a una persona que haces tuyo sus problemas y te responsabilizas de él, dónde en ocasiones te culpas en cierto modo de no haberlo intentado todo, pero aquí lo que se nos acaba olvidando o pasando por alto es como tu bien dices que “cada uno es responsable de su vida y de tomar sus propias decisiones “, pero como quieres a esa persona y no te gusta el camino que sigue intentas que cambie, pero esta no aceptación lo único que hace es que te frustres, porque tú no tienes el poder de decisión sobre esa persona para que cambie, donde finalmente acabas resignándote o tratando de aceptar que esa persona ha querido eso y tú no puedes hacer nada más por él, ya que su vida. Lo que sí que puedes hacer es por ti misma, ya que eres responsable de tu vida y de elegir el rumbo que quieres llevar.
Mónica Rodríguez DiMartino
Gracias Herminia y a todos por compartir conocimientos y perspectivas tan importantes y orientadores. Desde mi experiencia comparto plenamente la opinión de que cada persona es capaz de resolver a su manera y a su tiempo cualquier trama en la que se encuentre atrapado, lo que no necesariamente significará que lo haga pronto ni con un final deseable para cualquier otro punto de vista. En todo caso formará parte de esa misma libertad de la que ha sido dotado y que utilizará consciente o no de ello, asumiendo la correspondiente responsabilidad. Aún así, creo que puede ser de agradecer una mirada deferente, que en algún caso pueda dotar de significado a un esfuerzo que aunque corresponda al interesado/a, en tristes ocasiones podría parecer carente de suficiente sentido.
Manuela Núñez
Tomar consciencia de que somos responsables únicamente de nosotros mismos es lo que nos libera y lo que, de alguna manera, libera a los demás. Hacerme responsable de mi misma, mirarme a mi y a qué o quién le estoy dando el poder de mi vida es lo que me permite liderar mi vida. Al comprender que yo soy libre de cómo reaccionar y ser ante las circunstancias o situaciones de mi vida, comprendo que todos los demás también son libres y que no es mi responsabilidad o deber «salvar» a los demás. Desde la comprensión y el amor hacia mi misma, entiendo que el otro es capaz de solucionar sus dificultades, puedo apoyarlo y acompañarlo, si así el y yo lo deseamos, pero no es mi responsabilidad su bienestar o sus reacciones ante las situaciones.
La responsabilidad, la libertad y el liderazgo van de la mano.
Sandra Macho
Desde la dura experiencia de haber convivido durante años con una persona con adicción a la cocaína, no puedo estar más de acuerdo en todas y cada una de las cosas que se dicen en este artículo.
Es muy triste tomar conciencia de que tú no puedes hacer nada, es muy doloroso ver como aquella persona que quieres se está autodestruyendo, y mucho más duro comprender que ni quiere ni te ha pedido ayuda, que él no es consciente de su problema, y que tu sin más te has responsabilizado de su vida, y que sin querer a través de este acto de amor hacia el otro, lo que realmente estás haciendo es olvidarte de ti por completo.
Yo me convertí en alguien desconocida para mí misma, me absorbió la situación, mi familia y amigos no sabían nada y no comprendían que me pasaba, ellos también tenían enfrente a una desconocida. Fue precisamente esto lo que me hizo reaccionar, empecé a ver en lo que me había convertido, y no me gustó, sentí pena y compasión por mí misma, y no sé de dónde saqué fuerzas, pero finalmente decidí empezar a luchar por mí, y recuperar mi vida.
En mi caso me distancié de esta persona por completo, empecé a reconstruir mi vida trocito a trocito hasta que me sentí otra vez yo, y me sentí libre.
De todo ello aprendí que cada cual es responsable y dueño de su vida, y que todo aquello que hagamos, lo tenemos que hacer por nosotros, y también comprendí que esto no significa ser egoísta, sino quererse y respetarse a uno mismo.
Gracias y saludos,
Isidora López Ugalde
Dos años después releo este post, y me impresiona lo diferente que soy de la persona que lo leyó por primera vez.
Ahora pienso en lo que quiere decir de mí cuando siento que el problema es del otro. La pregunta clásica y típica de Herminia, «¿Qué tiene que ver contigo?». Y precisamente creo que esta es la clave. Qué cosas están pasando conmigo cuando veo un conflicto con otra persona. Cuando estoy involucrada en un conflicto. ¿Qué está pasando conmigo?
Nosotros no podemos hacer que los demás cambien… eso es una cosa que he aprendido este tiempo. No podemos cambiar a los demás, no podemos cambiar la realidad, «lo que es, es» (otro de los mantras de Herminia). Podemos cambiar como estamos siendo nosotros, como estamos viviendo la situación y como estamos reaccionando (no respondiendo ante la misma).
Muchas gracias Herminia otra vez.
Martha Geller
Muchas gracias por este gran artículo.
Cuando me di cuenta que la responsabilidad recae en las propias decisiones, logre fluir libremente por la vida. Durante mucho tiempo le di el control de mi vida a una persona muy cercana y querida. Basando algunas decisiones importantes en función a esa persona, para no perjudicarla o para hacerla sentir bien. Únicamente quería ayudarla a estar mejor, a veces me frustraba porque quería que viera lo que yo veía para que cambie, pero era imposible, el cambio siempre nace voluntariamente desde dentro de uno. Incluso llegue a sentir que de mi dependía su felicidad. Sin embargo todas esas ideas las había creado yo misma en mi cabeza, nadie me lo había pedido. Llegó el momento en que tome conciencia de que cada persona es responsable de sí misma, cada uno esta donde esta y vive como vive porque así lo ha elegido, cada uno es responsable de liderar su propia vida y no la de los demás. Uno cosecha lo que siembre, nadie tiene porque cargar en sus espaldas al caballo y llevarlo a su casa, incluso a su cama y compartir su almohada, tal como dice el artículo, “no podemos responsabilizarnos de las consecuencias de las decisiones de los demás”. Hemos de liderar nuestra vida responsabilizándonos de ella, de todas las decisiones que tomemos y de todos los caminos que elijamos.
Laura Martínez
Me ha resultado muy ilustrativo el ejemplo de las personas que van a consultar a preguntar por otro al que aman, porque quieren que cambie para que esté mejor y buscan la confirmación externa de sus teorías, ponen el foco hacia fuera en lugar de hacia sí mismas. Mientras focalizamos en el otro no lo hacemos en nosotros que al final es nuestra misión centrarnos en liderar nuestra vida y respetar al otro desde el amor sin miedo para que también se lidere con los pasos que tenga que dar y estando a su lado pero sin empujar, sin vivir por esa otra persona, deshaciéndonos de creencias limitantes y miedos.
raul montero
Pues yo viví muy de cerca una situación así, me siento tremendamente identificado en todo, y la última pregunta fue la que yo me hice después de un tiempo y de tocar fondo. Y aparté a esa persona de mi vida, no fue facil pero todo cambió. Con el tiempo fui entendiendo lo que había pasado en esa relación, y empecé a asumir mi responsabilidad. Ahora ya no culpo a la otra parte de nada, acepto mi paerte de responsabilidad, y aprendí muchísimo, gracias a ese tocar fondo, mi vida empezó a cambiar.
Cenk
I connect at this stage of my life with this article very much. Everybody is responsible for him of herself. However, I would like to share that sometimes love does not allow us to see the reality. The reality in the sense of we do not want to accept that our counterparts have a problem that we carry as a burden in our live. Seeing the reality beyond love is a very difficult step but seeing it pushes the start of the change, who do I want to be?
Raquel Cordoba
Hola Herminia,
Acabo de ver en el e-mail el listado de los artículos que nos quedaban por leer y he decidido comenzar con este, después de la sesión del problema que hicimos el otro día.. Por dónde empezar… Hay veces en las que nos hacemos demasiado responsables de nosotros mismos y nos cegamos, como me ha estado pasando a mí, que no me he querido dar cuenta (de ello también me responsabilizo) que el problema lo tenía el otro, no yo, yo solo estaba siendo la víctima, pues así lo decidí, de sus problemas. Cuando tú intentas cambiar y el otro no, sigue estancado, te cubre la desesperanza, cuando aquello que no quiero cambiar es realmente tóxico para ti mismo y para la relación en sí. Siempre mantienes la esperanza, hasta el punto que entras en un bucle de culpabilidad por no poder ayudar al otro (cuando éste no quiere ser ayudado) y acabas aceptando lo inaceptable. En mi caso, la solución ha sido cortar con el sufrimiento para emprender un nuevo y seguro que apasionante viaje. Es muy duro aceptar que el otro no quiere cambiar, está en todo su derecho. Hace unos días diría que «más duele haber cambiado tantas cosas yo y que el otro haya decidido comodamente quedarse donde está», pero sería injusto, porque gracias a esos cambios que he hecho, no por el otro sino por mí, por ser una mejor persona, hoy estoy aquí, con una decisión tomada en la que yo soy la protagonista de mi propia película.
Gracias Herminia por todo.
Ester
Este artículo me ha sorprendido; una vez más detrás del sentimiento de culpabilidad y del rol de salvador se encuentra la emoción del miedo. Y mi reflexión es que al final no deja de ser nuestro miedo el que alimenta nuestro ego y hace que nos creamos responsables de los demás liberándonos así de nosotros mismos; siempre «resulta más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio.»
No podremos creer en los demás si primero no creemos y nos hacemos dueños de nuestra propia vida.
Gracias por esta lectura!
Marcela Isabel Uribe Chaves
Este artículo me llevó a pensar en un término que leí hace poco en un libro de reflexiones diarias, el término es “desapegarnos con amor” aprender a soltar personas, situaciones, problemas, que no está en nuestras manos poder cambiar, no tenemos el poder para cambiar a nadie pero si tenemos el poder para cambiar nosotros mismos, a continuación les comparto un fragmento de una reflexión del libro El Lenguaje del Adiós, de Melody Beattie “ El desapego se basa en las premisas de que cada persona es responsable de sí misma, en que no podemos resolver problemas que no nos corresponde solucionar, y que preocuparnos no nos sirve de nada. Adoptamos una política de no meter las manos en las responsabilidades de otras personas y en vez de ello, de atender a las nuestras”.
Laura Gordo
A mesura que anava llegint el post anava sent conscient de les vegades que me trobat en aquesta situació, es a dir, quan intentes salvar aquella persona prenent que canvii, quan nosaltres mateixos no ho estem fent. Abans d’iniciar el master hagués vist normal que la persona que vol ajudar s’impliqués i volgués aconseguir canvis en l’altre, però ara que ja he acabat el primer curs, a la vegada que el llegia ,l´únic que em venia el cap eren preguntes como: Per a què la situació m’afecta? Que depèn de mi? Que puc canviar jo?
Cristian Mulero Rierola
Començaré aquest post parlant d’una frase que diu un amic meu que m’ha vingut al cap llegint l’article: “el patiment és opcional”. Covey en el seu llibre ens deixa entreveure que hi ha dos maneres de percebre els estímuls que venen de fora, una és reaccionar, que és el que està fent aquesta mare i, l’altre és respondre. Respondre és molt diferent a reaccionar, ja que, respondre vol dir que on jo no tinc el control tinc el poder d’escollir com em sento, des de la persona que sóc jo decideixo com em sento.
L’Herminia en l’article cita que cada persona és responsable de sí mateixa, però o mai els hi han ensenyat o han oblidat aquest concepte. Quan tu ets responsable de la teva vida, i agafes les regnes de la teva vida, pots subordinar aquests sentiments als teus principis i escollir, els nostres comportaments dependran només de les nostres decisions i no de les circumstàncies o dels estats anímics i tindràs la iniciativa necessària perquè les coses passin i la responsabilitat per fer-ho.
Per últim, l’Herminia anomena que alguna persona va a la consulta i li pregunta sobre: no creus que necessita que el controli, que faci alguna cosa? Ella li contesta: Centrem-nos amb tu, la important ets tu, la que pot canviar i deixar de reaccionar ets tu. Em recorda al pilar de dins cap a fora i a la frase que va dir Ghandi un dia: “Sigues el canvi que vols veure en el món”.
Marga Garcia
De este interesante artículo, así como de los comentarios posteriores, me gustaría compartir las siguientes reflexiones:
-Como madre-amiga-mujer es muy fácil “caer” en el rol “salvador”. Pero en realidad lo que se consigue es la propia anulación de uno mismo y la evasión de las responsabilidades propias; y este esquema se repite entre aquellos que nos rodean, especialmente en nuestros hijos. Por este motivo es importante responsabilizarse de uno mismo y confiar en el poder de aquel a quien amamos para superar sus propios problemas
-Me ha sorprendido que detrás de esta actitud haya, de nuevo, miedo: a estar solo, a decepcionar al otro, a no responder tal y como se espera de nosotros. De nuevo hay que hacer un ejercicio de valentía y honestidad para dar el espacio necesario al otro y que éste tome sus propias decisiones
En conclusión, sólo “soltando” y confiando conseguiremos que aquel a quien amamos se sienta realmente querido (y viceversa).
ESTELA
SE PUEDE DECIR MAS ALTO PERO NO MAS CLARO.
ESE «DARSE CUENTA» ES LA BASE DE LA LIBERACIÓN. TENEMOS LA GRAN MANÍA DE QUERER SENTIRNOS SALVADORES, CUANDO EN REALIDAD NOS ESTAMOS PERDIENDO A NOSOTROS MISMOS. ES MUY GRATIFICANTE CUANDO ABRES LOS OJOS Y VUELVES A SER TU, VUELVES A VER CON CLARIDAD.
UN ABRAZO HERMINIA, ME ACUERDO DE UN RETAL DE PERIÓDICO QUE LEÍMOS JUNTAS SOBRE «ADICCIONES AL AMOR»…
Laura Ripollès Meix
De este artículo me llevo la frase de “cada persona es responsable de sí misma”. Es cierto, somos responsables de cómo decidimos responder antes los problemas de los demás. Somos responsables de liderar nuestra vida, y así podernos convertir en los verdades protagonistas de ella. Gracias por el artículo!
David Ugalde
Después de leer el articulo me parece que preocuparse por el bienestar de las personas que amas está muy bien, pero con matices, creo que es muy humano esta preocupación por las personas que amas, las dificultades empiezan quizás cuando esta preocupación condiciona la propia vida, cuando las necesidades del otro ordenan y organizan tu vida; llegar a una subordinación tal con respecto de otra persona, ahí esta el problema, la desaparición del individuo independiente.
A pesar de ello diría que hay personas que en esta situación están viviendo tranquilamente, de manera confortable; hasta que llega un momento que ya no les sirve, y toman conciencia de ello, quieren cambiar algo.
Aquí es donde el Coaching puede trabajar, aunque también veo una delgada línea con la terapia psicológica, que en el caso de no ser psicólogo habrá que vigilar.
“Cada persona es responsable de si misma”, toma las decisiones y es responsable de las consecuencias que se deriven, no puede ser de otra manera, por tanto no podremos ayudar a nadie que no este dispuesto a recibir esta ayuda, que no este dispuesto a cambiar.
Veo aquí un trabajo a realizar en la dirección de autoestima, circulo de influencia y preocupación, dar la mejor respuesta posible en lugar de reaccionar, …
Aquí podemos actuar como Coach.
Alicia Aragón
Gracias Herminia! Excelente artículo!! Una vez más queda de manifiesto que los verdaderos cambios se prodicen de «dentro a fuera» siendo responsables de nuestras decisiones y comportamientos.
Quisiera compartir con vosotros/as una triada que aprendí hace años en una formación sobre inteligencia emocional.
Se trata de la relación circular de dependencia:
VICTIMA- VERDUGO-SALVADOR
Existen relaciones en las que estos roles van pasando del uno al otro de forma secuencial. En estos casos el paradigma es de fuera adentro.
Evidentemente en estos casos,las cuestiones que planteas en el post serían las más idóneas para este tipo de comportamientos.
Como siempre, gracias por tus artículos!!
María García
Un tema para reflexionar… para no perderlo de vista. Un artículo muy enriquecedor y una frase que puede ayudar a centrar a uno: cada persona es tan solo responsable de sí misma. Me llevo la frase que se ha compartido en los comentarios “el sufrimiento es una decisión”. Gracias, Herminia por explicar cosas que parecen tan complejas de una forma tan sencilla.
Esther
Pel que fa al títol del post, el més revelador és que els problemes de l’altre són de l’altre, així com els nostres són nostres. La qüestió és que si són meus, quan els puc definir, els accepto i decideixo demanar ajuda si la necessito. I si són de l’altre no me’ls faig pas meus. Dit així pot semblar prou directe i dur, però és important tenir-ho clar, tant pel nostre creixement pròpi, com per l’acompanyament que fem com a coachs dels nostres clients.
«Estimar és comprendre i percebre que l’altre és diferent», aixó ho explica Svami Prajnanpad. El dia que comprens aquest fet, t’alliberes i estimes de veritat.
Natàlia
Aprendamos a ser felices por nuestra cuenta, de esta manera, la persona que llegue a nuestra vida como pareja, no tendrá la responsabilidad de hacernos felices.
«Ser feliz es únicamente responsabilidad nuestra»
Luis Guilera
Me parece un tema muy interesante y algo complejo. Por un lado parecería lo más fácil y cómodo no implicarse en los problemas ajenos, pero resulta complicado no intentar ayudar a personas cercanas. Me daba la impresión que ésta era una actitud egoísta (o quizás eso nos han hecho creer), pero tras la lectura y algunas reflexiones creo que es una actitud inteligente.
Hay dos aspectos que me han ayudado a comprender esa necesidad de «apartarte» de las situaciones problemáticas de los demás. El primero es recordar cómo te sientes cuando alguien quiere influirte o decirte lo que tienes que hacer. El otro lo inútil que resulta preocuparte por cosas que no dependen de ti.
Pablo Bros
Me parece fundamental entender que cada persona es responsable de sí misma, y que nadie puede responsabilizarse de la felicidad de los demás. Podemos y debemos ayudar a una persona si esta desea ser ayudada, siempre teniendo claro que no podemos “contagiarnos” de sus problemas. Únicamente si nosotros estamos en paz con nosotros mismos y nos cuidamos, podremos hacer algo para ayudar a los demás.
Aida Moreno
Un artículo un tanto diferente a la mayoría que he leído hasta ahora pero muy gratificante al leerlo. Tengo que reconocer que cuando leí el título ya me asusté un poco. Quien no ama o ha amando a alguien que, al menos a ojos de uno mismo, cree que tiene un problema! Creo que lo más importante que me llevo de esta lectura es la futura reflexión que voy ha hacer al contestar las preguntas que nos planteas. Y a parte de ello, entender un poco como se puede sentir la persona que nos llega con un problema de este tipo y por supuesto, el cambio de paradigma de centrarse en el otro para centrarse una mismo, y la gran suerte que como coach tenemos de poderlo hacer, siempre que el otro quiera claro esta…
Mercè Carbonell
Creo que poco o mucho, todos los que somos padres hemos intentado ahorrarles penas a nuestros hijos y nos hemos hecho responsables de sus problemas. Y la vida te enseña que esto es un gran error, ya que lo que realmente les hace crecer es equivocarse, caer y volver a levantarse. Sería suficiente que supieran que estamos allí, cerca, pero que la última decisión van a ser ellos quien deben tomarla y sería empezar a enseñarles que ellos tienen la libertad última de decidir de como deben responder.
Este artículo es muy interesante porque con tus indicaciones Herminia nos haces reflexionar sobre supuestas responsabilidades que al fin y al cabo no son nuestras sino de los demás.
Rosa Pons
Hacerme responsable de mi misma, ser consciente de como afronto los problemas, de cómo afronto mi vida. Solo estando en paz con nosotros mismos podremos ser felices, la felicidad empieza por la asunción de nuestra responsabilidad por nosotros mismos. La mayor forma que tengo para ser una buena madre, hija, amiga, es queriéndome primero a mí misma, porque si no, no podrá querer ni cuidar de los demás.
Debo hacerme responsable de mis decisiones y los demás que se responsabilicen de las suyas.
Jordi de las Heras
Antes que nada, gracias por el artículo y las buenísimas aportaciones. Creo que es un tema muy potente.
En este tema creo que se combinan diferentes elementos: nuestro ego, pretendiendo salvar a alguien o cambiarlo. ¿Quiénes somos nosotros para ello? Luego esperando un reconocimineto a ese esfuerzo, a ese «sufrimiento compartido» ¿De alguna manera no estamos buscando masajear nuestro ego ahí también? El amor puede ser el punto de partida para «compartir» los problemas del otro, pero muy fácilmente se torna en miedo: miedo a estar solo, miedo a que el otro no sea como a nosotros nos gustaría, miedo a no responder a una visión creada o impuesta de lo que nos han enseñado que debemos ser.
Me parece un paso dificilísimo, de gigante, en una situación así, con un ser amado que sufre a nuestro lado, llegar a la conclusión de responsabilizarse de uno mismo, de resituarse en nuestros propios valores. Pero también pienso que quizá, de esta manera, sí que realmente estemos haciendo llegar al otro un ejemplo real, sostenible, de liderazgo vital.
A partir de ahí, le toca a él.
Acéptalo. Suéltalo.
Pablo Martínez
Es difícil a veces aceptar que «el cambio», para poder cambiar algo… ha de ser nuestro.
No tenemos poder para cambiar a nadie y si lo tuviéramos ¿Sería realmente un cambio significativo? o simplemente una adecuación de nuestra realidad para sentirnos mejor.
Así como el cambio parte de nuestro interior, también el cambio de cada uno parte del interior de cada uno.
Sin duda aceptar la necesidad de un cambio, abre las puertas para recibir todas las posibilidades de lograrlo.
Gracias Herminia por el artículo.
Gracias chicos por las buenísimas aportaciones.
Un abrazo.
Pablo
Empar Pérez
Nos han educado para «cuidar», especialmente en el caso de las mujeres.Luego si las personas que queremos no son felices, si tienen problemas «es culpa nuestra», no hemos hecho bien la tarea de «cuidadoras».El problema es que solemos extender ese cuidadado a un entorno cada vez más amplio: amigos , familia extensa, compañeros de trabajo…nuestra responsabilidad percibida es abrumadora, nos genera culpa….. y además no conseguimos nada.El cambio de paradigma implicaría la asunción de responsabilidad personal, y sobre todo, pasar del verbo «hacer» al verbo «ser».Muchas veces no intervenir, no hacer, ser, puede serla forma más poderosa de que las cosas se pongan en su lugar
alejandra paruzzolo
Excelente articulo, en cual me siento identificada en algunas partes.
Es muy triste que la educación que da mucha gente se base en que si eres responsable debes sufrir para asi hacer notar que te has hecho mayor.
Te agradezco de verdad por este articulo y estos últimos seminarios que me han confirmado algo por lo que lucho hace tiempo: «cada uno es responsable de su vida y con el problema del otro estamos evadiendo la responsabilidad sobre nosotros mismos».
Andrea S. G.
Trencar les cadenes invisibles i posar-me al control de la MEVA vida… ha estat molt satisfactori. També he sentit tristesa, però passatgera, ho he pogut fer quan he estat preparada. M’ha agradat poder llegir sobre aquest tema, justament un temps després d’haver trobat el camí a la llibertat que tant he anhelat. Gràcies per les teves paraules.
Isidora López Ugalde
Hola Hermínia!!
Moltes gràcies!!
Crec que no només els clients venen quan els necessitem, els teus articles també són molt oportuns.
M’he donat el temps d’agafar l’article i pensar en el que posava, llegir les preguntes i contestar-les de debó amb consciència.
He omplert 4 fulls i mig!!
Per mi la clau està en els permisos que en donem, o millor dit en els que ens deixem de donar.
Permetrens sentir ens obre les portes a un món de posibilitats, o millor dit ens obre els ulls, perque som nosaltres els que no ens deixem veure les coses, les oportunitats, les posibilitats, i les diferents opcions.
El poder en nosaltres, nosaltrel podem canviar, però aquest canvi només es sobre nosaltres mateixos, no podem canviar als altres, que així com nosaltres som responsables de nosaltres mateixos, ells ho són d’ells mateixos.
És alliberador permetrem snetir, encara que sigui una mica.
Moltes gràcies un altre cop! =)
Eva García
Gracias por tu artículo, Hermínia.
Es cierto lo que mencionas, pero con matices. En ocasiones, si bien asumir la propia responsabilidad sobre la vida de uno es un paso claro, entramos en otro tipo de espiral, que ilustraré con un ejemplo:
Cuando en una familia uno de los integrantes, por ejemplo, un hijo adolescente, pone en riesgo su vida hasta el límite (autolisis, intententos de suicidio, etc) no es fácil dirimir dónde acaba la responsabilidad de la vida del otro y dónde empieza la propia. Evidentemente, los demás integrantes de esta familia, padres, hermanos, etc, sienten como parte de su responsabilidad (o no) evitar que esa persona se haga daño, ya sea por amor o por miedo, pero ello gobierna sus vidas. Ya han elegido, desde su propia responsabilidad y, quizás, en muchos momentos no se estén teniendo en cuenta a sí mismos en pro de aquel que más les necesita.
María Jesús Mena
Excelente articulo…
Creo que la responsabilidad de nuestras propias vidas es lo que hemos ido trabajando en este año.
Se lee tan fácil pero hacerlo consciente no es así de sencillo.
Es tan liberador en la medida en que uno se da cuenta que los hechos son múltiples, que no controlamos nada pero que si tenemos la posibilidad de escoger… somos nosotros los arquitectos de nuestra vida.
En la medida en que entendemos y trabajamos en esto, ya no se esta preocupado por querer armar y reconstruir la vida de un otro.
Es una tarea difícil a la hora de ser padres, me pongo a pensar en la crianza de mi hija… me quede pensando en aquel seminario en que nos decías » el tema no esta en poner limites, el tema esta en ser un buen líder para tus hijos».
Gracias, Herminia.
Laura Ponce
Gracias Herminia por este artículo.
Sin duda un asunto presente en la vida de todos. ¿Quien no ha intentado alguna vez controlar al otro que ama pensando en su bien? Este artículo refleja las dos connotaciones que tiene llevar a cabo dicha acción: 1- Controlar lo incontrolable y 2- Olvidarnos de nosotros mismos, de responsabilizarnos de nuestras vidas. Añadiendo además el factor, dicho coloquialmente, «meternos donde no nos llaman», quitándole a la persona en cuestión su responsabilidad vital, corriendo el riesgo de anularla como persona.
Un saludo.
Eugenia Moretti
Gracias Herminia por el artículo, muy esclarecedor para reflexionar hasta que punto uno debe llegar para ayudar a los demás, que no quieren nuestra ayuda. No pensamos que el problema es del otro, insistimos en querer cambiarlo,nos abrumamos. Que aprendizaje responder las preguntas, me dejó meditando. Que quieres empezar a cambiar que dependa de tí?, así como tus sugerencias para ayudar. No ovidaré tener presente «que cada uno elige la vida que quiere vivir y que nosotros no podemos hacer nada», «que cada persona es responsable de si misma».
Tatiana Hutinel
Gracias Herminia, nuevamente un artículo muy enriquecedor! «Tomar la decisión de renunciar», vivir esto en carne propia es el momento mas enriquecedor y liberador, pese a ser muy doloroso cuando amamos a alguien con problemas.
Recuerdo cuando mencionaste una frase que me quedo calada en los huesos: «El sufrimiento es una decisión»
Un abrazo, Tatiana
Ana González
Herminia excelente… Muchas gracias!
Juan
Herminia, un nuevo artículo inspirador y oportuno como pocos. Gracias por las reflexiones y preguntas que compartes con nosotros. En particular dos me han resultado muy reveladoras.
¿Qué pasaría si empezaras a pensar que la persona que amas es la responsable de su propia vida?
¿Qué quieres empezar a cambiar que dependa de ti?
Quisiera extender las ideas que expones en este artículo añadiendo una que nos podría afectar a todos los que leemos tu blog. Inconscientemente, como coach podemos dejar de considerar a nuestro cliente como una persona que cuenta con los recursos potenciales necesarios para empuñar las riendas de su vida y asignarle el papel de VICTIMA que necesita ser SALVADA por nosotros.
Para evitarlo, además de la honestidad, apertura, voluntad y sentido que nos indicas considero que es necesario que adoptemos una posición de «Yo estoy bien – Tú estás bien» que la haga imposible
Elena R. Laguna
Gracias Hermínia, un gran artículo. El tema es muy potente, cómo a veces podemos ‘engancharnos’ a la vida de otro y olvidarnos de la responsabilidad de la nuestra. Me he sentido reflejada con muchas de las cosas que expones en experiencias pasadas y presentes. Afortunadamente, creo haber aprendido y cada vez me resulta más fácil darme cuenta de que no soy la salvadora de nadie y, cuando me doy cuenta, intento rectificar y volver la vista a mi propia vida.
Me ha parecido especialmente útil para esta toma de conciencia el fragmento en el que dices: ‘Imagina por un momento que esa persona o problema no estuvieran en tu vida. ¿Qué estarías haciendo? ¿Cómo te sentirías? ¿Quién serías? Visualiza detalladamente esta nueva posibilidad. ¡Atrévete a vivir esa posibilidad!’
Besos
Elena
Avi
Gracias Herminia,
Tal como me dijiste en alguna ocasión el dolor en muchas ocasiones es inevitable pero el sufrimiento es una decisión nuestra!!
Gracias.
Verónica Mihovilovich
Herminia de todo corazón Muchas gracias.
Mar Salvador
Muy realista y cotidiano el tema del artículo, pero de muy difícil «acompañamiento al cambio» cuando se trata de una madre que ama a su hijo con problemas (16 años). Tomó conciencia de que no podía cambiar a su hijo viniendo ella a un proceso de coaching, y debía aceptarlo como era, pero sentía «que tiraba la toalla» y que aunque solo fuera por el ejemplo que significaba para sus otros hijos, tenía que seguir intentando que se matriculara en algo, o trabajara con su padre de manera continuada y no a días sueltos. El hijo no quiso venir a ninguna sesión ya que no quería ningún cambio, ni tenía ningún problema que contarle a un coach.
Me has recordado este caso, en el que de todas formas si que le propuse que sería aconsejable para ella y su marido, asistir a un proceso de coaching para que su relación de pareja no se viera afectada, lo mismo que el funcionamiento de la familia como tal y para la regulación emocional
ROSER CIVIT REY
Fem tants disbarats, en nom de l’amor als altres! Els volem salvar, com si en tinguéssim algun dret! És un problema d’ego i de manca d’humilitat, per part nostra…
Tenim tanta feina a casa nostra, que preferim obviar-ho i anar a alliçonar a casa els altres!
Alicia García Lucas
Este artículo a mí me da por pensar que cuando queremos ayudar a alguien a quien queremos y tiene un problema si realmente lo que nos mueve es el amor o el miedo, o ambos a la vez. Me he parado a reflexionar y tras el amor está el miedo a perder a esa persona (entender perder desde múltiples prismas ya sea físicamente, su estima hacia nosotros, su «amor» -entre comillas porque alguien que se destruye no puede quererse a sí mismo- para con nosotros).
He visto personas abocadas a la ayuda a los demás olvidándose de sí mismas y he observado que no tenían vida propia, eran alguien en tanto y en cuanto ayudaban a alguien con problemas, de ese modo no vivían el suyo propio. Pero llegaba el momento en que tenían que enfrentarse a sí mismos, escuchar su ruido interior. Es más cómodo y menos doloroso afrontar un problema de otra persona que los propios. Por eso me pregunto ¿cuánto hay de amor o de egoísmo o miedo en nosotros cuando ayudamos a alguien con problemas?
Recomiendo dos películas añejas como el buen vino; «La gata sobre el tejado de zinc», donde la persona que ama de verdad intenta ayudar a su marido o «Días de vino y rosas» donde vemos cómo la adicción del uno arrastra al otro a la misma adicción, amar entonces se convierte en compartir la misma adicción.
Elisabetta
Herminia querida,
¡Me encantó!
Tu articulo llega a mi en el momento preciso.
Gracias por tu compartir siempre tan generoso y de tremendo aporte.
Un saludo afectuoso desde Lima…
Elisabetta
Dolors
Soltar, dejar crecer desde el amor y por amor. Tu post me ha llegado en el momento oportuno, muchas gracias Herminia
Maria Eugenia
Gracias Herminia!!!! Siempre tus palabras son un despertar. Por qué será que nos cuesta tanto buscar respuestas en nuestro interior y VIVIR realmente, en vez de mirar afuera, buscar q los otros cambien, perdernos en nuestros problemas, etc… En qué lugar queremos estar en el juego de nuestra vida: como jugadores protagonistas o como espectadores…
Gracias…..
Yolanda Fleta
Hola, ¿cómo estáis? El tema del post tiene tela.
Me ha hecho reflexionar acerca de varias cosas. La primera es reconocer cuán inútil es el sufrimiento que ocasiona el querer «salvar» a alguien al que amas y que se está autodestruyendo.
La segunda es también reconocer que cuando logras darte cuenta de esa verdad, en realidad al que te salvas es a ti mismo.
Para ser capaz de pensar de esa manera, para entender que los demás son capaces de afrontar sus propios retos, primero uno debe de afrontar por si solo los suyos. Esta idea no debe quedarse sólo en eso, una idea, sino que también hay que actuar en consecuencia y llevarla a la práctica. Eso puede resultar difícil, sobretodo si estás acostumbrado a salvar o a ser salvado.
Para lograrlo no existen fórmulas mágicas, sino un firme propósito de confiar en ti y en los demás, y no olvidarte de conectar con el AMOR que sientes por ti mismo y por esa persona.
Gràcies Hermínia.
Yolanda Fleta
Isabel Aranda
Formidable Herminia. Sencillo, claro y contundente. Mi enhorabuena
Laura Bravo
Herminia, con este artículo me has realizado uno de tus Coaching express famosos , que sinceramente necesitaba
En ocasiones, sin darnos cuenta, y por mucha responsabilidad que adquiramos de nuestra vida, nos enganchamos a la situación emocional de la persona que queremos como sí fuéramos un imán.
Incluso durante ese enganche , hay momentos donde eres consciente de la situación , y no puedes hacer and por dar un giro.
Qe importante es tomar consciencia de que cada uno elige la vida que vive , y que nosotros no podemos hacer nada porque tomen otra dirección, deben ser ellos quien hagan el click y la cambien si lo consideran beneficioso para ellos.
Gracias de verdad por este artículo, con el que narras experiencias que seguro todos hemos vivido
Angélica Vio
Herminia gracias!!!…. Me encantó , buenísimo aporte y deja mucho para reflexionar!